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- 32175842
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Breve relación de las violencias que tiene padecidas el Convento de la orden de San Agustín de la Ciudad de Macao por la obediencias a la silla apostólica en su legado.

serenissino Rey. Rey de Portugal contra las operaciones de macao. En uno
de ellos, Su Santidad despues de referir la procella que el Legado Apostolico habia pa-
decido en China dice que mucho mayor procella ha sido necesitado a padecer
en Macao y que la corona del martirio, que no consiguio de los gentiles en China
la puede esperar en Macao, reprueba y reprende a los que le impidieron el
ejercicio de su Jurisdiccion y tan infuriosamente maltrataron, a los cuales
7 supone ligados con las censuras eclesiasticas y en carga a muchos al sere-
nisimo Rey , haga tal castigo en los que son de su Jurisdiccion que baste
a quitar la afrenta que tienen puesta a la nacion lusitana. Tmabien
llegaron cartas del Reverendisimo Padre General de san Agustin que daba parte a sus
religiosos como Su Santidad tenia aprobada su obediencia al Legado Apostolico
y les exhortaba en la perseverancia en ella.
En principio de Enero de (1)711, el Capitan General, en cumplimiento de los ordenes
que tenia del Virrey de Goa, hizo que el Reverendo Padre Prior del Convento de San Agustin Fray
Juan de Santa Rosa se embarcase para Goa; la causa fue, porque habia recono-
cido la Jurisdiccion del Legado y hospedado a los misioneros desterrados de
China en el Convento y en la Casa de Nuestra Senora de la Pena. Tmabine remitio para
1Goa al Muy Reverendo Padre Fray Pedro de Amaral, dominicano por la obediencia del legado
Apostólico después de cuatro meses que lo tuvieron preso en una fuerza. Por este
Relación de la muerte y honorífico entierro del Ilustrísimo y Reverentísimo Señor M.B. F. Álvaro de Benavente, Obispo Ascalonense y Vicario Apostólico de la Provincia de Kiangsi [Jiangxi]. 17 de abril del 1709.

parte dolorida.
No se persuadió ninguno el mal fin que había detener esta indisposición, y por eso
así los Reverendos Padres Fray Juan Barruelo y Fray Juan Nuñez, como después dos Reverendos
Padres de la Compañia de Jesus , que habian ido a visitarle , se despidieron de dicho Señor O-
bispo: poco tiempo después que seria como a las cinco, o seis de la tarde , el mozo que
le asistía conoció que les [bariaba] y turbado salió de casa a buscar algun Religioso; en-
contró en la casa inmediata , que era de las señoras que le guisaban de comer al Reverendo Padre
Juan Mourao de la Compañia de Jesus quien luego fue a socorrer a dicho señor , mas
y tan tarde , que solo mitad por señas y mitad de palabra le pudo confesar; hecha
esta diligencia le pasaron a la cama a donde quedo echo un tronco y sin habla
mas segun muchos de los que de asistieron , siempre estuvo con oido y vio de razón
y así pudo dar señales de dolor unas veces con indiferencia otras con mas determina
ción de tal suerte que pudo ser absuelto aquella noche y día siguiente muchas veces.
Después que le c en la cama algún tiempo avisaron al
que luego vinieron y procuraron se le diese la extremaunción que se la dio el cura de la
Parroquia con asistencia de muchos sacerdotes misioneros y Padres de la Compañia : conclui-
da esta función y aplicándole todas las indulgencias que con ella hora podia ganar por
diciensos titulos , [serctiraron] todos menos cuatro Misioneros y el Reverendo Padre Juan Mou-
ron con su Compañero que se quedaron a guardar la aquella noche hasta la mañana , en
que vinieron diciensos sacerdotes de todos ordenes , en especial de la Compañia de Jesus , que
siempre con especialidad se señalo en su asistencia. Todo el tiempo de este accidente
(que algunos no se con que fundamento llaman apologia) estuvo con una vigorosa respi-
racion , pestañeando los ojos con bastante apresuración ; pero cuando se le excitaba a do-
lor de sus pecados, y amor de Dios , los pestañeaba con mayor apresuración y abriendo los
mas que lo ordinario ; prosiguió de esta suerte hasta las dos de la tarde del día 20
de Marzo , en que entrego su alma a Dios entre las manos de los sacerdotes , que nun-
ca se apartaron de su lado , todo el tiempo de su accidente , ayudándole siempre a bien
morir: Murió pues de edad de sesenta y tres años, y nueve de su consagración.
Quiso sin duda el Gran Patriarca, y Glorioso patron de China S. Joseph, de
quien en Vida fue siempre muy devoto , llamarlo a recibir de Dios el premio de los
muchos meritos que habia acumulado en servicio de las almas de este imperio; habi-
endo sido su el primer fundador de su misión Agustiniana , con cuyo con-
tinuo fomento se vio florecer en solos treinta años con Variedad de Iglesias y Cris-
tiandad y siendo tanto el amor , que la tenia , que según se dice , estando ya en Macao
escribió

tonces los que estaban publicados descomulgados por el Señores Patriarca querían asistir
al entierro , en que no podían venir , por ser obligados a evitarlos, como siempre lo habían
echo y para eso si fuese necesario descamparían el altar y entierro, lo cual mas seria
echar a perder la función con deprecio del difunto que concurrir a ella en obsequio suyo:
pero que si fijaba , que los dichos descomulgados no asistiesen , no solo no podrían op-
ponerse a la sobre dicha operación , por ser obra tan piadosa , como lo es enterar a los
muertos; sino que que darían muy obligados y agradecidos Sa. pareció a todos los pre-
sentes muy bien la respuesta de dicho Vicario Provincial y dado parte al Capitan General, quien
considerando lo todo muy discretamente y dedscando hacer la funcion con todo lucimiento
imperio Su palabra de que no asistiría ninguno de los descomulgados al entierro ni a la
Misa.
Comenzando pues dicho Capitan Genral a dar cumplimiento a su palabara se retiro a
un estrecho aposento de la misma casa del enfermo , para dar lugar al paso de los misio-
neros que juzgo prudentemente no entrarían , por no ponerse un ocasion de comunicar
con el o de hacer le [desayne] y para esperar allí el ultimo transito de dicho señores
obispo; Alli estuvo hasta las cinco , o seis de la tarde , que fue todo el tiempo , que se
gasto en provenir las cosas que se dirán abajo. Esta operación no fue menos , sino
mucho mas manifestativa de lo limpio de su intención , de lo recto de sus pensamientos,
y de lo fino de su afecto , que todas las demás ([a es en que] Grandes, y muchas) demonstraciones
del entierro ; porque quien en casi dos años con tanto imperio no habia querido en con-
currencia alguna tenerse por descomulgado a hora voluntariamente y sin necesidad forzosa
quiso ser tenido portal ; a fin solo de que en todo fuese cumplido el obsequio , que pre-
tendía hacer a dicho señores obispo y no enajenarlo se su Orden , quen tanto envida amo. y
por quien tanto trabajo : porque es cierto. que da ser otra su intencion fácilmente pudiera a
ver allanado o dado de mano las sobre dichas dificultades con mucha facilidad a Jus-
tando con el ordinario enterrar a dicho Señor en la Catedral se esta Ciudad y no en
la Iglesia de San Agustin : en fin quiso que la funcion fuese con todo lucimiento y en nada de
fectuosa , y para eso atropello con todo dando cumplimiento con mucha generosidad y
bizzaria a su palabra.
Certificado que fue dicho Capitan General de la muerte de dicho señor comenzó a execu-
tan sus deseos , dando principio con la artilleria que luego dio el fatal anuncio con sus ho-
rrorosos [ecos] continuando los hasta la noche de ampolleta en ampolleta. Siguio se inmedia-
tamente el doloroso clamor de los campanas en todas las Iglesias y Parroquias : al mismo ti-
empo empezaron a traer por Orden del Capitan General a casa del difunto muy vistosas alfom-
bras, riquísimos blandones de plata con mucha cera [bujía] y otras diversas cosas pa-
ra obsequio del difunto ; hizo se en la ante sala un mas que mediano túmulo , que era cuan-
to la estrechez del lugar permitía. Colganonse de luto todos sus paredes armaron se pues altanos

devota pausa el miserere. Tomaron el féretro en sus hombres quatro Venera-
bles sacerdotes, que ocuparon el intermedio de toda la clerecía: Siguio por ultimo a esta
magnifica Pompa y Majestuoso concurso el tercio militar de la infanteria a son tris-
tede tambores destemplados : sin cesar aun por breve tiempo los dolorosos y penetrantes
clamores de las campanas, como tampoco el estruendo de la artillería. El orden, el
concierto , el silencio , la compassion , el dolor de ver que tan presto les faltaba a quien
tanto amaban , fue el mayor que se puede hallar en otro semejante acompañamiento.
La gente que por los balcones, y bocas calles miraba era muchísima especialmente de
Chinos infieles que no satisfechos de ver lo en una calle daban la vuelta por otra para
volverlo [aminar] y aun admirar ; sin duda con mucho exemplo de todos asi Europeos
como Chinos, y asi Cristianos, como gentiles : con esta magnificencia y aparato tan lucido
entro la procesión en la Iglesia del Gran Padre San Agustin y puesto el cadaver sobre una alta
resplandeciente y rica tumba, el [Dean] y Cabildo entornó el responso, que
acabado se despidió con la demás clerecía. Luego comenzo La Misa el Joan
de Rosa Prior de dicho Convento de ; acabada que fue la Misa, que
oficio, la musica en tono compasivo y doloroso, y dichos los demás oficios fue sepultado
a que vecina por muchos siglos en el corazon de los suyos en el mejor y mas principal lu-
gar de la Capilla mayor Dio fin a todo el escuadrón disparando sus mosquetes.
Concluida esta función luego el
estado que estaban antes morir , que todas eran de la Orden y muchas mas que tubie-
ra también lo fueran ; pero que si sobre ellas habia de haber después el mas mínimo
embarazo, las renunciaba todas desde luego ; que si su excelencia tenia alguna disposi-
ción, que hacer sobre ellas, solo le restaba obedecer ; pero sino que con su licencia dis-
pondría de ellos. Respondió dicho señor Patriarca nombrando o señalado un Misi-
onario de la por Notario, para que hiciese inventario de ellas, como de
echo se hizo con poco trabajo por ser tan corto el numero de sus cosas y de tan pobre
calidad, cual competía, no aun obispo sino aun Religioso muy pobre ; y porque no
le faltase a lo real y físico las formalidad de pobre, nada era suyo y todo era de la Or-
den, y por eso nunca pudo (como algunos juzgaron) hacer testamento, verificandose de
dicho señor, lo que se dice de el Gran testamentum nullum fecit; quia Unde
faceret Cristi pauper non habuit: hizo solo na Ultima declaración que segun dicho se
ñor Así había dicho al Vicario se reduzca a decir que todo lo que tenia era de Or-
den de ; quien como todos saben le entrego [ad Ulcim]todas las alaja, que siendo Provincial
de la Provincia de Filipinas tenia a su uso y otras mas y le asistió no solo con lo necesario para
venir a China y consagrarse sino también con el sustento de algunos años hasta que las
Razón de lo que se les mandó a los misioneros por este capítulo. Año 1702.

+
Razón de lo que se les mandó a los mi-
sioneros por este capítulo.
Año 1702.
Anno Domini millesimo septigentesimo quarto, die vero octava
mensis Octobris, congregatum fuit Capitulum privatum in almo
Conventu Sancti Pauli Manilensis, Provinciæ Sanctissimi No-
minis Jesu, Insularum Philippinarum, Ordinis Eremitarum
S. P. N. Augustini, indictum iussu Rdi. P. N. Fratri Ioannis
Baptistæ de Olarte, Sacræ Theologiæ Lectoris, præfatæ Provin-
ciæ Prioris Provincialis, in quo interfuerunt etiam Reverendi
Patres, scilicet P. N. Lector Fr. Josephus Lopez, Provincialis ab-
solutus, P. Fr. Josephus Ægidius præses præteriti Capituli, P.
Lector Fr. Joannes Chrysostomus, et Pater Fr. Sebastianus
de Foronda Diffinitores, et P. N. Fr. Franciscus de Zamora
Provincialis absolutus, et P. Fr. Joannes de Aguirre additi
pro Diffinitoribus; et Patres Fr. Josephus Zalduendo, et Fr.
Dominicus Ruíz Visitatores. Quibus diffinitorialiter, divi
flaminis iubare inuscato, congregatis, prælibatus R. P. N.
Prior Provincialis exposuit, quatenus ob ingressum in Sina-
rum Provincias Excellentissimi Domini Caroli Thomæ de
Maillar et Tournon, Patriarchæ Antiocheni, SS. D. N. Cle-
mentis, divinam providentiam Papæ Undecimi Commissaris, et
Vicariis Apostolici, cum potestate
Carta anónima e incompleta de un agustino en el sur de China. Ca. 1687

En otra aldea cercana a Nanhing Fu vivía un hombre muy [honrado] el
cual dijo a un muchacho, su sobrino, como se le había aparecido una mujer
muy hermosa con una corona de flores, y un niño muy hermoso en los brazos
y que le dijo que solo [le] faltaba la [bañarse] en el agua de una fuente, que juntamente
le mostraba; el hombre estaba admirado de esta visión, y el muchacho le dijo
que era señora era la madre del Tien Chu la madre de Dios que él la había
visto pintada en nuestra iglesia. El hombre vino a la ciudad haber si era
verdad, y hallo ser así porque con las mismas señas tenía el padre Fray Juan
de Rivera una imagen de nuestra señora. [Bautizóse] el hombre y ha sido el
juntamento de aquella cristiandad, que son ya más de doscientos, donde
se hizo una iglesia en la cual se colocó la dicha imagen.
Los trabajos que padecen dichos ministros son incomparables así de parte de las [dn
nas] como de los cooperarios espirituales obispos y clerigos franceses expedidos
por la Sagrada Congregación de Propaganda fide, de los cuales son los
nuestros tenidos por excomulgados por no querer hacer el juramento de obediencia
a dichos obispos y [pro vicarios] franceses de los cuales el administrador general el
señor Don Luis Lanay obispo de Metelopolis asistente en Siam, que entró
en lugar del Señor Palu el cual a nombrado por su vicario general Don Carlos
[Maygrot] y asi mismo ay han entrado en China otros muchos misioneros
franceses que son de gran de mortificación y estorbo a los nuestros para hacer el
fruto que desea en aquella cristiandad. Porque lo que han logrado de su trabajo
ha sido asombra y patrocinio del señor obispo de Argolis don Fray Buenaventura
de la iglesia religioso franciscano y veneciano de nación afecto
a España y defensor de los regulares, el cual por ser vicario apostólico de Canton
y de las demás provincias meridionales ha dado licencia a nuestros religiosos
para administrar con grande repugnancia de los franceses y por instantes
se espera de Roma la resolución de esta materia con las esperanzas en
Dios nuestro señor y los informes de dicho señor obispo Argolicensé de que vendrá resolución
[a gusto] de los [nuestros]. El año de 86 llegó a Siam el Abad Palu
sobrino del señor obispo Don Francisco Palu con comisión de visitador general de las misiones
del oriente y a quince días de llegado murió en Siam. Y se dice que venía
a seguir [acérrimamente] los dictámenes de su tío.
El año de 87 aportaron cinco franceses al puerto de Ning Po de

la provincia de Che Kiang in mediata a la de Nan King que dijeran ser religiosa
de la [compañia] y matemáticos, y que si lo recibían en China sequesarian [lo
da] su vida en ella. El corregidor los los aseguró, y dio [ha sido] al virrey de la provincia,
y envío el memorial al [emperador], y de su real mano se remitió al
consejo de Ritos de donde salío decreto, que los padres matemáticos, sus libros, [sus]
instrumentos se vuelvan a Europa, y que se guarden todos los puertos que no entre
Europeo alguno. Difícil parece de creer que los dichos cinco padres sean verdaderos
padres de la compañia y hagan semejante oposición a los reverendos padres de la cortes
también se teme grande persecución por parte de la chinas por cuanto el Mascobita
esta a la vista del gran muro de china con un ejercito de cincuenta
mil hombres, y ha enviado a Peking un embajador al emperador de china pidiéndole
cuatro capítulos el primero la satisfacción de cierto agravio, que años
pasados se hizo a otro embajador el Mascobita envío a la corte de aquel imperio.
El segundo que se les abra el comercio que hasta ahora se les ha negado. El tercero
la entrega de ciertas ciudades que están fuera del muro a que [alegan]
derecho muy antiguo. El cuarto le pide unas fortalezas, y laguna [Celebes]
donde se cogen con grande abundancia ricas perlas. El emperador le concedió [con g]
de liberalidad todo lo que pedía, pero el embajador no ha aceptado porque
dice ser solo vice embajador, y es preciso dar antes cuenta al [primos]
que viene con el ejercito, de donde se discurre, que el intento el otro y que [a]
pretexto de embajada juzgando que no concedería el emperador lo que pedía, [Vie]
a declarar sangrienta guerra; el emperador esta con grande miedo, la
corte medio alborotada y los religiosos en gran peligro porque las Moscobitas
colgado en el pecho [margen izquierda] traen todos un crucifijo patente con que las chinas juzgan que somos todos [d]
una misma religión y facción. Y aunque los padres de la corte de Peking no [cosan]
de persuadir al emperador que aunque somos Europeos no somos todos chinos
antes si enemigos por ser cismáticos inobedientes a la santa iglesia romana,
y se teme persuadan al emperador que somos espías y enemigos en cubiertos
y que han hecho tantos cristianos los misionarios [paracer]
gente y levantarse con el reino. Y así si el Moscovita declara
guerra es muy [verosímil] se levante persecución contra los religiosos porque
así se practica ya en los tribunales de la corte de Pe King y [expenal]
el tribunal de Lipu, que es como congregación de Ritos, en el cual ha salido [conde]
da una [seta] de las de China que exhorta a la Anarquia, y dos [obediencia] a los
Relación de los sucesos de esta nuestra misión de la Orden de Predicadores en China en este año de 1682

La primera de hacer al Padre Fray Francisco Varo otro presente de
retorno; favor que aún otros de menores puestos no se dignan en China de
hacerle a todos. Pero lo que más tuvo de particular, fue, que entre otras
cosas de que el presente se componía, y van veinte y cuatro [taes] de plata
fina, siendo [forzoso] el recivirlo todo sin hacer la menor replica, por
venir de mano de persona tan superior. Que para quien se hallaba re-
celando gastos encontrar con un juez de antemano paga el mismo
las costas, da motivo para que principalmente se reconozca por dádiva de
aquel señor que de este modo nos da a entender, que aún en los
tesoros de los tiranos tiene su providencia el deposito para cuando
falte a sus hijos. Y si lo que contenía el regalo fue del precio que
queda referido, de mucho mayor monta fueron los efectos quede
el se sugieron para que el magistrado de la sala del crimen, en cuyo po-
der estaba ya el siniestro informe el tirano de Fogān como esta-
ba a la mira de lo que pasaba; extrañada la novedad de agasajo
tan doméstico en persona tal, no obstante que era desafecto a la
Ley de Dios suspendió por entonces el actuar cosa alguna
sobre la materia, por que conocía que había el Virrey de advo-
car así luego la causa, y declarar por falsa la acusación y con
firmariase en este sentir, cuando vió que el dicho Vierry despa-
cho dos carteles a favor de las dos iglesias de Fogān y Ningte,
que para ambas se le pidieron, mirando siempre como propia
la causa por lo que también tocaba a nuestros hermanos los reli-
giosos de nuestro Padre San Francisco.
[17] Aunque por esta parte habían comenzado a correr bien y favo-
rables los vientos; pero aunque daba mucho y que se miraba más
arduo por ajustar, por que estando también la acusación por
conocer de sus causas. Hay también en aquella metrópoli; el
cual es independente de todos los demás: y no habiendo nosotros
hasta entonces tenido entrada con el perfect que allí preside,
ni con otro alguno de su audiencia, ni menos descubrir quien
de nuestra [padre] le pudiese hablara no se podía esperar menos que senten-
cia en contra de los letrados quitádoles los grados que por ser
en este reino un grado de estos tan apetecido que si por ser
cristianos les privaran del a los que le tienen tengo por cierto que
fuera

entregado las listas, y preso a algunos cristianos, previno pen-
cas, convocó ministros y entre ruidos que amenazaban destro-
zos, llegado el día que había señalado para examen jurídico
concurrieron multitud de gentiles con ansia de ver extinguía
la Ley de Dios, salió el corregidor a Audiencia, y sentándose en
su tribunal con toda la soberanía que se acostumbra que
en China en la menor villa es muy majestuosa, mandó compa-
recer en juicio los examinados que solos fueron tres cristi-
anos que por viejos, y pobres debía el tirano de haber juzgado
por más a propósito, para que el miedo les hiciese decir allí to-
do lo que el quisiese. Comenzó el examen preguntando a
uno de ellos si era cristiano? (este que se llama Pedro Ching
me dijo después. Pero antes de comulgar, como lo hizo aquel día
me sentía, muy temoroso, y pusilánime, pero después de haber
comulgado me hallé con extraordinario valor) Respondió
a la pregunta del tirano con toda libertad que sí, que
cristiano era. Prosiguió el tirano preguntando, si tam-
bién su mujer lo era? Respondió Pedro que no solo su mu-
jer, sino sus padres, hijos, y lo serían siempre. Como pues
prosiguió el tirano permitis que las mujeres sean cristi-
anas? Donde sea visto en el mundo que las mujeres ten-
gan sectas, y doctrinas? Las mujeres respondió Pedro
no tienen racional como los hombres? No tienen peca-
dos de que deben procurar librarse? No le dejo proseguir
el tirano indignado de verle hablar con tal osadía, cosa
bien desusada, porque como es muy ordinario el matar
los azotes a los que llegan aquel puesto a los que llegan
a el apenas el favor les deja aliento para formar una
palabra, y así teniendo ahora este tirano por afrenta suya
la santa libertad de este cristiano, irritado y furioso arro-
jó las cañuelas, que es la acción con que decretan azotes, pero
aunque se seguía que de un montón de ellas que tienen para
este fin sobre el bufete, ahora las arrojase todas, su ciega cóle-
ra no le dió lugar a [a] entender que habían sido solas tres las que
había arrojado. Contiene cada una cinco azotes, con que le dieron
quince

con que se portan y hallándose este jurídicamente informa-
do contra nosotros de los tribunales inferiores, que esperaba más exac-
to el informe, en virtud del decreto que el pocos días antes había des-
pachado; Bien se deja entender de cuan poca monta ha-
bía de ser la intercesión de un pobre viejo de por cristiano llevaba
consigo el crédito de [aposionado ] a no haber habido otro más su-
perior impulso de aquel poderoso señor que para [dar] alguna
muestra de su infinito poder, suele escoger los medios más
humildes para derribar los imperios más fuertes. Llegó el des-
pacho a Fogān donde se hallaban unos ocupados en continuas
oraciones, letanías, y sufragios, porque las que comenzaron al prin-
cipio de la persecusión, ahora se repetían con mayor instancia
hallábanse ocupados, otros en violencias extorsiones, y di-
ligencias inicuas, con lo cual aunque a todos causo admi-
ración la impensada nueva, pero con la diferencia de efec-
tos que pedían tan opuestos ejercicios, porque en unos
entre júbilos, y alegres alborozos, sonaba la suave har-
monía de hacimiento de gracias, y alabanzas a la majestad
de Dios, y en otros se [vian] la turbación, los [tomores] y rabio-
sas blasfemias contra su divina bondad, pero todos
(sic) también los concluyan con que con esto
se había y ha dado fin a todas las máquinas de la per-
secución: Y así se seguía que había ello de ser a haber-
se de acomodar los sucesos a los discursos humanos, pero
por más ciertos y bien fundados que a los hombres les
parezcan suelen salir después vanos.
[31] Y a se sabía que por este mismo tiempo había llegado nueva de
la corte de que estaba el Virrey promovido para Capitán
General de Cantón, pero también se sabía que las personas
de puesto de aquella Provincia de Fo Kiên habían supli-
cado al emperador que tuviese por bien de que dicho Virrey se de-
tuviese allí por lo menos un año más que importaba su a-
sistencia para acabar de asustar las inquietudes de los
de Tayoan, con lo cual nos prometíamos que en aquel tiempo
que daría totalmente o segurada la paz, que deseábamos para
Fogān porque el Virrey demás de haber despachado el
sobre

se les dió entrada que dándose todavía el corregidor aguardan-
do. Dióles el Virrey a los tres él mejor lugar como a huéspedes
tomando el la silla inferior, y díjoles que muy fácil le fue-
ra a él el quitarle el oficio al corregidor de Fogān, pero que des-
pués quedaría más enconado contra nosotros, y acaso buscaría
otros medios peores por donde hacernos guerra, y asi que tenía por
mejor el ajustar lo por bien. Diéronle las gracias los religiosos
y luego mandó entrar al corregidor hízole una plática, que a ser cristiano
y muy fervoroso, no se que sela pudiera haber hecho mejor. Díjole
que como siendo ministro, y tan antiguo no había tenido noticia
de la Ley de Dios, estando tan dilatada por todo el reino. Que
en todas las provincias donde él había gobernado, había corrido con fa-
miliaridad con los religiosos y que en la provincia de [de] Jônân
de donde ahora venía de ser también Virrey dejaba comenzada
a fabricar una iglesia por su cuenta que en la corte hay dos o tres
iglesias, y lo que más es, que al lado del mismo emperador esta la Ley
de Dios, y concluyó diciendo, que le había mandado venir allí,
solo para hacer su negocio intercediendo con el Padre Vice Provincial
para que no le pusiese pleito en la corte (para donde estaba de par-
tida) por haber llamado en los edicto que había publicado, secta
falsa a la Ley de Dios, haciendo así que esta aprobada por el
emperador agradeció con mucha su misión al Virrey la merced
que le hacía, pidiendo perdón de su yerro, y dando por excusa que
gente de mala intención le había engañado. Despidiólo el Virrey
diciendo, que fiaba del que haría en adelante buen corregidor,
y que con esto, y tener siempre mucho cuidado de los religiosos
y de que ni a ellos ni a sus iglesias inquietasen gente traviesa que
él tendría cuidado de solicitarle sus aumentos. Fuese y tam-
bién los religiosos, habiendo rendido las gracias al Virrey, se
despidieron, con que se puso fin a este auto, y juntamente a toda
la persecución.
Después se visitaron el corregidor y el Padre Fray Francisco Varo dejando
muy asentada la amistad y tanto que he tenido ahora carta de Fo-
gān en que me dicen, que habiendo llegado un gentil acusar a
un cristiano porque persuadía a otros que entrasen en la Ley de
Dios, entendiendo, que con esto se congraciaría con el corregidor,
no sabiendo aun cuan mudado estaba; que el corregidor le mandó
a cortar rigurosamente al tal acusador, y juntamente le dió por ello
una

de nuestra santa fe, y aprendiese el rezo, él ofreció que haría
todo lo que se le mandase, y para poder mejor aprender
viniendo cada día a la iglesia se quedó sin volver a su pueblo
por algunos días en casa de un pariente suyo. [Tomólo]
con tantas veras, que en una semana poco más o menos, ya
estaba capaz de poderse bautizar. Bauticéle, y desde
que recibió el santo sacramento no volvió la maldita zorra
a molestarle más. Volvióse alegre a su pueblo, más no
halló muy alegre a su padre, porque habiéndole ex-
piado, y sabido en los pasos que había andado, y lo que ha-
bía hecho le aguardaba armado con un palo, con el cual
luego que el hijo llegó, le salió a [recibir] dándole mu-
chos y grandes golpes, hasta que se cansó, sin que se le oyese
otra palabra (como lo atestiguó un cristiano que con él
iba) más que rezar el Ave María levantando más, o
menos la voz en su rezo conforme el padre apretaba la mano.
Efecto manifiesto de la gracia bautismal que le asistía, y
enseñaba ya que en las tribulaciones se ha de recurrir a
la oración. Salió en fin Tadeo (que así se llama) tan fer-
voroso, que pocos días después me trajo a un amigo suyo
para que le bautizara y andaba persuadiendo a los que
podía.
[4] En la misma Villa de Loyuen bautizó el Padre Fray Juan de Santo
Tomás a un enfermo de cuya predestinación se digno la majestad
de Dios de asegurarnos, con la conversión de otros que des-
pués se bautizaron adolecía un soldado de una bien peno-
sa enfermedad; llamaron al catequista de la iglesia para que
la curase, por entender del arte de medicina algo halló que
la enfermedad estaba ya muy apoderada, y teniendo por impo-
sible el curarle el cuerpo, procuró dirigir al doliente a
que mudase los deseos a lo que más le importaba que era bus-
car la salud del alma, fue le proponiendo la ley de Dios poco
a poco; y aunque oía con alguna atención pero no le
agradaba mucho al catequista el verle muy ancioso de
la salud corporal. Púsole la enfermedad en el último lance
y pidió que le diesen el santo bautismo llamaron a toda prisa al
Padre Fray Juan; fue allá y aunque le halló y a muy privado
de los

[5] Parece que ha echado Dios su bendición sobre aquella Villa
de Loyuen, pues en cinco o seis años a que tenemos iglesia
en ella hay, ya buen número de cristianidad, y se van aumentan-
do de modo de que llegar ya acerca doscientos los adultos que
se han bautizado en solo este año, y lo mejor que tienen es, el
ser muy fervorosos, especialmente las mujeres, que en sentir
de todos los ministros, compiten con las de otras cristianda-
des antiguas obrando Dios para que se confirmen, y corroboren
más en la fe los casos que quedan referidos, y otros seme-
jantes, entre los cuales se hace aquí también lugar el
que sucedió en un incendio que abrazó gran parte de a-
quella villa.
[6] Llegaba el fuego y a casa de una cristiana llamada
Teresa mujer de un mandarín a la cual bauticé yo dos años
ha; viendo ella tan cerca el peligro, que desde su casa
alcanzaban ya a echar agua al fuego acudió a pedir
remedio a donde la fe le en señaba que solamente ya en
aquel lance lo podía hallar, o lo que más es que persua-
dió a su marido aunque gentil, a que hiciera lo mismo.
Acertó a llegar por allí un cristiano, y enviólo luego a
toda prisa a la iglesia a que pidiese al religioso
de su parte que rogase a Dios les librase de aquel trabajo
que tan próximo miraba. El Padre Fray Juan de Santo Tomás
que si día allí entonces, le dio al cristiano un pedazo de ag-
nus de San Pío quinto y explicándole la virtud de aquella
santa reliquia, le dijo que fuese, y a lo arrojase en el
fuego. Volvió con la velocidad que la necesidad re-
quería, diólo a otro cristiano que andaba sobre una
pared, diciéndole le que lo arrojase contra las llamas. Hi-
zo lo así, y fue Dios servido, que inmediatamente se mudó
el viento con lo cual el fuego torció el camino, y de-
jando aquella casa libre, fue prosiguiendo el destrozo
en las demás vecinos. Ya se deja entender, que con es-
pecialmente la buena Teresa que no poco se fervori-
zaría en su devoción, si bien que para asegurarla de que
el dominio con la vana gloria no le malograsen el mérito
que podía granjear de la acción permitió Dios que el
mil

de nuestra santa fe, y aprendiese el rezo, él ofreció que haría
todo lo que se le mandase, y para poder mejor aprender
viniendo cada día a la iglesia se quedó sin volver a su pueblo
por algunos días en casa de un pariente suyo. [Tomólo]
con tantas veras, que en una semana poco más o menos, ya
estaba capaz de poderse bautizar. Bauticéle, y desde
que recibió el santo sacramento no volvió la maldita zorra
a molestarle más. Volvióse alegre a su pueblo, más no
halló muy alegre a su padre, porque habiéndole ex-
piado, y sabido en los pasos que había andado, y lo que ha-
bía hecho le aguardaba armado con un palo, con el cual
luego que el hijo llegó, le salió a [recibir] dándole mu-
chos y grandes golpes, hasta que se cansó, sin que se le oyese
otra palabra (como lo atestiguó un cristiano que con él
iba) más que rezar el Ave María levantando más, o
menos la voz en su rezo conforme el padre apretaba la mano.
Efecto manifiesto de la gracia bautismal que le asistía, y
enseñaba ya que en las tribulaciones se ha de recurrir a
la oración. Salió en fin Tadeo (que así se llama) tan fer-
voroso, que pocos días después me trajo a un amigo suyo
para que le bautizara y andaba persuadiendo a los que
podía.
[4] En la misma Villa de Loyuen bautizó el Padre Fray Juan de Santo
Tomás a un enfermo de cuya predestinación se digno la majestad
de Dios de asegurarnos, con la conversión de otros que des-
pués se bautizaron adolecía un soldado de una bien peno-
sa enfermedad; llamaron al catequista de la iglesia para que
la curase, por entender del arte de medicina algo halló que
la enfermedad estaba ya muy apoderada, y teniendo por impo-
sible el curarle el cuerpo, procuró dirigir al doliente a
que mudase los deseos a lo que más le importaba que era bus-
car la salud del alma, fue le proponiendo la ley de Dios poco
a poco; y aunque oía con alguna atención pero no le
agradaba mucho al catequista el verle muy ancioso de
la salud corporal. Púsole la enfermedad en el último lance
y pidió que le diesen el santo bautismo llamaron a toda prisa al
Padre Fray Juan; fue allá y aunque le halló y a muy privado
de los

[5] Parece que ha echado Dios su bendición sobre aquella Villa
de Loyuen, pues en cinco o seis años a que tenemos iglesia
en ella hay, ya buen número de cristianidad, y se van aumentan-
do de modo de que llegar ya acerca doscientos los adultos que
se han bautizado en solo este año, y lo mejor que tienen es, el
ser muy fervorosos, especialmente las mujeres, que en sentir
de todos los ministros, compiten con las de otras cristianda-
des antiguas obrando Dios para que se confirmen, y corroboren
más en la fe los casos que quedan referidos, y otros seme-
jantes, entre los cuales se hace aquí también lugar el
que sucedió en un incendio que abrazó gran parte de a-
quella villa.
[6] Llegaba el fuego y a casa de una cristiana llamada
Teresa mujer de un mandarín a la cual bauticé yo dos años
ha; viendo ella tan cerca el peligro, que desde su casa
alcanzaban ya a echar agua al fuego acudió a pedir
remedio a donde la fe le en señaba que solamente ya en
aquel lance lo podía hallar, o lo que más es que persua-
dió a su marido aunque gentil, a que hiciera lo mismo.
Acertó a llegar por allí un cristiano, y enviólo luego a
toda prisa a la iglesia a que pidiese al religioso
de su parte que rogase a Dios les librase de aquel trabajo
que tan próximo miraba. El Padre Fray Juan de Santo Tomás
que si día allí entonces, le dio al cristiano un pedazo de ag-
nus de San Pío quinto y explicándole la virtud de aquella
santa reliquia, le dijo que fuese, y a lo arrojase en el
fuego. Volvió con la velocidad que la necesidad re-
quería, diólo a otro cristiano que andaba sobre una
pared, diciéndole le que lo arrojase contra las llamas. Hi-
zo lo así, y fue Dios servido, que inmediatamente se mudó
el viento con lo cual el fuego torció el camino, y de-
jando aquella casa libre, fue prosiguiendo el destrozo
en las demás vecinos. Ya se deja entender, que con es-
pecialmente la buena Teresa que no poco se fervori-
zaría en su devoción, si bien que para asegurarla de que
el dominio con la vana gloria no le malograsen el mérito
que podía granjear de la acción permitió Dios que el
mil

mucho el ir a verla, en este ejercicio le cogió la última
hora; el la cual haciendo muy fervorosos, como continua-
dos actos de fe diciendo: "yo creo en Dios firmísimamente."
Repitiendo estas palabras entregó el alma a su criado, de
cuya soberana piedad debemos entender, que luego le
mostraría a la Reina de los Ángeles a quien con su
candidez la buena anciana había deseado ver. Vol-
viéndose el Padre Fray Juan para su iglesia de la villa de
Loyuen se detuvo confesado a algunos cristianos que
viven en algunas aldeas de las que hay en aquella camino
y estando en una de ella le llegó, que otros viejos de los
que comulgaron, que estaban entonces buenos y sanos, y junta-
mente el enfermo habían ya muerto; y llegado a la iglesia tuvo no-
ticia como también había muerto la labradora que sellama-
ba Panla, de la cual se hizo arriba mención. De modo que
en menos de quince días murieron cinco personas que les
había Dios conservado por tantos años las vidas, hasta tener
los dispuestos con sus santos sacramentos , cediendo todo en gran
consuelo del religioso y para enseñanza suya, y de los demás
que andan en semejante misiones, y que si se les ofrecieren
escrúpulos, de pongan siempre inclinándose a la parte más
piadosa.
[10] Si los casos antecendentes pueden servir declinar el afecto
hacía las misiones, aun a los cuales fueren menos aficionados,
de este último podrán sacar muy buena doctrina para su pro-
pio aprovechamiento, aún a aquellos que les son más afectos,
referirlo en la misma forma que me lo escribió el Padre Fray Manuel
Trigueros que residía entonces en la ciudad de Foningcheu don-
de sucedió; una doncella de edad de quince años cuyos [padres]
y les dijo: que ella no era hija suya sino de Dios, y de la Virgin
Santíssima y así que le llamaran ministro de la ley de Dios para que la
bautizara. Por ser el Padre de esta niña licenciado ya maestro
de estudios, se hallaba entonces allí; como discípulo suyo, Joseph el
hijo de Jacobe nuestro vecino: Propusiéronle el caso al dicho Joseph
y les respondió, que el Padre Fray Francisco Varo había ido a Focheu y aun-
que había otro ministro en la iglesia, pero que no sabía lengua:
La muchacha instaba que la bautizaran. Con que llamaron a [Juan]
el
Casos de cosas que vieron algunos chinos por lo que se bautizaron. 1684

01 Nân Hûng Kín Kang Julio 1689. Un gentil [moribun]
do vio en sueños vio al ir a decir mura[...]
casa del hón chang, y diciéndola la cosa muy [...] lan
deciente, llame al hóci chàng y le legebirio no le
[aur] asesinado a los Cristianos, y que llaman al [ ]
bautizarles no pudo el [ alcanzar y el oir ][chung le]
bautizo. Luego dijo y [acua] visto [mes] señores le
preguntaran donde iba, y el [Rispo.] que al [ercho] y el cate
quista lo interpreto de la Trinidad, murio y fue el
caso publico.
02 -- En Nan hiang fu la de Julian Pung Chang [Chaytre]
no queria hacer se [y] a la muerte dice vio una
[ con la coronadas flores ] le reprendio [y] no ser [ehnaña]
despierto y dijo en la hay una [la] con corona de flor y
[y] me a dicho esto, bautizola el marido y murio.
3 -- En Nan Hiung Chin Tang un mozo a la muerte muy malo en sueño
vio un camino de ley [torso] y grande iba a la y le dio
gan a de andarlo, y co se llevar a la se bautizo y [sano].
3 -- En [ una mujer ][priorite] de muchos cristianos mas el ma-
rido gentil [terra] su [suegro] cristiano le hizo bautizar un hizo
que murió por lo cual [aborrecia] el Fe cristiana, en sueños
vío a la que la dijo fuese cristiana, respondió que no salva
rezar, que luego aprendería a bautizardose, comenzó aprender
y en tres semanas no puedo aprender el lizo bautizada luego
aprendió a esta muchas oraciones no necesarias. El marido
se quiere bautizar.
0 + -- Nan Hiang de 84 vecinos a la Iglesia, un niño movibiendo
hizo de gentil el le dijo al por que la dejase bautizar
y luego murió y estuvo así algunas horas, no [democu]
do del marido de los padres. El le dijo el [pane]
crito del en vivo y luego volvió, y sano y vive. Lla
marse Nicolás. --
Qua Juridictione Illustrisimus et Revendos D.D. Joannes de Casal Episcopus Macaensy into ta Diecesi gaudent.

167
Qua Jurisdictione et
Ioannes de Casal, Episcopus Macaensis into =
ta Diocesi gaudent.
1.o Tam certa videtue Episcopi Macaeensis per totum suum episcopatum absoluta et oro maria jurisdictio ut
super flun videri possit controversiam istam instituere. Sed guia anon nullis hoc vel alio titulo vocatur indubium ideo ex-
[yhmavi] [alignuo] esse praetium opere que honem itam, qua possim brevitate dirimere.
2. Certum imprimis est Ioannem de Casal civitatis Macaensis legitimum ipse episcopum constat ex Bulla Alexan-
dri VIII. data anno 1690. 4.o idus Aprilis, que incipit Apostolatus Officium. Constat etiam excomuni omnium acceptio
ne et ab anno 1692. Quo Macaum pradictus pervenit quieta et pacifica possessione.
3. Certum deinde est esse episcopum et ordinarium non solum urbis Macaensis sed totius etiam Insule Ma=
cao, nec non provinciarum Quantum et Quamsi, in hoc regno Sinarum, additis simul insulis asiacentibus et terris que ec
clesiae Macaensi ante a jurisdictionis erant ut patet ex illus bulle verbis. Cum retentione pro sua diocesi provinciarum [Qu.m]
tum et Quamsi in regno Sinarum cum Insula de Macao aliisque ad incentibus insulis et terris, quas dicta ecclesia Macaensis
antea possidebat his positis.
4. Asserendum omnino est Episcopum Macaensem omnem ordinanam jurisdictionem habere in his [lisanemi]
ne hic impedibilem aut dependentem, et ratio p.a est q.a quando jurisdictio est concessa, praesum untur omnia concessa que ad eam
exercendum sunt necessaria, ut expresse patet ex 2.o ff et jurisdictione cui jurisdictio data est ea quoque concea Didentu
Sine quibus jurisdictio explicari non potest. 2.a ratio q.a totalis haec et in impedibilis jurisdictio constat ex clarissimis illius bulle
verbis. Curam et administrationem ipsius ecclesiae tibi in spiritualibus, et temporalibus plenaria committendo. Qui enim
plenarie [consittit] nono partes nec cum impedimentis committit. haec est propria istius urbi significatio que ante ponenda est improprie iuxta Le=
gem non aliter delegatis.
5. Tertia ratio desumitive ex mente Summi Pontificis eam bullam ea occasione concedentis. Intentum enim et deside-
rium eius fuit ut non obstantibus decretis, que ad ordinariorum munia in his regionibus supplenda nes[...]
de Propaganda Fide annis praeteritus emanarunt. et loca praedicta ordinariorum cure quo ad omnia ipsorum [mucata] conse
entia committerentive quo [educitave] ex illa clausula iuxta de cretum particularis de Propaganda Fide super rebus indiarum
orientalium specialiter deputate et ex illa columus autem [quod] tu omnia ad divinum cultum necessaria iuxta erectionem dic-
te ecclesiae exequi cures, conscientiam insuper tuam onerantes. Mens autem legis latoris etiam [q.db ] verba essent obscura se-
quendaesit iuxta Lib. 25 ff de legibus. [Scive] leges non est earum verba tenere, sed vim et potestatem; cui consonat illud ex primano fine consideranda
est dispositio.
6. Neque obstant, ut, aliqui contendunt multa Brevia et alique Bulle, que pro Vicariis Apostolicis a sumis Pontificibus pre-
cipue Clemente IX et X et Innocentio XI. Fuerunt condita citative precipue constitutio Clementis X septime Iunii 1641
edita que incipit Christianæ Religionis ubi apseritur jurisdictionem in his Provinciis non ordinarsii [lcorum], sed Vicariis Aposto
licis privative, quo ad omnia competere atque in eundem sensum veciduun cetere, que hac super reaffereunteur, aut
Summorum Pontificum Bulle, aut Sacræ Congregationis declarationes.
Non inquam obstant, imo pro
illa pro Vicariis Apostolicis omnem jurisdictionem privative competere; et illa pro Macaensi curam et aministrationem plenarie committen
do esse invicem contraria et opposita: fieri enim [nequit] ut quis solus et privative possi[...] in aliquam rem habere jus, inquam [altue]
plenarium
Carta del P. Carlos Turcotti de la Compania de Jesús en Cantón para el comisario de San Francisco

renunciando antes: y allí [quantum est ex me] doy gracias a vuestros padres (a quienes después de Dios juzgue hacer un buen servicio con
tal título de vicario) de serme librado de él. Y [folgaré] mucho que el señor obispo no envíe más otro, o si le enviará [...]
con más prudencia y paciencia que yo, y no sea tan o más valiente (por tener más razón) del señor Basset, cuyo juicio y rep[...]
que tiene dado contra la jurisdicción y autoridad del señor Macaense y también contra el patronato, y decoro del [serenísimo]
rey de Portugal sepa vuestro padre que por hombres píos y doctos han sido juzgadas por descompuestas etc. y también dignas
de [ser en] remetidas al supremo juicio de la inquisición de Roma. Pues algunas de sus proposiciones son directamente [opuestas] a [las]
clausulas de la bulla del papa para el señor obispo macaense, no solo limitándola, mas totalmente frustrando la
misma bulla, y mente de su santidad; con otras cosas, y casos reservados in bulla [cena]. Y aún por esto mucho
más quedó admirado, que misioneros españoles tan prudentes y píos como vuestros padres se remitan a sí mismos, y a [...]
y también al mismo señor obispo, al juicio y respuestas (según dice vuestro padre más acertadas, que las suyas, y muy conformes
a la necesidad de las misiones, y gusto de Dios nuestro señor) de un clérigo francés y [intruso] etc.
Pero me parece que dirá vuestro padre, que no niega su jurisdicción ordinaria al señor obispo, mas solamente remite a los
vicarios apostólicos la respuesta si le toca o no al señor obispo el dispensar los ayunos. Con todo yo digo, que no vale este m[...]
termino, por 20 razones en contrario, que dejo por brevedad y la principal es porque es cierto que el papa dio la
jurisdicción total ordinaria sobre estos neófitos al señor Don Joao de Casal obispo macaense, y no tienen autoridad
los vicarios apostólicos, ni los mismos nuncios y legados del papa sobre los ordinarios sobre lo tocante a la
jurisdicción ordinaria. Y mucho menos la tienen para juzgar, limitar, [irritar] las bullas de su santidad, y lo
que los mismos les dan a los obispos. Y por eso los regulares no pueden ni deben recurrir, o remitirse a los vicarios
apostólicos y por esso para negar a los señores obispos lo que el papa, y los sagrados cánones les dan y no [...]
contra sus privilegios. Pues como escribió el señor obispo en una suya; [os ordinarios en todos seus bispados
tem jus pera mandar les pastrorais, dispensasoés jesuns, impedimentos matrimoniais publicar indulgecias e jubileos
não so em as paroquias mas ainda nos conventos i sentos etc.] cuanto más, que en este caso por vicarios apostólicos
no pueden ser jueces por ser también parte y tan dudosa su jurisdicción. Pues lo más cierto es, que ya acabó, antes
nunca la tuvo aquí el señor Maigrot etc. y por eso dejarlo incierto [por lo] incierto parece voluntariamente ser
amar o peligro, qui amat periculus etc.
Otra razón más breve y clara es del mismo señor obispo, el cual dice así: [O papa no enganou ao serenísimo rey de
Portugal concedendolhe seu jus patronato, eos bispos de China etc.] Ni engañó al señor obispo de Macao dándole tal
jurisdicción ordinaria en este Cantón etc. Luego si el papa revocó a los vicarios apostólicos o al menos no limitó su jurisdicción, mas[...]
la dejó toda entera como antes de enviar los obispos según siente vuestro padre [talmente] que, no pueda el señor obispo ejercitar
su jurisdicción en cosa alguna ni poner aquí vicario para el mismo fin sin ser juzgado, y amenazado el mismo [...]
señor Basset, y el reverendo Padre Fray Bernardino de las Llasas juzgaron, y amenazaron en sus respuestas. Claramente
se sigue que su santidad tendría engañado al serenísimo rey de Portugal y al señor obispo de Macao. Pues según la
opinión de vuestro padre no les concedió in [praxi] cosa alguna, más todo lo dejó como antes a los vicarios apostólicos.
Todo esto muy reverendo padre comisario supuesta la renuncia del oficio, y título de vicario, que dije al principio
de estas, hice. No es más entre nos que disputa, y cuestión [mera] especulación; y así non obstante ser los
de contraria opinión, yo soy como siempre.
De vuestro padre muy amigo y siervo
Traslado de la consulta que los agustinos hicieron sobre salir de Macao y volver a Filipinas. 1710

[...] Traslado de la consulta que los Reverendos Padres Misioneros
[...]Agustinos hicieron sobre salir de Macao
[...] y volver a las islas Filipinas
En este Convento de Nuestra Señora de Gracia del Orden de los Ermitaños de Nuestro Padre San Agustin
en . el Thomas Hortiz Vicario de la Mision de es-
te Imperio de China del mismo Orden , Junto la consulta en que asistieron los Padres Misioner-
os de dicha Misión que al presente se hallan desterrados en esta Ciudad de Macao , Lector Fray Fran-
cisco Fontanilla. Joan de Rivera, Joan Barruelo, y Joan Nuñez, y juntos, y congre-
gados dicho Thomas Hortiz les propuso el miserable estado a que habían llegado
las cosas de la Mision, y Cristiandad de dicho Imperio, y que no obstante los muchos trabajos y
aflicciones, que tenían padecidas por espacio de cuatro años solo por la esperenza de no perder la Mi-
sion , nada tenían conseguido antes por el contrario las dificultades que el día de hoy se hallaban pa-
ra entrar un dicho Imperio a cuidar de sus Cristiandades e Iglesias sino eran mayores , que an-
tes por lo menos eran las mismas y que así era necesario, que con maduro consejo se eligiese, y
determinase sobre este punito, lo que mas pareciese convenir para honra y Gloria de la Majestad
Divina. La cual propuesta oída por dichos Padres y controvertidas las dificultades y inconvenien-
tes de una y otra parte y encomendado a Dios negocio de tanta importancia; el día siguiente 1 de
Noviembre todos Unánimes y conformes dijeron que atenta la decision de la sagrada congrega-
ción sobre los ritos cínicos aprobada y mandaba poner en ejecución por [Nuestro Majestad] Santo Papa Clemen-
te XI. en Junto con las circunstancias de tiempo, y estado de las co-
sas de dicho imperio de China. Juzgaban no era posible la entrada en el, la cual no solo se
dificultaba por la obediencia , que toda esta Misión Agustiniana tenia dada y ofrecía siem-
pre dar a los mandados de la Silla Apostólica sino también por la interpretación , con que algu-
nos (según tenemos noticia) iludiendo dicha decision de la Sagrada Congregación se deter-
minan ir a la Corte a tomar diploma , protestando como antiguamente seguirlas prajes del Matheo
Riccio ; con cuyo ejemplar que dara mas establecida la ley de tomar diploma y seguir los ritos
cínicos y los Misioneros mas desengañados en cuanto año poder entraren China sino solo con
dicha condición que totalmente se opuesta a la obediencia , que profesan a la Silla Apostólica de la
cual no juzgamos licito apartarnos aunque sea acosta depender nuestra Misión: porque la ca-
ridad que es la que mas nos podia obligar en esta ocasión para ser bien Ordenado es necesario que
comience de nosotros mismos, procurando primero por nuestra Salvación que por la del proximo
como nos lo enseña la Majestad divina por aquellas palabras : quid pro dest homini sitotum mun-
dum lucretur anime acetem sue detrimentum paliatur? En cuanto a permanecer en esta cui-
dad de Macao [Ultra] de faltar el fin de entrar en China y recuperar la Mision, que es la U-
nica y total causa que nos ha tenido aquí tanto tiempo , se hallan algunos inconvenientes y en-
tre otros uno es el peligro con que vivirnos en ella y a de ser obligados a salir de ella para tierras
estranas , y a de ser encartados en los pleitos, que se suelen fomentar en dicha Ciudad, la cual co-
múnmente goza de poca paz y abunda de perturbaciones , y alborotos , y el día de hoy no se halla
poco perturbada por haberse encontrado las jurisdicciones del santo oficio y real en la causa
de un rebelde a la justicia , de que se [teme] se han de originar muchos males a esta republica.
A todo esto se llego, que supuesto no hay esperanza de poder entrar en China y no ser necessa-
ria licencia de alguno para salir de aquí , por ser ya muerto el Excelentísimo Señor Cardenal de
[Jovernon] a la Provincia de Filipinas. Por estas y otras causas determinamos que se procu-
re sacar licencia del Virrey de Canton para podernos embarcar en la chalupa de Miguel
Traslado de una carta que Thomas Ortiz escribió al Capitán General de la Ciudad de Macao. 1608

Traslado de una carta que el reverendo padre lector Fray
Tomás Ortiz escribió al Capitán General de
la ciudad de Macao.
La obligación de mi oficio me compele a representar a vuestra señoría el agravio que padece esta misión agustiniana,
no con ánimo de querellarme ni pedir contra persona alguna, sino sólo para suplicar a vuestra señoría
[que] se sirva de defendernos de él y ayudarnos para la propagación del evangelio y salvación de tantas almas,
cuantas por nuestra ausencia de la misión de China en adelante se condenarán, que serán muchas,
y no serán pocas las que hasta el día de hoy se habrán ya condenado por esta misma causa.
Salimos de China no voluntarios, sino forzados o desterrados por la causa que todos saben,
y vinimos a Macao por orden del [chungto] y virrey, los cuales se despacharon un decreto (que
se conserva en esta ciudad) en que mandaban [que] estuviésemos en Macao y aquí esperásemos ocasión
oportuna para volver a entrar en China e ir a la corte, o por mejor decir esperásemos los
ordenes de Roma, para según ellos elegir camino.
Cuando esperábamos dicha ocasión, se interpuso la ciudad de Macao, poniendo escrito al
mandarín, en que dice: que "para evitar males, certifica que los cuatro religiosos agustinianos que
se hallan en Macao no quieren ir a la Corte a tomar diploma y espontáneamente desean volver
a sus reinos." Decreta el mandarín diciendo: que "dichos religiosos son mandados por el [chungto] y virrey
estar en Macao y no volver a su reino. Y así que vea si es que dichos religiosos desean irse, o si
es invención de la ciudad para echar de sí esta obligación" [etc.]
Vuelve la ciudad a poner segunda petición o escrito, diciendo: que habiendo examinado lo
que se la mandaba, halla que dichos religiosos dicen que "no desean ir a la corte, y que espontáneamente
desean volver a su reino." Decreta el mandarín que "dichos religiosos no tienen causas para tan
atropelladamente querer volver a su reino, y que parece que la ciudad por propia voluntad suya
pide esto por ellos" [etc.]
De todas estas cosas estábamos muy ajenos, cuando el mandarín de la Villa de Hiangxan llegó a
esta ciudad. Con su llegada tuvimos noticia de todo, no sin grande admiración nuestra. Mas procurando
olvidar agravios, el día 11 de este mes, en que el mandarín vino a este convento, sólo le representamos
como deseábamos ir a Cantón para allí esperar la ocasión, que aquí estábamos esperando. Y para
ello le suplicamos que nos ayudase. Respondió que lo haría de muy buena gana, mas que para
eso sería bien que el procurador de esta ciudad pusiese una petición representando esto mismo, que
entonces él la despacharía según nosotros deseábamos.
No quiero detenerme a ponderar todas estas cosas, porque no dudo que vuestra señoría lo podrá hacer mejor
que yo, a quien suplico sea de tal suerte la ponderación de ellas, que más le mueva a compasión, que
a enojo contra los que así tienen obrado. A mí no me duele tanto el agravio que padecemos, cuanto a
considerar que los gentiles son noticiosos de nuestras faltas, porque de esto sólo se puede seguir un gran
descredito de la nación europea, y un sumo menosprecio de la ley de Dios que profesamos.
No ignoro que para echarnos de Macao se valdrán de decir [que] hay ordenes reales, y que así conviene
para el servicio de su majestad. Pero es cierto que el servicio de su majestad no consiste en que las almas, por las
cuales Cristo nuestro bien derramó su sangre, se condenen, sino sólo en que se salven. Yo no puedo saber si el
día de hoy hay tales ordenes de su majestad. Pero sé que nunca nos las mostraron, y que en otras ocasiones no las había.
Y no obstante eso se procuró hacer esto mismo en Macao con los misionarios con título o pretexto de que
había ordenes de su majestad para ello. Pero dado caso que el día de hoy las hubiese, es cierto que nunca se pueden
entender con los misionarios desterrados de China por la obediencia a la Silla Apostólica, ni con los
regulares españoles, ni tampoco en la forma que se practican.
El derecho que tienen los misionarios para predicar la ley de Dios a las gentes se le dio Cristo
nuestro bien cuando en el evangelio les manda. Que caminando por el universo mundo siembran su evangelio
y le prediquen, y también cuando San Pablo dijo: que la palabra de Dios ni está ni debe estar
atada, esto es que no sólo éste o aquél, sino que todos la deben predicar. Y para no ser largo en referir
textos de la sagrada escritura etc. basta el precepto de caridad, que Dios puso en el Decálogo, por el cual
estamos obligados a procurar la salvación de las almas, así como por la justicia somos necesitados a no impedirla,
so pena de padecer los tormentos del infierno por una eternidad.
Para mejor cumplimiento de los preceptos divinos la majestad de Felipe 3.°, rey de España, y Portugal
alcanzó de la santidad de Paulo 5.° una bulla su data a 11 de junio, de 1608, en que después de
Traslados de cartas que el Reverendo Padre Lector Fray Thomas Ortiz Vicario Provincial de la misión de San Agustín de la China escribió al patriarca Charles-Thomas Maillard de Tournon .

3a Carta = M.R.P. Com.o Provincial El papelillos (o renglones) no quire decir que el menciona en la del
Padre Lector Fontanilla, no quiere decir , que nosotros hacemos juicio de que los señores sabían la publicación
del Padre Guardian , serio solo arguir por una y otra parte ; esto es si lo sabían mal, y sino lo sabían peor Sa
A lo que [US.] dice que el señor Patriarca respondio Sz.a Digo que yo venero a dicho señor y sus cosas , y asi no
tengo mas , que decir , sino solo que no sabemos si la causa de responder no fuesen al entierro , fue la pregun-
ta que se le hizo , y si esta fue la causa , cual hubo de ser? en fin bastaba , que el señor Ascalonense fuese
obispo , y obispo de la Congregación , para que todos le honrásemos , y no nos negásemos a una obra
de caridad , que cada día hacemos a cualquiera. Bastaba también que hubiésemos ido en persona dos
veces a suplicarles asistiesen al entierro y tercera vez por un criado , siendo la causa de esta mi importu-
nidad el temor de algún escándalo , y el mirar por sus mismas cosas , y las del señor a quien con
estas cosas se ha echo mucho daño , y por ultima se ha puesto a sus contrarios ( a lo que yo discurro) Una
corona con esta operación se les ha dado bastante escándalo , y ocasión de que burlen de los Agustinos y di es-del
te Convento diciendo : que muy bien pagadas están las finezas echas por dichos Religiosos a dichos seño-
res , quienes no podrán negar , que cuando esta Ciudad les cerraba la puerta , este Convento la abría para
todos , (y aun actualmente están algunos de ellos viviendo en dicho Convento y en nuestra Señora de la Peña del mis
mo Orden) exponiéndose por esto a muchos males , como la experiencia ha mostrado y pleiteando con-
tra todas esta Ciudad antes de ayer, y ayer en la misma función del entierro por fin de la obediencia al S.s
Patriarca a este mismo tiempo recibimos el premio y Galardon Sz.a solo me consuela , que lo que obró lo obro por
Dios. por Religioso. y hombre de bien , y asi sin atender a estas cosas. Siempre que las razón lo pi-
diere , me tendrán dichos señores a su mandado porque siempre soy el mismo, y no hay mas de es He-
rencia en mi , sino que antes estaba edificado , y ahora escandalizado . Amigo el dolor es mucho . y
muchísima razón , y porque no se me aumente , le suplico [auP]. no nos vuelva a tocar este punto ;
bastan nos nuestros males y el padecen por todas partes ; mas espero con Dios ques es Padre de miseri-
cordia, nos sacara bien de todo , y nos consolara Sz.a = A lo que dice el S.s. Abad Cordero de que sera
muy acertado , y del gusto de su exelencia que yo escriba una carta al S.s Patriarca diciéndole no hallo [eltes]
[lam.lo] [Sz.a ] y asi suplio a su excelencia mande por censuras Sz.a Resp.o lo l.o que yo no busco pleitos , ni los
quiero , y si los que hoy , los pudiera yo acabar , y hacer que todos quedaran en paz lo hiciera desde
luego. Lo 2o que nosotros llevamos otro modo de proceder , y no es honra , ni atencion al S.s. asi
que Dios haya excitar pleito alguno sobre sus cosas; primero quiero perderlas todas , y todo el bien,
por grande que sea, que de eso se pudiese originar a nosotros que tomar en boca semejante cosa, faltan-
do en ello a mis obligaciones [Sz.a] Dios [g.de] [Aus] muchos años como [desco.] Macao, y Marzo 22 de 1709.
De P.M.R. Su menor siervo in Christo. Fray Thomas Hortiz. =
Traslado de Una Carta , que dicho
de otra del S.s Patriarca , otra del Reverendo Padre Fray Joan de Astudillo , quien sobre este mismo
punto escribió al Revrendo Padre Fray Bernardino de las llagas. y son las del n.o
4a Carta. = Exelentisimo Señor tiene echo el Padre Langasco el inventario de las cosas del S.s Ascalonense
que este implora , como Vex.a Ordeno. Solo falta de ajustar una cuenta sobre la plata , de todo [ho]
[ura] dado dicho Pe. parte a vex.a y así yo lo omito. No dudo que vex.a en caso de no ser fortuita la
noticia de la enfermedad , muerte , y entierro de al S.s Ascalonense , que Dios haya , hubiera explicado
su mucha
Carta de Juan Bautista de Olarte desde Macau al gobernador de Philipinas. 1709.

fue el señor don Fray Álvaro a Macao, no porque seguía el dictamen del
dicho señor patriarca, sino por ser ministro inmediato de la sede apostólica,
(salió de China por quitar la nota que podía haber). Fue le a
visitar dicho señor don Fray Álvaro, y no se dejó ver. Escribió le, y respondió
le dicho señor patriarca una muy cruda carta, porque no seguía su dictamen.
Con estos y otros trabajos, fue servido nuestro señor de llevarle
para sí al dicho señor don Fray Álvaro a 20 de marzo, próximo pasado.
Y adviértase que haberle resistido en la ciudad de Macao al dicho
señor patriarca ha sido por no haber manifestado el poder que trae
de su santidad sobre dicha ciudad de Macao y tierras sujetas a la
corona de Portugal.
Por julio, del año próximo pasado, dicho señor patriarca publicó un edicto
en que manda con censuras reservadas, así que ningún sacerdote
clérigo o religioso pueda entrar ni salir de China sin su licencia
y que ningún superior de cualquier religión que sea pueda gobernar
a sus súbditos sin licencia especial suya.
En el reino de Tun king, confinante con el de China, hay
dos vicariatos apostólicos. El uno es de un clérigo francés que juntamente
es obispo titular con otro obispo también clérigo francés con la
futura sucesión y cuatro o cinco clérigos franceses y algunos naturales
también clérigos. En el otro vicariato estaba un padre
domínico milanés también obispo auxiliar [ha cerca] dos años que
murió, y el señor patriarca nombró por vicario apostólico en su lugar
al padre Fray Juan de Santa Cruz, domínico natural de cerca de Valladolid
en Castilla la Vieja. A este todos los ministros de su vicariato
le han dado la obediencia como a tal, menos los padres de la Compañía
que se han resistido, diciendo que aquel reino es del patronato real
de Portugal, y así que no le han de reconocer por vicario apostólico
hasta que venga decidido de Roma, adonde apelaron.
En el reino de Cochinchina, que se sigue a el de Tun kin,
está por vicario apostólico un clérigo portugués de la India,
y tiene otro obispo clérigo sucesor suyo. Este reino hay
pocos clérigos franceses y algunos padres de la Compañía, y entre
ellos el Padre Juan Antonio Arnedo de la Compañía de Jesús
y natural de la ciudad de Tarazona en el reino de Aragón. Este es
muy estimado del rey por la matemática del rey, y ha servido y sirve

mucho a dicha misión donde de algunos [años] a esta parte, hay persecución
contra nuestra santa ley, como también en Tung kin,
aunque ahora está algo lenta. Por los años de 702 hubo algunos
mártires en este reino de Cochinchina, así de los naturales
como de los ministros evangélicos en que los ha favorecido mucho dicho
padre.
Por el mes de mayo, de este año, vino nueva de China como
el hijo mayor del emperador acusó al segundo hijo (que estaba
jurado por heredero de dicha corona) y al décimo y decimotercio
que querían matar al emperador y levantarse con el reino.
Mandó dicho emperador ponerlos en rigurosas prisiones, y un [bellaco]
mató al decimotercio. Hízose la averiguación y halló se
ser testimonio, dieron libertad a los dos y prendieron al
calumniador, y toda la corte le pidió al emperador [que] le perdonase.
Hizo lo así.
En este tiempo se reveló un pedazo de la provincia de Nan king
con la provincia de Xen sy. El emperador envió socorro, y estando [ya]
los enemigos para conquistar una ciudad, dio sobre ellos y con
gran matanza se deshizo del ejército enemigo. Hubo muchos
muertos en diversas ciudades y provincias por sospechas, y en la
ciudad de Pe king más de trescientos hombres.
Tiene se noticia que el emperador de China enfermó casi hasta la
muerte, y que unos médicos europeos lo curaron. [Él, agradecido,]
hizo un decreto publicándolo por todo su reino, concediendo que
todos los europeos que vivían en él pudieran escribir inmediatamente
a su persona. Y si querían enviar algún regalo lo entregarán
a el que gobernaba la tierra, donde se hallaba
y a su costa se lo remitiera. Y con tal favor los pobres ministros
evangélicos que estaban ultrajados por las cosas requeridas
han subido a tanta estimación, que no solo la plebe sino los
que gobiernan les hacen cortesías y agasajos, y a millares piden
el santo bautismo. Sin duda quiere Dios conservar [aquella]
trabajada misión.
Los franceses seculares llegaron a Cantón a poner factoría el año
de 1698, donde han estado ultrajados y con muchísimos trabajos
y gastos de hacienda hasta el año de 708, que del todo se [acabó]
dicha factoría, y solo ha quedado que los que quieren ir [acorto]
lo hacen en cuatro o cinco meses, y se vuelven a sus tierras.
Por los años de 708 con poca diferencia los ingleses hicieron
Carta del franciscano Fray Agustín de San Pascual desde Cantón a Fray Álvaro de Benavente. 1697

Muy reverendo padre, Fray Álvaro de Benavente
Los días pasados escribí a vuestro padre en que le daba noticia de las cosas de
por acá en order de vicarios apostólicos y obispos y lo que nosotros en Cantón
comunicábamos sin determinación por el mismo tiempo lo determinó
el señor obispo de Argolis en Nanking enviando al padre Fray Juan
Francisco de Leonita a Cantón para por esas islas pasar a Roma y aconséjanos
a nosotros que en todo caso conviene vaya uno de nuestra misión
con él, dando la razón para por nuestra parte proponer nuestros negocios,
porque el padre Fray Juan Francisco no se puede hacer parcial agenciando
las cosas de los españoles que esa será arriesgar el negocio común
que lleva por el bien de toda la misión. Y el nuestro también quizás no
tendrá el efecto que podemos desear. Estuvimos ya determinados
de ir por Fokien por decir los españoles que aquí están no pueden llegar
a Manila temprano, ni dar tiempo más de el que puede gastarse
en enfardar la ropa. Más considerando que la idea de Fokien
es bien incómoda, lo uno por el viaje de aquí a Hiamuen, lo otro
por lo champanes de los chinas, teniendo este viaje por tal vía sólo
el fin de ganar tiempo para que los tres provinciales se junten y
traten este punto entre sí, y con el gobierno tuvimos por más
conveniente enviar con las cartas un mozo por esta vía. Y nosotros
ir con el navío de los españoles que así se consigue el fin
que [se] pretende, y nos libramos de las molestias de tal camino.
En fin, mi reverendo padre, la principal agencia de de nuestro negocio en orden
a despachos para Madrid tanto de vuestro padres como de gobierno lo
pongo yo en la agencia, cuidado, y celo misionario de vuestro padre que
en esta ocasión no dejara de hacer en Manila lo que hizo en
Madrid y en Roma por ella, coronando con tal trabajo el buen
efecto que comenzó en referidas partes, dando la última mano a
conseguir la promesa que nuestro rey y señor que Dios guarde nos tiene
prometido afianzada su palabra en la carta que remitió a los
provinciales de Manila, por mano de vuestro padre y así le suplico [hable]
Memoria del recibo y gasto den los niños expósitos desde las últimas cuentas y que se embió a Manila al Padre Lector Tomás Ortiz por abril de 1713.

Memoria del recibo y gasto en los niños expósitos desde las últimas cuentas que
envié a Manila a nuestro padre lector Ortiz por abril, de 1713
A 26 de abril, de 1713, la plata de los niños expósitos sólo eran ochenta
y tres pesos y cuatro tomines. - 83 pesos 4 tomines.
A 30 de diciembre, de 1714 puse en el talego de los niños expósitos veinticinco
pesos por carta de nuestro padre Ortiz a cuenta de otros tantos, que en
Manila entregó el General Don Joseph Oscorta a nuestro padre Foronda. - 25 pesos.
Hoy 11 de febrero, de 1717 hallo que hay [error] de cuenta, o falta de asiento
en el recibo o sobra de asiento en el gasto. No sé en qué está el
[error]. Aún hay, como abajo se verá, catorce taeles, ocho reales
y un [fuen] para los gastos de los niños expósitos. = Según sale, hay
unos 17 taeles de exceso del gasto al recibo asentado, que serán más de 23 pesos.
Y así los agrego al recibo de estas cuentas. = 23 pesos.
Gasto.
El gasto del rescate y sustento de los niños del año de 1713 importó
diecinueve taeles, un real, un [fuen] y ocho [lyes] - 19118.
El gasto del año de 1714 importó dieciocho taeles, un real y seis [lyes] - 18106.
El gasto del año de 1715 importó veintiún taeles, dos reales y ocho [fuen] - 21280.
El gasto del año de 1716 hasta 10 de febrero, de 1717, día último de la duodécima
luna del año sínico del Kang hy 55, importó, en 13 lunas que ha tenido el
año sínico, dieciocho taeles, cinco reales, siete [fuenes] y dos [lyes]. - 18572.
Suman setenta y siete taeles, siete [fuenes] y seis [lyes]. = [£]77076.
A 11 de febrero, de 1717 y primero de la primera luna del Kang hy 56, ajusté las cuentas de los niños expósitos
hasta dicho día. Y he hallado que aún tienen catorce taeles, ocho reales y un [fuen] para
sus gastos desde el dicho día primero de la luna presente. En el bolsillo están los nueve taeles,
ocho reales y un fuen. Y el Ma fung Domingo, con quien hoy ajusté cuentas, las dará
de cinco taeles que están a su cargo para el gasto de los niños expósitos, que están en
su Hospital de Sta. Rita = Xao king fu, y febrero, 11 de 1717 años.
Hay en [ser]: 14 taeles, 8 reales y un fuen = Fray Ignacio de Santa Teresa.
Auto prohibiendo que presenten comedias, saraos y danzas sin autorización previa del vicario provincial. 1701.

[Im. 3]
[Nos], el doctor don Diego Camacho y Ávila, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica,
Arzobispo de Manila Metropolitano de estas islas Filipinas y gobernador
apostólico del obispado, sufragáneo de la Nueva Segovia, vacante del consejo
de su majestad = A vos los fieles cristianos, estantes, habitantes, y residentes en
la ciudad de Manila y en todo este nuestro arzobispado y en el Obispado de la Nueva Segovia
sede vacante que es a nuestro cargo, salud a nuestro señor Jesucristo. Ya sabéis
o debéis saber que la obligación principal del cargo y oficio pastoral que Dios nuestro señor
fue servido poner sobre nuestros flacos hombros, es evitar todas y cualesquier ocasiones
de pecados que se puedan perpetrar contra su divina majestad, más en estos tiempos en
que estamos experimentando todos los de la monarquía de España sus justos
enojos con tantos azotes de pestes, guerras, hambres, y la falta de sucesión a la
real corona en nuestro católico monarca, indignaciones todas que debemos considerar
merecemos de la divina justicia por nuestros pecados. Sobre que ya visteis y oísteis
las rogativas públicas que por tiempo de nueve días se hicieron por mandato de nuestro
rey y señor (que Dios guarde), para que con la reformación de costumbres, enmienda
de vidas, y frecuencia de sacramentos, se aplaque la justísima indignación de
Dios contra nosotros, que debemos temer más rigurosa si de nuestra parte no ejecutamos
tan católicos preceptos. En cuya atención, y porqué de la concurrencia
de hombres y mujeres en donde se representan comedias ya obscenas, ya trá[gicas]
y ejemplares se han experimentado y cada dia se experimentan muchas of[ensas contra]
Dios nuestro señor, cuya bondad inmensa debe ser infinitamente amada [ ] [recurso]
mismo de entrambos sexos en que el enemigo común no cesa ja[más] []
citar incentivos con que abrazar las almas en el fuego infernal de la concupiscencia,
como por lo que de semejantes comedias y representaciones se origina, ya por ser
ellas mismas arte diabólico de enseñar venganzas, duelos, liviandades, y de poner en
práctica modos y medios ilícitos y deshonestos de ofender la majestad de Dios. Y haciendo [stop here, 7-9-2024, decide whether this sentence belongs to the previous or next sentence]
ellos mismos el tropiezo y ocasión de semejantes culpas y maldades y de otras
muchas que vosotros no ignoráis y sabéis muy bien. Circunstancias todas que atentamente
vistas son saludablemente prohibidas por los sagrados cánones y especialmente por el
Concilio Toledano, cuya saludable resolución se tomó también en tiempo de nuestros católicos monarcas
(que santa gloria hayan) los señores Don Felipe segundo y Don Felipe cuatro,
el grande, habiendo sido este dictamen cristiano y político de la
mayor parte del real y supremo Consejo de Castilla, sobre que deseando como de-seamos
ejecutarlo para poner el remedio que ataje tan perniciosos daños en
vuestras almas, para que Dios nuestro señor sea más dignamente loado, servido, y venerado.
Y cumpliendo con nuestra obligación y oficio pastoral, desde luego para en adelante,
et in perpetuum, quitamos y prohibimos absolutamente todas, y cualesquiera
comedias, de cualquier especie que sean coloquios y entremeses de
cualquier idioma que fueren y escuadrones de mujeres de cualquiera
Relación y otros instrumentos sobre el desacato de los Naturales de Dongalo. 1717.

Ang comunidad nang lahat nang mañga caguinoohan sa tatlong manga visitas,
Palanyag, Las Piñas, at San Nicolas, na may mañga firma dito, ang maalam
somolat at ang di maronong somolat ypinamintacasi sa maronong
na yfirma ang canilang panĝalan; Cami nagsisipaniclohod nang pospos
na galang sa camahal-mahalang harapan nang nuestro muy reverendísimo padre provincial
dito sa caniyang pagvivizita dito sa convento at simbahan nitong aming bayan
at ang uica po namin; yquinahihiya, at yquinaâalapap nang aming
manĝa ysip, at bait ang alborotong napasar nahayag sa lahat, na nacarating
sa caniyang mañga mahal na tainĝa, na sa ngalan nitong bayang Palanyag,
ang [uicari't haca] nang di nacatatanto nang bagay, ay cami casama ring
lahat doon sa alboroto, na ytong bagai na yto, siyang nacapilit sa aming
maghain cami nito, na bilang aming descargo, lalo pa doon sa ang uica'y nanhihinampo
na caming manĝa taga-Palaniag sa aming dating Ama, at Pañginoon
na manĝa padre augustino at cami hongmihingi sa ilustrísimo señor arsobispo nang
ybang horden clerigo baga, na siang mag-administrar sa amin; doon sa hiñging
yaon nang nanĝagsihinĝi hindi cami casama, at hindi pa ayon sa
gaion canilang yniysip; condi ang dati na naming Ama at Panĝinoon
na manĝa padre San Agustin na aming quinaguisnan capag [caracana] ang maalindog
nilang pagcopcop at pagcacalinĝa sa canilang manĝa anac at alaga, na siya
naming pinagcaquitaan nang totoong caliuanagan nang pananangpalataya
sa Santísima Trinidad, na sila rin ang nacapag-alis nang bendang nacatataquip sa aming
maporol na bait, na sa canilang matiagang pag-aral sa canilang manĝa predicaciones
naguin maliuanag [nasula] sa aming maporol at maicling bait na manĝa
caaua-auang tagalog dito sa bayan nang Palaniag. Na cami ualan sucat may ganti
sa canilang pagaadministar sa gabi't, sa arao, na yto ang aming quiniquilalang
malaquing otang; At ang bocod pa dito 'y ang pagtolong sa ycagagaling nang bayan
na ang hindi macayanan nang canilang sariling cataoan, ay napatotolong at
tinotolonĝan nang nang canilang pono at provincial na quinacalinĝang totoo; caya
sa aming pañginoon nuestro muy reverendísimo padre provincial hinihinĝi nami't; ynaamo [am]
na huag caming ypaquidamay sa galit, at hinanaquit sa manĝa di congmiquilala
dito sa madlang mañga caotanĝan na aming nasabi na sa ytaas nito ang hinĝi
[nami' i] ampon, at misericordia etc
Don Juan Mamonong

estaba pendiente en la real sala y no se ha todavía había
sentenciado, que se estuviera quedo, y que no anduviera
alborotando a los indios. Y que eso de órdenes
verbales que no servían, y que así que esa orden
que la pidiera por escrito, para que hiciera
fuerza, y que me la enseñara para yo darle parte
de ella a mi prelado. Y que si tenía que responder
que respondiera, y que mirara que esto era lo que
debía hacer, y que bastaba el que yo se lo pidiera por
ser su ministro, y con esto se fue, y esto fue viernes
en la tarde. Y esto que digo es lo que pasó al
pie de la letra. Y todo se lo dije con palabras
mansas y términos corteses como lo juraran siempre
que se ofrezca estos dos principales que se
hallaron presentes, y los cite por testigos. Y así
firmaron conmigo. - Fray Juan Serrano
Pedro de los Santos - Don Diego Berlado -
Y esto se lo leí a los dos
en presencia de dos
principales llamados
Don Ignacio Pantaleón
y Don Nicolás Carabeo

que el padre." Y todo esto se le dije con palabras corteses, y sin [descomponer]me
en cosa alguna. Y le dijimos: "mira hijos nosotros no [venimos]
haceros ningún daño o vejación pues las armas que [traemos]
son esta correa de nuestro padre San Agustín" y se la enseñamos. [Y] [viendo]
con el modo que estaba el Capitán Pablo le dije: "[tu]
el peor de todos pues a todos los estás alborotando y todos [hacen]
lo que tú quieres porque te tienen miedo. Y andáis yendo
de ramas, para pleitear y [encogiendo] la plata [sus]
Dios adonde va a parar." Y me respondió: "yo sé muy bien lo que
me hago, y sé cuáles son nuestras tierras, y vosotros no y pues
hacemos la cerca [porque]sabemos que hasta aquí son nuestras [tierras]
y vosotros no sabéis lo que es vuestro. Y así esto que es nuestro [nos]
queréis quitar". A que le respondí, "¿cómo tienes atrevimiento de decir
una cosa como esa pues nosotros antes pecamos de sórdidos
que de avarientos pero solo tu podías decir eso que
eres cristiano. Pues, en todo el tiempo que he estado aquí []
no te he visto acción que huela a cristiano. Pues en todo evento
no has entrado en la iglesia ni una vez siquiera a oír misa. Ni
tampoco has cumplido con la iglesia. Mira si todo eso que haces
es lo que manda Dios. Y si es lo que yo digo, el que no hace acción
que sea de cristiano... Y a mí me toca como tu ministro
averiguar si oyes o no. Mas ya, pues no tengo por donde mecerte
el que la oyes en otra parte." Y me respondió: "es verdad que [no]
oigo en esta iglesia sino donde me parece porque os tengo [miedo]
porque todos me tenéis rencor. Porque decir que yo soy el [caso]
de este pleito de las tierras, y así no quiero ponerme delante []
ninguno de vosotros. Y tocante así oigo o no oigo [misa].
Muy bien, lo que me hago [es] que soy cristiano. Y me dijo [otras]

antes el oír cosas que no quisiera oírlas. Y así todo se lo [o]
a Dios, y el muchacho mi criado por fin le quitó el alfanje
de la mano, y al quitárselo como el indio hacía fuerza [de]
soltarlo, se cortó el mismo con su mismo alfanje de la [mano]
un poco de la banda de adentro. Y, ya viéndose sin alfanje
otro de sus compañeros, le dio otro alfanje, y lo jugaba muy [bien]
no obstante de tener su mano lastimada. Y mi criado [se retiró]
dos pasos atrás defendiéndose de tanto garrote y alfanje [como]
llovían sobre él, y al retirarse para atrás se [enredó]
rodaja de la espuela en la rienda de mi caballo, y [cayó]de bruzas
porque el caballo tiró un [gelon] para atrás, y [entonces]
le rompieron la cabeza de un palo. Y un brazo se lo maltrataron
muy bien cómo se puede ver por esa certificación de
cirujano que le curó. Y si uno no llega y corta la [rienda de]
mi caballo paraque no se hubiera levantado. Y lo hubieran [ acabado]
de matar. Y yo con mi mano derecha cogí la rienda de mi [caballo]
para que no se me fuera porque estaba muy alborotado. Y yo [tuviera que]
pedirles el que se apaciguaran con la mano izquierda [que]
me servía como de broquel cuando les hablaba, cuando se [arrimó]
el hijo del Capitán Pablo, y me tiró un palo a la mano que
la dejó sin poderla menear por entonces. Y cuando yo [volví la cara]
vi que el Hermano Fray Diego, y sus vaqueros, y mi [muchacho]
iban corriendo a caballo, y la mayor parte de la gente iban corriendo
tras ellos. Yo me quedé allí con mi fiscal y mi [chiquillo]
que iba con los cojinillos. Y no pudiéndome yo poner a caballo
Vocabulario Visaya de Pedro de San Nicolás y otros. 1700s.

Data de los depósitos y demás fondos
Nuestro Padre López [] – 3
Padre Sebastián de Foronda - 3
Nuestro Padre [] Cristóbal Tomás - 5
Nuestro Padre Pedro de San Nicolás - 8

Avanzar o ir para delante. Lusuc
Abanico. Pepay
Abarcar cogiendo algo. Langcum
Ave conocida de pies largos. Acbag
Ave como tórtola. Lugmon tagalo. Runay
Ave de color musco menor que cuervo. Tigcalo
Abecilla como golondrina
Avecilla como golondrina. Sibat
Ave como codorniz. Tayubac
Ave de a dos colorados. Talamuri
Ave como tordo. Culacling
Ave conocida verde y colorada. Culasisi
Ave amarilla como oro pendosa. Cullavan
Ave como tarca. Dangcangau
Ave roja y verde. Batala
Ave prieta y pescuezo, blanco con cresta. Calao
Ave alcatraz de buche grande. Pagpagala
Ave como codorniz. Paloloui
Avecilla conocida. Padilicdilic
Avecilla como gorrión. Rogo
Aves lautos. Ayup
Ave conocida. Canaul
Aves conocidas. Denas
Abejas para ilan. Rutiocan. Puquiotan
Abejarucos verdes- Balanguban
Abejarucos que se entran por los oídos.
Abejarucos con que pescn. Tabo
Ave aguacil que pesca. Casiti

Abalanzarse a enemigos o mariposa al fuego. Tangap
Abancar o ir para adelante. Lusuc
Abanico. Pepay
Abarcar cogiendo algo. Langcum
Abe conocida de pies largos. Acbag
Abe como tórtola. Lugmon tagalo. Lunay
Abe de color amusco menor que cuervo. Tigcalo
Abaricia o cuytadez. Sungit o Yngit
Abecilla como golondrina. Sibat
Abe como codorniz. Tayubac
Abe de ojos colorados. Talamuri
Abe como sordo. Culaching
Abe conocida verde y colorada. Culasisi
Abe sola y grande. Culipat
Abe amarilla como oro péndola. Cullauan
Abe como tarca. Bancangan
Abe roja y verde. Batala
Abete prieta y pescuezo blanco con cresta. Calao
Abe alcatraz de buche grande. Pagpagala
Abe como codorniz. Raloloui
Abecilla como gorrion. Rogo
Abes voladitos. Ayup
Abe conocida. Canaul
Abes conocidas. Denos
Abe acuátil que pesca. Casili
Abejas. Panilan. Putiocan y Puquiotan
Abejarucos verdes. Balanguban
Abejarucos que se entran por los oídos.
Abejarucos con que pescan. Tabo
Abenida de río. Bulus
Abentar el arroz en bilao. Apiap
Abentar limpiando ut granos con bilao. Tatap

Data del padre predicador Fray Domingo Ruiz
Acostarse. Vide. Saling
Acostumbrarse o abituarse. Lumno
Acostumbrarse o al ocio o a la virtud. Dalila
Acrecentar o añadir más. Lunga
Acrisolados ut oro o hierro. Tunac
Acribar arriba en bilao. Tingting
Acuela de carpintero. Daras
Acienda caudal.
Acucar o incitar al perro que muerda. Cato
Acul de color. Yrao
Acusar ut a superior. Sumbung
Acto veneno. Vide. Catuan
Abrió. Busngi

Alabanza honra. Puri
Alabar y honrar de palabras. Buni
Alabar ¿ la cosa o persona. Vide. Pintas
Alabarse o jactarse. Aya
Alabarse o jactarse vanamente. Bulgar. Lalo
Alacrán. Latiat
Alagar con acciones o palabras como ánimo para que calle o pidiendo favor o mujer a varón tentándole. Aro
Alajas de cocina o de mesa. Basaguin
Alegre u ocioso. Lualhati
Alagillas domésticas. Daral
Albo amanecer. Masmas
Alba. Vide. Buclat
Alargar el pescuezo como para alcanzar a ver más. Anglao
Alas o plumas. Pacpac
Alborotar la gente ut caput fachonis?. Sagusao
Albricias premio o ¿ en acción de gracias. Galal
Albricias por nuevas etcétera. Vuñgar. Salap
Alcaguese¿ para todo lo malo. Samaya
Alcanzar en cuantas ut acreedor. Vide. Abut
Alcanzar. Abut
Alcanzarse unas cosas a otras ut pesares. Vide. Sian
Alcanzar o tener bienes o puestos. Dasngan
Alcanzar o levantar. Buat
Alcanzar en los brazos cosa pesada ut enfermo. Saclolo
Alcanzar el rostro ut buscando fruta de árbol alto. Talanga
Alcanzar o soliviar. Tayag
Alcanzar o soliviar con palanca o con remo hacer fuerza en el agua para virar barco. Sual. Asual
Alcanzar algo y ponerlo en mesa o aparador o parte alta. Talanga. Sangpa
Alzar cosa del suelo. Nagson
Alejar la cabeza u otro miembro o ¿. Atnga
Alejarse o irse lejos. Lacuay.
Alegrarse mapa. Aglas
Alegrarse sin cuidado. Vide. Tual
Alegría. Sigla

Alegría contento. Tula. Saia
Alegría. Culala
Alfares?. Aspili
Alcuza o botijuela para cuete oloroso. Tampayac
Algalia. Diris
Algodón en copo para hilar. Puyod
Algodón. Bulac
Aldaba de flechas. Vide. Payong
Aliñar o desembarcar ut aposento. Vide. Simpan
Aliñar algo o ponerlo azcado. Tangcap
Alla acullá. Carin
Alma racional. Caladua
Almas celos antiguos separados que andan haciendo mal. Anito
Almejas largas. Daung
Almejas. Cabibi
Almejas cierta especie. Parus
Almejillas más pequeñas que cabibi. Calang calangan
Almohada. Hunan
Alocado que no pone sentido en lo que hace. Dulingas
Al punto luego. Cabud
Alquitara de taberna. Caluung
Alto ut torre. Layug.
Alto matar

Amistad. Dugu
Amo o señor. Apo. Guinoo
Amontonar ut grano o leña etcétera. Tampuc
Amparar. Vide. Lucub
Amparar ut codoroso. Vide. Salampad
Amparar o resguardar ut poderoso a doble. Vide. Canlong
Ampollas o fuego de la boca. Aguiap
Ampolla de que madura. Lintug
Ampollas que salen sobre el agua o para pez que anda abajo o por piedra que se arroja. Pupug
Ampollas de calor en la boca. Laso

Andar el otro. Daicdic
Andar cayéndose ut niño o viejo por falta de fuerzas. Dampag
Andar colla con cabeza ut sanguijuela. Dangan
Andar desatinado ut borracho. Losong
Andariego que par encaja. Vala
Andar o como ella para cargar tierra entre dos. Calapay. Langcayan
Anejo ut tabaco arroz o sementeras a dos o tres años que no se labra. Laon
Andrado de vestido viejo o de petate. Gabil
Anguila talonaza otra specie. Palus
Anguila o como ella. Puyanguitan
Anegarse ut por avenida pueblo. Albug. Aldam
Animales y aves pequeños que aún no han parido. Dumalaga
Animalejo rojo que entra por el cutis y de comezón. Tungao
Animal pintado de diversos colores. Tolocambing
Animarse o hacer aprisa. Mona
Animarse. Vide. Caladua
Aniquilarse. Agda
Aniquilar a no dar. Vide. Raip
Aniquilar o destruir la cosa. Bating
Anís como el que viene de China. Sanggui
Año de doce meses. Vide. Banua
Anochecer. Silim
Anteponer. Vide. Lalo
Antes. Bayi
Antes bien. Bagus
Antiguo. Ngean. Antigua. Sadia
Ahora. Ngeni. Ngeta. Ngeti.
Ansias del que sea o de agonizarte. Ongre
Ansia amorosa. Simi.
Antojo de preñada. Vide. Agli
Anteojos. Salamin
Antorcha o de caña rajada o candela etcétera. Polo

Apagar ut fuego. Panda
Apagarse ut fuego. Apda
Apalancar metiendo palo y haciendo fuerza. Asual
Aparear o juntar cosas o duplicarlas. Langcap
Aparecerse o mostrarse. Sibut.
Aparejado dispuesto. Apag
Aparejar o disponer difunto para enterarlo. Borol
Aparejo o recado para obrar ut los instrumentos del oficio o todas las especias de guisar. Sancap
Apartar cosas que están pegadas o clavadas o gente que riñe. Baclas
Apartar o quitar algo de alguna parte. Lacao
Apartarse del camino. Balangui
Apartar del camino real. Liuas
Apartarse del camino de próximo tomando otro rumbo. Salangi. Balangi
Apartado de la razón o avieso o barco atravesado contra el viento. Siual.
Apartar la escalera de la casa para que ningúno suba. Liquid
Apartar unas cosas de otras ut las buenas de las malas. Tangi
Apartarse cosas unas de otras. Cauani
Apartar o dividir cosas contiguas o pegadas. Cauang
Apartar o despegar cosas junas. Bingao
Apartarse el alma del cuerpo. Vide. Ualay
Apartar cosas poniendo las a un lado y las pequeñas a otro. Pinpin
Apartar o desviar. Liuia

Árbol conocido. Banaba
Árbol conocido. Acli
Árbol medicinal. Agusu
Árbol cuya leche da comezón. Camug
Árbol de naranjas agrías silvestres. Catmon
Árbol conocido. Apalit
Árbol del cual se saca caña. Balibago
Árbol fruta conocida. Santol
Árbol cuyas flores son coloradas. Sabbang
Árbol y frutas del mabolo. Talang
Árbol conocido. Betiz
Árbol conocido. Bulaon
Árbol conocido de las olorosas y medicinales. Cabling
Árbol conocido como cedro. Calantus
Árbol que tiene mucha fruta. Mayutput
Árbol conocido. Mitla
Árbol conocido. Dita
Árbol o madero ingenere?. Dutung
Árbol guaco. Goang
Árbol bueno para carbón de herreros. Guyungguyung
Árbol conocido. Anibong
Árbol conocido. Acle
Árbol silvestre cuya fruta es como el chiquey. Palapat
Árbol conocido buenas las hojas contra el sol. Pangdan. Y también el bangcal. Y el Lagundi.
Árbol conocido cuyas hojas sirven para cocer pescado. Putat
Arbolillo que nace junto al buri de que hacen sogas. Popo
Árbol conocido. Antipolo
Árbol conocido. Pangdan. Purac
Armas algo ut tehago en tierra p.a barsiajustan las medidas

Armarse el caballo en dos pies. Vide. Salacab
Arroz fino. Bacayao
Arroz blanco. Tuliapis. Tulapis
Arroz quebrado que no quedo entero al pilarlo. Binglad
Arroz palay tostado. Busa
Arroz cuando está para lichar espiga. Buticas
Arroz cuando comienza agarrar. Muri
Arroz aún no bien maduro. Duman
Arroz pilado. Abias
Arroz con cascara. Palay
Arrodillarse. Siclaud
Arroyo estero. Sapa
Arroyuelo. Batis
Arroyuelo o esterillos causados de marca o avenidas. Salipsip
Arrojar con la mano. Vide. Bayubay
Arrojar echándolo de la mano. Ygsay
Arrojar o hacer que caiga. Baldug
Arrojar o echar a mal la cosa dejándola. Laglag
Arrojar o dar de mano. Gapan
Arrojarse el peligro. Vide. Sulsul
Arrojar con colera de la mano. Bulasoc
Arrojar como de lejos o a mal. Balongdon
Arrojar de punta y de golpe. Bolosoc
Arrojar o echar a mal. Lutang
Aro de bejuco o cosa así que ponen por rodilla para asentar bien la cosa de mal atiento. Bat
Aroma de que sacan aceite oloroso. Tinggalong
Arquear algo ut caña. Lantic
Arqueado o doblegado. Asoc
Arquear las cejas o para administración o haciendo señas. Quindat
Arruga de ropa. Cutun. Lucut
Artesa para lavar. Batea
Asador o cosa en que se ensarta algo. Atbac
Asado por de fuera y crudo por de dentro

Atadura del piña ut en los tejados. Laut
Atadura o lazo para subir a las palmas. Buus
Atajar al que huye. Vide. Salabat
Atado ut de bejuco. Socong
Atalaya desde lejos ut centinela en alto. Badiac
Atalaya como torrecilla. Langolango
Atajar camino para negar antes. Balangtao
Atar con vendas o maderas los cadáveres. Cupat
Atar o ligar. Aptas
Ataud. Cabaung
Atender bien o aprehender que se desea a ver. Namas
Aticar el fuego. Vide. Latang
Aticar el fuego metiendo leña. Tangab. Subung
Atolladero o hoyo para caer. Balean
Atolladero o cenagal. Laput
Átomo o porción menudísima. Calapsing
Atollarse cuello hasta el fin. Y en agua sin hallar pie como el atcan que no halla fondo. Mupus
Atormentar, afretando con fuerza. Alipit
Atormentar ut dando garrote. Anglit
Atravesar por camino peligroso o mal alborotado. Tangad
Atravesar derecho cuando en camino hay vueltas. Salabat
Atravesar alguna cosa. Baclay
Atravesar de parte a parte con clavo o cosa así. Balan
Atravesar. Balasbas
Atravesar engolfándose ut por mar. Baltang
Atraer a otro como para su barangay. Anggum
Atraer con el aliento ut viento bebida etcétera. Sangap
Atragantarse con el bocado y estar repleto. Abtang
Atravesarse como ramas en rio o camino.

Bianda que se come acompañando el arroz. Olan
Bibero para peces que hacen en el río con ramas. Angao
Bicioso que provoca a otros ut a jugar o putear. Garo
Biudos de él o de ella. Balo
Bisnaga. Tangguile
Bisnieto. Tid
Bida etcetera. Biay
Bidrio o a vaso de vidrio. Bobog
Biejo podrido como decimos que baldón. Nitong
Biejo como ropa. Aran. Basan
Biento. Angin
Biendo, vendaval. Amian
Biento recio que cumba. Bagul
Biento norueste. Balaclaut
Biento sur. Timog
Biento que cumba. Dagoldol
Biento conocido nordeste. Sabalas
Biento fuerte que no varía ut baguio. Sigua
Biento norte. Ylaga
Bigotes y barbas. Gumi
Bilao o azafate. Ygo
Binagre. Aslam
Bino dulce de caña. Quilang
Bino fuerte y oro acrisolado. Dalisay
Biombo o parapeto que cubre. Dingdingali
Biolencia. Pilit
Birarse en redondo ut barco o culebra que se enrosca. Balucay
Birar barco dando vuelta. Biluc
Birginidad. Vide. Dalaga
Biruelas. Bolotong
Biruelas mortales. Tustus
Biruelas gruesas y malas. Vide. Lagpag
Bisitar a enfermo o amigo. Apa
Bisitar a otro. Aquit
Bisitar ut enfermo o por urbanidad. Dalao
Bituperio o murmurar de otro. Libac
Bituperios. Tay

Buelcos ut enfermo desasosegado. Uasang
Buelta en redondo ut de trompo. Trapiche
Buelta de rio o cordel que se enrosca. Licao
Buelta como de posesión. Limbon
Buelta de rio. Lingco. Lindo
Buelta de barco o caballo etcétera. Paling
Buelta del carnero hincando la cabeza y volteando pies arriba. Balintuad
Buelta de San anton o bola. Dilang
Bueltas o menesos de pie sobre el agua. Cajao
Buelta lo de adentro a fuera. Balictad
Buen natural, bien achinado. Ganaca
Bueno justo banal
Bucear o cabullirse en el agua. Sungab
Bufar o gruñir las bestias irritados. Angol
Bufido de bestias. Amos
Buyo mascado y otra cosa exprimida. Sapa
Buyo. Samat
Buyo picante. Balig
Bullir en el agua caimán o pesado. Lucsay
Bullir las tripas o pijo que da come. Contalantam
Bullir con ruido ut pez o caimán en el agua. Lagosad
Bullir o pulsar las sienés. Quirot
Bullir o pulsar como las arterias. Guibul
Bullir en el agua o caimán o pescado. Luasay
Burlar o mofa que se hace de alguno. Lidio
Buscar cosa que se perdió o echar menos. Lili
Burlar o mofar de otro engeñándole. Taro
Burla o chanca de palabra a obra. Biro
Buscar ¿ lo perdido. Paninton
Buscar como en la madera el clavo. Jalundum
Buscar cangrejos. Lungga
Buscar tentado con barral lo que está debajo del agua. Luruc
Buscar favor o ayuda. Mongcaqui
Buscar atiento ut en obscuro o debajo del agua. Salavay
Buscar entre espesura o cosa menuda entre trastos tesoro o acciones de reñir. Taclag

Chispa o centella de fuego. Lipato
Choca pequeña ut de taberna. Coala
Choca en sementera. Cubo
Choca que es tejado solo aún agua. Dangga
Choca ut para dormir una noche en despoblado. Baag
Choca para nombrar a dormir en el monte. Balongbalong
Choca o camarín en el monte. Laung
Chorear materia de la herida. Nacna
Chorear ut sangre de herida o manteca asando. Diri
Chorear licor en la vasija. Sabay
Chupar ut caña dulce. Sipsip
Chupar o sorber haciendo ruido con la boca. Aclug
Chuparse ut los niños o los bobos. Otot
Chupar con cañuto ut agua. Ydib
Chupa medida. Latang
Cicatriz o señal de caída aunque sea palo o piedra. Bioc
Cicaña. Data
Ciego. Bulag
Cielo que vemos. Baua
Ciento. Dalan
Cien pies. Laypan
Ciertamente. Pin
Ciento. Pala
Cimarrón. Liag
Cinco. Lima
Cintillo de oro cierta hechura. Lintas
Cintura por donde se abarren. Anac
Citado por junta o trabajo. Lungco

Confundirse con meneos. Latud
Confundirse. Lisud
Contradecir y resistor. Talad
Contrapeso ut en barco para no se trastorne. Tindi
Corvina pescado. Apap
Corcovado. Bucut
Cordel de tres hilos o ramales hacerlo. Tali
Cordel donde están los homos de la atarraya. Lauayan
Cordel que estado tirante y ser rosca por sí mismo. Malutac
Cordel con que se amarra el gaón. Culiling
Corneta o trompeta. Pacacac
Coronilla o pezón de fruta ut grana, piedra en anillo. Tampoc
Corral para pescar en el río o zacatales con avenida. Baquicong
Corral de pescar. Abang
Corral de ramas para que no salga el pescado. Asad
Corral de pescar que los peces entran en el de golpe. Bolusuc.
Corral ingenere para pescar. Bunuan
Corralillo para pescar curos. Cubut
Corral de cañas para coger pescadp. Baclad
Corral de pescar. Balisasa
Corral o cercado para bestias o para guardarlo. Banlut
Corral de pescar que los peces entra en el de golpe. Bolosoc
Correoso. Cuñat
Correoso como miel. Ligut
Correr tras a otro para alcanzarle. Tagal
Correr las lágrimas. Bolog
Correr con inquieta ut rio cosa de viento. Dabilbil
Correr o ir con violencia ut árbol cuesta abajo. Dagas
Correr a volar con velocidad. Bagtus
Correr. Pulayi
Correr las lágrimas. Bulug

Correr o ir con violencia ut árbol cuesta abajo. Dagas
Corriente que hace caracoles. Balibid
Corriente que apenas se marea. Luali.
Corpulento abultado. Bagal
Corriente del rio. Agos
Coronilla de la cabeza. Polopolo
Cortar árbol o fruta y dejarlo secar. Tigang
Cortar o golpes ut labrando madero. Tigpas
Cortar el racimo del árbol ut plantas etcétera. Timba
Cortado con cuchillo o espada o golpes. Tabac
Cortar de golpe ut con catana. Tabtab
Cortadura desollándose el cuero. Tacup
Cortar de la hierba a raíz de la tierra. Tactac
Cortar cañas o leña. Taya
Cortado o quebrado el soslayo. Tangab
Cortado o chapodado ut árbol. Tapas
Cortar de golpe. Tapios
Cortar metal. Tatac
Cortar o acepillar los nudos de las cañas. Salimao
Cortar el árbol a raíz de la tierra. Sapul
Cortar al sesgo ut tela o tabla. Uquil
Cortar cercenando o igualando. Palas
Cortar o diestro y a siniestro ut ramas en camino. Palaspas
Cortar las ramas al árbol desmechándolo. Palungpung
Cortaduras a trechos en las palmas para subir. Tibaba
Cortar metal con tijeras. Catli
Cortar en trocos, ut carne. Balag
Cortar en rebanadas. lapas
Cortar en trocos. Lapis
Cortado o partido en parte ut madera ropa etcétera. Lasi
Cortado con cuchillo. Cutud

Cortar las espigas del palay una a una. Atab
Cortar en tiradas carne o pez. Guili
Cortar en rebañadas como melón. Ylis
Cortarse con algo ut caña, cuchillo. Gala
Cortar en rebanadas delgadas. Lalip
Corte de la cosa. Tabas
Corteza de plátano o árbol. Ubac. Opac
Corteza que se cae por seca a los hoyos. Sabac
Corteza de la caña fresca que sirve para altar. Lapud
Corteza con que de riñe de rojo. Bangcoro
Corteza de un árbol cuyo zumo es contra sanguijuelas. Puas.
Cortesía o pedir licencia. Sangtabi
Cortesía o comedimiento. Bungla
Cortesía quitándose el sombrero o paño. Pugay
Cordel o cuerda. Lubid
Cortina o colgadura. Tabing
Corte agudo o a hacer punto cuchillo o palo. Ticmus
Corto de vista. Lula
Corto. Cuyad
Cosas dichas con tanta consideración. Simbalang
Cosa a media romper. Gatus
Cosa útil y provechosa. Ybat
Cosa calzada acero ut herramienta. Bingsal
Cosa de poca monta. Mistula
Cosa que parece camote. Balaring
Cosa forjada o a medio hacer o de palo o de metal. Banday
Cocer. Tay
Coscorrón en la cabeza. Sintoc
Cocer hilvanando. Salisol
Cocer como cayanes de nipa. Samat
Costado. Soso
Costal o talega. Suput
Costanero. Talugtug

Cubierta de algo ut paño. Culapot
Cubierto como con pabellón y chimenea. Cubut
Cubrir con hilo o punta de aguja. Cipat
Cubrir poniendo como pantalla. Angpad
Cubrir ut la luz para ofenda. Salampar
Cucarachas. Ypas
Cucharón o cuchara. Sanduc
Cuchillo de habito o chinina etcétera. Suclia
Cuchillo pequeño ut de mesa. Sundang
Cuchillo que sirve para cortar espigas. Yatab
Cuchillo de dos dilos. Yua
Cuchillo de punta aguda. Pisig
Cuchillo como puñal pequeño. Luruc
Cueva subterránea. Lungga
Cuervo. Auac
Cuento o historia etcétera. Salita
Cuerda o sesga para tirar barco. Putal
Cuerdas instrumentos de tejer. Uyung
Cuerda de guitarra. Dilis
Cuerda del arco de flechas. Litid
Cuerda o bejuco para tirar el barco a la sesga. Ovay
Cuello o garganta por delante. Batal
Cuerpo. Catauan
Cuerno ingenere. Sagu
Cuero curtido. Sapi
Cuesta o barranca. Talabis
Cuidado o vigilancia en algo. Cutil
Cuidado y diligente. Alinsanay
Cuidado o pesar. Gula
Cuidar de algo. Yngat
Cuidado o asistencia a pobre o enfermo. Yral
Cuidado amoroso. Salbat
Cuidado o tiento en obras. Lumay
Culebra boba. Bitin
Culpa falta. Sala
Culebra de agua. Calabucab

Crecer presto ut gente o planta etcétera. Talubo
Crecer la marca. Susi
Crecer ut animal o planta. Dalugdug
Crédito o buena fama. Buñi
Creer. Salpantaca
Creer a otro o confiar en él. Tinala
Crespo o rezado de cabello. Ycal
Cresta de gallo. Palung
Criado o súbdito. Caual
Criar a medias animales domésticos etcétera. Yui
Criar ut chichigua, niños y también gallinas puercos. Yvi
Criar tiñas o sarnas en la cabeza. Dicdic
Crisol para purificar oro. Lila
Crisol o bracero de platero. Lagangan
Cruzar una cosa sobre otra. Bangtay

Deslumbrarse con la luz. Ylao
Desmayo o flaqueza. Benuz
Desmayo de repente. Bungsol
Desmayarse o debilitarse ut de hambre o por falta de sangre. Panas
Desmedrado por no creer ut mala planta. Lumpo
Desmenuzado en pies. Busi
Desmentir de su lugar ut pieza que resbala o madera que se salió de su asiento. Dasun
Desmochar ut árbol o abrir la carne para sacar la espina etcétera. Laslas
Desmochado ut árbol o hombre sin cabeza. Oungut
Desmontar cortando árboles ut para hacer huerta. Pupu
Desmontar zacatal para sembrar. Gasac
Desmontar árboles o hierba. Danglay
Desmoronar ut turrron grande. Tibag
Desmoronado. Buyagyag
Desnudo. Lubas
Desnudar o desatar. Lucas
Desobedecer repugnar. Lapas
Desollar. Catat
Desollarse porque madura la piel. Lapnos
Desollado o descortezado. Lupas
Desollar o despegaras. Pacnot
Despabilar con mano o tijeras. Tangtang
Despabilar ut candela candil o lampara. Singsing
Despachado que se vuelve. Pulas
Desparramar ut cuando echan la semilla con la mano o cunado el pescador arroja la tarraya. Sabuag. Sabug. Sabud
Desparramar ut semilla sembrando. Salbag
Desparramar o esparcir ut semilla. Sambulat
Desparramar o extender algo. Calat
Despedazar destrocar de presto. Uasac
Despedazar en pedazos ut vaca muerta. Sagsag
Despejar como gente que embaraza y también levantar las mejas o recoger tras lo que embarazar. Ampal
Despegar o apartar cosas juntas. Bicang
Despeñar por parte costanera. Putid
Desperdiciar o destruir. Bacsa
Desperdiciado ut cosa tirada en el suelo. Latang
Desperdicio. Sapang
Despertar al duerme o recordar al que se olvida o se advierte. Guising
Desportillado ut pájaro o ave desplumada o boca sin diente. Bogto

Doblarse o torcerse como tabla que se reviene al sol. Ascad
Doblar apresando o poniendo en orden. Capis
Doblarse ut espada o vara. Yona
Doblarse o inclinarse como a la de sombrero. Gupi
Doblar ut ropa. Tuclip
Doblar esquina de calle o no proseguir recto. Salindo
Doblegarse o blandearse. Tuclip
Doctrina enseñar. Aral
Dolor o amor hasta las medulas. Antac
Dolor de ausencia. Simi
Dolor o pesar de haber herrado. Sisi
Doncella. Subuc
Dormir suavemente a roncar suavemente. Alitot
Dormir o hacer noche sin prevenir en alguna parte. Yra
Dormición o sueño. Tudtud
Dormitación. Tongdo
Dormir. Nigla. Panigla
Dormir con otro. Saling
Dormir de brujas. Sapa
Dos. Adua
Dos palos con que apuntalan. Suqui
Dote. Amas
Dote que el varón da padres de la mujer con quien se casa. Doro.

Embarazo u ocupación. Alinlangan
Embarazar el paso ut el que lleva carga de volumen. Salabac
Embarcación conocida. Bangca
Embarcarse o subir a caballo. Sacay
Envejecerse ut ropa o vestido. Labuyan
Envestir peleando. Bangya
Enviar ut cartas o cosas manuales. Bal
Enviado o mensajero. Tubud
Enviar con tristeza del bien ajeno. Diria
Emborracharse o desvenarse con buyo. Ybay
Emborracharse o embriaguez. Labu
Embriaguez de vino. Lasing
Envolver con ropa y también cordel. Pelanggos
Envolver con paño. Pungos
Embotarse el filo de la herramienta por mal temple. Colon
Embotado ut filo de herramienta. Piloc
Embotamiento de cuchillo o herramienta. Porol
Embotamiento de herramienta. Tumal
Embotado ut cuchillo. Bingao
Embotarse ut herramienta o dientes por mal masticar. Yolyol
Embrear cerrando ut tinaja. Capul
Embudo. Salubasis
Emmarañado ut pelo no peinado. Sabung
Emparejar ut la paga con el precio o servicio o cumplir palabra etcétera. Tupad
Empeine del vientre de aquella carne más gruesa que está encima del sexo y debajo del ombligo. Puso
Empeines. Buni
Empeller para adelante. Subung
Emplasto. Tapal
Empreñar. Buctoc
Empujar delado como de codo, cornada dentellada de jabalí o empujar. Singuil. Siquil

Engañar a otro para que se pierda a camino. Lili
Engañar delatando con pretextos frívolos. Linggon
Engañar con embrollos ut mercachifle. Linglang
Engastar en oro o plata. Calupcup
Enjuagar ut vaso. Canao
Enjuagar ut vaso. Banlao
Enmarañar caballo o seda. Jolo
Enmarañar o enredar ut cabello. Gutgut
En ojo o enfado ut entre domésticas. Tabug
En ojo o berrinche con retino y no querer comer por eso. Tampo
Enojarse. Calicasas
En ojo y rabia. Asbo
Enojarse sin causa. Yngit
Enojo o mojina. Mua
Ensayar música o comedia. Bagay
Equilibrio que no va a una parte ni a otra ut palo que está en rio que lo sube y baja la corriente. Timbultail
Enseñar o instruir. Osoc
Enroscar ut cordel. Langul
Ensayar villancicos o comedia. Liso
Ensayar comedia. Sulit
Ensaye o prevención pretinaría oara la obra. Ayud
Ensalmo untando al doliente la parte con buyo. Puyuc
Enseñar o adiestrar dando ejemplar ut un pedazo comenzado. Yoyol
Enseñada o recodo de mar de tierra o de monte. Luc
Ensortijarse como el cordel o pergamino o carne seca. Anglon.
Entena o verga. Bauan
Entender mal o no percibir ut cosa oído o vista de lejos. Sicamuang
Enterarse de la cosa. Talastas
Enterrar o sepultar. Cotcot
Enterrar o meter el zacate debajo del agua para que se pudra. Palbud
Enternecerse ut de las tima. Lunus
Enternecerse de compasión. Ngablad
Entrar para zacatal de vianda, el zacate. Sapuli
Entrar por resquicios ut viento lluvia. Silig
Entrarse el agua con violencia ut por agujero de barco o por casa. Dalirol
Entrarse el agua con impetra ut en barco roto. Daboldol

Faborecer alguno con cuidado. Lingon
Fabor que se pide al amigo. Tolon
Fama buena o crédito. Damla
Fama buena. Saplala
Falca de nipa en barco o cesto para camas. Salupil
Falca de barco. Dait
Falca malhecho. Balangcad
Falta o defecto oír o menos. Culang
Faltar de su lugar ut pie, que resbalo o arigue de su lugar. Lingsad
Falta. Sala
Faltarse el cuello como a el que se ahoga. Singap
Fatigado por peso de carga o trabajo. Tical
Feliz beato. Nuan
Feroz de aspecto o hechos. Buangis
Ferocidad bravura. Sangil
Fiar a otro. Aco
Fie del peso de balanzas o este pesados. Talaro
Fieros ut de enojado. Buangit. Monangit
Fiesta y canto de noche a la luna. Saginanon
Fiesta de guardar. Susi
Ficción de achaque. Pilo
Figura que ponen en la proa para saguete. Naga
Fijar los ojos en algo. Mata
Fino. Dalisay
Fino o acendrado ut oro. Uagas
Fino acendrado. Sugui
Firme o tirante ut nudo. Gugut
Firmeza. Tibay
Firmeza ut mesa que no se manca etcétera. Tampac. Tatag

Fuego. Api
Fuego que se saca del pedernal. Panting
Fuente u ojo de agua. Sibul
Fuerza corporal o moral. Sican
Fuera. Lual
Fulano. Cay
Fundir oro de modo que los granillos hace filigrana. Ylic

Gavilán o milano. Balauay
Gavilán que roba pollos. Lauin
Gafo. Vide. Cocong
Gafo de manos. Pingcol
Galápago de los montes. Panican
Galagala o betún de aceite y cala para calafatear. Lapat
Galán hermoso. Butihin
Galantear mujer o para esposa o para amiga. Lolao
Gallardete o bandera puntiaguda. Pandipandi
Gallina o gallo ingenere. Manoc
Gallina ponedera. Tagaindo
Gallo. Sabungan
Gallo o gallina de monte. Labuin
Gallo todo de un color. Bulus
Gallinero donde duermen las gallinas como jaulas abiertas. Vide. Laga
Ganar en juego o apuesta. Sambut
Ganta. Pati
Garabato o cosa torcida como anzuelo. Aloc
Garañón. Bulugan
Gargantilla. Vide. Sacal
Garrapatas que llagan las bestias. Borog
Garrote de apalear y parsimonia. Dimul
Gasto. Gugul

Hacer daño o vejación. Anaya
Hacer algo despacio por difícil. Catay
Hacerse niño por lisonja. Ganguin
Hacer atrechos o ¿ estando en orden muchos tomando de aquí y de allí. Lactao
Hacer la cosa como a medio hacer. Magun
Hacer algo desde lejos ut flechar mirar llamar. Patlauay
Hacer ollas o cosas de barro. Vide. Pipi
Hacer algo con ligereza. Sacorot
Hacer la cosa de mala gana o malhecha. Sampilong
Hacer en muy breve alguna cosa. Saquitdap
Hacer ingenere. Sari
Hacer fuerza con los pies cohibiendo en algo. Sicad
Hacer señas tosiendo o estornudando. Sigam
Hacer añicos o parte menudas. Simulmal
Hacer buyo. Tagtag
Hacer tropezar alguno. Taquid
Hacerle al otro cosquillas. Taquiqui
Hacer con tiento y despacio. Timan
Hacer de partir leña. Palacol
Hacia aquí o hacia allá. Tagun
Hallar algo pisando. Damusac
Hallarlo que se busca. Pulut
Hambre. Danup
Hamaca. Duyan
Hasta de lanza o de gaón. Landa. Langgangan
Hasta con función. Manga

Huirse. Tacas
Huir el cuerpo al golpe. Ynlag
Huir el rostro de prisa ut por golpe. Balingit
Humedad que se cría en las piedras o madera. Amog
Humildad. Vide. Baba
Humillarse. Vide. Baba
Humillarse a otro con reverencia. Soco
Humillarse a enojado para aplicarle. Sut
Humo. Asoc
Humo grueso. Asoc. Salicasoc
Hundirse en lo vocal de ojos hundidos. Daloro
Hundirse la tierra. Acpa
Hundirse en agua o tierra siendo tragado. Albug
Hurtar el cuerpo a golpe o vaivenes del barco. Aguso
Hurtar cosillas como hortaliza o cosa así. Balangdaya
Hurtar poquito. Gamit
Hurtar con rapiña. Samsam
Hurtar. Vide. Tacao
Hurtar con rapiña manifiesta. Ayao
Huso con que se hila. Sulad

Yconjunción capulativa. Ampon
Ya. Na
Ydea disposición de fábrica etcétera. Ocul
Yerba comestible amarguísima. Acal
Yerba conocida olorosa. Alangilang
Yerba áspera con que friegan o limpian. Alasas
Yerba amarilla y roja. Alat
Yerba y su fruta comestible. Apulid
Yerba medicinal. Bacong
Yerba enredadora como la yedra. Baguin
Yerba conocida. Bayag
Yerba conocida como turcia. Balanggut
Yerba que da unas cuentillas blancas. Balantacan
Yerba áspera que las tima las piernas. Barit
Yerba que da comezón. Biga
Yerba conocida. Camandag
Yerba con que tienen de negro los dientes. Camantol
Yerba conocida. Culutculutan
Yerba que se da a los caballos. Campay
Yerba y granillos como anís. Damuro
Yerba ingenere.. Dicut
Yerba de envenenar armas y también de hechizo amatorio. Gauima
Yerba que tocada causa comezón. Guilay
Yerba que sirve para amarrar bunuan. Guiliman
Yerba comestible conocida. Libato
Yerba que crece debajo del agua hasta salir de ella cuyas flor se llama tucal. Lucay
Yerba silvestre amarga. Vide. Lumay. Lumas. Ulca
Yerba conocida. Mota
Yerba que traga ut buyo calabaza. Vide. Uacay
Yerba que fácilmente se pega. Pecat
Yerba comestible. Salunay

Jamaca. Duian
Jamaca en que colgando los niños y columpiarse. Sambia
Jaula o enjaular. Culung
Jubón de la tierra. Baro
Juez ut alcalde. Ucum
Jugar con los pies meneándolos. Manginaquin
Juguetón o ligero de sangre. Dorolauan
Juicio especulativo o pensamiento. Ysip
Juntarse con otro ut en cabildo o gavilla. Lupung
Juntar la tuba de las palmas. Tungga
Juramento. Sumpa
Justo bueno. Banal
Justo ut vestido etcétera. Casia

Lucero del alba. Tala
Luciérnagas, gusano luciente. Lipatpat
Lugar abrigado o resguardado de viento o de sol. Canlong
Lugar o pueblo. Balaian
Lugar donde echan las aguas debajo de casa. Papasali
Luna. Bulan
Luna cuando va a salir por el oriente. Vide. Alalab
Luna cuando está muy clara. Casa
Luna llena. Sala
Lunar en el cuerpo o rostro. Alimpuiu
Lustre de cosa bruñida o grasienta o de animal grueso. Quinab
Lustre de cosa bruñida o chalanada. Tiñao
Lustroso ut oro. Lapang
Luz de candíl o lámpara de aceite. Sologue. Sumbo

Menospreciar teniendo en poco la cosa o la persona. Pula
Mentar algo o traerlo a la conversación. Sambitla
Mentira o mentiroso. Laram. Larot
Mentir per exceso. Talindua
Mercaduría. Baliuas.
Mercachifle. Bañaga
Mes. Bulan
Mesa de la tierra. Dulang
Mesura de rostro o melindre a la grave. Años
Meter mano o pie en el agua ut para saber si está templada. Cocao
Meter la mano para sacar algo de estrecho ut cañuto faldiquera o agujero. Dano
Meter la mano en estrecho en arca. Gaua
Meter la mano en agua bendita o para ver si está templado. Dorao.
Meter o embutir recalzando. Palpal
Meter en agua paño para enjuagarlo. Yabyab
Meter a otro del agua o champurrándolo para que ahogue. Vide. Lungao
Meter miedo a los niños. Mouay
Meter el bocado en su boca o en la de otro. Subu
Meter algo debajo del rescoldo o ceniza para asarlo o tizón para apagarlo. Subsub
Meter en estrecho ut cada hilo en aguja. Sulut
Meter y sacar dentro del agua ut enjuagando. Sesao
Meterse de rondón sin acatar peligro o impedimento ut el que se entra entre los enemigos o zacatal. Talas
Mezclar o incorporas. Agum
Mezclar o desleír unas cosas con otro. Dimag
Mezclar un licor con otro. Sagum
Mezclar cosas secas ut granos alhajas. Salat
Mezcla de cosas ingenere. Sano
Mezcla de sal y tierra para dar color al oro. Sangag
Mezcla con que los plateros dan color al oro. Sapo

Muchacho. Anac
Muchachos traviesos. Vide. Pingcoc
Muchacho que no llega a diez años. Ysip
Muchacho de billa a cometer acercar. Bunbon
Muchos. Dacal
Mudarse ropa. Ablas
Mudarse uno de un lugar en otro u mudarse en costumbres en rostro. Alis
Mudar de figura. Vide. Balitcayo
Mudarse o disminuirse de cómo irá antes. Dayi
Mudar las plumas. Noto
Mudar de su lugar. Loquid
Mudarse en otro diverse. Aliua
Mudo. Pipi
Mulos. Bagang
Mueca que hace álalo para tirarlo. Bungad
Mueca o encaje en palo para meter otro en él. Liba
Muesca. Sangat
Mujer. Babay
Mujer de la hulgada genera. Talandi
Mujeres que provocan a los hombres. Cundarit
Mujer que aún no acosado. Dalaga
Mujer que trae casa en el vientre. Vide. Poso
Mujer liviana y poro recogido. Vide. Ytaf
Mujer de honesta. Vide. Latud
Mujer casada. Asaua
Muerto o estarse muriendo o matar etcétera. Matay. Muy Biua
Muy. Biua
Muy demasiada. Masaquit
Muy superlativa. Saquit
Multiplicarse. Langay
Multitud en común. Alda
Mundo o cóncavo. Yato
Murió. Vide. Patad

Nabaja de pelear gallos. Tari
Nabegar contra corriente o contraviento. Suba
Nabeta de escritorio o cajoncillo así. Vide. Pitac
Nacer. Bait
Nacimiento. Bait
Nadar. Cauay
Nao grande velas de Europa. Daong
Naranjas silvestres. Cabuyao
Naranjas silvestres. Culung-culug
Naranjas de china de cáscara fina. Lucman
Naranjas grandes como toronjas. Sua
Nariz. Arong
Nata de pescar. Bobo
Nata de leche cera o nasi. Popac

Olas del mar. Alon
Ola grande mar boba. Buyun
Olvidado. Calinguan
Olvidadizo. Lilo
Oler mal el arroz por guardarlo de mucho tiempo. Aum
Oler percibiendo el olor. Baut
Olgarse o entretenerse jugando honesti vel inhonesti. Along
Olgarse del mal ajeno. Vide. Celan
Olla. Curan
Olla grande. Catingan
Oloroso. Banglo
Olor bueno o malo. Bauo
Olor de estoraque o menjuí. Camangian
Ombligo. Puson
Oponerse parejos dos o más. Agapay
Oponerse acosamiento. Vide. Salabat
Opromir cosa ut bara para enderezarla. Camang
Oración. Panalangin
Orejas. Balugbug
Oreja la parte que aún no está horadada para arracadas. Singol
Oreja lo inferior donde se cuelgan los carcillos y todas las cosas al modo de orejas como de jarro, perol, cántaro etcétera. Talinga
Oriente de esta provincia. Paralaya
Orificio de animal. Tumbung
Origen de río o arroyo. Olo
Orilla de mar, rio o monte. Bebay
Orilla de ropa extremidad de tabla o esquina. Quiling
Orilla o fimbria ut de vestido que cuelga o arrastra. Labis
Orilla o margen. Lelay
Orilla del río pie de mucho extremo así. Libis
Orilla del río o mar. Pangpang
Orines u orinar. Yi
Ormigas. Panas
Ormigas conocidas. Anay
Ormigas coloradas. Salusad

Oro. Guinto
Oro falso o alquimia. Beladan
Oro muy bajo y cosa in fina. Vide. Manli
Ortaliza ingenere. Alpa
Orujo o casa de que se saca el zumo. Sapal
Ospedarse en casa ajena. Lacon
Ostentación o lactarse. Vide. Tangat
Ostión de vidrieras. Capis
Ostiones un género así llamado. Calentipay.
Ostiones. Talaba
Otorgar. Tango
Otra vez, Pasibaco
Otro. Aliua

Paletilla en hasta con que cavar. Sudsud
Pálido. Putla
Palillo o regla con que angular derecha e igual la nipa cuando cubren. Appang
Palillo de escoba. Tingting
Palillos con que ajustan sus cuentas. Ulat
Palillo de tambor. Pacsing. Pacting. Pactong
Palillos de contar que sirven de palillos. Calacal
Palillo o sarta de tabaco. Caroro
Palo o caña partida donde encajan los salauag del tejado. Lambang
Palo seco o cortado. Latang
Palo en que se arma la teta. Tandayan
Palo oloroso. Tangas
Palos de manglar nuevos que aún no tienen corazón. Lanuba
Palo o puntal para que suba por ut el samat etcétera. Palungsuc
Palo de dar color al vino. Pugor
Palo oloroso. Sandana
Palo Brasil o sibucao. Sapang
Palo de que sacan aceite para bongas. Balucang
Palo conocido bueno para carbón de los plateros. Banonoyo
Palos que sirven en el río de tropiezo de barco. Tuad
Palmada. Luyung
Palma de coco y su fruta. Ungot
Palma de laman. Palad
Palma silvestre. Banga
Palma conocida. Anap
Palma silvestre. Anibong
Palma brava de que se saca el cabo negro de los cables. Tamping
Palmas dar una con otra ut de alegría. Daug
Palmadas en el agua ut muchachos que juegan. Tampisac
Palmadita en la cabeza. Picpic
Palmito de palma ingenere. Obud
Palmo. Vide. Dangan

Paloma. Patipati
Palomas de monte. Batobato
Palpar o tentar ligeramente. Capa
Palpar o tentar. Cacap
Pan. Tinapay
Pan de oro o plata sin labrar. Paiac
Panca o tripa grande. Labut
Pañales de niño. Lampin
Paño que se cuelga al hombro. Alampay
Paño sobre la cabeza atado debajo de la barba. Bayocyog
Paño que cubre ut el de cariz. Talicbong
Pañito que suelen amarrar las mujeres en la cabeza por adorno. Pingi
Paño al pescuezo que caen las dos puntas al pecho y traer algo colgado de él como niño etcétera. Sacbali
Pañito que por gala suponen las mujeres en la cabeza. Saclit
Pantorrilla de la pierna. Butir
Papagayo blanco. Quilaquil
Papagayo blanco o verde. Calangai
Papel dorado o plateado. Palara
Papera. Buclao
Papirote. Pitic
Para. Ba
Parales para arrastrarse ellos, arigues o barco. Balatay
Parales para arrastrar algo sobre ellos. Calangdasal
Pararse o ponerse hermoso y deleitable ut flores. Senio. Yama
Parcialidad o banda. Campi
Paréceme. Amanucu
Parejo con otro. Angbay
Pares o secundinas. Vide. Ynulunan
Pareja con otro que está de la otra banda. Ngatba
Parecerse a semejarse o ser como él. Mangari

Piedra falsa de china. Casa
Piedra de herrero agujerada. Lilingot
Piedra preciosa ingenere. Mutia
Piedra de toque de oro. Uri
Piedra imán. Vide. Bato
Piedra cornerina. Cabiguin
Piedra lumbre. Tanas
Pie de árbol. Pon
Piedrezuelas reluciente que dicen tener algunas bestias. Sula
Piel de bruto no de gente. Catat
Piel o cutis. Balat
Pierna. Dan
Pies de la cama. Tumban
Pies de animal. Bitis
Pilar arroz. Bayu
Pilar las abias segunda vez por no estar bien piladas. Liglig
Pilar dando la última mano al abias. Dasdas
Pilón o mortero. Asong
Pintar de blanco o negro con tinta en blanco. Binara
Pintas hechas con arte en el cuerpo. Batic
Piojo. Cutu
Piojo pequeño. Cumad
Piojo del cuerpo. Tuma
Piojillos de gallina y animalillos así. Apsang
Pisar algo. Dalpac
Pisar el arroz. Otrillar. Dara
Pisado o pisoteado. Paldac
Pisar hollar. Vide. Lutac
Pisotear ut sepultura. Yotyot

Playa o banco de mar arenosa. Dalampang
Plan y el suelo de la casa. Landay
Plátanos ingenere. Saguing
Plátanos diversos del bungulan. Vide. Bangal
Plátanos cierta especie. Binticuhol
Plátanos con pepita. Butulan
Plátanos obispos. Saba
Plátanos largos. Tondoc
Plátanos gruesos y agrios. Cubao
Plátanos pequeños. Galaian
Plata. Pilac
Plata del pie. Talampacan
Plato grande. Tapac
Platos pequeños. Pinggan
Pleve. Vide. Laman
Pleito que se concluyó. Luctas
Pleito ajeno tomarlo por sí. Mingua
Plomada o propendiendo para tomar la rectitud a la pared. Dorol
Pluma o pelo. Bulbul
Plumas grandes de aves. Baguios
Plumas de la flecha. Pulad
Plumillas o pelo de pescuezo del gallo. Puluc
Plumas o plumajes de las cabezas de las aves. Saguisag
Plumajes o gallardete. Simbul

Población. Vide. Balay
Pobreza y pobre. Luca
Pobre mendigo. Salanta
Poco a poco. Pelagui
Poco. Dit. Ditac
Poder potencia, poderoso. Ypara
Poder físico o moral. Sucat
Podrido ut palo. Abud
Podrido de maduro. Dunut
Podrido ut soga petate bejuco o cántaro mal cocido. Gato
Podrido ut maderas o arigue por el pie. Guipo
Podrirse como madera o ropa. Albud
Polvo terrestre. Alicabu
Polvo volante. Alipogpog
Polvo o salvado del oro cernido. Gabuc
Pólvora. Ubat
Polilla de la madera o de cañas. Bucbuc
Pollo mayor que sisi. Tandang
Pollo. Sisi
Polución. Vide. Bait
Poner el sol o al viento a secar. Bilad
Poner en lugar. Cana
Poner hueco ut para sanar ut vasija, boca abajo. Enbacud
Ponerse al sol. Albug
Poner pantalla para que la luz no deslumbre. Vide. Ylao
Poner hocico o mal rostro por enojo. Yngos
Poner algo dentro ut en tinaja o en el interior ut ¿. Vide. Lamanr
Poner o vaciar licor en vasija. Liuat
Poner la mano en la cintura como jarra de dos asas. Paniquim
Poner algo a la llama del fuego o para chamuscarlo o secarlo. Salab
Poner la cosa. Acurdas. Saliua
Poner cosas de suerte que no queden juntas ut rejas o sembrado. Silang
Ponerse en pie sobre cosa alta ut sobre la mesa para alcanzar cuadro etcétera. Tuclo

Preservativo para no ser picado de culebra o herido de animal por parecer supersticioso. Cabal
Prestigio ut de bruto o de titiritero. Taguibulag
Presto en breve. Sagulo
Pretender dos o más a una o a una. Maro
Primero en algo. Oua
Principio u origen o principiar obra, Mola
Primogénito. Panganay
Primorosa como en tal oficio o insigne en vicio. Pantas
Primorosa fino. Sacdal
Prisa, dásela ración ut venir y volver. Situd
Prisa en alguna cosa. Dpal
Proa de barco. Sumanga
Probar o experimentar ut a ver si puede. Subuc
Probar o gustar ut cocinero la olla. Tacma
Probar gustando el sabor de la cosa. Yamiam
Probar gallo con otro. Toloc
Probecho o utilidad. Capapacanan
Probecho o utilidad. Pala
Profundidad. Lalam
Profundidad ut de agua en poco. Lang
Prohibir obedecerse haga mal. Tangol
Promesa o amenaza. Tanto
Prontitud y prisa y repetidas buenas obras o algo. Sangasag
Prometer por sí o por otro fiándole. Aco
Pronto ovejamente. Bulasoc
Propiedad u oficio. Bagui
Pronunciar mal. Utak
Proseguir hasta el fin ut obra camino etcétera. Vide. Balaur

Publicar difamar. Bantog
Publicar o divulgar. Vide. Dala
Puente. Telay
Puerco. Babi
Puerco cebado. Basig
Puerco gordo cebado. Linasigan
Puerta. Pasbul
Puerta no el hueco sin aquello que lo tapa. Cabat
Puya en camino. Subiang
Puya disimulada para que se claven los que pasan. Pasalo
Puya. Salosob
Pujar ut precio el almoneda. Yguit
Pujar ut la que pare o ¿. Dayas
Pujar de sangre. Guilid
Pulido primoroso. Ouican
Puñal de dos filos. Balarao
Pulpo. Puguita
Puño cerrado. Gamgam
Pulseras de cada nilla de oro. Pamicti
Puñetes. Bunu
Punta de clavo o cuchillo. Laiy
Punta de mar oreo. Lungus
Punta de árbol etcétera. Yepo
Punta de cuchillo. Danggut
Punta o fin de la rama. Dungguit
Puntal o báculo. Talucud
Puntales en que estriba el suelo de la casa. Salo
Puntal o báculo. Talucud
Puntal en forma de aspa para detener arigue etcétera. Salalay
Punta pie. Tisud
Puntillos de la escritura pampango. Culit
Puro sin mezcla o raza. Tibobon
Puro fino sin mezcla. Lubus

Puro sin mezcla. Paua
Puro sin mezcla fina o legitima. Tunay
Rabadillas y cola de ave. Tulatud
Rabón sin cola ut gato, perro etcétera. Putot
Ración de obreros o bestias. Palabul
Raciones de bongas o cocos. Balebay
Ración de plátanos o de nipa. Buli
Raer o raspar. Calis
Raer o igualar como cavan de arroz. Alus
Raer o gastar ut con piedra áspera o casco de tinaja. Gasgas
Rayas de la mano y también de fruta. Lia. Lila
Rayado ut con clavo o con punta de cuchillo. Guilit
Raya ut por señal o por rascadura. Gulis
Raya o señal hecha con punta o tinta ut para dibujo. Lagda
Rayo. Alti
Raíces silvestres como jengibre. Langcuas
Raíz que se come cruda. Vide. Lapang
Raíz de teñir rojo oscuro. Lino
Raíz o pie de plátano. Sapua
Raíz olorosa conocida. Tamo
Raíz comestible. Gandus
Raíz conocida para lavar. Gogo
Raíz amarilla conocida. Angab

Sacudir como suciedad o animalejo que se pegó a la mano. Balacsay
Sahumerio del jarro u ollas etcétera. Sangab
Sahumar enfermo por remedio. Benat
Sahumar. Asap
Sahumerio de bongas o jarros coniza. Daig
Sahumerio oloroso ut de incenso. Labon
Sahumerio que se recibe por la boca por medicina. Langat. Sangap
Saya al uso de la tierra. Tapis
Saya hasta la rodilla. Tapitapi
Sajar como ventosas o sangrar. Tabad
Sajadura o sangría con las ventosas de la tierra. Abad
Sal. Asin
Salado o salpreso. Boro
Salario o jornal. Upa
Salbia. Sambong
Salbilla o plato donde se pone el jarro de beber. Vide. Sangga
Salcochar o escaldar. Banli
Salero. Asib
Saliva o babas. Cava
Salir con fuerza el chorro ut de espita. Sagacsac
Salir como de casa o sacar como de casa o arca. Lagay
Salir el sol o resplandecer. Silang
Salpicar o matizar. Paltac
Salpicar ut con lodo. Pisic
Salpicar a otros con agua. Sapic
Saltar a pies juntillo. Dambo
Saltar salvando o sobrepasando algo. Langpao
Saltar. Lucso
Saltar como las langostas o el que hace cabriolas. Lucbut
Saltar por arriba. Talacbung
Saltar ut chispas del fuego, astillas del madero o gotas de agua golpeada. Talandang. Talansic
Saltar de alto abajo o abalanzándose a la cosa. Talandung

Sobaco. Quiliquili
Sobar o manosear blandamente y desgranar así. Liporo
Sobador. Ylut
Soberbio que quiere ser más que otro o en nobleza o en saber. Patiao
Sobra o colmo de algo que sobrepuja. Lauit
Sobra de cosa quemada ut de candela o tabaco. Pupud
Sobras de comida ut huesos migajas. Simi
Sobra de comida o ropa que se cortó. Tagan
Sobra o exceso ut rico con dinero o en cuentas se sobra para el ajuste de ellas. Labi
Sobreaguarse o aboyarse o salir las viruelas fuera. Altao
Sobrepujar. Aguit
Sobreponer. Balangtag
Sobresaltarse. Carut
Sobreaguado. Dalapdap
Sobrepujar, sobrar. Vide. Lalo
Sobrino, hijo de hermano. Nucan
Sobrino. Pangunacan
Sobrino. Vide. Anac
Sobornar al juez o testigo. Sosop
Socorrer ut defendiendo o ayudando. Aguiat
Sol o día. Aldao
Solicitar o por malo o para bien. Gasi
Solicitud o inquietud como del que tiene huéspedes. Aligapgap
Solo o particular. Sarili
Solo, solitario. Dili
Soltar ut presa. Vide. Bulus
Solar de la mano pez o pájaro dejando huirse. Tabugnus
Sombra de árbol o de casa etcétera. Lindung
Sombra ut de casa o árbol. Salilung
Sombra. Aninao
Sombrero. Cupia
Sombrero de nipa. Turung

Tedio o enfado fastidioso. Asnoc
Tejer. Abal
Tejido de oro con seda. Balangamas
Tejido ut petate. Lala
Tejido de caña ut para al olear carne o para llevar tierra. Sala
Tejido de hojas de palmas Patupat
Tejido de cañas. Sauali
Tejido ut trenzas cabecillo etcétera. Ycat
Tejido de cañas partidas. Sasag
Tejido de palma para cocer suman. Campil
Tejido que tiene ralo por medio. Daangdaang
Tejar o cocer la nipa como se pone en los tejados. Paud
Tela de araña. Batanglana
Telilla o piel sutil entre el cutis y la carne. Lamad
Telilla del grueso. Baluc
Telilla como papel que tiene por dentro la caña. Palao
Telilla sutil debajo del cutis. Amad
Temblar de miedo o de frío. Quingquing
Temblor de tierra. Vide. Yog iog
Temblor de frío o miedo. Galinguing. Galgal
Temblar de fiebre dando diente con diente. Galugguc
Temblor la tierra. Ayon
Temor o recelo. Anglap
Templanza de la fiebre que siente el enfermo. Apsaco
Templar el acero el herrero. Vide. Asbo
Templar ut agua caliente con fría o vino fuerte con flojo. Banto
Templanza ut en riña. Palan
Tenazas de platero para tirar plata. Bigting
Tenacillas ut despabiladeras. Gupit
Tender ropa en alto. Vide. Bitac
Tender largo a lo largo. Lusay
Tender las aves las alas ut para volar. Galicangcang
Tender la nipa al sol para que no se en cosa. Salirangdang
Tender red a lo largo o para pescar o para pescar o para cazar. Catcat
Tener miedo. Asolad
Tener con franca de otro o satisfacción de su amor. Auing
Tener algo en el regazo como la madre al niño. Sapopo
Teñir o poner muy negro. Vide. Pantis

Teñir de rojo de seda, paño etcétera. Talab
Terraplenar. Tambon
Ternillas o hueso entre el cuello y pecho. Balicat
Ternura o delicadez ut de fruta madura, hierba, cogollo etcétera. Lago
Terrón de tierra o de azúcar o de morisqueta pegada. Bual
Término de casa del tejado. Balisbis
Testículos de vivientes. Bayag
Testimonio falso o falsedad. Bintang
Testigo. Sacssi
Tesón de eficacia. Solong
Tentar o provocar a mal. Tucso
Tejado. Bubung
Tejo de oro o plata sin labrar. Sibug
Tes de rostro. Dalopepe
Tía hermana o prima de mi padre o madre. Dara
Tibio ut agua. Vide. Gamgam
Tibio o entibiarse ut agua. Ligamgam
Tibor. Gussi
Tibor mediano como de tres. Gantas. Guguling
Tiburón, pez. Pating
Tiburón, pez. Limpassit
Ticon. Tingposan
Ticon. Vide. Tangpos
Tiempo. Panaun
Tiempo u ocasión de la cosa. Mana
Tiempo largo o edad así. Soco
Tierra. Labicad
Tierra glutinosa buena para ollas. Pila
Tierra alta que no se aneja. Bacolor
Tierras en que se siembra de regadío. Gaua
Tierra pantanosa. Bana
Tijeras. Gunting
Tijeras que forman el tejado. Quilo
Tijeras para partir bongas. Calacati
Timón. Uguit
Tinaja. Tapaian
Tinajuela de china. Angan
Tinte o teñir de prietos. Tira
Tirar de golpe ut caña de pescar cuando pica el pez. Balicuas
Tío paterno o materno. Bapas
Tiranía o ¿ de lo ajeno. Saquim
Tirar hilo de metal por agujero haciendo alambre. Batac

Quebrar dando golpe. Landay
Qué cosa. Olano
Quejarse de oro. Vide. Aquit
Quejarse con dolor. Aroy
Queja al superior. Parali
Quejarse ut de azotes. Aaling
Quejido por dolor a gritos. Quiac
Quemar o poner fuego. Tangpos
Quemar aplicándolo el fuego. Duluc
Quemar hasta que la cosa quede abrasada y consumida. Tutung
Quemas. Nananta
Qué menos. Yassi
Querella ut a juez. Dalom
Querer. Bissa
Querer o gano. Ybug
Querer. Vide. Lub
Quererlo rodo para con perjuicio. Vide. Saclao
Quica. Magcan
Quica acaso. Uan
Quicio en que voltea la puerta. Vide. Tacad. Tayo
Quién pronombre interrogativo. Nino
Quieto sin bullir. Quitim
Quijadas en que calan los dientes. Guilaguid
Quijadas de gente. Bangil
Quijada de pez. Pangil
Quijada de gente o bestia. Saping
Quimera o impertinencia sin fundamento. Balira
Quitarse el sombrero de la cabeza, paño o desatarse el pelo por cortesía. Vide. Lugay
Quitasol. Paiong
Inventarium Generale Omnium Librorum huius Bibliothecae Conventus Divi Pauli Manilensis Ord. Ermitarum S.P.S. August. in hac Provintia SS Nominis JESU Philipinarume.

Guido, Cirugia: 1
Urbina, Mathem: 1
Moya, Arism: 1
Dictionar. port: 1
Calvo, de Cirugia: 1
Vignola, Archi: 1
Boniox, Kalend. rom: 1
Cenda, Demonstras: 1
Sobrino, Dictionar. frances: 1
Estante 5
Leonardo, in Libros [j]asis: 1 tomo
Fontectra, Medicina: 1
Lemos, Medicina: 1
Hinojosa, Cirugia: 1
Díaz, Cirugia: 1
Mercado, Cirugia: 5
Zaragoza, Geometria: 4
Landon, Cursus Philos: 1
Boello, de Horologis: 1
Diogenes, Laentio: 1
Ortelio, Sinonimia geografica: 1
Apiano, Cosmografia: 1
Argoli, Observaciones: 3
Urdaneta, Derrotero: 1
Rusell, Preceptos de la milicia: 1

Pierio, Valeriano, Op.: 1
Demsptero, Antiquit. Roma: 1
Adamo, Politica: 1
Mics, Ant. bibliotheca hisp. vetus: 1
Ganibay, Geneologs de Hesp: 1
Leopoldo, Historia: 3
Fajardo, Corona gotica: 1
Nuñez, Corona gotica: 2
Novax, de Casas de las [gerr]s de Flandes: 3
Eustaquio, en Griego: 2
Trelles, Asturias ilustrada: 2
Estante 3
Raderio, Historia de Alexandro Magno: 1 tomo
Carnero, Compendio de las guerras de Flandes: 1
Hugo, Obsidio bedana: 1
Alicarnasón, Antiquizm romanm: 1
Procopius, de Bello gotorm: 1
Caterino, Guerras civiles de Francia: 1
Mancinello, Satiras de Inberral: 1
Maffey, Historia indica: 1
Combes, Historia de Mindanao y Jolo: 1
Remesal, Historia de Chiapa:
Zurita, Anales de Aragon: 7
Colmenares, Historia de Segovia: 1
Quintana, Grandeza de Madrid: 1

Pizarro, Varones ilustrados: 1
Herrera, Historia de las Indias decis: 1
Castillo, Conquista de Nueva España: 1
Hugones, de Militia Aequestri: 1
Sousa, Opera: 2
Pinto, Historia oriental: 1
Torre, Farfan, Descripción de la Iglesia de Sevilla: 1
Rivarola, Descripción de Genova: 1
Montalbo, Guerras de Hungría: 1
Argaiz, Poblacion de España: 1
Sigonio, Triunfos de los Romanos: 1
Dionisio de Cassia, Historia roman: 1
Vitrian, Memorias de Phelipe de Comnes: 2
Horatio, Flacco: 1
Homeri, Op: 1
Higini, Tabula: 1
Freiso, Theatro critico: 8
Estante 4
Justo Lipsio: 10
Guevara, Horologium Primcipum: 1
Julio Cesar, Commentaria: 1
Cassaneo, Gloria mundi: 1
Corpus, Omnium Veterum poetarum: 1
Bussiero, Historia de Francia: 2

Sabellio: 7
Canserio, Resolutiones varia: 2
Vega, Relectiones canonicas: 1
Ponte, de Potestate regis: 1
Canlebal, de Judicis: 1
Valeron, de Transacionibus: 1
Estante 4
Desiderant, S. P. Aug., Vindicatus: 10
Arsdekin, Theolog. dogmatica: 3
Barbosa, Collectan. Doctor: 1
Coronel, de Vera Eclesia.: 1
Turrian, Adverss. hereticos: 1
Miranda, de Adan: 1
Tournon, Decreta de Festis: 1
Annato, Apparat. theolog: 2
Turlot, de Doctrina Christiana: 1
Andruzi, Super const. unigenitus: 1
Segneri, Incredulus non excusatus: 1
Vega, Expont. concil. tredentini: 1
Mancilla, Decret concil. tredent: 1
Castellano compend. const. sumor pontif.: 1
Onufrio, de Primatu petri: 1
Portero, Palinodia sintagna et securis: 3
Navarrete, Apologet. chinens: 1

Ormaza, El sabio dichoso, Thesaido y sermones: 4
Cruz, Job ilustrado: 1
Villalba, Sangre triunfal: 2
Celarios, Semana Santa: 1
Natividad, Censuras predicables: 1
Nuñez, Santoral seraphica: 1
Collactan, de Diferentes sermones de Nuñez: 2
Coutiño, Promptuario y consideraciones: 3
Feo, Tratado de vidas de los Santos: 1
Almonazid, El abulense ilustrado: 1
Correa, Conspiración univers. con los 7 vicios: 1
Sigler, Atributos de María: 1
Méndez, Dignidad de María Santísima: 1
Santa Ana, Discursos predicables: 1
Acevedo, Fiestas de María: 1
Silvestre, Discursos morales y glorias de María: 2
Florencia marial: 2
Spiritu Sancto, Sermones panegíricos: 1
Seijas, Corona imperial: 1
Mora, Enigma numérico predicable: 1
Espinosa, Novena maravilla: 1
Castilla, Salutación angélica: 1
Hortensio, Sermones de Adviento y Cuaresma: 1
Quirós, Rosario immaculada: 1
Parra, Luz de verdades católicas: 1
Barón, Luz de la fe y de la ley: 1
Benavente, Luz de las luces de Dios: 1
Nicolás de San Pedro. Sermones varios: 1
Sobre los trnos de Jeremías: 1

Montemayor, Sobre los dones: 1 tomo
Terrones, Instrucciones para predicadores: 1
Valades, Rectórica cristiana: 1
Villamoros, Simulacros morales: 1
Ameyugo, Rectorica sagrada: 1
Rodríguez, el Predicador de las gentes: 1
Bravo, Cuaresma: 1
Fomperosa, Fiestas de San Francisco Borja en Madrid y Manila: 2
Fiestas de San Francisco Regis en Manila: 1
Pacheco, Sobre el Padre Nuestro: 1
Paredes, Adviento y Cuaresma: 2
Vieira, Excelencias del Rosario: 1
Avedaño, Santoral: 2
Lizama, Advertimiento marial y santoral: 3
Andrade, Sermones varios: 4
Ribera, Impresión, Panegérico de San Juan de Sahagún: 1
Nuñez, Advertencias sobre los evangelios: 1
Niseno, Sermones varios: 7
Aro, Racional de la fe: 1
Stella, Vanidad del mundo: 1
Teatro evangélico: 1
Santiago, Cuaresma y sanctoral: 2
Fiestas de San Juan de la Cruz: 1
Triunfos del agua bendita: 1
Estremera, Grandezas del Nombre de Jesus: 1
Saona, Discursos predicables: 1
Huelamo, Sobre la Salve: 1
Herrera, Sermones varios: 1
José de Jesús María, Sermones de Santa Teresa: 1

Estante 4
Minsingeri, in Lib. 2, Decret: 1 tomo
Remigio, de Immunitat. ecclesia.: 1
Palafox, Allegationes: 1
Ayeta, Crisol de la Verdad: 1
Definiciones del Orden y Caballería de Calatrava: 1
Ordenanzas del Orden de Santiago: 1
Mendo, Ordenanzas de las Órdenes militares: 1
Margz, Thesauro, Militar de caballería: 1
Pérez, de Aniversariis capellan: 1
Riccio, Praxis fori eclesiastici: 2
Solórzano, Opera: 4
Thorre, Blanca epítome delictorum: 1
Alexander Raudensis, de Alanog. univoc. et equivoc.: 1
Scobar, de Utroque foro: 2
Tapia, de Triplici bono: 1
Rota, Decisiones nove et antique: 1
Faxinacii, Declarat. sacri concilii: 1
Molina, de Ritu nuptiarum: 1
Pastrana, Silva rational: 1
Constitut. Collegij conchenssis: 1
Salcedo, Practica canonica: 1
Jimenez, Concordant. Utriusq. juris: 2
Directorium inquisitorum: 1
Paramo, de Officio inquisiciones: 1
Repertorium inquisitorum: 1

Murga, de Privatione sepulture: 1
García, Tractatus de beneficiis: 1
Solórzano, Compendio: 1
Orozco, de Beatif. et Canonicat.: 1
Abad Panormitano, Opera: 8
Estante 5
Alegaciones de la Iglesia de la Puebla: 1 tomo
Guaranta, Summa bullar. pontif: 1
Vivaldo, Candelabru Aurerim: 1
Agia, de Auxiliis Exhibendis: 1
Trullo, expos. nostae regulae: 1
Salcedo, Curia eclesiástica: 1
Lucarino, Tract. episcopal: 1
Angeles, Comp. judicial y privil. regular: 2
Vitalia de testibus monendis: 1
Aldrete, de Exemps. regular: 1
Thomas, A Jesu comentar. in reg. carmelit: 1
Cordubense, Comentar. in reg. carmelit: 1
Lazarus, Quest. practicas: 1
Lantusca, Teatrum regularium: 1
Scot., Vocabular Utriusque juris: 1
Cartagena, Exposit tit. juris canon: 1
López, de Excelens. clericoru:
Hinojosa, Decret. decisiones regul: 1

Oroz, de Apicibus Juris Civilis: 1
Monarchio, de Diversis: 5
Fontanella, Decisiones: 4
López, sobre las Partidas: 4
Vigelio, Method. Juris Civilis: 1
Estante 3
Pontano, Opera singularium doctorum: 2 tomos
Aillon, Adiciones de Antonio Gómez: 1
Deciani, Criminal: 2
Peguera, Decisiones aureae y criminal: 2
Salgado, Laberinto creditorium: 3
Boerio, Decisiones burdigalens: 1
Donello, Comentario jur. civil: 5
Gratiano, Compend. juris civil: 5
Olea, Decesiones jurium: 2
Molina, de Primogentity: 1
Afflictum decision sac. reg. concil. neapol.: 1
Pacius, de Contractibus: 1
Vocabular. juris: 1
Folosano, de Republica: 1
Alciato, Jurista: 2
Gutierrez, Jurista: 6

Posserini, Bibliotheca: 1
Platini, Historia pontificia: 1
Crónicas de Santo Domingo de Filipinas: 2
Crónicas de la Compañía de Jesús de Filipinas: 2
San Antonio, Crónicas de San Francisco de Filipinas: 3
Rivadeneyra, Flos SS en Romance: 3
Hicephoro, Callisto: 2
Chirino, Labor evangélica: 1
Estante 3
Sor María de Agreda, Mística ciudad de Dios y Vindicación: 4 tomos
Luzuriaga, Nuestra Señora de Ananzazú: 1
Spiritu Sancto, Cadena mística: 1
Fernández, Alma instruída: 2
Sor María de Antigua: 1
Jesús María, Excelencias de la castidad: 1
Fernández, Demonstraciones católicas: 1
Revelaciones de Santa Brígida: 1
Puente, Vida de la Ilustre María de Escobar: 1
Samaniego, Vida del venerable Escato: 1
Gómez, Vida de Santo Domingo de Silos: 1
Herrera, Vida de Santo Toribio de Mogobrejo: 1
Maná del alma religiosa: 1
Fray Luis de Granada, sus Obras: 3

Rodriguez, Exercicios: 1
Fray Joseph de San Benito: 1
Torres, Philosophia moral: 1
Ludovico Blosio: 1
Prado, Espiritual: 1
Palafox, sus Obras: 9
Bona Cardenal Van, Tractat mistic: 1
Rbelo, Vida y Corona de Cristo: 1
Castellan, Año Virgineo: 4
Estante 4
Argaiz, Vida del venerable Gregorio López: 1
San Francisco, Tesoro celestial: 1
león, Místico cielo: 3
Molina, de Nación y sacerdotes: 2
Santa Teresa de Jesús y sus obras: 6
Lozano, David Perseguido, Penitentes y reyes, etc: 7
Castillo, Vida de Santa Rosa: 1
Vaquero, Vida de Doña María Vela: 1
Govea, Vida de San Juan de Dios: 1
Aretino, Vida de San Felipe Herr: 1
San Martín, Fiestas de San Pedro de Alcántara: 1
Serana, Vida de San Francisco de Borja: 1
García dos vidas, de San Francisco Xavier: 2

Baptista, Cumplimiento de la vida de Cristo: 1
Baron, La religiosa enseñada: 1
Fabii, Manipulus exemplorum: 1
Alfaro, Gobierno eclesiástico: 1
Amoraga, Instrucción del pecador: 1
Vander, Modo de llorar los pecados: 1
Alvarado, Anti de bien vivir: 1
Purgatorio de la conciencia: 1
Jesús María, Perfección religiosa: 1
Viana, Guía de la perfección: 1
Rivadeneyra, Historia eclesiática de Inglaterra: 1
Arroyo, Diálogo regular: 1
Sánchez, Reino de Dios: 1
Espíritu santo: Tesoro de humildad: 1
Historia del Carmen: 1
Vascones, Destierro de ignorancias: 1
Loarte, Diálogo de Santa Catarina de Siena en romance: 1
Álvarez, Silva espiritual: 2
Moreno, Tornadas para el cielo: 1
Obadingo, Apologética: 1
Memorial informatorio: 1
Remon, Casa de la razón: 1
Bourchesio, Mister vitae christi: 1
Rosignolio, Christina perfectio: 1
Plati, de Bono statu religiose: 1
Timpium, Especulum magnum: 1
Estante 6

Gandolfo, Dissentatio histórica: 1
Raulin, Año sancto: 2
Estante 5
Tomé de Jesus, Trabajos de Jesus: 2 tomos
Obras y vida del Venerable Orozco: 13
Anunciación, Vindicias de la virtud: 1
Chiesa, Exercicios: 3
Ribadeneira, Confesiones y meditaciones de Nuestro Padre San Agustín: 2
Estante 6
Zárate, Discursos de la Paciencia: 1
Torres, Vida de la Madre María de San José: 1
Fray Francisco Ignacio, Vida de la María Isabel de Jesús: 1
Dávila, vida de San Furseo: 1
Pastrana, Camino de la Ciudad de Dios: 1
Montoya, Vida de Jesús: 1
Natividad, Silva de sufragios: 1
Pánfilo, Crónica S.P. Agustín: 1
Cerda, de Sacerdotio: 1
García, Vida de Santo Tomás de Villanueba: 1
Lubin, Orbis Augustinianus: 1

Concilium limense.{ 1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 3 (4) (3)}
Concilium mexicanum. {1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 2(3)}
Concilium tridentinum. {1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 2 (3)}
Conrrado Gesnerio de Pezes y aves.{ 2 Tomos. Cajon 6, estante 1 }
Consideraciones cuaresmales.{ 1 Tomo. Cajon 9(11), estante 4 (3) }
Madree Constanza Huerto celestial.{ 1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (9) }
Constituciones apostolica. {2 Tomos. Cajon 8 (10), estante 3(4)}
Constituciones Colleg. Conchensis. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante (4) }
Constituciones societatis Jesu. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 5}
Constituciones de Nuestro Padre San Augustin. {1 Tomo. Cajon 13 (12), estante 6 (4)}
Constituciones F.F Dezcalzeat.m Santo Padre Aug.ni. {1 Tomo. Cajon 13 (12) estante 6 (3) }
Continenti Predicación Fructuosa. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 4 (3)}
Contiones Sancta Sanctorum Patrum. {1 Tomo. Cajon 1 (2), estante 6 (4) }
Coqueus Antimoraneus.{ 1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 1 (9)}
Cordova Summa Moral y casos de conciencia. {2 Tomos. Cajon 5 (8), estante 4 (3)}
Cordubense Comment. in reg. Franc.n. {1 Tomo, Cajon 10 (7), estante 5}
Corella Obras morales. {4 Tomos. Cajon 5 (8), estante 3}
Coriollani Summa Conciliorum. {1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 1 (3) }
Cornazzani Decisiones [Rotg]. {1 Tomo. Cajon 10 (6), estante 3 (9)}
Cornelio Tacito Annales. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 1 (2) }
Cornelius a Lapide. {10 Tomos. Cajon 2 (1), estante 3 (2) }
Coroliano Breviario Cronológico. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 1 }
Coronel de Vera eclesis. {1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 4 (3) }
Corpus Omnium Poetarum veterum. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 4 (3)}
Correa Conspiración Universidad con los siete vicios. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 1 }
Correa de Nuestro Padre San Augustin. {1 Tomo. Cajon 13 (12), estante 6 (4) }
Costero Meditaciones Nuestra Señora. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
Covarrubias Opera. {4 Tomos. Cajon 10 (7), estante 3}
Coutiño Promptuario y concideraciones. {3 Tomos. Cajon 9 (11), estante 1}
Crabbe summa conciliorum Hispania. {1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 2}
Crinito Vita Publi Stati. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 4 (3)}
Crombecium Ascensus Moysis. {1 Tomo, Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
Cronografía Concil. {1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 2 (4)}
Crucenio Monasticon Agustiniano.{ 1 Tomo, Cajon 13 (12), estante 2 (1) }

F
Fabii, Manipulus exemplorum. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 5}
Fachino, Opus Controversiarum. {1 Tomo. Cajón 11 (6), estante 6 (5)}
Fagnano, in Decretables. {6 Tomos. Cajón 10 (7), estante 3}
Fallentiae regular juris. {1 Tomo. Cajón 11 (6), estante 4}
Farinacii, Declarat.s sacri concilii. {1 Tomo. Cajón 10 (7), estante 4}
Fajardo, Corona gótica. [(3)] {1 Tomo. Cajón 7 (6), estante 2}
Felino, in Decret. {3 Tomos. Cajón 10 (7), estante 2 (1)}
Feo, Tratado de las Vidas de los Santos. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 1}
Fernandez, Alma instruida. { 2 Tomos. Cajón 12 (4), estante 3}
Fernandez, Demostraciones católicas. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 3}
Fernandez, Milagros del Rosario. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 5}
Fero, Gramática italiana y francesa. {1 Tomo. Cajón 6 (13), estante 7 (5)}
Ferrario, Epitome geográfico. {1 Tomo. Cajón 6 (14), estante 6 (3)}
Fiestas de San Francisco Regis en Manila.{ 1 Tomo. Cajón 9 (16), estante 3 (2) (4)}
Fiestas de San Juan de la Cruz. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 3}
Fiestas Reales de Manila. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 5 (4) (2)}
Figueroa, Templo militante. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 2 (3)}
Figuera, Summa espiritual. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 6 (5)}
Filguera, Censura pontificia. {1 Tomo. Cajón 4 (9), estante 6 (5)}
Fero, Opera. {5 Tomos. Cajón 3, estante 6 (4)}
Filguera, Lucerna decretal. {1 Tomo. Cajón 5 (8), estante 5 (4)}
Fiol, Razones para convencer al pecador. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 6 (5)}
Filutio, Opera et comped. { 3 Tomos. Cajón 5 (8), estante 2 (1)}
Fiorentino, Gramática italiana y española. {1 Tomo. Cajón 6 (13), estante 7 (4)}
Flaminius, in Psalmos. {1 Tomo. Cajón 2 (1), estante 6 (4)}
Flosculum Bibliorum. {1 Tomo. Cajón 2 (1), estante 6 (4)}
Flores, Cursus theolog.es. {4 Tomos. Cajón 4 (9), estante 6 (4)}
Flores, de Inelito agone. {1 Tomo. Cajón 3, estante 4 (3)}
Flores, Sancta Sanctorum Patrum. {1 Tomo. Cajón 2 (1), estante 6 (4)}
Florencia, Historia de Nuestra Señora de Loreto. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 6}
Florencia marial. {2 Tomos. Cajón 9 (11), estante 1}

Florencia Pandectas. {2 Tomos. Cajón 11 (6). Estante 2 (1).}
Florilegium oratorum. {1 Tomo. Cajón 9 (11). Estante 6 4 3.}
[Focher] Itinerario Catolico. {1 Tomo. Cajón 5 (8). Estante 6 (5).}
Fomperosa Fiestas de señor Francisco de Borja en Madrid y en Manila. {2 Tomos. Cajón 9 (12). Estante 3 2.}
Foniana Fabricas de Roma. {1 Tomo. Cajón 6 (14). Estante 7 (10).}
Fontanella Decisiones. {4 Tomos. Cajón 11 (6). Estante 2 (1).}
Fonteca Medicina. {1 Tomo. Cajón 6 (14). Estante 5 (4).}
Forerio in Ysayam. {1 Tomo. Cajón 2 (1). Estante 6 (4).}
Fragoso Cirugía. {1 Tomo. Cajón 6 (14). Estante 4 (3).}
Fray Francisco Ignacio Vida de la Madre Ysabel de Jesus.{ 1 Tomo. Cajón 13 (12). Estante 6 (3).}
Francisca Jesus in Apocalipsim. {1 Tomo. Cajón 3. Estante 2.}
Franciscus de Leon in Parce mihi. {1 Tomo. Cajón 2 (1). Estante 5 (4).}
San Francisco Thesoro Celestial. {1 Tomo. Cajón 12 (4). Estante 4.}
Franco Doctrina Philosophia. {1 Tomo. Cajón 6 (13). Estante 5 (3).}
Frasso de Regio [Patronatos]. {2 Tomos. Cajón 10 (7). Estante 2.}
Freyre in judicum. {1 Tomo. Cajón 2 (1). Estante 5 (4).}
Freyjo theatro chritico. {(7) 8 Tomos. Cajón 7 (5). Estante 3 (4).}
Fresneda in Aristot. {1 Tomo. Cajón 6 (13). Estante 1 (3).}
Froylan Curso Philosophia. {3 Tomos. Cajón 6 (13). Estante 3. item sumulas 1 tomo cajon 13 estante 3.}
Froylan de justitut. Novitiorum. {1 Tomo. Cajón 12 (4). Estante 6 (9).}
Fuentelapeña escuela de la verdad. {1 Tomo. Cajón 12 (4). Estante 6 (9).}
Fuero de la conciencia. {1 Tomo. Cajón 5 (8). Estante 5.}
Fuero jusgo. {1 Tomo. Cajón 11 (6). Estante 5.}
Fulgosius Factorum, et dictorum. {1 Tomo. Cajón 7 (5). Estante 5.}
Fumo summa Aurea. {1 Tomo. Cajón 5 (8). Estante 6 (4).}
Fusario de substitutionibus. {1 Tomo. Cajón 11 (6). Estante 4.}
Flores españa sagrada. {(16) 13 16 Tomos. Cajón 12. Estante 3.}
Ferrares Biblioteca. {8 Tomos. Cajón 10. Estante 4.}
Fulgensio a [judize] filosofia.{ Cajón 13. Estante 2.}

Gregorias Baptista in Joannem. {1 Tomo. Cajón 3. Estante 5 (3).}
Don Gregorius Magnus. {1 Tomo. Cajón 1 (2). Estante 2 (1).}
Don Gregorius Nissenus. {1 Tomo. Cajón 1 (2). Estante 3 (1).}
Don Gregorius Nazianz.s. {1 Tomo. Cajón 1 (2). Estante 2 (1).}
Girjalba Cronica de Mexico. {1 Tomo. Cajón 13 (12). Estante 2 (1).}
Gropperus Comentaría en Paulum.{ 1 Tomo. Cajón 2 (1). Estante 6.}
Guadalupe in Osseam.{ 1 Tomo. Cajón 2 (1). Estante 5 (4).}
Guarico Abad sermones.{ 1 Tomo. Cajón 6 (3). Estante 6 (4).}
Guerrero Opera Moralia. {2 Tomos. Cajón 5 (8). Estante 3.}
Guevara in Matheum. {4 Tomos. Cajón 3. Estante 3 (1).}
Guevara Horologium Principum. {1 Tomo. Cajón 7 (5). Estante 4.}
Guevara Motivos de la humildad. {1 Tomo. Cajón 8. Estante 4.}
Guido Cirugía. {1 Tomo. Cajón 6 (14). Estante 4 (3).}
Guijon sermones varios. {1 Tomo. Cajón 9 (11). Estante 4 (3).}
Gualdo Baptisma Pueronum. {1 Tomo. Cajón 5 (8). Estante 6 (7).}
Gurterius in Ysayam. {1 Tomo. Cajón 3. Estante 3 (2).}
Guterio de Juramento.{ 1 Tomo. Cajón 5 (8). Estante 4 7 (3).}
Gutierrez jurista. {6 Tomos. Cajón 11 (6). Estante 3 (4).}
Girolamo Cipi Vida del San Nicolas. {1 Tomo. Cajón 4. Estante 3.}
Galucio teatro del mundo. {Cajón 14. Estante 3.}
Germino Colinas compendio de las Bulas de la Orden. {Cajón 12. Estante 5.}
Gabriel Morales visita general de Dios. {1 Tomo. Cajón 3. Estante 3.}
H
Haye Historia evangelica. {2 Tomos. Cajón 3. Estante 3 (2).}

Hurtado, in Evangelia. {1 Tomo. Cajón 3, estante 3}
Hurtado, de matrimonio et censuris. {1 Tomo. Cajón 5 (8), estante 5 (4)}
Hurtado, Philosophia. {1 Tomo. Cajón 6 (13), estante 2}
Hurtado, Resoluciones morales. {2 Tomos. Cajón 5, Estante 3}
Hurtado, sobre las proposiciones conden.as. {1 Tomo. Cajón 5 (8), estante 4 (4)}
Humberto, Exposición de la Regla. {1 Tomo. Cajón 12. estante 3}
Hisidoro, de Christi generatione. {1 Tomo. Cajón 2. estante 2}
I
Iacobo Falconio. {1 Tomo. Cajón 7 (5), estante 6 (4)}
Iacobus Bergomense. {1 Tomo. Cajón 13 (12), estante 3 (2)}
Iacobus, de Carolis. {1 Tomo. Cajón 7 (5), estante 6 (5)}
Sanctus, Iacobus enchiridion. August.o. {1 Tomo. Cajón 4 (9), estante 6 (5)}
Iacobus a Valentia, Super psalmos. {1 Tomo. Cajón 2 (2), estante 5 (4)}
Iason, Sobre los digestos. {8 Tomos. Cajón 11 (6), estante 2 (1)}
Iesu, María, Propugnac. ord. mendicant. {1 Tomo. Cajón 10 (7), estante 5}
San Ildefonso Theolog. Mística. {1 Tomo. Cajón 13 (12), estante 3}
Ilitarren, Curs. philos. {3 Tomos. Cajón 6 (13), estante 4 (3)}
Illesca, Historia pontifical. {7 Tomos. Cajón 12 (4), estante 2}
Illsung, Practica universa de bono et malo morali. {1 Tomo. Cajón 5 (8), estante 1 (2) (2)}
Incarnato, Scrutinium sacerdotale. {1 Tomo. Cajón 5 (8), estante 6 (5)}
Incognitus, in Psalmos. {2 Tomos. Cajón 3, estante 1}
Index librorum prohibitorum. {1 Tomo. Cajón 6 (130), estante 19}
Inocencio quarto in S. lib. Decreton. {1 Tomo. Cajón 10 (7), estante 1 (2)}
Inojosa, Cirugía. {1 Tomo. Cajón 6 (14), estante 5}

Mostazo, De causis piis....{tomo 1..Cajón 8. estante 9}
Morales, Retiro del alma...{tomo 1..Cajón 6. estante 2}
Marchantius, Resolutiones Pastorales..{tomo 1..Cajón 4. estante 1}
Marchantius, Contiones Moral.e..{tomo 1..Cajón 4. estante 1}
Marchantius, Vitis florigera...{tomo 1..Cajón 4. estante 1}
Fray Manuel Quevedo, Correa de Nuestro Padre San Agustin. {un tomo. Cajón 12. estante 5}
N
Nabarra, De restitutione. {1 Tomo. Cajón 5 (8), estante 5 (4)}
Nadal, Glorias del sacerdocio. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 6 (5)}
Natividad, Censuras predicables. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 1}
Natividad, Minerva eucarística. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 4 (3)}
Natividad, Silva de sufragios. 1 Tomo. {Cajón 3 (12), estante 6 (3)}
Nau, effigies eclesia. {1 Tomo. Cajón 8 (10), estante 3 (4)}
Navarrete, Apologet. chinens. {1 Tomo. Cajón 8 (10), estante 4}
Navarrete, in Trenos. {1 Tomo. Cajón 2 (1), estante 6 (4)}
Navarro, Contiones de sanctis. {1 Tomo. Cajón 3, estante 6 (4)}
Navarro, Opera. {5 Tomos. Cajón 10 (7), estante 2}
Naxera. {5 Tomos. Cajón 2 (1), estante 1}
Naxera, Sermones varios. {5 Tomos. Cajón 9 (11), estante 4 (3)(2)}
Nebrixa, Vocabulario. {1 Tomo. Cajón 6 (13), estante 4 (1)}
Nebrixa, in Epistolam Pauli. {1 Tomo, Cajón 2 (1), estante 6 (4)}
Nebrixa, Libro 4, y 5, {1 Tomo. Cajón 6 (13), estante 6 (5)}
Nicassio, in 4. lib. instit. imperial. {1 Tomo. Cajón 11 (7), estante 6 (5)}
Nicephoro, Callisto. {2 Tomos. Cajón 12 (4), estante 2 (5)}
Fray Nicolas de San Pedro. Sermones varios. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 1 (3)}
San Nicolas, Arte de arquitectura. {2 Tomos. Cajón 6 (14), estante 4}
Nicolas Antonio, Biblioteca Hispania Vetus. {1 Tomo. Cajón 7 (5), estante 2}
Nieremberg. {10 Tomos. Cajón 3, estante 2}
Niño, Aforismo espiritual. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 6 (5)}
Niseno, Sermones varios. {7 Tomos. Cajón 9 (11), estante 3 (2)}
Nogueyra, Bulla Cruciata. {1 Tomo. Cajón 5 (8), estante 2 (3)}
Noris, Opera. {4 Tomos. Cajón 8 (10), estante 1}
Novar, Decadas de las guerras de Flandes. {3 Tomos. Cajón 7 (5), estante 2}

Navarino. {6 Tomos. Cajón 2 (1). Estante 3.}
Nuñez Collactan de Diferentes sermones. {2 Tomos. Cajón 9 (11). Estante 1.}
Nuñez Corona Gotica. {(3) 2 Tomos. Cajón 7 (9). Estante 2.}
Nuñez Advertencias sobre los evangelios. {1 Tomo. Cajón 9 (11). Estante 3 (2 1)}
Nuñez Sanctoral seráfico. {1 Tomo. Cajon 9 (11). Estante 1. }
O
Obadingo Apologico. {1 Tomo. Cajón 12. Estante 5.}
Octavio Maria Opera Moralia. {1 Tomo. Cajón 5 (8). Estante 4.}
Octavianus in Ecclesiasticum. {1 Tomo. Cajón 2 (1). Estante 3 (2).}
Deoculo Morali. {1 Tomo. Cajón 3. Estante 6 (9).}
Olla de Missas Resadas. {1 Tomo. Cajón 10 (7). Estante 5.}
Olea Dicesiones jurium. {2 Tomos. Cajón 11 (6). Estante 3.}
Oleastro in Qunguelib Biblia. {1 Tomo. Cajón 3. Estante 3.}
Oliva. {(2) 6 Tomos. Cajón 3. Estante 2.}
Oliva contiones. {2 Tomos. Cajón 3. Estante 5 (3).}
Olivario decisiones Rota. {1 Tomo. Cajón 10 (7). Estante 3.}
Onufrio de Primatu Petu. {1 Tomo. Cajón 8 (10). Estante 4 (9).}
Opus Poeticum Divers. {1 Tomo. Cajón 7 (5). Estante 1 (2).}
Oratio Opera. {1 Tomo. Cajón 7 (5). Estante 1 (3).}
Oratorio de Cuaresma Complutense. {2 Tomos. Cajón 9 (11). Estante 5 (4 3).}
Ordenanzas del Orden de Es.trago. {1 Tomo. Cajón 10 (7). Estante 4 (3).}

Ormaza el sabio dichoso thesauro y sermones. { 4 Tomos. Cajon 9 (11), estante 1}
Oroz de Picibus juris civilis. {1 Tomo. Cajon 11 [(6)], estante 2}
Orozco su vida y obras. {13. Cajon 13 (12), estante 5 (4)}
Ortelio Sinonimia geográfica. {1 Tomo. Cajon 6 (14), estante 5 (3)}
Ortensio Sermones de Adviento y Cuaresma. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 1 (2)}
Ortiz Vocabulario arte y mitos en tagalo. {11 Tomos. Cajon 6 (13), estante 7 (9)}
Ortiz Cursó Filosofía. {2 Tomos. Cajon 6 (13), estante 3}
Ortiz Flos Sanctorum. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 2 }
Ortiz Lugares comunes. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 4 (3)}
Osorio de Gloria et Novissima. {1. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
Osorio Marial y Maravillas de Dios. {2 Tomos. Cajon 9 (11),estante 6 (2)}
Ossorius Contiones. {2 Tomos. Cajon 3, estante 6 (4)}
Osuna Abecedario espiritual. { 4 Tomos. Cajon 12 (4), estante 4}
Osuna y Ruis Memorias Sagradas. {2 Tomos. Cajon 12 (4), estante 6 (4) 5}
Osuna República de Dios. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 4}
Osuna Triloguim Evangelicum. {1 Tomo. Cajon 2 (4), estante 6 (4)}
Oviedo. {1 Tomo. Cajon 6 (11), estante 2 (1)}
Oviedo Panegéricos Sagrados. {2 Tomos. Cajon 9 (11), estante 2 3}
Oviedo Opera. {3 Tomos. Cajon 7, estante 1}
Origines. {2 Tomos. Cajon 2, estante 4}
Orgio Historia de Nuestra Señora Del Buen Consejo. {1 Tomo. Cajon 4, estante 4}
[Olloa] viaje de la America. {9 Tomos. Cajon 5, estante 4}
P
Pacheco in Genesim. {1 Tomo. Cajon 3, estante 4 (3)}
Pacheco Sobre el Padre Nuestro.{ 1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 3 (2)}

Rauisi oficina política. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 5 (4)}
Raulin año santo. {2 Tomos. Cajon 13 (12), estante 4 (3)}
Raulin Doctrínale. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
Raulin Sermones. {3 Tomos. Cajon 3, estante 6 (9)}
Rabelo Vida y Corona de Cristo. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 3 (4)}
Recopilación de las Leyes de Indias. {7 Tomos. Cajon 11 (6), estante 4}
Rodriguez Ejercicios. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 3 }
Remigio de Immunitate ecclesia. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 4}
Remigio Promptuar. moral y exersism.s. {2 Tomos. Cajon 5 (8), estante 6 (2) 3}
Remesal Historia de Chiapa. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 3}
Rengifo Arte Poético. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 5}
Repertorium inquisitorum. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 4 }
Revelaciónes de Santa Brígida.{ 1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 3}
Revelo de Justicia.{ 1 Tomo. Cajon 5 (8), estante 3 (2)}
Reusnerus Urbium imperialium. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 6 (9)}
Ribadeneyra Confesiones y meditaciones de Nuestro Padre San Agustin. {2 Tomos. Cajon 13 (12), estante 5 (4)}
Ribera expresión Panegérica de San Juan de Sahagun. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 3 (2)}
Ribera Vida de Nuestro Padre San Agustín. {1 Tomo. Cajon 13(12), estante 4 (3)}
Riccio Praxis fori eclesiastici. {2 Tomos. Cajon 10 (7), estante 4}
Riera Exposición de la Regla. {1 Tomo. Cajon 13(12), estante 4 (3)}
Rio Adagia in Genesim. {4 Tomos. Cajon 2 (1), estante 5 (3)}
Ripa Opera. {3 Tomos. Cajon 11 (6), estante 2 (1)}
Ritual Agustiniano. { 1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 5}
Rivadeneyra Flor Santa Sanctorum en romance. {3 Tomos. Cajon 12 (4), estante 2 }
Rivadeneyra Historia de eclesiática de Inglaterra.{ 1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 5}
Rivarola Descripción de Genova. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 3}
Rivera. {12 Tomos. Cajon 3, estante 3 (2)}
Riverio Medicina. {1 Tomo. Cajon 6 (14), estante 2 }
Rivio Vita Santo Padre Nuestro Agustini. {1. Cajon 13 (12), estante 4 (3)}
Roa Singulares Loci.{ 1 Tomo. Cajon 2 (1), estante 6 (4)}
Robles Copia accentuum. {1 Tomo. Cajon 6 (13), estante 6 (1)}
Roberto Belarmino Opuscula. {4 Tomos. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
Roberto Belarmino Opera.{ 3 Tomos. Cajon 8 (10), estante 3 (1)}
Robertus de sanctis. {1 Tomo. Cajon 3, estante 5}
Rocaberti Vida de San Pío Quinto. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}

Santaella prácticas domésticas. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 5 (2) 4}
Santa Cruz Antilogía Sacre Scripture. {2 Tomos. Cajon 2 (1), estante 2 (1)}
Santiago Cuaresma y santoral.{ 2 Tomos. Cajon 9 (11), estante 3 (7)}
Santos Vocabulario tagalo.{ 1 Tomo. Cajon 6 (13), estante 7 (9)}
Sanzoles Epitome conceptuum. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 4 (2)}
Saona Discursos predicables. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 3 (2)}
Sapata Agricultura Espiritual. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 1}
Saravia de Jurisdictione. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 5 (4)}
Sarmiento Prompturium Conceptuum.{ 1 Tomo. Cajon 3, estante 6 (9)}
Schaco. {3 Tomos. Cajones 3, estante 5}
Scherlogus in Cantica. {2 Tomos. Cajon 3, estante 3 (2)}
Scobar de Utroque foro. {2 Tomos. Cajon 10 (7), estante 4}
Scobar Summa. {1 Tomo. Cajon 5 (8), estante 6 (9)}
Scot Vocabulario Utriusque juris. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 5 (4)}
Scotto Summa moral. {1 Tomo. Cajon 5 (8), estante 6 (9)}
Scotto Taumaturgo Física. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 5 (4)}
Segneri Incredulus non excusatus. {1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 4 (9)}
Segura. {1 Tomo. Cajon 11 (6), estante 5}
Segura Vida de San Juan Nepomuceno. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (4)}
Segusius Hostiensis summa aurea. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 3}
Seijas Corona Imperial. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 1}
Seita Sermones varios.{ 3 Tomos. Cajon 9 (11), estante 2 (1)}
Seijas Silvos del Pastor Divino. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
Selve Dominicales.{ 2 Tomos. Cajon 3, estante 6 (9)}
Semeri Curso Filosóficas. {3 Tomos. Cajon 6 (11), estante 4}
Sermones varios de varios autores. {5 Tomos. Cajon 9 (11), estante 4 3}
Séneca. {1 Tomo. Cajon 6 (14), estante 1}
Señeri Cura y cristiano instruido. {7 Tomos. Cajon 9 (11), estante 5 (4)}
Sequeiros de Ecclesia potestate.{ 1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 4 (9)}
Serana Vida de San Francisco de Borja.{ 1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 4 }
Serra Curso Teologías. {10 Tomos. Cajon 4 (9), estante 6 (9)}
Severcio Summa moral. {1 Tomo. Cajon 5 (8), estante 6 (9)}
Sevilla Dios trino y uno. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 5}
Sicardo Mártires del Japón. {1 Tomo. Cajon 13 (12), estante 1 }
Sicardo Vida de San Nicolás de Tolentino.{ 1 Tomo. Cajon 13 (12), estante 4 (3)}
Sicardo Vida de Santa Rita de Casia. {1 Tomo. Cajon 13 (12), estante 4 (3)}
Siegler Regisidium anglorum.{ 1 Tomo. Cajon 6, estante 6}

Sierra, Philosophia. {4 3 Tomos. Cajón 6 (13), estante 5 (4)}
Sigler, Atributos de MARIA. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 1}
Sigonio, Triunfos de los Romanos. {1 Tomo. Cajón 7 (5), estante 3}
Siguenza, Libro astronómico. {1 Tomo. Cajón 6 (13), (14), estante 6 (4) (5)}
Silva, Exhortaciones y discursos morales. {4 Tomos. Cajón 9 (11), estante 2 (1)}
Silveyra. {10 Tomos. Cajón 2 (1), estante 2 (1)}
Silvestre, Discursos Morales y glorias de MARIA. {2 Tomos. Cajón 9 (11), estante 1}
Silvestre, Summa moral. {1 Tomo. Cajón 5 (8), estante 4 (3) }
{[sacose] de la librería
por orden
de Nuestro Padre Provincial Fray Juan
Facundo [Meseguer.]
Fray Martinez}
Beatus Simón de Cassia. {1 Tomo. Cajón 12, estante 5 (4) (3) se volvió}
Sobrino, Diccionar. frances. {1 Tomo. Cajón 6 (11), estante 4 (5)}
Soderinus, Explicatio in Pentetaucum. {1 Tomo. Cajón 2 (1), estante 6 (4)}
Solorzano, Compendio. {1 Tomo. Cajón 10 (7), estante 4}
Solorzano, Opera. {4 Tomos. Cajón 10 (7), estante 4}
Sonnio, de Christiana Religione. {1 Tomo. Cajón 8 (10), estante 4 [(6)]}
Sossa, Sueños y preguntas. {1 Tomo. Cajón 7 (6), estante 5 (4)}
Sosuaut, Commentaria in Ysayam. {1 Tomo. Cajón 2 (1), estante 6 (4)}
Sotomayor, Controvers juris. {3 Tomos. Cajón 11, estante 5}
Sotomayor, in Cantica. {1 Tomo. Cajón 2 (1), estante 4 (3)}
Sotto, in Libros Sententiarum. {1 Tomo. Cajón 4 (9), estante 2 1}
Sotto, in Sententiarios et Justitia. {3 Tomos. Cajón 4 (9), estante 3 (2) 1}
Sotto, Philosophia. {2 Tomos. Cajón 6 (13), estante 2}
Sousa, de solicitanto. {1 Tomo. Cajón 5 (8), estante 6 (5)}
Sousa, Historia de Portugal. {1 Tomo. Cajón 7 (6), estante 5 (3)}
Sousa, Opera. {2 Tomos. Cajón 7 (5), estante 3}
Spigelio, Anatomía general. {1 Tomo. Cajón 6 (14), estante 7 (4)}
Spinus, Thesaurus univ. juris. {1 Tomo. Cajón 11 (6), estante 5}
Spiritu Sancto, Cadena mística. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 3}
Spiritu Sancto, Director Confessarior. {4 Tomos. Cajón 5 (8), estante 1 (2)}
Spiritu Sancto, Sermones panegíricos. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 1}
Spiritu Sancto, Tesoro de humildad. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 5}
Spondano, Epitome y continuación de Baronio. {4 Tomos. Cajón 12 (4), estante 1}
Statio Pepino. {1 Tomo. Cajón 7 (5), estante 6 (5)}
Stella, in Lucam. {1 Tomo. Cajón 3, estante 5 (3)}
Stella, Vanidad del mundo. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 3 (2)}
Stephanus, Diccionarium historicum poeticum. {1 Tomo. Cajón 7 (5), estante 4 (5)}
Stuñica. {2 Tomos. Cajón 3, estante 5 (3)}
Suarez, Opera. {17 Tomos. Cajón 4 (9), estante 1 (2)}

Villacastín. {1 Tomo Cajon 12 (4), estante 6}
Villafañe Speculum Gramaticorum.{ 1 Tomo. Cajon 6 (11), estante 6 (9)}
Villalphodus onodo. {3 Tomos. Cajon 2 (1), estante 1}
Villalobos Summa moral.{ 2 Tomo. Cajon 5 (8), estante 4 (3)}
Villalba Sangre Triumphal. {2 Tomos. Cajon 9 (11), estante 1 }
Villamayor Simulacros morales.{ 1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 3 (2)}
Villamar Contiones. {1 Tomo. Cajon 3, estante 3 (2)}
Villamediana Baccl. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 5 (4)}
Villanueva Curso Filosóficas.{ 4 Tomos. Cajon 6 (12), estante 3}
Villarina Historia de las Recoletas Augustinas. {3 Tomos. Cajon 13 (12), estante 2 (1)}
Villarroel Gobierno Eclesiástico.{ 2 Tomos. Cajon 10 (7), estante 2}
Villarroel Opera contionatoria. {5 Tomos. Cajon 3, estante 4}
Villarroel Tautologia.{ 9 Tomos. Cajon 3, estante 4}
Villavicencio Vida de San Pedro Mártir. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (4)}
Villegas Flos sancta sanctorum y templo militante. {5 Tomos. Cajon 12 (4), estante 2 }
D. Vicentius Ferrer. {3 Tomos. Cajon 1 (2), estante 5 (4)}
Vincentius Speculum Historiale.{ 4 Tomos. Cajon 6 (14), estante 2}
Viñola Arte de Arquitectura. {1 Tomo. Cajon 6 (14), estante 4 }
Villanova Promptuarium Theologium. {1 Tomo. Cajon 4 (4), estante 4 (2)}
Vitalia de testibus monendis. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 5}
Vitoria Teatro de Dios. {2 Tomos. Cajon 7 (9), estante 5 (4)}
Vitrian Memorias de Felipe de Comines.{ 2 Tomos. Cajon 7, estante 3 }
Vivaldo Candelabrum aureum. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 5}
Vivis de Disciplinas. {1 Tomo. Cajon 6 (13), estante 1}
Vivis de Gramática.{ 1 Tomo. Cajon 6 (13), estante 7 (9)}
Un Libro griego en pasta.{ 1 Tomo. Cajon. 6 [12], estante 6 (9)}
Voello de Horologis. {1 Tomo. Cajon 6 (4), estante 5 (4)}
Urbano Instituciones Gramatica. {1 Tomo. Cajon 6 (11), estante 6 (9)}
Urbina Matemática. {1 Tomo. Cajon 6 (14), estante 4 (3)}
Urdaneta Derrotero. {1 Tomo. Cajon 6 (14), estante 5 (3)}
Urselius Examen apum.{ 1 Tomo. Cajon 11, estante 4 }
Voecrero de Secretis. {1 Tomo. Cajones 7 (9), estante 5 }
Uvesembetius.{ 1 Tomo. Cajon 11 (6), estante 6 (9) }

Dia 15 de Octubre de 1758 dio Nuestro Padre Provincial Fray Juan Facundo [Ahennsequer]
dos tomos de origines, y las epístolas de Montalban
{J Martinez}
Fray Joseph de San Antonio [ iman ] de la tercera orden [12] tomo
ecija [maroines pugnable] {1 tomo}
Alcantara [vindicias] de la [Padre] Agreda
[O Soviano] milagros del Santo Christo de Burgos un tomo
Villalva Curso Filosófico -- {2 Tomos 4}
{Fray Martinez}
Dia 30 de Abril de 1759 dio el Padre Provincial Fray Suarez la obra del
V. Orozco y cuatro tomos de mapas de ciudades y lo firme
{Fray Pedro Martinez}
Ítem cinco tomos de tosca Filosofía -- {5}
{Fray Martinez}
Ítem Física de [Palcenco,] y Logica de Froylan
[d.e Valen] muy poco o nada

Libros nuevos que han entrado en esta librería este
presente año de 54, son los siguientes.
Y se hallarán al fin del cajón 10,
Antoine, Theolog. {7 Tomos 9 5 cajón 3 (5)}
Macabello, Poliantea Eucarística. {1 Tomo 7 5}
Hamel, Historia Scienciarum Academiae. {1 Tomo. 14 7 (1) (4)}
Antonio Perez de Rua, Funeral. {1 Tomo. Cajón 3 estante 3}
Miana, Panegírico de Santo Homo Bono. {1 Tomo. 11 cajón 3}
Marcilla, Chronicon Adricomio. {1 Tomo}
Mayolino, Guerras civiles de Inglaterra. {1 Tomo.}
Dionisio March de Velasco, Elección conceptuosa. { 1 Tomo. 11. 3.}
Esteyneffer, Florilegio medicinal. {1 Tomo. Cajón 14 (4).}
Centoflorenio Clypeus, Adversus hereticorum sagitas. {1 Tomo.}
Alcozer, Tratado del juego {1 Tomo. Cajón 7 (4).}
Augustinus de Angelis, Manuale propugnaculum. {1 Tomo.}
Boneta, Gritos del infierno. {1 Tomo. Cajón 11 (4).}
Boneta, Crisol de desengaños. {1 Tomo. Cajón 11 (4).}
Rebullosa, Historia eclesiástica. {1 Tomo. Cajón 4 (3).}
Flores, Teología escolástica {3 Tomos para la provincia.}
Desirant de proscripcionibus eucharistie, {1 Tomo.}
{errado} Epistolas de San Francisco de Sales {1 Tomo.}
Sobre ... del amor de Dios. {1 Tomo.}
Alamin tesoro escondido {1 Tomo}
Bosuez, Super Psalmos, et Salmonem {2 Tomos.}
Hisidoro, a santo Michaele, de Christi generatione {1 Tomo}
{se sacaron
Fray Martinez} [Floreis,] España sagrada {7 tomos.}
{año de 56} Castillo de Beata Virgine {1 Cajón 3 estante 5 2}
{año de 56} epactas perpetuas { ---- 1 Cajón 7 estante 5}
Fecha 30 de octubre de 1756 revieron a la librería las obras
de Benedicto XIV { ---- 12 tomos}
{tambien}item El de ... de flores {---- 1 tomo}
item Exposición de la Regla por el B.to Umberto {---- 1 tomo}
item Logrosan, Exposición de la Regla {---- 1}
Al Virrey de Nueva España que ponga todo cuidado en que las naos de Filipinas al puerto de Acapulco se despachen con brevedad y sin retardasen en su retorno: por que no pierdan el tiempo de su viaje. 1669, 1707.

Al virrey de Nueva España que
ponga todo cuidado en que las naos
de Filipinas al puerto de Acapulco
se despachen con brevedad y sin retardación
en su retorno, porque
no pierdan el tiempo de su viaje.
El rey. Muy reverendo Cristo
padre don Fray Paio de Rivera, arzobispo de
la iglesia metropolitana de la Ciudad de México, de mi
consejo, mi virrey, gobernador y capitán general de la
Nueva España y presidente de mi audiencia real de
ella en ínterin, o a la persona o personas a cuyo
cargo fuere su gobierno por ser cédula de treinta
y uno de diciembre del año pasado de mil seiscientos
y setenta y siete, os mando que tomando
informes de personas prácticas en la
navegación de esa Nueva España a las islas
de Filipinas [diese seis] órdenes que fuesen
necesarias para que se ejecutase lo que se tuviese
por más conveniente a esta navegación,
atendiendo a lo que fuere de más beneficio
y menos riesgo de ella, como se
refiere en la dicha cédula a que me remito.
Y ahora Don Diego de Villatoro, procurador
general de la ciudad de Manila, me haré
presentado entre otras cosas que de no ejecutase
Al gobernador de Filipinas: sobre que los indios que fueren por grumetes en las naos del comercio, que todos sean de la costa de aquellas islas enseñados a navegar, y que lleven vestidos para la defensa del frío. 1620, 1707.

{Al margen derecho: Al gobernador de Filipinas sobre que los indios que fueren por grumetes en las naos del comercio todos de la costa de aquellas islas y que lleven vestidos para la defensa del frío y al fiscal lo que había de hacer en razón de ello. }
El Rey = Don Alonso Fajardo de
Tenza caballero de la Orden de Alcántara mi
gobernador y capitán general de las islas Filipinas
o a la persona o personas a cuyo cargo
fuere su gobierno. Hernando de los Ríos Coronel
en nombre y como procurador general de
esas islas me ha hecho relación que los grumetes
que sirven en las naos del comercio son siempre
indios. Y que contiene que sean todos gente
de esa costa, que están enseñados a navegar, y
que llevan vestidos con que se abriguen. Que por
no haberse, y meter otros de la tierra a dentro,
que no son marineros ni saben navegar, se
mueren los más en la altura, y por ser pobre
se embarcan sin tener vestidos. Y habiéndose
visto en mi consejo real de las indias
he tenido por bien de dar la presente. Por la cuales
os mando [proveía] y ordenáis que los dichos
indios que así fueren por grumetes en las dichas
naos sean todos gente de esa costa. Y que lleven
vestidos para la defensa de los fríos del viaje. Y a
mi fiscal de esa audiencia que [tome] por memoria,
y [aliste] todos los grumetes e indios que fueren
embarcados, y que se tome cuenta a vuelta de
Sobre las tierras y los esclavos que la difunta Doña Agustina de Morales dejó para el Convento de Nuestra Señora de Guadalupe. 1633.

En la ciudad de Manila en diez y siete de diciembre de
mil y seiscientos y treinta tres años, ante mí el escribano y testigos
pareció el capitán y Sargento Mayor Sebastián Pérez de Acuña, vecino
de esta dicha ciudad y alguacil mayor de ella a quien doy fe que conozco
y otorgo, que vende a los albaceas de Doña Agustina de Morales,
difunta, para el patronazgo del Convento de Nuestra Señora de Guadalupe
o para la obra pia o capellanía que lo aplicaran, ciento y treinta y
siete pesos y cuatro tomines de oro común de censo y tributo en cada
un año; redimible y al quitar, y de a veinte mil el millar conforme
a la nueva pragmática; puestos y pagados en esta ciudad o donde le
fueren pedidos llanamente con las costas de la cobranza que ha de correr
y contarse desde hoy día de la fecha en adelante por razón de
dos mil y setecientos y cincuenta pesos de oro común de principal que
recibió en reales de contado de los dichos albaceas por mano de Fernando
de Caravajal, procurador de causas de la real audiencia
de estas islas como persona que tiene su poder. De cuyo [recibo], yo el presente
escribano, doy fe por qué se hizo en mi presencia y de los testigos
y [uso] escritos en reales de contado. Los cuales son y proceden
de los cinco mil y quinientos pesos, en que se remató en este otorgante
la huerta, casas, y tierras que en el río frontero del pueblo
de Santa Ana, quedó por fin y muerte de la dicha difunta, con los
esclavos de su servicio y lo demás pertenecientes a ellas que son los que conforme
el dicho remate habían de quedar a censo sobre la dicha huerta, casas
y tierras. Por qué la otra mitad, de los dichos cinco mil y quinientos
pesos los ha dado y pagado de que hoy dicho día el dicho Fernando de Caravajal
en el dicho nombre le ha otorgado, carta de pago, ante mí. Y los
dichos dos mil y setecientos y cincuenta pesos, del dicho censo impone
carga y sitúa sobre todos sus bienes derechos y acciones y especial-
y señaladamente sobre la dicha huerta, casas de piedra, y tierras, que
como [dicho es] se le remataron por bienes de la dicha Doña Agustina
de Morales, difunta. Las cuales son y alinde, por una parte, con huerta
y casa de Doña Josepha Girón, viuda del Sargento Mayor Antonio
Luis Vezerra, difunto, y por otra tierra de este dicho otorgante y por frente
el dicho río, en medio el dicho pueblo de Santa Ana, con todo lo anejo
y perteneciente a la dicha huerta y tierras; las cuales son libres de otros
censos, hipoteca, ni enajenación; con cargo de guardar y cumplir las
condiciones siguientes.
Lo primero que en todo tiempo tendrá la dicha huerta, casas, y tierras
bien reparadas de todas las labores y reparos de que tuvieren
necesidad de suerte que siempre vayan en aumento y no en disminución
y si no lo hiciere pueda quien fuere parte hacer los reparos
necesarios a su costa. Y por lo que se gastare sea ejecutado con solo
su simple juramento, de quien como dicho es fuere parte, sin que sea
Gerónima Esguerra, viuda de esta ciudad de Manila sobre el bando que pide que presenten los recaudos de las tierras que posee, 1697.

"Que buena pro le haga." Con que quedó rematado
el dicho quiñón de tierra, en la dicha Gerónima Esguerra
en la dicha cantidad de dichos ciento y once
pesos luego de contado, al dicho General Don Francisco
de Ocampo, el cual estando presente otorgó que
recibía y recibió la dicha cantidad de los ciento
y once pesos de oro común en reales de la
dicha Gerónima Esguerra que así mismo esta
presente, que por no parecer la entrega y
paga renunció las leyes de ella y su prueba. Y
como entregado de ellos otorgo carta de pago
y recibo en forma. Y lo firmo. Y la dicha Gerónima
Esguerra por no saber escribir, a su ruego lo
firmó un testigo que lo fueron Pedro Sarmiento
de la Cruz, Ignacio Fajardo y Juan Gaña. Don
Francisco de Ocampo. A ruego y por testigo Ignacio
Fajardo. Ante mí, Nicolás de Herrera,
escribano público y real.
E hice mi signo en testimonio de verdad
Nicolás de Herrera
[Frm.e publico y real]
Índice de todas las escrituras que se hallan en este libro de las tierras comprehendidas con el nombre de San Isidro pertenecientes al Convento de San Agustín

Índice de todas las escrituras que se hallan en este
libro de las tierras nombradas Potag, Socong, Mabilog,
Paquita, Majayjay, Pedrera Amaya,
Estero de Ventura, Pangpang
y Manibo en los términos y altos
de Dongalo comprendidos
con el nombre de San
Isidro, pertenecientes
al Convento
de San Agustín.
En siete de agosto de mil seiscientos y veintitrés,
Don Agustín Sungab, indio del pueblo de
Dongalo vendió a Francisco Coro un pedazo de tierra
nombrada Potag en términos del pueblo
de Dongalo, cuya escritura pasó ante Sebastián
Zambrano, escribano de su majestad y se halla
en este libro, desde hojas 2 a 4.
En nueve de enero de mil seiscientos y
veinticuatro, Francisco Coro presentó escrito ante
la real justicia, pidiendo que en virtud
de dicha venta le metiera en posesión en nombre
de la real justicia de las tierras que había
comprado con citación de los linderos. Dichas
diligencias se hallan desde hojas 4 vuelta
hasta 8 vuelta.
En veinticinco de enero de mil seiscientos
veinticuatro, Francisco Coro ofrece informaciones
que no le es de utilidad el tener las
dichas tierras sino venderlas, para lo cual
presentó cuatro testigos. Y en virtud de las declaraciones
de ellos, pidió [que] les concediese licencia
para otorgar la venta de dichas tierras. Concedió

se le licencia con tal que fuese con
intervención del señor fiscal de su majestad
como protector de los naturales. Todas las
diligencias se hallan en este libro desde
hoja 8 vuelta hasta 15 de él.
{Al margen izquierdo: 325 pesos}
En tres de febrero de mil seiscientos y veinticuatro,
Francisco Coro vendió dichas tierras
al Convento de San Agustín, cuya escritura
está desde hojas 15 de este libro hasta
17, ante Pedro de Valdés, escribano público.
{Al margen izquierdo: Putac}
En cinco de febrero de mil seiscientos y veinticuatro,
pide la parte de San Agustín
a la real justicia [que] le meta en posesión de
las dichas tierras en virtud de dicha escritura
con citación de los linderos. Las diligencias
se hallan en este libro desde hoja
17 vuelta hasta 20 de él.
En ocho de marzo de mil seiscientos y veinticuatro,
Don Alonso Datal y demás consortes
presentaron escrito ante la real justicia,
diciendo que como tenían unas tierras altas
nombradas Socong [y] Mabilog en términos de
dicho pueblo de Dongalo, ofreciendo información
de que no les era de provecho. Y así [que]
les concediera licencia para venderlas. Recibió se
la información en cuya virtud la justicia
ordinaria remitió al señor fiscal de su
majestad para que les concediera licencia.
Y habiéndola concedido, se mandó por
dicha justicia ordinaria [que] se otorgase la
venta. Todas estas diligencias se hallan en
este libro desde hoja 20 vuelta hasta 26 de él.
Sobre las mentiras de Don Juan de Rosales, escrito por el General Don Franco de Figueroa

vuestra merced que el gobernador propietario de estas islas es capitán
general, pero no el interino. Dado que justifica
[dam.de] lo fuese, vuestra merced pregunta a los señores jueces,
oficiales reales, donde están dos cédulas que dicen
el sueldo que ha de llevar y verá como no es de capitán
general, y como no lleve el sueldo, llámese generalísimo.
Pero si lo tiene y ha llevado, que remedio
fácil. Yo diré donde está ese, y lo demás que quizá
con eso me salvaré. Haced voz, lo mismo, amigo,
y cada zorra guarde su cola, y cada puta, hile y coma.
En el número 8, dice vuestra merced que los señores oidores
Coloma y Mansilla se impidieron asimismo.
Yo digo lo mismo, pero no en el sentido que el
de vuestra merced. No dudo que han de llegarlo a sentir y mucho
en que se impidieron, señor mío. Responde
vuestra merced en que recayó el gobierno en el señor
Don Juan y que le dieron posición en la
real audiencia y que se continuó despachándose a las
provincias diferentes provisiones. El laberinto
de Creta es este. Cojamos el hilo de oro de la verdad,
amigo. Aquí no se contenta vuestra merced con que
los señores Coloma y Mansilla estuviesen impedidos,
sino con recaídas, solo el señor Don Juan
estuvo suelto. Más, pregunto estas provisiones
que vuestra merced alega quien las firmaba Don Juan, no eran
reales todos. Luego, todos ejercían lo político, luego
no lo habían renumerado, luego no poseía el
señor Don Juan ni se continuó despachándose. Para

guapo, eso me contenta. O bizarro oidor y
contra quien las tocaba y prevenía los infantes.
Amigo Don Juan venía contra Manila,
el Tártaro, no sino contra la congregación. Aquí
viene bien la congregación, porque decir contra
el real acuerdo, Dios nos libre quien
lo ha de creer de un fiel y noble vasallo,
pero mejores lo que vuestra merced dice que fue para
defender las cajas reales llenas de las preseas
de oro y plata de Salcedo que podían despertar
la codicia. Esto es yerro de imprenta
sin duda. Me río yo que Don Juan de Rosales,
siendo tan buen filósofo de esta cabeza,
porque por esta razón se habían de estar
tocando hasta la hora de esta y con eso 400 [pesos]
que había en ellos no se habían desparecido, pero
ellos parecerán y con eso las islas no [perecerán],
y si no, pregúntenme a mí que reventó
ya por hablar.
El número 19, está respondido varias
veces. Vamos al 20 en que dice vuestra merced
que de parte de los señores oidores retirados,
llevarían un recaudo a Don Juan Manuel
el reverendo padre provincial de la Compañía de
Jesús Miguel Solana y el padre Ministro Tiburcio de Cifuentes
Papeles que se enviaron en 1626 para que hayan fiscales en las doctrinas

primeros que han plantado en ellas la santa fe católica y enarbolado
las banderas de la santa cruz. Y han acompañado a los primeros conquistadores
de estos reinos, derramando muchos de ellos su sangre a manos de herejes
y de gentiles idólatras. Esa misma cristiandad que han plantado
con la gracia de Dios la han también sustentado con sus trabajos y
sudores con que tiene el estado tan florido como ahora se ve. Y así tan
lejos están de desmerecer los favores y mercedes que les han hecho y hacen
su santidad y la majestad de nuestros reyes católicos que antes de
nuevo los reciben cada día mayores. Y así no será justo que en cosa tan poca
y que por otra parte es tan necesaria para la buena administración de la doctrina
y que ellos piden con tanto afecto dejen de ser oídos. Que al fin bien se
ve que si ellos de hecho y de una vez dejan las doctrinas, el daño gravísimo
que recibirá la cristiandad de estas nuevas y tiernas plantas. Y
aún se puede tener con mucho fundamento algún general desconcierto en razón
de la sujeción y obediencia que deben a su rey y señor porque un abismo
llama a otro. Tampoco hay clérigos que puedan sustituir por ellos especialmente
en esta tierra. Y cuando los hubiera (por hablar con modestia en cosas propias)
no son excedidos los religiosos de ellos en vida, ejemplo, doctrina, celo de almas,
y en todo lo demás. Y si hay algunos fallos e imperfectos (que no lo negamos)
son los menos. Y hay otros innumerables que son muy grandes siervos del señor y
muy amigos suyos y fervorosos y santos. Y tampoco son todos los clérigos santos,
que algunos habrá que sean faltos e imperfectos. Y quizá serán en proporción
más que los religiosos. Y si se dice que esos tienen prelados que los corrijan
también los tienen los religiosos. Y cuando en eso hubiese remisión alguna
vez, tiene también prevenido y proveído este punto el santo concilio tridentino.
8.a. Las religiones están en posesión antigua de poner los ministros [y] los fiscales.
Y esto se ha usado desde que se plantó la fe en estas islas y se usa en la Nueva
España. De suerte que con haber habido tantos ruidos sobre las doctrinas,
jamás se ha inmutado en esto de que los ministros pongan los fiscales.
Novena. Si su majestad ha mandado que los prelados pongan los fiscales puede se
entender que no ha sido enteramente informado. Y lo cierto es que no lo ha sido
Guía para el Padre Comisario que fuere a procurar agustinos para las misiones en Filipinas

In nomine dominum nostrum Jesum Christum benedicti, amen.
Nuestro muy reverendo Padre Fray Manuel de la Cruz procurador de esta
provincia y vicario general de la misión, que vino a ella
el año de 1684, escribió con celo y acierto un itinerario
de los procuradores que van a Europa. Mas así
porque en éste se contienen muchos avisos, que []
al provincial, que los despacha, como por añadir otros que con su
experiencia, observó Fray Álvaro en la misión que condujo
el año de 1690, escribí estos, que son compendio de
unos y otros.
§.1 - Antes de salir de Filipinas
El primero y más esencial aviso de nuestro Padre Cruz*The reference is to Manuel de la Cruz es que
el procurador rectifique su intención en el viaje, emprendiéndolo
puramente por servir a Dios nuestro señor y conformarse
con la santa obediencia sirviendo a la provincia con
fidelidad de buen hijo, y desnudando de otros cualesquiera
fines particulares que solo servirán aunque no sean viciosos
de arriesgar la corona, que le espera, y los mismos negocios
a que va. Haga pues una confesión general antes de embarcarse,
y resígnese de veras en la voluntad de Dios. Y
en lo natural procure no impresionarse de imaginaciones
y cuidados tristes que le den pena, sino hacer el ánimo a
trabajos, incomodidades, tormentas, y otras muchas miserias
tratando de divertirse, y pasar alegremente el tiempo. Prevéngase
de una frasquera con algunos frascos de zumo
de limón, y los demás de vino de nipa, y alguno de Castilla o
aguardiente para estos fines. El de Castilla y aguardiente
para remedio de algún dolor de estómago, o ventosidad:
El de nipa

captar la benevolencia con algunos agasajos en el hospicio
que cuestan poco y suelen importar mucho. En la
Veracruz no es notable vivir con el capitán con quien se ha
de embarcar, o con otro personaje honrado, que no le
[lleve] la casa de mulatas. Y también puede hospedarse
en el convento agasajando al prior.
Aquí se debe visitar al general de la flota, y
también al veedor general, manifestándoles la licencia
que el veedor firma sin interés. Y si puede embarcarse
en capitana o almiranta no lo omita, porque
las marchantas para un aprieto de moros llevan
corta defensa. Y en la navegación observe lo
dicho ya para la de Acapulco: mucha cortesía, e igual
[retiro] le hará amable y venerable. Sobre los conciertos
verá y oirá en México y la Veracruz a los experimentados,
y si con otro camarada religioso o seglar
quiere tomar un camarote le será de mayor conveniencia.
Y crea que mientras menos [favo] llevare, tendrá
menos embarazos y mayores ahorros, y como se ha
oído en España se compran mejor las cosas para
regalar lo preciso. Mas si llevare otras cosas fuera
de la ropa de su vestir y frasquirilla [pónselo]
en diversa nao.
En La Habana no se desembarca sin la ropa
sucia y la cama, o cosa precisa. Agasajando con
algo al prior se vive en el convento con comodidad

visite brevemente con el hábito negro sin sentarse a los
padres graves del convento, y si les lleva cartas váyaselas
dando. Y por entonces y después se porte con todos con
mucha sumisión y cortesía, tomando en todo el último
lugar, y en el coro tome el de las sillas altas, y
nunca suba de la mitad para arriba, y lo mismo
en el refectorio. Y como la provincia no tiene celda,
tome la que le dieren, dando mil gracias de que
le den alguna y cuidado en guardar la plata para
lo cual conviene luego comprar arca firme, y que
en saliendo fuera no salga el mozo de la celda.
Y si toma amistad con algún religioso grave y
de virtud mejor [es tenerla] con todo secreto en
su poder a lo menos la mayor parte, que hay insignes
ladrones y han robado muchas celdas de religiosos
indianos de todos ordenes, y así abrir el ojo.
Mucho tsiento es necesario para pasar en San Felipe
sin queja, o murmuración. El modo de portarse
con menores inconvenientes es este: procurar
que su mozo ande de donado (aunque sea
preciso por esto recibir otro muchacho criado
español) que con eso tiene compañero, cuando lo ha menester,
y que no dice, donde [entreoído] sale. Cerca
de San Felipe en la Calle de la Paz en los cuartos
altos, no falta gente pobre que le hará un
puchero, que conviene tarde ordinariamente y camina

cartas al cartero. Tome amistad con el religioso lego
que toca la alba: que con [pozo] se consigue y este le llama
después de las cinco, que aunque [se aviste a la primo] es sobrado
para dormir: que con eso baja a decir misa, cuando
hay pocos y le dan luego recado, y si espera después de prima
tendrá enfados, y faltará a sus negocios. Y no
es bien deje la misa sin causa conocida que perderá
mucha reputación: dicha misa puede ir
a prima: y conviene que el procurador acuda cuanto fuere
posible al coro, y no estando fuera de casa siempre
es posible y no contrario parece mal, y lo reputan
por fraile relajado de las Indias, y de la asistencia
al coro reciben muchas edificaciones. Por
lo menos a prima y completas en hibierno, no se puede
faltar sin nota, y después de la antífona
quedarse a maitines rezados, y entienda el procurador
que va mucho para todos sus negocios, el tener crédito
de religioso en aquel convento, así para dentro de
la orden como para fuera. En las recreaciones ser atentado
para jugar, y si ha sido aficionado el demonio
le dará gran [bataria], porque por este camino en
una hora le quitará la reputación, y si llega a
perder dos pesos correrá la voz de 200: y así huya de
donde hubiere juego aunque sea de tablas, o damas, y
pura recreación, mostrando siempre aversión a esta.

a Roma, o busque por donde, que pende de las ocasiones.
Déjese en Madrid de tratar con los señores
del consejo cosa alguna de Filipinas que no toque
a sus negocios. No se deje llevar de alguna pasión,
que le costara caro. Y si preguntaren solo responda
en las materias públicas, y que puede jurar, en las otras
escúsese de saberlas con que asistió siempre al ministerio
de las almas, que en esto va a ganar no
a perder.
Cuando envíe la convocatoria pida a los priores
que la lean a la comunidad, y después la fijen a la
puerta del coro.
Advierta el procurador que no ha de admitir religioso
alguno para la misión hasta tener presentado a su
provincial la patente del reverendísimo y si antes alguno le hablare
le responderá, como aún no tiene facultad de admitir;
que a su tiempo, si estuviere del mismo parecer, avise que lo
admitirá; y a ninguno repruebe, ni admita por bueno,
o malo que sea, sino palabras de esperanza, y no más.
Y no sea omiso en escribir las cartas que entiende son
menester, ni menos en responder, que es gravísima
falta no responder con puntualidad, aunque sea a un
hermano donado, y perderá mucho en esto, de suerte
que creo pecara mortalmente en tal omisión, por lo mucho
que arriesga en daño de la misión, y lo encargo
porque conozco algunos que por no escribir una
carta

el provincial le contradiga, o impida, manifiestamente
algún sujeto: pero no se mueva por poco y sin gran
fundamento por sólo hablillas sino trague y disimule
no siendo muy grave, y manifiesto el
daño.
Luego que la carta llegue del pretendiente si ya
lo conoce, y ha comunicado con él podrá admitirlo
y pedirle la firma: mas si no lo conoce
muy bien, de palabra o por escrito podrá responderle
en esta sustancia. Que lo mire bien y encomiende
a Dios, que no intenta menos que desterrarse
de su patria, y por mares, peligros y trabajos
ir a una tierra que no conoce, y empleos que quizás
no le agradaran. Que si es vocación de Dios, y
se halla con impulsos de ocuparse en procurar
la salvación de las almas por agradarle, y no
más su majestad le confortará, y al fin de la carrera
le coronará: mas si intenta el viaje
por otros fines menos perfectos y sin vocación de
Dios, que va errado, y busca su perdición: que el comisario
desea llevar religiosos más quiere lleven el dicho fin
y vocación, y que así no puede dejar de hacerle esta
amigable amonestación y si después de haberla considerado,
y puesto en manos de Dios se halla con los
mismos impulsos le envíe la firma trasladando

Paréceme que de hoy en adelante, puede enviar esta
provincia a México algunas mantas para hábitos negros.
Si esto no se hiciere, será menester que en Sevilla
o Cádiz compre el comisario anascotes, o picotes para dar
hábitos en México. =
Ajustados los papeles recados y reseña de la contratación
de Sevilla, se trata del viaje a Cádiz. Y
antes se me olvidó de decir, que la reseña se hace en
nuestro convento. El comisario raras veces tiene celda para
ella, y más que suele venir uno de los señores jueces
de la Casa de la Contratación, con el oficial mayor
recíbesele en la celda de un padre ministro amigo, y previniese
colación chocolate, agua fría, o limonada. Y cuidado
aquí de que cada uno tenga su papelito con el
nombre propio, o el que se le ha mudado, con su patria
provincia y convento de dónde viene. Y aunque estas drogas no
las ignoran los de la contratación, es necesario obrarlas de suerte
que no las entiendan.
Para ir de Sevilla a Cádiz se hace una memoria
del [foro] de la misión, diciendo tantas arcas, tantos
barriles, tantas botijas para el avío de la misión,
y esta memoria se presenta en la aduana de Sevilla.
Y allí se toma despacho para que todo pueda caminar
a Cádiz por el río en barcos. Y en el río salen las guardas
a visitarlo, y si les puede contentar con dos
cajetas o cosa así alquílense pues los barcos necesarios

debe buenas obras, y religiosos graves de Madrid, y
Sevilla, mire que es cosa muy indecorosa esta misión.
Y en avisándole el capitán del navío embarque
los religiosos con la procesión y solemnidad
dicha. Y si fuere menester podrá volver a tierra
o sólo o con sujeto de confianza a ajustar sus negocios.
Suelen estarse dos o tres días a bordo sin
partir la flota, y así es menester oler bien cuando
arranca para no tenerlos así embarcados, no moviéndose
por las piezas, [de leva], ni por lo que el vulgo
dice, sino oír a los prácticos. Porque a veces hay
mares en la bahía y se almadían y vomitan el poco
espíritu que tenían, y son sentados con el mare vidit
et fugit.
§.7. En la embarcación.
No se le quita al comisario, que con los sujetos de la misión,
que juzga prudentes se aconseje. Mas ha de ser
privadamente y no por modo de consulta, de suerte
que entiendan le han de gobernar y que por sus votos
sean resolver las cosas, porque todo será una [rediveles].
Antes procure sin decirlo obrar absolutamente
en lo que ve es razón sin doblarse por dictámenes vagos
que son ciegos. Y si reconoce que alguno se hace
cabecilla, y gusta de tener séquito y halla por
los suyos como procurador de este haga menos caso.

responda con desabrimiento a ninguno, que bien se puede
negar sin él, dando razón de porque no le da gusto,
y mucho menos muestre hocico que dicen, sino buen
rostro: tragando, y mas tragando lo que como queda
dicho no es pecado mortal: que así se va pasando.
En Cádiz sabrá quienes son los que vienen expuestos
de confesores de sus provincias y a estos, y uno a otros, hará
que allí se presenten al obispo, para que en la nao haya
confesores: y con el capitán y capellán ajustará
que días quieren sermón y los sermones que hubiere
repartía los entre los sacerdotes, y aun hermanos si
hubiere hábiles y de estudios en [estre] ellos; esto se entiende
en las fiestas. Mas si trajere algún predicador
rosario y de facilidad pida licencia para que
un día o dos en la semana antes del rosario haga
platicas, y en ellas trate cosas morales Vg. primera de la
fealdad del pecado, segunda de la justicia divina,
tercera de su misericordia, cuarta de como se deben confesar,
y otros asuntos así que se pueden tomar
del despertador de [banua], y otro misión ante
todo esto sirve de traer los sujetos ocupados, y
fervorosos y de hacer la obligación que de misionarios
con no poco fruto que se suele coger de confesiones

en los seglares y por lo menos se edifican deber
a los religiosos empleados en estas cosas. Y todos
estos aviso sirven proporcionadamente en el mar del Sur.
Pláticas de la doctrina cristiana son excelente cosa:
Fray Álvaro cuando los muchachos [pares] rezan, se iba algunos
días a la proa, y allí habiendo pedido licencia a
capellán y capitán (que esto siempre debe hacerse)
decir "Señores hay quien quiera oír la doctrina cristiana
que hay grandes indulgencias y perdones para los que
la oyen explicar?" Y luego explicaba dos o tres artículos
del credo, o paternóster, o mandamientos sin artificio
alguno, y solo con los términos que le venían
a la boca, y hacia la exertacion que podía: y subía mucha
gente de popa de la más grave venir a oír; y
quizá se les pegaría algo: porque muchos no saben
el rezo sino como papagayos. Si hubiere semana
de misas procure coger la el comisario y dividir las
misas, y después si le parece en la Veracruz
dar les a todos alguna cosa su [per numer.a] para ellas muchas
veces le preguntaran del Hospicio de México
dígales mucho de su sitio y amenidad, y que en fin
es un convento y que en él sea [decisión] como [ental]
aunque con ligereza pues el coro es rezado, y los
estudios no pesados por las muchas fiestas, y en fin

ante los oficiales reales, y estos hacen la reseña y
se responde por los papeleros arriba mencionados.
Y concluida esta función, que se vayan a México
de ocho con ocho y cuando más diez en cada tropa.
Dáseles a razón de 10 pesos por cabeza: y también
chocolate de él que sobre del viaje, y un superior en cada tropa
que la rija y haga el gasto. Y en todos estos
viajes no omita el comisario la ordinaria predicación de
que vayan con modestia y den buen ejemplo, y los avisos
de algunas cosas del camino, como que en la Puebla se detienen
siempre a descansar las mulas un día, y en el
vayan juntos, y den beneficio al prior del convento con urbanidad
y con la misma le beban el chocolate. Y que no digan
mal de nada, que es cosa odiosa. Que en alabar las cosas
materiales, no hay mucho inconveniente aunque no sean
muy primorosas y se hacen bien vistos. Que en alabar
las morales hay más peligro, mas no encallar y no juzgar
de ellas, y que no alaben las de España.
[No se] aquí el comisario que como se dijo importa
más de lo que pensara el desembarcarse luego que de
fondo el navío, lo primero para que alcance el aviso
que se hace por el correo, y en el escribir a México
al hospicio y amigos. Lo segundo que hace más al caso
es porque el conde de la Monclova dejó asentado en
la Veracruz, que oficiales reales no den un real

la primer tropa y la abra en llegando a México. Ítem
enviará otro nombramiento en que señale uno como
superior [que] presida en el coro; y refectorio, un lector
de artes otro [de prima] de teología escolástica
otro de vísperas de teología moral; y señalará
los estudiantes teólogos y los artistas. Y en fin a él
que fuere superior en el ínterin encargará,
que ya por defecto de hábitos ya con otros pretextos
procure divertirlos en casa sin ir a México
hasta que llegue su comisario que el coro sea rezado,
que los hermanos oigan su misa, y no falten a las
comisiones de la constitución, y en lo demás que
se huelguen, recreen en casa y en el campo y no comiencen
el estudio si quince, o veinte días después
de llegados. Si hay presidente en el hospicio
él suplirá los gastos, sino al superior se le adeudar
crédito en México para que se sustente mientras
llega el comisario, y si reconoce en él alguno
talento para procurador a este se le ha de encomendar
el gasto de la misión. Con cada tropa es bien
bajan dos o tres mulas de carga con las camas,
porque Nueva España no tiene mesones con ellas
sino en la Puebla, y si no llevan camas mal
para sus huesos. Desde la Veracruz se les advierta
que en llegando a México han de decir cada
mes 15 misas al uso de la provincia, lo cual

y luego que el sujeto se le ofrezca si tiene buenos informes
de él lo traiga al hospicio. Que él dirá lo que
es antes de embarcarse en Acapulco, y con poco gasto
prueba la persona, y la trae si es de servicio, o la desecha
si no lo es. Muy buenos sujetos han estado en
Filipinas de México y Michoacán, y quizá le tocaran
algunos. Más guárdese de admitir en la misión
unos sujetos [rufalandarios], de las provincias de
España que han pasado a Indias llovidos y de Canarias
suele haber mucho, y aunque se le ofrezcan muy
serviciales, e hipócritas no se fíe de ellos, ni se compadezca
del desamparo en que dicen se hallan, por qué
más obligación tiene a mirar por su provincia, y dice
el refrán que "De rabo de puerco nunca etcétera."
Es cosa ya ordinaria en todas las misiones huirse
algunos frailes y también que los comisarios se alborotan
mucho. Dan parte al virrey, búscanlos con
estruendo, hallan los condes crédito, llévenlos a
Acapulco forzados con guardas y aun grillos, y después
de allá llegados o en el camino, vuelven
a escaparse como ha sucedido a las misiones modernas
de los Padres Recoletos y a las antiguas nuestras.
Y si no, se huyen, que es difícil guardarlos
cuando vienen a Filipinas por la mayor parte donde

luego que llegan a México se hace la reseña, y se
comienza a cobrar de la casa. Más otras misiones
no lo pueden conseguir hasta, que viene la nueva
de la nao de Filipinas como sucedió a Fray Álvaro
que el virrey [si cerró] a no tratar de misiones
hasta dicha nueva. En fin cuando estos señores quieren,
se hace la reseña, y para ella se previene algún
refresco en el hospicio de ensalada, y cosas de merienda,
y algunas medallas, y camándulas, va ordinariamente
un oficial real con sus escribanos. Aquí se
vuelven a recorrer los papelillos del nombre, patria
convento etcétera que ha de estar todo en prompto. Para esto
se les presentan los despachos que trae de la Veracruz,
y cuidado no haya equivocación en la reseña, y para
todo contingente se procura la amistad del oficial
real de la reseña. Hecha se acude luego a la contaduría,
y se le da alguno al oficial mayor como 10 pesos y menos
a otro oficial si asiste, y al escribano se le ofrece
su paga a la conclusión, y hecha una vez la reseña
váyase despacio [en dar], que los despachos con pocos días
de diferencia no pueden dejar de salir.
Lo que en México se da, es a cuatro reales por [causa]
coronada, y dos por motilona, y si el comisario tiene de que
suplir, excuse el andar pidiendo dinero en la casa

hasta nueva de nao, porque toda libranza cuesta
muchos pasos, y pesos entre arráeces y canoeros. Para
el avisamiento de Acapulco se dan a las coronas 150 pesos
y la mitad a legos, y se ajusta el gasto hasta
25 de marzo. Y si pasa de allí, pídalo en Acapulco
el comisario. Si inverna la barcada en México, se pide
vestuario, y con ejemplares que un oficial de
contaduría descubre pagado, se consigue. Y aun habiendo
invernado en Andalucía el Padre Fray Isidro lo
consiguió, pidiéndolo en la Casa de la Contratación,
Note esto el comisario. Y estando ya para partir a Acapulco
al fin se presentan en la contaduría cuatro certificaciones:
Primera del médico. Segunda del cirujano, que suele ser
barbero en un mismo tomo, y con eso entrar aquí las
rasuras. Tercera del boticario, estos tres fcertifican ante
escribano del gasto y servicio que han hecho a los enfermos.
Y la cuarta es del comisario jurado, de los regalos, dulces,
gallinas etcétera que ha gastado con los enfermos, en
que entrar los gastos de enfermos de la Veracruz
a México, y aun lo que presume hasta a Acapulco
según buena prudencia y conciencia. Y todos los gastos y
aviamiento se procura cobrar debajo de una libranza.
Para evitar enfados y derechos: pasa por la factoría
y veeduría etcétera y de estos pasos el oficial mayor del escribano
de la contaduría dicha alumbra mas en estos

y crea a Fray Álvaro, y aunque los compre algo
más caros por no llevar con ellos las barrigas y morcones
etcétera son baratos, y será honra y provecho.
Agua tiene su dificultad por las tinajas, mas esta
es la primer ocupación de los dos religiosos que han
de ir a Acapulco buscar tinajas ya llenas a bordo,
que se hallan, ya vacías fuera, y si una barcada de
40 bocas halla doscientas, no necesita de pipas que es gran
trabajo. Y en caso de haberlas menester, se conciertan
desde México con el tonelerzo, que baja a
Acapulco a componer las pipas del rey. Suelen hallarse
si se buscan con tiempo bastantes artes tinajas en Acapulco,
y conforme hay de misiones y pasajeros, valen caras más
o menos, mas crea que con buen orden dos tinajas
bastan para 40 bocas en un día, dando la necesaria para beber
las gallinas y guisar. El viaje regularmente
es de noventa días hasta Filipinas, y ahora se suele
hacer aguado en Marianas, que es gran alivio.
Chocolate meta el competente según los sujetos.
Con aviso de que solo han de beber una vez al día
mas Fray Álvaro con los días de ayuno les dio
a dos veces. Provéase en Acapulco de unos barros
que llaman "porongos" que hacen al caso. Y encomiende
una [martabana] si puede hallarse que sirva

trastos de cocina. Encomiende al encomendero que de los que
van de Filipinas se suelen hallar suficientes, y si no llevarlos
de México según las memorias que viéndolas
con atención en México con tiempo prevendrá mucho.
De la Puebla se suele sacar el bizcocho y menestras,
mas no es necesario que para estas cosas vaya religioso
a la Puebla, que en México se hallan los mercaderes
de estas cosas, y allí se hace con ellos el trato y lo remiten
a Acapulco. Sus precios no se le pueden ocultar por
lo que corre entre los que caminan a Acapulco. Y en fin
concierta arriero que ha de llevar el matalotaje y ropa
de la misión, y trata de irlo aviando para el puerto.
Antes de salir de México, no se puede dejar
de advertir el yerro de algunos comisarios que para divertir
a los frailes, les han permitido que hagan comedias
o entremeses. Este medio es muy indecoroso a una misión
religiosa. Y así en caso de que alguno se lo proponga
lo abomine el comisario, porque es contra constitución,
y parece muy mal en sujetos que van a convertir
infieles. Y del se seguirá infaliblemente que muchos irán
a México a buscar cosas para el festín, y se publica
y vendrá harta gente novelera a ver a los misioneros hechos
truhanes y hazmerreír. Dígales que los divertimentos decentes
de los misioneros son sermones, actos literarios, que si quisieren
tenerlos, convidara teólogos que los vengan{,} [a a]

a aplaudir. Que para eso compró nuestro Padre Fray Manuel
una cátedra que está en el hospicio.
La fundación del hospicio, según manda la real
cédula, no permite coro, sino un oratorio donde recen
los religiosos las horas. Y vale más cumplir con la real
voluntad, que devociones intempestivas de cantar. Y así
el comisario procure que sus religiosos se junten por la
mañana a rezar las horas menores, a vísperas con las
con las completas, y después de la oración maitines con
la antífona, y sea todo recado. Y por opinión de Fray
Álvaro ni aun una misa se había de cantar, que no
todos los sujetos son igualmente devotos, y se les hace pesado,
y comienzan a faltar, y de aquí se sigue desorden
y pleito. Más vale exhortarles al rezar en comunidad,
pues en fin han de rezar por obligación, que esto
como cosa puesta en razón y de poco peso, la llevan bien.
Desde el principio comunique el comisario, así
con él que hiciere papel de superior, como con los que
leyeren, con cada uno aparte, y con secreto, que procuren
que todos vivan y estudien como si estuviesen en
un convento. Mas que sepan que el hospicio no es convento,
y así no hagan escrúpulo de pasar por faltas
en observancias que no son de pecado mortal, porque hay
algunos imprudentes, que quieren llevar las cosas como
en Burgos, y se levantan de poco unas terribles polvaredas

§ Hasta Manila en la nao
En la nao debe guardar el mismo orden en
las misas, que en el mar del Norte, y que la oigan
los que no la dicen, ni se quieran decir más que los que
el general permitiere, sin ser enfadosos en esto. Que
todos asistan al rosario en común, y los que guardaren
el rancho lo recen allí a coros al mismo
tiempo. Aquí es necesario señalar religiosos que
cuiden del comer y beber de las gallinas, y carneros si
los hay, que son malos y chicos, para los primeros días
solo se pueden tolerar. Señalar uno o dos que
cuiden de la agua, esto es que tenga los porongos siempre
llenos, y que no se desperdicié. Más no se niegue
sino este prompta para beber sin limitación alguna
que con esta libertad se gasta menos con ella. Experimentó
Fray Alvaro que dos tinajas bastaron y sobraron
para beber 40 personas y guisar, y también las gallinas.
Así como tiene el comisario memoria de lo que
metió abordo, ha de hacer memoria de lo que va gastando,
y así, del número de las tinajas de agua, como de
cajones de bizcocho, jamones menestras etcétera para
que sepa lo que tiene siempre. Y no le peguen marros,
que con todo este cuidado le pegaran algunos.
Y [no sé], que así en el mar del Sur como en México

siempre conviene usar más de persuasiones que de imperio,
mas ya en el mar del Sur, los tiene en razón era,
y puede hablar algo más recio, y conviene porque no se
desacredite su misión, pues lo bueno o malo todo se cuenta
luego en Filipinas.
Ordinariamente el galeón sale por semana santa
o antes, para tal tiempo tenga el comisario prevenidas cuatro
o cinco pláticas en los sujetos más fervorosos, que traten
del modo de confesarse y de la pasión de Cristo
[ni] señor aunque no sean muy estudiadas. Y si el general
gustare las hagan unas junto al altar, y otras junto
al trinquete, y a los confesores que confiesen, que suele
haber que hacer bien. Y no solo por semana santa sino una
dos veces en la semana enseñe uno la doctrina
aproa. Fray Álvaro no lo hizo aquí como en el mar del Norte,
porque un padre jesuita tomó esto por su cuenta. Pero
en las demás fiestas si no sale del mismo general el pedirlo,
no se meta en más sermones que interrumpen el juego,
y por esto son mal oídos, mas puedese convidar con ellos,
basta como dijze las pláticas aproa explicando la doctrina
cristiana dos veces en la semana, que entra
la chusma de forzados y soldados son más útiles y
con fruto palpable.
Si va otra religión con la nuestra es menester
en el comisario gran prudencia, y a veces riña

ignorantes, si quieren ser sabios." Y por último encarézcales
lo que importa, no escoger provincia o conventualidad,
sino dejarse en las manos de Dios. Y los prelados
que haciéndolo así, a donde fueren, se hallaran
también que no los podrán sacar de la provincia
o pueblo con garfios (como la verdad pesa)
y si escogen jamás estarán contentos [con] justos juicios
de Dios. Y para persuadir esto, fácilmente aprovecha
que el comisario no alabe más una provincia
que otra verbi gratia: Ilocos que tagalos. Sino diga
la verdad: que todas tienen sus conveniencias, y
sus trabajos, con que son iguales. Y es muy
contra razón que un fraile traído con tantos gastos
quiera ejercer conventualidad. Y con esto el
papel se acabó, y el [derrotero] = Laus Deo.
[finis coronat opus]

Por obedecer a vuestra reverencia en lo que me tiene mandado, hago esto,
y pondré aquí los puntos, que la experiencia en esta mi peregrinación
me ha enseñado, a los cuales vuestra reverencia sabía mejor dar
el punto, que yo sabré decirlo.
{Al margen izquierdo: pasar plata y oro a España}
La plata que fuere en registro ha de tener intolerables gastos
de derechos, y en préstamos, que tomara su majestad a nunca
pagar, de suerte, que esto y entendiendo, que ha de salir a ciento
por ciento lo del registro, y así es necesario que lo
que vuestra reverencia hubiere de llevar, sea por debajo de la cuerda, en
secretos de cajas, en barriles de chocolate, y lo que se pudiere
llevar en oro será más fácil de encubrir, advirtiendo que
en esto también se pierde, pues a lo sumo vale en Sevilla
siendo de subidos quilates a 19 reales al castellano;
y siendo bajo el oro a 18 reales y medio el castellano
y así es menester, que acá se compre aprecio acomodado
para que la pérdida, sea menos, si se pudiere llevar alguna
plata en confianza de persona segura, como del General Don Pedro
de Ursua sería cosa muy acertada; mas de algunos maestres
y de otras personas no hay mostró, que fiar, que se suelen
quedar con todo.
{Al margen izquierdo: quilatar, oro en Sevilla y hacer doblones}
Lo que vuestra reverencia llevare en oro es necesario en Sevilla quilatarlo
vuestra reverencia por su cuenta, porque allá no pasan por los quilates
que de acá llevan; y sacar papel del contraste, porque de esta
suerte quilatara con fidelidad, y haciéndose esto

como yo lo hice se pierde [muestro] en ello, y es que venden
los nuestros el oro a Juan de Olarte, o Andres de Arriola
o a otros mercaderes de plata. Los cuales sacan un bocado, y
lo llevan al contraste, el cual quilata siempre en favor de
los mercaderes, quitando uno, o dos granos de los quilates
que el oro tiene, porque los mercaderes, y el contraste se entienden
acoplas, y comen como dicen, en un plato. Aseguro
a vuestra reverencia que en el oro que llevé, mío y ajeno, perdí por
esta causa más de 200 pesos. Y por eso digo que, antes de venderlo
ni saber el contraste que vuestra reverencia lo quiere vender,
se lo llevé a que lo quilate y de papel firmado dé los
quilates, que tiene por el cual los mercaderes lo admiten
y pagan. Y si es factible sin daño de la edificación (que
no lo sé), lo mejor sería no vender el oro sino por cuenta
de vuestra reverencia meterlo en la caja de la moneda para que se
hagan doblones, en lo cual se gana. Y lo experimenté
en Madrid, que llevé un [tejuelo] al Padre Claudio Clemente,
y él lo metió en la caja de la moneda, y lo hizo
doblones, y ganó mucho más que si lo vendiera.
{Al margen izquierdo: 3 Pasar a Italia dineros}
Para pasar a Italia no hay mejor moneda que los reales
de a ocho que valen en Roma a ocho julios y medio. Y así
en cuanto se pudiere, es lo mejor llevar plata en cubierta
en secretos [se] cajas etcétera. Y no es malo llevar doblones,
pero el precio de estos en Roma no el fijo pues
corre de 29 a 31 reales cuando yo llegué a Roma va

{Al margen izquierdo: 8. piezas de paño para vestuario}
Es menester advertir que todos los que vienen de fuera
de España no traen manteos ni ropas pardas, y las sotanas
de estameña y es necesario hacerles de vestir en Sevilla donde
vale los ojos de la cara el paño. Y así es lo mejor comprar desde
Madrid dos o tres piezas de Segovia y enviarlas a Sevilla,
con testimonio de que es para nuestro gasto, con lo cual
no se pagan de derechos en Sevilla y sale muy barato.
{Al margen izquierdo: 9 comprar con [tiento] en Roma}
Gran tiento es menester en Roma para comprar cosas
y no se puede uno fiar de todos los nuestros, que a veces son
parte para que seamos engañados en la compra haciéndose
de parte de los vendedores. Y así lo mejor es informarse poco
a poco del valor de las cosas, y después comprarlas a gusto
y lo demás barato que se pudiere, del más extraño que es lo
mejor.
{Al margen izquierdo: 10 Papel en Génova}
En Génova yo compré papel, que me trajeron a Cádiz y a
Sevilla. Con que en Sevilla y en la navegación y en México
he tenido lo necesario, y aún me ha sobrado, ahorrando mucho
en esto. Y con más razón lo deberá vuestra reverencia hacer advirtiendo
que para nuestros estudiantes ha de ser papel batido
mas no cortado, para que puedan hacer cuadernos. Pero para
el gasto de cartas es bueno batirlo, y contarlo.
{Al margen izquierdo: 11. No llevar nada consigo}
Así al desembarcar en Cádiz, como al caminar por
los puertos secos de Aragón, Valencia, y Cataluña, nunca
llevé ningún oro en mi persona, por no exponerme a algún
desaire de los muchos, que a los nuestros han sucedido,
porque son las guardas tan satíricas, que parece, que en el rostro

falta no hallarlo, aunque lo había pedido unas y muchas
veces.
{Al margen izquierdo: 25. matalotaje}
El matalotaje importa, sea muy abundante,
para que no haya falta, aunque caigan muchos
enfermos, como a mí me aconteció, que parece
hice matalotaje superflaco. Mas todo fue
menester, y más con la llegada a Lampón, donde
si no tuviéramos matalotaje que nos sobra, hubiéramos
pasado mucha necesidad. Ya he dado a vuestra reverencia
lista de nuestro matalotaje y donde se hizo, por
la cual en proporción colegirá vuestra reverencia lo que
es menester para más o menos sujetos, nosotros
éramos 43 y más diez de otros, que [semos a]
llegaron, y de criados.
{Al margen izquierdo: 26. Caridad en la nao}
En ambas navegaciones usamos de caridad
y liberalidad en la nao, en especial con
los necesitados, que es importante para ser amados,
y no hacerse odiosos. Mas es bien, que no
todos los nuestros tengan mano para dar, que
eso es desorden y así lo prohibí yo. Esto
ha de tocar al ministro, y algún padre prudente
que tiene superintendencia de los enfermos y
necesitados.
Finis coronat opus

Entre otros libros que se han de comprar según las direcciones
de la provincia o según al padre comisario mejor le pareciere, que
servirán en estas islas a los religiosos, se comprarán hasta veinte
juegos del mejor, y más breve curso de artes, otros tantos juegos
del mejor, y más claro compendio de Theologia scholastica, y
otros tantos de Summas morales de Busenbaum en Latín, los
cuales servirán a los que coristas y sacerdotes que hubieren
de estudiar en Manila en que no había falta alguna, por ser
así muy necesario. Y así Y grande utilidad de la provincia y así si
conviniere añadir al número de 20 algunos más se podrá hacer, pero
no disminuir el dicho número.
{Al margen izquierdo: Presentóse la última libranza [en] Manila el año de 1713.}
Nunca será bien, que el padre comisario se olvide de
sacar las cédulas, o mercedes de su majestad para que se
den los ciento y cincuenta pesos de medicinas al Convento de San Pablo de Manila del Orden de Nuestro Padre San Agustín y
asimismo libranza de aceite y vino de misas para
todos los conventos de comunidad y ministerios de la
real corona.

para el pasaje de los religiosos y toda la carga. Y se mete
en ellos algo que comer para el viaje, que podrá ser hasta
Sanlúcar (donde se compra más mantenimiento) de tres o cuatro
días si el viento es en contra. Y [nora] aquí, que se me
olvidó, que cuando en Madrid se hagan las camisas, conviene
hacer cuatro tablas de manteles largos de refectorio,
y hasta 100 servilletas pequeñas. Que aunque
en la nao el capitán si se come a su cuenta da ropa de mesa,
en este viaje, y después en la Veracruz no puede
pasar sin ropa de mesa la misión. Conviene
mucho no caminar a Cádiz con la misión hasta
el tiempo crudo, esto es hasta cinco días o seis que llegue
a Cádiz. Con este tiempo, y no antes. Que con tres o cuatro
días que tenga en Cádiz antes de embarcarse, hay lo
suficiente para su reseña y despachos. Y porque
el convento de Cádiz es pequeño, y no hará el prior
poco en [sufrir] allí la misión cinco días
o seis, y para esto es menester agasajarlo.
Suelen algunas misiones en Sevilla,
[y aconteció] con la de nuestro Padre Cruz, que salen
desde el convento en procesión, acompañados de algunos
religiosos de él, los misionarios cantando
la letanía. Y llegan así a la Torre del Oro, donde
están los barcos. Y allí un misionario hace una
plática, y después se despiden de los del convento
y se embarcan. Esta función para hacerse se aconseja
Carta del Padre Marcelo Francisco Mastrilli, sobre la conquista de Mindanao. Taytay, 1637

Arzobispo de como estaban ochenta caracoas de enemigos en la Isla de
Mindoro; fue su señoría para cogerlas navegando con cinco cham-
panes por la con era costa de fuera la dicha isla ; y al capitan Ugal-
de mando que la costease con los demás por la parte de dentro hasta
punta de Nasso que esta en las costa de la Isla de Othon. el no haber
hallado ni rastro de enemigos por ninguna parte , de claro la nueva
Mentirosa, y promulgada por obra del demonio, a fin de estorbarnos
el camino: porque fue fuerza por este camino trabajar mas de do-
ce días para poder navegar doce leguas que hay desde la dicha
Punta de Nasso a Othon, por ser las brisas a la dicha vueltas de
rechamente por proa y un día que quisimos doblarla con repiquetes
fue tal la fuerza de los vientos y de las mares que nos que guiaron
la guía del [pavernalle] con grandísimo peligro de hundirse el navío,
en la popa, que de embarcado con la [arga] de la vela a la improvisa
y furiosa vueltas que no gobernando ya el navío dis por fuerza del viento
era en fin tal la rabia y pena que de la hornada tenia el de-
monio por lo que ya se temía ; que como supe después por cosa cierta , se
que muchas veces con alguno dando sensiblemente voces por los bos-
ques, A que Venís, que queréis ; quien te trajo aquí; maldito seas,
y o te quitare La vida y con esto acabaremos [Vzc] - No se le dio era dice
por entonces como a Padre de la mentira; pero luego nos enseño
con la experiencia lo mucho que trabajo por hallarse verdadero [A.]
Pues que aunque todas eras cosas fuesen bastantes a causar de por sí al
gun enfado; toda via la dulcísima conversación de su señoría
con la [s.la] reparación que hizo de las horas del día, no le dio lugar
de manera ninguna porque la mañana decíamos misa los dos el
Padre Juan de Barrios y yo: luego recabamos con su señoría las ho-
ras divinas y de nuestra señora y Maitines de difuntos: el día las
vísperas de los mismos, y Maitines Divinas, y de nuestra señora. Por la tarde
La
[margen a la izquierda]
A
esta persona a quien
dio que vas el demo-
nio, fue el mismo
Padre Marcelo que
acostumbrasen cuan-
to podia [entuvase] por
los bosques a tener
su oración y ejerci-
cio de disciplina,
como el mismo Padre lo
descubrió al Padre Juan
de Bueras su Confesor
[i.el] cual ejercicio
de disciplina antes de
que a la jornada muchas
veces le inquisito el de-
monio con ruidos, y burlas
hasta llegar a maltratarle.

la salve con la letanía pública; y a la noche las almas del purgatorio
refiriendo de ordinario algún milagro apropósito: con que muy bien
se aprovechó con muchos.
Ni piense vuestra reverencia que por la contrariedad que tuvimos de vientos,
como se ha dicho, en punta de [Nasco], se [perdió] punto de tiempo; porque
se despacharon las órdenes a las islas de pintados por los indios aventureros,
y se enviaron a Oton con la [falúa ]por el ayudante
Don Francisco [Olajaian], el cual volvió en un sampán con el padre
[rector] de Oton, el Padre Francisco Angel, y el Padre Gregorio Belin, que iba
de Zamboanga a Manila a dar la nueva a su señoría de la victoria
alcanzada del Sargento Mayor Nicolas Gonzales contra siete
caracoas del Mindanao que volvían de robar las islas con algunos
esclavos y ornamentos sacros. Trajo el padre rector de Oton muy
buen refresco y mucho mejor lo dio después a toda la armada en
Iloilo, a donde llegó su señoría con el mismo padre tres días antes
de nosotros con la falúa, por tener tiempo de visitar la fuerza,
y ver si estaban prevenidos los bastimentos del Capitán Briones para
el socoro de su gente en Mindanao. Luego en llegando los sampanes
desembarcó el Padre Angel por volver a su doctrina de la isla
de Negros; y el padre [rector] de Oton se embarcó en el sampán del
Capitán Martín Monte con orden de su señoría por Zamboanga
a donde llegamos el domingo de carnestolendas a 22 de febrero.
Aquí mandó su señoría, que no disparase la fuerza ni la mosquetería
a la entrada suya, por no hacer ruido y darse a conocer
y por la misma razón se ordenó, que no saliese del río embarcación
ninguna. Todavía luego supo Correlat su venida por un
hijo de un principal de Basilan, el cual ahora en castigo que daba
preso en la fuerza de Zamboanga con orden que no fuese soltado si no
a grande de instancia de los padres para que con esto se cautivasen

las voluntades de los moros. El día siguiente se publicó la comunión
general con una indulgencia y jubileo amplísimo a todo el real por el domingo
primero de cuaresma; obligando su señoría los soldados todos
a dar cédulas de confesión y comunión a sus oficiales y sus criados. Así
mismo, como yo lo hallé un día que las estaba juntado con sus manos,
hizose por cierto con grandísimo fervor y muchas confesiones generales,
a que ayudaron las continuas pláticas y sermones de aquellos
días; se acabaron comulgar todos el domingo con su señoría, estando
el santísimo sacramento descubierto, asistiendo después todos al sermón
del Padre Belin. Por la tarde al encerrarlo acudió también sus
señoría con toda la gente de guerra, porque me había encargado
la mañana el sermón de la tarde sobre la reverencia y devoción
con que se ha de estar en la iglesia en presencia de tan grande
majestad. Hicelo como supe y al fin animando la gente a la jornada
y a la pelea, les mostré un cristo pintado en un lienzo,
a quien los moros habían cortado el brazo y los pies, y hechole un agujero
en medio se le había servido de [cinina] o capotillo. Esta la llevaba
actualmente un moro, y con la misma lo mataron el día que
Nicolas Gonzales cogió las caracoas. Llevabala el Padre Belin entre
los ornamentos sacros a su señoría, el cual sabiendo que yo en
Manila había ido buscando una cosa semejante. Luego enviándola
en punta de [Naszo] me la dio. Pues mirando la dicha imagen
los soldados y animandoles a vengar con sus armas las injurias
del santo cristo; fueron tales las lágrimas, y entraron en tan
tierna devoción y santo deseo de venganza, que como me dijeron
después, hubieran embestido al salir de la iglesia con todo
el mundo. Los afectos fueron muchísimos y muy tiernos,
llegando a decir públicamente, que era desdicha de la madre
que no tenía sus hijos en tan gloriosa jornada.
con estos

con estos fervores, y con tan buena disposición partieron los champanes a la vuelta
de Mindanao que estaba unas sesenta leguas de Zamboanga a y a cuatro partimos con su señoría los de mas en once caracoas
Toda la gente que se embarco fueron cuatro Compañías tres españolas
y una de Pampangos. La compañía de su señoría tenia cierto y
cincuenta soldados; la de Nicolas Gonzales cierto, y otros tantos La
de Ugalde de los Marineros y del Maestre de campo de los Pam-
pangos. No quiero dejar [eferivir] lo que pasó el Martes, que que par-
tieron los champanes de sea vamos todos que su señoría no partiese
hasta el Sábado por ver si llegaban entre tanto los Indios aventu-
reros; pero no quise pedirse lo antes de haberlo encomendado a Dios.
Rogase al de Othon que dijese la misa Javier
a mi intención; yo también la dije. Luego nos recogimos en un
Aposento, y después de competente oración abrió su [R.] el librillo
de las Carta del S. que yo tengo por Un día [Rotero], señalar-
do antes la parte que se habían de leer; y vinieron esta pala-
bras. Muchas veces [...] [...] [...] parecer [...] mejor;
con todo esto habemos de dejar las cosas a quien las gobiernas
seguiremos acertar. Vista tan claramente la voluntad del
santo ni por imaginación quise hablar mas del negocio con su
señoría y verdaderamente todo fue guiado del cielo por darle la
Victoria dar grandiosa que tuvo para confusion de los moros, y desen-
gaño de los indios, que bien saber pueden los españoles pelear
en sus mismas tierras sin ellos cuando quieren.
En el golfo de la Silanga tuvimos una mala peligrosa tor-
menta, de la cual con reliquias y con juros. como de cosas eviden-
temente trazados del demonio nos libramos Aqui [q.do] Nico-
las Gonzalez con ocho caracoas a remocar Los champanes por
la Silanga que es un estrecho de mar de dos leguas entre la
Isla Grande de Mindanao, y otro Isleta y su señoría con cuatro
de las paso apunta de flechas, así llamada por el rito y superstición

de los Moros de echar flechas a una peña suya cuando vuelven a sus
tierras en agradecimiento a Mahoma. Aquí estuvimos agua
dando dos días los navíos del Armada, en los cuales yo dije misa
en tierra; habiendo pero antes conjurado tremendamente al demonio,
como acostumbra La Santa Iglesia con sus exorcismos agua bendita :
Luego se quemaron todas las flechas pegadas en la dicha punta, que
erran infinitas con otras mil cosas de comer, como pescador, huevos
que por su devoción solían dejar en varias partes y luego se le mudo
solemnemente al nombre en punta de San Sebastián; para que con
sus divinas flechas acabase de derribar estas infernales y mal
ditas, que tantos años nos han trabajado, por memoria de que el
Señor Don Sebastián habido el primero Gobernador que ha dado
fondo pasado dicha punta. Demás que la caída prodigiosa de esta
Peña La noche que peleo a Vista de la Nicolas Gonzalez, La atri
buimos todos al mismo [Les.] que quiso dar prendas al señor Don
Sebastian de la gloriosa jornada de Mindanao, supuesto que de la
dicha peña sola la parte que por alla miraba, se cayo como todos con
admiración reparamos. Mientras aquí estabamos, vino una embar
cacion Ligera del enemigo a reconocer La armada; Le
dio luego [caia] La nuestra faluga pero por estar muy lejos no pu-
do cogerla. Solo al carcamos un barquillo con cuatro indios de los
nuestros cautivos que se habían huido de los enemigos estos
nos dieron nueva como estaban a pique departir de Mindanao
algunos navíos dejados cargados de esclavos nuestros cristianos.
confieso a [V.R.] que no fue nueva esta para su señoría sino
lanzada al corazón por lastima de tantas almas; y luego resol-
vió de caminar de día y de noche para coger dichas embarca
ciones este Santa Fe lo fue La única y verdadera causa
porque sin aguardar su Armada fue caminando de noche y
de día hasta dar con ellas y muy bien fue remunerada del cielo
con

con tan grande Victoria como V.R. entendera
Quiso el demonio que tantos años había morado en la dicha Punta
de Flechas hacernos punta, e impedirnos el pasar adelante; porque tres
veces por fuerza del viento y mares volvimos a tras y la cuarta sin tener
viento contrario estuvimos para dos mas de una hora sin poder dar paso
adelante; aunque tenía nuestra caracoa noventa Barigas, así lla-
man en las Islas de Pintados Los Bogadores. De manera que conocida cla-
ramente la obra del demonio con echan un poco de reliquias a la mar
y con jurarlo como antes, pasamos luego adelante
Vencidos ya los embustes y estorbos del enemigo invisible, llega-
mos a Vista de Mindanao sin saberlo el Viernes a cuatro caracoas y habiendo yo acabado La Misa antes que a-
maneciese desembarcó se Señoría a la faluga y con solo seis sol-
dados fue a reconocer el puesto, sondar todos los ríos y puertos de la
costa y ver si podia coger algún Moro por servirse me de guía
que nos faltaba. Dio casa a algunos de los hasta su misma playa
disparo les dos Mosqueteros; y con todo eso de huyeron por el Rio,
desamparando sus embarcaciones o yo se en respuesta de estos un tiro
de pieza de la tierra dentro que nos dio mucho que temer, viendo su
señoría tan arriscado y temiendo lo no esta sea con el enemigo em
pernado. Recamos luego la letanía con otras oraciones y remando a
todo poder, lo alcanzamos de vuelta. embarcase en su caracoa por
las once del día ordenado que todas cuatro con los dos Sampanes
de nuestra Armada de los Capitanes Don Rodrigo y Ugalde
que ya tres días antes habían llegado y cogido tres caracoas del ene-
migo y por otra que vino con bandera blanca escrito a los Padres
Recoletos que tenían a la cautivos que los avisasen de los que pasaba
diesen fondo cerca la boca de un rio a donde aparecían a algunas ca-
sas sin saber que Pueblo fuese y volviéndose a mi me dijo en estas
casas quiero alojar migarte esta tarde. Luego mando que to-
dos comiesen, y habiendo enviado el ayudante don Francisco Olazaran

a tierra con veinte cinco mosqueteros para asegurar La playa; tocan
de todos los clarines y a tambores y disparando Las piezas de las embarca-
ciones a la vuelta del pueblo, desembarcó su señoría con toda La gente
que entre españoles y Pampangos llegarían a sesenta soldadosl el Sar-
gento mayor del Tercio y Almirante del Armada don Pedro Hurta-
do de Corcuera ordenó en la playa el escuadrón poniendo por orden de
su señoría dos piezas de campaña a la Vanguardia que fueron el
terror del enemigo. Aquí yo habiendo animado y alertado La gente
con la milagrosa Imagen de San Francisco Javier de un lado y del Santo
Cristo del cual se hablo arriba del otro colgados en una [Laroa]
fui marchando entre La Vanguardia y cuerpo de guardia con
el Padre Juan de Barrios, el Padre Agustino y el capelllan del Armada;
cual estilo guardamos en toda La Jornada. Al tiempo que desembarcá-
bamos vino de tierra nadando uno de ríos Indios cautivos, del
cual supimos como aquel era el pueblo de Correlat pero por el sobre
salto grande con que quedó por los muchos mosqueteros que le tiraron
a [riña] Vista los Moros de una emboscada que tenían aparejada
contra nosotros, no pudo decirnos otra cosa; y asi fuimos marchando sin
saber, que dicho pueblo hubiese alguna fuerza de Armas, o sol-
dados; supuesto lo que siempre le había dicho que sola la defen-
sa de Correlat estaba en el cerro de arriba, no en el pueblo de abajo
Pero porque era causa de Dios a donde faltaron los medios humanos
suplió su Divina Majestad con los divinos alumbrando compartir
clarísima luz a su señoría para que dejando el camino llano
de la playa al pueblo marchase con su gente por el lado derecho
el cual camino aun que nos obligó a pasar dos veces al rio y con
algún trabajo por las dos piezas y por la persona misma de su señoría
que se arrojo al agua como todos los demás soldados con todo eso
nos libro dedos peligros muy grandes, el una de la emboscada ar-
mada en el lado izquierdo del camino, entre la espera Arbo-
leda de un Montesillo, de la cual con dificultad podíamos escapar
por ser

por ser el camino muy pantanoso y embarcado de cañas huertecillas y casas.
el otro y mayor fue, que todas las piezas de la fuerza estaban abocadas a la
dicha vuelta, con las cuales después por no poderlas volver a la mano de-
recha, nunca pudieron ofendernos. Verdad es, que dos grandes versos
de cámaras habían a bocado muy dipriesa contra el camino al pie
de su fuerza pero por el gran miedo nunca acertaron dar le fuego.
Pues habiendo nos librado Dios, sin saberlo de tan grandes peligrosos,
supuesta la poca gente que lleva vamos; que su señoría marchando en
La Vanguardia por el camino, que milagrosamente había escogido,
pasamos La primera vez el Rio y Luego fueron Las piezas y mosque-
teria Limpiando La campaña hasta una estacada cerca del Rio,
a donde Los Moros La primera vez hicieron cara, aquí aconteció
que adelantandose su señoría un rato por descubrir el enemigo
que estaba otras de la dicha estacada, Lo asaltaron cuatro
Moros con sus Campilanes muy airosamente. Se volvió con la cara
por hecharle el perro que le llevaba un negro siempre a su La
[...] [...] La [...] por haberse que dado un poco otras [...]
no a la espada con tanto brio, que desanimando los Moros.
Volvieron luego las espaldas con todo eso uno de los que era [Boron]
por, el mas alentado Capitan de corralat saliendo con grandissimo
animo de la otra parte de la estacada quiso impedir los nuestros
que ya querían pasar la segunda vez el rio a embestir la fuer-
za que de esta primera estacada se había descubierto hirió vale-
rosamente a Dos, y en tercer lugar acometió el capitán Lorenzo
Ugalde que quiaba la mitad de la gente por esta parte mar-
chando Los demas con La guía del Capitan Don Rodrigo po La
mano derecha del Rio, a donde via de acudió gran cantidad de
moros. Reparo Ugalde con su rodela los dos primeros gol-
pes del Campilan, y luego entrando con su espada Le dio mu-
chas heridas en la cara, no pudiendo en el pecho por las armas
que llevaba; con que Lo obligo a retirarse, aunque sin provecho,

Por que la furia de nuestras balas, y últimamente La espada de Don
Francisco Olazaran lo acabaron el mismo rio; pasando ya con La
muerte de este sin resistencia Los nuestros a la fuerza guarnecida
de un nuevo foso y llena de armas como ocho piezas de artillería
de Bronce, veinte y siete versos, muchos mosquetes de pin dotes ar-
cabuces y otras armas de mano, con mas de dos mil moros que la defendían
con el Pueblo, como nos dijo [Sosocan], (moro nuestro amigo muy pla-
tico de las fuerzas y poder de Corralat.) Poco pero Les aprovecho
todo eso, por que fue tan cerrada La embestida de los nuestros,
que luego al punto quedaron señores de todo, en el alborando en-
cima del fuerte el Alférez A mesquita su bandera, con muerte
de muchísimos moros, huyendose Los demás malamente heridos,
como nuestros cautivos se supo el día siguiente. En este
puesto matamos al Castellano del fuerte, nieto de Corralat
hijo de una hija suya casada con el señor de la laguna, mozo
muy brioso a quien le quería infinitamente su tío. Este había
ama prometido el mismo día a Mahoma de no de [...] parar La
fuerza hasta La muerte, y así lo cumplio.
Viendo ya
samos luego con su señoría La Segunda Vez el Rio y subien-
do arriba, Levante también mi estandarte del [S.L]
y de Javier, cantamos todos el Te Deum Laudamus,
y habiendo dado su señoría el nombre de Javier
a la fuerza, y dejado el Alférez A mesquita por castellano de
la con presidió de soldados, fuimos marchando adelante
a la vuelta de una estacada que con su pieza defendía La
Casa de Corralat y La Mesquita a donde [Capp tre ra vez] habían
hecho cara los moros, fiados en lo que su con [de stable] de los Les
había dicho que no huyesen han esta ver lo muerto
se fiaba en su poner por no se que hechicería, que nuestras balas
no podían ofenderlo, y tenia de esto La experiencia
porque

por que una vez le había quebrado con una pieza el hueso de la pierna
con que había quedado cojo, sin romperle pero La Carne ni sacarle sangre
con esta confianza Vino a desafiar con su Campilan Los nuestros apun-
to le luego con su mosquete el capitán subiré y le paso dos balas
por la frente que sola descubría, estando lo demás del cuerpo encubierto
con una Rodela Inglesa. Cayo muerto al punto el miserable, y con
este cayo el animo a todos los demás que estaban en la mesquita y esta
cada y así dejando sus armas, muy [depriesa] se huyeron al monte en
este mismo tiempo marchando Don Rodrigo co su gente entre la falda
del monte y al rio, cargo tan Valerosamente contra el enemigo que lo
obligó a desamparar todas sus embarcaciones, que por nuestro miedo había
escondido dos dias antes en una muy larga vuelta del mismo rio.
De manera que en poco mas de media hora nos apoderamos de todo lo
de abajo; y el mismo día hubiéramos cogido el cerro de arriba, si
teníamos toda la gente, huyendo los moros con tan grande temor, que
Corralat mismo se había encubierto la cara de lodo por no fez conocido
de los nuestros en caso que pasasen adelante como Nos dijo Un
criado suyo Cristiano que la mañana siguiente se vino a nosotros
afirmando el mismo la cantidad grande de los Moros heridos,
y en particular del Rey de la laguna pasado con un balazo
por los pechos el cual a via venido a celebrar no se que bodas de
un primo suyo con una hija de Corralat quería en todo caso en-
tregarse en mano del Señor Gobernador; pero que los [habos] no
habían querido antes le habían persuadido a defenderse prome-
tiéndole de peleas los primeros, y así lo ejecutaron, en
particular el día del asalto el cerro por que ellos fueron los
que nos mataron e hirieron la mayor parte de la gente, pa-
saron pero muy [depriesa] la pena de tan atrevido consejo no so-
lamente con la hacienda que le cogimos en sus embarcaciones
sino con la vida también muriendo por mano de los mismos

Moros que por sabia de tan mal consejo los mataron.
Acabada la pelea comenzaron los soldados a dar el sajes a las
casas, y el señor gobernador habiendo visto hasta el rio arriba
las embarcaciones todas, se retiro con los que lo acompañábamos
a la mesquita, Aquí la primera cosa que se hizo fue coger La
cathedra grande de Mahoma con sus libros, y otros aderezos
y luego al punto quemarlos. Por cierto que nos admiró lo que
vimos al sacar la dicha Cathedra, por que antes de llegar
al fuego, salieron de sus pies dos culebras venenocissimas, que
dieron salto miedo a los soldados que la llevaban, y realmente
no podia estar otra cosa en guardia de la Cathedra del gran
Diablo de Mindanao que culebras y ponzoña. [Cua mada] la
Cathedra con todo lo de mas que había de [su paritieroso], bendeci-
mos la mesquita con La Salve a Nuestra Señora. Y Luego La
mañana que fue el sábado a catorce de marzo habiendose de-
dicado a Dios con el Titulo de Nuestra Señora del Buen Suceso, co-
menzamos a decir los misas en ella en un muy lindo altar
que nos sirvió todos los doce días que hay estuvimos.
Esta misma Mesquita por ser muy grande ya proposito
sirvió de cuerpo de guardia, y alojo en ella su señoría con
los demas Capitanas sirviendo Las otras casas alrededor
para los soldados. Aunque por estar a la orilla del rio
muy cerca del monte y also lejos de la fuerza fue causa
que todas las noches nos tocasen armas los moros, y por los con-
tinuos aguaceros hay uno de noche, nos y vieran dado muy bien
que entiendan por no poder nos valer de los armas de fuego en
tiempo de agua si la buena disposición y orden de sus señoría
no hubiese remediado todo por que demás de haber fortificado
el camino del cerco con una media luna muy fuerte y
muy bizarra con su [ett.] estaban todas Las noches
alrededor del Real muy grandes fuegos llamado siempre
Las--

[margen a la derecha] {A
Acudir allí el Padre
Marcelo para hacer
sus ejercicios ordi-
narios de oración
y especialmente para la
disciplinan que por Lar-
go tiempo y con
varias oraciones
y plegarias y especial
devoción acostumbraba
hacer todos los
dias en donde quiera
que se hallaba aho-
ra viviendo en
los colegios y casos
ahora fuera de Majestad }
Las sentinelas, Alerta Rondando todos los sargentos mayores
y capitanes, y muchas veces el mismo en persona: tanto que por ver
nos continuamente despiertos, nunca atrevieron los Moros embestirnos
descubiertamente, sino tentar por algunos mas alentados la suerte
y la embestida. El esto muy a menudo en la boca del rio, cuan-
do de la Visita de los enfermos me halla solo con el capitán don Ro-
drigo en una champancilla con cuatro sangleyes que por el gran
miedo no viendo el camino dieron en un bajo fue cierto mi-
lagro de Dios que no lo advirtiesen Los Moros por que sin duda
nos mataran. Otro peligro mayor pase a quien este pueblo por
que no sabiendo Las continuas emboscadas que hacían de día
en unas casillas algo lejos de la fuera cada día en algunas horas
me recogía en ellas; y fue Dios servido que nunca me vieron
en muchos días hasta que sabiendo lo ser señoría las mando que mar
las embarcaciones que se hallaron el primer día en el Rio
por ser ya bajo mar no se pidieron retirarse a la fuerza hasta el día
siguiente. Eran estas mas de trescientas entre grandes; media-
nas y chicas; La mayor parte de las cargada de mil cosas, en
particular cinco o seis muy grandes de los [habos] llenas de cera
aceite, arroz, y otras mercaderías, de que todo se aprovecha-
ron Los soldados Barigas y sangleyes, fuera de una gran
cantidad de cera que se guardo para el Rey, con un gran numero
de armas porque las piezas de bronce de cuchara fueron ocho: los
versos veinte y siete: Un [pedraro] [dezerno] colado muchísimas
cámaras de versos: mas de cien mosquetes y arcabuces; y una
infinidad de balas, hierro, pólvora, campilanes, lanzas, flechas,
bacacayes y sompites que es un genero de flechas chiquitas que los
tiran por unas [carabatanas]; tan venenoso que serio se le acude luego
luego con contras muy eficaces, mata en pocas horas con otros instru-
mentos de guerra que se hallaron en la casa de la pólvora

en frente de la Mesquita y sirvió de cuerpo de guardia para los
Pampangos.
El día siguiente comenzaron a llegar los demás champanes y ca-
racoas de nuestra Armada en que declaró luego el señor gover-
nador cabo de la el capitán Mena por todo el tiempo que estuviése-
mos en Mindanao: y por castellano de la fuerza San Francisco Javier
nombro al Sargento Mayor Palomino el cual luego la fortifico
y puso en order cerrando La de todos las lados con sus puertas y [reparos-
ariadiendole] al veedor una baranda encubierta de la parte
de dentro con sus troneras para que tuviese dos ordenes de
artillería, mosqueteria. En esta obra trabajaron muy bien
todos los soldados, en partirlas el Mayor Don Pedro
Hurtado de Corcuera como muy platico en las fortificaciones
de Flandes; el mismo Señor Gobernador dando junta-
mente la traza, y las manos con pegar el primero con [la a cada].
Otro dos días que fueron Domingo y lunes se emplearon en
hacer muchas fortidas y quemar muchos pueblos alrededor mar-
chando el capitan Rodrigo con su gente por tierra, y el
capitan Ugalde con la suya por la mar hasta llegar al pueblo
y casa antigua de corralat que llaman de las savanillas,
y quemar las todas, con otros muchos pueblos y embarcaciones
grandes que hallaron en otro rio escondidas. Los demás sol-
dados que quedaron en el Real se emplearon en echar al
agua todos las Caracoas baradas con que salían a robar que
eran muchas y muy lindas: y en buscar lo que estaba enterrado,
que fueron muchas cámaras de versos, hierros, cera, y tres campanas, demas de grande que estaba a la puerta de la
Mesquita boca arriba llena de agua para lavarse los pies antes de entrar en ella.
Despacho también su señoria este Domingo una caracoa
de los moros a Zambaonga llena dentros cautivos Cristianos
y san

y sangleyes que desde al primer dia fueron viniendo en muy gran-
de cantidad al Real. En particular el Sábado la mañana en-
tro con una embarcaciones por el rio un nuestro indio cautivo
de muchos años acompañado de otros dose de suca, como, mujer
hijos, suegro etc. La mayor parte moros, con una cruz muy Lar-
ga a la popa, y una bandera blanca colgada en ella, que cierto
saco de todos muchas lagrimas de alegría viendo quitarse con
tanto brio los despojos al gran Diablo de Mindanao. Aunque
no dejo de darme algún cuidado La venida de un moro La
misma mañana del Sábado que mostrandose atollido de todo el
cuerpo venia en un banca del rio arriba con dos gallinas
diciendo que lo llevaban al nuestro Ari a quien de su mano
quería presentarlas (así llaman ellos al gobernador de estas
Islas, que en su lengua decir Rey) este preguntado
de la causa por que se había venido dijo que obligado de la hambre,
por no haber que comer en el cerro y que por La misma causa entre po-
cos días habían de venirse todos Las experiencia mostró ser es-
ta una gran mentira por la mucha comida que se hallo despues
arriba, con que se confirmo La duda mia y de otros que había de ser
algún engaño [ordido] del demonio y sus ministros contra el nuestro
Capitan General. el cual povernandose en esta ocasion, como en
Las demás, con muy grande prudencia y disimulación, mando
sin verlo que lo entregasen a sosocan, uno de los moros nuestros
amigos, que nos habían acompañado desde Zamboanga, para en-
tregarlo al gobernador de la dicha fuerza como hizo, y con esto sin
saberlo, nos libramos de un grande peligro,
Dispuestas y a las cosas de la fuerza y pueblo de abajo y quemadas
Las embarcaciones todas, fuerza de tres o cuatro que se guardaron
para elevarlas a Zamboanga; llego el Sargento Mayor Nicolas Gonzalez
el Lunes La tarde a diez y seis con lo que faltaba de nuestra Arma-
da; habiéndolo detenido una gran Tormenta pasada Las Sila-

La Silanga, en que se perdió una Caracoa de la cual venia cabo el
Capitan Xineros, sin muerto pero ma que de un muchacho. Luego al
punto disponiendo sun señoría Las cosas por marchar el día siguiente
al cerro, mando dar a los soldados [bifioc] Lo y que lo para cuatro días;
en que el Señor Sargento Mayor Don Pedro con el ayudante Don Francisco Ola-
zaran gastaron toda la noche, cual misma yo gaste en confesar la gente
no contenta de lo que habían hecho con tanta devoción en Zamboanga.
Por las tres de la mañana se comenzaron a decir Las misas; y al
fin de la primera hizo señoría una platica a los soldados tan apro-
pósito y ajusto de todos; que bien se hecho de ver su grande prudencia
zelo del honor divino, y experiencia militar. Estábamos concer-
tados quejo después mostrase el Santo Cristo con San Francisco Javier
como me había pedido muchas veces y deseaba la gente: pero
por confesar a V.R. La verdad no me lo sentí del corazón y así
no quise hacerlo como que fuera presagio de lo que nos había de con-
decer el día.
Acabada la platica envio su señoría al
Gonzalez con el Padre Melchior de Vera que había venido en el mis-
mo de Zamboanga. ciento y veinte españoles, treinta pampangos:
y ochenta indios por las cargas señalando a la vanguardia al
Castelo, y a la Retroguardia at Becerra, con dos fa-
mosas espías uno moro, y el otro Cristiano, con orden que cogi-
se el enemigo La retirada del cerro; y por el mismo camino
bajase de embestirlo, tocando pero antes sus clarines; para que al
mismo tiempo embistiese su señoría de la otra parte. y así Lo
cogiesemos en medio partido Nicolas Gonzalez, Ordeno La gente
suya señalando el Ugalde a la vanguardia: Luego el capitán
Don Rodrigo con los demás, dando a cada uno de los capitanes re-
formados una tropa de soldados a su cargo Las banderas, pieza de
artillería pertrechos de guerra y bastimentos al cuerpo de
guardia, en la retroguardia lo Panpangos el Mayor
Don Pedro

Don Pedro se fue al a vanguardia con el Capitan Don Rodrigo en el Rd.
quedo el sargento mayor Palomino con buen numero de soldados y el Padre
Reverendo de Othon por Capellan --
Dispuesta la gente comenzamos por las seis de la mañana a marchar
con grande alegría. Pasada una legua y media de mediocre camino
dimos con un muy grande pueblo que estaría al pie del cerro, puesto por cierto muy lin-
do y apacible, lleno de huertas platanares y cañas dulces, pezo desamparado la
misma noche de los Moros, por lo que podemos inferir de las casas, y del fuego
con que al [bialmente] se estaba que mando la casa fuerta del Rey: por mie-
do sin duda que no se fortificarse su Señoría en ella, siendo por el sitio muy
apropósito para eso. Todavía ordeno al Ayudante Don Martin, que for-
tificarse otra casa que estaba a la orilla del Rio con un buen en-
biado pieza de artillería y presidio de Pampangos por guardia de las cargas
y retirada de la gente. Luego los demás pasamos el rio para ir a descu-
brir el puesto del enemigo lleva al agua hasta los pechos; pero tan
fresca y tan linda, que no la visto mejor en estas Islas. Poco des-
pues pasamos al mismo modo un arrojo y comenzamos a subir por una
ladera llena de casa tal. Aquí paso señoría y viendo mas aba-
jo otro camino, pregunto al moro que nos guiaba, si aquel otro era
también camino del cerro. Dijo que si pero a la replica de cual era
mejor respondió que [emtrambos] eran muy malos. Luego alumbrado su
señoria de particular Luz del cielo, dijo pues si aparecer del moro
[emtrambos] son malos; Mas quiero ir por el otro que por donde el nos
guía y así mando que volviese otras La Vanguardia y marchase
por el otro camino. A la ahora V.R. La particular providencia
y misericordia de Dios y protección de mi gloriosissimo [Ls.] estaban
en el otro camino por donde nos guiaba el moro abocada tres pie-
zas de artillería sin poderse ver que lo menos que podían ha-
cer nos de daño era degollarnos todo la vanguardia de peso con
la sola pieza de bronce que estaba entre dos mayores de yerro;
que cuando el nuestro con destable la descargó hallo que tenia dos

Dos Balas grandes de artillería, dos piezas de cabra, y trecientas balas
de mosquete con carga doblada de pólvora; en fin de las tres partes
Las dos estaba cargada. Librados de tan grande peligro, fuimos
marchando por el otro camino; en el cual habiendo La segunda Vez
pasado el rio y el Arroyo, llegamos al pisde un cerro. Aquí al pis de un cerro. Aquí
se hizo alto mandando su señoría que fuesen algunos de la vanguar-
dia a descubrir el camino si puesto ser tan malo lo que se [veía]
al principio de la subida que después por las raíces de los arboles
allí dando nos después y de manos lo pasamos uno atrás del otro. en
manera que no defendiéndolo los enemigos como pudieran con solo
dos que echasen piedras de arriba; nos dio a entender que mas
adelante tenían puesto peor. fueron a descubrir y paso luego La
palabra quedada la primera vuelta, era el camino mejor con que
subimos todos. La verdad es, que el lobrado valor animo y deseo
de pelear que tenían en particular los de la vanguardia les hizo
aparecer, bueno el camino que era muy angosto, [agro] y peligroso por
los terribles despeñaderos que tenía de entrambas postes. Dimos
con todo eso dos vueltas por el cerro arriba pensando nos ha-
llar algún puesto a donde hacer alto; cuando de dos estacadas que
estaban el lado derecho del monte comenzaron Los Moros a
[hecirnos]. A mi en particular uno una bala de artillería
que habiendo me sensiblemente dado el golpe fue dios servido
que no me hiciese otro mal que dejan con un [auxero] su
señal en la sotana permita el mismo que la escapada tan
milagrosa de esta, sea reserva otras mas gloriosa muerta.
Juzgaron todos que no había otra estacada mas de las dos que
Se veían, cuando a la tercera vuelta del cerro encontró La
vanguardia con otra que no se había podido descubrir debajo
se comenzó a pelear valerosamente, pero por que el sitio de la
estacada era muy fuerte y el lugar de los muy angosto
no dejado de formidables despeñaderos, y descubierto a todas Las

Las troneras de los enemigos y demás armas en particular
sompites, bacacayes, y piedras no tan presto se asomaba alguno de
Los a la plazuela de la estacada, cuanto quedaba luego
muerto o herido. Esta fue la causa porque habiendo peleado
buenas dos horas y mas no se pudo ganar la fuerza
En este tiempo los cuatro sacerdotes que subimos al cerro el
Padre[ [...]] de Barrios, el Fraile Agustino. el Capellán del Armada
y yo estuvimos al mismo puesto confesandos los heridos y ani-
mando los demás, yo aunque por todo el camino nunca que ni se a largar
mi estandarte el Santo Cristo y de San Francisco Javier: con todo eso al
tiempo de la pelea. entrando en fervor y zelo hice
me dicho y así me fue fuerza dar el estandarte a un soldado
el cual adelantandosemos arriba por orden mía, para que fuese
en guardia de la persona de su señoría que se me había esca-
pado para reconocer mas cerca la estacada; vino un ba-
laco que paso entrambos los lienzos de las sanitas imágenes
sin tocar pero Las figuras estaba entonces el [Ls.] con la cara
a la estacada, y ha sabido por via muy secreta el como no se
que aquel balaco iba en derecado del demonio a matar un
gran personaje y el santo que le estaba adelante se lo reparo [B]
viendo yo las cosas tan apretadas hice por mi parte un gran voto
al santo y después a voz alta dije a su señoría hiciese un voto
al mismo de hacerle una capilla en San Miguel. a lo que con gran-
dísimo animo y liberalidad respondió si Padre muy linda
muy hermosa se hara. Pareció me determinar esta iglesia por ser
del [Ls.] mas devoto y querido que tuvo San Francisco Javier en su
vida. No puedo negar, que fue muy grande la pena de mi
corazón en este tiempo: no por el miedo de las balas que volaban
propiamente como mosquitos y hacia un ruido por los arboles for-
midable , porque puedo afirmar con verdad al de que
nunca he tenido rastro de miedo en toda esta jornada gracias a Dios
[margen a la derecha]
A
lo que hizo viendo
el gran daño que
recibían los nuestros y
los muertos y heri-
dos, fue con notable
fervor romper la
sotana y que dando
desnudo hasta sin-
tiera, darse crueles
azotes para a placar
a nuestro [s.s] con su sangre
y alcanzar de su
Majestad trocase las
cosas, y diese a los
nuestros victoria como
el Señor Gobernador que quedo
pasmado con los demás
de tan nueva y
fervorosa acción
reconoce haberla
recebido de Dios
nuestros el día siguiente
por sus merecimientos
B.
el Padre Marcelo descu-
brió al mismo padre su
confesor como deseando
nuestro sirvir el mis-
terio de aquel balazo
y pidiéndolo con grande
instancia a dios nuestro señor
estando diciendo mi-
sa le manifesto cla-
ra y [disjustamente] que
aquel balazo iba
enderezado al Señor Gobernador
que estaba detras y
hubiera quitados la
vida si el gloriosos
Patron de la empresa
San Francisco Javier no le
hubiera reparado; y dijo que
fue tan interés a la claridad con
que se le mostró, y la alegría que
le causo, que apenas se podía
contener de iba [alargar] a su [S.a]

quedado en el mismo puesto a [do] lo habían herido.
Don Rodrigo de Guillestigui fue dichosissimo porque peleo siempre
y estuvo todo el tiempo en el foso de la estacada sin salir con herida
de consideración llego el Alférez a mesquita a tremolar la nuestra
bandera sobre la misma fuerza, aunque con gran peligro, por que por
poco lo despeñan con una La [..da] en la cabeza y muchos sompites
en la garganta. En fin con[ esta...]los nuestros en apunas, y ser mas
de la una, cargados de biscocho, y armas, y cansados del camino, no
tan largo cuán dificultoso, pelearon como Leones, y dieron mu-
cho mayor miedo a los moros muriendo, que ni viesen ganado
el puesto sin sangre, viéndoles tan obstinadamente proseguir La
batalla en un degolladero; que otro nombre no me race tal puesto
y tenga V.R. por cosa cierta que ni un millon de españoles vinie
ra salido con el; supuesto que ni creer, ni aun imaginarse
puede a mi parecer su fuerza sino de quien se hallo presente
a la embestida. La Verdades que paso de valor a temeridad
por que por no dejar de pelear trocaban Las ordenes de [[...]]
o las entendían al revés, mandando a los cabos que la mejora-
sen en lugar de ordenarles que se retirasen, y luego cantaban
Victoria por los de mas que subían (bien pero la pagaron la mayor
parte con la vida) con que estuvimos gran tiempo engañados. Aun-
que La verdadera causa por que el Señor Gobernador no aprestó
mas Las ordenes de la retirada, fue el estar aguardando por
momentos, que Nicolas Gonzales embistiese de la otra parte de
arriba, por no ser su camino mas Largo que de tres leguas; pero
por haberlo hallado muy malo y estar también el malo, no pudieron
llegar hasta La noche. Con estas esperanzas y mucho mas falsas nue-
vas de Victoria, que muy a menudo se levantaban estuvo su [ss.a]
a guardando y alentando la gente buenas dos horas en un puesto
muy peligroso y descubierto a todas Las Armas del enemigo; vien-
do pero muchos muertos y heridos se adelanto con harto peligro

suyo y de todos si acontencia algun desastre; y fue a la plazuela
a vista de la estacada entre la furia de las balas, piedras, bacacayes
y sompites a donde mataron y hirieron muchos a su lado en particu-
lar a su paje de armas, pasandole con un balaco al morrion
y la cara. y habiendo por mas de media hora reconocido el puesto; vis-
tolo inexpugnable por aquel camino conforme poco antes le
habia dicho un Alférez reformado quejándose de los que querían
con mentiras engañarlo y empeñar lo mas; ordeno que tocasen Las
cajas a retirada.
Verdad es que nos podían los enemigos hacer muchísimo daño si
nos embestían a la retirada por que los muertos era diez y ocho, los heridos
mas de ochenta; y los pocos que que daban, muy cansados y embarcados
con los mismos heridos: de mas de ser el camino un mero despeñadero mas di-
ficultoso a la bajada que a la subida: pero Dios nuestro señor por la intercesión
de mi glorioso Ls. los cegó totalmente, u el valor y buena orden de su señoría
tampoco le dio lugar de acometernos porque con grandísimo brio, como si-
no viese acontecido nada, teniendo su espada desnuda en la mano usa
animando a todos, deteniendo La gente para que se retirase poco a poco siem-
pre con la cara al enemigo, disparándoles y tocando nuestras cajas y clari-
nes hasta llegar a la casa que había fortificado el Ayudante Don
Martin. estando aquí todos, Vimos por una Ladera bajar gran cantidad
de Moros que venían a impedirnos las retirada al Real. Dispararon
se le luego algunos tiros de artillería, con los cuales muy apriesa le
recogieron al cerro. quería su señoría hacer alto aquí; y a
guardar La embestida de Nicolas Gonzalez: pero la poca gente
lo obligo a retirarse, como se hizo tocando de la misma manera las ca-
jas hasta llegar al Real. los heridos [sepuereron] todos aque-
lla noche en una casa frontera a la mesquita y la mañana los
pasamos a los champanes enterrado tres que se habían muerto La
noche. fueron muchos de parecer que su señoría retirase a-
quella tarde al fuerte, lugar mas seguro por alguna embestida
no

no quiso pero de ninguna manera mostrar flaqueza al enemigo: y asi
se paso aquella noche con harto cuidado, porque si bajaba peligraban
por los menos muchísimos los heridos. se supo de algunos cautivos, que
realmente quiso embestir y [plocieza] de acabar con todo; pero que ima-
ginándose que haber muerto aquel día al señor gobernador que por su
Linda presencia pensaron fuese al buen Capitan Martin Monte; Juz-
garon ser necesario agradecer antes a Mahoma tan grande Vic-
toria con muchas ceremonias y borrachearías que hicieron aquella
noche con las cabezas de los nuestros muertos: como también sacamos
de la cantidad grande de luces, que vieron a la misma hora
en el cerro. Después de este asalto cuando nos retiramos La
tarde al real, escribió el señor Gobernador una carta aviso
Las Gonzalez dándoles parte de lo que había sucedido el día, y ordenán-
dole, que si por el sitio y gente suya sola juzgaba poder salir con el
cerro, embistiese valerosamente el solo: cuando que no, pro-
curase de retirarse honradamente al Real, a donde de dispon-
dría todo. Se dio la carta a [sosocan], para que luego por alguno de
sus Moros La enviase; pero nadie se fio llevarla, y así la volvie-
ron la misma noche al secretario.
La mañana muy temprano estaba yo diciendo misa en la mesquita,
cuando se comenzaron a oír los golpes de artillería y mosqueteria
en el cerro; señal que y a los nuestros estaban peleando. alborotase
luego todo el Real, y su señoría mando, que Don Rodrigo mar-
chase con toda la gente sana por el mismo camino del día antes por divi-
dir las fuerzas del enemigo. supuesto que ya Nicolas Gonzalez estaba
empeñado. yo proseguí La misa, aunque con harta dificultad por las mu-
chas lagrimas que causo el ruido de las piezas: y como que la decía por los
nuestros soldados difuntos; apreté mucho sus benditas almas, que nos alcan-
zasende Dios la Victoria que con su sangre habían procurado el día antes.
Acabada la misa decimos la letanía grande y nos pusimos todos en
oración era ver al señor gobernador de rodillas con sus lagrimas

a los ojos, y manos levantadas al cielo como Moyses dar socorro
y alcanzar la Victoria a los suyos. no había pasado una hora, cuan-
do vinieron dos soldados con la nueva de la victoria, y luego llegó
el Padre Melchior de Vera con las banderas del enemigo. no escribo
los abrazos, la fiesta y alegría que uno en el nuestro Real, porque
Mejor se le sabía VR imaginar que yo referir. Dio su señoría
Luego al soldado que trajo La nueva una bandera; y por el mismo
envió una encomienda a Nicolas Gonzalez.
Pues La manera como se gano el cerro, nos la dijo el mismo Padre
Vera de este modo. Marcharon todo el martes diez y siete, que fue el día
de la nuestra embestida, no por ser muy largo como y el dicho, sino por
estar muy malo el camino, y por andar en una a maca el dicho
Nicolas Gonzalez, que actualmente estaba tan achacoso y flaco,
que como el mismo me confeso después, La espada le sirvió el día
de la pelea de bordon; y un mozo le fue sustenando al brazo, que por el
peso de la rodela no podia levantarla tuvieron varios encuentros
de moros; que pero por no hacer ruido, llevaban orden de no pelear;
y asi no mataron por el camino mas que el cacique de Corralat
que lo hallaron escondido en un monte que predominaba al cerro:
y luego La mañana del miércoles, vigilia de San Joseph y día del
glorioso Angel San Gabriel habiendo Nicolas Gonzalez animando
los soldados y dicho les que por no tener retirada no había por
ellos otra cosa que el cerro o el cielo, embistieron valerosisima-
mente al enemigo que los aguardaba detras de un arbol
muy grande tendido en medio del camino; no teniendo por esta
parte otra fuerza de estacado o fosos, por no poderse imaginar
que por hay los viésemos de embestir estuvieron un rato pelear
lo: pero habiendo el Capitán Castelo que guiaba la vanguardia pa-
sado con algunos soldados de la otra banda del palo, los obligó
a desampara el puesto, y así fue siguiendo los con su gente sin dificultad
ni pe

ni peligro ninguno por la Retroguardia de las estacadas y fuerzas
hasta quedar señor de dos de las con cuatro piezas de Artillería, y de la
casa del Rey fuerte, en la cual tenia su dichoso con muerte de
muchísimos Moros a si por nuestros balazos, como por haberse despe-
nado con la hurda muy furiosa y atropellada que hicieron en una
ladera muy angosta que estaba a la salida de su misma esta-
cada por donde nos esperaban cayendo por justo juicio de Dios
en los mismos [Lacos] que habían armado contra nosotros.
Al mismo tiempo que Capitan Castelo con La Vanguardia sanó Las dos
estacadas; fue Capitan Bezerra con las Retroguardia al alcanza de otros
Moros que iban a juntarse con los que estaban de presido en la
tercera estacada que habíamos embestido nosotros por las van-
guardia el día antes y con la misma facilidad los obligo a
huir y a despenarse quedando señor de la fuerza y sus armar que
fueron Mosquetes de pinsote arcabuces campilanes [ett].
Los pacientes, criados y criadas de Corralat con otra mucha gente
suya que quedo aquel día cautiva, dijeron, que La noche antes
se había puesto un viril del santos sacramento que había robado
debajo de los pies, diciendo a todos que no había que temer porque ya
tenia Dios de los Cristianos debajo de sus Pies, y que supuesta La for-
taleja grande de sus cerros y estacadas, y los muchos
que tenían, sino lloviesen hombres del cielo, bien seguros estaban.
Pero que cuando La mañana Le dieron avisos que los nuestros em-
bestian por La retirada dijo a su mujer. Mal Lugar han es-
copido para mi Los Españoles: supuesto como he dicho que por
La Retroguardia del cerro no tenia defensa ningunas con todo
eso esta de buen animo, y guárdame aquí que quiero ir a hacer
con estos Lo que hice ayer con los otros fue, y viendo su mujer que ya
Los nuestros iban entrando; persuadió a sus criadas, que se despenasen
con ella por. no ser cautivas. Reusaron lo estas como mas cuerdas
y así quedaron nuestros esclavas; y la pobre Reina con un hijo

pero mucho nos [Lanerbo] La nueva de la muerte de los dos padres Reco-
letos, que su señoría con todo su poder deseaba libran de manos de los moros
porque aunque cautivaron tres en Pintados, toda via uno de los
fueron verlo con nosotros mismos balazos de los soldados de Nicolas
Gonzales el día que [cojio] la armada enemiga en punta de
San Sebastián, o lina de flechas. El uno mataron Los Moros
el dia que ganamos el pueblo debajo, porque huyendo los con sus muge-
res y cautivos al cerro arriba; ni pudiendo este buen siervo de Dios
caminar muy deprisa por haber estado enfermo a furia de palos lo
acabaron, y colgaron muerto en un Arbol para que nos lo viése-
mos del Real; pero porque estaba a lejos, aunque lo reparamos,
no pudimos afirmarlo; tanto mas que lo quitaron luego el día
siguiente, sin haber se podido saber que se hicieron el otro de
lo mataron por rabia arriba el mismo día, que Nicolas Gonzalez gano el
cerro aunque no murió el día siguiente en la mesquita de
abajo en frente al altar que fue lo que lo consolo muchisimo
por ver ya bendita con titulo de nuestra señora del buensuceso
La casa que poco antes había dejado dedicada a Mahoma, Acudi-
mos a su muerte cinco Padres que nos hallamos en el Real
y la mañana lo enteramos en la mar por no dejar aquel santo
cuerpo en las manos de los Barbaros. Cuando lo por amor
tajarlo que de pasmado en ver la cantidad grande de las heridas
y [Campilanasos] crueles, con que le habían despedazado todo el
cuerpo: y entonces admire la gran paciencia y su sufrimiento que tuvo.
Admiraron también los soldados el gran zelo [deteslo.] veron
porque cuando lo hallaron en un rincón del cerro de esta mane-
ra herido, no solo no se quejo, sino que pregunto luego, si habían
algún soldado herido para confesarlo; y diciéndole que no se
cansase porque llevaban un Padre de la por esto:
se alegro muchísimo y los rogó que lo llamasen luego para
confesarse el, como al punto acudió el Melchor de Vera

Al tiempo que lo bajaron al Real yo estaba con los enfer-
mos en la armada, dijeron me pero La tarde cuando volví, que
su señoría había hecho finezas propias de su piedad en el Padre
ayudándolo a concertar y poner en la cama; dandole con sus manos
de comer limpiándole La sangre de los heridas; y consolando con
muy tiernas y devotas palabras; en particular cuando comenzo
el cirujano a medicarlo; porque estando ya los vestidos pe-
gados con las heridas por haber pasado ya días medio sin hon-
rarse; fue grande la fuerza del dolor al arrancarlos con que se
resintió un poco. Le fue luego su señoría a la mano con las
memoria de la pasión de Cristo señor nuestro y tuvo tanta efica-
cia que como me afirmo después, ni palabra dijo ya mas mi
acción mostró contraria a una invicta paciencia de glorioso Martyr.
Confieso que Lavé sus heridas después de su muerte mas
con lagrimas de los ojos que con agua del rio por una santa
[embidia] que tan gloriosamente hubiese [acarlo] su peregrinación
Le pedi antes de morirse que me alcanzarse de Dios Muerte
semejante a la suya, o mas penosa en defensa de sus mas Ley:
Me lo prometio el [S. Varon], y lo espero por su intercesión
No por quejo le merezca; sino en pago de la gracia que sus
gloriosas heridas se le añadió con las cuatro postreras absolució-
nes que con mi particular consuelo le di. Por cierto dichosi-
simos Padres que han podido con sangre manifestar al mundo
el zelo y amor Divino que escondían a sus pechos.
Acabada la mañana de enterar al Padre que fue
el Viernes a dos días después de la Victoria
subimos con su señoría al cerro. pero era tan grande el he-
dor que había por los Moros muertos en los barranca
de nos, aunque muchos aun vivían por las voces y gemi-
dos de mucha gente que oía que apenas llegados vimos La
casa del Rey y Luego nos volvimos al Real, mandando que fuera
de los

De los ornamentos de las Iglesias, y armas por su majestad Lo demás se re-
partiese a los soldados sin reservar por si o por los suyos ni una blanca
Acción por cierto con muy grande razon alabadas y admirada de todos,
por no estar ahora en uso entre los Capitanes y Generales, y por haber
sido me parece, La primera en estas Islas Filipinas confirmando el con-
cepto en que lo tienen todos de caballero totalmente desinteresado, lo que
se [hallo] y repartió fue muchísimo dicen que vio muchas escriba-
nias llenas y muy pesadas. Lo cierto es que hay estaba todo tel tesoro
de Corralat, y cuanto había robado en tantos años no quiera saber mas
[V.R. ]los soldados han venido muy contentos y muchos muy ricos
buen provecho les haga que verdaderamente todo lo merecer, por
todos pelearon valerosisismamente de los ornamentos de las Iglesias
y vasos sagrados, como cálices, patenas, viriles, incensarios, crimeras, [VEa.]
que ya se han vuelto con grandisima puntiealidad a sus Dueños se lle-
no un cajon muy grande como de las cuatro Andas cargadas
de los pudo colegir [VR] en la procesión tan solemne que
[...] sus señoría en Manila el Domingo de la Trinidad en agrade-
cimiento a Dios por La Victoria. Solo me pesó en este día en que su-
bimos al cerro no haber tenido tiempo de buscan mis cuentas que
habia perdido el dia del asalto cuando por a placar La ira de
Dios partí muy apriesa por el medio mi sotana pero Dios quiso con
solarme el día siguiente, porque volviendo de la visita de los en-
fermos al Real me las dio su señoría que reconociéndoles en
mano de un soldado que Las había hallado bajando del cerro
Le dio no se cuantos pesos por ellas, y cierto de los merecieron
por ser del palo de los mártires quemados en Japon y por ha-
ber tocado todo el cuerpo de mi gloriosissimo Padre Francisco Javier
en Goa; que son Los causas, por quejo las quiero tanto.
Seis dias enteros gastaron en repartir, abrasan y destruir to-
do lo que había en Mindanao, y así a Veinte y cinco de Marzo día
de la Santísima Anunciada partimos a la vuelta de Zamboanga. No

No quiso Señor Gobernador La Vela antes de agredecer en el mis-
mo puesto a su divina Majestad tan grande Victoria; y asi se hizo una so-
lemne procesion del santísimo sacramento de la Mesquita a la fueren
llevando adelante su señoria La imagen del Santo Cristo y de San
Francisco Javier patron de la jornada con el manto blanco de su orden
con que se había comulgado Dando Los soldados con sus Mosquetes
y La fuerza con sus piezas unas ocho salvos reales con balas quede
mas de honrar La procesion sirvieron a limpiar los dos Mon-
tecillos de la emboscada que sin saberlo nos habían algunos
Moros armado para La nuestra embarcada se sacó estos de los
muertos que hallo poco después el Capitan Juan Nicolas
cuando volviendo del Rio de Bugayen quiso Ver el puerto que
habíamos cogido a Corralat. Acabada La procesion se dió
fuego a la Mesquita y fuerza y se comenzo a embarcan La gen-
te con buena orden en los champancillos del Armada.
Luego se despacho Sargento Mayor Palomino con cinco Cara-
coas y cien españoles [par...] con el Padre Melchor de Vera [...re]
sabia bien La Lengua fuese a buscan a Monca y Rey de Buga-
yen, y verdadero señor de la Isla de Mindanao (que este
otro Corralat aunque su paciente es Tirano) que esta doce le-
guas del cerro de Mindanao y tratasen con el de paces y de ser
tributario y vasallo de sus majestad Mientras ya dábamos La Vela
apareció a la playa Un nuestro Indio cautivo lleno lo la faluga
al nuestro champan, y nos dijo, como se había huido de las se-
menteras de los enemigos a donde lo habían tenido aque-
llos días preso: y que pasando por uno de los desbarrancaderos del
cerro había hallado una infinidad de moros muertos.
Dos o tres horas después de haber partido de Mindanao encontramos
el Capitan Juan Nicolas el Padre Pedro Gutierrez Rector de Dapitan
que con cuarenta embarcaciones, mil y dos cientos Indios aventureros
y cincuenta españoles venían de socorro a la nuestra Armada.
Los

heridas, no puede negar haber sido cosa Milagrosa, que de ochenta
heridos, fuera de los tres que acabaron La misma noches del asalto
en el Real, no muriesen mas que dos teniendo todas Las heridas
ponzoña; demás de ser muchísimas de por si penetrantes y mortales; como
vimos de los efectos que causaron en los enfermos, los sompites, baca-
cayes, y balas mismas que no obstante de ser todas mordidas, hallamos
también en el cerro que estaban metidas en un [tibor] lleno de ponzoña
La verdad es que yo me servi de algunas contras muy buenas que me habían
dado en Malaca: pero La verdadera contra fue mezclan con ellas Un
poco de reliquia de San Francisco Javier, que junta con la fe y devoción de los
enfermos y cirujano valentisimo hombre obro maravillas. Bien Las
experimentó el Capitan Marotto que ya estaba todo negro y agonizante, cuan-
do me llamó por confesarse y recibir Loa sacramentos. Mejor el Alfé-
rez Miguel a Mesquita, que hecho por la boca una noche tres sompites
que tres dias antes en el asalto le habian atrevesado la garganta. Mas
que todos un sargento de su misma Compañía a quien muy aprisa di La ex-
tremaunción, por tener pesado el estomago con un balazo, y echarla
sustancia de la comida por la herida: con otros muchos que estando y
desanclados en Mindanao van a hora caminando por Manila. So-
lo el Alférez Romero y el Alférez Mochuica murieron en Zam-
boanga de lanzadas que le dieron Los Moros ya ganado el cerro
por el camino, pero entrambos voluntariamente se compraron La
muerte con quererse dejan curar en manera ninguna.
Estaba entre tanto el señor Gobernador a guardando La vuelta
del Sargento mayor Palomino del Capitan Juan Nicolas de Bugayen
y en lugar de descansar estos días como todos pensaban, por los [trama]
los pasados; fue en personas con los soldados a trabajaren Un
foso que habia mandado abrir por trae un Rio de aguas
dulce a la fuerza que es lo que solo le faltaba; y ahora y a por gracia de
Dios a llegado, como habían de Zamboanga: pero antes de poner mano
a otras obras, quiso como señor tan pio, agradecer La segunda vez a Dios
La

La 2a de pagar tributo a su Majestad. La 3a de recibir
Los Padres de la Compañía para que públicamente ense-
ñasen a sus vasallos La Ley de Jesu Cristo. La 4a que
si quería tener una fuerza con presidio de españoles en
sus mismas tierras; Los trataría como hermano y la
5a de ser amigo de los amigos, y enemigos de los enemi
gos: y consiguientemente procurar de acabar a todo su poder
con Corralat o Vivo o muerto, y entregárselo de cual-
quiera manera en sus manos. Lo recibió su señoría con
grandísima Majestad en una silla rodeado de todo el mas
lucido de nuestro ejército muy lleno de galas y [bacarria
sesento] en el suelo de la misma alfombra el embajador
admirado de la magnificencia y gallandia del nuestro Capitan
General y sus soldados. Mandó luego al gobernador de la fuer-
za que lo hospedarse en su casa: y por el regalo que le
embio después de algunos cocos y gallinas, le dio unas
piezas de seda muy linda: pero por un sangley cauti-
vo que le donó en nombre del Rey su [herma], dijo
que no daba nada, por no ser aquel vasallo del Rey de es-
paña. Hizo el embajador nueva instancia, para que le em-
biase alguna cosa, lo menos algunas armas suyas: le respon-
dió su señoría que hasta entonces Moncay había sido ene-
migo y que como tal no merecía nada; pero que comenzase
a dar señas de su amistad con embian luego Los
cautivos [Vza.] que así bien presto experimentaría su
liberalidad al punto de Corralat le ofreció dos mil pesos
si se lo daban muerto y cuatro mil si lo entregaban
vivo; lo que de moro recibido con grandísimo gusto
por

por la codicia grande que tienen de dinero por lo cual mata-
ran a sus mismos Padres de manera que pienso, su puesto es-
to, que muy pocos habían de ser sus días.
El Sábado santo la mañana estando su señoría en la playa
para embarcarse, se vino a despedir el dicho embajador
y a recibir las cartas y capítulos de paces firmados hay en
su misma presencia. Y al fin mientras su señoría para
honrarlo a la postrera despedida lo abarcaba; de dijo el
Moro muy agradecido, que dentro se cuatro lunas (así dis-
tinguen los meses) habían de ir haberlo en Manila
Cosa que sumamente me consoló por la comodidad que
V.R. tendrá de enviar por el mismo los obreros
a tan abundante cosecha.
Luego disparo la fuerza toda su Artillería, respon-
diendo con su Salva toda La Armada y habiendo se el
señor Gobernador embarcado en su chapan, dimos La
Vela en demanda de Manila; y el embajador
para Bugayen; partió también el Capitan Juan
Nicolas y el Capitan Juan de Leon con Una Compañía
de cien españoles y mil indios con orden que habien-
do acompañado el embajador de Bugayen hasta sus
tiernas pasasen adelante con su armada, y rodeasen
toda La Isla de Mindanao hasta Dapitan, destruyendo
y abrazando todos los Pueblos y tierras que no quisie-
sen su [gestarse] a nuestra armas. fueron por Capellanes
del Armada el Padre Rector de Dapitan y el Fraile
Agustino que había venido por confesor de los Pan-
pangos.

conforme me avisa el Padre Rector de Othon, por haber sido La misión
de Mindanao el Principal motivo a la venida suya de españa en estas
Islas Filipinas. Pero no podia solo el Padre acudir a toda La Isla de mas en
Zamboanga quedan solos dos Padres; el Padre Melchor de Vera que por sus achaques
continuos harto hace en cuidar todas las obras de la fuerza de que lo en cargo su [Sa.]
como apersona insigne en la materia: y el Padre Gregorio Belin en atender a todo el
presidio de quien es capellán de manera que muchísimos Pueblos de moros que estan
alrededor de la fuerza como la caldera [esc...co] tienen quien los a doctrine
El Rey también de Sibuguey, que es un rio mucho mas fértil y abundante
que la Pampanga mientras estabamos en Mindanao, vino en persona al gobernador
de Zamboanga a pedir paces y Padres: y ya su hijo ha venido ahora con los Galeo-
nes de Terrenate por criarse en Manila y de la misma manera ir han cada
día viniendo todos los demás principales supuesta la caída tan miserable del
Principal Rey de estas Islas que era Corralat que al tenia quasi a todos tiránicamente
sujetos y como tributarios hasta el mismo Rey de Joló envió a Dato Achan que es su
valido y privado y el mas Valeroso y alentado Capitan que sea visto entre los Moros
[co... ssa... a] La confirma de las paces [...e] [a Dia ]venido a tratar su mu-
jer misma con nuestros Capitanes el año pasado: excusándose que no había venido en
persona el mismo por estar aguardando una armada con que le venia haber guerra
el Rey de Burnei confederado con los camucones sus enemigos.
Vea VR por [carid] cuan abundante cosecha se le ofrece en Mindanao y cuan pobre
de sujetos, y obreros está que adonde a me parecer fueran pocos cuarenta no quedan
mas de dos y cierto es lastima por ser una de las mas gloriosas misiones que se pueden de-
sear por no faltar a la evidencia del fuero grande, las esperanza de nobilísimos mar-
tirios. en fin basta que sea al Apóstol de la San Francisco Javier que fue el primero que
La predico el Santo Evangelio como consta de la bula de canonización con fio en la
Divina misericordia que las nuevas de tan gloriosa y tan deseada Victoria y con-
quista de la grande Isla de Mindanao en la corte moverán los corazones de
su Majestad y su Real consejo de Indias para que despachen muchos obreros este
año a tan gloriosa y abundante cosecha.
Esto es lo que toca a la nuestra jornada de Mindanao falta le solo La vuelta a Manila

La cual cierto por haber sido muy larga y peligrosa nos ha dado mucho que padecer porque
cualquiera Isla que encontrábamos habíamos de rodearla forzosamente toda, y por
cualquier parte que que [fiesemos] ir, luego el viento se ponía a la proa; con
tres o cuatro baguios (que son tormentas des echas) en las Islas de negros,
de Mindoro y Marinduque; que fue milagro propiamente de Dios por
particular protección de San Francisco Javier escapar libres de todos princi-
palmente en lo que tuvimos en la Isla de Mindanao se nos vendió el árbol
y pasó un [rollero] por encima de la nuestra popa tan caliente y tan
nuevo a los Pilotos y marineros, que viendo lo de lejos venir sobre Las
aguas me llamaron aprisa para que lo con [hurase], como hice: y cierto no
pudo ser otra cosa que diabólica por declararse visiblemente autor de tantas
hazañas, estorbos, y contrariedades el gran diablo de Mindanao, que de su silla
con tanto valor había se señoría derribado.
Pero si visible fue la obra del enemigo en los peligros muchos mas patentes
y clara fue la protección divina y del nuestro [Ls].en los mismos: como cuando nos
libro de algunos bajos [de...dra] en la costa de Manila, a donde irrepara-
blemente habíamos en callado [y...a] un champan que se [ab...] de donde [...mudar]
mos sin saberlo un día antes: y otros muchos que por no cansar VR no re-
fiero. Dos veces tomamos refresco por el camino por acudir a los enfermos
una en Iloilo a donde los nuestros Padres nos regalaron con muchos novillos,
terneros, quesos, y gallinas; La otra en Panay por el capitán y alcalde mayor
Don Francisco de Frias. Al fin porque los vientos eran totalmente por proas,
y realmente su señoría había padecido tanto por el camino que bastantemente
Lo declararse con referir a V.R. lo que el mismo me afirmo que de cuan-
do había padecido y pasado en Flandes y otras partes por servicio de su majestad
ninguna cosa llegaba a lo que había sufrido tantos días embarcado en un cham-
pan. Se resolvió desembarcan en Tayabas con el sargento mayor Don Pedro
su sobrino y el Capitán Lorenzo Ugalde enfermos que tenían necesidad del
Cirujano, y de aquí fuimos por tierra dos días de camino hasta la laguna,
de donde por el rio llegamos a Manila los diez y nueve de Mayo yo me
que de en San Miguel, los enfermos en Manila y su señoría La misma noche
pasó

pasó a Cavite donde tenia orden de aguardarlo su Armada. La cual
fue Dios servido que llegase toda entre cuatro días, y así el Domingo hizo
su entrada con la pompa y gallardía que V.R. vio y no se si repara-
ron muchos en lo que aconteció aquel día, porque de todos los cham-
panes faltaba un solo del capitán Don Gabriel Niño de tavora que
traía algunas piezas grandes del enemigo, y cuando se señoría
llegaba por una parte de Cavite por haber la entrada llegó por
La otra de Mariveles Don Grabriel Niño con que parece quiso
mostrar Dios La particular providencia suya en llevan toda
La Armada con salud; y la gloria y alegría grande que había
de causar en el cielo La dicha triunfal entrada en Manila: su
puesto que tan milagrosamente Junto todo sin que le faltase de los despo-
jos cosa chica ni grande bendito sea por siempre y alabado sus
caballero se ha servido dar al mismo tiempo el remedio a las Islas,
y castigo a la soberbia de estos moros que la menor cosa que decían
cuando llevaban cautivos últimamente Los tres Padres Recoletos
con tantos ornamentos y vasos sagrados fue que llevaban cauti-
vos preso al Dios de los Cristianos y que no había quien pudiese
resistir mas a Mahoma. Viense se echa de ver con las ex-
periencia. La verdad de la revelación que tuvo aquella santa
sierva de Dios y salvación de esta conquista.
Nuestro Señor Le de vida y salud para que pueda
acabar lo que con tanto animo y valor ha empecado
por gloria de su Divina Majestad. bien de esta con-
quista, y reputación de nuestras Armas, que por mu-
chos desastres estaban ya muy abatidas.
Esto es lo que se me ha ofrecido escribir a VR
Alonso de Carvajal. Sobre el alzamiento de los Sangleyes del año de 1639 y 1640.

es cosa de gran ponderacíon que con haber quemado a Calamba
[nuestra] estancia, y la mitad de [Butin] todo San Pedro, el pueblo de
la Estancia de Acuña, y andar talando y quemando, ni a las tierras
de Arguelles, ni de un estero a otro de San Nicolas a San Pedro
no llegaron ni han hecho mal a tierra de la Virgen, [ya yo] me vuelvo
Fray Juan de Guevara.
Los que trajeron a la Virgen dieron nueva como los sangleyes estaban
en San Pablo que la tarde antes habían puesto fuego a la casa
y iglesia. Y lo mismo dijo el aq teniente de a caballo con que fue orden
al sargento mayor marchase, y la compañia de caballos y estancieros
con quien se juntó Don Juan Esquerra con su gente, y envió a
Venavides con veinte y cinco mosquesteros por el rio en champáncillos,
llegaron estos a las cuatro de la tarde, y los de a caballo
poco despues. Los sangleyes se habían fortificado en el potrero
de piedra y cerrado las entradas con que la caballería
no les podía dañar. El ayundante Venabides, por el embarcadero
a donde había multitud y se habían fortificado, les dio algunas
cargas ellos con piedras y [masabais,] y tres arcabúses se defendían.
Pero él los apretó gravamente y les fue ganando el embarcadero,
y ellos retirandose al potrero. Los padres de la compañia trataba
de paces porque tenían preso al Padre Francisco Vicente, y a los dos hermanos.
Si bien fueron con e los de a caballo el padre que era ministro y se
entregó en lugar del Padre Vicente que ellos no habían querido matar.
Con la prisa que les dieron por el embarcadero ellos trataron medios de
paz, y se vino a Manila a eso. Aunque no sabiendolo Venabides los apretó
y hizo ir retirando. Y apretandolos por las espaldas abrieron portillo
por donde, aunque iban matando muchos, fueron huyendo.
Siguieronlos los de a caballo y Don Juan. Acá [vino voz] se había
muchos pasado por frente del Juan Claudio a nado y en embarcaciones
de la otra banda del río y que venían a juntarse con los
de Santa Cruz porque realmente se hallaba poca gente y se supo los
[socorrieros] con bastimentos. Temióse no los acabasen de levantar,
y alborotasen el Parian. Vino nueva y el alcalde
mayor [a traerla] que en Polo se iban juntando muchos y aunque
habían quemado a Meycauayan (que el temor daba oidos
a cualquiera nueva, y los negros las daban como se les ofrecían)
despacharon a Don Juan Esquerra con la gente de a caballo
y a Don Francisco con una companía de Japones. Corrieron a Polo y Meycauayan

y todo aquel contorno, dieron la vuelta por San Mateo
no hallaron cosa, aunque afirmaban los padres Franciscos que se juntaba.
Y como tuvieron nueva de la rota en San Pablo que todo el recelo era
que como eran tantos los que bajaron y por donde quiera que pasaban
se llebaban todos los que había y los mataban. Y en Santa Cruz
habían quedado tan pocos, que procurarían venir a juntarse
con los de el Parian y Santa Cruz y alborotarlos. Y no habiendo
muerto gran numero no volviesen destruyendo pueblos.
Ellos volvieron caminando a toda prisa a Calamba, el sargento
mayor siguiendolos. Y tuvose nueva [de que] se fortificaban en
Socol Don Fernando Galindo junto la gente de los Baños, que casi
todos los españoles de por allá concurrieron allí y con
la más que pudo fue a Socol primero que llegase el sargento
mayor. Animó los que traía facilitóles la subida y apocó el
numero de sangleyes con que unos y otros acometieron
animosos, y les ganaron el [cerco] y desbarataron. De que
tendra ir más noticia allá con la nueva de esta rota que
fue el [sabb.o] quedó todo quieto, y todos lo atribuyen
a la virgen. Diose nuestra parte el parabién al gobernador, el
cual publicó ser milagro de nuestra virgen y así lo sienten
todos y lo dicen los soldados.
Hace continuado el novenario, salve completas y antífona
con la mayor puntualidad de nuestra parte y concurso de el
[publico] que jamás se ha visto, dijo el secretario de el comissario la misa
[su dia], el regidor de la compañia acudiendo todas las comunidades
y lo [grabe] todo de ellas y de acá recibiendo
a las religiones, y luego al gobernador y audiencia que nunca han
faltado, y hoy que es martes día de la fiesta del santísismo que
ha de acudir a la iglesia mayor se anticipa la misa muy de
mañana porque así lo ordenó el señor gobernador por poder [venir],
que en todas las acciónes nos gobernamos por él, comunicandoselo
yo, a quien [he] hecho dueño de todo a lo [teatino]
que [tan bien se q.do] conviene a la orden. Luego dijo
el [p.e] absoluto de los recoletos, que les convidamos diciendo
eramos todos unos y esta fiesta tanto suya como

un altar al principio de las gradas cantóse la salve con mucha
musica, y cera y adorno de iglesia como día del corpus fue la
procesíon con gran devocion, y concurso. A la noche colocamos
a la virgen, en la custodia con un nicho de un baldaquino y sus
velos, al salir dijo el señor gobernador tenía intento de hacerle un novenario
en su capilla. Con que yo dije a nuestro padre [medr.o] y al padre prior
era ya empeño el hacersele acá. Parecióles bien y así convidé
al cabildo para la primera misa y a las religiones para las demás
avisando al señor gobernador y dandole las gracias de su devocion y del
buen suceso que tuvimos con los sangleyes en San Pablo que el ponderó
había sido al mismo tiempo que traiamos en procesíon a la virgen
y que desde que llegó se había prometido buen suceso. Pedíle sus
capellanes dijesen una misa y fuese el ultimo día para cuando
había sermón que predicaría el padre prior de [Maalat.] Y por sus
muchas ocupaciones no le pedíamos asistiese. Él dijo lo estimaba,
y que todo eso le debíamos, que no se prometía venir, pero
que lo haría las veces que pudiese. Estimó mucho el darle el
parabién del suceso (que diré luego) y había lo hecho con
ponderación, de haberle enviado un recuado cuando vino la nueva
de la muerte de Aduna, de que toda la [p.a]. Y los que nos hallábamos
estábamos a orden de su señoría de la manera que quisiese ocuparnos.
Y aquella noche fuimos todos al coro a hacer
una plegaria con letanías cantadas y diciplina por el suceso.
Y estandolas cantando, vino padre Julian y [Gr.mo] Nuñez de parte
del gobernador a pedirse encomendase a dios. Y como nos hallaron
en eso, entraron en el coro, serían las siete y media, hablaron
al padre prior y dijeronselo al gobernador. La primera misa
dijo el cabildo, viniendo todos sin faltar ninguno al coro con
sobrepellices, el gobernador, audiencia, y ciudad y toda la gente que es
mucho para el aprieto que hay. El segundo día, santo Domingo, también vino
gobernador y audiencia. Estas misas estan dichas [por] los padres de la compañia
vienen el [sab.o] cosa extrordinaria para ellos salir fuera a eso.
A las cuatro cantamos completas abajo y la salve a la virgen
y antífona. Acude mucha gente esta con muchas luces
acuden todas las [s.as ]de Manila todo el día viniendo siempre
las más a pie y volviendose a sus casas del mismo modo

veinte Japonés con su capitán mataron a Agustin Tenorio y
hicieron dicen seis Españoles, corre voz mataron otros. Y entre
ellos al [P.o] Amaro Díaz que quiso ir ayudar por haber poca
gente. Que el tercio que llevó Don Juan de Arceo acabó de llegar
en esta ocasión a Bagumbayan que fue harta ventura aunque
venían rendidos. Y aca lo está la gente harto [de] esta nueva.
Llegó a medio día en confuso con que se alborotó la ciudad
porque como solo hay mujeres y negros cualquiera nueva
la [guían] y alborotan la gente de manera que presumimos
hay muchos más mal. En este estado estaba nuestro Padre
[Medr.o] en Tondo, el convento bien fortificado [y aunque] yo le había
pedido el día antes se volviese, el poner en seguridad
la gente le detuvo. A las dos de la noche había tocado arma
la centinela que estaba en la casa de Carretin porque
bajaron los sangleyes [poniendo] fuego a casas y [llgverdas]
acudió Don Francisco y Don Juan Ezquerra que para allí entraron
hacía Santa Cruz. A las cuatro de la tarde fui yo
al señor gobernador a ofrecerle si era necesario le asistiésemos y
que nos ordenaba. Estimólo, respondiendo que mientras
el enemigo no acometiese las murallas no éramos necesarios.
Que si eso sucediese que a todos pediría. El enemigo
se estuvo por las espaldas de Tondo. Y a la noche puso
fuego a Navotas, Bancusey. Temimos todos quería
entrar en el Parian y quemarlo y todos creímos
esta noche había de hacer algún alboroto en el.
Previno el gobernador que todas las bocas de calles de el
Parian estuviesen guardadas y que a cualquier inquietud
se le pegase fuego y la artillería afrentó.
En Tondo pusieron dos presas. En Santa Cruz en la iglesia
nueva cuatro. Y al anochecer hubo gran fuego creímos
mandó el gobernador ponerle a la casa de los padres porque
no hubiese padrastro después de haber quemado
Sentencia contra Manuel Estacio Venegas, sargento mayor. 1654

SENTENCIA DE MANUEL ESTACIO.
A
VISTO ESTE PROCESSO.
Fallo a Tento a Los Autos y meritos del que por las culpas que resultan con-
tra Manuel Estacio Venegas Sargento Mayor Governador y Maestre de Campo que fue
En interin dos veces del tercio de infanteria Española de estas yslas y castellano
del Castillo de Sanctiago de esta Ciudad, que la debo sentenciar sentencio y
termino en la forma y manera siguiente --
1. En quanto al primer cargo que se le hizo sobre a ver seledado y he-
cho merced delas encomiendas delos pueblos de Sogor y Cabalian
en las Provincias de Leite y en el pueblo de Ynatilan en Zebu de que
hizo delacion por conseguir como conseguio. La demendero y pose y en
de la boluio a hazer delacion por que se le encomendase como se le
comendo la dela Laguna de Hanaguan que actualmente goca y
possee. En contra vencion delas Reales Cedulas de veinte y ocho
de octubre de quinientos y cinquenta y dos y de doce de diziembre
de seis cientos y dies y nueve de ser como era El dho. Manuel Esta-
cio familiar allegado, unico privado y poderoso valido del señor
Don Diego Faxardo Governador press.de y cap. General que entonces e-
ra de estas Yslas y consequente mente incapas e inabil de
obtener dhas. encomiendas y assi mismo a ver las conseguido p.r
subrepcion y obrepcion de falcas relaciones e informaciones de ser-
vicios supuestos y fingidos induciendo para su provença testigos,
con su mucho poder y valimiento a que jurassen y depuciessen lo
que no sabian ni abia passado en hecho de verdad. Cerca de los me-
ritos, que articulo y provole devo declarar y declaro por incapaz
e inabil de aver obtenido y poder obtener las dhas. encomiendas
y en su consequencia le pribo dela que actualmente possee y le
condeno a que restituya luego a la Real Casa y Hacienda de Su Ma-
gestad todos los frutos que hubiere persebido de todas las dhas. enco-
miendas desde el dia que empezo a goçar, y poseer la primera has-
ta en el que se mandaron detener y depositaren la dha. Real Casas
y mando que los Jueçes officiales Reales de esta Corte asusten
lo que an importado liquidamente los dhos. fructos, y su valor
desde el tiempo referido y con el quatro tanto en que demas desto
declaro a ver yncurrido se cobre de los vienes embargados, y se
crestados del dho. Manuel Estacio y se entere en la dha. Real
Casa desde luego incorporo la dha encomienda dela Laguna
Información del gran milagro del pueblo de Caysasay [Casasui], 1619

{[298] 343}
Nos don fray Pedro Arce, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica,
obispo de la ciudad del Santísimo Nombre de Jesús y gobernador de este arzobispado de Manila
del Consejo de Su Majestad, etc. Por cuanto de parte del padre fray Alonso Barahona,
provincial de la orden de nuestro padre San Agustín, se nos ha hecho relación por
petición que ante nos presentó diciendo que, había sido informado de algunos re-
ligiosos de crédito y toda satisfacción, que en el pueblo de Binogsacan, jurisdicción
del convento de nuestro padre San Agustín del pueblo de Tal, en una peña que está algo
apartada del dicho pueblo, se ha aparecido a algunos indios e indias di-
versas veces una imagen de la Virgen Santísima Nuestra Señora,
con gran resplandor, teniendo el niño sacratísimo en sus manos, hijo
y madre con coronas saliendo grandísima fragancia y suavísimos
olores de aquel lugar, en el cual hay un ojo de agua que ha hecho y hace
milagros Nuestro Señor, bebiéndola diversos y muchos enfermos sanando de di-
versas enfermedades interiores, lavando con la dicha agua las
llagas exteriores han quedado limpios, sanos y buenos con grande
admiración y alegría de los que lo han visto y experimentado. A cuya
fama y devoción acude mucha gente de toda aquella jurisdicción,
donde han sucedido muy particulares milagros. Y para que conste de la
verdad de modo que haga fe, nos pidió y suplicó nom-
brásemos una persona de toda satisfacción para que haga
la averiguación de lo referido y otras cosas maravillosas para
que Nuestro Señor sea glorificado, y su Madre Santísima, y aquél lugar
venerado y reverenciado. Y por nos visto atendiendo
a lo susodicho y la relación de ello hemos tenido y a las muchas
y buenas partes, virtud y religión del padre predicador
fray Juan Baptista de Montoya, que al presente es prior en el dicho
convento de Tal, de quien tenemos entera satisfacción. Por la presente
le damos plena facultad y comisión para que averigüe y verifi-
que este caso arriba referido, a honra y gloria de Dios
Nuestro y de Su Majestad Santísima. Examinando y tomando las de-
claraciones a las personas que supieren de ello y lo hayan visto;
tomándoles para ello juramento, escribiendo lo que dijeren sin
quitar ni añadir sino examinados bien. Y enterados de ello
aquello que meramente dijeren ante intérpretes y naguatatos,

{[300] 349}
{[En el margen izquierdo] Nombramiento de intérprete a Bernardo de Landecho. Notario, A Pedro Pérez}
En el pueblo de Taal de la laguna de Bombon en
tres días del mes de octubre de mil y seiscientos diez y nueve
habiendo tenido noticia y relación el reverendísimo señor don fray
[En el margen izquierdo] notario ante mí Pedro Pérez. - Pedro de Arce, obispo de la ciudad de Cebú del Santísimo Nombre de
Jesús y gobernador de este arzobispado de Manila de que en una con-
cavidad que está en una peña en el sitio llamado Quisasay,
junto al pueblo de Binocsocan. De esta dicha jurisdicción de Bombon
se ha aparecido la Virgen gloriosa de[tachado] Nuestra Señora diversas
veces a mucha cantidad de indios e indias con mucha claridad
y resplandor y mucha música teniendo a su precioso hijo y
bien nuestro en sus brazos entrambos con sus coronas junto
al cual lugar de poco tiempo a esta parte se ha visto y
hallado. Nace un ojo de agua luce la cual mediante ya be-
biéndola ya lavándose con ella. Ha Nuestro Señor hecho y obrado
muchas maravillas haciendo merced de dar salud a diversos
enfermos de diversas enfermedades. Por cuanto el dicho
señor obispo me ha cometido a mí fray Juan Bautista de Montoya,
prior del convento de este dicho pueblo de Taal de la orden
de nuestro padre san Agustín que haga auténtica información
acerca de todo lo sobre dicho para que Nuestro Señor y su ben-
dita madre con más devoción sean servidos y alabados como
consta al principio y cabeza de este proceso habiéndome dado
licencia para admitir la dicha comisión nuestro padre provincial
fray Alonso Barona, mandándome juntamente que para la
dicha información me acompañe con los padres predicadores
el uno el padre fray Jerónimo de Medrano, prior del convento
de Tanaguan y el otro el padre fray Gabriel de Rojas, habi-
tante y morador en este dicho convento de Taal, para que
con más justificación se sepa la verdad del caso y man-
dándome juntamente el dicho reverendísimo y el dicho nuestro
padre provincial nombre para ello. Naguatato y notario seculares

{[302] 347}
no los podía abrir; y llevándola la hija de su ama con devoción,
con la fama que corría de que un ojo de agua que de nuevo habían
visto en el puesto de quisasay, más cerca de la lengua del agua
como catorce o quince pasos de otra agua que nacía y nace más a-
rriba, donde de ordinario iban por agua; que esta agua dicha nue-
vamente vista daba salud a algunos enfermos que usaban de ella para
ver si era Nuestro Señor servido, y la Virgen gloriosa su madre, de-
sanar a esta declarante de la enfermedad dicha que en los ojos
tenía. Dice esta dicha declarante que estando allí con hasta
nueve o diez personas que se habían bañado en la agua de más
arriba, habiendo advertido algunas veces tenía a su lado cierta par-
ticular sombra, sin haber sol ni luna que la pudiese causar
por cuanto aun era a prima noche, sintió que como persona que
por detrás la volvía del hombro para que volviese y mirase
atrás. Y volviendo no vio más que una manera de sombra,
y habiendo andado obra de veinte pasos volvió otra vez a
mirar hacia atrás donde estaba el agua nuevamente vista, y vio una
claridad y luz a manera de una candela grande encendida. Y
habiéndose ido a una sementera o choza que de allí estaba cerca,
donde estaban unas indias entre las cuales estaban doña Ana
Dimasacay y doña María Dalisay. {Al margen izquierdo. Doña Ana Dimasacay y doña María Dalisay son citadas, que enviaron a esta declarante}. Y refiriéndoles lo que ella había
visto y diciéndole que volviese a donde había visto aquella luz
para que se certificase, y respondiendo que no veía
porque estaba mala de los ojos, le dieron un muchacho con
una luz para que la acompañase hasta el lugar dicho, donde
habiendo llegado hizo al muchacho que con ella iba se hincase de
rodillas, e hincase en el suelo la candela que llevaba; y adelantán-
dose ella un poquito, se hincó de rodillas a una claridad gran-
de donde vio una figura de obra de dos palmos de alto, que le
pareció con certidumbre persona viva, juzgando ella en su en-
tendimiento era verdaderamente la Virgen gloriosa. La cual estaba
con una corona en la cabeza y una crucecita pequeña
en la frente. La cual imagen o persona, dice esta decla-
rante, que le habló agradeciéndole el haber tenídola en memoria,

{[304] 349}
muy maravillados se volvieron todos a sus casas dando
gracias a Dios de lo que habían visto. Y esto es lo que sabe
y pasa acerca del caso y de lo que se le pregunta y es la ver-
dad so cargo del juramento que tiene hecho. Fuera de lo
dicho, dijo más esta declarante debajo del dicho juramento
que estando ella y con hasta siete u ocho personas recogidos
en una casita de una sementera que está poco trecho de este
sitio y lugar donde está esta agua nuevamente vista, la
cual había ido toda esta gente a ver en razón de lo que habían
oído y la devoción que con Nuestra Señora tenían, y por ser ya de
noche se habían recogido allí para volver a la mañana
a visitar este dicho sitio y lugar siendo a tercera noche des-
pués de la claridad y resplandor que esta declarante
tiene referido se había visto; dice pues esta declarante
que estando allí todos juntos, desde las ventanas de esta
dicha casita de la sementera vieron sobre este dicho lugar
y sitio una gran claridad, de lo cual maravillados confiri-
endo entre sí qué pudiera ser, bajaron de la casa con in-
tento de ir a ver la dicha claridad. Y como considerasen
ser ya muy de noche y llovía algún tanto, no pasaron
adelante todos más de tan solamente esta declarante,
y junto con ella doña Madalena Ponsoin, y doña Marta Di-
matoloi; {Al margen izquierdo: doña Madalena Pongsoin, doña Marta Dimatoloy son citados que iban a ver esta claridad que fuese donde las dos primeras vieron claramente a la Virgen} las cuales tres, aunque llovía y hacía oscuro se
determinaron por más de noche que era de ir hacia donde veían
aquella claridad. Donde en el camino, dice esta declarante,
vio en esta claridad un medio cuerpo de la cintura arri-
ba que le pareció ser de persona viva y muy hermosa,
la cual juzgó ser la Virgen Nuestra Señora; que tenía al parecer
una corona en la cabeza, no distinguiendo qué vestido tenía
ni cómo. Y no obstante que esta declarante dice no haber vis-
to ella más que de la cintura arriba, dice ha oído decir muchas
veces a la dicha doña Madalena que vio en esta claridad,
a su parecer, todo el cuerpo entero de la Virgen Nuestra Señora;
y la otra tercera que asimismo iba con ella, la ha oído
decir que no vio más de tan solamente la claridad y

{[309] 394}
de este día en que las dichas sesenta personas vieron a la Virgen
gloriosa, que era jueves, el sábado pues adelante habiéndose venido
la mayor parte de la gente a sus casas para oír misa el domingo
siguiente en este pueblo de Tal, se quedaron como veinte
personas en este dicho sitio de Quisasay, donde se dice haber
aparecido la Virgen gloriosa muchas veces, con las cuales veinte
personas quedó esta declarante; y como fuese ya la hora or-
dinaria en que se suele cantar la salve los sábados, viendo
esta declarante se esparcían algunas personas de las dichas
alrededor de este dicho sitio en algunas sementeras que allí
hay, esta declarante les enseñó y persuadió a todos que
supuesto que era ya hora de la salve y estaban en lugar tan,
tan santo, donde la Virgen gloriosa se había aparecido, que no
obstante no hubiese allí religioso se juntasen allí todos y con
sus candelas encendidas rezase cada uno nueve veces la
salve, ofreciéndola a la Virgen gloriosa Nuestra Señora en
memoria de los nueve meses que trajo en su vientre a su pre-
cioso hijo y redentor nuestro Jesucristo. Para lo cual como
esta declarante apercibiese seis candelas que poner en
este dicho lugar a modo de altarcito, yendo ella propia
a encender una de estas candelas, dice y afirma esta de-
clarante que oyó claramente repicar campanas en este dicho
lugar y piedra, sin haber allí campana alguna de ningún modo ni
manera, ni ser posible oírse allí campanas de iglesia alguna.
Y esto mismo dice esta declarante oyó decir a muchos de los que
allí estaban que así lo oían acabado que fue de rezar esta salve,
como esta declarante se apartase un poco hacia un rancho que
tenía a comer un poquito de pescado que le habían dado, porque
había ocho días que lo deseaba, dejó un soldado por cen-
tinela diciéndole que ella lleva el corazón grandemente alboro-
tado, que le parecía había la Virgen gloriosa de volver a
aparecer en aquel mismo lugar de antes. Y así mandó a la centine-
la que al punto que viese cualquiera cosa de claridad ex-
traordinaria fuese corriendo a llamarla. No obstante que
iba ella con intento de volverse luego, al punto en co-
miendo sólo un bocado y cómo el soldado que estaba por

{Al margen izquierdo: Testigo. Doña Clara Datinguinco, natural de Balayan, vio con claridad a la Virgen con su precioso hijo entrambos con coronas y música y olor. Dimaroloc.}
En el pueblo de Balayán, en veinte días del mes de
octubre de mil seiscientos diecinueve años, el padre
prior juez de esta causa para la dicha información hizo pare-
cer ante sí a una india, que mediante el dicho intérprete
Bernardo de Landecho, dijo llamarse doña Clara Datingui-
noo, mujer de don Marcos Dimaroloc, gobernador de este dicho pueblo del cual
fue tomado y recibido juramento por Dios Nuestro Señor, sobre
la señal de la cruz, según forma de derecho so cargo del cual pro-
metió de decir verdad. Y siendo preguntada al tenor
de la comisión de Su Señoría del señor obispo del Santísimo Nombre
de Jesús, dijo que, un sábado, poco más de un mes, a la hora de la
oración, estando en oración en el dicho lugar de Quisasay, donde
se dice haber aparecido la Virgen gloriosa otras veces, vio en la
cuevecita que se ha dicho está junto a la raíz grande de
un árbol a la Virgen gloriosa, que tenía de altor más
de un palmo con toda la claridad, vestida a su parecer
de colorado con manto azul, y que tenía en sus bra-
zos a su precioso hijo, el cual tenía en la una mano una
como bolita redonda, teniendo la otra mano alza-
da como para bendecir a los que allí se llegaban. Y que
juntamente oía por el dentro, a su parecer, una música muy
suave a su oído, y afirma también haber percibido un olor
tan suave que no sabe a qué compararlo, ni cómo decir-
lo. Y dice también percibió con claridad tenían
coronas en las cabezas muy resplandecientes.
Dice estaban con ella dos indias de este propio
pueblo de Balayan, llamada la una doña María Ca-
litangan, y la otra Isabel Dimalongsan y otras perso-
nas también de cuyos nombres no se acuerda ni
de qué pueblos fuesen. Lo cual dice le parece duraría
un gran rato; y esto es lo que sabe para el juramento
que tiene hecho, en que se afirmó y ratificó. Y no firmó
y dijo ser de edad de treinta y cinco años.
{Al margen izquierdo: Testigo. Isabel Dimalongsar, de Balayan, vio a la Virgen después de haber ayunado y orado e ídose a confesar con este deseo.}
Luego incontinente, el dicho padre prior para la
dicha información hizo parecer ante sí a una india

{[312] 397} 15
citada por la dicha doña Clara Datinguinoo, que
mediante el dicho intérprete dijo llamarse Isabel Di-
malongsan, natural de este dicho pueblo de la cual se tomó
y recibió juramento en forma, y siendo asimismo preguntada
dijo que, aunque es verdad estaba en compañía
de la dicha doña Clara Datinguino, que es el testigo que
la cita pero que cuando la dicha doña Clara dice
que vio a la Virgen gloriosa, ella no la vio; más
de que tan solamente oyó una música muy suave
que le parece era dentro de la dicha cuevecita, y per-
cibió también un muy suave olor en razón de lo
cual por oír a la dicha doña Clara había visto a la
Virgen gloriosa, ella se entristeció grandemente y lloró vien-
do no era digna de recibir tal merced por sus muchos
pecados, doliéndose de los cuales propuso luego de ir-
se a confesar al pueblo de Tal como luego lo puso
por obra con muchas lágrimas, y como en el dicho pueblo
hallase que los religiosos del convento estaban en las
visitas se volvió con mucha tristeza y lágrimas al
dicho sitio de Quisasay, donde habiendo lunes y martes
con ayunos y oraciones, suplicando a la Virgen gloriosa
que alcanzándole de ellos perdón de Nuestro Señor,
se dignase de mostrársele. Y así dice que finalmente
el miércoles a prima noche, estando en oración vio
a la Virgen gloriosa. No todo el cuerpo sino como
de los pechos arriba, que le parece tenía en sus brazos
a su hijo precioso, aunque de él también no echaba
de ver más que del pecho arriba. Y dice percibió te-
ner en sus cabezas, madre e hijo, una corona relum-
brante el uno y el otro, y que duraría esta visión
un gran rato, con que desapareció quedando ella
dando gracias a dichos por semejante merced.

Y que esto es la verdad para el juramento que
tiene hecho en que se afirmó y ratificó. Y no firmó
por no saber, y dijo ser de edad de veinte años
poco más o menos.
Y luego asimismo el dicho padre prior hizo parecer
ante sí a una india citada también por la dicha doña
Clara Datinguino, que mediante el dicho intérprete di-
jo llamarse doña María Cavitangan de la cual se tomó
{al margen izquierdo: doña María Cavitangan, es citada y contesta con la citante y es también Balayan}
el mismo juramento en forma, so cargo del cual dijo
lo siguiente: que el sábado mismo que ha referido do-
ña Clara Datinguino vio ella también a la Virgen
gloriosa Nuestra Señora, de altor poco más de un palmo,
que le parece estaba vestida de blanco y colorado
y manto azul encima, y tenía en sus brazos a su pre-
cioso hijo, que tenían en sus cabezas madre e hijo como
resplandecientes coronas, teniendo el precioso hijo
en una mano una como bolita redonda; y que oyó
una suave música que le parece era dentro de la cue-
vecita ya dicha. Y añade más esta dicha declarante que
andando cavando tierra cerca de este dicho lugar para poner
bien la delantera de este dicho sitio, que estaba muy hú-
meda cuando la Virgen gloriosa apareció los pedazos
de raíces y árboles que junto a esta tierra estaban
resplandecían con claridad, tanto que parecían
lucernas. Y llevándolas a casa o rancho donde se
recogían estuvieron con este resplandor hasta la
mañana, y esto es lo que sabe para el juramento que tiene
hecho en que se afirmó y ratificó. Y no firmó; pareció
por su aspecto de veinticinco años poco más o me-
nos. Y la dicha doña Clara no firmó; firmólo el
dicho padre prior y dicho intérprete.
[Rúbricas:] Fray Juan Bautista de Montoya. Bernardo de Landecho.
Ante mí,
Pedro Pérez,
notario nombrado.

{[316] 361}
los priores que lo han sido en el dicho pueblo de Agunoy
por de una simplísima y gran cristiandad, sin género
de malicia ninguna; siendo pues preguntada debajo del dicho
juramento si ha visto alguna cosa notable o ha recibido
alguna particular merced de Nuestra Señora, o si sabe alguna
otra cosa conforme a la comisión del señor obispo don
fray Pedro de Arce, dijo que el día propio
que se desembarcó cuando vino de Agunoy habiendo estado
en una oración un gran rato en este lugar donde se dice
haberse aparecido la Virgen gloriosa, levantándose con gran
tristeza, lágrimas y devoción juzgándose por muy indigna
de ver a la Virgen gloriosa Nuestra Señora, no la habiendo visto
y volviéndose a hincar de rodillas con lágrimas, la vio
luego clara y distintamente, distinguiendo tenía en sus brazos
a su precioso hijo con coronas en las cabezas entrambos,
cercados madre e hijo de un grandísimo resplandor mayor
que el del sol. Y que le parece por muy cierto tenía la Vir-
gen gloriosa una estrella en el pecho, junto a la garganta
muy resplandeciente. Dice distinguió estaba vestida de colo-
rado con manto azul, y que le parece tenía de altor
como un palmo.
Dijo más esta testigo que otro día siguiente que era
martes, estando otra vez en oración después de mediodía
en este dicho lugar vio también a la Virgen gloriosa
Nuestra Señora, que le parece estaba como sentada en una
silla, pero vio con distinción tenía a su precioso hijo en sus
brazos, y a la mano derecha vio un bulto cuyo rostro y
cuello distinguió con claridad. Y que tenía canas en la
cabeza, y como un cayado o bordón arrimado al cuello, y pues-
tas las manos en alto que estaba adorando al Niño pre-
cioso. Dice que distinguió tener coronas madre e hijo, y que tenía
la Virgen gloriosa una toca en la cabeza debajo de la corona,

y el mismo vestido colorado que el día antes había visto
con muy gran claridad y resplandor. Dice
más esta declarante que el miércoles adelante, estando otra
vez en oración, siendo como a las siete o a las ocho de la
mañana, vio otra vez a la misma Virgen gloriosa al mismo
modo que el martes la había visto, con gran claridad y res-
plandor, excepto solo que no vio allí el rostro de aquel
viejo que había visto el día antes, que juzgó ser el glo-
rioso San José. Pero que vio a los dos lados de la
Virgen gloriosa dos ángeles de rodillas, vestidos de blan-
co con cabelleras que le parecía tenían de cabellos do-
rados, al modo que se suelen vestir cuando se representan
algunos ángeles. Y que también se echaba de ver
les estaban revoloteando las alas. Dice más esta
dicha declarante que luego adelante, que no se acuerda si era
a tercero o cuarto día, estando a medianoche en oración, es-
tando allí juntamente en oración un portugués llamado Joan
Caravallo con su mujer, los cuales habían venido también de
Cavite a esta misma devoción, vio juntamente con ellos un
blanco pequeño del cual maravillados grandemente, estando
perseverando en oración, vieron se fue alargando hasta
hacerse como un cuerpecito de persona, de altor como de
un palmo, muy resplandeciente, de lo cual como se alegrasen
grandemente los que allí estaban, perseverando en la
dicha oración, con lágrimas el dicho Joan de Caravallo pidi-
endo a Nuestra Señora se dignase de mostrársele, dice esta
declarante se mostró luego, y vio juntamente con el dicho
Joan de Caravallo a la Virgen gloriosa; que teniendo
a su hijo precioso en los brazos, extendiendo las manos,
bajaba ella propia el rostro como diciendo: -“Heísme []Heme] aquí
a mí y a mi hijo”-, teniendo entrambos coronas en sus cabe-
zas, y la Virgen vestida como de antes, y el manto
azul como que se le caía de un lado por mostrar el niño.
{Y añade}

En el dicho sitio y puesto de Quisasay, en dicho día, mes
y año dichos, los dichos padres jueces en esta dicha causa hicieron
parecer ante sí a una india que mediante el dicho intérprete
dijo llamarse doña María Sadyona, natural del pueblo
de Agunoy, persona que de ordinario todos los religiosos
que en el dicho pueblo han estado la han tenido siempre por mujer
de buen entendimiento y buena cristiana. Y habiéndosele
recibido juramento por Dios Nuestro Señor sobre la señal de la cruz,
prometió de decir verdad; y siendo preguntada al tenor de la
comisión de Su Señoría del señor obispo, dijo que un
día estando en oración, con devoción a la Virgen glo-
riosa, porque a eso vino desde el dicho su pueblo de Agunoy a
éste de Quisasay vio en esta cuevecita dicha a la Virgen
gloriosa con su precioso hijo en los brazos, teniendo corona
en la cabeza, aunque no distinguió la tuviese el ni-
ño que sería de altor de un palmo, y tenía a su
lado un religioso vestido de negro con tres estrellas:
la una en particular muy grande en el pecho;
todo con mucha claridad y resplandor y grandísima
fragancia de olor. Dice más que otra vez distinta
de ésta vio también estando en oración y siendo ya el
término de la noche a la misma Virgen gloriosa, que te-
nía a su hijo glorioso como en pie, conforme a ella le
parece que le vio en las manos de la Virgen, y que
madre e hijo estaban con coronas; y que vio juntamente
un ángel que estaba inclinado puestas las manos como
reverenciando y adorando al glorioso niño y a su madre.
Dice más que otras tres veces distintas después de estas
dos vio a la Virgen gloriosa, no con tanta dis-
tinción pero con mucha claridad, a modo de ima-
gen que se trasluce debajo de algún velo, y que
estas veces vio a su parecer un santo que no sabe
quién pudiese ser porque no se podía del todo
{
ber con}

{[318] 22}
ver con distinción. Fuera de esto dice esta declarante
haber oído a modo de campana pequeña y música de gui-
tarra. Dice más haber visto a la Virgen
gloriosa a modo de imagen que está debajo de algún v
elo, y que estaba sentada en una silla y tenía en su
regazo en pie a su precioso hijo. Otra vez dice
que la vio en pie, que tenía puestas las manos
como que estaba adorando a su precioso hijo, que le parece
le tenía al lado. Y que esta es la verdad para el
juramento que hecho tiene, en que se afirmó y ratificó.
Y dijo ser de edad de cuarenta y seis años poco
más o menos. Y lo firmó junto con los dichos padres,
jueces e intérprete dicho.
[Rúbricas:] Fray Juan Bautista de Montoya. Fray Gabriel de Rojas.
[Firma en tagalog baybayin] [María Sadyona?]
Alonso de Guadiana.
Ante mí,
Pedro Pérez,
notario nombrado.
{[Al margen izquierdo: Testigo].}
En el dicho sitio de Quisasay, en dicho día, mes y año
dichos pareció ante los dichos padres una india
que, mediante el dicho intérprete dijo lla-
marse Ana Galiyn, natural del pueblo de Agunoy,
y habiéndosele recibido juramento, dijo
que un día estando en oración, siendo hora de
vísperas, vio con toda claridad y certeza a la Virgen
gloriosa que tenía a su precioso hijo en los
brazos, madre e hijo con corona. Y que en particular
distinguió con mucha certidumbre tenía en su pe-
cho una muy luciente estrella, y todo con

mucha claridad y distinción. Y esto es la verdad
para el juramento hecho, y dijo ser de edad de veinti-
cinco a treinta años. Y no firmó por no saber.
Firmáronlo los dichos padres y jueces y dicho intér-
prete.
[Rúbricas:] Fray Juan Bautista de Montoya. Fray Gabriel de Rojas. Alonso de Guadiana. Ante mí,
Pedro Pérez,
notario nombrado.
{Al margen izquierdo: Testigo.}
En el dicho día, mes y año dichos, ante los dichos
padres, jueces en esta causa pareció una india que me-
diante el dicho intérprete dijo llamarse María Sa-
nua, natural del pueblo de Agunoy, y habiéndosele recibido
juramento según forma de derecho, dijo que
en algunas veces distintas, como tres o cuatro veces, vio
claridad grande y estrellas en este dicho lugar. Cuenta
otras cosas particulares de que mucho se movió a devo-
ción, empero la más notable es haber un día visto
a la Virgen gloriosa, que aunque se echaba de ver
tener al niño precioso en los brazos, ella no se veía
más que de lado. Pero dice esta declarante
que como con mucha devoción llorasen allí mucho su-
plicando a la Virgen gloriosa se les mostrase con cla-
ridad, ella se volvió derecha de rostro, de modo
que con mucha distinción la vieron a ella y a su niño
bendito. Dice que fue tanto el alboroto que su corazón
recibió que no pudo distinguir si tuviese corona o no,
ni qué vestidos tenía, más que sólo los grandísimos res-
plandores la deslumbraron. Y esto es lo que sabe
para el

resplandor y claridad; y como se llegase más cerca,
por cuanto estaba algo apartada dice que con otras per-
sonas vio con mucha distinción tenía la Virgen gloriosa
en su brazo izquierdo a su precioso hijo; y dice que distinguió
que madre e hijo tenían coronas muy resplandecientes.
Dice le parece estaba la Virgen gloriosa vestida de una
tela entre verde y colorado, de esta suerte dice que estuvo
un rato, pero que después toda la noche y el miércoles siguiente,
aunque se veía era como debajo de velo, a modo de nieblecita.
Otro día dice que estando en oración en este propio
lugar después de misa, vio a la Virgen gloriosa de la
manera que arriba tiene dicho, pero no con tanta distin-
ción. Y que estaba como sentada en una silla, y tenía
a su lado al glorioso San Nicolás de Tolentino, que puestas
las manos la estaba reverenciando, y que le pareció ser
San Nicolás porque estaba con su hábito negro y estrellas
en él. Y dice que esta vez levantó con su brazo al propio niño
a modo de que le enseñaba a las gentes. Otra vez dice
que estando allí el portugués llamado Joan Caravallo,
que desde Cavite vino con toda su casa a esta devoción,
juntamente con él vio con toda claridad a la Virgen
gloriosa con su precioso hijo en los brazos, pero que de repente
desapareció, y quedó allí como una nieblecita. Y esto es
lo que sabe debajo del juramento que tiene hecho, y pa-
rece de edad de cincuenta años, poco más o menos; y lo
firmó.
[Rúbricas:] Fray Juan Bautista de Montoya. [Firma en tagalog baybayin] [María Semgcali?] Alonso de Guadiana, intérprete nombrado.
Ante mí
fray Gabriel de Rojas,
notario nombrado.
Todo lo arriba dicho dijo mediante
el sargento Alonso de Guadiana, intérprete.

{269 [320]}
En el dicho mes, día y año, en el pueblo de Quisasay, pa-
reciendo presente doña María Movya, natural de-
el pueblo de Agonoy, que vino a tener novenas de estos
lugares de Quisasay por la mucha voz que corre de
haberse aparecido la Virgen gloriosa, dijo mediante el
sargento Alonso de Guadiana, intérprete nombrado para
la prosecución de esta causa por ausencia de Bernardo Lan-
decho, que fue el primer intérprete nombrado. Y habiéndo-
sele recibido juramento en forma que el tercer día que
aquí llegó a hora de vísperas, después de haber lavádose por
devoción con el que aquí nace nuevamente vista,
estando en oración vio a la Virgen gloriosa que apareció
en la cuevecita ya muchas veces dicha, que tenía en sus brazos
a su precioso hijo estando entrambos con coronas, vestida
la Virgen, a su parecer, de tres colores que eran verde, colo-
rado y azul. Y que vio con toda distinción que la Virgen
estando con su precioso hijo en brazos se apareció primero
de lado y luego se volvió a la gente, y casi como se inclinó
alargando el niño en las manos, como que decía: “Véisme [aquí ]
a hijo y madre.” Dice más que en lo bajo vio figuras peque-
ñas que aunque no distinguió bien qué fuese, dice que juzgó
realmente ser personas que se meneaban, que se pudieron juzgar
por ángeles. Dice también que cuando vio esto con
grandísima claridad, vio tres estrellas como encima de la
cabeza de la Virgen. Dice también haber visto otras
cosas maravillosas que le alborotaban totalmente el corazón,
pero no con tanta distinción como las que ha dicho. Y que esto
es lo que sabe para el juramento que tiene hecho, y pareció
de edad de cuarenta y cuatro años poco más o menos,
y lo firmó.
[Rúbricas:] Fray Juan Bautista de Montoya. [Firma en tagalog baybayin] [María Movya?. ]Alonso de Guadiana, intérprete nombrado.
Ante mí,
fray Gabriel de Rojas,
notario nombrado.

En el dicho mes, día y año en el pueblo de Quisasay, pareciendo
presente don Agustín Lontog, gobernador del pueblo de Agonoy,
que con la voz y fama que ha habido de la aparición de la
Virgen gloriosa vino a ésta de Borion. Mediante el sargento Alonso
Guadiana, intérprete, habiéndosele tomado juramento en
forma dijo que, un miércoles después de haber llegado
a este santo lugar con mucha devoción y deseo de ver a la Virgen
gloriosa, siendo ya de noche, oscuro, vio una estrella en este
santo lugar de que mucho se maravilló, y llamando a otro princi-
pal para que mirase y certificase de la dicha estrella,
por ver si acaso él se engañaba en la vista habiéndose certi-
ficado entrambos de que era estrella; y llegando en parti-
cular con una candela a mirarla, no sólo se oscureció, antes
resplandeció la estrella mucho más; con lo cual quedó con tanta
devoción que aunque le llamaron a cenar otros principales
puso disimulada excusa, todo por quedarse con esta devoción
en este santo lugar, como se quedó por toda la noche. Y otro día
siguiente en el cual antes de comer estando con muy gran de-
voción vio a la Virgen gloriosa con toda distinción, que
por dos y tres veces volviéndose a un lado y a otro, levantaba
con las manos a su precioso hijo. De suerte que igualaba la cabeza
del niño con la de la madre, teniendo entrambos coronas en las
cabezas; y este levantar el niño volviendo la mitad del
cuerpo a un lado y otro se podía entender era casi como decir:
“Veis aquí a mi precioso hijo”- El altor dice sería como poco más
de un palmo. Los vestidos de la Virgen dice que unas veces
le parecían verde y otras azul, y de diferentes colores, que no
se afirma qué color sea. Dice que duraría esta visión
como cerca de media hora, y que al oscurecerse fue poco a poco,
como cuando se corre un velo. Otras cosas dice muy maravi-
llosas pero ésta es la que vio con mayor distinción. Y esto es
lo que vio para el juramento que tiene hecho. Pareció de edad de
veinticinco poco más o menos. Y lo firmó.
[Rúbricas:] Fray Juan Bautista de Montoya. Agustín Lontog. Alonso de Guadiana. Ante mí, fray Gabriel de Rojas,
notario nombrado.

día, un sábado a la hora que se suele tocar a las ánimas, estando
en oración en este dicho lugar donde la primera vez se dice haber-
se aparecido la Virgen Nuestra Señora, en este mismo lugar encima de
esta misma piedra, en una concavidad que allí está a modo de cueva con
cavidad junto a una raíz de un árbol grande, vio a su pa-
recer distinta y claramente con muy gran claridad a la Vir-
gen gloriosa Nuestra Señora con su hijo precioso en los brazos, de ma-
nera que se podía distinguir la llaguita que en el costado tenía
a modo de sajadura, que brotaba ya gotas de sangre. Y dice que
esta gloriosa imagen le parece tendría de alto poco más de
un palmo; y que así la Virgen como su precioso hijo tenían coronas,
el uno y el otro, puestas en las cabezas. Y dice más que
juntamente con esto le parece oía una música muy suave,
oliendo también juntamente un muy suave olor. Todo lo cual
le parece duraría tanto como se suele tardar una misa cantada.
{[Al margen izquierdo]. Testigo: El mismo testigo sobredicho afirma haber con esta agua sanado de una enfermedad del pecho, siendo muy antigua}
Demás de lo dicho afirma esta declarante debajo del
juramento dicho que, habiendo más de nueve años que te-
nía cierta enfermedad en el pecho, a modo de un gran hipo
que la fatigaba, de modo que no la dejaba resollar. Dice
pues que usando por algún tiempo el bañarse con esta agua maravi-
llosa y beberla, vino totalmente a quitársele esta enfer-
medad. Y que esta es la verdad para el juramento que tiene hecho,
en que se afirmó y ratificó, y dijo ser de edad de treinta y
seis años. Y lo firmó de su nombre a su usanza, junto con los dichos
padres, priores, jueces e intérprete.
[Rúbricas:] Fray Juan Bautista de Montoya. Fray Gerónimo de Medrano. Fray Gabriel de Rojas.
[Firma en tagalog baybayin] [Catalina Sadyantanan?]. Bernardo de Landecho.
Ante mí,
Pedro Pérez,
notario nombrado.

{[328] 373} 32
medianoche, y que llovía grandemente, y que ella
aún estaba mojada por no haber casa donde abri-
garse, y que pidió a la Virgen sacratísima que ya
que no se le apareciese a ella, le hiciese algún fa-
vor, aunque fuese alguna claridad; y que de repente,
junto a la raíz del árbol donde dicen se aparece
la Virgen vio salir una mano como de persona
grande, con su brazo aunque desnudo y era blanco,
y tenía una hacha en la mano que ardía mu-
cho, que aunque era muy grande el agua no la
apagaba, y que duraría cosa de tres horas. Y que esto
lo vieron otras dos indias del pueblo de Ilog, la una lla-
mada Imagelo y la otra Ymasolog. Aunque ellas
dijeron habían visto la candela con la gran cla-
ridad, aunque no el brazo ni la mano. Y que yéndo-
se de allí después de haberse desaparecido la luz, yéndo-
se por el camino junto al agua volvieron a ver la misma
candela, y se hincaron de rodillas hasta que se volvió a
desaparecer, que sería cosa de una hora; yendo con ella
las mismas indias referidas dice que llovía mucho
también esta segunda vez, y que nunca se apagaba
la claridad con el agua. Dice más, que un jueves cua-
tro semanas adelante volvió al mismo sitio donde esta-
ba mucha gente haciendo la iglesia, y que este mismo día le
habían visto todos los que hacían la iglesia. Después
llegó ella con otras dos indias que no sabe los nombres
más de la una que se llama Juana de Bava; vio esta
testigo a la sacratísima Virgen y a su hijo con coronas,
y de la misma manera que los demás; y que estaba
tan espantada que apenas había de sí. Dice más, que
habiendo estado en las misas del aguinaldo vino a este
sitio, y estando ella y otras ocho o nueve personas, las cua-
les estaban inclinadas besando la tierra donde se
aparecía la Virgen, ella la vio encima de la peña
y les dijo: “¿Qué hacéis ahí que no miráis arriba que veis a
la Virgen que está aquí?” Y que las que estaban allí
miraron arriba y la vieron con ella las dos de las
demás que se llamaban Sanpicol la una, y la

dado a entender lo para que es llamada, dijo que, habrá
cuatro domingos que estando ella y una india de Bauan,
que no sabe el nombre, vio junto a la fuente donde está
el agua medicinal a la sacratísima Virgen Nuestra
Señora con muchísima claridad, que no se puede de-
cir más que el sol, mucho, y salió mucha fragancia
de olor; y que el niño estaba en la mano izquierda
y una corona muy resplandeciente como de espi-
nas. Y ésta es la verdad so cargo del juramento
que hecho tiene, en que se afirmó y ratificó, y
dijo ser de edad de cuarenta años, poco más
o menos. Y lo firmó a su usanza, y con ella
los jueces de esta causa y el intérprete.
[Rúbricas:] Fray Alonso Barona, provincial. Fray Juan Bautista de Montoya. Fray Fernando de Cabrera.
[Signos en baybayin.] [Doña Lucía Lacandola]
Ante mí, fray Francisco de
Castromonte,
notario.
{[En el margen izquierdo] Testigo}
Este mismo día, mes y año arriba dicho, en el mismo sitio y lu-
gar nuestro padre provincial y el padre fray Juan Bautista de Montoya man-
daron parecer ante sí a Luis Lumidic, natural del pueblo de Umogsocan, del
cual se tomó y recibió juramento en forma de derecho, y él lo hizo por Dios Nuestro Señor
y la señal de la cruz, y prometió de decir verdad
de lo que supiere y fuere preguntado. Y habiéndole
dado a entender lo para que es llamado, mediante
el padre fray Fernando de Cabrera, intérprete de esta ca-
usa, dijo que, uando estaban edificando la
iglesia de este sitio cuando dice don Pablo Ca-
raig vio a la sacratísima Virgen grande nú-
mero de gente que la hacía, fue uno de ellos este
testigo. Y que la vio de la misma suerte que los
demás; y que otra vez la vio este testigo en el mismo
sitio, y que había alguna gente pero que no se a-
cuerda quiénes eran. Y que otra vez la vio
Año de 1640—Información sobre el milagro que Nuestra Señora de Caysasay usó con Juan Ynbin, sangley cristiano.

sangleyes muertos hasta donde este testigo halló al dicho Juan Ynbin,
que fue en las bóvedas del agua que llaman "Santa" de este pueblo
de Casaysay por tierra, a su parecer, una hora de camino como
persona que lo ha andado algunas veces; y por el agua poco menos.
Y un sábado en la noche, yendo este testigo a bañarse, que fue el día
primero que había llegado a este dicho pueblo a tener, digo, a oír misa
a la iglesia de Nuestra Señora de Casaysay de este dicho pueblo, por part-
icular devoción y voto que este testigo y su mujer habían hecho en
nacimiento de gracias de la salud que habían alcanzado por inter-
cesión de esta Santísima Señora, y que estando recogidos él y su mujer
durmiendo en una casa de este dicho pueblo, a este testigo le dio tan gran
fuego y ardor en todo su cuerpo a más de medianoche, que no
pudiendo sosegar, llamó a un esclavo y le preguntó si había en
aquella casa alguna timba de caña con que sacar agua de la fuente
porque se estaba abrasando, y quería irse a bañar. A lo cual respon-
dió la dueña de la casa, que allí había una banga de agua con que
se podía refrescar; a lo cual replicó este testigo que no quería sino irse
a bañar junto a la misma fuente, por parecerle era muy poca
el agua que cabe en una banga para templar el calor que él te-
nía, y por devoción particular que ha más de dieciocho años que
este testigo tiene con el agua de esta fuente. Y así, bajó de la dicha casa
donde estaba acompañándole dos esclavos, que el uno llevaba
una banga y el otro una timba de caña para sacar el agua de
la dicha fuente. Y llegando uno de los dos esclavos que iba por
delante llamado Antonio Malabar a sacar el agua de dicha fuente,
se alborotó porque halló en una de las bóvedas de dicha fuente un
hombre sentado. Y llegándose a reconocerlo lo asió de la mano y le pre-
guntó diciendo: -¿quién eres?- en lengua castellana. A lo cual no le
respondió ni habló palabra, con que el dicho Antonio Malabar le re-
prendió este testigo, y le dijo no diese voces ni alborotase el pueblo
a aquellas horas. Y llegándose este testigo más se vea, conoció que era sangley;
y le preguntó que quién era y qué hacía. El cual no le respondió
Epítome de las injuriosas palabras que el Reverendo Padre Comisario Fray Francisco Solier predicó en el sermón de los mártires del Japón. 5 de febrero de 1698. Dejando lo antecedente que fue menos criminal aunque sobradamente sangriento contra los frailes

de religiosos ellos la fundaron. Y así viendo el demonio
que con otras trazas no ha podido derribar los fundamentos
de ella [de] las religiones [que] hay pone ahora todos sus tiros y batería.
Porque derribado el fundamento caerá todo el edificio. Y esto lo hace
con solo ese papel del nuevo José. Porque claro está que sí: ese
papel en que tanto se deshonran los ministros del evangelio
se divulga, como por acá pasando a España y otros reinos, como
pretende el total enemigo de esta iglesia que con eso alcanza
lo que desea que no vengan ya más ministros a ella, no vengan
ya religiosos, que lo aten de pies y manos. Porque si este
papel llega por allá con todo su infamia ¿quien ha de querer
venir por acá? Si allá se hallan los religiosos contentos con paz descansados
y con honra en servicio de Dios ¿como han de venir con
tanto riesgo de su espíritu, honra y salvación? Eso pretende
el demonio con que ese papel corra y pase. Que más ya
dice que no se barran las iglesias y se dejen criar zacatales
en ellas para establo de bestias. Ya dice que “no se lave la
ropa de los altares y sacristía para el santo sacrificio padres
míos que dejemos las iglesias y nos vamos, que ya no se vengamos
más, que se acabe ya la cristiandad de por acá, que ya
no puede sufrir más duración de ella.” El demonio por medio
de ministros de justicia y cristianos, ¿desde cuando comenzó
el demonio está empresa? Desde Corcuera acá abatiendo los de religiosos
y ministros por medio del gobierno malaconsejado, lo quiere
llevar al cabo. No por eso se entienda que yo repruebo a su principal
que no hablo sino con ese papel.
¡Válgame Dios! Que los religiosos tenemos tiranizados y
en cautiverio a los indios, ¿es porque los amparamos y [anidamos]
en alma y cuerpo? ¿Es porque los defendemos de agravios e injusticias
de ministros de justicia que como lobos se los van a comer?
¿Que es de los tesoros que les quitamos? ¿No se vuelven libres a sus
casas? Alla en nuestra España ¿como crían los hijos aun de señores?
¿No es metiéndolos en colegios apartados de sus padres? Si esto hiciéramos
acá ya arguya prisión y cautiverio.
Queréis señores que diga en que está el cautiverio de los
naturales no está ni en los ministros religiosos ni en los
alcaldes mayores que esos son [charquelos] y andar por las
ramas. Aunque haya algo en ellos de lo que dice, todo eso es
nada. Y no es por lo que los indios claman libertad sino las
dos cosas y causas que tienen destruida a toda España y
Nueva España que son como [soy] testigo, y todos [lo] son el papel
sellado y estas medias anatas. Más vaya eso que es mal
común de toda la monarquía. Fuera de eso hay otras
dos tan grandes que cargan sobre estos pobres que son: tantas
sacas bandalas de tantos años sin darles un real de paga,
tantos títulos de oficios por fuerza que a unos les cuesta 20, a otros
12, y al que menos 4 pesos. Este es el cautiverio que tanto
sienten estos pobres causa de [su tibieza] en la fe que si no
fuera por los religiosos desesperan, y se fueran a los
Carta apologética, probablemente de Francisco Combés sobre la controversia sobre el sermón de Francisco Solier en el que acusa a los frailes de maltratar de los indígenas

ha obrado contra el parecer de alguno de los señores
oidores, igualándolos en la estimación que como sabios
merecen. Lo 2.o fuera agravio y temeridad que de
tan supremos jueces se pensará tal flaqueza cuando
la independencia los hace tan absolutos que ni con
sus sentencias agravian, ni por él las pueden temer
algún infortunio. ¿Recurrió a hombres doctos
y todos juzgaron por único remedio la detracción pública? Halló
ser tan pernicioso el hecho que no se pudiera disimular. Pues
si nada de esto hizo sobre que son esas voces y excandecencias
por sólo su parecer, pues parecer por parecer en materia de
justicia, yo me atengo al letrado y materia de su obligación
a cada uno en su oficio. Pues qué soberbia es presumir
tanto del suyo que con tanta confianza se arroje a darlo por
infalible. Yo creo que en estos casos más obra la ignorancia
que no la sabiduría. Que todo sabio es desconfiado
y todo ignorante atrevido.
Si no es que quiera que sea revelación o profecía
que por este camino ya le permiten sin ofensa los doctores por la
jurisdicción extraordinaria que en los profetas [residía] comunicada
de Dios por este camino bien puede hablar y a esto aludiría
aquello que pasó en la celda. Y si alude a esto aquello que pasó
en la celda y aquella artificiosa énfasis con que quiso ganar
el aplauso del vulgo cuando dijo «así supieran» y yo dijera
lo que me pasó ayer en aquella celda, si es profecía o
revelación, dic nobis palam, pero como de esos profetas amanecen
alumbrados. Así alborotó a Florencia [Frate]
Jerónimo de Savanerola cuando entró en Italia Carlos 8.º y fue causa
de los escándalos de Italia con tal crédito de revelaciones,
que hubo quien por él se ofreció a entrar en una
hoguera. Pero él salió más alumbrado de lo que quisiera,
pues quedó abrasado en una que encendió la indignación
del Pontífice para que feneciera el engaño que sustentaba
en el vulgo. Y cierto con razón, porque las temeridades
del púlpito son las más poderosas para despeñar
al vulgo. Porque como se aliñan con adornos de piedad
y les dan color de religión, arrebatan la sencillez del
vulgo, que como piadoso y cristiano no piensa que de aquél
lugar puede proceder engaño. Y cree sus razones con
el mismo fervor que los misterios de la fe. Aun los
gentiles conocieron este peligro, pues dijo Livio, libro 39:
Nihil in specie fallacius que prava religio est ubi
divina numen pretenditur seceleribus. «No hay engaño
más poderoso que el que trae semblante de religión
cuando con maldades se pretende persuadir su culto.»
Porque entonces hace mérito del delito y falta
la vergüenza a la maldad y aun se hace

honroso el maleficio. Mejor lo dijo, sacado de cartas
experiencias, el reverendo Padre Juan de Mariana en el libro 19 de su
historia capítulo 3: «Ninguna cosa (dice) tiene más fuerza para alborotar
el vulgo que la máscara de la religión. Reseña a que los más
acuden como fuera de sí, sin reparar en los inconvenientes.»
Quien quisiere ver hartos ejemplares, lea [acontzen]
en su política libro 9, capítulo 9, [ss] 7. Que a mí me basta lo que sucedió
en Portugal en tiempo del rey Don Manuel, cuyo historiador
es Damián Goez, que por un celo indiscreto de un predicador
se ha fervorizó tan bárbaramente el vulgo que mató pasados
de cuatro mil cristianos nuevos. Y lo que en nuestros
tiempos pasó en Cataluña, qué acciones mal averiguadas
contra la religión y piedad se predicaban por ciertas,
con que irritaban el celo piadoso de los catalanes, que cualquier prudente
excusará su furiosa resolución. Decía se que habían los españoles
quemado las iglesias con el santísimo sacramento, pintaban se las
formas en las banderas, clamaba el reverendo padre predicador a hijos
que han quemado a nuestro padre piedad, si no alborotarse el vulgo matar
a los soldados y ministros del rey sin que ni la nobleza, ni
la prudencia los pudiera ir a la mano, mereciendo ellos en la
crueldad cuanto desmerecieron los predicadores en su inconsideración.
Pues unas acciones empeñaron a otras hasta la última
resolución contra la fidelidad. Y así, fue el mal en los predicadores
peste, y en los oyentes contagio. En los primeros estuvo
toda la culpa, y los otros padecieron la miseria, como lo sintió
de semejantes casos altamente Livio 28: Causa atque origo
omnis furoris penes auctores est, reliqui contagione insaniunt.
«Quien trae la peste, ese es el culpado, no el que sin
sentir enferma de ella.» Es el púlpito trono del evangelio.
Y lo que se oye, se oye con esa fe. Y como el vulgo no
puede discernir la verdad ni examinar la doctrina,
todo lo recibe con el mismo respeto, haciéndose [dependiente] de la
presunción sagrada. Por lo cual los predicadores habían de
proceder más remirados y nunca hablar sino lo que es puro
evangelio, ni discurrir más que por sus legítimas consecuencias,
premio y castigo, mal o bien, obrar sin condenar determinadamente
el hecho de un singular. Porque para que se
contenga en el evangelio y doctrina de la iglesia, ha de
constar de su calidad. Y no la ha de definir un particular
que no es juez. Y lo puede engañar o su mal entender, o su
pasión particular.
Si el vulgo de Manila fuera tan vulgo como el de otras
ciudades, no me espantará que de la iglesia prorrumpieran
en ira tan arrojada que se desahogará con el daño del
señor oidor, abrasará su casa y borrará del mundo su memoria.
Porque qué corazón piadoso no se había de mover contra
un proclamado enemigo de la religión, destruidor de las islas,
ultrajador de sus templos, que los condenó a ser acogida de fieras,
que los quiso privar del culto y ministerio sacerdotal, de peste
tan prejudicial. Cualquier instante es peligrosa la tolerancia

con eso se hizo afuera de la queja. Y dio bien a entender
que no sentía en sí causas que la motivaran [que]
no fuera mejor [que] salir todas elogiando y aplaudiendo
tan justo sentimiento contra los abusos que se temen introducidos;
y declararse en un mismo sentir de la calidad
de los males, pues esfuerza que si saben los mandamientos
sin más teología los detesten; y dar a entender que no
los permiten, que antes los persiguen y castigan. Y que
si suceden, no es por uso tolerado sino por ignorancia de
algún particular. Y que sólo se eximen del castigo los
que no llegan a la noticia. Y holgarse de que conste a todos
lo que es lícito para que no pasen de ello por ignorancia.
Y que se tengan in promptu las leyes para que más perfectamente
se guarden [el] padre que anduvo poco político
y menos celoso del decoro de su religión.
Que pretendiera a lo 2.º no se puede llegar
a pensar si no es haciendo la salva a sus estudios.
Pues todo está expresamente condenado en las
cédulas de su majestad, que el señor Don Salvador Gómez
de Espinosa propone pidiendo su observancia. Y
la materia [está] prohibida de la razón que
están de sobra las leyes para el que usare de ella. No
quiero hacer inducción de cada una para que no salgan
apagando candelas contra mí por infamador del
estado eclesiástico. Porque en opinión del reverendo padre
predicador, lo mismo es decir lo que es lícito a un estado y
señalar los tropiezos de él, y lo en que se suele faltar por el
desorden de alguno que informar aquel estado. Pues si
ni su religión aprueba el hecho con su doctrina, ni
con su ejemplo, ¿sobre qué son las voces si no decir
que es justo lo que se propone y digno del cuidado de
todos los eclesiásticos? Y que por tal lo cela su orden y
vela en la ejecución y no hacerse delincuentes
de lo que no han hecho.
Hasta aquí mis sentimientos. Ya es tiempo de acudir
a las satisfacciones, recurriendo las calumnias que
impuso el reverendo padre predicador, examinando la verdad
de ellas y la razón, si la hubo. Llama «papel infamatorio»
el del señor Don Salvador Gómez de Espinosa. Yo
le quisiera preguntar si sabe qué cosa sea libelo infamatorio.
Porque por lo que dice, me hace pensar que no lo
sabe. Sepa, pues, que ni rastro de libelo contiene el papel, porque
lo 1.º, el papel va firmado. Y nunca el derecho civil
presume del que firma un papel que lo hizo con ánimo
de infamar, sino usando del derecho que todos tienen
a favor de la república de pedir enmienda de algunos
delitos. Y así solamente se presume ser libelo
infamatorio cuando se publica sin autor. Y estos, si se hallan,
pueden ser castigados a instancias de la parte ofendida

ha de ser la pretensión de su ejecución, y aun menos se
requiere para este. Porque para pedir su cumplimiento, basta sospecha
mayor conveniencia, y para la ley constante razón para
hacerla. Y como no infama la ley y provisión real contra eclesiásticos,
menos podrá la acción de pedirlo, que no tiene fuerza hasta
que el decreto aprueba la razón. Y no siendo justo, se deniega.
Y si es dudoso, se pide (aunque sea el señor fiscal de su
majestad el que lo hace) que lo verifique. Y así, el pedirlo, como
no supone aun la averiguación del hecho, no puede infamar.
Tanto como el decreto, que en virtud de la verdad se
hace que esto les competa a los ministros. Bien se ve por las
cédulas de su majestad en que semejantes desordenes, y expresamente
algunos de los que propone el papel [que] encarga a los
señores de la real audiencia los obvien. Y eso no se puede
hacer si no hay quien los proponga [que] se recorran las cédulas
que cita el señor Don Salvador Gómez de Espinosa, cartas
y órdenes de su voluntad, remitiendo a los gobernadores
y audiencia su ejecución. [Vide] número 35, 36, 48, 53, 54, 58. Véase
en el número 57 la doctrina de Solórzano y Bovadilla, que les
toca a los ministros de su majestad (los que, como sus consejeros,
inmediatamente lo representan) prohibir los inconvenientes
conteniendo a los eclesiásticos en lo que no pareciere
convenir al buen gobierno de los vasallos de su majestad. Véase
número 6, donde reprende su majestad la omisión que en esta
parte tienen sus ministros, y manda [que] se publiquen de
nuevo las cédulas para que mediante su noticia velen
a la observancia. Véanse número 1.º la cédula de 11 de diciembre
de 1613, en que la majestad de Felipe 3.º, tan católico
y [santo] rey, dice que constan estos excesos por informaciones
que se han hecho. Y habiéndose hecho algunas
en diferentes partes, se halla hacerse las dichas derramas
con mucha libertad y exorbitancia, dice la
cédula. Y declara después que es lícito hacer dichas informaciones,
no para conocer de la causa, sino para informar
con verdad a su majestad para que provea el remedio. Si es lícito
para el remedio averiguar el mal también, será lícito
el proponerlo. Pues el fin de la enmienda no se
puede conseguir sin esos medios, y más con los términos
que usa el señor Don Salvador Gómez de Espinosa, que
no llegan los más rigurosos a los más templados de
las cédulas y provisiones reales. No ha tratado de hacer
información el señor Don Salvador Gómez de Espinosa como
podía, que si la hiciera ahí fuera ello el publicarlo
por descomulgado, enemigo capital de la iglesia
y religiones, pues sin eso le llaman su perseguidor
y enemigo que [in testinamente] las aborrece. Pero tanto
puede hurgar que le obligue su verdad y decoro
a ese desempeño.
Finalmente, si este papel fuera infamatorio,
lo serían tantas cédulas de su majestad, tantas

consta no solamente de sus gloriosos empleos e increíbles gastos
de sus reales tesoros destinados a la exaltación de la fe y engrandecer
el reino de Cristo y su iglesia, sino del mismo Concilio
de Trento sesión 25, capítulo 20, en que hablando de los principios
dice: Quos Deus sancte fidei Ecclesiae que protectores esse
voluit. «Que es la voluntad de Dios que sean los protectores
de la santa fe y de su iglesia.» No les concedo por eso tanta
licencia, como la que Vitoria y Cayetano les dan. Que dicen que
pueden con armas resistir a cualquier príncipe eclesiástico
que porfía en quebrantar los sagrados cánones y decretos de
los concilios, porque nunca juzgó que llegará a tanto la obstinación
que pueda justificar tan áspero remedio. Pero tampoco
les podrá negar alguno que en los abusos que los prelados
no corrigen puedan proceder por sus edictos los reyes, privándolos
generalmente según doctrina de Gerson y aun usar de
alguna coacción contra los inobedientes in abusibo. Dice conclusión
3, [superludo hultorum], tomo 4: [Quibus non medentur prelati,
possunt principes sancte et inste providere peredictum,
et prohibitionem generalem, atque per coactionem inobedientium,
et rebellius.] Apparere posset eos obligari ad
illud veluti Sanctae Ecclesiae protectores. Y así lo tomamos
{Al márgen izquierdo: exequendum}
con el rigor que algunos que se valen de la paridad
del ejecutor del testamento para explicar por la
que en este resulta, la que se ha de entender en el otro.
Bien se ve que, aceptado el cargo, queda deudor del que le señaló,
en cuanto a evitar los daños de su hacienda y de
su ánima. Y que en este sentido el obrar de los reyes
no será extensión de su poder si no paga de su obligación
y satisfacción a Dios y a su iglesia, de quienes en el cuidado
y diligencias se constituyó por su oficio deudor. Y este es
un pacto si no explícito, por lo menos implícito. Y bien asentado
es entre los doctores, que aun el pontífice —con toda la superioridad que
tiene sobre los príncipes— está obligado a guardar fielmente los pactos que
con ellos asentare. Véase a Suárez 3, De Legibus, capítulo 35.
Por el título de padre le pertenece especial jurisdicción, que es la 1.ª
que se usó en el mundo, y en virtud de la cual gobernó Adán y sus
descendientes, hasta que la soberbia inventó otros títulos más honrosos,
que no excluyeron el de padre como fundamento de los demás. Y así
aún hoy distinguen los doctores, como se puede ver en Hurtado [disp.
162 de charist] sección 4 a [sección] 26. Dos oficios en los gobernadores: uno
llama paterno, y otro judicial. El rey, pues, que como siente el
[vualdense t. doctrinal fidei] libro 2, capítulo 80, es el padre extraordinario
o hermano mayor de los vasallos. Aunque es judicial lo
ejerza con distinción, el paternal lo usa con todos sin distinción.
Y puede por él enmendar los yerros de todos sus vasallos y librarlos
de ofensas de Dios, ya reprendiendo a los unos
y a como buen padre defendiendo a los otros, y librando a los
menores hijos o hermanos de la opresión de los mayores.
Y como el padre carnal puede al hijo sacerdote corregirle
sus desafueros (porque el carácter —aunque le eximió del

los ordinarios medios, no sólo son lícitos sino necesarios los extraordinarios
cuando estos lo fueran. Que no lo son sino muy aprobados
del uso y práctica de toda la monarquía, a dirección de los hombres más
sabios y más justos de toda ella, cuales son los que residen en sus
consejos, de donde la dirección y la ejecución emana para todo
lo hacedero y para obstar a todo lo ilícito cuando los vasallos de su
majestad son interesados. Además que, como este papel mira a la
instrucción y a desterrar la ignorancia, haciendo manifiesto lo que se
puede oponer a la justicia y no a la corrección judicial mal
castigo, tanto necesitan y más del remedio los superiores que los
súbditos, cuanto están más obligados los que han de guiar a otros
a vivir a la luz de la sabiduría, para que un ciego no guíe a otros
ciegos a la común ruina. Y más en el estado regular, cuyo
conato es la perfección. Del cual no se debe presumir que a sabiendas
se quiera nadie perder. Y como es más fácil de persuadir el sabio
—porque entiende fácilmente la razón y sus obligaciones— así es también
más pronto para la enmienda.
De la otra parte, que contiene la respuesta si son pocos o
muchos los que en esta parte han faltado, contraviniendo
a la justicia y cédulas de su majestad, no quiero disputar. Porque
no son todos los puntos que contiene el papel tan generales
que la falta sea igual, sino que hay más y menos. Y en algunos el uso
o abuso ha hecho a los muchos descuidados, y en otros su exorbitancia
a pocos atrevidos. Y porque el dicho papel no tanto lamenta lo pasado
cuanto previene lo venidero. Que lo primero, hartos deseos
y aun suspiros le han sacado a su majestad, y hartos desvelos
a sus consejeros. Y lo que tan noble empleo halló la compasión
real, no lo pueden engrandecer nuestras voces.
De donde claramente se infiere que ni este papel
infama, sino que advierte y previene. Que no desacredita,
pues añade, señala y de lo indeterminado lo reduce
a tan pocos, que no pueden desacreditar a los muchos de los
buenos. Habla con tanto decoro y latitud que no puede
sentir menoscabo. La estimación de los primeros reduce
el número a cuatro o seis, número 2, [ss] 2, las excelencias de los muchos
que dice son los más las encarece. En el número 12 del mismo
[ss], en el número 5 del [ss] 3 y en otras muchas partes del tratado,
se hace panegirista de sus virtudes. Pero la malicia no tiene
ojo para lo bueno, y sólo sabe dar visos de su condición a la dudosa
mira. Más honra, pues, que desacredita. Y en lo que reprende,
solamente pide atención a las santas leyes que su majestad
ha mandado ejecutar sobre los mismos puntos. Y se ve la mala
consecuencia que el reverendo padre predicador infiere de que si se le antoja
a un señor oidor infamar y castigar a un sacerdote y desterrarlo,
que ha de tener poder para ello. Pues ni el señor Don Salvador Gómez de Espinosa
pretende el castigo sino el aviso de sus obligaciones, ni en estas islas
tenemos ejemplar que oidor alguno se haya tomado tal poder.
Y así, ni a posteriori se sigue tal consecuencia, pues esta infiere
de los efectos de las causas. Y no hay antecedente de donde tal
poder se deduzca, pues no nos propone efectos de su ejercicio.
El cuidado le atormenta de que se publique en
todo el mundo el papel para el desprecio de los ministros

lo puede deponer, considerando la templanza con que
habla después de modificar las faltas que las atribuye
a pocos con tal indeterminación que se queda él todo con su
entereza. Y cuando pudiera resultar algún dudoso
concepto de la pureza del estado, será efecto de imprudente
arrojo o resolución inconsiderada. Pues nadie puede extrañar
que en comunidades de hombres ―y no de ángeles― haya
algunos que como tales tengan algunos accidentales defectos
introducidos de la ignorancia. Además que el papel
no se ha destinado a la publicación, sino al informe que
como ministro debe hacer a su rey de lo conveniente.
Y si la calumnia no hubiera hecho tanto ruido, ni aún
en Manila ―con ser pueblo tan corto― llegara a tanta publicidad.
Pero los encarecimientos de la engañosa aprensión
y el alboroto de la malicia ha movido con el estruendo
la curiosidad del vulgo. Con que todos han deseado leer
el papel. Y después del sermón, a gran precio lo deseaban
hallar. Y no teniendo acá precio los libros, la oposición le ha dado
a este más estimación. Si el señor Don Salvador Gómez de Espinosa
hubiera pretendido la publicidad y no el remedio, se contentara
con 140 cuerpos, que apenas podrán satisfacer a la
curiosidad de Manila. ¿Qué ha de hacer en el golfo del
mundo tan corto, número que ―aun para el informe de los
ministros que deben atender el examen de las materias
que se proponen― no ha de alcanzar?
Vamos individuando más en particular
las impiedades de que acusa a este papel. Exclamó
el reverendo padre predicador ―muy estirado de cejas― «Ay,
desdicha como esta de los sacerdotes y religiosos de
Cristo que se haga de mal aun una palabra de cortesía
que se da a cualquier seglar. ¡Que el estado más alto
delante de Dios y sus ángeles ha de andar tan
ultrajado de los hombres!» Cuando me contaron estas palabras,
entendí que trataba de vos a los eclesiásticos o con
otros términos de menos decoro. Y recurrí al papel
de donde hallé que a los provinciales llama «venerables
y devotos provinciales», título honroso que les da
su majestad. Y de que aun nosotros ―que los miramos
de menos altura y con más aproximación― no
usamos ni en el ordinario lenguaje de otros equivalentes.
Pues con un reverendo padre provincial pagamos al
más estirado y los religiosos con un padrenuestro. A los
demás llama «padres». Que no sé que haya otro más
honroso, pues los más ilustres emperadores se honraron
con él. Jenofonte llamó «padre» al rey. [L. 8 De padia
cyri]. Con el mismo título lo honró Platón. Libro 16, De
regno. La misma dignidad le dio el sabio judío
Filón [l. decreat.e princ.] de donde se ve la verdad
de la calumnia. Y qué más atendió a espantar
con alharacas que a convencer verdades. Y si el mismo fundamento
tienen los demás sentimientos, fácil será aliviar

hubo tan atrevida que manchase el decoro de su pureza; el
que con su valor dio tanto lustre a las armas y ―a costa de
fatigas y peligros increíbles― libró a Manila de tan grandes
peligros y a las islas del rigor de los enemigos, cuando más
insolentes los tenía su seguridad y refreno, castigada su
crueldad con escarmiento que hasta ahora ha sustentado
el temor, frutos [de] la dilatada paz de su valiente resolución
y trofeos de su piedad, tantos ornamentos y vasos sagrados
rescatados del ultraje impío y destruidos a lo honroso de su
ministerio. A este, pues, llama «Corcuera», como pudiera a un criado
suyo. ¿Esta es religión, este es celo, esto es predicar? No es
sino insolencia, agravio y furor. Yo sé que no le dirían esto
en la celda si no es que le hablara el ángel de las tinieblas.
La 2.ª impiedad de que acusa al papel del señor Don
Salvador Gómez de Espinosa es por la guerra que rompe contra
los ministros. «Toda su batería es», dijo, «contra los ministros
de las almas fundando la libertad de los indios en que no obedezcan
más a sus padres espirituales, con que no hagan ya caso
de ellos. Con que respeten más a un seglar que a un sacerdote
de Cristo y predicador del evangelio, más que a los que les
administran los sacramentos». Yo no sé de qué antecedentes
saca tan grandes consecuencias. Gran lógico debe de ser el reverendo padre,
pues tan concertadamente arguye [que] decir en general a un estado lo que es
ilícito no es decir que no se le guarde el respeto debido. Esto pretende el
papel y esto prueban sus leyes y doctrina. Pues ¿de dónde se infiere lo demás
si es porque encarga que se estorbe la ejecución de lo ilícito? Y
esto es desobedecer y esto es dar autoridad a un seglar. Bien se ve
que la obediencia ha de ser de cosas lícitas y que el obedecer en cosas ilícitas
no es virtud de obediencia sino afectada malicia. Y si esto es dar
autoridad, no la da el papel porque cualquiera la tiene para resistir
a lo ilícito con el respeto debido. Y no se espante que le falte esa autoridad,
ni llore tan lastimero su privación, pues la misma tuviera aunque fuera
obispo. Pruebe 1.º que es lícito la compulsión de lo contenido en el papel ―y entonces
sacará un título de vicario del ordinario y podrá mandarlo―
y al que no obedeciere compelerlo a ello. Y el que en contrario enseñare
algo, ese se dirá que hace guerra y persuade la desobediencia y desacato.
Con ser la obediencia que profesa el religioso más rigurosa, no sólo
no está obligado a obedecer al superior en lo ilícito manifiestamente,
pero ni en lo dudoso si no es deponiendo antes la duda. Consta de Lessio,
[De virtute religionis, libro 2, capítulo 41, dub 9, número 76. Y de Adrián quod, libro 2 a 2 lit 0]. Y
no sólo en lo dudoso de malicia pero ni en lo que excede al rigor de su
regla, aunque en sí sea bueno, como lo puede ver en Córdoba, que es de su
religión sobre la regla de su orden. [Capítulo 10, q 2, en San Bernardo libro 1,
De precepto et dispensatione col 4. Y se colige de Santo Tomás quod libro 1 0
artículo 10] con aplauso de todos los doctores. Y aunque depuesta la
duda ―lo cual debe hacer el súbdito si puede― estará obligado a obedecer
según la mejor opinión con San Buenaventura [in 2 dist 39 artículo
1 q 3 Santo Tomás 1 2 q 96 artículo 6 in corpore Cayetán Medina, Ángel
Silvestre y Fumo.] Pero cuando la cosa cede en daño propio o
de tercero en honra y hacienda, mientras no constare con
certidumbre moral que el precepto y la materia son lícitas
hic et nunc, no estará obligado a obedecer. Porque en
duda no se ha de presumir que la autoridad del superior
quiera obligar en prejuicio de tercero. Es sentencia de Soto,

Medina y López, a quienes sigue Lessio, citado que sólo tiene limitación
cuando de lo contrario se siguiese grave daño al común o a la República. Porque
como este es daño mayor, ha de preponderar al particular. Y guarde
esta doctrina para cuando respondamos al punto de los tributos y
cargas a que atribuye la destrucción de los indios. Como quiere, pues,
el reverendo padre predicador tanto rendimiento en los indios que, en
materias —las más evidentemente ilícitas, otras muy dudosas y
otras por lo menos cargosas— obedezca el indio aun a los que no tienen
jurisdicción, si aun contra sus legítimos superiores les dan la razón
y leyes inmunidad. Y qué agravio se le haría al ministro en
enseñar a los tristes indios que estas cosas no tienen obligación de
obedecer siquiera para que no sientan la ejecución reconociendo
que solamente pende de la voluntad. Doctísimo padre, vuelva los ojos
a los curas de España, que muchos son hombres nobilísimos en calidad
y letras doctorados en las mejores universidades de España. Y vea
la jurisdicción que ejercen y considere el ruido que harían
si intentasen obligar a sus feligreses a las menores cosas que
contiene el papel, aunque me los ponga en el más desdichado
pueblo de Galicia. Pues ¿cómo pretende tanto de nuevos cristianos? ¿Han
de merecer menos por más rendidos, o puede su poca resistencia
justificar nuestro arbitrio? ¿Cómo quiere en el estado de la humildad
más autoridad de la que un clérigo secular pretende
en su parroquia? ¿Hay otras leyes acá, o es otra la teología?
¿No se lee acá también a Santo Tomás? Esto es lo que espantó al
señor Conde de Lemos y que no acabó de entender, como lo declara
en su carta. No aparta esta noticia a los indios de la fe. Ni de las iglesias;
antes les hace más amable la religión cuanto la ven más suave y
nada cargosa. Hartos casos podía sacar en prueba de esta verdad
pero omito. Porque por bien que lo oculte, diciéndole en general cada
cual, se querrá dar por entendido por acusar esta mi carta
de infamatoria.
Tampoco que me eche a discurrir el motivo de esta exclamación.
Me parece que di en el punto, todo este sentimiento
es porque este papel les quita el azote de la mano, el poder castigar a los indios,
sin lo cual le parece que no puede haber obediencia ni ministerio.
No creo que es juicio temerario porque esto es lo que más se ha
murmurado y lo primero que en las conversaciones se individua como absurdo
y tolerable. Y de la exclamación que hace contra el señor Don Sebastián
Hurtado de Corcuera, se colige por tratar de eso el auto que cita
el papel [ss] 2, número 69, mandando a los alcaldes mayores [que] no consientan
cárceles, cepos ni otros actos de jurisdicción. Aquí está el
punto del sentimiento. Esta [llamada] autoridad a un seglar
contra los religiosos, esta es la batería esta es la persecución que
comenzó el señor Don Sebastián. Y si esa es la persecución, batería y
desacato, diga que lo hace el rey que lo manda, y no el ministro que
la ejecuta. Lea el número 63, 64, 65, 68 y verá expresamente prohibido esto por
su majestad y mandado a sus ministros que no lo consientan; y mucho
de ello como lo relatan las cédulas a instancia de los señores arzobispos.
Diga, pues, que estos comenzaron la persecución que su majestad,
la autorizó y roboró con sus reales cédulas, y que el señor Don Sebastián
Hurtado de Corcuera obedeció como ministro en cosa con tal autoridad
justificada, pues su majestad no despacha esas cédulas sin
consulta de su real al consejo de Indias, donde hay varones
tan doctos y tan cristianos. Y en cosa que la instancia de

como algunos ignorantes claman, sino darle alma
y cosa que se ha de hacer de necesidad; pena de que no habría
gobierno en el pueblo ni se entenderían para cosa ninguna
del servicio de Dios ni del rey. Pues si tienen tan sujetos
a los gobernadores y fiscales —como si ellos los criaran y les dieran
las varas— ¿qué importa que otro haga la ceremonia de la entrega?
Y más cuando es con tanta atención a su gusto, que no
se da sino al que el ministro señala, por lo menos en
las provincias de afuera donde los naturales no codician esos
cargos. Antes de ordinario los ejercen forzados por ser tan
cargosos y de ningún provecho. Y si no importa en los gobernadores,
¿porque ha de importar en los fiscales, que tienen de los
ministros más dependencia? Y si los padres ministros
son tan celosos de su jurisdicción y tan vidriosos en sus privilegios
que alborotan el mundo en tocándoles en ellos y
eligen sus jueces conservadores contra los mismos señores
arzobispos y obispos, como sienten tanto que los señores
arzobispos usen de la suya, y de que se espanta; si recurren
a su majestad a no poder más, y de que sus ministros
ya que hasta ahora no les hayan dado auxilio que haya
tenido ejecución en este punto, siendo cosa tan encargada por tantas
cédulas insten en ello cuando su majestad les encarga la ejecución,
¿no les basta sustentar exenta las personas siendo curas, sino que
también quieren que lo esté el pueblo de su prelado y las ovejas
de su pastor? Pues no permitiéndoles a los señores obispos poner
ministros para la justicia eclesiástica, viene a faltar la subordinación
que como fieles deben tener y el influjo que necesariamente
ha de dar la cabeza a los demás miembros. Del todo la
cual se hace y sustenta por los ministros mediatos que en
los pueblos ponen, puesto que los señores obispos no pueden influir
inmediatamente en todos. Guarden, pues, los religiosos
si quiera lo que es justifica, pues les concede tanto la cortesía de los
señores obispos. Y no se les haga de mal un tan pequeño reconocimiento
a la dignidad siquiera para que conste en los pueblos
que tienen obispo en esas pequeñas muestras de su poder, que
como he dicho en nada disminuyen el suyo sino que antes
la autorizan.
La 3.ª impiedad se la manda de esta suerte. «Que más»,
ya dice, «que no se barran las iglesias, que se dejen criar zacatales
en ellas para establo de bestias», ya dice, «que no se lave la ropa de
los altares y sacristía para el santísimo sacrificio. Padres míos,
que dejemos las iglesias y nos vamos, que ya no vengamos
más que se acabe y a la cristiandad de por acá. Que ya no
puede sufrir más duración de ella el demonio por medio
de ministros de justicias y cristianos». Este santo religioso
debió de pensar que hablaba con gente de las batuecas que sin
otras noticias que las de su sentimiento creerían cuando les dijese
fiados de la verdad. ¿Qué promete aquel hábito? Padre
reverendo, ¿no ve que habla en una ciudad donde los más de los
oyentes han sido alcaldes mayores, que no les ha de

si este fuera el intento del libro, mal medio viniera
el señor Don Salvador Gómez de Espinosa tomado
para su consecución. Y sin disculpa quedará la prudencia
que lo dictó, conociendo su ineptitud. Y bien consta que la
previó, pues en el [ss]1, número 37, se traga inconvenientes
bien contrarios a los intentos. Que el reverendo padre predicador
le atribuye diciendo no es posible dejar de romper
este embarazo. Con que me expongo a calumnias
criminalísimas y a la ira sangrientas de los interesantes.
Pero quién obrar por acertar y no por contemplar
ha de despreciar estas cosas y proponer la verdad,
aunque sea a costa de persecuciones. Ocasiones hay
en que es gloria o deuda el peligrar porque es necesario
dejar el oficio o tolerar las propiedades de su
ejercicio. Pues si tan verdadero previno los peligros,
y lo que la inconsideración, la ambición y la avaricia hoy
intenta en su desdoro y se resuelve, incitado de su obligación
y fidelidad, a pasar por todos sus efectos, muy lejos
estuvo de destinar este escrito a su aplauso y alabanza, consagrándolo
todo a su celo. El que obra con esta consideración
prueba real hace de virtuoso y se purga generosamente
de la nota de soberbio. Porque la virtud, dijo Séneca,
apetece generosa los peligros y mira al fin, sin hacer
caso de los riesgos, porque aun el padecer es gloria.
En esa ocasión, avida est periculi virtus, et quo tendat,
non quid passura sit cogitat quoniam et quod
passura est gloriae pars est. Seneca. [De providentia], capítulo 4. Si no
reparó en sus peligros, si no le atemorizaron los agravios
bien ciertos en la libertad que en casos de su interés
usan algunos religiosos, ¿cómo sobornó sus aplausos?
¿Cómo lisonjeó sus elogios? Cierto o anduvo impróvido
en los medios o imprudente en su elección,
lo contrario consta de su ejército, luego no fue
la que el reverendo padre dijo su intención.
Sobrada disculpa es de las obras la conciencia
propia y las obras son de la conciencia la mejor
satisfacción. Y como dijo el gran germánico apud facit
sat est conscientia factis. Y aunque esta le bastaba
al señor Don Salvador Gómez de Espinosa, pero aunque no
entremos a lo interior donde reside la verdad
y nos acomodemos a juzgar con el vulgo las
cosas por lo que parece en ellas y por el semblante
que hacen a la humana; prudencia no sé
como pudo colegir del señor Don Salvador Gómez de
Espinosa tal intención. Porque los que escriben a la
vanidad y a la ambición poco estudian en ajenos
intereses sino en propios aplausos. Todo lo conceden
a la ostentación, ya de la elocuencia, ya de la sabiduría.
Con que de ordinario paran en especulaciones
inútiles a la vida humana del señor Don Salvador Gómez de Espinosa

se deben presumir más altos intentos. No sólo por
lo que se ve en este papel, que a costa de sus agravios y desprecios,
solicita el bien de los naturales, de quienes ni puede
aguardar agradecimiento ni apetecer aplauso de los que pueden
dar alabanza. Soborno adrede el vituperio por conseguir
en ellos la enmienda y en los otros el alivio. Pero
de cuánto ha escrito se colige el mismo intento. Y los unos escritos
pueden ser interpretación de los otros, pues todos son
de cosas prácticas y convenientes al gobierno y al bien de la
tierra. Todos doctrinales y no discursos vanos que para en
ser relámpagos del ingenio sin servir de luz a la prudencia
sino luces que siempre estarán facilitando el camino
para el acierto. En el memorial histórico político
vuelve por el crédito de la real audiencia en que satisface
a su obligación y al decoro de su majestad en su
calificación. Antes que sacaran el discurso militar sabían
los capitanes a guerra lo que en derecho competía a su
oficio y el estilo. ¿Qué habían de guardar en administrar
en los casos tocantes a la guerra la justicia? ¿Qué desórdenes
no ha excusado? ¿Cómo la inocencia quedó libre de
las precipitaciones de algunos temerarios disculpados
en el rigor de ese título? ¿En el parecer del comercio,
no se desveló para la felicidad de esta república que
consiste en los caudales sustentados del trato y comercio?
En el dictamen de Lampón ¿no mostró el deseo
de librar a esta tierra de las miseras que le acarrean
tantas pérdidas de navíos, quitándole a la fortuna
la ocasión de sus crueldades en el discurso peligroso
que hace el socorro de Castilla para tomar el embocadero
y conseguir el puerto de Cavite? En este de que
hablamos, ¿no está bien declarado el celo del alivio
de los naturales, en todo lo que padecen de los ministros
religiosos eclesiásticos? Pues ¿qué tiene para la vanidad esta
obra, o de que otra se puede colegir tal intención? No
se le puede pedir más al hombre más virtuoso que
vivir a todos provechoso, y en ministros las acciones
que a esos se encaminan son muy honrosas. Hoc nempe
ab homine exigitur, dijo elegante Séneca, De vita beata
capítulo 30. Ut prossit omnibus si fieri potest, multis, sin minuipancis
sin minus proximus. Nam cum se utilem
ceteris efficit commune agit negotium. Porque el
que con esa atención vive y con esa luz dirige sus
acciones hace las partes de todos. Siendo, pues, los escritos
del señor Don Salvador dedicados al provecho de todos
y ninguno a su interés, antes este costoso a su respeto
y decoro, ¿cómo dice el reverendo padre predicador que escribe papeles
para su estimación? ¿Que a las acciones y obras
buenas se siga la complacencia y el gusto propio y en
los otros la estimación? No concluye que sea esa la causa
sino natural efecto, dice Séneca, De vita beata, capítulo 8.
Voluptas non est merces nec causa virtutis

Deje el papel, padre. Deje en paz al que lo aprobó. Que el autor
tiene letras y autoridad para su abono. Y el que hizo el elogio, letras
y experiencias para su justificación. Mire que es mucha
presunción pagarse tanto de su juicio con experiencia de 4 años
de tierra, mirando por tronera los sucesos. Que, satisfecho de su
acierto, lo prefiera a los que tocan las materias con las manos a un
religioso tan docto en la teología escolástica, como en la
moral tan versado en las divinas y humanas letras, de tantas
experiencias de la tierra, de tanto celo de su aumento. Y de todo
lo que puede hacer a su felicidad y aumento, tiene hecho largo
estudio y curiosos tratados. Mire que no tiene más celo ni más
deseos del bien de la república que él. Que ese que ostenta
por indiscreto no es celo sino temeridad, no es ciencia sino aprensión.
Siga el consejo de Séneca, De vita beata, capítulo 2 y acertará. Non
tam bene cum rebus humanis agitur, ut meliora pluribus placeant;
argumentum pessimi turba est. Aquí entra como ilación el consejo. Quaeramus,
quid optimum factum sit, non quid usitatissimum:
et quid in possessione felicitatis aeternae constituat, non quid vulgo,
veritatis pessimo interpreti, probatum sit. Vulgum autem tam chlamydatos
quam coronam voco. Tome el trabajo de construir
y advierta lo último para que sepa a quiénes ha de atender para
juzgar las cosas para el acierto de la elección. Que dice Séneca
que dondequiera hay vulgo. Entre nobles hay vulgo, en el senado
hay vulgo. Y hay vulgo en la religión, hombres que hablan sin
consideración, sin averiguar la verdad, que siguen las voces que hacen
más ruido, no las que tienen más razón. Esto es vulgo. Guárdese de él
si quiere usar de razón.
Concluyó el reverendo padre predicador su invectiva con señalar
las razones de la aflicción de los indios, cargando toda la culpa a la clemencia
de su majestad y a la prudencia de su gobernador y disculpando a los párrocos
{Al margen izquierdo: ^ y alcaldes mayores}
o padres doctrinantes religiosos ^. Que dice que, aunque haya en ellos lo que
dice el papel, son charquillos. Y discurrir por ellos es andar por las ramas.
Y se olvidó que pocas razones antes, alegando méritos por los padres
doctrinantes, llamó lobos a los alcaldes mayores que quieren tragar
a los indios. Se dice «porque los defendemos de agravios e injusticias
de ministros de justicia, que como lobos se los van a comer». Los charquillos
no se tragan los hombres, sino los ríos arrebatados y furiosos.
No serán, pues, tan charquillos. Pero ahora le importó disminuir el
mal porque trataba de él que reconoce común y hacía su causa
en la defensa. Pero de esto diremos luego. Respondamos 1.º a la
defensa, que como vasallos debemos a su majestad. Y quisiera
preguntarle como se olvidó de las obligaciones de vasallo, declarándose
tan enemigo de su majestad. Que contra lo que tantos consejos,
tantos teólogos han aprobado y tantas necesidades (como padece la
monarquía) lo han justificado, quiere su presunción con tanta
resolución condenar sus más que irreligiosas injurias. [Son]
queréis señores que diga en que está el cautiverio de estos naturales,
no está. No en los ministros religiosos ni en los
alcaldes mayores. Que esos son charquillos y andar por las
ramas. Aunque haya algo de lo que dice, todo eso es nada. Y no
es por lo que los indios claman libertad sino las dos cosas
y causas que tienen destruida a toda España y Nueva España,

que son como soy testigo. Y todos lo son el papel sellado y estas medias
anatas, o poco atento vasallo que le hacía el rey. Que, no hallando
más paño que cortar de la garnacha de su consejero, pasas a destrozar
su púrpura real. ¿Qué tiene que ver lo que hace el rey con tanto consejo
para lo que dice su oidor? Si querías decir mal del consejero, dejarás
al rey por quien siempre debías presumir: la justicia, la clemencia
y la razón. ¿Qué fin pudiste tener en condenar su tributos [y] revocar
los decretos? No que eres poco hombre para oponerte a tantos héroes
como ciñen la majestad de nuestro monarca para el acierto de sus
acciones. Ni es posible en este tiempo el intento cuando amas, que eso violentó la
necesidad. Pues si el sermón se ha de ordenar a sacar provecho y ese no es posible
conseguirse, qué esperabas con esas palabras sino exasperar su clemencia
y turbar la quietud de sus vasallos; cuando en casos tales lo sano es disculpar
al príncipe con la verdad. Para que, entendida de los vasallos,
se excusen los pecados de la indignación y los peligros de la república con su
turbación. Este, si fuera fructuoso sermón, consolar a unos y otros con la
razón. Y más cuando te debía constar la violencia, que en esto padece su
afecto. Lee en el privado cristiano del Reverendísimo Lainez, folio 11, en el [antelog]
y hallarás un dicho de su majestad digno de su clemencia. Que por exonerar
de las contribuciones inevitables para la defensa de la fe y oposición
a los émulos de la corona pidiera de puerta en puerta. Mira qué remedio
tan costoso a su grandeza ofrece su clemencia si lo hallara competente
la necesidad. Y más, condenando los tributos tan templados de sus mismos efectos.
Que el uno es pensión de sus mismos beneficios, y de ninguno se cobra violento.
Pues la ambición a todos es tan natural, el otro situado en las acciones
que desean las repúblicas. Excusar para su paz, para evitar pleitos, que son
la ruina de las haciendas y de las obligaciones más estrechas de amistad
y de parentesco y es un freno contra nuestro mayor mal. Y al fin ninguno
está situado en lo que sirve a la vida sino en acciones libres, que
nunca lo pueden reducir a necesidad. Recorre los demás reinos y con todas
estas cargas, ninguno hallarás más libre, más descansado que el de su majestad.
Y verás como nuestras cargas alivian la necesidad y son precio de nuestra dicha.
¿Tiene otras rentas el rey que las de sus vasallos? ¿Las emplea en divertimientos
si no en nuestra defensa? Si la necesidad y el aprieto es mayor
y se ha de redimir a mayores expensas, ¿dónde las ha de buscar? ¿Ha de
pedir prestado a sus enemigos? O por no valerse de la hacienda
de sus vasallos, ¿ha de permitir que ellos sean [triunfo], y ellas despojos del enemigo?
Si el reino se pierde, ¿dónde guardará el vasallo su caudal? Cuando
Cipión tuvo en el último aprieto a Cartago, y tan rendida que salieron
a parlamentar las condiciones de su rendimiento, los condenó el vencedor
en los gastos de la guerra. Y congregados los senadores en el
consultorio para trata de la paga, hallándola excesiva a sus caudales,
y no hallando posibilidad en sus tesoros, todo era gemir
y llorar. Entonces el generoso Aníbal comenzó a reírse como
pudiera después de la famosa de las canas. Indignados, los senadores
le dijeron es posible que viendo a aflicción de la república
y tan vecina su felicidad a perpetuarse memorable en la
desdichada ruina, «Tienes ánimo y corazón para reírte». Respondió
el valiente capitán: «No penséis que aunque me río es de alegría.
Que si vierais me corazón lo hallaréis con más tinieblas
de pesar que las que enlutan la noche. Pero me río de vosotros

viéndoos ahora por vuestra culpa afligidos. Y acordándome
cuando, defendiendo yo la república y estando para abatir
la potencia romana, me regateabais cuatro maravedises,
y se os hacía de mal cualquier gasto por vuestro bien. Y por lo ignorantes
que anduvisteis entonces nos vemos todos en esta miseria. Y merece
vuestra imprudencia ser mofa y risa del mundo, y que yo me ría
de vuestras inútiles lágrimas». ¿Qué será mejor, padre reverendo por no tener
valor para un pequeño dolor con los menoscabos de la hacienda
acomodándonos con los dictámenes del vulgo: perder toda la
hacienda y la república o permitir esa pérdida por no ver nuestra
ruina? Atienda a lo que dice Jovio y a lo que cada día sucede que, despreciando
los peligros más distantes por no sufrir los de la hacienda,
aquellos se acercan más poderosos y nos acarrean irremediable el
daño y la total destrucción de los caudales. Plerumque accidit utque
{Al margen izquierdo: ^ pecuniae}
provinciae ^ parcendo remota pericula contemnunt incumbentibus
demum malis, desperato sepe remedio gravia sentiant detrimenta.
Locura de la vana afectación de clemencia. Juzgó por esta
razón del pueblo vejado con los tributos, quiso remitir su exacción.
Dissolutionem imperii docendo, si fructus, quibus res publica sustineretur
deminurentur. Tácito, libro 13. Ruina del imperio ―juzgaron―
el disminuir solamente los tributos que sustentaban los gastos
del mismo imperio y necesidad quitar las cargas, que han de acarrear
otras mayores. Pues si el intentar esto fue locura, ¿proponerlo
no será necesidad, persuadirlo atrevimiento, condenarlo impiedad?
Rigor pareció de Joseph reducir a los vasallos de Faraón
a que le pagaran el quinto de sus tierras por tributo. Y no fue
sino prudencia soberana que supo servirse de la necesidad para
enriquecer a su rey. Porque, enriquecido el rey, tenía
más seguro su caudal el particular quitándole la hacienda.
Dice Ambrosio echo puntales a su felicidad: Non ut omnes
exueret suo, sed ut fulciret: publicum tributum constitueret,
quo sua tutius habere possent. Libro 2, De officiis ministrorum, capítulo 16. Porque no hay cosa
más peligrosa al rey ni a los vasallos, como sintió elegante Casiodoro
capítulo 1, epístola 19, que en el que manda la necesidad: perniciosa res
est in imperante tenuitas. No tiene otra hacienda el rey que la
de sus vasallos, ya si para las necesidades del rey si fuere necesario
se han de desnudar los vasallos. Que por eso, saludado por
Rey Jen de Eliseo, a prisa se quitaron las capas del hombre
los vasallos y las pusieron a sus pies. Festina verunt itaque
et unus quisque tollens pallium suum posuerunt sub peclibus.
[Eus 4 Reg] 9, 13. Y [Elías] profeta llamó palio al reino
o capa porque ha de vestir al rey y servir a las necesidades del
sustento y del ornato, que así lo entendió tan religioso como político.
[Velaz t. 1, ad Filip capítulo, véase 23 y 24, número 16. Eaquidem innuens]
principem regno suo esse operiendum; hoc est [adea que
sibi] sunt necessaria et ad honestum splendorem ipso uti
debere. No sólo a lo preciso ha de servir el caudal del vasallo
sino a lo descendente y conveniente al decoro de la majestad. Por
esto Cristo, el más benigno de los reyes, consintió el día que lo
proclamó la turba rey que le sirviesen con las capas

de donde sacar el arroz para el socorro de las fuerzas
campo de Ternate y de Manila que las de sus vasallos.
Y así necesariamente lo ha de embargar o comprar. Y que
la bandala es el más suave medio porque se reparte
en todos con igualdad. Y supuesto también que las
fábricas son forzosas porque ni vienen de Castilla naos
ni se hallan a comprar. Y prescindiendo de lo que en otros
gobiernos se ha hecho y la razón que tuvieron cuando las
dejaron de pagar —las compras digo, que las fábricas
siempre se han pagado— que sería la cortedad del
socorro, que nunca viene tan cumplido, que alcance
a la satisfacción de las necesidades. Digo lo 1.º, que las culpas
de los pasados no las ha de pagar el señor Don Sabiniano. Y
que si en la abundancia de los socorros pasados se hallaron
necesitados los gobernadores a tomar las bandalas, en fiado mal
¿podrá hoy el señor Don Sabiniano—cuando los socorros vienen tan escasos
y las pérdidas han sido casi continuas—pagar lo presente y lo pasado
de lo presente? Sólo pudiera hablar un hombre que no supiera que
ha dos años que no viene socorro. Y que el último se menoscabó en
la pérdida de Borongan, donde dio al través el galeón y [obli]
para fondear la plata y conducir a tantos gastos. Atraviesan
la isla a hombros de indios que todos quedaron generosamente
pagados. Y pasándola al continente de Manila en champanes y de
Tayabas a la ciudad, otra vez a hombros, cuando tenía la caja plata, ¿quién ha
pagado con más larguera? Testigos son los que asistieron a los dos galeones
que oí esperamos de Castilla donde se le daba a cada indio
cada día una ganta de arroz y un real. ¿Cuándo servido en estas islas
paga tan generosa? Aun en los tiempos más felices, ¿cuándo los socorros
venían más llenos? Entonces se le daba a un indio de
arrastre un tostón y al oficial un peso. Y el señor Don Sabiniano,
hallando ese ejemplar en la contaduría, de lo cual nadie
se atreviera a exceder por la fuerza que tiene para el estilo el
ejemplar, lo ajustó a su nobleza para facilitar el servicio de
su majestad. Los efectos declararon bien la calidad del beneficio.
Pues en esto y el cuidado que puso en el buen tratamiento
de los naturales, se quitó el aborrecimiento que tenían a los
astilleros, que los miraban como infiernos. Y por no caer en su
rigor, redimían el mes que les tocaba a 20 pesos pagando esa
cantidad al que libremente quería ir en su lugar. Y en los
astilleros se venían a ofrecer al trabajo de su voluntad
suceso que no tiene ejemplar y último aplauso de su
benignidad, que así consiguió fácil el servicio de su rey.
Y excusó el que los galeones saliesen más costosos a los naturales que a su
majestad, como sucedía en otros gobiernos. Que por esas redenciones o rescates
a 20 pesos del trabajo, acabado el galeón si a su majestad le estaba en cincuenta
mil a los naturales les venía a costar, ¿ochenta mil se pudo
hacer mayor servicio a su majestad, más grato a Dios, útil a los
naturales? Lo mismo digo de las bandalas. Cuando faltó el socorro,
¿no llamó a los principales de la Pampanga? ¿No se contentó con
lo que liberalmente le quisieron ofrecer? ¿No se valió de las mismas
súplicas, procurando hacer voluntario lo que era necesidad

Don Sabiniano? ¿Ha llegado como otros hicieron a repartir la infantería por
las casas de los poderosos para que la sustentaran a su costa?
¿No, pues, todo se ha hecho en mejores tiempos en Manila?
¿Su afabilidad no ha suplido la falta de los caudales, sustentando
mayor el comercio que jamás? ¿Cuándo se han visto más número
de naciones en Manila? ¿Cuándo a todas las había de desviar
nuestra necesidad pero enriquece mucho los caudales
la nobleza del trato? ¿No se hallan en Manila embajadores
de las dos potencias de China sin que la guerra que los dos
bandos allá sustentan les embarace para nuestra amistad?
¿No han concurrido con ellos embajador de Cochinchina otro
de Camboya solicitando y engrandeciendo el trato? ¿Qué nación de este archipiélago
de las poderosas no han concurrido en Manila? Tonkines,
macasares y hasta de Japón; a pesar de las puertas, que hecho de bronce
su obstinación, tenemos en el puerto un champán.
{Al margen izquierdo: ^ para el socorro del Maluco? ¿Les habrá tocado a cesto}
Dirá que no había de cargar todo sobre los indios. Y ¿qué es
lo que carga el arroz que se tomó ^ por indio? Eso es lo más, pues, que carga.
¿Es que en tan grande aprieto, cuando la caja está sin dinero y la langosta
frustró la cosecha de Panay, donde su tributo le da bastante
arroz a su majestad y que cuando todos padecemos tanta pobreza nos
ayuden los naturales con esa poquedad? ¿Qué quiere, que se echara
mano de la plata? ¿Qué pretenden los vecinos ahí fuera, el clamar
que destruyan la tierra, imposibilitando el trato, cortándoles las
alas a los vecinos con tanto menoscabo del reino? Pues, ¿qué ha de
hacer este señor gobernador? ¿No halló otro medio sino poner en sus
manos el gobierno, a si esto fuera practicable, que presto hallará
su desengaño la temeridad o padre quien le pudiera dar el
bastón por un año, que embarazando se hallará y que de necesidades
{Al margen izquierdo: ^ nocivos}
hiciera cuyos ^ efectos nos hicieran a todos llorar?
Dirá que son ya muchas las cargas de los indios. Excusen
los padres ministros y los alcaldes mayores y cobradores
los voluntarios e ilícitos y verán cuán llenados son los forzosos
ilícitos. Pero advierta que nunca es excesivo el tributo, servicio
que se mide con la necesidad. Por esto las cargas de un república
no se pueden de la prudencia tasar porque las ha de pesar el tiempo
y la necesidad. Preguntado Archidamo de sus gentes cuanto dinero bastaría
para la guerra y suplicándole que determinase la cantidad
con que le habían de servir, no se atrevió a hacerlo por no
atarse las manos para mayor necesidad. Antes, respondió una sentencia
que había de quedar grabada en las láminas de oro. Bellum
statuta nonquerit. «No sufre leyes la guerra». Ni se puede establecer
cosa para sus sucesos, porque siendo tan varios ninguna prudencia
los puede abarcar. [apud Plutarch in apopli teg mat.] No
le busquemos, pues, otra tasa que la que el tiempo prescribiere y
consolemos nuestros males, con que se toleran para mayores bienes
o por lo menos para estorbar males de peor calidad. Claro
está que no querrá el reverendo padre predicador que se deje sin socorro
el Maluco y Zamboanga, pues si allí nos hallasen flaco
¿se acercarían a nuestras causas para mayor mal? Bien ve que no nace
en los almacenes reales el arroz. Bien sabe que en la provincia
que lo afianzaba lo agostó en flor la langosta. Pues

que así estaba resuelto y determinado y señalado el
día y todas las provincias prevenidas con navíos? ¿Y no sabe
que a esto sobrevino la difusión del Maluco con la muerte del
rey de Tidore, Cachil Zayde? ¿Y que al rey heredero de la
facción de España se le reveló la mitad del reino que alzó otro? ¿Y a este
le dio favor el holandés y con su potencia rompió la guerra y tenía
en peligroso estado el Maluco? ¿Se había de dejar lo que más
importa por lo que menos y que se perdiera el Maluco para que
el Ternate nos hiciera la guerra acá, aliado como moro con el
Mindanao? ¿Qué poder habría entonces para defender
las islas?
Con que se ha de ir contra el Mindanao? ¿De
dónde sacaremos mil hombres que llevó el señor Don Sebastián?
¿De dónde cincuenta mil pesos para los gastos de la jornada?
Dinero no lo hay. El campo de Manila no tendrá 800 plazos hoy,
pues ¿con qué se ha de hacer la guerra? Con oraciones, padre, y con
hombres y dinero. Pídalos a Dios. En estas islas no se aumentan
los españoles. En 5 años se ha tragado la mar y otras desgracias
500 de Castilla. No vienen, y los que han venido han entrado a la
parte de los ahogados en fe del socorro. Se prevenía la jornada,
no lo envió Dios. Dejaremos a sus aventuras a Manila,
y más con las voces del vulgo temeroso apoyadas de varones
religiosos. Cada día nos afligen de [daca], que viene el chino con 300
navíos que se ha de perder Manila. Será bueno que los convidemos
con su desamparo.
Ya que le hemos quitado al reverendo padre predicador los escrúpulos,
quiero ponerle uno que procura desechar. Y le importa mucho
que haga del mucho caso este. Son las cargas referidas de
ministros eclesiásticos y de justicia, alcaldes mayores
y corregidores que dice que son charquillos para que no se haga
caso no importa aquí averiguar el peso de sus cargas,
pero poco o mucho quiero que sepa que sólo ese el el intolerable.
Ya veo que [se cala la visera] por no oír tan escandalosa
proposición. Porque como le toca, esfuerza [que] la condene luego y la [anate].
Maticé lo 1.º porque la sobrecarga es la que mata. Y más cuando
la echa quien está obligado a solicitar el alivio y con atención
a lo forzoso quitar lo posible de lo que no es necesario. Lo 2.º, porque
las cargas que echa el rey, como son forzosas para la defensa de la
fe y de sus vasallos y obligación, sería el servir a ellas. Ningún
prudente las desecha, aunque las sienta, porque hace su causa
que está envuelta en la del rey y reino. Pero las que echa
el particular, como no hay obligación a ellas, se sienten más
que nadie está obligado a servir con su hacienda a los intereses
particulares de otro. Aunque sea muy estirado que la
caridad, bien ordenado comienza por sí. Y primero es uno
deudor a su necesidad que a la ajena. Nadie siente
pagar mil ducados si los debe, y sentirá mucho si no los debe,
que le quiten cien ducados. Lo que se da al rey es deuda, lo que
se da al particular ha de ser voluntario. Que por esto ponderó
agudamente el Crisóstomo, citado que cuando Cristo mandó pagar el tributo al
César, no dijo: «Dad a César lo que es de César. Si no, volved rectitud

que se añada mucho ardor. Que de esto están de manifiesto
los santos padres que no son maestros: Jerónimo, Cipriano,
Crisólogo [s] y León, otro sin número. Y de ese dictamen
siempre quiso ser maestra la ineptitud y los ignorantes o
envidiosos. Cuanto ignoran, blasfeman, dijo San Judas
in sua epistola número 10. Que cum que ignorant blasphemant. Mire que
esos discursos son para arrastrar vulgo y que no se saca
otro fruto que murmuración o el gusto de oírla. Y que fuera
mejor que salieran cabizbajos por sus pecados, queriéndose
por la picazón. Deje eso de revelaciones, que el que las tiene no las
dice porque los secretos del gran rey son sacramentos que
no se han de revelar. Y borre aquello de la celda porque no
viene con su sermón. Que con esto Dios le dará su espíritu. Pliegue
a Dios amén. Mortifíquese vuestra paternidad reverenda y padezca la disciplina
que ha dado. Y entienda que de los ministros superiores se debe
hablar con el decoro y cortesanía que pide la dignidad
y representación de la majestad de un rey tan clemente, benigno,
piadoso y catolicísimo; a quien no debió causar de injusto
e inicuo en los tributos del papel sellado y media anata;
que expende en defensa de la fe con todo su patrimonio;
y reconocer que es su vasallo capellán y súbdito que le sustenta,
alimenta y conserva y muchas de las provincias de su
sagrada religión, que es de las más beneficiadas de su
grandeza real y que fue pecado más que de ingratitud.
Deseo saber un francés, inglés o holandés [que] pudiera destemplarse
más ni reprimirse menos. Aprenda, pues, de las antorchas
más brillantes de la iglesia de San Gregorio Nacianceno
[in Julian orat 1 et 2]. Que, con elegantes apóstrofes,
panegiriza al Emperador Constancio, siendo hereje y que
sangrientamente persiguió a los mayores santos, como refiere
el gran Cardenal César Baronio en el [tercer tomo] de sus anales
[ann, 361, número 21 et seqq folio 10, 28 et seqq]. Y de San Dionisio,
Alejandrino que llamó santísimos a los emperadores
Valeriano y Galieno siendo sacrílegos, nefandos
e impíos. Apud eundem Baronium, [2.º tomo, ann Christi 260],
número 22, página 683. Porque basta ser imágenes y retratos de
Dios para que sean venerados con respectos reverentes,
por mal pintadas que estén. Que no se atiende a la figura sino
a lo figurado. Y procede en términos tan precisos esta obligación.
Que no sólo se deben los obsequios respetuosos al que es
actual superior, sino al que lo ha sido, aunque sea un demonio
altercando. San Miguel, según refiere San Judas en su epístola
número 9 sobre el cuerpo del profeta Moisés, no se atrevió el valiente
arcángel a injuriarle, blasfemarle, ni calumniarle,
sino que remitió a Dios la determinación de la controversia
reñida. Cum Michael (escribe la apostólica pluma) Archangelus
cum diabolo disputans altercaretur de Moysi
corpore non est ausus judicium inferre blasphemiae: sed dixit
Levantamiento de Ilocos y Pangasinan

las mandase esconder porque las quitaban. Estando en esto, llegó
Doña Maria Banglas, que tenía aquí el señor obispo (que Dios haya), retirada
con sus hijos, toda desgreñada, para valerse del convento y esconderlos
en él. A que salió Don Pedro Hidalgo y advirtió [que] estarían más seguros
en alguna casa pequeña en el pueblo. Y fue buen [aviso]
porque por mestizos hubieran parecido. Hasta [sazón] a los zambales
con su cabeza o caudillo Gumapos estaban en dos hileras
en frente del convento. Pero no por esto dejó [Jinan Darisay de]
venirse conmigo hasta la escalera de casa. Y me dijo [ledi]
algún [tejo] de los que tenía, que lo escondería. Le di todo [el]
que había que era cantidad aunque ajena. Y en fin se escapó
acabando de [nevar] chocolate. Me dijo un fiscal que cuando [los
gupamuy] y que oyó tocar a santas se le saltaron las [lap
mas]. Y que dijo había de venir a besarme las manos las
nueva [me dio] cuidado. De allí a un rato vino el indio de
Aringay, Don Juan Cabangon, con un capitán de Gumapos, y que
con mi licencia buscaron al español que estaba escondido
en el convento. Mandé a los muchachos [que] le franqueasen todo el convento.
Se volvieron despidiéndose de mí. Desde esto era que hacia las
ocho hasta las dos de la tarde. Dispuso Gumapos el enviar a matar
al español y traer al padre Fray Luis sin saberlo nada. Hasta
que cuando vino a verme me lo dijo porque aunque se había
encargado [aún perdona] luego que acaba de decir misa. Y su
padre [buscaban] al castillo que le [enviste] a avisar. No lo hizo
o de miedo, o que no pudo o que no quiso. Vele aquí señor padre nuestro [co] Fray
Bernardino confuso y cuidadoso de las lágrimas de Gumapos
porque nunca me parecieron bien. En fin, estando en el
coro rezando vísperas, me envió el [conde] Gumapos con
recaudo. Y que en acabando de rezar, me vendría a besar la mano.
Respondí que cuando quisiese me hallaría en el convento. Le vi
luego entrar por la iglesia acompañado de más de veinte indios
de los suyos, sin arcos pero con sus [catanas y vara laos]
Salí a recibirle a la puerta de la escalera. Y habiéndome

y quitándome con la plata hasta valor de 300 pesos
con un molimiento notable y aportando conmigo en que me
aseguró estaban alzadas todas las provincias y otros mil
desatinos. Ya dándose de nuevo otra palmadita en la frente
hasta que llegó el padre Fray Luis, avisando pues me dejó. Y el
indio de Aringay llamado Don Juan Cabangan que siempre le asistió
me dijo no bajase y me metiese en su celda. Lo hice así
pero oyendo hablar recio a Gumapos con el padre Fray Luis en
la iglesia, no lo pude sufrir. Y desde la puerta que va al
coro le reñí. Me dio un grito, diciendo, "¿Ya no te he dicho padre que
te estés en la celda que tú no entras en este pleito?", me
[dijo]. Por no irritarle más, volví por la ventana a hablar
hasta que el padre Fray Luis me envió a llamar para reconciliarse
y entonces bajé. Y después nos subimos todos
juntos con Gumapos ya muy amigos porque ya le había quitado
todo el oro y más otros ocho taeles, para que ofreciese un
poquito un principal de [Boralno] llamado Don Guillermo
Cortés con harto disgusto de Gumapos y la vieja de aquí.
Aunque de él que tenía de acá le pagó. Y después volviéndole
el padre de Gumapos, llamado
{Al margen izquierdo: Don Miguel Carreño, padre de
Don Pedro Gumapos}
Don Miguel Carreño [que viéndole]
[previo] el alcalde de Ilocos me satisfizo el padre Fray
Luis y a la vieja que había dado [tres y medio] en estas confesiones
vino a mí el Cortés y me dijo ¿qué habían de
hacer porque si firmaban lo que Gumapos quería, iban
contra el rey, [y] si no los mataría pues ya no tenían defensa
ni había gente en el pueblo? Le respondí [sin mayor]
harta que hubiésemos socorro. En fin al otro día se fue
Gumapos habiéndose despedido de nosotros y habiéndole ya
dicho no dejasen la fe, pues dado caso que Malong pudiese

más temerario o valiente que prudente. Al llegar a Aringay
con cien soldados halló el pueblo sin gente y sólo los principales
que le siguieron a buscar el enemigo que decían estaba ya cerca. Apenas
pasaron el río cuando dieron con el zambal. Y estando hablando
de entrambas partes por las espaldas del Maese de campo Peding,
le apareció Don Miguel Carreño armado con otros seis o siete
indios. Le prendió y entonces exhibió un tejo del oro del padre Fray Luis y
nuestro que había dejado su hijo a su madre o abuela. Y preso le
remitió el maese de campo Don Lorenzo Peding a Bauang. Y por no haber
peleado con los zambales que, por ser pocos, pues sólo eran 102, se
huyeron. Llegando la noche, fue en su seguimiento hasta Agoo. Esta
retirada de los Zambales nos hizo mucho daño. Avisó el Alférez
Lorenzo Arqueros a su [Capitán Tore] por la provincia de Ilocos. Pudo
haber envidia o emulación de parte del superior o deseos de establecer
más su casa. Y dándole aviso después que venían muchos
enemigos, y que le viniese a socorrer, aunque el padre Fray Gonzalo
dicen le persuadió al alcalde mayor no saliese de su jurisdicción que
es Namacpacan donde estaban. Como le apretaba el alguacil
mayor sin esperar las demás gente que venía de arriba, se vino con
el padre Fray Gonzalo y sus [medios castillos]. Y llegando aquí envió
a Agoo a su teniente o alguacil mayor a socorrer al maese
de campo Peding porque los enemigos se llegaban y eran
muchos. Domingo 2 de enero de este año de 61. Después de comer,
llegó [Nicolás Medrano] a toda carrera, pidiendo socorro. Tenía
yo dos tibores de pólvora y me los pidió el alcalde mayor, asegurándome
el de Batac no me faltaría después. Aunque no la
veré [in die bues vita mea], los dice porque aunque quería quedarme
con el uno, apretaron tanto que me rendí. [No traba] decir yo que bastaba
a mí parecer el segundo visitador pero a la pregunta no
viene [vuestra padre]. Respondí con el ["señor sí"]. Llegamos a Agoo tarde
y hallamos a nuestro Lorenzo Arqueros muy ufano y animoso.
En fin dijo que los zambales estaban en Manacleo y que él

de las flechas, vencemos así como se dio el Santiago el padre Fray
Gonzalo [como] más [cinco pico] hacia a aquella parte. Pero como vio que los ilocos
se huían, fue el primero también que [volvió] las riendas, y luego todos,
dejando la polvera al enemigo. Y al pasar el mal paso por no acertar
el padre Fray Gonzalo el camino, se pudo perder. El alcalde corrió
también riesgo y en particular el maese de campo Don Alonso Solibuen
porque se le huyó el caballo y milagrosamente se le detuvieron y se
libró. En el [pasado] el paso malo que era buena campiña, vimos estaban
peleando allá arriba el maese de campo Don Lorenzo Peding y procuramos
detener los indios pero fue imposible. En fin este valiente
iloco murió en la batalla y por sumamente se le cayeron a todos los
ilocos las alas del corazón y no quisieron resistir al zambal.
Murió otro maese de campo por su [parte] porque era viejo y sin
provecho. Y queriéndole dejar el alcalde en Vigan, no quiso, y
después en Agoo le mandó no fuese al campo y se fue [a la] camarín.
Llamaban Don Pedro López de Vigan. No se puede contar las lástimas
de las mujeres, viejos y niños. Procuré no detuviésemos en
Aringay y no hubo modo. Luego en Bauang tampoco porque al
llegar aquí, ya los indios estaban por delante. Sólo los principales
aparecieron. Le rogué al alcalde mayor le detuviese. Y como
los indios pasaban todos seguidos, yo doloroso de mis iglesias estaba
dudoso y no trataba de ponerme a caballo tan a prisa, aunque
juzgo había ya entrado en mí el miedo por haber ido a la batalla.
En fin el Padre Polanco que estaba achacoso se halló bueno para
subir a caballo. Y el padre prior de [Basne] se apeó y vino a mí y
me dijo, «¿Qué hace vuestra reverencia? ¿Trata de tentar a Dios? Vámonos a Namacpacan
que allí se hará defensa contra los zambales». Obedecí
de suerte que no subí arriba y sin más que lo tenía a cuestas. Y
saliendo de aquí a la oración, llegamos a Namacpacan el otro
día, que fue martes 7 del mes, sabe Dios cuán cansados y afligidos.
Y todos los pueblos desde Agoo se conmovieron pero algunos
indios se detuvieron, otros pasaron hasta Laoag y en todas
las fugas hubo [paridas] en el camino. ¡Qué desdicha!

en el pueblo, estando los demás en Narvacan. Llegó el padre Fray Benito
de [Mena] muy arrestado y con carta del padre visitador en que nos mandaba
a todos los religiosos no fuese nos a Bantay, pena de
mal [caso]. Y a los de la Amianan, que es a la parte del norte, envió al padre prior de Sinait
(aunque solo diga si yo gobernara muy diferente, mandara yo). Dijo
el padre Fray Benito era para hacer consulta para embarcarnos
todos. Entonces, hablé a los padres y les dije que el primer vos
era el mío por vuestro [p.l] y que [a] mi parecer, había [de ser] que cumpliésemos
con nuestra obligación. Pues sería gran desdoro de la
religión que se dijese que sólo para el oro queríamos ser ministros,
dejando nuestras ovejas en tiempo de la tribulación. Todos son
testigos y aun dijeron [que] me seguirían. Y en [día] dije al padre Fray
Benito que me refirió una fuerza de que trataba el padre visitador
para defendernos o para por tales como fue, que íbamos
perdidos. Y más cuando le oí decir había escrito también llamando
al alcalde y Don Alonso [Solibuen] que estaban en
Agayayos, adonde [paró] de la fuga y en donde le advirtió
el padre Fray Gonzalo [que] importaba toda su reputación [que] asistiese, y que
entre los dos, había habido voces sobre esta retirada o fuga que
se intentaba. Y que el padre visitador le había dicho al padre Fray Gonzalo
que aquello importaba y que él sabía bien lo que hacía. Llegamos
todos a Bantay y [Somalo]. En esto hubo nuevas del
socorro de Cagayan con que fue todo alegría. Y [ser lejo] la llamada de los
padres de la Amianan, y os [onlose] blasonar a algunos desde la cama.
Dije a mí sé yo, a fe que si hay nuevas del zambal que será otra
cosa, como sucedió que todos se [herbaron] y fueron llamados
a Vigan del [y] obispo. Yo no pude ir adonde no se trató cosa
de importancia. Y en cuya ocasión, dio el padre visitador licencia
a los padres para irse adonde quisieren, y en fin, [decía]
era de parecer el señor obispo podíamos en esta ocasión dejar
nuestras ovejas. No lo pude sufrir. Y desde la cama le escribí dos
letras [holgarame], viviera y refiera la carta, solo digo.

A nueve huimos de Namacpacan, que fue domingo infraoctavo
de la Epifanía, y viernes a la noche 14, día del Santísimo Nombre de
Jesús. Se embarcó o fue a embarcar el padre visitador el sábado por
la [mañana]. Nos fuimos los tres a casa del señor obispo y [yo] con harto trabajo
y todos los españoles a la barra, fuera dos criados del señor obispo y el
alguacil mayor de la [provincia], Lorenzo Arquero, que aunque tuvo orden para
embarcarse, no quiso. Y pasaron, cuando llegó el zambal, todos
arriba para irse a Cagayan adonde padecieron grandes trabajos
con los religiosos que estaban allá. Estando ya el zambal en Narvacan,
pasaron los indios unas cartas del general Don Felipe Ugalde
para los dos alcaldes mayores de Ilocos y Cagayan en que avisaba
de su llegado a Lingayen y venida por tierra del general Esteybar.
La abrimos [desde] Ilocos y muy gustosos la remitimos por la [provincia]
arriba. Avisamos también al zambal y que se retirase y que
no hiciese daño a los pueblos, pues le habían hecho buen [palege].
No quisieron darnos crédito y en fin entraron en Vigan [el]
viernes, 21 del mes de enero. Ya estaba consumido el santo sacramento
y [purgado] del señor obispo. Y por parecer conveniente para
causarles respeto, les aguardamos con la misa. Porque decían [que]
deseaban oírla por haber muchos días que, por falta de sacerdotes,
no la habían oído. Y los recibió su señoría altísima, vestido de pontifical,
y nosotros como para decir misa. El primer zambal que
llegó fue uno de Binmaley que llamamos el Llorón. Y se echó a los
pies del señor obispo, llorando y diciendo que venía forzado, sin duda
era así por lo que después experimentamos de él. Pues llegó a porfiar
tanto que dio el señor obispo licencia al padre Fray Gonzalo para que le
confesase como lo hizo. Luego el sargentillo mayor y cabo
de los enemigos Don Jacinto Macaraeg, que hasta hoy no se sabe de
cierto si vive o murió. Y parece a todo permisión de Dios por el
diferente estilo y respeto con que nos trataba, siendo así que todos los
demás principales han pagado su delito. Luego Gumapos, y no quería
llegar a besar la mano a su señoría altísima, o de miedo o vergüenza.
Y luego otros que oyeron misa que dijo el llamado Don Jerónimo de
Leyva y los demás se esparcieron por el pueblo mientras
[a robar]. Al salir de la iglesia encontramos con un indio
con la

con la mano casi partida por medio que fue por querer defender no sé
qué oro. Y todo el pueblo se quedó en la iglesia, excepto algunos
principales que fuimos sacando los religiosos y metiéndolos en casa del señor obispo
adonde padecimos todos dos días [de] calor [y] hediondez, porque nadie podía
bajar sino nosotros que acudimos a los de la iglesia, y en particular
el padre Fray Gonzalo, o por más suelto o porque Dios le dio más ánimo, lo
trabajó mucho. Al entrar el zambal en el pueblo se fue
a reunir al río y desde entonces cobró tanto ánimo que solo
él no reparaba en meterse entre los enemigos. Aún [lo se] dieron unas
heridas y venía, huyendo por la calle de la casa del señor obispo y cayéndose.
Y aunque le vimos todos, ninguno bajó a confesarle, aunque
es verdad que su cura aseguró [que] era loco. Solo el padre Fray Gonzalo que estaba
a la puerta de la iglesia o dentro, fue allá y le absolvió debajo
de condición y en fin lo trujo debajo de casa donde murió
y le enterramos. Todo este primer día, solo fue el padre Fray Gonzalo
en dar morisqueta a los niños que estaban en la iglesia y arroz
crudo a los grandes [hasta] ir, acompañando al río a los que iban por
agua para darles de beber. Y para nosotros todo el tiempo del
asedio, era menester ir alguno en compañía de los muchachos
o algunos zambales de los que nos hacían guardia. El padre Fray
Cosme y yo también acudimos a llevar alguna comida, si bien
Fray Gonzalo era el repartidor. Llegó la noche en que propusimos sería
bueno hiciésemos guardia a los indios que estaban en la iglesia. Y dije
yo [que] dividiésemos [por] la noche en dos [cuartos]. El uno padre Fray Gonzalo
con el llamado Don Gerónimo de Leyva, y el otro el padre Fray Cosme y yo.
Y que el padre Fray Gonzalo escogiese su [cuarto] por estar más cansado.
Estuvieron todos hasta las once y media de la noche a la puerta
de la iglesia, abierta la puerta y la guardia de los zambales a la
entrada del patio. Y desde esta hora estuvimos el padre Fray Cosme
y yo hasta la mañana (doy se la a cualquiera de los más valientes
que tanto mal dicen de los religiosos). Allá a las tres de la mañana
vino a mí una pobre india, pidiendo misericordia que estaba muriéndose
de sed. En fin salí a los zambales que estaban de

el primer difunto que resucitaron los zambales fue el suyo.
Yo llevaba 300 pesos que me había entregado el padre visitador,
cuando los pude llevar al sampán y los manifesté. Y los enterró
el Padre Miguel de Quiros debajo de casa con la plata de
Tagudin y en la iglesia otra petaca llena de plata, toda
resucitó pero lo que no era de iglesia [vuestra]. En fin como vimos que
todos los entierros acertaban, escribió el padre Fray Gonzalo un
papel a Macaraeg para sacar la plata de Tagudin que aún no
habían dado con ella. Para que no hubiese disgustos, dispuso su [pestilencia]
de hallarse presente. Se llegó el tiempo del desentierro
que fue ocasión de dar el saco a todo lo que había debajo
de la casa del señor obispo con tanto ímpetu, que el padre Fray Gonzalo
subió más que de paso acompañándole un [hierón] de
Malong, al parecer buen indio. Y después, en otro acometimiento
que dieron a lo que estaba arriba en el cuarto de Don Gerónimo,
se echó por el corredor, o de miedo o porque quiso. Era [Flandes] [que]
[vio] los ladroncillos que subían a ver si podían agarrar
algo, y saliendo alguno de nosotros, se huían. Al principio
nos cerraban la puerta, no sé si por guardamos [o] [porque sí],
si bien siempre abrían si habíamos menester algo.
El jueves a la tarde dijeron que habíamos de salir para
Santa Catalina y nos trajeron indios para la ropa, y entró el
Conde Gumapos con deseos del saco a engañarnos con andar muy
listo, [triando] nuestras petacas para apartarlas y saber los
indios que habíamos menester. A mí me habían quitando todos los
muchachos, o por darme pesadumbre o por saber si había más
plata u oro. Y viendo uno que acompañaba a Gumapos, bajé
abajo y se lo pedí. Que fue el mismo jueves por la mañana,
y sabiendo de los otros dos, me los negó de miedo. Y estábamos entre
los dos componiendo la ropa. Y yo, buscando un papel de
importancia, y por detrás, un viejo endemoniado me quiso
la hamaca y pabellón +, y viéndolo yo se lo volvía a quitar. Y
{Al margen izquierdo: Por tres veces}
en esto, entró Gumapos, y la primera acción que hizo fue

echar la mano a un [tibu] blanco de bocadillos y sacó y comenzó a comer.
Luego, dio en una petaquilla y sacó un llavero de llaves. Yo arrastré dos
petacas que tenía y las saqué a la sala. Había allí una petaca con la
mejor ropa de Tagudin y la imagen de [pasta] de aquí. Y no me atreví
a sacarla, no sabiendo [que] me darían gente. Y era tal mi opinión que solo
una sobrecama, el [breviario] y el Belarmino en Iloco me parecía
podría escapar y así lo traía conmigo. Dije pues a los zambales que la
comenzaban a saquear, «mirad que en esta petaca no hay cosa que no sea
de la iglesia. No la toquéis». Apenas di la vuelta cuando la hallé
vacía y la imagen de nuestra señora a un rincón en el suelo, cargué con ella
y entre la plata que restituyeron de las iglesias, que fueron dos petacas, vino
la casulla verde de Tagudin sin estola ni manípulo. Y la puse
sobre la imagen adonde pereció o le hurtaron cuando quemaron la
casa. En este saco, llevaron mucho oro que había en petacas y cajas
particulares, y las del señor obispo que habían entregado a sus criados,
los indios. El señor obispo dio su báculo a Gumapos para que se lo
guardase. [Va] de [triste], de la casa del alcalde mayor, habían traído
unas candelas y unas tres petacas. El padre Fray Gonzalo, como amigo
suyo, o por mejor decir por hacer bien en que ponía todas sus
fuerzas, trató de librar estas petacas, porque antes del saco, el señor
obispo trataba de entregarlas a los zambales que sabían de ellas
por librar lo demás. Y el padre Fray Gonzalo se las dio al sargentillo
mayor para la una, otra para Gumapos, y la otra que se lo guardasen,
o las dos, más uno cien pesos, más o menos. Pues al dejarnos los zambales
cada [lang], digo en Narbacan, decía el señor obispo [al] padre Fray Gonzalo,
«¿cómo [en] de cien pesos y petacas, como a vuestra ilustrísima de [báculo]?+. «No,
{Al margen izquierdo: + respondía Fray Gonzalo}
yo se lo di a Gumapos para que viéndole los españoles con él.» «Le costase
caro», respondía el señor obispo. De este saco nos quedamos sin [plata]
ni cosa de que poder echar mano por que todo se lo llevaron sin
dejar cosa alguna. Solo al pontifical del señor obispo que estaba
apartado con nuestras petacas no tocaron. Si bien por no querer su
santísima no se escapó el pabellón y otras cosas, o todo y por no tener criados,
a Don Gerónimo, hasta la cama le quitaron. Aunque escapó otras
cosas, todo lo que podían, arrastraban. No habiendo quien se lo [im]

Tampoco el padre prior de Laoag se ha escapado de testimonios, pues
publicaban los españoles [que] había echado de repartimiento en su pueblo
el oro que dos principales de Laoag habían dado a Magsanop, habiéndoselo dejado
el padre Fray Luis para que se le guardasen o para una custodia que
nunca se hace. Lo que supe fue que se lo pidió a los dichos principales,
supuesto que su oro de ellos no lo habían dado al enemigo, que no
era razón [que] perdiese él el suyo. Y ellos lo buscaron como pudieron
o lo habían concertado cuando se determinaron a entregárselo al
Magsanop. El segundo testimonio era acerca de pedir licencia
para enterrar la cabeza de Bisaya porque había llevado [15] tres. Y
dice su madre no hay tal otro acerca de una confesión y declaración
de un ahorcado, siendo así que fue otro su confesor. Por aquí
puede vuestro reverendo padre nuestro conocer que verdad tendrá lo demás.
En lo de Don Ysidro me aseguró que el padre prior de Manila
Fray Antonio [Carrión] le había ofrecido el hábito y rogado le con él. Yo
le aseguré que dado caso que vuestro reverendo padre nuestro le diese el hábito, no le daría
licencia para tomarlo acá por no ser sacerdote. Y que fuese a pedirlo
a la ciudad de Manila y que advirtiese que solía yo aconsejar muy
bien. Dijo que todos le facilitaban la tal licencia y que yo escribiese.
Lo hice de modo que le di la carta abierta, porque me pareció que con
decir, dependía de allá la aprobación, y que había dado acá prueba
o muestras del buen paño. Aunque significase la falta de religiosos,
importaría poco. Perdone vuestro reverendo padre nuestro si yo erré. Ya le
despaché con Dios.
Parece haber ya respondido en este proceso o [Paulin]
tres de vuestro reverendo padre nuestro, que la fecha de la última es a 17 de mayo. []
Me falta decir cómo avisé a la provincia de las muertes del Padre Quesada [y del] []
Padre Sarabia, y que entiendo vuestra reverencia que el padre Fray Marcos Zapata [no
lea] al Padre Medina, pues no es persona que trata de pleitos a []
entender, ni el Padre Medina le oye como lo experimenté en este [[vi]a]
La caja de los ornamentos quedó en Bantay para que el padre prior [lar]
habiendo ocasión. Pido a vuestro reverendo padre nuestro perdón del modo de [es]
que como es larga la carta, no se puede hacer traslado y como [salía]

Aunque este año ha sido de destrucción para las iglesias, esta
no ha entrado, sea Dios bendito, antes ha tenido aumento, pues se ha hecho
un ornamento de [lanía] blanco frontal, casulla, capa. Y en esta
ciudad se están haciendo las almáticas y paño de abril de lo mismo.
Y ahora hay otra limosnita que me mueve a enviar la cruz de plata
que son 15 piezas, y dice el libro pesa todo 166 pesos para que de [ella]
y [peso] de 20 pesos más que va de plata quebrada en una media. Se sirva
vuestro reverendo padre nuestro de mandar hacer al hermano Fray Manuel una cruz
y ciriales del tamaño y hechura de la de Dingras que corrió por
su mano, haciéndome merced vuestro reverendo padre nuestro de darle la plata que
fuere necesaria, que avisándome vuestra reverencia de la cantidad, la enviaré
en oro. O si no gustara vuestra reverencia de este metal, que el hermano pida la
plata al Sargento Mayor Hernando Ponce, que la dará luego, por cuya
mano remitió allá la cruz, que además de ser larga de cuerpo y
pequeña de cabeza, tiene mucha plata y no tiene ciriales que
es gran falta. Estimará en mucho padre nuestro [que] se obre luego para
gozarla antes de capítulo. Y perdone vuestra reverencia la llaneza, que es de
hijo de vuestro reverendo padre nuestro, cuya vida guarde nuestro señor largos años como esta provincia [amonesta].
Bauang 13 de mayo de 1661 años.
[]
Padre nuestro
Beso la mano de vuestra reverencia su más humilde súbdito y vuestro hijo.

impidiese. Algunos indios tuvieron ventura, que tenían su
oro en el pontifical del señor obispo. Y se lo escapamos porque con
el saco se dilató el viaje para la mañana. Y aquella noche aunque
el señor obispo se afligía con este oro, no nos fuese causa
de alguna desdicha. El padre Fray Gonzalo lo tomó, y en su pabellón
solo lo puso en seis [a] ocho bolsones y [nos] lo repartió a los
cuatro y lo [sacamos] en las faltriqueras. Yo llevé tres bolsones,
dos en las faltriqueras, y uno en la abertura de la
manga del jubón, habiendo andado a pie casi hasta Agayayos
desde Santa Catalina. En Agayayos, enterró el padre Fray Gonzalo la
mayor cantidad con que me aliviaron a mí. Y después, cuando
se volvió Don Gerónimo a Vigan, se lo entregamos lo que llevamos
hasta Narbacán y fue a desenterrar lo que había quedado en Agayayos
para dárselo a sus dueños. Este es el oro que quitan
los religiosos, pues a fe mía, que eran más de
200 taeles. Partimos por la mañana, viernes, a Santa Catalina.
Que ocho días estuvieron los zambales en Vigan, nos dieron indios
para nuestra ropa y caballos para nosotros, excepto el señor obispo que
fue en hamaca. Y al salir de Vigan, vimos los muertos y el
fuego que pusieron a Bantay y Vigan. Aquí solo quedó el [tamboboay]
del padre. En Bantay, el convento con su iglesia y una casa dejada
en las visitas de este partido a la Amianan habían quemado
a San Idelfonso. Pero quedó la iglesia, en el de Sinait a
Cabugao. Y quedó también la iglesia, aunque dicen no fueron
zambales los que pusieron fuego a este pueblo. Llegados a Santa [Catalina]
con nuestra ropa y dos petacas de plata de las iglesias. Que aunque
se las entregábamos a Don Jacinto Macaraeg, no las quiso sino que dio
indios que las cargasen. Iba yo por delante y quise que nos aposentásemos
en casa de Don Pablo de la Peña, que también ha muerto, ahorcado. Mas,
[vi] la llena de gente y ropa, y escarmentado de Vigan, pasamos
a otra casa de un principal que estaba ausente, y su casa
vacía. Subidos allí, vino Gumapos, y le pedimos de

comer. Y dijo que luego porque aún la gente andaba alborotada,
y era que andaban robando y matando. Vino después con una
olla de morisqueta y baboy, y el organista de Bantay que no sé como se
llama. Algunos [ongotes] que son cáscaras de [cocos] nos sirvieron
de platos y ricos vasos para comer y beber. Aquí me sucedió un caso
notable y fue que estando yo sentado con el señor obispo, se entró un
zambal en la casa desnudo, solo con su banque y con su baralao
y catana, preguntando no me acuerdo bien, si por el padre vicario provincial o padre
Fray Bernardino, por mí. En fin, me levanté y yéndome hacia él.
Con harto recelo, se hincó de rodillas y me dijo, «padre esto que hacemos
no es conforma a la ley de Dios y así perdóname y échame
una bendición». No sé lo que hice. En fin, se fue. Dios le haya dado
muy buen fin, o le dé buena muerte si viva aún. Allá a la
tarde, pusieron fuego a la casa de Don Pablo de la Peña después de
haberla saqueado y muerto en ella, no sé cuantos. Viendo pues nosotros
estaba cerca el fuego, bajamos la ropa abajo. Y luego vinieron
los zambales más principales y nos dijeron [que] [venía] ya el
fuego, que nos mudásemos. Y en fin, sin querer, cargaron ellos mismos
con la ropa y nos la llevaron a otra casa hacia el poniente
adonde fuimos, siguiéndolos. Subida ya la ropa a la
otra casa, pusieron fuego a otras casillas de la misma casa y
pedimos nos bajasen la ropa, adonde quisieron [perder] nuestra
petaca pequeña, pero subí arriba y yo la arrastré. Salió Don Jacinto
Macaraeg y, disparando un mosquete a pechos delante nosotros.
Echó un porvida de Don Jacinto Macaraeg y hizo apagar el
fuego. En fin, aquella noche pasamos en aquella casa y
fue tan dichosa por haber sido nuestro albergue, que ella sola con
otra grande, que está enfrente vivió o quedó libre con la iglesia
de todo el pueblo. Porque por la mañana quemaron hasta los tambobos
y nos obligaron a irnos debajo de un guayabo al sol. Y
para comer aquel día, fue menester saliese yo a pedir por
amor de Dios a los ranchos de los zambales, que acudieron
luego a traernos arroz, vaca y oveja que habían muerto una
del padre visitador.

grande. Llegó el señor obispo y nos fueron alumbrando hasta dejarnos
en el convento adonde no hallamos ni agua. Perecíamos de sed. Y el padre
Fray Gonzalo me dijo, «padre, ¿vuestro provincial, no iremos para agua?» Respondí que sí. Y [notició]
hacia los zambales como solía, sino a la primera casa junto al convento.
Hallamos agua y muy fría. Y diciéndole yo, «¿no iremos a buscar de
comer?» Dijo venía cansado y que en bebiendo, se iría acostar.
Después, conocí había algún recelo del Ama Don Jacinto. En fin, el
señor obispo tenía hambre, y a unos zambales que estaban abajo en el
patio, pudimos avisasen a Don Marcos Macasiam, y que nos socorriese.
Y allá a medianoche hubo vaca y morisqueta en que metió el
señor obispo bastantemente. El día siguiente, lunes y último de este enero
se pasó allí todo el ejército por esperar al sargentillo mayor
que estando aún todos en Santa Catalina. Llegó un sampán a la barra de Vigan,
enviado del General Ugalde de Lingayen, y trataba de rendirlo por
entender era el alcalde mayor de Ilocos, siendo así que había más
de 20 soldados en él. Lo dejó en fin y llegó aquel día a Narbacán
y halló en la playa una carta de su rey, el Malong, que si hubiera
llegado con tiempo, quizá no entraran en Vigan. Los indios nos dijeron
después lo que contenía. Y antes, llorando, dice el padre Fray Gonzalo [que]
le dio parte de este papel el mismo sargentillo mayor. Les avisaba
Malong de la llegada de los españoles a su reino. Si bien eran pocos,
que le diesen prisa para ir a matarlos a todos, y que se llevasen todos
los principales de los pueblos conquistados para que les ayudarán y vieron
juntamente su valentía contra los castillas (muchos papeles hubo de este
monstruo y el último que no pasaron los indios, decía quemasen
los pueblos e iglesias y se retirasen a los montes porque ya había
vencido a los españoles, que fue cuando se huyó, quemando
su pueblo). Aquí comenzaron los zambales a quejar de los de Narbacán
y que los habían de degollar a todos y quemar el pueblo, porque
les habían hecho traición y muerto mucha gente, y en particular
un tío de Gumapos llamado Don Miguel de Tabora. Y decía el
Conde Gumapos [que] le había llevado un principal de Narbacán diez
taeles de oro y casi cien pesos. Procurábamos aplacarlos. En fin,
enviaron la compañía de Ilocos por dos veces a buscarlos

ellos cuatro indios a ver lo que pasaba. Y como los muchachos
andaban discurriendo por todo el pueblo, volvieron diciendo [que] estaba aún
lleno de zambales. [Di] los pedazos de vaca, en particular de una cabeza
que dejaron los enemigos y de la que se mató después (antes que hubiese gallinas
que pasaron tres días) y no para todos sino para el señor obispo. Le dio una furiosa
ventosidad o dolor que fue el principio de su muerte, porque el agua
era muy salubre. A mí me dieron unos [presos] que me trataron muy mal y
como estaba sin criados, que el señor obispo (que Dios tenga en el cielo) respondía
cuando yo llamaba y me enviaba su criado. Pasé mucho trabajo hasta
que llegó el padre prior Fray Antonio de Acebedo de la Amianan huyendo de
Magsanop. Llegados los principales al pueblo —que fue al tercer día— el padre
Fray Gonzalo pidió quinta del oro de Gumapos. Fueron dilatándolo hasta
que de vuelta de Santa Cruz —porque cuando supo estaba en Santa Lucía ya el
padre visitador le fue a ver— me lo trajeron a mí en un cesto cerrado como
lo entregó Gumapos, según dijeron. En fin, se abrió delante los tres y
el sargento mayor Don Agustín Solimán que lo trajo. Y sólo hallamos [5] taes de oro
y una pesa de bronce que pesaba otros cinco. Y la plata pienso [que] no faltaba
ninguna. Fray Gonzalo trocó por plata dos taes con condición que si los
dueños no pasaban por ello volvería el oro. Eran unos principales
de Bangar, según Gumapos dijo al padre Fray Gonzalo, preguntándoselo
cuando ya estaba preso y entregándomelo todo con una [memorita]. Se
metió en nuestra petaca. Y así lo entregué a sus dueños de quienes no
recibí ni un real, aunque me dijeron [que] tomase para el camino. Cuando
Gumapos se halló con nosotros en Narvacan nos pidió diez pesos para comprar
un negrito que trajo del padre Fray Juan de Ysla. En fin, por consulta se le dieron
de la plata de la comunidad y después se sacaron estos diez pesos
de este salapi. Que menos esta cantidad, la que en él hallamos sin faltar
un real, le dio por mi mano a sus dueños, habiendo tenido el padre
Fray Gonzalo pleito con los indios, y aun con el [prior] por defender [los] sobra.
Que no enterraban el oro que había [dado] Gumapos. [Advierte] un padre
nuestro que, por ser Fray Gonzalo tan desgraciado hay ahora un embolismo
de Satanás. Tanto que me dijo a mí el Señor Rayo había de pesar
a [Madrid] el cesto a salapi. Se me olvidó de asegurarle [que] estaba ya
en el cielo, pues el hacer una buena obra fue nuestra intención,
aunque le conté la verdad y dije que si la religión padecía por mí sin
culpa mía que no me daría cuidado, y muy grande sostendría hallándome

padre visitador no le hubiese embarcado en el sampán— comenzó a
hablar mucho y decir no era ya su vuestra reverencia visitador por haberlos
dejado. Y luego en el convento se volvieron a tocar. Y en fin, porque
habiendo muerto un principal en Bacarrá, iba allí el padre
visitador —como él dice— por la limosna, cuando quizá iría también
a la averiguación del oro del padre Fray Joseph, si bien los visitadores
nunca vuelvan atrás a los conventos visitados sin causa
muy urgente. Y habiendo de haber vuestro padre en la [provincia], o pudiendo mandar
al mismo Medina que cuidase de este oro y lo demás, pudo
excusar el ruido que hubo de que resultó tanto daño a todos. Fue
por delante el alcalde mayor y hallaron ya en Laoag al socorro
de Cagayán, de que podemos decir post bellum, auxilium. Y Magsanop,
ya retirado —que hasta hoy no aparece— mandó quemar la iglesia
de Laoag en que no hizo mucho daño, pues [dado] [que] era viejo y se había
de derribar [a no faltar] ornamentos y plata. Los pueblos de
Bacarrá con la iglesia y convento quedaron libres. Y hay gente hoy
en día en Bacarrá, Pasuquin, Vintar, [Bambanglo]. Y el General Esteyvar,
después de haber andado montes y valles y [consoló] mucho a su
ejército, no pudo haber a las [moros], a los dos cabezas principales
Magsanop y Ambagan. Hizo castigo en otros culpados [ahorcando]
más de 90 en Bacarrá, Laoag, Dingras, adonde fueron
algunos enemigos. Pero aunque quemaron el pueblo, quedó la
iglesia libre. Y ellos pagaron con su vida allí su atrevimiento por
los tinguianes en Pangasinan. Mandó quemar Malong a Bacnotan
con la iglesia y convento. Y él mismo quemó a su pueblo
Binalatongan con convento e iglesia que era bueno. Hubo algunos desacatos
a las imágenes quitando cabezas a Santos Cristos. Y en Agoo una
imagen de nuestra señora la hicieron astillas para cocer la morisqueta
y haciendo cuchara de una mano. Al volverse los zambales
de Vigan todo lo profanaban y quemaban. Cuando llegué a este [convento]
no hallé nada pérdida considerable.
Se sigue la memoria de lo que falta de los conventos o iglesias.
Volviendo a repetir lo quemado de pueblos etcétera.

dejaron la iglesia sin dindines. Y todo el convento también
[y] sin suelo y se robaron la sacristía.
Oro
Llevaron dos gargantillas de La Virgen con su cebadilla
más doce botones de oro.
Plata
Una naveta.
Ropa
Camisas y sayas de La Virgen
Más un velo de la misma imagen.
Frontales, tres. Casullas, 2. Paños de cálices, 10. Corporales, 4.
Albas, 7. Manteles, 7. Y otras chucherías.
Todas las visitas quemaron los alzados y los [cajones y nuestros].
Aquí di la casulla negra y un alba.
El pueblo se quemó casi todo, la iglesia vive y falta lo
siguiente.
Capas, 5. Frontales, 19. Casullas, 25. Velos de
cálices, 17. Velos de los altares, 5. De hombro,
1. Corporales, 7. Bolsas, 7. Bandera o pendón, uno.
Doseles de lacar, dos. Palio, 1. Albas, 7. Manteles,
8. Amito, uno. Purificadores, 17. Y otras chucherías. Aquí
di el frontal morado, que no trajo casulla. Y no hay otro
convento más necesitado. Si hubiere un ornamento negro hará
gran limosna. Di la otra alba aquí también.
Plata.
De [418] pesos de plata que fueron a renovar a Manila,
han quedado en 100 pesos. Falta más un cáliz y el
[visil] nuevo.
De plata falta, lo que toca al [osta del gion]. Una cruz
del altar, de un candil grande falta el cuerpo [díganos].

Un candelero pequeño, una cruz del pendón. De un cirial falta
la cuarta parte, y el otro cirial la una parte. Un cáliz con su patena
más dos patenas. Una campanilla del cáliz de la custodia. Una
lámpara más las cadenas y remate abajo, que era como piña de
otra lámpara. Las cadenas del incensario y cuchara. El acetre
e hisopo. Unas vinajeras. Una salvilla esmaltada. Un [sahumerio]
que es más cantidad de la que dice el padre prior que falta, que es conforme
a la memoria de los sacristanes [que] me han entregado.
Oro
Una gargantilla de La Virgen con [ciriales] y esmaltada curiosa y
costosa. Una poma con su filigrana y cadenilla de que pendía.
Unas pulseras de oro grandes con [sobretoca]. Unos zarcillos esmaltados
con sus aljófares. Un rosario esmaltado ^ encadenado
en plata. Cuatro anillos con sus piedras.
{Al margen izquierdo: ^ engazado}
Ornamentos
Frontales, 15. Casullas, 9. Capa, 1. Paño de hombro,
1. Paños de cálices, 7. Albas, 2. Amitos, 17. Manteles
de [Kalinga], 7. Quebraron dos aras. Faltan casi todos los
doseles y adorno de la iglesia, que se quemó, que era el mejor de la
provincia. El pueblo está bueno y todas las visitas con sus iglesias en pie.
Se salvó el retablo del altar mayor y los [caraterales] por estar fuera
y quitados por la obra.
Aquí no se ha perdido nada ni quemado, que fue el pueblo más
dichoso de todo con su visita. Pues no vio enemigos ninguno.
[Sinect]
Aquí sólo Cabugao sé quemó, pero la iglesia no. Y de esta
visita falta algo con un ornamento más blanco de raso
nuevo que no aparece. Lo demás está bueno.
Frontales, 12. Casullas, 13. Paños de cálices, 16.
Paño de atril, 7. Una copa. Bolsas de corporales, 5. Todos
los doseles. Un palio, una bandera, un pendón bordado.

Tengo de remitir a vuestra reverencia esta, en volviéndomela, aunque sea impertinencia.
Estando todos en Laoag con paz exterior, llegó carta del señor gobernador,
en que le decía al general que había sabido que entre los religiosos había diferencias, [y]
que procurase componerlos. Le respondí que avisase a su señoría lo que
veía por sus ojos, pues todos estábamos como religiosos y hermanos.
Juzgo [que] habrá escrito bien por ser bien intencionado. Desde que llegué
me dijo el general que se holgaría [que] hubiese un religioso que fuese [a] hablar a los
de Barra. Y en fin cuando estábamos allí todos, se ofreció el padre Fray Gonzalo.
Y tratamos de ir los dos, aunque no surtió efecto +. Allá dejé
{Al margen izquierdo: + habiendo asistido yo en Bacarrá una semana}
el padre Fray Gonzalo. Y dicen [que] fue a Bangui. No sé hasta ahora si han
bajado más indios, que cuando yo me vine aún eran pocos. Hablo de
los que andaban escondidos, que son las visitas de Barra, Bambán,
[Babuyan] y Bangui. Que en Bacarrá, Pasuquin y Vintar pocos faltan.
El padre comisario se volvió a su convento aunque dicen quejoso de mi y
que no había yo hecho nada. Mire, vuestro reverendo padre nuestro, ¿quién será poderoso
para que otro diga públicamente que es un mal fraile, y que los otros
son unos santos? Etcétera. Al volverme escribí al padre prior de Laoag hablándole
al alma. A que respondió el párrafo siguiente, que enseñé al padre prior de
Bantay. Sus consejos de vuestra reverencia son buenos, saludables para lo temporal
y espiritual. Y yo, como no me gobierno por espíritu malo sino
por la ley de los católicos, temía en el primer día que el caso sucedió[.]
Hecha esa diligencia ante el prior, y pedido le perdón del mal ejemplo,
y dicho le [que] se lo atribuí a mi cólera y no a razón —pues en un
sacerdote no la podía haber para semejantes razones y cóleras en
las causas de las demás— no me meto, pues, para que otros se precipiten. No me
[perderé] yo. Y créame, vuestra reverencia, que deseo salvarme y temo a Dios. Sintió
mucho lo del espíritu maligno de su carta de vuestro reverendo padre nuestro, a quién
suplico [que] le consuele con sus cartas, dándole las gracias de la composición
y a los dos padres Fray Juan de Ysla y Fray Gonzalo de Palma, que
cierto anduvieron como religiosos. Y tocante a las cosas que
se han dicho y que vuestro reverendo padre nuestro escribió a la provincia, y averiguado [este] testimonio,
lo primero el padre visitador no abrió ningún [fardo] como lo atestigua el
Capitán Simón de Fuentes, ni le entregaron oro los zambales. El
religioso de Santo Domingo Fray Diego Serrano sí que le dio al padre visitador
un tejuelo que le aseguró podía aplicar a la iglesia. Y después

el padre visitador lo hubiere partido entre algunas personas a quienes
debía el sangley, cuyo oro era y murió por él. Hoy en día tiene
el padre comisario el [tejo en ser]. Me dijo, «Si lo manifestaría». Le respondí [que]
lo retuviese hasta que hiciese el padre dominico la declaración.
Bien pudo ser [que] cargase el padre visitador con algunos ornamentos,
platos y aun caballos de la estancia conocidos y vacas, si es que
fue así. Pues en ello no pecaría en la carta, que atrás queda referida.
No hay más culpa que la que quieren atribuirle. Se quedó
el padre visitador para conducir gente y reforzar las tropas que
sacó. El alcalde mayor de Ilocos supo el mal suceso y la carta
que yo había escrito de lo que informaban los mismos zambales
sin saber nada de cierto. Vio que el remedio de esta provincia dependa
de Cagayan. Procuró el socorro y enviaba al padre Fray Lorenzo
por él, se escribía lo que quisiese. Fue accidente el abrir
la carta Magsanop. Si un capitán apretado en una fuerza pidiera
socorro y por coger al aviso el enemigo la perdiera, ¿tuviera culpa?
[Le oí más] que si hubiera sucedido bien el despacho del padre visitador
le habían de alabar de prudente. Pues no le echen la culpa
si ha sucedido mal, ni al padre Fray Lorenzo por haber entregado la carta
a Magsanop sin orden. Pues viéndole hincar de rodillas
pidiéndole [que] no pasase, que le habían de matar, no había de entender
[que] era el enemigo. La carta del padre Fray Gonzalo, me asegura,
era buena. Y así lo tiene declarado Don Alonso Solibuen
de su letra, que fue quien la escribió (aunque dicen [que] afirma
lo contrario por detrás). Y en fin el padre Fray Gonzalo había metido
al maese de campo Don Joseph de Mercado. Que para librar a
su pueblo Laoag y a su hermano Don Gaspar de la calumnia de alzados,
sería bueno [que] matasen a Magsanop, pues le tenían allí.
Luego no pudo escribirle; se fue. Además que esta carta no me
parece [que] la recibió Magsanop, porque un cagayan a quien
se entregó me dijo a mí en Bacarrá [que] la había dejado a Don Pedro
Almazán en Magsingal. Y delante mí hizo inquisición el
padre Fray Gonzalo con los indios de Bacarrá acerca de esta carta.
Y ninguno supo dar noticia de ella. Y el mismo tiempo dice

[que] no pudo esta carta alcanzar al enemigo, aunque digan. Respondió al padre Fray
Gonzalo que se guardase porque no le podía asegurar de los [calanasas] +. En lo de
{Al margen izquierdo: Tuve hecho memorial para pedir estas cartas que decían [que] las habían cogido. Pero [por] asegurarme el General Esteyvar no las había visto. Y los intérpretes lo dejé.}
ayudar a las viejas de Bacarrá fuera obra de caridad, mas sólo un poco de
oro que le trajeron o enviaron les tiene. Y desde principio las desengañó como
lo confesaron delante mí, además que para ayudarlas o había de ser por escrito
o de palabra. No ha pedido por ellas al general ni le han metido petición [g.o].
Tocante a la escribanía del difunto, el mismo padre Fray Luis, preguntando
yo a la india delante de él por [la] escribanía que le había entregado el difunto,
dijo [que] la había llevado el enemigo. En este punto, padre nuestro, me dijo esta india
[en andarse] que este oro del difunto, por concierto y gusto de los principales,
se lo habían dado al enemigo. No sé si le movió a decir esto el asegurarle
yo [que] lo había de pagar o si es verdad. Desde entonces propuse el dar parte a vuestro reverendo
padre nuestro para que avise lo que se ha de hacer. Y ahora pido a vuestra reverencia [que] esta comisión vaya
al padre prior de aquel convento, Fray Joseph Polanco, porque puede ser ocasión de
disgustos siendo otro de él que haga la diligencia. Y [que] le encargue vuestra reverencia [que] cobre y
busque lo restante del difunto para el Convento de Manila. Porque cuando [fui]
allá arriba, me dijo el padre comisario [que] tenía ya remitido todo lo que se había
a Manila. Y [que] no trate más que del oro. Y desde aquí no puedo negociar
y volver allá es muy trabajoso. Yo escribiré en estando desocupado [que] al
padre Fray Joseph Polanco vaya descubriendo campo mientras le llega la orden
de vuestro reverendo padre nuestro. Repartí la pimienta, libros y ornamentos por la provincia.
Y desde Narvacán y Bantay remití al padre prior de Tagudin todo lo que vuestro reverendo
padre nuestro le hizo merced, que ahora me ha socorrido a mí de ello mismo. Está ya
bueno, si bien no puede dormir, que es su mal antiguo. En lo del Padre
Polanco, que se queda en Bacarrá, vuestro reverendo padre nuestro lo habrá [mirado] bien. Pero
si yo pudiera hablar a vuestro reverendo, pienso [que] había de ir el padre Fray Lorenzo, aunque
se ha holgado mucho, porque por los españoles que están allí estaba ya
arrepentido. Y por mi parte me huelgo tenerle cerca, que es buen [colateral],
el padre Fray Cosme mudó de parecer y se queda en Candon. Conque al padre
Fray Luis de la Fuente di patente de [vicario] prior de Purao. Y para [Mariñas]
es mejor, que en fin es mozo y se pueden ayudar. A Laoag envié
al padre Fray Benito de Mena porque fue él que pidió el padre prior de aquel convento.
Juzgo [que] lo hará bien ahora con él. Al padre prior de Bantay escribí que si
gustaba del padre Fray Joseph de Sotomayor se lo enviaría, aunque me quedase
solo, que algún interés ha de tener su vicario de vuestro reverendo padre nuestro.
La verdad, sea que yo enviando vuestra reverencia religiosos a la provincia que se pasará muy mal
A auto que mandou fazer o excelentisimo Sehnor Francisco de Tavora do Concelho do Estado de Sua Magestade do corpo defunto da Madre Maria de Jesus, do Convento de Santa Monica da cidade de Goa

de Sampayo capitão da cidade Dom Felipe de Souza mestre do campo do terço pago,
Manoel Furtado de Mendoça, Manoel Leitão de Andrade Tanadar maior, o Doutor Simão de Azavedo clérigo do hábito de São Pedro, físico maior deste estado, o licenciado Fran-
cisco Antunes Pereira litúrgico maior do mesmo estado, Antonio da Silva cavaleiro
professo da ordem de São Thiago que ocupou o mesmo lugar de cirugião maior , e eu
Luis González Cotta clérigo do hábito de São Pedro fidalgo, capelão da Casa de São Antonio
e seu secretário do estado, e da junta das misões e estando assim juntos na dita
Igreja, como outra muita gente assim religiosos de todas as cidades como da nobreza
e povo. Fez notorio a todos o Padre fraile Augustinho dos Reis, que a Madre Maria de
Jesus religiosa professa de véu preto do dito convento andando em pé, mas
muito debilitada, e fraca por razão de sua muita idade, e das penitências com que
se mortificava de cera de dormitório encostada em duas mossas em sexta-feira pri-
meiro deste mes de janeiro ao confessionário da Igreja onde se confessara e no acto da con-
fessão lhe dera um desmayo, e depois de ter recebido o corpo do Senhor sacramentado fora
ouvir missa na capela de Nossa Senhora de Assunção que está no claustro, e no dis-
curso da missa lhe derão outros desmayos que parecerão êxtasis pela serenidade com
que fiava, e sendo espertada por sua religiosa ao tempo que se queria levantar a hostia
abrira os olhos, e adorara ao Senhor batendo nos peitos com grande reverencia, e tornará
a ficar na mesma postura e suspensão que continuara até o fim de missa, e depois de
acabada a persuadirão algumas religiosas que fosse para a enfermeira a que respondera que
iria no dia seguinte, e por se lhe dizer que a perlada o mandava obedecera logo
e a levarão nos braços para a mesma enfermeira onde a deitarão em sua cama e a
companharão naquele dia, e noite até o seguinte de sábado dois do dito mes e diri-
gendo lhe elle padre confessor geral se queria confessarse outra vez, e tomar o san-
to viático repondera que sim, e logo dissera missa e lhe dera a comunhão que recebera
com muita devoção, e sendo depois perguntada se queria tomar a santa unção res-
pondera que não era ainda tempo, e por lhe dizer a madre prioressa que o físico assim
ordenava obedeceu logo e tomou este sacramento, e com esta ocasião repararão ela
dito padre confessor geral, e a madre prioressa, e outras religiosas que tinha sináis
nas mãos pertos, dos pés e lado que mostravão haverem sido de chaga, e começando
a entrar no tránsito da morte, se lhe rezara o ofício de agonia, ele padre confessor
geral lhe metera a candea na mão, nomeando lhe o nome de Jesus, e dizendo lhe que
aquella vela acesa significava o lume da fé levantara com ela o braço no ar,
mostrando nesta acção que protestava morrer nela, e espirando do meio dia para
a sua hora inclinara a cabeça para a parte esquerda, e sendo amortalhada a
levarão ao coro baixo do dito convento para ser encomendada, e a entrevarem, e antes
disso avisara a Madre prioressa Beatris de Santa Ana ao reverendo cabido dos
sináis que se tinhão visto no corpo da dita Madre Maria de Jesus, e com esta noticia
forão os capitulares o Arcediago Antonio Ruiz, e o cônego Luis Lorrea Landim
na mesma tarde de dois deste mes, com o escrivão do auditório eclesiástico Jo-
seph Coelho ao dito convento, e em presença dele padre confessor geral, e do padre
confessor ordinário Fray Manoel dos Anjos, e da comunidade das religiosas
virão os ditos capitulares os sináis referidos nas mãos, pés, e lado da dita

da dita difunta e os mandarão esfregar com vinagre e sal para se certificarem
se erão artificiais e vendo com esta experiencia que ficavão no mesmo ser ese
recolherão e estando presentes o dito Arcediago Antonio Roiz, e o cônego Luis Cor-
rea de Landim e o escrivão Joseph Coelho declararão que passava na verdade tu-
do o que dezia o dito padre confessor acerca da vistoria, e exame que elles fizerão nos
sinais referidos em presença do dito padre confessor geral, e do padre confessor ordi-
nario, e da madre prioresa, e mais religiosas, e continuando o mesmo padre con-
fessor geral com sua narração disse que depois de feita esta experiencia derão
as religiosas sepultura ao corpo da dita madre Maria de Jesus na mesma tarde de
dois deste mes das cinco para as seis horas no coro baixo onde ellas se costumão
enterrar, e prosseguindo com o que se segue o cônego João Correa Borges, provisor
e vicário geral disse que por o caso pedir maior averiguação se congregara o ca-
bido no dia seguinte pela manhã tres deste mes, e nele se assentirão que para se investi-
gar com toda a circunspenção este prodigio, se ordenara a ele dito cônego fosse ao dito
convento, e mandava desenterrar o corpo e fazer nele segunda vistoria e exame
por médicos, e cirurgiõis com assistência de pessoas religiosas doctas e pias para cujo
efecto avisara logo a madre prioresa que de esse ordem a se tirar o corpo da sepul-
tura como se tirou das sete para as oito horas da manhã, estando nela trece horas
e mandou quando a algúns dos prelados e religiosos do que estavão presentes, e ao
físico maior e cirugiõis em presença de todos vistoria e exame vendo os ditos sinais
e acharão que os dois das palmas das mãos erão como calos com igual proporção
sendo a da mão direita alguma cousa maior na circunferência e a cor distinta das
mais partes das mãos os quais não panavão das palmas as costas delas, e o tacto
naquele lugar duro a [¿aipero?] e nas mais partes brando e mandando vir sabão,
sal, e vinagre, esfregarão e lavarão com estes ingredientes os ditos sinais por
repitidas vezes com panos molhados e os alimparão com outros enxutos e sempre
ficarão na mesma forma e cor que dantes tinhão e esta mesma experiência fizerão
nos outros dois sinais dos peitos dos pés que erão mais compridos que esféricos com dureza
que se não achava nas mais partes dos pés os quais não passavão as solas deles e logo
descobrindo o lado direito do dito corpo se vio nele um sinal comprido e estreito a modo
de lançada de cor roja algum tanto apagada em que houve variedade de pareceres dos cir-
cunstantes, porque uns afirmavão que vião o dito sinal na forma referida e outros
que so vião como dous fios da seda vermelha um por baixo de outro que mal divisavão-
dose a mesma experiência de sabão, sal, e vinagre quanto mais se esfregava tan-
to mais evidente se via e palpandose o corpo se achou que estando morto havia vin-
te e quatro horas estava brando e flexível movendose as juntas para todas as partes para on-
de as querião mover como qualquer corpo vivo e o estômago brando e mole sem tremor al-
gum, nem outros efeitos algúns que se costumavão experimentar nos corpos defuntos, e man-
dando o cabido por um capitular dar conta deste prodigio ao senhor vice-rei mandou dizer que
se queria achar presente a averiguação dele e para este efeito se dio ordem para que as
duas horas da tarde se achassem no dito convento o cabido, inquisidores, prelados das re-
ligiõis, e fidalgos, e o físico, e liturgiõis, e todos acudarão ao dito convento e são os mesmos
que já ficão nomeados e tendo o senhor vice-rei, e todas as mais pessoas que estavão presentes
entendido o referido se dio recado da parte do cabido a madre prioresa para mandar
abrir a portaria principal do dito convento por onde entrarão o dito senhor vice-rei, cabido,

prelados das religiõis, e algúns mestres, e teólogos, fidalgos, físico maior, e liturgiõis já nomeados
em cuja companhia, entrei tão bem eu secretario do estado, por ordem do dito sehor vice-rey
e a porta de claustro veo a madre prioresa com alguas religiosas das mais antigas a receber
a todos, e os forão conduzindo, para o coro baixo onde estava o corpo da dita Madre Maria
de Jesus, no qual estavão as mais religiosas do dito convento em pé com toda a compostura
postas por sua ordem junto as cadeiras do mesmo coro, e fazendo oficio maior, e liturgiois em
presença de todos terceiro exame a vistoria na mesma forma que tinha feito no segundo
se aclarão os efeitos referidos, e no sinal do lado se vio alguma diferença na grandeza
e cor por estar maior, e mais viva, en este terceiro exame, se lhe a passou demais a ca-
beça tirando lhe os véus branco e preto, e se divisarão por partes algumas nódoas pequenas
como pisaduras, e o corpo estava brando tratável e flexível como dantes, e conferindo o
senhor vice-rei com o cabido, inquisidores, e prelados, esta materia se resolveu que ficare
o corpo até o dia seguinte quatro do dito mes para na tarde dele, se lhe dar sepultura
e ficando isto até asentado se tornarão a ajuntar no dito dia a tarde na igreja no dito
convento o senhor vice-rei, o cabido, inquisidores, e prelados, e mais pessoas todas já no
meados, e demais o reverendo padre Irmão Martín da Companhia de Jesus, e o padre Fray Mateus de Jesus
Carmelita descalço italiano de nasção que entende de medicina, e antes de se dar sepul-
tura ao corpo, se fez quatro exame por afirmar o padre confessor geral Fray Agustino dos Reis
que naquela noite de tres para quatro do dito mes crecera mais o sinal do lado e fora sempre
em aumento com que se ficava tirando os escrúpulos de algúns e tornando a entrar as ditas
pessoas na mesma forma na dita clausura, e fazendo-se as experiencias já referidas se
achou notávelmente crecido o sinal do lado que sendo a princípio de grosura de dois fios
delgados da seda se mostrava neste exame farpado com duas pontas uma maior que outra
quasi da largura do dedo menor da mão de cor encarnada escura, e quanto mais se lhe a-
plicavão os lavatórios do sabão, sal, e vinagre, mais claro e distinto se vião, e os das mãos
e pés ficarão como dantes estavão, e o corpo no mesmo ser tratável e flexível e declarou
o padre Fray Mateus de Jesus, carmelita descalço que entende e cura de medicina que os ditos siná-
is lhe parecião sobrenaturáis, e depois de feito o dito exame se deu ordem ao enterramento
que salio fora da clausura para se satisfazer ao clamor do povo que a queria ver e foi pela
rua junto ao convento, e voltou pelo colégio de São Paulo novo da Companhia de Jesus
e pela igreja de Santo Antonio e adro do convento de Santo Agustino em cujas partes se
tinhão assinado de próximo as estações da Via Sacra que o corpo da dita Madre Maria
de Jesus corre primeiro com as chagas patentes, parece que permitindo até Deus para
que com este exemplo meditassemos nas suas e nos misterios de sua sagrada paixão, eleva-
rão o esquife em que ia o corpo, os inquisidores, capitualres, e prelados das religiois, e algúns
largarão para pegarem outros, indo ao comunidades de todas as religiois por sua ordem, e o senhor
vice-rei com algúns fidalgos atras todos com velas de cera branca nas mãos e para desviar o de
converço do povo que acudio mandou o senhor vice-rei por em pelos lados algumas companhias
de infantaria ese lhe dobrarão os sinos fazendose sinais como a defunto, e os altares das gracia
se puzerão de negro e o reverendo cabido mandou declarar ao povo em voz alta por pessoas ecclesi-
asticas que não era sua tenção calificar por santa a esta religiosa, nem dar lhe com este
obséquio, e acompanhamento culto e veneração da santidade conformandose nisto com os
decretos da Sé Apostólica; mas somente honrar a esta defunta dando graças a Dios
pela maravilha que nela obrara, e ordenou ao seu provisor, e vigário geral que de tudo fizesse
auto, e perguntasse testemunhos ad perpetuam rei memoriam para mostrar ao senhor arcebispo
primaz quando viene do norte, e dispor neste particular o que fosse mais ao serviço de Deus

e tornandose a recolher ao convento o corpo desta religiosa, entrarão com ela a mesma
clausura o senhor vice-rei com o cabido, os inquisidores, e algúns prelados das religiois
e fidalgos, e pondosse outra vez o corpo no mesmo coro baixo, se separou de novo que sinal
do lado ja não estava farpado com duas pontas, mas todo igual de grossura do dedo maior
da mão, a modo de meia iva com iva cor encarnada escura que tirava para rojo, e che-
gandose o esquife para junto da cova para se meter o corpo dentro em um caixão que
estava preparado vi eu secretario do estado, com algúns religiosos de Santo Augusto
que estavão presentes coberto de agua o sinal do lado, que a vista de todos a limpei
com o meu lenço, e algúns dos religiosos aplicavão os seus ao mesmo lado, e aos na-
rices e boca por onde lhe salia sangue liquido sendo morta de tres dias com que fica-
rão todos admirados, e deixando o corpo ainda por meter no caixão entregue as
religiosas se sabirão todos por fora, e neste tempo entrou com licença do cabido Dom
Manoel Mascarenhas d concelho de Santo Augusto a ver o dito corpo, e posto que o vigário ge-
ral e provisor ficou encarregado por ordem do cabido para fazer o auto referido
por lhe pertencer como ao ordinario, com tudo ordenou o senhor vice-rei a mi secretario
do estado fizesse tão bem este auto para ele assinar com todas as pessoas nomeadas
que se acharão presentes, para com ele dar conta deste caso ao príncipe nosso senhor
e tomando eu secretario do estado ao tempo destes exames, e depois deles varias in-
formações assim da prioresa, e mais religiosas do dito convento com de outras pessoas
de fora graves e antigas do nascimento desta religiosa, e de quem forão seus pais, e que
anos tinha de idade, e da religião e que exercícios fizera no discurso de sua vida
me foi respondido que ela fora bautizada na Igreja de Santo Aleixo [huas dar]
desta cidade, e não sabião o dia, mes, e ano, mas que a dita religiosa confessara nos
últimos dias que tinha setenta e oito anos de idade, e que seus pais se chamarão
Fernando de Cron, fidalgo alemão, e Donna Maria Leitoa, natural desta cidade
e ela no século se nomeava por Donna Maria de Cron, e fora casada de idade de
trece ou catorze anos com Dom Manoel de Souza, fidalgo rico nascido na India
e vivera casada quatro anos pouco mais ou menos sem ter filhos, e o dito seu mari-
do se fora despachar a Portugal e voltando para esta cidade falecera na viagem poucos
dias antes de chegar a Nao a barra de que tendo ela noticia se recolhera em sua cama-
ra, e tomara resolução de largar o mundo e ser religiosa no dito convento de Santa
Mônica e que no tempo de casada se levantava alta noite da cama deixando nela
seu marido, e se punha no seu oratorio em oração tratando mal o seu corpo com peni-
tencias, e depois de viúva continuara com mais liberdade neste exercício, e sendo a-
pertada de seus parentes se tornasse a casar pois ficara moza bem parecida e herdada
nunca puderão acabar vio com ela, e para os desenganar hortara logo os cabelos, e por
seu pai se achar na Europa na dita ocasião por causa de um desgosto que hivera na India,
e dera conta da resolução que tinha tomada a que o dito seu pai respondera que
se quisesse casar lhe mandaria um fidalgo de muita calidade porem que estando
resoluta a seguir a sua vocação o pusesse logo infuto e que com esta reposta traera
de se recolher no dito mosteiro tendo de idade vinte e dois ou vinte três anos
e despusera seus bens que erão muitos deixandoos a hua sua irmã chamada Donna Isa-
bel de Cron que fora casada duas vezes, a primeira com Dom Pedro de Almeida, a se-
gunda com Diogo de Mello de Castro, e não tivera outros irmãos, e deixara por a sua persona
hva groça tença que depois fora gastando em esmolas com que somente ficara
com outro por mes também dependia nelas, era muito liberal, e nas

tinha coisa própria, e vivia com grande pobreza sem ter coisa de valor na sua
cela, sustentandose do que a comunidade lhe dava sempre ornou a sua custa a capela de no-
ssa senhora da Assunção que estava no claustro a que tinha muita devoção e pedia
a Deus a levasse para si neste dia, ou em sábado, e assim [conteço] por que falecer em
sábado, e fizera profição a vente e quatro de abril do ano de mil seis centos
e trinta, nas mãos da madre Maria da Ressurreição grande serva de Dios que fora
sua mestra sendo então confessor geral do dito convento o padre fray Diogo de Santa
Ana, religioso da grande virtude que ocupara o dito lugar muitos anos e
ensinara as religiosas a serem santas e virtuosas em cujo tempo governava o ecclesiastico
o cabido sede vacante e o estado o senhor dom Miguel de Noronha, conde de Linharez,
avó do senhor vice-rei Francisco de Tavora que agora ahonrrara com sua assistência na
sua morte, e que tinha a dita religiosa cinquenta e quatro anos de religião, e sempre
neles vivera com grande exemplo de vida guardando a sua regra com grande obser-
vancia, e servira por obediencia todos os ofícios da religião excepto o maior de pri-
oresa por haver sido casada, e o defenderem as suas constituições e era muito carido-
sa e humilde e se exercitava em continuas penitencias e oração sendo suas confi-
ções e comunhões muito a miúdo, e quando por alguma coisa se dilatavão padecia gran-
des desconsolações e era muito composta e modesta nas suas fallas, sem nunca se lhe
ouvir palavra mal soante, nem se mostrar irosa nem sentida de qualquer ocasi-
ão que se lhe desse molestia julgandose por inferior de todas e fora tão callada e
recatada, que jamais se soubera se recebia algúns favores do céu, nem se tinha aqueles
sinais porque sempre trazia as mãos fechadas, e os pés calçados, e quando estava em
oração no coro se lhe ouvião dar gemidos, e ais como quem sentia algumas dores, e
dando eu secretário conta ao senhor vice-rei destas informações que tomei me ordenou
que as incorporasse no dito auto, para a todo o tempo constar do referido, e para maior
justificação do que me disserão as ditas religiosas assinarão também aqui a madre
prioresa com algumas madres do convento, e me prometerão mandar de tudo uns apontamentos
mais por extenso com que dei fim a este auto que assinei com o dito senhor vice-rei
e mais pessoas apontadas e o fiz escrever em 10 de janeiro de mil seis centos oiten-
ta e três e eu o secretário Luis Gonzalez Cotta o sob escrevi. Francisco de Savedra. Luis Gonzales Cotta.
João Francisco Valdevosco Chantre. Antonio Ruiz Arcediago. Manoel da Fonsequa Mestre
Scholla. João Correa Borges. Constantino Sardinha Rangel. Antonio Jorge. Luis Cor-
rea de Landim. Mathias de Pinho da Fonseca. Francisco Delgado e Mattos. Lopo Alvrei de
Moura. Manoel Gonzales Guião. Fray Manoel de San Nicolás ministro provincial de
San Francisco da observancia. Fray Pedro dos Anjos definidor, e secretario da provincia do
apóstolo San Tomé. Fray João da Encarnação. Fray Mathias da Trinidade, provincial
de San Augusto. Fray Vicente de Santa Maria, prior. Fray Pedro de San Joseph, subprior.
Fray Francisco da Graça, definidor. Fray Augusto dos Reis, confessor geral das madres
de Santa Mônica. Fray Simpliciano de Assunção. Fray Manoel do Sacramento.
Fray Pedro da Conceição. Fray Verissimo da Conceição. Fray Duarte de San Antonio, provisor geral.
Fray Antonio dos Reis, mestre. Fray Pedro dos Mathias, reitor. Fray Luis dos Anjos, rei-
tor. O mestre fray João de Jesus Maria, definidor. Fray Luis da Piedade, reitor. O mestre fray João
da Graça. O mestre fray Antonio da Natividade. Fray Jacinto da Encarnação.

deputado do Santo Ofício e vigário geral de São Domingos. Fray Antonio da Trinidade,
mestre deputado do Santo Ofício. Fray Luis de Santo Tomás, presentado e deputado do Santo
Ofício. Fray Antonio Pereira, mestre regente deputado do Santo Ofício da meia das ordéns.
João de Magalhaes, procurador geral de provincia de Malavar. O padre irmão Martín provincial
da Companhia de Jesus. Theotonio Rebello. I soror Breatris de Santa Ana prioresa.
I soror Maria do Espírito Santo superioresa. I soror Phelipa de Apresentação. I sor Maria
de Purificação. I soror Mariana de Apresentação. I soror Breatris de Anunciação.
I soror Joanna do Sacramento. I soror Luisa de São Joseph. I soror Paschela da Resurreição.
I sor Andresa de São Francisco. I soror Francisca de Graça. I soror Violante dos Ceos. I soror Teresa
de São Joseph. I soror Paula de Asunção. I soror Mariana da Madre de Dios. I
soror Bernanda do . I Santosoror Teresa de Jesus. I soror Francisca da Assumpção es-
crivão. I soror Isabel da Visitação. I soror Catarina de Jesus. I soror Maria Javier.
I soror Mariana de Conceição. I sor Maria Corte Celestial. I soror Magdalena dos Anjos.
I soror Francisca dos Anjos. I soror Mariana do Sacramento. I soror Eugenia de Santa Maria.
I sor Ignes de Assunção. I soror Isabel de Jesus. I soror Teresa da Trinidade. I soror
Maria de Assunção. I soror Mariana de Jesus. I soror Guiomar da Concepção.
I sor Maria da Resurreição. I soror Luisa da Trinidade. I soror Leonarda do Sacramento.
I soror Isabel das Chagas. Fray Francisco da Cruz definidor e procurador geral do convento
de Santa Mônica. Manoel de Parico. Francisco de Sousa. Francisco Simons. Fray
Matheus de São Joseph carmelita descalço. Mestre Leitão de Andrade. Dom Rodrigo
da Costa. Dom Manoel . Manoel Hurtado de Mendoça. Antonio Corte Real de Sampaio.
Dom Fernando de Castro. Dom Miguel de Almeida.
Foi conferida esta copia por mi secretário do estado da India com
o auto original que o senhor vice-rei Francisco de Tavora remeter
como coisa sua ao príncipe nosso senhor dado lhe conta deste
caso de que tirei esta copia, para fiar para perpetua memoria
dele no convento de Santa Mônica Goa em 21 de janeiro
de 1683.
Luis Gonzalez Cotta.
Información y averiguaciones sobre la Santa Cruz que fue hallada en esta jurisdición junto al estero de Mapana y que dicen se cayo del cielo en 1618. Por los padres Fray Juan de Medina y Fray Gaspar de Vitoria. 1619

La ciudad del Santísimo Nombre de Jesús a veinte y nueve días del mes
de abril de mill y seiscientos y veinte y cinco años.
Su señoría reverendísima
[del] señor obispo de Cebu Don Fray Pedro de Arce [usando] de la comisión
de nuestro padre provincial para hacer la averiguación sobre la
cruz que falta que fue la que se halló con el santísimo niño Jesús
hizo su señoría reverendísima parecer ante sí al Padre Fray Juan Ruiz prior del
convento de Cabcar del qual fue recibido juramento en forma
de derecho poniendo la mano en el pecho y lo hizo y
prometió de decir verdad. Y siendo preguntado dijo
que sabe este que declara que entre las joyas del niño
Jesús había una cruz de oro [Castilla] esmaltada de negro
que [era] la con que se halló el niño y que el Padre Fray Juan de Tujo,
cuando entregó la caja para se ir a capítulo, entregó
al Padre Fray Antonio Ximénez toda la caja, sacristía, y joyas etc.
del santo niño con la cruz que falta, como consta por el
entrego que está firmado de él y de los Padres Fray Juan
de Tujo y Fray Antonio Ximénez. Y ha oído este declarante
de pocos días a esta parte un esclavo del convento llamado Tomás
hurtó la dicha cruz y una cadenilla la cual cadenilla
se halló en poder de un Sangeley a quien el dicho Tomás la había
empeñado. Y por no tener entera noticia qué cruz era la
que faltaba, no se hiciese diligencias, entendiendo era pesar
de poca estima y valor, hasta que un dia yendo el Padre Fray Juan
de Ricovayo compañero de su señoría al convento le mostraron las
joyas del santísimo niño. Y [ha] oído como faltaba la cruz con que fue
hallado el santo niño y luego se fue a la iglesia para ver si la venía
puesta el niño como solía y no se halló. Que ha confesado el
dicho Tomás que la hurtó mientras capítulo, juntamente con
la cadenilla y parece ser así por haberse ido a curar
fuera del convento el Padre Fray Antonio Ximénez que quedó por vicario,
y este declarante haberse ido con su licencia
holgar a Cabcar y andar por esta causa la llave

decir verdad y siendo preguntado lo que sabe acerca de la falta
de la cruz con que fue hallado el niño: Dijo que lo que sabe es
que cuando vino el Padre Fray Juan de Montemayor por prior de este convento queriéndolo
este declarante dar las cuentas y entregar la sacristía
y joyas del niño al dicho prior le remitió al Padre Fray Juan Ruiz para
que se las tomase y hice (sic) cargo de ellas. Y el dicho Padre Fray Juan
Ruiz se las tomó y recibió el dinero y al entrego de las
joyas. Este que declara hizo demostración de todas las
que se le habían entregado y no las contó ni sacó de la cajón el dicho Padre Fray Juan Ruiz
sino tan solamente dijo que todo estaba cabal y lo [propio] los
ornamentos porque lo sabía. Luego el Padre Fray Juan Ruiz delante
del padre prior y este que declara [pasó las hojas] en
la caja del depósito y la cerró y se quedó con las llaves,
sacando primero cantidad de pesos para el gasto. Y este declarante
tiene por cierto que no faltaba joya ninguna en
su tiempo porque tan solamente se sacaron para vestir al niño
la víspera de San Vidal. Y cuando las sacaron las
[entregue] este declarante al hermano Fray Martín de Jesús en
una [palía] por cuenta las que fueron necesarias quedando
otras en la caja del depósito y luego el día de
San Vidal después de haber vuelto la procesión de la [catredal]
y traído el niño al convento con la misma [cuenta] que se vistió
el niño y joyas que le pusieron, lo desnudó Juana dece
el hermano Fray Martín y quitándole las joyas y [vistaban demasiadas]
con algunas lo volvieron al tabernáculo donde
es de ordinario. Y esto siempre estando este declarante presente.
Y tiene por cierto este declarante faltó la cruz y una cadena
mientras este declarante estuvo en Panay porque
cuando volvió de Panay le dijeron faltaba una cadena de
peso de un tae, y nunca le dijeron nada de la cruz. Y faltaron
otras muchas cosas en especial [dinero] del gasto [pertenece]
a su cargo el Padre Fray Juan Ruiz y no tener llave el padre prior. Y esto pudo
ser porque dentro de la celda del dicho Padre Fray Juan Ruiz
dormían Tomás esclavo del convento y otros Camarines criados
del dicho padre y como estos le hurtaron el dinero pudo ser le
hurtaran la llave y el oro o sino se [benefició] en el hurto que
[pareció] de la cadena a cabo de algunos meses

{Al margen izquierdo: Dicho del Padre Prior Fray Juan de Montemayor}
La ciudad del santísimo nombre de Jesús a quatro dias del mes de mayo de
mil y seiscientos y veinte y cinco años su señoría reverendísima para la dicha
averiguación y saber cuando y como faltó la cruz con que
fue hallado el santísimo niño, hizo parecer ante sí al Padre Fray Juan de
Montemayor prior del convento del niño Jesús de esta ciudad. De el
cual fue recibido juramento conforme a derecho en verbo sacerdotis
y por las órdenes que tiene. Y habiendo puesto la mano
[por] el pecho lo hizo y prometió de decir verdad. Y siendo preguntado
qué es lo que sabe del caso y la noticia que tenía
de esta causa dijo que cuando vino por prior a este convento ni sabía
que el santo niño tuviese joyas ni lo había oído hasta que, acabo
de quince o veinte días poco más o menos que llegó, el Padre Fray Juan
Ruiz dijo a este declarante que el niño tenía joyas. Y luego
al momento este declarante con el Padre Fray Juan Ruiz las fueron
a ver y confiriendo las dichas joyas una a una con la memoria
que dejó de ellas el Padre Fray Juan de Tujo firmada de su nombre y de el
del Padre Fray Antonio Ximénez, hecho menos este declarante
la cruz y más una cadenilla que por la memoria parece
pesar un tae. Y preguntado este declarante al Padre
Fray Juan Ruiz que "¿qué cruz sería la que faltaba?" no le supo
certificar si era la con que fue hallado el niño y u otra por
no estar el dicho Padre Fray Juan Ruiz enterado de las señas
de ella ni la memoria de las joyas [puesta] más de estas
palabras "una cruz de oro esmaltada con que se halló el niño"
y casi todas las que tiene son de oro y esmaltes. Y más
añade la dicha memoria "con una sarta de perlas y oro" y la
cruz que está en esta sarta no es la que falta. No embargante
que tiene de un lado a nuestra señora de el otro un christo, lo cual
ayuda mucho a la equivocación de lo que el Padre Fray Juan
Ruiz dijo a este declarante. Que no estaba cierto pero que le
parecía que tenía una imagen de nuestra señora la cruz que dicen
con que se halló el niño. Y después como aparecido no estaba
la cruz en esta sarta sino es la cadenilla que hurtó el ladrón.
Con las cuales dudas dice este declarante que
ha guardo que viniese el Padre Fray Antonio Ximénez que estaba
en Panay. Y vuelto que fue, no supo dar razón de
la cruz y cadenilla sino fue afligirse y decir que
le perseguía este declarante y por esta causa y [por dichas]
pesadumbres se quedó este declarante debajo de duda [si era]
la dicha cruz la que faltaba y u otra hasta que se ve

año de veinte y cinco es la fiesta del niño Jesús hablándose el
compañero de su señoría reverendísima el Padre Fray Juan de Ricovayo a
vestir la imagen del niño le preguntó [si conichia] la
cruz y que lo viese y certifica el dicho padre no estar allí y
faltar por todas las cuales causas de las dudas en
que este declarante estuvo con los demás padres y de que
cuando tomó la posesión del convento faltaba ya la
dicha cruz dilató el dar aviso a nuestro padre provincial [temiendo]
siempre lo que ha sucedido ahora que la cruz no [aparece]
y los esclavos andan huidos y alborotados y el [servicio] y
obras del convento perturbadas. Y que este declarante [siempre]
después que [es] prior ha entregado la llave a un religioso,
previniendo siempre no sucediese alguna cosa. Y
en esto ha tenido particular cuidado como lo pueden
decir todos los que han estado en su compañía. Y esta es la
verdad para el juramento [es fecho] tiene en que se afirmó y ratificó
y dijo ser de edad de cincuenta años poco más
o menos y lo firmó de su nombre.
Ante mí
Fray Juan de Ricovayo
{Al margen izquierdo: Declaración del Hermano Fray Martín de Jesús}
Hoy dicho día mes y año dichos para la dicha averiguación su
señoría reverendísima hizo parecer ante sí al Hermano Fray Martín de
Jesús del cual fue recibido juramento que forma de derecho
por las órdenes que tiene el cual le hizo y prometió de
decir verdad y siendo preguntado qué es lo que sabe acerca
de lo que pasa sobre el hurto de la cruz. Dijo
que cuando se le entregó la caja y joyas y demás cosas
de la sacristía al Padre Fray Antonio Ximénez el Padre Prior Fray
Juan de Tujo este que dicha no se halló [presente] más de tan
solamente al entrego de la dispensa y que no sabe
Index for Cedulario número 31 de los años de 1750, 51 y 52.

reducidos en la Misión de San [Francisco] de [Mauanan]. Hojas 364 a 367.
-Otra fecha en Buen Retiro a 16 de septiembre de 1751 sobre la a-
probación de la providencias que el Gobernador de [esta hacienda]
Fray Juan de Arechederra aplicó para el apresto contra
los moros tirones. Hoja 368 a 373.
-Otra fecha en San Lorenzo a 11 de octubre de 1751 en que
participa quedar en la inteligencia de haber llevado al
Puerto de Cavite el [Padre] Santo Domingo. Hoja 374 a 375.
-Otra fecha en San Lorenzo a 7 de noviembre de 1751 en que
previene haberse aprobado al señor oidor Don Pedro
Calderón lo que practico en la pacificación de los [pueblos] que se
sublevaron. Hojas 376 a 381.
-Otra fecha en San Lorenzo a 7 de noviembre de 1751 en que
participa haber aprobado la división de la Provincia de
Leyte en dos alcaldías mayores. Hojas 382 a 385.
-Otra fecha en Buen Retiro a 21 de noviembre de 1751 en
que ordena se observe lo dispuesto sobre que la numeración
de los comerciantes en estas Islas la haga la ciudad por
si y sin asistencia de Ministro alguno. Hoja 386 a 387.
-Otra fecha en Buen Retiro a 21 de noviembre de 1751 en
que se ordena se observe el estilo y practica que ha
habido de que los fiscales de la Audiencia no presjuzguen
los proveidos en las juntas de repartimiento. Hojas 388
a 393.
-Otra fecha en Buen Retiro a 8 de diciembre de 1751
en que se ordena se cumpla lo dispuesto por que no se
aumente el número de [regidores] de esta ciudad.
Hojas 394 a 398.

quedaban y a reducidos en la misión de San
Francisco de Mauanan.
[Margen izquierda] {Duplicado 4}-Otro de la misma fecha; aprobándole
las providencias, que aplico para el apuesto de las
expediciones dispuestas contra los Moros Tiro-
nes y manifestándole haber sido del real [agrad]
este merito. Hojas 6 de hoja[ 9] al 5.
[Margen izquierda] {Duplicado 5}-Otro de 11 de octubre del mismo año; par-
ticipándole le se queda en inteligencia de haber
llegado al Puerto de Cavite el patache nom-
brado Santo Domingo, de tornaviaje de la Nueva
España. Hojas 2, hoja 16 a 17.
[Margen izquierda] {Duplicado 6: En expediente de los Babuyanes=nota esta en el expediente de su materia que no se ha determinado}-Otro de 15 del mismo mes y año; ordenándole le remita en la primera ocasión la
cuenta formal de lo gastado en la translación
de los naturales de la Isla de Bubuyanes
la tierra de Cagayan. Hoja.
[Margen izquierda] {Duplicado 7}-Otro de 7 noviembre del mismo
año, previniéndole haberse aprobado al oidor
Don Pedro Calderón Enríquez lo que práctica
en la pacificación de los los pueblos, que se su-
blevaron en aquellas Islas, y ordenándole
ejecute lo demás que en el se expresa. Hojas 6, hoja 18 a 23.
Documents pertaining to Bandalas issued in the Bikol region (1707-1713)

Digdi sa banuaan sa Polangui sa yca duañg polo may siam na
aldao nin bulan sa junio saroñg rivo pitong gatos may apat na taon
Acong escribano nin Capitán Basal Don Pantaleon dela Cruz guiminibo aco cayniñg
testimonio sapagcatotoo nay dinatoñg saco yniñg saroñg mandamiento nin
señor Capitán Don Juan Esteban de Ensinas na hocom cayniñg pag [darapit]
nin Camalig huli sa hadeñg [n]; ta totooñg gayo nay dinatong
man iniñg saroñg orden nin superior gobierno sa señor presidente gobernador
assin capitán general cayning magña poro sa Pilipinas, sa dapit sa
pag guibo nin compra na abacá, assin lana sama min tiñg an saroñg
chinantas, manay caualo an saro cabulas, assin can matipona nin capitán
basal y pahatod sa dorogñan napinagcacasararoan assin day paghabalaon
an magña [obli na ypagohobli] cayian tominipon nin compra
tarasapagca totoo cayniñg napapalaman digdi cayniñg auto,
[guinalagñana] assin ynotob an napapalaman cayniñg orden
assin pagcatapos co nin paghoad ypinahatod co tolos sa capitán
basal sa Oas assin ypinapag bando tolos nin Capitán Basal Don
Ventura Gomba sa mga lansagñan sa alañgcaun na tigñog, assin
ypinadocot pa sa hayag tagñani maquita nin siysayman ta
sapagcatotoo cayning testimonio nagfirma acoñg escribano can sacoyañg
gñaran; fecha ut supra.
En testimonio de verdad
[Econ.s] Dela Cruz
Escribano

Aco si Alexandro Dimassacuid escribano actual nin
capitán bassal digdi sa banuaan sa Nabua Don Sebastian
de los Angeles, nagtatao aco nin fee assin catotoohan
na testimonio sa magña señores na macaquita
cayni sa gñonyan na aldao na domingo sa oras na
alas dies sa aga labi o colang, ypinagbando co,
sa magña lansagñan an orden nin señor gobernador assin
capitán general cayning magña poro, dapit sa pamacal
nin abacá assin lana digdi sa provincia na si
nagtanogan nin guimbal na ypinaglibot sa magña
lansagñan sa tigñog ni Ambrosio Dorongco na yio an
naguin pregonero assin pagcatapos nin pagbando,
ypinadocot an sacong tanto sa tata nin simbahan
cayning banuaan, na sa pagcatotoo cayni gabos
ytinao co yning testimonio sa atubagñan nin magña
sacsi nayio an maestre de campo Don Julio German, sargento mayor
Don Manuel Acacio, assin an capitán Don Domingo pag timbagñan
assin nin yba pang balaquid natauo na nagnag paco dagnog
assin nag papaquita, digdi sa banuaan sa Nabua, duang
polo may tolong aldao sa bulan na noviembre sa sang ribo
pitong gatos may apat na taon, assin nagfirma aco can sa
coñg gñaran

Sobre la compra de bandala 5
Aco si Juan Sarignaya, escribano nin capitán basal, nin magna tao digdi
sa banuaan sa Ligao, nagtao aco cayning testimonio sa magna señores namacacaquita
{Al margin izquerdo: Ligao}
ta sapag catotoo na an saroñg orden nin señor gobernador assin capitán general digdi
sa caporoan sa Filipinas na diminatong digdi na an fecha sa ciudad sa Manila
duang polo may tolo sa bulan na agosto, cayni man sanañg taon nahinuad
sa tataramon nin Bicol nin magña interpretes sa juzgado digdi sa
pag darapit sa Camalig, na an togon macal an Capitán Don Juan Esteban de Encinas;
na hocom digdi cayning pag darapit na apat na rivong chinantas na
abacá sama mintiñg an sarong chinantas assin duwang rivo cabulao na lana
sa mog sa manicauala an saro cabulao sa magña tao na may abacá
assin lana togon na ypagharubay sa magña baro banuaan yning orden assin
ypadocot an sarong traslado caydtong orden sa sarong na mabassa
ning magña tarasapag otob sa gabos na natotogon cayniñg orden binasa
cong escrivano an traslado nahinuad co sa original sa simbahan sa aldao
na ycaduañg polo, may siam caini man sanañg bulan assin taon, na nadagñog
nin dacol na magña tao, naduduman sa simbahan ano pag cahaman ypinadocot
sa pinto nin tribunal digdi sa banuaan sa Ligao sa pagcatotoo
guinibo co yning testimonio digdi man sana cayning banuaan gñunyan
sana enot naaldao sa bulan sa diciembre cayni man sanañg taon sa sañg rivo
pitoñg gatos may apat na taon sa atubang nin magña sacsi Don Chrisostomo
Sinaon, Don Blas Casaquit, Don Thomas Panibi, sapagcatotoo nagfirma acong
escribano na nagtao nin pagcatotoo,

Aco si Don Pedro Bulalacao, escribano nin capitán bassal digdi sa banuaan
sa Buhi, nagtao aco cayniñg testimonio sa magña señores na macacaquita
sa pag catotoo na an saroñg orden nin señor gobernador assin capitán general
digdi sa poro sa Filipinas na diminatong digdi na an fecha sa ciudad sa
Manila duañg polo may tolo sa bulan na agosto cayni man sanañg taon na
hinuuad sa tataramon nin bicol nin magña interpretes sa juzgado
digdi sa pag darapit sa Camalig, na an togon macal Capitán Don
Julio Esteban de Encinas na hocom digdi cayning pag darapit na
apat na riboñg chinantas na abacá sa maminting an sarong
chinantas asin duang ribo cabulao na lana sa niog sa manicaualo
an saro cabulao; sa magña tauo na may abacá, assin lana, togon
na ypagharubay sa magña baru banuaan yning orden assin ypadocot
an sarong traslado caydtong orden sa sarong lugar na mabasa
nin magña tauo, tara sapag otob sa gabos na natotogon cayning
orden binasa cong escribano an traslado na hinuad co sa original
sa simbahan sa aldao na ycaduang polo mi apat sa noviembre cayni
man sanang taon, na nadagñog an dacol na magña tauo naduduman
sa simbahan as pag cahaman ypinadocot sa pinto nin
tribunal digdi sa banuaan sa Buhi sa pagcatotoo guinibo co
guinibo yning testimonio digdi man sana cayning banuaan gñunyan na ycasangpolo
cagduang aldao sa bulan na marso sa sangribo pitong gatus mi
limang taon sa atubang nin magña sacsi Don Manuel Bagasma,
Don Santiago de Santa Cruz, Don Fernando de Valencia, sapagcatotoo cayni
nagfirma acoñg escribano can ngaran co.
Don Pedro Bulalacao
escribano

An maestre de campo Don Domingo de Zabalburu y Echavari
Caballero sa orden ni Santiago sa consejo nin hadeñg n sa sayiang
gobernador assin capitán general cayniñg magña poro sa Philipinas assin pressidente sa
audiencia assin chancillería real na yiaon dihan na mamumugtac etcétera
tara holi gñani cayian magña caypohan sa real almacenes cayniñg
campo sa pag pagaiac assin papagdispacho sa magña [haroñg] assin sa sasacian
na sa hadeñg [ñ] na nagdatong sa puerto sa Cavite, caypohan
na gayo na magguibo nin compras sa gabos na provincia cayniñg magña sa
magña lain lain na generos na caypohan na gayo tagñani day magcasaquit
holi sa dai [pacasabot] can ypinagtataoñg buhis cayni gñaniñg
provincia holi sa magña caypohan assin tagñani magguibo guiraray, caypohan
na gayo an pag dispacho sa cahadehan sa Bagoñg España ninda
hoñg na guiraray ypinagpapahatod huli [kan] real situado assin yba pañg
caypohan: lana huli cayian pagcaquita cayni, nagboboot aco assin nagsosogo
saymo hocom assin capitán sa paglaban dihan cayian pagdanapit sa Camalig
O quiysay man na tauo o magña tauo naualas mo gñonañg nagboboot
na [justicia] dehan; tolos pagca quita mo cayniñg orden, magguibo ca nin
compra na duañg rivo cabolas na lana sa niog na sa manicaualo an saro
cabolas, assin apat na rivong chinantas na abacá na mamintiñg an saroñg
chinantas na ogale nin magña Bisaya, Meztisos nin Castilla, [p.n] Mestizos
nin Sangley, assin yba pañg magña tauo na ygua gñani cayniñg magña generos assin
day man piriton na magñag tao an magña day; Nara an magñag tao cayni
gñaning magña compra napag saramahon na gayo assin saysayon nin marahay
Ihadan nañg gayod nin ygô saindañg caypohan na ynoogale ninda
Patin sa saindang magña cassono assin an magña hinanon patin pag basadres
mo an halaga cayian gnaning magña lana patin abacá, sa ogale na sinabi na
nanatotogon na daing yba condi yio sana na dai piriton condi tiponon gnona,
pag babayadi sainda can ygo sa catanosan, dihan cayian magña pagdarapit
sagcod sa Baro banuaan nasacop cayian pinag tiponan na ytinotogon
co saymo sa macuri coñg paniuala napagbaiadan an halaga cayian gñaning
magña generos na sa ogale na oya digding natatanda assin yio sana;
puon dehan sa real haber nayiaon sa saymong cargo cumua nin ypagbaiad
na ypagtao mo pacaray sa saindang magña camot cayian gñaniñg
magña tauo na magtao cayian gñaning magña generos na con matapus
sa atubang cayian magña padres ministros sa doctrina sa manaro sarong banuaan
cayian gñani man sana napagtao cayian magña generos, day
pagabalahon an tangdan, assin day magcastañg minsan ano manlamañg
sainda ansilosco na con sa tibaad nañg tiempo na ygua ning

ygua nin ypaquita dapit sa day paca pagbayad caya gñaniñg ohoblihan
an tibaad nañg cabilagñan cayian magña namumugtac nasinalina
mapapacaag saymo na yca an magtatao cayian day naohoblihan na
day ca magñataman assin day ca papagsayomahon nin tibaad na dapit
cayniñg cabtañg nacocoon saymoñg day tibaad assin ypapacargo pa saymo
sa [Rez.a] may tatao gñani cayian catoñgdan nin Jues na mag
[Rez.a] saymo assin day man ypaaaco naybilang con maquipag yca
na dapit sa real haber na yiaon sa saymong cargo combaga day matapus
yian ynaniñg paghubli cayian gñaning binabacal assin antañgdan
sa magña naghahatod na may certificación pa casa [day] nin
padreñg [p.r] holit assin testimonio nin escribano cayian gñaniñg [prdu.a] tara
combaga day, Yca, [ass.n] an Saymong magna acompaña [m.sos] na sapag
catotoo na camo an guiminibo cayian sa [tiempo] naycatitipon cayian
pag saroon assin pacarahayon an pagñagcamugtac cayian gñaning magña
lana assin abacá sa camumugtacan odorogñan naduman guiraray
can daan na namumugtacan patin ysaro man cayian natipon na sa
lunadan an magña sasacyan na ypagpahatod nin magña jueces oficiales reales
na day sucat mahaloy assin na maculañg cayian an silot co na combaga
caypuhan na cayian gñaning binabacal na magña generos assin magña
buhis na day pa ypinahahatod digdi sa magña reales almacenes mamacal
na digdi sa ciudad minsan mahal nañg halaga assin yca an
pipiriton sapagbaiad sa real caja can Calabian napaghobli cayian assin
saymo pa yysip an magna pagalaman [ass.n] magna caratan nama
dadatgñan con maolañg an maghali con dahong na cayniñg
taon na madatong na may bibihale sa cahadehan sa Bagong
España assin con maolañg an pagpahatod sa reales almacenes assin ypadadagos
saygo sa catanosan holi can day pag otob na tinoyo assin day
pagcuiog patin day pag otob sa magña ypinagtotogon assin ypinagsosogo nin saymoñg
gobernador assin capitán general holi sa day mo pagñigot nin pagtipon cayian
gñaniñg magña compra na guican sa magña buhis. Tara combaga ygua
nin caolagñan na magsayoma na day gñani cayian magña generos
na gagastahon sa magña reales almacenes holi sapagca day dihan nahayag
na gaio na day sucat macapagtipon cayian gñaniñg especie holi sa
pagca day dihan; ypagpadara mo digdi gabos an salapi naisi sa especie
cutana ypahatod mo digdi sa real casa tagñani digdi sa ciudad
ypagbacal patin digdi na pagbabaro-barohan sa manonoñgdan na marahay
patin ypadara mo an guinobong informacion na sa pagcatotoo na day
gñani assin yning orden ypapaghouad mo sa tataramon nin Bisaya

Bisaya cayian gnaniñg pagdanapit tagñaniñg ypagbando sa hayag assin
tagñaning ypagpadocot sa hayag sa magña baru banuaan nanagguibo
cayian compra, naypa paghatod pacarahay an magna testimonio na may
certificación nin magña padreñg [p.r] holit na sa pagcatotoo naynotob
holi cayni sapag sinuc sa mahal tang dios, patin sa hadeng n, patin yian gñaniñg
magña jueses oficiales reales comua sinda nin traslado cayniñg orden patin
ybugtac sa pleigo cayian gñaniñg ocom tagñapit con magtao nin
quenta bidbiron combaga ynotob nia na con day nia guinibo o ypininic
na gaio sa sayiang magña day tibaad an calabian nay quinapaghobli
cayni gñaning magña generos, holi nin si day pagcaotob; digdi
na pamacal sa ciudad na day mayo acoon an anoman [nalurac] na
ypagsayoma holi cayian, holi ta canigohan sa pagsirvi sa hadeng n
tara holi cayian, comua nin traslado an cuntador sa quentas tagñani
sapagcatotoo may sihangñapi con magsaysay na can sayañg quentas
Ytinao sa Manila sa duang polo mitoloñg aldao sa
agosto, saroñg rivo pitoñg gatos mey apat na taon
Pagboot nin Señor Joseph de Aribalo escribano publico.
Sa ciudad sa Bagong Caceres sa ycaualoñg aldao sa bulan na
noviembre saroñg rivo pitoñg gatos mi apat na taon, aco an Capitán Don Julio
Esteban de Encinas hocom assin capitán sa paglaban cayniñg pagdarapit
nin Camalig holi sa hadeñg n, assin jues regidor cayian sa pagcaday
nin escribano publico y real caatubañg an magña sacsi na sacoñg cayba
pagcaquita co can orden nin señor gobernador cayniñg magña poro na oya
sa daon nasinosondan cayni; tarasapag otob co cayian ygoñg gayo na
magtogon aco assin magsogo na coiogon atamanon assin otobon assin an napapalaman
assin namomogtac cayni gñaniñg orden na day sucat suayon
an anoman na namomogtac cayian; patin an magña interpretes cayniñg
juzgado paghouaron na magcasaro assin ypapagpahatod sa magña banuaan
cayniñg pag darapit tagñaning ypagpahaiag assin ypadocot na siriñg
can sinabi na assin holi cayning auto siring an pagotob co assin pagfirma
patin nin magña sacsi na sacoñg magña sacsi na sacong magña cayba natinauan co nin
pagcatotoo
Don Juan Encinas juez regidor
Camiñg magña interpretes cayniñg jusgado Francisco Rosales asi Juan
de Morales ynotob niamo an togon sa mandamiento nin superior gobierno assin
sa auto nin señor hocom suhapon naycaualoñg aldao assin guinibo
niamo sa samoiañg pacaaram assin pacaysi na day nadugagñan

Aco si Felipe Fernández escribano nin capitán basal digdi sa
banuaan sa Libgñanan nagtatao acon testimonio asin macuring
pagcatotoo qui ysai man na magña señores na macaquita
canin oy ang testimonio sa pagcatotoong aso domatong
sa Capitán Basal Don Juan de Guzman an sarong mandamiento nin hocom
Capitán Don Juan Esteban de Encinas hocom asin capitán sa paglaban
digdi sa pagdarapit sa Camalig na caybaan sarong orden nin
superior gobierno asin capitán general sa sangcaporoan digdi sa Filipinas
na an togon gomibo nin comprang apat na ribong chinantas
na abacá asin duang ribo cabulao na lana nin n
pag ynotob an togon duman sa mandamiento nin capitán bassal asin
acong escribano hinoad co asin ypinagharobai digdi sa banuaan
para daclon nin tao asin sa simbahan y dinocot co man
sa saiyang pinto an sarong traslado sa pagcatotoo nagtao
aco canin testimonio sa ato bang nin capitán bassal assi ni Don Matías
Cabano assin si Don Gregorio Ande ngonian na noviembre
na taon na 1705
sapagcatotoo
Juan de los Angeles
escribano

Aco si Sebastian Cabagco escribano actual nin capitán bassal digdi sa banuaan
sa Siminandig Don Gabriel Tabad, nagtatao aco nin fee
asin catotoohan na testimonio sa magña señores na macaquita cayni
ta gñunyan na aldao na domingo sa oras na a las doce saaga
labi o culang, ypinag bando co sa magña lansagñan an orden
nin superior gobierno assin capitán general cayniñg magña poro
dapit sa pamacal nin abacá assin lana digdi sa provincia napinagtanogan
nin guimbal na ypinag libos sa magña lansagñan
sa tigñog ni Bartolome Fernandez na iyo an naguin pregonero
assin pacatapos nin pagbando ypinadocot an saroñg tanto
sa tata nin simbahan cayniñg banuaan na sa pagcatotoo cayni
gabos, ytinaoco yning testimonio sa atubang nin magña
sacssi na iyo and magña cabeza sa Duluan Don Domingo Sumlao,
sargento mayor = Don Phelipe Tomoga, cabeza assin juez de sementeras
assin an capitán basal assin an yba pang magña cabeza assin sa yba
pang magña tauo na nag pacadagñog assin nagpacag ta digdi
sa banuaan sa Siminandig sa tolong polong aldao sa
bulan na noviembre taon sang ribo pitong gatos may apat
sapagcatotoo nagfirma acong escribano assin nagtatao
man aco nin pagcatotoo na trasuntado sa tataramon nin
bicol an orden na nasasave sa ytaas ut supra
Sapagcatotoo nagfirma aco=
=Sebastian Cabagco
escribano
Petición en Kapampangan del Capitán Don Joseph Gutiérrez, 1710

212
Cap.n D.n Joseph Gutieres, Manibalang casalucuyan queti
qung Balayan tarla, amp.n ding manyuapiang cavesa de B.y
Cap.n D.n Ju.n de Cast.a amp.n Y D. Nico.s Polintan demorog que pung
Muma qung malagamat mo Guinuming P.e bisitador qung
Y dalongmipu, Yng casaquitan ming dadalan, queting qung
Balayan mi, Uling deting angan tauong Pupolongan mi, ng
susuyo, macasalbaglangan qung maranglay, mangama
cucolang no pu capamintuan, caring manibalang mo
mutos, ulina nieting metunga anac mapia, y D. Ju.n Da
os, qung bisayang tumaling mitunga balayan, qung Pi
latan Palosapis, amp.n Canadem, ngenipu, iyan pa
nayan da ding sablan tauong y momuli qung balayan, Y
D.n Ju.n Daos pin, Uling tipa nacarela, que ti mona pu quelala
nalanan, yng eda capamintuan, ding tauo caring mani
bala, Metubud co pu caring ofi.s co o yng Aguasil mayor y
lapu mam.tong muli ngenipu, Patiaco pu linagay carila
qung Payolian co la ngeni pung angyan quetiya yng prior ming
manaya queca, ding aliuapu, mi nolila, daput deting
aliua ylapumem.to mnga ngeni, atilo po qng ma
ranglay. Uling manayalapin qng bayong balayan a
patalinapin D.n Ju.n Daos, Baquit casipung masisira
yning balayan mi, angan millariya yng balayan Palo
sapis, uling ding aliuang cabangcana ning Cap.n D.n Ju.n Cas
tillo, atilo pu caring maque pamalayan paburian do
pu, ding maque cabangca, antida que pung Panganyayang
aliuang cavesa uling ynang domalan yapu Yng S.r ocom
Pagpusnopung Payolian ding angantauo mi carin acu
napung balang miyoli carela nga na pu ning Cap.n D.n Ju.n
tria, yni pu macabayat pu qng bura ding tauo ming adu
vang cavesa, uling ylanamung utusan da ding maniba

-Domingo Mataba- Barangay Castillo Maranglay
-Juan Gemines- Barangay Castillo Maranglay
-Sebastian Gemines- Barangay Castillo Maranglay
-Santiago Gemines - Barangay Castillo Maranglay
-Mathias Lomanl.n Barangay Castillo Maranglay
-Pedro Flores- Barangay Castillo Maranglay
-Nicolas Bacolang- Barangay Castillo Maranglay
-Juan Miercules - Barangay Castillo Maranglay
En 30 de enero de 1710 en este sitio de Palosapes reconocí
los asistentes el dicho sitio que son del padrón de Tarlac, y hallé los
siguientes=
-Juan de la Cruz, casado con Magdalena Mayula de Pantabangan, con [dos] hijos
que todos viven en dicho sitio, la una hija casada con Pablo Malangat o Casilib,-
-Ítem Juan Casuling casado conMaria [Timbay], del pueblo de Binalatongan con
dos hijos pequeños - Se vuelva a Tarlac.
-Phelipe de San Nicolas o Cabahin, casado con Nicolasa Samblingan del pueblo
de Bungabong-
-Nicolas Caligaan, casado con Nicolasa Vagas, Reservada -
-Nicolás de la Cruz, casado con Lucresia Ducao= mandé que se volviera
en Tarlac-
Todos los demás se contiene la lista no se hallan en el dicho sitio de Palosapes
Fray Sebastián de Foronda
Visitador

En el sitio de Palosapes en 30 de Enero de 1710 años= se presentó el contenido Nicolas
dela Cruz Casado con Lucresia Ducao y lo entregue al teniente de Tarlac para que lo lleve al padre
prior por lo que dice esta escrito-
Visitador 215
Doña Maria Callagan tauo co que ti qng balayan Tarlac Mebalo
co qng Capitan Don Fernando Molina, domorop co pung moma qng
Macamala bacas ning talampacan mo pu Guenu cung
padre bisitador, qng atin pun mitunga anaco, Ynglaguio
na, Don Nicolas dela Cruz. atio pu carin maquepamala
yan qng balayan Palosapis, qng Papagdalita co pung mi
omanoman, qng Y mo nanung lugud mo pu, qng payo
lian mi pu queti qng balayan Tarlac, ampat, tauo que pu que
ting Picabalouan, Uling Ynga manona, non uaring palac
uan da co queti Palosapis, Ume co pangainan ngana pu
Ynap.n pu. que cacupu y siclaud, y dalong queca pu Uling Yco
pu bisang mirayo queti qng balayanco, qung Y sucmo pung
Y utos quea, qng muliya queti, qng tantuan mi pu, nunua
ring lis yayat o meya qng aliuang balayan, bilianan mi pung
Dosa, Baya puntumacot, uling non uaring o meya qng ali
uang balayan, alan upaya pung Yco tu que, anti qung ala
cong paniualan mepui qng catauanco mangan ationg
biey cong lolugud ning dios non alimo po Yia =
Ynap.n pu Guenucung padre bisitador Fray Sebastian Foronda Ysesic
laud co pung Yayaduan qng e mo na nung lugud mo pu cacun
Tauong calolu qng Panayanco pu, Yng maragula saup mo amp.t
Ypu macasira qung caladua mit catauan mi Y ni pu Pasala
matanco pu qng G.r.t.d amp.n quecapu etc.
Maria Callagan

-Ines Agbay soltera tributante hija de la dicha- 216
-Juan Pangalangan soltero tributante hijo de la dicha
-Magdalena Vangtan, soltera tributante en Pandolan hija de la dicha-
-Domingo Tagley, casado con Magdalena Caratunan
-Augustin Lagundo, indio de Tarlac, Casado con Isavel dela Cruz
de Paniqui, con seis hijos, el uno Bernabe Aco
-casado con Monica Amoy
-Juan Pangguil, cassado con Sebastiana Sabon, india de Tarlac
con dos hijos-
-Pedro Lanac, casado con Nicolasa, India de Cabanatuan, con
tres hijos pequeños -
-Ítem Domingo Manonoc, casado con Magdalena Moraven, India
de Tarlac, con una hija Isavel Quiuiit, soltera _____
-Andrés, GuinDuyuan. soltero __
Todos los quales entregue a su dicho cabeza de barangay con carta
para nuestro muy reverendo padre provincial de Santo Domingo, para que obre según
hallare (sic) en su conciencia para la mejor administración de los santos sacramentos
y de ellos se hizo cargo en dicho cabeza y lo firmé
Fray Sebastián de Foronda
Visitador