capitanes
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Relación de los sucesos de esta nuestra misión de la Orden de Predicadores en China en este año de 1682

magnánima providencia ha procurado dar nuevo ser
a esta misión, que por falta de ellos se hallaba bien des-
caecida sintiendo el demonio tirano infernal de tantas
almas en este imperio que con la conversión de algunas los
nuevos capitanes de cristo comenzaban alegres a cantan
Victoria tan en oprobio suyo y resellándose de mayores
triunfos en adelante, determino su ciega obstinación
publicarnos guerra, aplicando su mayor esfuerzo a la villa
de Fogān, concibiendo su [depravado] ánimo que de allí le ame-
nazaban los mayores conbates. Hallabáse la cristiandad de
dicha Villa en la pacifica posesión de muchos años acredita-
da, aún para con los gentiles; pues a todos es notoria la buena vida
y ejemplo de los cristianos que en ella se hallan. Los corregido-
res que los años antecedentes la gobernaron acudían pacificos a
las cortesías con los ministros, que pide el común estilo de China,
prendados de los [presentillos] que vestidos con la capa de urbanidad
se les ofrecen, medio que se a juzgado por necesario, para alentar el
ánimo de los flacos, que en los más, aún no ha crecido tanto la fe que
hayan [despojadose] de las cortezas civiles del miedo. De este paci-
fico estado gozaba esta cristiandad, con dos iglesias que (fuera
de otras que hay en los pueblos) tiene dentro de los muros en la mis-
ma Villa; La principal a que acuden los varones hermosa y capaz
lo que permite la pobreza de nuestra misión, y lo que basta para
atractivo de los chinos por el aseo. La otra es la antigua que por
pequeña habiendo crecido el número de los fieles, [pidió] mejora,
y ahora servía para [solas] las mujeres que por ser impracticable
en China el acudir esta a la de los varones, pareció necesario hacer
esta distinción imitando en ello a los Padres de la compañia que en
algunas partes se han valido de este medio, intentando con el
hacer menos dificil la administración hacía esta part por ser
la más principal en número, y fervor en toda la China el devoto,
y fimíneo sexo con estas dos alas volaba en su progreso nuestras
santa ley fuerte y suavemente en Fogān; y volaba la fama
por los lugares. Circunvecinos atrayendo a muchos de sus mora-
dores el olor de tan aromáticos como celestes ungüentos a
abra
Sobre pleito que este Convento de Tondo siguio contra el guardia de Bangcosey. 1683

{Al margen derecho: 4}
el tiempo que [fue] alcalde mayor y después cesando la
inopia, que antes se padecía en todo me tiene vuestro padre [d.] muy
reconocido a su servicio deseando verle para mi consuelo
la divina majestad guarde a vuestro padre muchos años y conserve
en su gracia. Fuerza Santiago y junio seis de mil seiscientos
y ochenta y tres años. De vuestro padre [d.] servidor y amigo
que su mano besa. Sebastián Rayo Doria.
{Al margen izquierdo: Notificación}
En el pueblo de Tondo extramuros de la ciudad
de Manila en dieciséis días del mes de junio de mill seiscientos
ochenta y tres años. Yo el escribano cite en forma para
efecto de lo que el auto proveído a la petición de la primera
hoja a los maestros de campo Don Lorenzo Bernal de Guevara,
Don Melchor Márquez de los Reyes, y a los capitanes
Don Fernando Salonga, Don Francisco Javier
de León, Don Jerónimo de Lara, Don Juan Ligua,
y Don Matías de Herrera, principales y cabezas de barangay
del dicho pueblo y a otros que se hallaron presentes en
voz y en nombre de la comunidad de dicho pueblo ladinos bastantemente
en nuestra lengua castellana que porque fueron no
fue necesario intérprete y habiéndolo entendido. Dijeron
que lo oyen y se dan por citados y lo firmaron lo que supieron.
Don Lorenzo Bernal de Guevara. Don Melchor
Márquez. Don Matías de Herrera. Don Juan Manimtim
Liuag. Don Francisco Javier de León. Don Fernando
Salonga. Pedro Manrique escribano real.
{Al margen izquierdo: Notación}
En dicho pueblo de Tondo en dieciocho de junio de mil seiscientos
y ochenta y tres años. Yo el escribano hice otra citación como
la de arriba al Capitán Francisco de Rivera guardia mayor de este
dicho pueblo para el dicho efecto el cual habiéndolo entendido
dijo que lo oye y se da por citado y lo firmó de que doy fe.
Fragmento prohibiendo que los indios se vistan de seda

[En margen izquierda]
Vestidos de indios.
Que se les quite a los indios el vestirse
de sedas. Sólo los que [habien] sido capitanes
de infantería de ternate o alférez
allá se puedan vestir a la española,
para que puedan gastar los vestidos que
tienen. Se les da seis meses de termino [a]
hombres como mujeres. Y que esto no [contienda]
con los que [fuesen] [de] casa del con
españoles.
Guía para el Padre Comisario que fuere a procurar agustinos para las misiones en Filipinas

Y desde que se embarque procure bajar los humos aún
a los doctos predicándoles, que traten de aprender las
cosas de Indias antes de querer [arbitrar] en ellas, que
son unos niños con barbas (y así es) que en estando
un poco por acá entenderán algo de las cosas. Y comenzarán
a entender la mayor verdad, que es que nada
entendían de Indias, por más lo que lo presumían.
Desde aquí procure apartarlos de pensamientos ambiciosos,
diciéndoles, que viene a servir, no a mandar
y que los más humildes serán los más aceptos. Que no imaginen
([u no imaginan]) que acá no hay gente, que lo
que ellos son fueron primero lo que acá están, y
sobre la ciencia que ellos llevan, tienen los de acá, la que
acá han aprendido, y sobre todo la experimental.
Y así en viendo que alguno blasona de que acá le han
menester, y que le rogarán con las dignidades, que
no faltan tantos de estos [lo vio] mucho con los demás,
que no faltarán cuerdos, y les persuada que el camino
de subir es servir y merecer.
Supónese que la mayor parte se almadía, o se desabre
con la mar: trátelos el comisario con compasión
y cariño animándolos, con que dentro de
pocos días se quitará el almareo y sanarán. Unas
veces los capitanes en la comida, y el agasajo
no lo hacen bien. Y otras aun haciéndolo bien
Carta del Padre Marcelo Francisco Mastrilli, sobre la conquista de Mindanao. Taytay, 1637

con tan grande Victoria como V.R. entendera
Quiso el demonio que tantos años había morado en la dicha Punta
de Flechas hacernos punta, e impedirnos el pasar adelante; porque tres
veces por fuerza del viento y mares volvimos a tras y la cuarta sin tener
viento contrario estuvimos para dos mas de una hora sin poder dar paso
adelante; aunque tenía nuestra caracoa noventa Barigas, así lla-
man en las Islas de Pintados Los Bogadores. De manera que conocida cla-
ramente la obra del demonio con echan un poco de reliquias a la mar
y con jurarlo como antes, pasamos luego adelante
Vencidos ya los embustes y estorbos del enemigo invisible, llega-
mos a Vista de Mindanao sin saberlo el Viernes a cuatro caracoas y habiendo yo acabado La Misa antes que a-
maneciese desembarcó se Señoría a la faluga y con solo seis sol-
dados fue a reconocer el puesto, sondar todos los ríos y puertos de la
costa y ver si podia coger algún Moro por servirse me de guía
que nos faltaba. Dio casa a algunos de los hasta su misma playa
disparo les dos Mosqueteros; y con todo eso de huyeron por el Rio,
desamparando sus embarcaciones o yo se en respuesta de estos un tiro
de pieza de la tierra dentro que nos dio mucho que temer, viendo su
señoría tan arriscado y temiendo lo no esta sea con el enemigo em
pernado. Recamos luego la letanía con otras oraciones y remando a
todo poder, lo alcanzamos de vuelta. embarcase en su caracoa por
las once del día ordenado que todas cuatro con los dos Sampanes
de nuestra Armada de los Capitanes Don Rodrigo y Ugalde
que ya tres días antes habían llegado y cogido tres caracoas del ene-
migo y por otra que vino con bandera blanca escrito a los Padres
Recoletos que tenían a la cautivos que los avisasen de los que pasaba
diesen fondo cerca la boca de un rio a donde aparecían a algunas ca-
sas sin saber que Pueblo fuese y volviéndose a mi me dijo en estas
casas quiero alojar migarte esta tarde. Luego mando que to-
dos comiesen, y habiendo enviado el ayudante don Francisco Olazaran

[margen a la derecha] {A
Acudir allí el Padre
Marcelo para hacer
sus ejercicios ordi-
narios de oración
y especialmente para la
disciplinan que por Lar-
go tiempo y con
varias oraciones
y plegarias y especial
devoción acostumbraba
hacer todos los
dias en donde quiera
que se hallaba aho-
ra viviendo en
los colegios y casos
ahora fuera de Majestad }
Las sentinelas, Alerta Rondando todos los sargentos mayores
y capitanes, y muchas veces el mismo en persona: tanto que por ver
nos continuamente despiertos, nunca atrevieron los Moros embestirnos
descubiertamente, sino tentar por algunos mas alentados la suerte
y la embestida. El esto muy a menudo en la boca del rio, cuan-
do de la Visita de los enfermos me halla solo con el capitán don Ro-
drigo en una champancilla con cuatro sangleyes que por el gran
miedo no viendo el camino dieron en un bajo fue cierto mi-
lagro de Dios que no lo advirtiesen Los Moros por que sin duda
nos mataran. Otro peligro mayor pase a quien este pueblo por
que no sabiendo Las continuas emboscadas que hacían de día
en unas casillas algo lejos de la fuera cada día en algunas horas
me recogía en ellas; y fue Dios servido que nunca me vieron
en muchos días hasta que sabiendo lo ser señoría las mando que mar
las embarcaciones que se hallaron el primer día en el Rio
por ser ya bajo mar no se pidieron retirarse a la fuerza hasta el día
siguiente. Eran estas mas de trescientas entre grandes; media-
nas y chicas; La mayor parte de las cargada de mil cosas, en
particular cinco o seis muy grandes de los [habos] llenas de cera
aceite, arroz, y otras mercaderías, de que todo se aprovecha-
ron Los soldados Barigas y sangleyes, fuera de una gran
cantidad de cera que se guardo para el Rey, con un gran numero
de armas porque las piezas de bronce de cuchara fueron ocho: los
versos veinte y siete: Un [pedraro] [dezerno] colado muchísimas
cámaras de versos: mas de cien mosquetes y arcabuces; y una
infinidad de balas, hierro, pólvora, campilanes, lanzas, flechas,
bacacayes y sompites que es un genero de flechas chiquitas que los
tiran por unas [carabatanas]; tan venenoso que serio se le acude luego
luego con contras muy eficaces, mata en pocas horas con otros instru-
mentos de guerra que se hallaron en la casa de la pólvora

La Silanga, en que se perdió una Caracoa de la cual venia cabo el
Capitan Xineros, sin muerto pero ma que de un muchacho. Luego al
punto disponiendo sun señoría Las cosas por marchar el día siguiente
al cerro, mando dar a los soldados [bifioc] Lo y que lo para cuatro días;
en que el Señor Sargento Mayor Don Pedro con el ayudante Don Francisco Ola-
zaran gastaron toda la noche, cual misma yo gaste en confesar la gente
no contenta de lo que habían hecho con tanta devoción en Zamboanga.
Por las tres de la mañana se comenzaron a decir Las misas; y al
fin de la primera hizo señoría una platica a los soldados tan apro-
pósito y ajusto de todos; que bien se hecho de ver su grande prudencia
zelo del honor divino, y experiencia militar. Estábamos concer-
tados quejo después mostrase el Santo Cristo con San Francisco Javier
como me había pedido muchas veces y deseaba la gente: pero
por confesar a V.R. La verdad no me lo sentí del corazón y así
no quise hacerlo como que fuera presagio de lo que nos había de con-
decer el día.
Acabada la platica envio su señoría al
Gonzalez con el Padre Melchior de Vera que había venido en el mis-
mo de Zamboanga. ciento y veinte españoles, treinta pampangos:
y ochenta indios por las cargas señalando a la vanguardia al
Castelo, y a la Retroguardia at Becerra, con dos fa-
mosas espías uno moro, y el otro Cristiano, con orden que cogi-
se el enemigo La retirada del cerro; y por el mismo camino
bajase de embestirlo, tocando pero antes sus clarines; para que al
mismo tiempo embistiese su señoría de la otra parte. y así Lo
cogiesemos en medio partido Nicolas Gonzalez, Ordeno La gente
suya señalando el Ugalde a la vanguardia: Luego el capitán
Don Rodrigo con los demás, dando a cada uno de los capitanes re-
formados una tropa de soldados a su cargo Las banderas, pieza de
artillería pertrechos de guerra y bastimentos al cuerpo de
guardia, en la retroguardia lo Panpangos el Mayor
Don Pedro

De los ornamentos de las Iglesias, y armas por su majestad Lo demás se re-
partiese a los soldados sin reservar por si o por los suyos ni una blanca
Acción por cierto con muy grande razon alabadas y admirada de todos,
por no estar ahora en uso entre los Capitanes y Generales, y por haber
sido me parece, La primera en estas Islas Filipinas confirmando el con-
cepto en que lo tienen todos de caballero totalmente desinteresado, lo que
se [hallo] y repartió fue muchísimo dicen que vio muchas escriba-
nias llenas y muy pesadas. Lo cierto es que hay estaba todo tel tesoro
de Corralat, y cuanto había robado en tantos años no quiera saber mas
[V.R. ]los soldados han venido muy contentos y muchos muy ricos
buen provecho les haga que verdaderamente todo lo merecer, por
todos pelearon valerosisismamente de los ornamentos de las Iglesias
y vasos sagrados, como cálices, patenas, viriles, incensarios, crimeras, [VEa.]
que ya se han vuelto con grandisima puntiealidad a sus Dueños se lle-
no un cajon muy grande como de las cuatro Andas cargadas
de los pudo colegir [VR] en la procesión tan solemne que
[...] sus señoría en Manila el Domingo de la Trinidad en agrade-
cimiento a Dios por La Victoria. Solo me pesó en este día en que su-
bimos al cerro no haber tenido tiempo de buscan mis cuentas que
habia perdido el dia del asalto cuando por a placar La ira de
Dios partí muy apriesa por el medio mi sotana pero Dios quiso con
solarme el día siguiente, porque volviendo de la visita de los en-
fermos al Real me las dio su señoría que reconociéndoles en
mano de un soldado que Las había hallado bajando del cerro
Le dio no se cuantos pesos por ellas, y cierto de los merecieron
por ser del palo de los mártires quemados en Japon y por ha-
ber tocado todo el cuerpo de mi gloriosissimo Padre Francisco Javier
en Goa; que son Los causas, por quejo las quiero tanto.
Seis dias enteros gastaron en repartir, abrasan y destruir to-
do lo que había en Mindanao, y así a Veinte y cinco de Marzo día
de la Santísima Anunciada partimos a la vuelta de Zamboanga. No

conforme me avisa el Padre Rector de Othon, por haber sido La misión
de Mindanao el Principal motivo a la venida suya de españa en estas
Islas Filipinas. Pero no podia solo el Padre acudir a toda La Isla de mas en
Zamboanga quedan solos dos Padres; el Padre Melchor de Vera que por sus achaques
continuos harto hace en cuidar todas las obras de la fuerza de que lo en cargo su [Sa.]
como apersona insigne en la materia: y el Padre Gregorio Belin en atender a todo el
presidio de quien es capellán de manera que muchísimos Pueblos de moros que estan
alrededor de la fuerza como la caldera [esc...co] tienen quien los a doctrine
El Rey también de Sibuguey, que es un rio mucho mas fértil y abundante
que la Pampanga mientras estabamos en Mindanao, vino en persona al gobernador
de Zamboanga a pedir paces y Padres: y ya su hijo ha venido ahora con los Galeo-
nes de Terrenate por criarse en Manila y de la misma manera ir han cada
día viniendo todos los demás principales supuesta la caída tan miserable del
Principal Rey de estas Islas que era Corralat que al tenia quasi a todos tiránicamente
sujetos y como tributarios hasta el mismo Rey de Joló envió a Dato Achan que es su
valido y privado y el mas Valeroso y alentado Capitan que sea visto entre los Moros
[co... ssa... a] La confirma de las paces [...e] [a Dia ]venido a tratar su mu-
jer misma con nuestros Capitanes el año pasado: excusándose que no había venido en
persona el mismo por estar aguardando una armada con que le venia haber guerra
el Rey de Burnei confederado con los camucones sus enemigos.
Vea VR por [carid] cuan abundante cosecha se le ofrece en Mindanao y cuan pobre
de sujetos, y obreros está que adonde a me parecer fueran pocos cuarenta no quedan
mas de dos y cierto es lastima por ser una de las mas gloriosas misiones que se pueden de-
sear por no faltar a la evidencia del fuero grande, las esperanza de nobilísimos mar-
tirios. en fin basta que sea al Apóstol de la San Francisco Javier que fue el primero que
La predico el Santo Evangelio como consta de la bula de canonización con fio en la
Divina misericordia que las nuevas de tan gloriosa y tan deseada Victoria y con-
quista de la grande Isla de Mindanao en la corte moverán los corazones de
su Majestad y su Real consejo de Indias para que despachen muchos obreros este
año a tan gloriosa y abundante cosecha.
Esto es lo que toca a la nuestra jornada de Mindanao falta le solo La vuelta a Manila
Alonso de Carvajal. Sobre el alzamiento de los Sangleyes del año de 1639 y 1640.

y que él le disuadió. Viendo la multitud y los pocos nuestros, que no
serían treinta y que no tenía orden, él dijo: “Ea, españoles, logremos
el buen día.” Y empeñó se [había embarcando atollo] en caballo
y allí le mataron [y a] dichos tres, e hicieron dos, con que
el padre hizo [acto] en escaparse y venir a dar nueva. Juntaron consejo
de guerra, y dicen [que] había en palacio brava confusión.
Previnieron los soldados de Tondo, iba Ermita y Malate, y de
la bóveda de la compañía llevaban plomo para balas a pieza. A las cinco
de la tarde salió el sargento mayor Don Juan de Arceo con tres
piezas de campaña, más de ciento y cincuenta españoles de las compañías
de Domingo Ruiz, Don Martín de Ocáriz, dos capitanes bagos y
más de otros tantos pampangos con armas de fuego, doscientos
tagalos piqueros y algunos joloes y japones. Iban le acompañando
el señor gobernador y maese de campo a caballo, iba Don Rodrigo
de Guillestigui, Mena, Balderrama y algunos soldados viejos
aventureros. Decían [que] iban a San Pedro de [Minian] pero
no fue así. Llegaron a Pasay a donde hicieron noche aguardándolos
para el amanecer por ser el camino forzoso.
Acá hubo prevención. El parián estaba quieto. No quiso
el gobernador entrar por las calles de él, ni que nadie entrase.
Estuvieron en la calzada el gobernador, la compañía de Don Pedro Jara,
que él estaba en la huerta y llegó a las oraciones, y
Enríquez con gente debajo de la horca. Y él y el vicario
visitaban el parián, que todos estaban quietos y temerosos.
A las cinco de la tarde se supo [que] habían pasado por
nuestra estancia y la quemaron, y veíamos fuegos en
San Pedro, junto a Guadalupe que la Virgen defendía.
Había despachado yo aviso al [pelovos] por la mañana con
embarcación de lo que pasaba hasta entonces, y que estuviese
con cuidado, y en caso consumiese el Santísimo y tuviese
prevenida embarcación, y cogiese la Virgen y la plata
y se bajase, pues el río estaba seguro, antes que llegase
mi carta el lunes tuvo nueva consumió el señor y por la
tarde con los criados porque toda la gente sino es cuatro
Certificaciones auténticas del modo con que se halló el Santo Niño de Cebú, 1639

En la isla de Cebu de las Filipinas del poder de su magestad a diez y seis dias
del mes de mayo de mil y quinientos y sesenta y cinco años.
El muy illustre señor
Miguel López de Legazpi gobernador y capitán general por su magestad de la gente y armada del
descubrimiento de las islas del poder, por ante mi Fernando Riquel escribano de gobernación de
las dichas islas, dijo que por quanto el día que los españoles entraron en esta
dicha isla y pueblo de Cebu que fue el sábado veinte y ocho de abril de este presente año
después de haber desbaratado los naturales de este pueblo, y que lo dejaron desamparado
y que fueron huyendo la tierra dentro, en una de las casas de las más pobres
moradas y humildes y peña y de poco aparato donde entró Juan de Canviz (sic)
natural de Bermeo marinero de la nao capitana, y halló en ella una imagen del
niño Jesús en su cajita de madera de pino con su gorron de fleco velludo de
lana colorada de los que se hacen en Flandes, y su camisita de volante y
los dos dedos de la mano derecha alzados como quien bendice. Y en la izquierda
su bola redonda sin cruz y su collarico de estaño dorado el cuello, la qual dicha
cajuela y imagen del niño Jesús estaba metida en otra caja de madera
de las de esta tierra y liada con un cordel por encima. Y luego que lo hubo
hallado llevándola en las manos con su cajita para enseñarla, topó
con el maestre de campo Matheo del Savez (sic), y se la quitó y llevó a a (sic) mostrarsela al
dicho señor general. El cual con gran veneración y solemne procesión la mandó
traer y meter en la iglesia que ahora se tiene prestado. Y hizo voto y promesa
él y los religiosos de la orden del señor San Agustín y los capitanes y otros oficiales
del campo que todos los años tal día como fue hallado la dicha imagen
se hiciese y celebrase una fiesta a invocación del nombre de Jesús. Y [hallen de esto]
sea fecho y constituido una cofradía del benditíssimo nombre de Jesús de la manera
que está instituida la del monasterio de San Agustín de México y con los mismos
estatutos de ella y para que perpetuamente quede memoria del susodicho y de como
la dicha imagen fue hallada en esta tierra de infieles el dicho día, el dicho
señor gobernador por ante mi el dicho escribano mandado hacer la información de
testigos siguiente. Y firmólo de su nombre Miguel López pasó ante mi Fernando Riquel
escribano de gobernación.
Y luego incontinente en este dicho día, mes, y año susodicho, el dicho señor
gobernador para la dicha información mandó parecer ante sí a Juan de Camuz natural de la
Villa de Bermeo en el Señorío de Vizcaya marinero de la nao capitana. El cual juró
por dios y por Santa María y por las palabras de los quatro evangelios y por la
señal de la cruz en forma de derecho y socorro del dicho juramento. Prometió
de decir verdad y siendo preguntado que [quepasa] cerca de ello, dijo
que lo [quepasa] es que el dicho día sábado que se contaron veinte y ocho de abril
de este presente año que fue cuando el dicho señor gobernador mandó saltar la
gente en tierra en este pueblo de Cebu, este que declara salió de la nao
capitana en un batel juntamente con los marineros y soldados que de ella
salieron para el dicho efecto. Y yendo a la parte donde estaba los paños (sic: paraos) y
canoas de los indios con gente. Como los naturales desampararon las canoas y

la gente, este testigo se venía recogiendo a la marina, y dentro del
pueblo topó este testigo a Juan de Camuz, Bermeo, marinero de la nao
capitana, y a este testigo llamó el dicho Juan de Camuz y le mostró una
imagen del niño Jesús, metida en una cajita de pino con
su gorroncito peludo de lana colorada de flandes y su bola dorada,
y los dos dedos de la mano derecha alzados para arriba, bien tratado,
aunque parecía muy antiguo, [excepto] le faltaba la cruz que
suele tener encima de la bola que tiene en la mano izquierda,
y que tenía, menos en algunas partes del rostro y de la bola
el [matoz] porque estaba algo comido. Y el dicho Juan Camuz, Bermeo,
preguntó a este testigo que que era aquello, porque no lo conocía
y este testigo, lo tomó en la mano, luego lo conoció y le dijo
que era el niño Jesús, y como le dijo estas palabras, el dicho Juan de
Camuz, marinero, tomó el dicho niño Jesús en las manos y hecho
a correr con él hacia la marina para enseñarlo a los capitanes,
y que después a la que se halló el dicho niño Jesús, de la casa donde se
halló, que es pequeña y al parecer debía de ser de algún hombre
pobrecillo, se llevó en procesión con mucha solemnidad y
fiesta de todo el campo a la iglesia, que ahora se tiene de prestado,
donde siendo por toda la gente adorado se puso encima del
altar y se instituyó una cofradía del nombre de Jesús, y el dicho señor
gobernador y los capitanes e oficiales del campo botaron y prometieron
de celebrar en cada un año la fiesta de la invocación
de la imagen del niño Jesús, y que esto es lo que sabe
y pasa de este caso para el juramento que tiene fecho, y en ello
se afirmó e ratificó, y lo firmó de su nombre y el dicho señor gobernador,
Miguel López ; pasó ante mi Fernando Riquel, escribano
de gobernación.
Yo el dicho Fernando Riquel, escribano mayor de gobernación susodicho esta información
saque y traslado de la original, según que ante mi
pasó y en fee dello fue aquí mi firma e rúbricas acostumbradas
que es a tal en testimonio de verdad. Fernando Riquel,
escribano mayor de la gobernación.
Este es un traslado bien fielmente sacado de un testimonio
que está en el archivo de este convento del santísimo nombre de Jesús del orden de nuestro
padre San Agustín de esta ciudad de Cebu. Signado y firmado de Fernando
Riquel escribano de gobernación de que doy fee en 1.o de Mayo de
mil y seiscientos y treinta y nueve años.
Carta apologética, probablemente de Francisco Combés sobre la controversia sobre el sermón de Francisco Solier en el que acusa a los frailes de maltratar de los indígenas

se deben presumir más altos intentos. No sólo por
lo que se ve en este papel, que a costa de sus agravios y desprecios,
solicita el bien de los naturales, de quienes ni puede
aguardar agradecimiento ni apetecer aplauso de los que pueden
dar alabanza. Soborno adrede el vituperio por conseguir
en ellos la enmienda y en los otros el alivio. Pero
de cuánto ha escrito se colige el mismo intento. Y los unos escritos
pueden ser interpretación de los otros, pues todos son
de cosas prácticas y convenientes al gobierno y al bien de la
tierra. Todos doctrinales y no discursos vanos que para en
ser relámpagos del ingenio sin servir de luz a la prudencia
sino luces que siempre estarán facilitando el camino
para el acierto. En el memorial histórico político
vuelve por el crédito de la real audiencia en que satisface
a su obligación y al decoro de su majestad en su
calificación. Antes que sacaran el discurso militar sabían
los capitanes a guerra lo que en derecho competía a su
oficio y el estilo. ¿Qué habían de guardar en administrar
en los casos tocantes a la guerra la justicia? ¿Qué desórdenes
no ha excusado? ¿Cómo la inocencia quedó libre de
las precipitaciones de algunos temerarios disculpados
en el rigor de ese título? ¿En el parecer del comercio,
no se desveló para la felicidad de esta república que
consiste en los caudales sustentados del trato y comercio?
En el dictamen de Lampón ¿no mostró el deseo
de librar a esta tierra de las miseras que le acarrean
tantas pérdidas de navíos, quitándole a la fortuna
la ocasión de sus crueldades en el discurso peligroso
que hace el socorro de Castilla para tomar el embocadero
y conseguir el puerto de Cavite? En este de que
hablamos, ¿no está bien declarado el celo del alivio
de los naturales, en todo lo que padecen de los ministros
religiosos eclesiásticos? Pues ¿qué tiene para la vanidad esta
obra, o de que otra se puede colegir tal intención? No
se le puede pedir más al hombre más virtuoso que
vivir a todos provechoso, y en ministros las acciones
que a esos se encaminan son muy honrosas. Hoc nempe
ab homine exigitur, dijo elegante Séneca, De vita beata
capítulo 30. Ut prossit omnibus si fieri potest, multis, sin minuipancis
sin minus proximus. Nam cum se utilem
ceteris efficit commune agit negotium. Porque el
que con esa atención vive y con esa luz dirige sus
acciones hace las partes de todos. Siendo, pues, los escritos
del señor Don Salvador dedicados al provecho de todos
y ninguno a su interés, antes este costoso a su respeto
y decoro, ¿cómo dice el reverendo padre predicador que escribe papeles
para su estimación? ¿Que a las acciones y obras
buenas se siga la complacencia y el gusto propio y en
los otros la estimación? No concluye que sea esa la causa
sino natural efecto, dice Séneca, De vita beata, capítulo 8.
Voluptas non est merces nec causa virtutis

sufra que una mano ayude a otra. Y que se valga un
gobernador, ya de esta provincia, ya de estotra, donde hallare
mejor comodidad. Y persuada a los vasallos esta obligación
para que, cuando llegue la necesidad, no la haga irremediable
la rebeldía que sirve ese arroz para el sustento de
su majestad, cuyos gastos debe proveer su gobernador. Y reconozca
con San Crisóstomo esta obligación para que, entendida
si como vasallo no la favoreciere en sus sermones, como
enemigo no la llegue a impugnar príncipes. A nobis sustentari
debere visum est obid quod sua ipsorum negligentes communes
res curant universum que suum otium adeo impendunt
quibus non solum ipsi sed et quae nostra sunt salvantur.
In Paul ad Romanos 13. [Vea avaz que opuse derest
capítulo 6, ss 1, dub 1 et ss 3, dub 2 número 18 lefio l 2 devist capítulo 33 dub
2 et 6.]
Otra queja publicó contra el gobierno: que vino el
Mindanao y se llevó mil almas y que siempre está cautivando
sin que se ponga remedio a que están obligados
sus ministros con rigor y derecho de justicia. O
gruta de la tierra salió para predicar en Manila, ¿qué
tan inadvertido se muestra de las cosas? ¿Qué mayor
remedio pudo poner Cipión ni Aníbal, que en tanta
falta de gente antes de tener noticias del enemigo,
antes noticias en contrario haber echado una armada
de 7 navíos bien guarnecidos y municionados, que elegir
una persona de calidad que, celosa de su reputación, mirase
por el servicio de su majestad? Quedarle soldados viejos
y de experimentados valor por cabos de cada navío y
una instrucción en que previno cuantos accidentes se
podían ofrecer véalo por su vida, y dirá que se había
de estampar para ejemplar. Y coteje el suceso con
la instrucción y hallará que no tuvo la prudencia muy
favorecida de luz de cielo. Mas ¿qué añadir si sobre eso
falta la ejecución o la dicha? ¿Qué remedio tiene
sino el de la paciencia? Pues ¿qué culpa tuvo el señor
gobernador en el daño que hizo el enemigo? Si fuera
experimentado en las islas, ¿supiera otros mayores?
¿Y qué otros gobernadores con más gente y más número
de capitanes desengañaron a las provincias de poderles
dar socorro, y les mandaron que cada cual guardase
lo que le tocaba y se guardasen los indios? Y hasta hoy
ningún gobernador ha hallado medio para guardar
tan confuso laberinto de islas con tantas
entradas. ¿Y cuántos medios se han dado? Los ha desengañado
la experiencia. Y más con naturales
tan flojos y confiados. Frustran nuestro celo y han dado
viniendo y navegando tan descuidados con las nuevas
del enemigo como en la más segura paz.
Dirá que se había de haber ido a su tierra
para refrenarlo con el castigo. ¿Y no sabe padre
Levantamiento de Ilocos y Pangasinan

[vuestro reverendo] padre nuestro no era para nada, sino es [ya que] el gustillo de
segundo visitador le moviese o de visitador [primero]. Pues él lo gobernaba
todo. Que queriendo el padre Fray Lorenzo pasar a su priorato porque
el Padre Medina le pedía por [comp.o] (como si se pudiera hacer
sin agraviarle) y no queriendo serlo, el padre Fray Lorenzo le
trató de inobediente delante el visitador sin que hablase
palabra. Por cuya causa estuvo Purao cerca de un mes
sin ministro o más. Y al venir aquí encontró entre Bacnotan
y Namacpacan al padre Fray Joseph de Sotomayor y le
puso audiencia para que volviera puesto. Y en fin me mostró
a mí una carta del padre visitador en que le daba toda su autoridad
que ya le tenía dado [esto e] in nomine patris. & Y
todos los padres mozos están [a estos] de esto de padres mozos.
Y hasta yo no me [escapé]. Pues en Santa Catalina cuando
veníamos a Narvacan porque había juntado unos indios
de [Dalangdang] para cargarme, y sólo tenía uno
más que él, dijo que tenía tantos años de hábito, tantos
que el señor obispo me pidió [atenderlo]. Era yo su prelado que le
sufriese y metiese aquella entre las de los zambales.
Y en fin por hablar de paporreta dijo al padre delante
sus capitanes que los padres mozos le habían robado [todos] por
[su si en vez y] que ni vaca les daban cuando estaban en
Batac, cuando andaban huyendo de una parte a otra. En lo de
la guerra, cierto trabajó más que todos porque este
evangelio chiquito no ha de dejar lo bueno &.) Volviendo
a la guerra, supimos venían ya cerca los zambales y en esta
ocasión todos los principales del partido de Agoo enviaron
a Don Marcos Macasiam que murió ya ahorcado,
pidiendo al Alférez Lorenzo Arqueros que estaba en
Bauang con su gente que enviase a prender al padre de
Gumapas Don Miguel Carreño que daba aviso al enemigo.
Envió pues al maese de campo Don Lorenzo
Peding que murió en la batalla y después por ser
Index for Cedulario número 31 de los años de 1750, 51 y 52.

relevado de tributos, polos, y servicios personales
por toda su vida a Sebastián Fabian. En 4 hojas
utiles.
4-Diligencias prácticadas en virtud de real cédula sobre es-
tablecerse el comercio de los alcaldes mayores de estas provincias
sujetos a pagar la real [alcavada] de los efectos, y
demás que contrataren en ellas arreglado de sus respectivos
aranceles. En 58 hojas utiles.
5-Diligencias prácticadas en virtud de real orden para
que en el caso de que los soldados deserten o hagan
ausencias sin licencia de su compañías no se [apro]
[prion] los Capitanes, ni otro oficial sus devengados
y se [introduzcan] en las reales cajas. En 9 hojas utiles.
6-Diligencias prácticadas en virtud de real orden
sobre que no se domitan por derecho de tanteo a sus
reales rentas a las ciudades, villas y partidos de los
Reynos de America. En [16 ]hojas utiles.
7-Diligencias prácticadas en virtud de reales despachos en que
se [servio] Su Majestad nombrarle, y a sus subcessores por
Superintendente General y Privativo del importe del
producto de la Santa Bulla, y de todas las demás
gracias comprehendidas, y [arenas] en ella en toda esta
jurisdicción pare que se empleen en los santos fi
nes deprimidos en el breve de su santidad. En
137 hojas utiles.
8-Diligencias prácticadas en virtud de real cédulas
para que en el caso de que el comisario subdelegado [principal]
Carta de Fray Joseph Navarro a Fray Francisco de Zamora, Cantón, 28 de diciembre de 1698

conduce el reverendo Padre [Bobet]. Que por orden del emperador
de China partió poco más de 4 años de esta reino
cuya nave es de guerra con más de 40 cañones y todas
armas de fuego, muchos capitanes, y otros cabos. Toda gente
lucida, con magníficos presentes y aunque no por vía de embajada
para el emperador de China. Y todo lo dicho
con pretexto que [trasver] de introducir [fatoría] en este Cantón.
Hasta la fecha de esta no ha llegado la respuesta de
el emperador y no [saberes] en qué parará lo dicho por estos
novedades. Y algunas otras palabras que oímos sería grande
providencia de prevención en esas islas para los futuros
contingentes. El muy reverendo padre señor Fray Miguel Rubio escribirá
a vuestro señor muy reverendo con más comprensión y solo me resta el quedar
rendido súbdito de vuestro padre muy reverendo no excusándome en lo
que fuera de su servicio, que me hallara pronto, y obediente
en todo orando sus santos sacrificios. Cantón y diciembre 28 de
1698 años.
[B.] vuestro padre muy reverendo indignó súbdito que su mano besa
Fray Joseph Navarro
Muy reverendo padre provincial Fray Francisco de Zamora

desembarazado, mandó recoger la gente y andándola recogiendo, topó, con Juan de Camuz, marinero de la nao capitana, el qual llevaba una cajuela en las manos. Y le dijo a este declarante: "señor, esta imagen he topado aquí en una casa." Que era una niño Jesús de los que hacen en flandes, que iba dentro en la dicha cajuela, el qual lo tomó en las manos. Que venía en una cajita de las que se hacen en flandes, y su camisita de volante, y su gorroncito velludo de lana colorado, como se acostumbran hacer en flandes. Y la imagen entera y limpia, y sus dos dedos de la mano derecha alzados para bendecir, y en la otra mano la bola dorada sin la cruz, que encima suele tener, y la imagen entera y bien tratada, excepto que tenía quitado el barniz del rostro en parte un poquito, y otro poquito de la manzana, que parecía de mucho tiempo y estaba, como dicho tiene, bien tratado, y este testigo tomó la dicha imagen. Y después de haber recogido la gente, la llevó al dicho señor gobernador y religiosos, para que la viesen y se la entregó. Y después mandó el dicho señor gobernador inquirir dónde era la casa en que se había hallado. Y por una cruz que dejó el marinero, se halló y de ella a la iglesia donde al presente esta de prestado se llevó la dicha imagen con procesión solemne y con gran regocijo y alegría de todo el campo, y adoraron todos, y se puso en el altar mayor de la dicha iglesia para que perpetuamente esté en ella, y el dicho señor gobernador y este testigo y los demás capitanes y otros oficiales del campo votaron e prometieron de celebrar en, cada un año semejante día una fiesta de la invención de la imagen del niño Jesús, y se instituyó una cofradía del nombre de Jesús, y esto es lo que sabe y pasa de este caso para el juramento que tiene hecho, en lo cual se afirmó e ratificó, lo firmó de su nombre y el dicho señor gobernador lo firmó: Miguel López; Matheo del Saz; pasó ante mi Fernando Riquel, escribano de gobernación.
Y luego, incontinente, en este dichos día, mes y año susodicho, el dicho señor gobernador para la dicha información mande parecer ante sí a Esteban Rodriguez, soldado de la compañía del Capitán Martín de Goiti, del cual su señoría tomó y recibió juramento, y él lo hizo por dios y por Santa María en forma y de derecho, y so cargo de el prometió de decir verdad de lo que supiese y le fuese preguntado, y siendo examinado lo que sabe cerca de lo susodicho, dijo: que lo que pasa y este testigo sabe es que el dicho día sábado, veinte y ocho de abril del dicho año, que fue el día primero que los españoles entraron en esta ysla y pueblo de Cebu, habiendo echado de ella los indios, que habían dejado las casas y retiradose la tierra adentro, andando los capitanes recogiendo