Reclaiming the Lost Archive of San Agustin Library

Antonio Malabar

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Año de 1640—Información sobre el milagro que Nuestra Señora de Caysasay usó con Juan Ynbin, sangley cristiano.

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Original Translated

sangleyes muertos hasta donde este testigo halló al dicho Juan Ynbin,
que fue en las bóvedas del agua que llaman "Santa" de este pueblo
de Casaysay por tierra, a su parecer, una hora de camino como
persona que lo ha andado algunas veces; y por el agua poco menos.
Y un sábado en la noche, yendo este testigo a bañarse, que fue el día
primero que había llegado a este dicho pueblo a tener, digo, a oír misa
a la iglesia de Nuestra Señora de Casaysay de este dicho pueblo, por part-
icular devoción y voto que este testigo y su mujer habían hecho en
nacimiento de gracias de la salud que habían alcanzado por inter-
cesión de esta Santísima Señora, y que estando recogidos él y su mujer
durmiendo en una casa de este dicho pueblo, a este testigo le dio tan gran
fuego y ardor en todo su cuerpo a más de medianoche, que no
pudiendo sosegar, llamó a un esclavo y le preguntó si había en
aquella casa alguna timba de caña con que sacar agua de la fuente
porque se estaba abrasando, y quería irse a bañar. A lo cual respon-
dió la dueña de la casa, que allí había una banga de agua con que
se podía refrescar; a lo cual replicó este testigo que no quería sino irse
a bañar junto a la misma fuente, por parecerle era muy poca
el agua que cabe en una banga para templar el calor que él te-
nía, y por devoción particular que ha más de dieciocho años que
este testigo tiene con el agua de esta fuente. Y así, bajó de la dicha casa
donde estaba acompañándole dos esclavos, que el uno llevaba
una banga y el otro una timba de caña para sacar el agua de
la dicha fuente. Y llegando uno de los dos esclavos que iba por
delante llamado Antonio Malabar a sacar el agua de dicha fuente,
se alborotó porque halló en una de las bóvedas de dicha fuente un
hombre sentado. Y llegándose a reconocerlo lo asió de la mano y le pre-
guntó diciendo: -¿quién eres?- en lengua castellana. A lo cual no le
respondió ni habló palabra, con que el dicho Antonio Malabar le re-
prendió este testigo, y le dijo no diese voces ni alborotase el pueblo
a aquellas horas. Y llegándose este testigo más se vea, conoció que era sangley;
y le preguntó que quién era y qué hacía. El cual no le respondió
Original Translated

dead Sangleys were thrown at sea, to the point where this witness found the said Juan Ynbin,
which was in the vault of the water spring they call "holy" in this town of
Casaysay, by land, he thinks that it would take an hour for a person
walking, because he has walked it a number of times. And by water, it would take a bit less.
And on a Saturday at night, when this witness was taking a bath, which was on the first
day he had arrived in this town to have, I mean, to "hear" Mass
at the church of Our Lady of Casaysay of the said town, because he
has a special devotion [to Our Lady of Casaysay] and this witness and his wife made a vow in
gratitude for granting them health, which was possible by
the intersession of Our Most Holy Lady. And he and his wife were boarding
[and] sleeping in a house of the said town, this witness felt such a
heat and burn in his entire body after midnight that, unable to
handle it, he called a slave and asked him if there was in
that house a cane container with which he could get some water from the spring.
[This was] because he was burning and he wanted to take a bath. To this,
the owner of the house responded that they had a banga container with water that he could use to refresh himself. To which, this witness said that he wanted
to bathe next to the spring of water, because he thought that
the water in the banga was not enough to cool the heat that he
was suffering, and because of the special devotion of more than eighteen years that
this witness has to the water of the spring. And so, he walked down from the said house,
accompanied by two slaves. One was carrying
a banga and the other a cane container to take the water out from
the said spring. And when one of the two slaves--the one who was walking
in the front arrived to get the water from the said spring--called Antonio Malabar,
he became alarmed because he found in the vault of the said spring, a
man who was seated there. He asked, "who are you?" in Castilian. To which he did not
respond or say a word. The said Antonio Malabar went
to this witness and told him not to shout or agitate the town
at such hour. And this witness got closer to see him, and he recognized that he was a
Sangley.
And he asked him who he was and what he was doing. He did not respond

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