tinguianes
- Title
- tinguianes
- category
- People -- Ethnicity
- isBasedOnUrl
- https://fromthepage.com/1762archive/a-digital-repatriation-of-a-lost-archive-of-the-spanish-pacific-the-library-of-the-convent-of-san-pablo-manila-1762/article/32181276
- name
- tinguianes
- contentUrl
- 32181276
- valueMinLength
- 0
- valueMaxLength
- 0
- numberOfItems
- 2
Found 4 Instances of "tinguianes" on 2 Pages
Levantamiento de Ilocos y Pangasinan

Y luego fue el padre Fray Cosme y aun pienso Don Gerónimo.
Y hubo de comer para todo este día y hasta Agayayos. Allá a la
tarde, vino Don Marcos Macasiam y nos advirtió del orden que tenía
de su pestilencia para llevarnos en su compañía que eran los ilocos,
que habían sacado desde Agoo hasta Narbacán que serían hasta
300, que con los zambales, a mi parecer, no llegaban todos a 3000. Y
iría a juntar la gente y, buscando cañas y talabones, nos acomodamos
todos, aunque con poca gente y que no bastaba para cargarnos con que
el más del camino hasta Narbacán. Fuimos a pie los dos clérigos,
padre Don Gerónimo y Padre Miguel de Quiros, [y] nosotros dos Fray Gonzalo
y yo, porque el viejo no podía. Y el señor obispo venía ya achacoso
que había ya días que las cámaras le afligían. Este día, sábado,
dormimos antes de la puente de Santa Catalina. Al otro día,
domingo, fuimos a comer a Agayayos, y llegamos tarde a Narbacán.
Habiendo tenido, al llegar a la punta del monte al
estero, una arma, porque como los de Narbacán con todos los demás
pueblos hasta Agoo, luego que supieron había españoles en
Lingayen, se retiraron a los montes [y] les hacían daño a los zambales.
Y pienso han muerto más de 700 hasta hoy. Y salieron los
tinguianes, sus aliados, a una compañía de zambales que venía
con nosotros de retaguardia. Y como el paso es angosto, quitaron
una cabeza y se metieron en el monte. Pasado este paso,
no querían los indios pasar de noche hasta Narbacán por las muchas
púas que habían puesto en todo el camino los de Narbacán.
En fin, a [puras] voces, y yendo el padre Fray Gonzalo y yo a pie
para animarlos, llegamos los dos primero a Narbacán
a más de las ocho de la noche. Y por gusto del padre Fray Gonzalo, fuimos
a avisar al capitán y cabo que él llamaba Ama Don Jacinto
Pacadua, que pienso le [pesó] después a nuestro Fray Gonzalo; porque al
bajar de casa el Don Jacinto fue con el negro de Don [Pablo] de la
Peña que estaba borracho. Y le tomó la mano a Fray Gonzalo que no se
la quería soltar, que le dio algún miedo. A mí también me
cogió la mano para besarla. En fin, no nos querían dejar ir
al convento, diciendo estaríamos mejor allí en una casa

padre visitador no le hubiese embarcado en el sampán— comenzó a
hablar mucho y decir no era ya su vuestra reverencia visitador por haberlos
dejado. Y luego en el convento se volvieron a tocar. Y en fin, porque
habiendo muerto un principal en Bacarrá, iba allí el padre
visitador —como él dice— por la limosna, cuando quizá iría también
a la averiguación del oro del padre Fray Joseph, si bien los visitadores
nunca vuelvan atrás a los conventos visitados sin causa
muy urgente. Y habiendo de haber vuestro padre en la [provincia], o pudiendo mandar
al mismo Medina que cuidase de este oro y lo demás, pudo
excusar el ruido que hubo de que resultó tanto daño a todos. Fue
por delante el alcalde mayor y hallaron ya en Laoag al socorro
de Cagayán, de que podemos decir post bellum, auxilium. Y Magsanop,
ya retirado —que hasta hoy no aparece— mandó quemar la iglesia
de Laoag en que no hizo mucho daño, pues [dado] [que] era viejo y se había
de derribar [a no faltar] ornamentos y plata. Los pueblos de
Bacarrá con la iglesia y convento quedaron libres. Y hay gente hoy
en día en Bacarrá, Pasuquin, Vintar, [Bambanglo]. Y el General Esteyvar,
después de haber andado montes y valles y [consoló] mucho a su
ejército, no pudo haber a las [moros], a los dos cabezas principales
Magsanop y Ambagan. Hizo castigo en otros culpados [ahorcando]
más de 90 en Bacarrá, Laoag, Dingras, adonde fueron
algunos enemigos. Pero aunque quemaron el pueblo, quedó la
iglesia libre. Y ellos pagaron con su vida allí su atrevimiento por
los tinguianes en Pangasinan. Mandó quemar Malong a Bacnotan
con la iglesia y convento. Y él mismo quemó a su pueblo
Binalatongan con convento e iglesia que era bueno. Hubo algunos desacatos
a las imágenes quitando cabezas a Santos Cristos. Y en Agoo una
imagen de nuestra señora la hicieron astillas para cocer la morisqueta
y haciendo cuchara de una mano. Al volverse los zambales
de Vigan todo lo profanaban y quemaban. Cuando llegué a este [convento]
no hallé nada pérdida considerable.
Se sigue la memoria de lo que falta de los conventos o iglesias.
Volviendo a repetir lo quemado de pueblos etcétera.