Cristo
- Title
- Cristo
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- People -- Deities or Saints
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- name
- Cristo
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- 32078437
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Relación de los sucesos de esta nuestra misión de la Orden de Predicadores en China en este año de 1682

magnánima providencia ha procurado dar nuevo ser
a esta misión, que por falta de ellos se hallaba bien des-
caecida sintiendo el demonio tirano infernal de tantas
almas en este imperio que con la conversión de algunas los
nuevos capitanes de cristo comenzaban alegres a cantan
Victoria tan en oprobio suyo y resellándose de mayores
triunfos en adelante, determino su ciega obstinación
publicarnos guerra, aplicando su mayor esfuerzo a la villa
de Fogān, concibiendo su [depravado] ánimo que de allí le ame-
nazaban los mayores conbates. Hallabáse la cristiandad de
dicha Villa en la pacifica posesión de muchos años acredita-
da, aún para con los gentiles; pues a todos es notoria la buena vida
y ejemplo de los cristianos que en ella se hallan. Los corregido-
res que los años antecedentes la gobernaron acudían pacificos a
las cortesías con los ministros, que pide el común estilo de China,
prendados de los [presentillos] que vestidos con la capa de urbanidad
se les ofrecen, medio que se a juzgado por necesario, para alentar el
ánimo de los flacos, que en los más, aún no ha crecido tanto la fe que
hayan [despojadose] de las cortezas civiles del miedo. De este paci-
fico estado gozaba esta cristiandad, con dos iglesias que (fuera
de otras que hay en los pueblos) tiene dentro de los muros en la mis-
ma Villa; La principal a que acuden los varones hermosa y capaz
lo que permite la pobreza de nuestra misión, y lo que basta para
atractivo de los chinos por el aseo. La otra es la antigua que por
pequeña habiendo crecido el número de los fieles, [pidió] mejora,
y ahora servía para [solas] las mujeres que por ser impracticable
en China el acudir esta a la de los varones, pareció necesario hacer
esta distinción imitando en ello a los Padres de la compañia que en
algunas partes se han valido de este medio, intentando con el
hacer menos dificil la administración hacía esta part por ser
la más principal en número, y fervor en toda la China el devoto,
y fimíneo sexo con estas dos alas volaba en su progreso nuestras
santa ley fuerte y suavemente en Fogān; y volaba la fama
por los lugares. Circunvecinos atrayendo a muchos de sus mora-
dores el olor de tan aromáticos como celestes ungüentos a
abra

de los sentidos, pero dióle la misericordia de Dios juicio
y palabras lo que basto para poder explicar su fe y deseos:
bautizóle el Padre y dentro de muy poco rato murió. El haber
sido la acción tan a prisa, y en aquel lance tan apretado en que
tan fácil puede ser el que la naturaleza confundiendo
los remedios apetezca lo sagrado como medicina de solo la
que le fatiga; y especialmente en un hombre tosco, y que tan de poco
había sido catequizado, no dejaba de causar en el minis-
tro algún recelo sobre si se habría logrado aquel sacramento
y, daba fuerzas al recelo, el ver que la mujer, y demás pari-
entes del difunto que daron tan desgraciados, que no per-
mitieron al catequista, ni a otro cristiano, que después
entrasen allá, ni aún para el rezo, y ceremonias, que se
hacen con los difuntos bautizados, sino que mezclando en-
tre los llantos maldiciones contra los diablos extranjeros
(que es el vocablo con que nos honran las cóleras chinas) le
hicieron las exequias supersticiosas que ellos como infie-
les usan. No pasaron ocho días, cuando el señor comenzó
a consolar al religioso, trayéndole a la iglesia pidiéndole
el bautismo a un cuñado del tal difunto con muestras gran-
des de arrepentimiento por haber sido el que entonces se había
mostrado más desazonado, y ahora la gracia de Dios le traía
ya bien dispuesto; como trajo también después a la viuda
a una hija, ya otra cuñada. Todos los cuales en el tiempo
de un mes después que sucedió la referida muerte, queda-
ron bautizados, retornando en bendiciones las maldicio-
nes antecedentes, y prosiguiendo muy firmes en la fe.
Con que podemos piadosamente creer, que la intercesión de a-
que pobrecito, aunque bautizado deprisa les había alcan-
zado de Dios tal merced; y que lo dispuso así su majestad
para enseñar a los ministros, que en sacramento tan necesario
y en casos tan apretados no han de [escrupulicando] nuestra cor-
tedad; pues por ventura Cristo nuestro señor conociendo, como
es el agua, y tan fácil de dar al que la pide, que el no dar-
la es uno de los primeros cargos de la cuenta universal
Si tibi, et non de [dixi] mihi vibere.
[5] Pa

de los sentidos, pero dióle la misericordia de Dios juicio
y palabras lo que basto para poder explicar su fe y deseos:
bautizóle el Padre y dentro de muy poco rato murió. El haber
sido la acción tan a prisa, y en aquel lance tan apretado en que
tan fácil puede ser el que la naturaleza confundiendo
los remedios apetezca lo sagrado como medicina de solo la
que le fatiga; y especialmente en un hombre tosco, y que tan de poco
había sido catequizado, no dejaba de causar en el minis-
tro algún recelo sobre si se habría logrado aquel sacramento
y, daba fuerzas al recelo, el ver que la mujer, y demás pari-
entes del difunto que daron tan desgraciados, que no per-
mitieron al catequista, ni a otro cristiano, que después
entrasen allá, ni aún para el rezo, y ceremonias, que se
hacen con los difuntos bautizados, sino que mezclando en-
tre los llantos maldiciones contra los diablos extranjeros
(que es el vocablo con que nos honran las cóleras chinas) le
hicieron las exequias supersticiosas que ellos como infie-
les usan. No pasaron ocho días, cuando el señor comenzó
a consolar al religioso, trayéndole a la iglesia pidiéndole
el bautismo a un cuñado del tal difunto con muestras gran-
des de arrepentimiento por haber sido el que entonces se había
mostrado más desazonado, y ahora la gracia de Dios le traía
ya bien dispuesto; como trajo también después a la viuda
a una hija, ya otra cuñada. Todos los cuales en el tiempo
de un mes después que sucedió la referida muerte, queda-
ron bautizados, retornando en bendiciones las maldicio-
nes antecedentes, y prosiguiendo muy firmes en la fe.
Con que podemos piadosamente creer, que la intercesión de a-
que pobrecito, aunque bautizado deprisa les había alcan-
zado de Dios tal merced; y que lo dispuso así su majestad
para enseñar a los ministros, que en sacramento tan necesario
y en casos tan apretados no han de [escrupulicando] nuestra cor-
tedad; pues por ventura Cristo nuestro señor conociendo, como
es el agua, y tan fácil de dar al que la pide, que el no dar-
la es uno de los primeros cargos de la cuenta universal
Si tibi, et non de [dixi] mihi vibere.
[5] Pa
Traslado de una carta que Thomas Ortiz escribió al Capitán General de la Ciudad de Macao. 1608

Traslado de una carta que el reverendo padre lector Fray
Tomás Ortiz escribió al Capitán General de
la ciudad de Macao.
La obligación de mi oficio me compele a representar a vuestra señoría el agravio que padece esta misión agustiniana,
no con ánimo de querellarme ni pedir contra persona alguna, sino sólo para suplicar a vuestra señoría
[que] se sirva de defendernos de él y ayudarnos para la propagación del evangelio y salvación de tantas almas,
cuantas por nuestra ausencia de la misión de China en adelante se condenarán, que serán muchas,
y no serán pocas las que hasta el día de hoy se habrán ya condenado por esta misma causa.
Salimos de China no voluntarios, sino forzados o desterrados por la causa que todos saben,
y vinimos a Macao por orden del [chungto] y virrey, los cuales se despacharon un decreto (que
se conserva en esta ciudad) en que mandaban [que] estuviésemos en Macao y aquí esperásemos ocasión
oportuna para volver a entrar en China e ir a la corte, o por mejor decir esperásemos los
ordenes de Roma, para según ellos elegir camino.
Cuando esperábamos dicha ocasión, se interpuso la ciudad de Macao, poniendo escrito al
mandarín, en que dice: que "para evitar males, certifica que los cuatro religiosos agustinianos que
se hallan en Macao no quieren ir a la Corte a tomar diploma y espontáneamente desean volver
a sus reinos." Decreta el mandarín diciendo: que "dichos religiosos son mandados por el [chungto] y virrey
estar en Macao y no volver a su reino. Y así que vea si es que dichos religiosos desean irse, o si
es invención de la ciudad para echar de sí esta obligación" [etc.]
Vuelve la ciudad a poner segunda petición o escrito, diciendo: que habiendo examinado lo
que se la mandaba, halla que dichos religiosos dicen que "no desean ir a la corte, y que espontáneamente
desean volver a su reino." Decreta el mandarín que "dichos religiosos no tienen causas para tan
atropelladamente querer volver a su reino, y que parece que la ciudad por propia voluntad suya
pide esto por ellos" [etc.]
De todas estas cosas estábamos muy ajenos, cuando el mandarín de la Villa de Hiangxan llegó a
esta ciudad. Con su llegada tuvimos noticia de todo, no sin grande admiración nuestra. Mas procurando
olvidar agravios, el día 11 de este mes, en que el mandarín vino a este convento, sólo le representamos
como deseábamos ir a Cantón para allí esperar la ocasión, que aquí estábamos esperando. Y para
ello le suplicamos que nos ayudase. Respondió que lo haría de muy buena gana, mas que para
eso sería bien que el procurador de esta ciudad pusiese una petición representando esto mismo, que
entonces él la despacharía según nosotros deseábamos.
No quiero detenerme a ponderar todas estas cosas, porque no dudo que vuestra señoría lo podrá hacer mejor
que yo, a quien suplico sea de tal suerte la ponderación de ellas, que más le mueva a compasión, que
a enojo contra los que así tienen obrado. A mí no me duele tanto el agravio que padecemos, cuanto a
considerar que los gentiles son noticiosos de nuestras faltas, porque de esto sólo se puede seguir un gran
descredito de la nación europea, y un sumo menosprecio de la ley de Dios que profesamos.
No ignoro que para echarnos de Macao se valdrán de decir [que] hay ordenes reales, y que así conviene
para el servicio de su majestad. Pero es cierto que el servicio de su majestad no consiste en que las almas, por las
cuales Cristo nuestro bien derramó su sangre, se condenen, sino sólo en que se salven. Yo no puedo saber si el
día de hoy hay tales ordenes de su majestad. Pero sé que nunca nos las mostraron, y que en otras ocasiones no las había.
Y no obstante eso se procuró hacer esto mismo en Macao con los misionarios con título o pretexto de que
había ordenes de su majestad para ello. Pero dado caso que el día de hoy las hubiese, es cierto que nunca se pueden
entender con los misionarios desterrados de China por la obediencia a la Silla Apostólica, ni con los
regulares españoles, ni tampoco en la forma que se practican.
El derecho que tienen los misionarios para predicar la ley de Dios a las gentes se le dio Cristo
nuestro bien cuando en el evangelio les manda. Que caminando por el universo mundo siembran su evangelio
y le prediquen, y también cuando San Pablo dijo: que la palabra de Dios ni está ni debe estar
atada, esto es que no sólo éste o aquél, sino que todos la deben predicar. Y para no ser largo en referir
textos de la sagrada escritura etc. basta el precepto de caridad, que Dios puso en el Decálogo, por el cual
estamos obligados a procurar la salvación de las almas, así como por la justicia somos necesitados a no impedirla,
so pena de padecer los tormentos del infierno por una eternidad.
Para mejor cumplimiento de los preceptos divinos la majestad de Felipe 3.°, rey de España, y Portugal
alcanzó de la santidad de Paulo 5.° una bulla su data a 11 de junio, de 1608, en que después de
Fray Basilio de Gemona desde Kiang-Ning a Fray Álvaro de Benavente. 1696

{152}
Muy Reverendo Padre Fray Álvaro de Benavente
Cuando llegue a su presencia el lator de ésta y entienda Vuestro Padre Muy Reverendo per-
meando los extremos que han llegado las cosas en esta misión sabrá
ex consequent todo lo que en la que sentí yo debiera escribir. Me remito pues
a su dicho y a que solo le testifico que queda y quedará siempre en mi la memoria de su persona, la estimación de sus virtudes y el
cordial afecto que desde que lo conocí le tributé: Por su benignidad continúe
Vuestro Padre Muy Reverendo el suyo y Nuestro Señor la prospere a medida de mis deseos.
Me encomiendo en sus ilustrísimas oraciones de la que tengo más necesidad cuanto
es más larga y pasada la cruz que aquí nos queda a costas hasta
por lo menos volver el lator con los deseados despachos.
Kiang-ning. El 9 de noviembre de 1696.
Menor y muy cordial siervo en Jesucristo
Fray Basilio de Gemona
Auto prohibiendo que presenten comedias, saraos y danzas sin autorización previa del vicario provincial. 1701.

[Im. 3]
[Nos], el doctor don Diego Camacho y Ávila, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica,
Arzobispo de Manila Metropolitano de estas islas Filipinas y gobernador
apostólico del obispado, sufragáneo de la Nueva Segovia, vacante del consejo
de su majestad = A vos los fieles cristianos, estantes, habitantes, y residentes en
la ciudad de Manila y en todo este nuestro arzobispado y en el Obispado de la Nueva Segovia
sede vacante que es a nuestro cargo, salud a nuestro señor Jesucristo. Ya sabéis
o debéis saber que la obligación principal del cargo y oficio pastoral que Dios nuestro señor
fue servido poner sobre nuestros flacos hombros, es evitar todas y cualesquier ocasiones
de pecados que se puedan perpetrar contra su divina majestad, más en estos tiempos en
que estamos experimentando todos los de la monarquía de España sus justos
enojos con tantos azotes de pestes, guerras, hambres, y la falta de sucesión a la
real corona en nuestro católico monarca, indignaciones todas que debemos considerar
merecemos de la divina justicia por nuestros pecados. Sobre que ya visteis y oísteis
las rogativas públicas que por tiempo de nueve días se hicieron por mandato de nuestro
rey y señor (que Dios guarde), para que con la reformación de costumbres, enmienda
de vidas, y frecuencia de sacramentos, se aplaque la justísima indignación de
Dios contra nosotros, que debemos temer más rigurosa si de nuestra parte no ejecutamos
tan católicos preceptos. En cuya atención, y porqué de la concurrencia
de hombres y mujeres en donde se representan comedias ya obscenas, ya trá[gicas]
y ejemplares se han experimentado y cada dia se experimentan muchas of[ensas contra]
Dios nuestro señor, cuya bondad inmensa debe ser infinitamente amada [ ] [recurso]
mismo de entrambos sexos en que el enemigo común no cesa ja[más] []
citar incentivos con que abrazar las almas en el fuego infernal de la concupiscencia,
como por lo que de semejantes comedias y representaciones se origina, ya por ser
ellas mismas arte diabólico de enseñar venganzas, duelos, liviandades, y de poner en
práctica modos y medios ilícitos y deshonestos de ofender la majestad de Dios. Y haciendo [stop here, 7-9-2024, decide whether this sentence belongs to the previous or next sentence]
ellos mismos el tropiezo y ocasión de semejantes culpas y maldades y de otras
muchas que vosotros no ignoráis y sabéis muy bien. Circunstancias todas que atentamente
vistas son saludablemente prohibidas por los sagrados cánones y especialmente por el
Concilio Toledano, cuya saludable resolución se tomó también en tiempo de nuestros católicos monarcas
(que santa gloria hayan) los señores Don Felipe segundo y Don Felipe cuatro,
el grande, habiendo sido este dictamen cristiano y político de la
mayor parte del real y supremo Consejo de Castilla, sobre que deseando como de-seamos
ejecutarlo para poner el remedio que ataje tan perniciosos daños en
vuestras almas, para que Dios nuestro señor sea más dignamente loado, servido, y venerado.
Y cumpliendo con nuestra obligación y oficio pastoral, desde luego para en adelante,
et in perpetuum, quitamos y prohibimos absolutamente todas, y cualesquiera
comedias, de cualquier especie que sean coloquios y entremeses de
cualquier idioma que fueren y escuadrones de mujeres de cualquiera
Vocabulario Visaya de Pedro de San Nicolás y otros. 1700s.

Data de los depósitos y demás fondos
Nuestro Padre López [] – 3
Padre Sebastián de Foronda - 3
Nuestro Padre [] Cristóbal Tomás - 5
Nuestro Padre Pedro de San Nicolás - 8
Inventarium Generale Omnium Librorum huius Bibliothecae Conventus Divi Pauli Manilensis Ord. Ermitarum S.P.S. August. in hac Provintia SS Nominis JESU Philipinarume.

Rodriguez, Exercicios: 1
Fray Joseph de San Benito: 1
Torres, Philosophia moral: 1
Ludovico Blosio: 1
Prado, Espiritual: 1
Palafox, sus Obras: 9
Bona Cardenal Van, Tractat mistic: 1
Rbelo, Vida y Corona de Cristo: 1
Castellan, Año Virgineo: 4
Estante 4
Argaiz, Vida del venerable Gregorio López: 1
San Francisco, Tesoro celestial: 1
león, Místico cielo: 3
Molina, de Nación y sacerdotes: 2
Santa Teresa de Jesús y sus obras: 6
Lozano, David Perseguido, Penitentes y reyes, etc: 7
Castillo, Vida de Santa Rosa: 1
Vaquero, Vida de Doña María Vela: 1
Govea, Vida de San Juan de Dios: 1
Aretino, Vida de San Felipe Herr: 1
San Martín, Fiestas de San Pedro de Alcántara: 1
Serana, Vida de San Francisco de Borja: 1
García dos vidas, de San Francisco Xavier: 2

[Paralta] Hector Pinto, Imagen de la vida: 1
Osuna, República de Dios: 1
Anguiano, El capuchino español: 1
Lozada, Escuela de trabajos: 1
Matute, Prosapia de Cristo: 1
Obras del Padre Puente: 6
Obras del Padre Ávila: 5
Osuna, Abecedario espiritual: 4
Bonaje, Discursos de San Rafael Arcángel: 1
Estante 5
Cubillas, Obras de San Francisco de Sales: 5 tomos
Encarnación, Obras de San Juan de la Cruz: 2
Álvarez, de Vita Religiosa: 1
Andrade, Itinerario y escuela de Cristo: 2
Zamora, Margarita preciosa: 1
Fernandez, Milagros del Rosario: 1
Carnero, La eternidad consejera: 1
David, Ocasio arrepta: 1
Vega, Devoción a María: 1
Valverde, Vida de Christo: 1
Boneta, Gritos del purgatorio: 1
Castro, Fisonomía de la virtud: 1
Sevilla, Dios trino y uno: 1

Baptista, Cumplimiento de la vida de Cristo: 1
Baron, La religiosa enseñada: 1
Fabii, Manipulus exemplorum: 1
Alfaro, Gobierno eclesiástico: 1
Amoraga, Instrucción del pecador: 1
Vander, Modo de llorar los pecados: 1
Alvarado, Anti de bien vivir: 1
Purgatorio de la conciencia: 1
Jesús María, Perfección religiosa: 1
Viana, Guía de la perfección: 1
Rivadeneyra, Historia eclesiática de Inglaterra: 1
Arroyo, Diálogo regular: 1
Sánchez, Reino de Dios: 1
Espíritu santo: Tesoro de humildad: 1
Historia del Carmen: 1
Vascones, Destierro de ignorancias: 1
Loarte, Diálogo de Santa Catarina de Siena en romance: 1
Álvarez, Silva espiritual: 2
Moreno, Tornadas para el cielo: 1
Obadingo, Apologética: 1
Memorial informatorio: 1
Remon, Casa de la razón: 1
Bourchesio, Mister vitae christi: 1
Rosignolio, Christina perfectio: 1
Plati, de Bono statu religiose: 1
Timpium, Especulum magnum: 1
Estante 6

Valdivieso, Romancero espiritual: 1
Lope de Vega, Pastores de Belén: 1
Seijas, Silvos del Pastor Divino: 1
Ataide, Pastoral: 1
Crombecium, Ascensus Moysis: 1
Sánchez, Obras del Padre Juan Falconi: 1
Cischio, Exercitia Joannes Taulero: 1
Anunciación, Communión quotidiana: 1
Cárdenas, Via sacra: 1
Albertino de Ángelo, Culto de: 1
Salustio, Speculum animae: 1
Izquierdo, Exercicios de San Ignacio en latín y romance: 2
Meditaciones de la passión de Cristo:
Costero, Meditaciones de Nuestra Señora: 1
Salazar, Los cuatro novísimos: 1
Figueroa, Summa espiritual: 1
Niño, Aforismo espiritual: 1
Villacastín: 1
Mendoza, Vida de Nuestra señora: 1
Alfabeto monacal: 1
Segura, Vida de San Juan Nepomuceno: 1
Loyola, El corazón de Jesús: 1
Osuna y Ruiz, Memorias sagradas: 2
Gómez Durán, de la Peregrinación del hijo de Dios: 1
Vergara, Vida interior de Palafox: 1

Morales, Despertador del Alma: 1
Vuillamart., Historia de Nuestra Señora de Regla: 1
Luz, Vida contemplativa: 1
Santa María, Historia del Santo Cristo de Burgos: 1
Paz, Vida de Santa Rita de Cassia en comp.: 1
Correa, de Nuestro Padre San Agustín: 1
Benavente, Vida de San Juan Sahagún: 1
Jaime Jorda, Excelencias de la orden: 1
Kempis en romance: 1
Constitutiones Ord. S.P. Augni: 1
Constitutiones Fratum descalzeatorum Ord. S.P. Augni: 1
Logroçan, Exposition de la Regla: 1-Octubre 1756
Humberto, Exposition de la Regla: 1

Ayeta Cristo dela Verdad. 1 Tomo, Cajones 10 (7), estante 4
Ayllon Addiciones de Antonio (¿) Gomes. 1 Tomo. Cajones 11 (6), estante 3
Alagona in P.D. Thomas. 1 Tomo. Cajones 4 (9), estante 6 (4)
Alanus in evangelium. 1 Tomo, Cajones 2 (1), estante 6 (3)
Alarde similitudines Biblia. 1 Tomo. Cajones 2 (1), estante 6 (4)
Albarado Arte de bien (¿). 1 Tomo. Cajones 12 (4), estante 5
Alvarez In Ysayam (¿). 1 Tomo. Cajones 2 (1), estante 5 (4)
Albertus magnus. 21 Tomo. Cajones 1 (2), estante 3
Albertino de Angelo Castode (¿). 1 Tomo. Cajones 12 (4), estante 6 (9)
Albis in 1 Parte. 1 Tomo, Cajones 4 (9), estante 4 (3)
Alcázar in Appolipsim (¿). 1 Tomo. Cajones 3, estante 3 (2)
Alciato Jurista. 2 Tomos. Cajones 11 (6), estante 3
Alderete y Antigüedad y origen dé de España. 2 Tomos. Cajones 7 (4), estante 4
Alderete de ejempló (¿) Regular. 1 Tomo. Cajones 10 (7), estante 5
Alegaciones dela y ola (¿) dela Puebla. 1 Tomo. Cajones 10 (7), estante 5
Aellio Gobierno Moral. 1 Tomo. Cajones 7 (9), estante 6 (4)
Alexander Raudensis de Analog ynunc et equivoc. 1 Tomo. Cajones 10 (7), estante 4 (9)
Altars Gobierno Ecclesiastico. 1 Tomo. Cajones 12 (4), estante 5
Aliaga Opera. 4 Tomo. Cajones 4 (9), estante 3
Alicarnason Antiquitania romanum. 1 Tomo. Cajones 7 (9), estante 3 (2)
Allozaflores summatum. 1 Tomo, Cajones 5 (8), estante 5 (4)
Almanaca Dominicos. 1 Tomo. Cajones 5 (8), estante 5 (4)
Almeyda Sermones varios. 2 Tomos. Cajones 9 (11), estante 5 (2)
Almonazzd el Abulensse Illustrado. 1 Tomo. Cajones 9 (11), estante 1
Alonso sumulas. 1 Tomo. Cajones 6 (14), estante 3
Alphabeto Monacal. 1 Tomo. Cajones 12 (4), estante 6 (9)
Alvarez Silva espiritual. 2 Tomo. Cajones 12 (4), estante 5 (4)
Alvarez de Vita (¿) Religiosa. 1 Tomo. Cajones 12 (4), estante 5 (4)
D. Ambroius. 1 Tomo. Cajones 12, estante 3
Ambrosio Calupino diccionario. 1 Tomo, cajones 6 (13), estante 1
Ameryugo Rectorica Sagrada. 1 Tomo, Cajones 9 (11), estante 3 (2)
Amin.na de Vita Romanor.en et Imperator.en 1 Tomo. Cajones 7 (4), estante 2 (1)
Amorafa Inltruec.n del pecador. 1 Tomo. Cajones 9 (11), estante 1
Anania in 5 libros Decretalium. 1 Tomo, cajones 10 (7), estante 2

[Bussiero] Historia de Francia. {2 Tomos. Cajón 7 (5). Estante 4 (3).}
Bustamante Misas y Oficios. {2 Tomos. Cajón 10 (7). Estante 5.}
Complemento del Bulario. {(13) 8 13 Tomos. Cajón 10. Estante 10.}
Bosvet super psalmas, el salomanem. {2 Tomos. Cajón 3. Estante 4.}
Boneta griton y Chrisol. {2 Tomos. Cajón 11. Estante 4.}
Berti theologicas disciplinas. {9 Tomos. Cajón 10. Estante 3.}
Bautismo de la... en la... C.n... E.te
Baptista Completas de la vida de Cristo. {1 Tomo. Cajón 4. Estante 4.}
Sor Beatriz Ana Ruy. {1 Tomo. Cajón 12. Estante 1.}
C
Cabrera de Immunitate clericorum. {1 Tomo. Cajón 10 (7). Estante 3 (4).}
Cabrera in tres partes Don Thomas. {2 Tomos. Cajón 4 (9). Estante 5 (4).}
Cayetano de conf.e monialium. {1 Tomo. Cajón 5 (8). Estante 6 (9).}
Cayetano in Aristot. {1 Tomo. Cajón 6 (13). Estante 3.}
Cayetano summa Moral. {1 Tomo. Cajón 5 (8). Estante 6 (9).}
Cayetanus in evangel.a et Parabolam.{ 2 Tomos. Cajón (1). Estante 6 (4).}
Calancha Chronica del Peru. {1 Tomo. Cajón 13 (2). Estante 2 (1).}
Calbo Hormillias. {1 Tomo. Cajón 3. Estante 5 (4).}
Calmet [Diccionario...]. {3 Tomos. Cajón 3. Estante 2 (1).}
Calvo de cirugía. {1 Tomo. Cajón 6 (14). Estante 4 (3).}
Camara Conciliatio sacra scriptura. {1 Tomo. Cajón 2 (1). Estante 6 (4).}
Camillo Borrello Decisiones. {2 Tomos. Cajón 10 (7). Estante 2 (3).}
Camos Gobierno Universidad del hombre. {1 Tomo. Cajón 13 (12). Estante 3 (1).}
Campo Historia de la Orden. {1 Tomo. Cajón 13 (12). Estante 2 (1).}
Cano de Locis theologia scriptura.{ 1 Tomo. Cajón 8 (10). Estante 3.}
Canserio resolutiones varia. {2 Tomos. Cajón 8 (10). Estante 3.}
Canspergo.{ 1 Tomo. Cajón 3. Estante 5 (4).}
Caphpolito opuscula politica. {1 Tomo. Cajón 4 (9). Estante 6 (5).}
Caguerano opera.{ 4 Tomos. Cajón 4 (9). Estante 3 (2).}
Caramuel Cursos varij. {3 Tomos. Cajón 6 9(4). Estante 2 (4).}
Caramuel theologia fundamental. {1 Tomo. Cajón 44 (9). Estante 5 (4).}

J
Jaime Jorda Excelencias de la orden. {1 Tomo. Cajon 13 (12), estante 6 (4)}
Jesús María Excelencias de la castidad. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 3 }
Jesús María Perfección religiosa. 1 {Tomo. Cajon 12 (4), estante 5}
Jesús Nombre de Cristo sacramentado. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
San Joseph Avisos de Confesores. {1 Tomo. Cajon 5 (8), estante 4 (3)}
[J.u ps. ]de Jesús María Sermones de Santa Teresa. { 1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 3 }
San Joseph Marial y Cuaresma. {2 Tomos. Cajon 9 (11), estante 5 (4) 2}
Fray San Joseph de San Benito.{ 1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 3 (2) 1}
El Beato Jordan de Saxonia. {1 Tomo. Cajon 13 (12), estante 4 (3) }
Juan Sanchez de Sacramentis. {1 Tomo. Cajon 5 [(8)], estante 3 (2)}
Juenin de Sacramentis. {1 Tomo. Cajon 5 (8), estante 3 (1)}
Julio Claro Opera Omnia. {1 Tomo. Cajon 11 (6), estante 4}
Julio Cesar Comentaría. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 4 }
Julio Cesar Schaligero. {1 Tomo. Cajon 6 (14), estante 6 (4)}
Justo Lipsio. {10 Tomos. Cajon 7 (9), estante 4 (3)}
Fray Joseph de San Benito su Vida y cartas
K
Kalendario Romano perpetuo. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 5}
Kempis en romance. {1 Tomo. Cajon 13 (12), estante 6 (4)}
Kirquerius de Diversis. {9 Tomos. Cajon 6 (14), estante 1}

Lubin Orbis Augustinianus. {1 Tomo. Cajon 13 (12), estante 6 (4)}
Luca Cardinales. {21 Tomos. Cajon 8 (10), estante 2 (1)}
Lucarino Tract. episcopal.{ 1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 5 }
Luchecinio Signa Fidei. {1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 3}
Ludovico Blosio. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 3}
Ludovico Celia Diccionario Antiq. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 2 (1)}
Ludovicus de Leon. {2 Tomos. Cajon 2 (1), estante 5 (4)}
{Cardon }Lugo de Sacramentis. {2 Tomos. Cajon 5 (8), estante 2 (1)}
Fray Luiz de Granada sus obras. {3 Tomos. Cajon 12 (4), estante 3 (2)}
Lumbier Proposiciones Condenadas.{ 1 Tomo. Cajon 5 (8), estante 5 (4)}
Luz Sermones Varios de Cuaresma y domm.s. {2 Tomos. Cajon 9 (11), estante 1 }
Luz Vida contemplativa. {1 Tomo. Cajon 13 (12), estante 6 (4)}
Luzuriaga Nuestra Señora de Aranzazú . {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 3 (4)}
Lorenzo Empoli Bullarium ordinis. {1 Tomo. Cajon 12, estante 4}
Lanuza Predicable —- {4 Tomos. Cajon 11, estante 2}
Logrosán Exposicion de N. Regla.{ 1 Tomo. Cajon 12, estante 2}
Lobiano Milagros de el Santo Cristo de Burgos. {1 Tomo, Cajon 12, estante 4}
[Loca] de Privilegios de Indias.{ 1 Tomo. Cajon 8, estante 4}
Losada Física. ----------{1 Tomo. Cajon 13, estante 9}
Laurentio Surio. ----------{6 Tomos. Cajon 4, estante 1}
M
Mabillón de re diplomatica. {1 Tomo. Cajon, 7 (5), estante 1}
Macedo Concentus. {1 Tomo. Cajon 2 (1), estante 4 (3)}
Machado Expositio in Dominicus Adventus. {1 Tomo. Cajon 3, estante 5 (3)}
Machado Summa Moral. {2 Tomos. Cajon 5 (8), estante 4 (3)}
Macrobio Aurelio. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 5}
Maffey Historia indica. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 3}
Magallanes in Josue. {1 Tomo. Cajon 3, estante 2}

Magister Sententiarum. {1 Tomo. Cajón 4 (9), estante 5}
Mayoli, Dies caniculares. {1 Tomo. Cajón 6 (14), estante 1}
Maldonado, in Psalmos. {1 Tomo. Cajón 2 (1), estante 6 (4)}
Maldonadus, in Evangelistas. {1 Tomo. Cajón 2 (1), estante 1}
Malleus maleficarum {1 Tomo. Cajón 8 (10), estante 5 (4) (3)}
Malvenda. {2 Tomos. Cajón 2 (1), estante 4 (3)}
Maná del alma religiosa. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 3 (4)}
Mancinello, Sátiras de Juvenal. {1 Tomo. Cajón 7 (9), estante 3}
Manso, Curso philos.{ 5 Tomos. Cajón 6 (13), estante (4)}
Manso, Opera theologica. {10 Tomos. Cajón 4 (9), estante 5 (4)}
Manrique, Honras de Felipe Tercero.{ 2 Tomos. Cajón 9 (11), estante 5 (4)}
Mansino, de Juramento. {1 Tomo. Cajón 5 (8), estante 5 (4)}
Marcansio, Summa. {1 Tomo. Cajón 5 (8), estante 6 (5)}
Marcantius, Hortus Pastorum. {1 Tomo. Cajón 3 (2), estante 2 (1)}
Marcelino, Estragos del temblor. {1, Cajón 7 (6), estante 5 (4)}
Marcilla, Decretat. Concilium Tridentinum. {1 Tomo. Cajón 8 (10), estante 4}
Sor Maria de la Antigua. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 3 (2)}
Sor Maria de Agreda, Mística ciudad de Dios y Vindicación. {4 Tomos. Cajón 12 (4), estante 3}
Santa Maria, Historia del Santo Cristo de Burgos. {1 Tomo. Cajón 13 (12), estante 6 (4)}
Santa Maria, Scrutinium scripturarum. {1 Tomo. Cajón 8 (10), estante 3}
Santa Maria, Vida de San Antonio de Padua. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 6 (4)}
Mariana, Historia de España y de Institut. Princip.m. {12 Tomos. Cajón 7 (6), estante 4 (5)}
Marquez, Compendio de los Milagros del Rosario. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 6 (4)}
Marquez, Gobierno Cristiano. Origen y Jerusalén. {3 Tomos. Cajón 13 (12), estante 2 (1)}
Marquez, Thesauro, Militar de caballería. {1 Tomo. Cajón 10 (7), estante 4 (9)}
Martial, Epigram. {3 Tomos. Cajón 7 (6), estante 1}
San Martín, Fiestas de San Pedro de Alcantara. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 4}
Mascardo, Conclusiones. {2 Tomos. Cajón 8 (10), estante 1}
Masculo, Ponderationes in Ambrosio. {1 Tomo. Cajón 3, estante 4 (3)}
Masio, Curs. Philos. {1 Tomo. Cajón 6 (13), estante 3}
Mastrio. {4 Tomos. Cajón 4 (9), estante 1}
Mastrio, Opera. {3 Tomos. Cajón 6 (13), estante 2 (1)}
Mata, Sermones varios. {3 Tomos. Cajón 9 (14), estante 6 (4) (3)}
Matos, Luz evangélico. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 5 (4) (2)}
Matute, Prosapia de Cristo. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 4}
Mauro, Opera.{ 3 Tomos. Cajón 4 (9), estante 3 (2)}
Medina, de Continet. hominis. {1 Tomo. Cajón 8 (10), estante 3 (4) [E]}

Medina in tres partes. Don Thomas. {2 Tomos. Cajon 4 (9). Estante 4 (3).}
Medina Instruccion de Confessores. {1 Tomo. Cajon 5 (8). Estante 6 (2).}
Medina summa Moral. {1 Tomo. Cajon 5 (8). Estante 4 (2).}
Meditaciones de la pasión de Cristo. {1 Tomo. Cajon 12 (4). Estante 6 (9).}
Melo in Lucam. {3 Tomos. Cajon 3. Estante 5 (3).}
Memorial Informatorio. {1 Tomo. Cajon 12 (4). Estante 5 (9).}
Memoriales del Señor Palafox y PP de la Compañía. {2 Tomos. Cajon 10 (7). Estante 3 (4).}
Mendez Dignidad de Maria summa. {1 Tomo. Cajon 9 (4). Estante 1 (4).}
Mendo Bulla Crutiata. {1 Tomo. Cajon 5 (8). Estante 2.}
Mendo Ordenanzas de las Ordenes Militares. {1 Tomo. Cajon 10 (7). Estante 4.}
Mendo sermones varios. {2 Tomos. Cajon 9 (11). Estante 5 (3 4).}
Mendoza. {5 Tomos. Cajon 3. Estante 2.}
Mendoza Quodlibetos. {1 Tomo. Cajon 4 (9). Estante 6 (4).}
Mendoza Vida de Via summa. {1 Tomo. Cajon 12 (4). Estante 6 (9).}
Meneses sugilatio Ingratitudinis. {1 Tomo. Cajon 3. Estante 3.}
Menochius expositio totius scriptura. {2 Tomos. Cajon 3. Estante 1.}
[Mentrida] Vocabulario Visaya. {1 Tomo. Cajon 6 (12). Estante 7 (9).}
Mercado in Dialecticam. {1 Tomo. Cajon 6 (13). Estante 2.}
Messa de Mensa Ciborum espiritualium. {1 Tomo. Cajon 3. Estante 1.}
Messena in Hieronim. {1 Tomo. Cajon 3. Estante 5.}
San Miguel Vida del [vale] Aparicio. {1 Tomo. Cajon 12 (4). Estante 6 (4).}
Minsingeri in Libri dos decretables. {1 Tomo. Cajon 10 (7). Estante 4 ([9])}
Miranda de Adan. {1 Tomo. Cajon 8 (10). Estante 4 (3).}
Miranda de Concepcion. {1 Tomo. Cajon 9 (11). Estante 6 ([4] 3).}
Missal Romano. {1 Tomo. Cajon 10 (7). Estante 3.}
Mobre Moral. {1 Tomo. Cajon 5 (8). Estante 6 (4).}
Moya Arismetica. {1 Tomo. Cajon 6 (14). Estante 4.}
Moya Philosophia secreta. {1 Tomo. Cajon 7 (6). Estante 5 (4).}
Moya selectas y la summa. {2 Tomos. Cajon 5 (8). Estante 3.}
Mercado cirugía. {1 Tomo. Cajon 6 (14). Estante 5 (4).}
Moles Philosophia Corp. Christi. {1 Tomo. Cajon 6 (13). Estante 3.}
Molina escuelas politicas. {1 Tomo. Cajon 7 (9). Estante 5 (4).}
Molina in una parte Don Thomas.{ 2 Tomos. Cajon 4 (9). Estante 5 (4).}
Molina de justicia. {2 (3) Tomos. Cajon 5 (8). Estante 4 (3).}
Molina de oración y sacerdotes. {2 Tomos. Cajon 12 (4). Estante 4 (3).}
Molina de Primogenitis.{ 1 Tomo. Cajon 11 (6). Estante 3.}
Molina de Ritu Nuptiarum. {1 Tomo. Cajon 10 (7). Estante 4.}

Rauisi oficina política. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 5 (4)}
Raulin año santo. {2 Tomos. Cajon 13 (12), estante 4 (3)}
Raulin Doctrínale. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
Raulin Sermones. {3 Tomos. Cajon 3, estante 6 (9)}
Rabelo Vida y Corona de Cristo. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 3 (4)}
Recopilación de las Leyes de Indias. {7 Tomos. Cajon 11 (6), estante 4}
Rodriguez Ejercicios. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 3 }
Remigio de Immunitate ecclesia. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 4}
Remigio Promptuar. moral y exersism.s. {2 Tomos. Cajon 5 (8), estante 6 (2) 3}
Remesal Historia de Chiapa. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 3}
Rengifo Arte Poético. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 5}
Repertorium inquisitorum. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 4 }
Revelaciónes de Santa Brígida.{ 1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 3}
Revelo de Justicia.{ 1 Tomo. Cajon 5 (8), estante 3 (2)}
Reusnerus Urbium imperialium. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 6 (9)}
Ribadeneyra Confesiones y meditaciones de Nuestro Padre San Agustin. {2 Tomos. Cajon 13 (12), estante 5 (4)}
Ribera expresión Panegérica de San Juan de Sahagun. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 3 (2)}
Ribera Vida de Nuestro Padre San Agustín. {1 Tomo. Cajon 13(12), estante 4 (3)}
Riccio Praxis fori eclesiastici. {2 Tomos. Cajon 10 (7), estante 4}
Riera Exposición de la Regla. {1 Tomo. Cajon 13(12), estante 4 (3)}
Rio Adagia in Genesim. {4 Tomos. Cajon 2 (1), estante 5 (3)}
Ripa Opera. {3 Tomos. Cajon 11 (6), estante 2 (1)}
Ritual Agustiniano. { 1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 5}
Rivadeneyra Flor Santa Sanctorum en romance. {3 Tomos. Cajon 12 (4), estante 2 }
Rivadeneyra Historia de eclesiática de Inglaterra.{ 1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 5}
Rivarola Descripción de Genova. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 3}
Rivera. {12 Tomos. Cajon 3, estante 3 (2)}
Riverio Medicina. {1 Tomo. Cajon 6 (14), estante 2 }
Rivio Vita Santo Padre Nuestro Agustini. {1. Cajon 13 (12), estante 4 (3)}
Roa Singulares Loci.{ 1 Tomo. Cajon 2 (1), estante 6 (4)}
Robles Copia accentuum. {1 Tomo. Cajon 6 (13), estante 6 (1)}
Roberto Belarmino Opuscula. {4 Tomos. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
Roberto Belarmino Opera.{ 3 Tomos. Cajon 8 (10), estante 3 (1)}
Robertus de sanctis. {1 Tomo. Cajon 3, estante 5}
Rocaberti Vida de San Pío Quinto. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}

Turlot, de Doctrina Cristiana. {1 Tomo. Cajón 8 (10), estante 4 (6)}
Turrian, Advers. heréticos. {1 Tomo. Cajón 8 (10), estante 4}
Tosca, Philosophia. {5 Tomos. Cajón 13. estante 4.}
[Tonti,] Sermones {2 Tomos. Cajón 11. Estante 3}
V
Valdelomar, Sermones varios. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 5 (3) (2) (2)}
Valderrama, Teatro de religio.es quar.mas y santorales. {5 Tomos. Cajón 9 (11), estante 2 (1)}
Valdivielso, Romancero espiritual.{ 1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 6}
Valdugno, Historia Cartigin. {1 Tomo. Cajón 7 (6), estante 5 (4)}
Valades, Retorica Cristiana. {1 Tomo. Cajón 9 (11), estante 3 (2)}
Valerio, Comentario por diversos. {1 Tomo. Cajón 7 (5), estante 5 (4)}
Valeron de Transationibus. {1 Tomo. Cajón 8 (10) (16), estante 3 (2)}
Valencia. {5 Tomos. Cajón 4 (9), estante 1}
Valverde, Vida de Cristo. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 5}
Vander, Modo de llorar los pecados. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 5}
Vantius de Nulitate, Procesuum. {1 Tomo. Cajón 10 (7), estante 5 (4)}
Vaquero, Vida de Doña Maria Vela. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 4}
Vascones, Destierro de ignorancias. {1 Tomo. Cajón 12 (4), estante 5}
Vatablus, Glossa. {1 Tomo. Cajón 2 (1), estante 4 (3)}
Vazquez. {6 Tomos. Cajón 4 (9), estante 1}
Vazquez, de Cultu adorationis. {1 Tomo. Cajón 4 (9), estante 6 (4)}

Dia 22 de Julio de 1759 dio Nuestro Padre M.e P. Fray Pedro Velasco
un Breviario Romano en folio = Tonti sermones dos
tomos = Palavicino Historia del concilio tridentino
tres dos tomos = Raulin Historia Malabarica un tomo =
Concilio Romano un tomo = Girolamo Cepi Vida
de San Nicolas = Orgio Historia de Nuestro Padre del Buen
Consejo = El decimotercio tomo de Flores = Ítem medalla
Española dos tomos del mismo Flores = Mascabrone
[asi lo ]Cristiano un tomo = Lovada Privilegios de Indias de los Regulares
un tomo = Olloa víaje de la América cinco tomos =
Bautista Completar de la vida de Cristo un tomo = Durango
vida del cielo un tomo = Amor Teología seis tomos =
Soler jurisdicione eclesiástica y secular dos 2tomos= Ribera
Apología un tomo= Benedito 12 el cuarto tomo de
Bulario = un tomo de Bulario aditamento de bino =
fuele theologia dos tomos = Ferraris
Biblioteca ocho tomos= [ Purcho ]Filosofía ocho
cinco tomos = Beati dos tomos disertaciónes y
una de gestis Divi Agustini = Sandini cinco tomos =
Al Virrey de Nueva España que ponga todo cuidado en que las naos de Filipinas al puerto de Acapulco se despachen con brevedad y sin retardasen en su retorno: por que no pierdan el tiempo de su viaje. 1669, 1707.

Al virrey de Nueva España que
ponga todo cuidado en que las naos
de Filipinas al puerto de Acapulco
se despachen con brevedad y sin retardación
en su retorno, porque
no pierdan el tiempo de su viaje.
El rey. Muy reverendo Cristo
padre don Fray Paio de Rivera, arzobispo de
la iglesia metropolitana de la Ciudad de México, de mi
consejo, mi virrey, gobernador y capitán general de la
Nueva España y presidente de mi audiencia real de
ella en ínterin, o a la persona o personas a cuyo
cargo fuere su gobierno por ser cédula de treinta
y uno de diciembre del año pasado de mil seiscientos
y setenta y siete, os mando que tomando
informes de personas prácticas en la
navegación de esa Nueva España a las islas
de Filipinas [diese seis] órdenes que fuesen
necesarias para que se ejecutase lo que se tuviese
por más conveniente a esta navegación,
atendiendo a lo que fuere de más beneficio
y menos riesgo de ella, como se
refiere en la dicha cédula a que me remito.
Y ahora Don Diego de Villatoro, procurador
general de la ciudad de Manila, me haré
presentado entre otras cosas que de no ejecutase
Índice de todas las escrituras que se hallan en este libro de las tierras comprehendidas con el nombre de San Isidro pertenecientes al Convento de San Agustín

{Al margen izquierdo: Yumabon}
unos pedazos de tierra que poseían
en Paquita y Majayjay a la parte
de dicho convento, cuyas escrituras
pasaron ante Juan Banguis, escribano
de los naturales del pueblo
de Parañaque. Y está a hojas 59 a 64 de
este libro.
{Al margen izquierdo: Yumabon}
En ocho de marzo de mil seiscientos
ochenta y nueve la parte de dicho convento
pidió a la Real Justicia [que] se trasuntase
un recaudo que hizo presentación
de él por estar en la lengua tagala.
Y está a hojas 64 a 65 de este libro.
En veintiocho de marzo de mil
seiscientos veintiocho Don Francisco
Baguio, Don Cristobal Pasco y Doña
Inés Panian hicieron gracia y donación
al Convento de Parañaque como hermanos
de Don Pedro Dayag, difunto,
cuyas eran para el bien de su alma, dos
pedazos de tierra que tenía en Yumabong
y Pangpang, cuya escritura pasó
ante dicho Juan Banguis. Y en virtud
de ella tomó posesión de ellas Fray Luis
Caro. Y está en este libro a hojas 65 a 67.
{Al margen izquierdo: 151 pesos 4 reales}
{Al margen izquierdo: Yumabon}
En trece de mayo de mil seiscientos
veintiocho Don Juan Suy vendió a la
parte de dicho convento diferentes
pedazos de tierra en virtud de información
y licencia del señor fiscal,
que todo se halla inserta en la escritura
de venta que otorgó el susodicho

Ante Martín de la Roca, escribano público,
que está a hojas 67 a 81 de este libro.
En siete de julio de mil seiscientos
veintiocho la parte de dicho convento
pidió a la real justicia [que] metiese en posesión
de las tierras contenidas en dicha
escritura con citación de los linderos,
la cual se le dio. Y está en este libro a
hojas 81 a ochenta y cuatro.
{Al margen derecho: Yumabon. 60 pesos}
En veintiséis de junio de mil seiscientos
veintiocho Don Francisco Baguio,
en virtud de licencia de la justicia
y parecer fiscal, vendió a la parte de
dicho Convento de San Pablo tres pedazos
de tierra que están en Yomanbo, cuya
escritura pasó ante Pedro de Valdés,
escribano público. A hojas 84 a 88 vuelta.
{Al margen derecho: 27 pesos 11 pesos 10 pesos}
Don Cristobal de Águila, Gabriel Cagan [y]
Doña Magdalena Asad vendieron
unos pedazos de tierras que poseían
en Paquita y Mabilog a la parte de dicho
convento, cuyas escrituras pasaron ante
dicho Juan Banguis y está a hojas 88 a 91 de
este libro.
{Al margen derecho: San Isidro 6 pesos 8 pesos 36 pesos 6 pesos 6 pesos 12 pesos}
En ocho de marzo de mil seiscientos
noventa y siete, la parte de dicho convento
hizo presentación de seis escrituras
en lengua tagala otorgadas por
diferentes personas a favor de Don
Pedro Tello ante la justicia ordinaria
para efecto de que se trasuntase.
Y está a hojas 91 vuelta a 93 de este libro.

{Al margen izquierdo: San Isidro}
Doña Margarita Malay, Doña Luisa
Carohin, Don Juan Pezo, Don Gerónimo
Paslao, Pablo Panayon, Doña Inés Pitahin [y]
María Vidal vendieron cada uno
por sí diferentes pedazos de tierra a Don
Pedro Tello, cuyas escrituras pasaron
ante Don Cristobal Bayani, escribano
de naturales del pueblo de Parañaque.
Y están en este libro a hojas 93 a 99.
{Al margen izquierdo: San Isidro}
Don Alonzo Fira, Don Lázaro Dalansic,
Don Martín de la Cruz [y] Don Agustín
Mercado vendieron diferentes pedazos
de tierras a Don Felipe Vasco, cuyas
escrituras pasaron ante Hernando
de Cabrera, escribano de naturales
del pueblo de Parañaque. Y están
a hojas 99 a 104.
En veintitrés de diciembre de mil
seiscientos y veintiséis Don Felipe
Vasco vendió todas las tierras a Don
Pedro Tello, cuya escritura pasó ante
dicho Hernando de Cabrera a hojas 104
a 105 de este libro.
{Al margen izquierdo: 120 pesos}
En nueve de agosto de mil seiscientos
cuarenta y siete Don Pedro Tello, en
virtud de la licencia de la justicia ordinaria
y parecer del señor fiscal, que se
halla inserta en la escritura, vendió
todas las tierras que posee a la parte de
dicho convento. Y la escritura se otorgó
ante Diego de Aldave, escribano público real,
y está a hojas 105 de este libro a 107.
Papeles que se enviaron en 1626 para que hayan fiscales en las doctrinas

de parte de los religiosos y por ventura se imagina en España que el [fiscal]
es un oficio de mucha consideración, cual es el de los fiscales de allá. [Que]
si halla se supiera que los fiscales de los indios no sirven sino detrás
los indios a misa, denunciar los que viven mal, hacer las [amonestaciones]
echar las fiestas y otras cosas a este modo. Y que no tienen cepo ni carcel, [sin]
duda no se hubiera puesto tanto la mira en la ejecución de esto. Y así bien [por]
el señor gobernador sobreseer en la cédula de su majestad que así lo tienen [mandado]
que se haga cuando se entendiere que no ha sido plenamente informado
de lo que manda y ordena.
10.a. Finalmente tenemos por cosa certísima que la ejecución de lo que se [interesa]
no ha de ser sino un seminario de infinitos inconvenientes y daños y de [estos]
entre los ministros y prelados. Pues no ha de servir sino de andar [lleve]
que entecillos y plegue a Dios que alguna vez por excusarse de alguna [bella]
en que el ministro le coge y de aviso al prelado no le levante algún [falso testimonio]
y le infame que todo se puede tener.
Y por tanto suplicamos todos a vuestra señoría con el encarecimiento posible
la sangre de Jesucristo que derramó en la cruz tome a su cargo el [patrocinio y]
amparo de esta causa. Y pues está en lugar de su majestad, ataje [contenido]
los dichos inconvenientes para que se goce de la paz que ha habido hasta [ahora]
habiendo todos los religiosos esta merced quedaremos obligados. Y si
apareciere por modo de concierto que totalmente se quiten los fiscales [y]
los prelados ni ministros los pongan, pasaremos con ellos como pasar en [ellas]
que no tienen los curas fiscales aunque sea en pueblos muy grandes [s]
donde hay provisor y los ministros ejecutaran lo que se ofreciere o por
del indio capitán o por medio de algún [bilango]. En fin todo lo que [ponemos]
en manos de vuestra señoría que con su mucha prudencia, celo y cristiandad
verá la eficacia de estas razones y cuán justa cosa es la que pedimos y que
nos prometemos todos muy buen suceso para mayor gloria de nuestro señor que [guíe]
y prospere a vuestra señoría como todos deseamos. Manila y septiembre
21 de 1626.
Fray Miguel Ruiz Fray Gregorio de San Esteban Fray Francisco Bonifacio padre rector provincial
Francisco Vicente Fray Benito de Espíritu Santo
Guía para el Padre Comisario que fuere a procurar agustinos para las misiones en Filipinas

siempre conviene usar más de persuasiones que de imperio,
mas ya en el mar del Sur, los tiene en razón era,
y puede hablar algo más recio, y conviene porque no se
desacredite su misión, pues lo bueno o malo todo se cuenta
luego en Filipinas.
Ordinariamente el galeón sale por semana santa
o antes, para tal tiempo tenga el comisario prevenidas cuatro
o cinco pláticas en los sujetos más fervorosos, que traten
del modo de confesarse y de la pasión de Cristo
[ni] señor aunque no sean muy estudiadas. Y si el general
gustare las hagan unas junto al altar, y otras junto
al trinquete, y a los confesores que confiesen, que suele
haber que hacer bien. Y no solo por semana santa sino una
dos veces en la semana enseñe uno la doctrina
aproa. Fray Álvaro no lo hizo aquí como en el mar del Norte,
porque un padre jesuita tomó esto por su cuenta. Pero
en las demás fiestas si no sale del mismo general el pedirlo,
no se meta en más sermones que interrumpen el juego,
y por esto son mal oídos, mas puedese convidar con ellos,
basta como dijze las pláticas aproa explicando la doctrina
cristiana dos veces en la semana, que entra
la chusma de forzados y soldados son más útiles y
con fruto palpable.
Si va otra religión con la nuestra es menester
en el comisario gran prudencia, y a veces riña
Carta del Padre Marcelo Francisco Mastrilli, sobre la conquista de Mindanao. Taytay, 1637

las voluntades de los moros. El día siguiente se publicó la comunión
general con una indulgencia y jubileo amplísimo a todo el real por el domingo
primero de cuaresma; obligando su señoría los soldados todos
a dar cédulas de confesión y comunión a sus oficiales y sus criados. Así
mismo, como yo lo hallé un día que las estaba juntado con sus manos,
hizose por cierto con grandísimo fervor y muchas confesiones generales,
a que ayudaron las continuas pláticas y sermones de aquellos
días; se acabaron comulgar todos el domingo con su señoría, estando
el santísimo sacramento descubierto, asistiendo después todos al sermón
del Padre Belin. Por la tarde al encerrarlo acudió también sus
señoría con toda la gente de guerra, porque me había encargado
la mañana el sermón de la tarde sobre la reverencia y devoción
con que se ha de estar en la iglesia en presencia de tan grande
majestad. Hicelo como supe y al fin animando la gente a la jornada
y a la pelea, les mostré un cristo pintado en un lienzo,
a quien los moros habían cortado el brazo y los pies, y hechole un agujero
en medio se le había servido de [cinina] o capotillo. Esta la llevaba
actualmente un moro, y con la misma lo mataron el día que
Nicolas Gonzales cogió las caracoas. Llevabala el Padre Belin entre
los ornamentos sacros a su señoría, el cual sabiendo que yo en
Manila había ido buscando una cosa semejante. Luego enviándola
en punta de [Naszo] me la dio. Pues mirando la dicha imagen
los soldados y animandoles a vengar con sus armas las injurias
del santo cristo; fueron tales las lágrimas, y entraron en tan
tierna devoción y santo deseo de venganza, que como me dijeron
después, hubieran embestido al salir de la iglesia con todo
el mundo. Los afectos fueron muchísimos y muy tiernos,
llegando a decir públicamente, que era desdicha de la madre
que no tenía sus hijos en tan gloriosa jornada.
con estos

a tierra con veinte cinco mosqueteros para asegurar La playa; tocan
de todos los clarines y a tambores y disparando Las piezas de las embarca-
ciones a la vuelta del pueblo, desembarcó su señoría con toda La gente
que entre españoles y Pampangos llegarían a sesenta soldadosl el Sar-
gento mayor del Tercio y Almirante del Armada don Pedro Hurta-
do de Corcuera ordenó en la playa el escuadrón poniendo por orden de
su señoría dos piezas de campaña a la Vanguardia que fueron el
terror del enemigo. Aquí yo habiendo animado y alertado La gente
con la milagrosa Imagen de San Francisco Javier de un lado y del Santo
Cristo del cual se hablo arriba del otro colgados en una [Laroa]
fui marchando entre La Vanguardia y cuerpo de guardia con
el Padre Juan de Barrios, el Padre Agustino y el capelllan del Armada;
cual estilo guardamos en toda La Jornada. Al tiempo que desembarcá-
bamos vino de tierra nadando uno de ríos Indios cautivos, del
cual supimos como aquel era el pueblo de Correlat pero por el sobre
salto grande con que quedó por los muchos mosqueteros que le tiraron
a [riña] Vista los Moros de una emboscada que tenían aparejada
contra nosotros, no pudo decirnos otra cosa; y asi fuimos marchando sin
saber, que dicho pueblo hubiese alguna fuerza de Armas, o sol-
dados; supuesto lo que siempre le había dicho que sola la defen-
sa de Correlat estaba en el cerro de arriba, no en el pueblo de abajo
Pero porque era causa de Dios a donde faltaron los medios humanos
suplió su Divina Majestad con los divinos alumbrando compartir
clarísima luz a su señoría para que dejando el camino llano
de la playa al pueblo marchase con su gente por el lado derecho
el cual camino aun que nos obligó a pasar dos veces al rio y con
algún trabajo por las dos piezas y por la persona misma de su señoría
que se arrojo al agua como todos los demás soldados con todo eso
nos libro dedos peligros muy grandes, el una de la emboscada ar-
mada en el lado izquierdo del camino, entre la espera Arbo-
leda de un Montesillo, de la cual con dificultad podíamos escapar
por ser

Por que la furia de nuestras balas, y últimamente La espada de Don
Francisco Olazaran lo acabaron el mismo rio; pasando ya con La
muerte de este sin resistencia Los nuestros a la fuerza guarnecida
de un nuevo foso y llena de armas como ocho piezas de artillería
de Bronce, veinte y siete versos, muchos mosquetes de pin dotes ar-
cabuces y otras armas de mano, con mas de dos mil moros que la defendían
con el Pueblo, como nos dijo [Sosocan], (moro nuestro amigo muy pla-
tico de las fuerzas y poder de Corralat.) Poco pero Les aprovecho
todo eso, por que fue tan cerrada La embestida de los nuestros,
que luego al punto quedaron señores de todo, en el alborando en-
cima del fuerte el Alférez A mesquita su bandera, con muerte
de muchísimos moros, huyendose Los demás malamente heridos,
como nuestros cautivos se supo el día siguiente. En este
puesto matamos al Castellano del fuerte, nieto de Corralat
hijo de una hija suya casada con el señor de la laguna, mozo
muy brioso a quien le quería infinitamente su tío. Este había
ama prometido el mismo día a Mahoma de no de [...] parar La
fuerza hasta La muerte, y así lo cumplio.
Viendo ya
samos luego con su señoría La Segunda Vez el Rio y subien-
do arriba, Levante también mi estandarte del [S.L]
y de Javier, cantamos todos el Te Deum Laudamus,
y habiendo dado su señoría el nombre de Javier
a la fuerza, y dejado el Alférez A mesquita por castellano de
la con presidió de soldados, fuimos marchando adelante
a la vuelta de una estacada que con su pieza defendía La
Casa de Corralat y La Mesquita a donde [Capp tre ra vez] habían
hecho cara los moros, fiados en lo que su con [de stable] de los Les
había dicho que no huyesen han esta ver lo muerto
se fiaba en su poner por no se que hechicería, que nuestras balas
no podían ofenderlo, y tenia de esto La experiencia
porque

La Silanga, en que se perdió una Caracoa de la cual venia cabo el
Capitan Xineros, sin muerto pero ma que de un muchacho. Luego al
punto disponiendo sun señoría Las cosas por marchar el día siguiente
al cerro, mando dar a los soldados [bifioc] Lo y que lo para cuatro días;
en que el Señor Sargento Mayor Don Pedro con el ayudante Don Francisco Ola-
zaran gastaron toda la noche, cual misma yo gaste en confesar la gente
no contenta de lo que habían hecho con tanta devoción en Zamboanga.
Por las tres de la mañana se comenzaron a decir Las misas; y al
fin de la primera hizo señoría una platica a los soldados tan apro-
pósito y ajusto de todos; que bien se hecho de ver su grande prudencia
zelo del honor divino, y experiencia militar. Estábamos concer-
tados quejo después mostrase el Santo Cristo con San Francisco Javier
como me había pedido muchas veces y deseaba la gente: pero
por confesar a V.R. La verdad no me lo sentí del corazón y así
no quise hacerlo como que fuera presagio de lo que nos había de con-
decer el día.
Acabada la platica envio su señoría al
Gonzalez con el Padre Melchior de Vera que había venido en el mis-
mo de Zamboanga. ciento y veinte españoles, treinta pampangos:
y ochenta indios por las cargas señalando a la vanguardia al
Castelo, y a la Retroguardia at Becerra, con dos fa-
mosas espías uno moro, y el otro Cristiano, con orden que cogi-
se el enemigo La retirada del cerro; y por el mismo camino
bajase de embestirlo, tocando pero antes sus clarines; para que al
mismo tiempo embistiese su señoría de la otra parte. y así Lo
cogiesemos en medio partido Nicolas Gonzalez, Ordeno La gente
suya señalando el Ugalde a la vanguardia: Luego el capitán
Don Rodrigo con los demás, dando a cada uno de los capitanes re-
formados una tropa de soldados a su cargo Las banderas, pieza de
artillería pertrechos de guerra y bastimentos al cuerpo de
guardia, en la retroguardia lo Panpangos el Mayor
Don Pedro

Las troneras de los enemigos y demás armas en particular
sompites, bacacayes, y piedras no tan presto se asomaba alguno de
Los a la plazuela de la estacada, cuanto quedaba luego
muerto o herido. Esta fue la causa porque habiendo peleado
buenas dos horas y mas no se pudo ganar la fuerza
En este tiempo los cuatro sacerdotes que subimos al cerro el
Padre[ [...]] de Barrios, el Fraile Agustino. el Capellán del Armada
y yo estuvimos al mismo puesto confesandos los heridos y ani-
mando los demás, yo aunque por todo el camino nunca que ni se a largar
mi estandarte el Santo Cristo y de San Francisco Javier: con todo eso al
tiempo de la pelea. entrando en fervor y zelo hice
me dicho y así me fue fuerza dar el estandarte a un soldado
el cual adelantandosemos arriba por orden mía, para que fuese
en guardia de la persona de su señoría que se me había esca-
pado para reconocer mas cerca la estacada; vino un ba-
laco que paso entrambos los lienzos de las sanitas imágenes
sin tocar pero Las figuras estaba entonces el [Ls.] con la cara
a la estacada, y ha sabido por via muy secreta el como no se
que aquel balaco iba en derecado del demonio a matar un
gran personaje y el santo que le estaba adelante se lo reparo [B]
viendo yo las cosas tan apretadas hice por mi parte un gran voto
al santo y después a voz alta dije a su señoría hiciese un voto
al mismo de hacerle una capilla en San Miguel. a lo que con gran-
dísimo animo y liberalidad respondió si Padre muy linda
muy hermosa se hara. Pareció me determinar esta iglesia por ser
del [Ls.] mas devoto y querido que tuvo San Francisco Javier en su
vida. No puedo negar, que fue muy grande la pena de mi
corazón en este tiempo: no por el miedo de las balas que volaban
propiamente como mosquitos y hacia un ruido por los arboles for-
midable , porque puedo afirmar con verdad al de que
nunca he tenido rastro de miedo en toda esta jornada gracias a Dios
[margen a la derecha]
A
lo que hizo viendo
el gran daño que
recibían los nuestros y
los muertos y heri-
dos, fue con notable
fervor romper la
sotana y que dando
desnudo hasta sin-
tiera, darse crueles
azotes para a placar
a nuestro [s.s] con su sangre
y alcanzar de su
Majestad trocase las
cosas, y diese a los
nuestros victoria como
el Señor Gobernador que quedo
pasmado con los demás
de tan nueva y
fervorosa acción
reconoce haberla
recebido de Dios
nuestros el día siguiente
por sus merecimientos
B.
el Padre Marcelo descu-
brió al mismo padre su
confesor como deseando
nuestro sirvir el mis-
terio de aquel balazo
y pidiéndolo con grande
instancia a dios nuestro señor
estando diciendo mi-
sa le manifesto cla-
ra y [disjustamente] que
aquel balazo iba
enderezado al Señor Gobernador
que estaba detras y
hubiera quitados la
vida si el gloriosos
Patron de la empresa
San Francisco Javier no le
hubiera reparado; y dijo que
fue tan interés a la claridad con
que se le mostró, y la alegría que
le causo, que apenas se podía
contener de iba [alargar] a su [S.a]

con haber me hallado en los mayores aprietos y peligros de la vida
que nunca lo que me ha consolado muchísimo y servido muy bien
en la ocasion presente. Sea por siempre bendito Dios y alabado
su santisimo nombre, que [a ttingit a furie us que ad finem fur-
diter et disponir omnia suaviter] que me ha llevado por tantos
rodeos al puesto tan cercano a mis antiguos deseos de manera
que lo que me causo pena en este día no fue el miedo, sino el ver
los mas adelantados y valerosos soldados o muertos, o heridos.
Vaga pero la verdad me consoló muchísimo el ver los entrar
en la pelea con el [Ls.] Christo y San Francisco Javier en la boca, y con
las mismas palabras morirse, abrazandose muchos con las
dichas imágenes que aun tienen algunas manchas de sangre
Otros pegando con sus Relicarios y besándolos: otros pidiéndome
absolución general para disponerse a tan gloriosa muerte
parada por vengar Las [In Burias] echar al Santo Cristo: (esta
era quasi formula común de todos) y otros finalmente a quien
no podia llegar tan depriesa, diciendo sus pecados
dieron señas del gran dolor, y contrición que tenían de los uno
fue en particular que tres veces dijo: Señores digan a fila
no que me perdone, porque me habían dado dinero en Manila
Viviese puesto en este estado. Cierto que fue gran fineza de
contrición, pues se [Pa V R] que solo este no se había con-
fesado la noche antes. todos los demás casi confesejo y co-
mulgaron con grandísima devoción.
De los primeros heridos fue el
dos balazos en los dos brazos, y el señor Mayor Don Pedro
con un [mosquetaso] que le [auxero] de parte a parte el espino
de la pierna derecha. de manera que no pudiendo el valeroso
caballero estar mas en pie, estuvo un gran rato de rodillas
animando La gente con gran peligro que lo acaba ser habiendo le
quedado

Al tiempo que lo bajaron al Real yo estaba con los enfer-
mos en la armada, dijeron me pero La tarde cuando volví, que
su señoría había hecho finezas propias de su piedad en el Padre
ayudándolo a concertar y poner en la cama; dandole con sus manos
de comer limpiándole La sangre de los heridas; y consolando con
muy tiernas y devotas palabras; en particular cuando comenzo
el cirujano a medicarlo; porque estando ya los vestidos pe-
gados con las heridas por haber pasado ya días medio sin hon-
rarse; fue grande la fuerza del dolor al arrancarlos con que se
resintió un poco. Le fue luego su señoría a la mano con las
memoria de la pasión de Cristo señor nuestro y tuvo tanta efica-
cia que como me afirmo después, ni palabra dijo ya mas mi
acción mostró contraria a una invicta paciencia de glorioso Martyr.
Confieso que Lavé sus heridas después de su muerte mas
con lagrimas de los ojos que con agua del rio por una santa
[embidia] que tan gloriosamente hubiese [acarlo] su peregrinación
Le pedi antes de morirse que me alcanzarse de Dios Muerte
semejante a la suya, o mas penosa en defensa de sus mas Ley:
Me lo prometio el [S. Varon], y lo espero por su intercesión
No por quejo le merezca; sino en pago de la gracia que sus
gloriosas heridas se le añadió con las cuatro postreras absolució-
nes que con mi particular consuelo le di. Por cierto dichosi-
simos Padres que han podido con sangre manifestar al mundo
el zelo y amor Divino que escondían a sus pechos.
Acabada la mañana de enterar al Padre que fue
el Viernes a dos días después de la Victoria
subimos con su señoría al cerro. pero era tan grande el he-
dor que había por los Moros muertos en los barranca
de nos, aunque muchos aun vivían por las voces y gemi-
dos de mucha gente que oía que apenas llegados vimos La
casa del Rey y Luego nos volvimos al Real, mandando que fuera
de los

No quiso Señor Gobernador La Vela antes de agredecer en el mis-
mo puesto a su divina Majestad tan grande Victoria; y asi se hizo una so-
lemne procesion del santísimo sacramento de la Mesquita a la fueren
llevando adelante su señoria La imagen del Santo Cristo y de San
Francisco Javier patron de la jornada con el manto blanco de su orden
con que se había comulgado Dando Los soldados con sus Mosquetes
y La fuerza con sus piezas unas ocho salvos reales con balas quede
mas de honrar La procesion sirvieron a limpiar los dos Mon-
tecillos de la emboscada que sin saberlo nos habían algunos
Moros armado para La nuestra embarcada se sacó estos de los
muertos que hallo poco después el Capitan Juan Nicolas
cuando volviendo del Rio de Bugayen quiso Ver el puerto que
habíamos cogido a Corralat. Acabada La procesion se dió
fuego a la Mesquita y fuerza y se comenzo a embarcan La gen-
te con buena orden en los champancillos del Armada.
Luego se despacho Sargento Mayor Palomino con cinco Cara-
coas y cien españoles [par...] con el Padre Melchor de Vera [...re]
sabia bien La Lengua fuese a buscan a Monca y Rey de Buga-
yen, y verdadero señor de la Isla de Mindanao (que este
otro Corralat aunque su paciente es Tirano) que esta doce le-
guas del cerro de Mindanao y tratasen con el de paces y de ser
tributario y vasallo de sus majestad Mientras ya dábamos La Vela
apareció a la playa Un nuestro Indio cautivo lleno lo la faluga
al nuestro champan, y nos dijo, como se había huido de las se-
menteras de los enemigos a donde lo habían tenido aque-
llos días preso: y que pasando por uno de los desbarrancaderos del
cerro había hallado una infinidad de moros muertos.
Dos o tres horas después de haber partido de Mindanao encontramos
el Capitan Juan Nicolas el Padre Pedro Gutierrez Rector de Dapitan
que con cuarenta embarcaciones, mil y dos cientos Indios aventureros
y cincuenta españoles venían de socorro a la nuestra Armada.
Los

La 2a de pagar tributo a su Majestad. La 3a de recibir
Los Padres de la Compañía para que públicamente ense-
ñasen a sus vasallos La Ley de Jesu Cristo. La 4a que
si quería tener una fuerza con presidio de españoles en
sus mismas tierras; Los trataría como hermano y la
5a de ser amigo de los amigos, y enemigos de los enemi
gos: y consiguientemente procurar de acabar a todo su poder
con Corralat o Vivo o muerto, y entregárselo de cual-
quiera manera en sus manos. Lo recibió su señoría con
grandísima Majestad en una silla rodeado de todo el mas
lucido de nuestro ejército muy lleno de galas y [bacarria
sesento] en el suelo de la misma alfombra el embajador
admirado de la magnificencia y gallandia del nuestro Capitan
General y sus soldados. Mandó luego al gobernador de la fuer-
za que lo hospedarse en su casa: y por el regalo que le
embio después de algunos cocos y gallinas, le dio unas
piezas de seda muy linda: pero por un sangley cauti-
vo que le donó en nombre del Rey su [herma], dijo
que no daba nada, por no ser aquel vasallo del Rey de es-
paña. Hizo el embajador nueva instancia, para que le em-
biase alguna cosa, lo menos algunas armas suyas: le respon-
dió su señoría que hasta entonces Moncay había sido ene-
migo y que como tal no merecía nada; pero que comenzase
a dar señas de su amistad con embian luego Los
cautivos [Vza.] que así bien presto experimentaría su
liberalidad al punto de Corralat le ofreció dos mil pesos
si se lo daban muerto y cuatro mil si lo entregaban
vivo; lo que de moro recibido con grandísimo gusto
por
Información del gran milagro del pueblo de Caysasay [Casasui], 1619

la iglesia, dos indias que estaban en oración ante
la cuevecita de la piedra donde se dice haber aparecido la
Virgen gloriosa la primera vez, allí encima de aquella misma piedra en
una concavidad que está a modo de cuevecita, junto a una
gran raíz de un árbol que allí está, estas dos dichas mu-
jeres que allí estaban rezando como allí viesen a la Virgen
gloriosa Nuestra Señora llamaron a grandes voces a esta dicha de-
clarante, que estaba en compañía de la dicha gran cantidad de gen-
te que estaba haciendo la iglesia, que estaban de allí apar-
tados para que viesen a la Virgen gloriosa. A las cuales
voces, dice esta dicha declarante, que fue corriendo y toda
la demás gente con ella. Y como llegasen al dicho sitio dice
y afirma esta declarante debajo del juramento
dicho, vio distinta y claramente a la Virgen glorio-
sa Nuestra Señora, que tenía a su precioso hijo en los bra-
zos, de suerte que con claridad le vio la llaguita del costa-
do que rebosaba sangre. Y dice que estaban madre e hijo con
grandísima claridad y resplandor, y de modo que se echaba
de ver muy claro tener entrambos en las cabezas unas cosas
grandísimamente resplandecientes a modo de diademas; y la
estatura que le parece que tenía esta imagen era de un poco
más de altor de un palmo. Lo cual como esta declarante
viese maravillada grandísimamente con gran devoción, daba
grandes voces dando gracias a Dios de que no solamente les hacía
merced con la aparición de la Virgen gloriosa sino que también
les hacía demostración de lo que Cristo Redentor Nuestro por
nosotros padeció, y así lo pronunciaba ella con sus propias voces. Y
esto mismo de la misma manera que esta declarante lo ha
referido tiene para sí que lo vieron y oyeron estas razones que ella
decía como sesenta personas, poco más o menos, que todas fue-
ron corriendo a las voces que dieron las dos primeras personas;
y al llamamiento de un indio que allí hace oficio de mayor-
domo, a quien enviaron corriendo a llamarlos las dos personas
primeras, que la una de ellas se llamaba Ybacsie y la otra
María Panavin.
Demás de lo dicho dice esta declarante que el sábado después de este

{[309] 394}
de este día en que las dichas sesenta personas vieron a la Virgen
gloriosa, que era jueves, el sábado pues adelante habiéndose venido
la mayor parte de la gente a sus casas para oír misa el domingo
siguiente en este pueblo de Tal, se quedaron como veinte
personas en este dicho sitio de Quisasay, donde se dice haber
aparecido la Virgen gloriosa muchas veces, con las cuales veinte
personas quedó esta declarante; y como fuese ya la hora or-
dinaria en que se suele cantar la salve los sábados, viendo
esta declarante se esparcían algunas personas de las dichas
alrededor de este dicho sitio en algunas sementeras que allí
hay, esta declarante les enseñó y persuadió a todos que
supuesto que era ya hora de la salve y estaban en lugar tan,
tan santo, donde la Virgen gloriosa se había aparecido, que no
obstante no hubiese allí religioso se juntasen allí todos y con
sus candelas encendidas rezase cada uno nueve veces la
salve, ofreciéndola a la Virgen gloriosa Nuestra Señora en
memoria de los nueve meses que trajo en su vientre a su pre-
cioso hijo y redentor nuestro Jesucristo. Para lo cual como
esta declarante apercibiese seis candelas que poner en
este dicho lugar a modo de altarcito, yendo ella propia
a encender una de estas candelas, dice y afirma esta de-
clarante que oyó claramente repicar campanas en este dicho
lugar y piedra, sin haber allí campana alguna de ningún modo ni
manera, ni ser posible oírse allí campanas de iglesia alguna.
Y esto mismo dice esta declarante oyó decir a muchos de los que
allí estaban que así lo oían acabado que fue de rezar esta salve,
como esta declarante se apartase un poco hacia un rancho que
tenía a comer un poquito de pescado que le habían dado, porque
había ocho días que lo deseaba, dejó un soldado por cen-
tinela diciéndole que ella lleva el corazón grandemente alboro-
tado, que le parecía había la Virgen gloriosa de volver a
aparecer en aquel mismo lugar de antes. Y así mandó a la centine-
la que al punto que viese cualquiera cosa de claridad ex-
traordinaria fuese corriendo a llamarla. No obstante que
iba ella con intento de volverse luego, al punto en co-
miendo sólo un bocado y cómo el soldado que estaba por

{[Al margen izquierdo.] Testigo: Ana Bontoan, citada por el testigo sobredicho contesta totalmente con ella.}
Ítem, en doce días de este dicho mes de octubre del dicho año, pareció mismo
así presente ante los dichos padres Ana Bontoan, esclava de Dª. María Lavinysa
estando en oración vio de repente el licor sobredicho con que sa-
nó, como más largamente se refiere en el dicho testimonio primero que
esta dicha Dª. María Lavinisa da cuanto a maravillas y milagros; y habién-
fdosele recibido juramento en forma mediante el dicho intérprete
dijo que, es verdad que estando en oración junto con su ama
Dª. María Lavinysa, con la grandísima claridad extraordinaria que
allí había, siendo antes de noche muy oscuro vieron de repente en el
plato que allí estaba para si alguno diese limosna, un poquito de licor
que ella compara a color de quilán, el cual olía que trascendía; con el
cual como se ungiese la dicha su ama dice esta declarante que
luego quedó sudando, y con esto la dureza grande que en el vientre tenía
la dicha su ama había muchos años. Luego quedó blando el vientre
como si no hubiera tenido tal dureza; y adviértase más que añade
esta declarante que cuando este licor se vio de repente, era tan grande la
claridad con ser de noche y no haber candela que se podía leer cualquiera escritura.
Y que esta es la verdad debajo del juramento que tiene hecho, en que
se afirmó y ratificó, y dijo ser de edad de cuarenta años poco
más o menos. Y no firmó por no saber. Firmáronlo los dichos padres,
jueces y dicho intérprete.
[Rúbricas:] Fray Juan Bautista de Montoya. Fray Gabriel de Rojas. Bernardo de Landecho. Don Pedro Dimagongon.
Ante mí,
Pedro Pérez,
notario nombrado.
{[Al margen izquierdo.] Testigo: Don Cristóbal Managit afirma haber sanado de una antigua tullidez.}
En el pueblo de Tal, en nueve días del mes de octubre
de mil seiscientos diecinueve años, ante los dichos padres, priores,
jueces de esta causa pareció un indio que mediante el dicho intér-
prete dijo llamarse don Cristóbal Managuit, y ser natural de
el pueblo de Molavin, doctrina de Tal, del cual tomado fue tomado y re-
cibido juramento por Dios Nuestro Señor sobre la señal de la cruz se-
gún forma de derecho, y prometió de decir verdad. Y siéndo-
le preguntado si ha usado Dios Nuestro Señor con él alguna maravilla
haciéndole merced por intercesión de la Virgen de darle sa-
lud en ocasión de alguna enfermedad que haya tenido
{dijo}

{[323] 368}
dijo que, habrá como cuatro meses que habiendo tenido
noticia de las mercedes que Dios Nuestro Señor hacía a algunas per-
sonas por intercesión de la gloriosa Virgen Nuestra Señora, habiendo ido
a visitar los lugares dichos, lavándose con esta agua nuevamente
vista en el dicho sitio de Quisasay o prometiendo de ir
allá prometió él estando muy enfermo, y tanto que había seis
años poco más o menos que por ninguna manera podía andar
ni tenerse sino sólo andar algo a gatas, no obstante que en el
discurso de este tiempo había gastado en muchas y diversas cu-
ras y bebedizos diversos el valor de dos esclavos que para
este efecto había vendido. Dice pues que estando así, habién-
dolo primero prometido, fue a visitar los sobredichos
lugares de Quisasay a donde le llevaron para este efecto cargado
hasta embarcarle. Y llegando a este sitio le desembar-
caron también y le llevaron a poner en el lugar donde
se dice haber aparecido la Virgen gloriosa, porque de otra
suerte él no podía tenerse ni andar. Y hecha allí oración le
llevaron también cargado al sitio y lugar donde nace esta
sobredicha agua nuevamente vista, a donde le bañaron
tres veces con esta agua, y luego después de bañado dice
y afirma este declarante debajo del dicho juramento
que se comenzó a tener y andar como siempre ha andado, sin bor-
dón ni ayuda de nadie. En razón de lo cual quedándose
allí por nueve días, estando en esta novena como de noche
no pudiese dormir, bebiendo un jarro de esta dicha agua
nuevamente vista luego dormía y descansaba. Y así ha
quedado desde entonces hasta ahora sano, aunque flaco,
pero que se tiene y anda por cualquiera parte y sube cuales-
quiera escaleras, sin ayuda de bordón ni persona alguna.
Y esto es la verdad para el juramento que tiene hecho en que se
afirmó y ratificó, y dijo ser de edad de treinta años po-
co más o menos. Y lo firmó de su nombre junto con los dichos jueces
e intérprete.
[Rúbricas:] Fray Juan Bautista de Montoya. Fray Gerónimo de Medrano. Fray Gabriel de Rojas. D. Cristóbal Managuit. Bernardo de Landecho.
Ante mí,
Pedro Pérez,
notario nombrado.

{[333] 375} 35
Asimismo pareció don Álvaro Banir, del cual se tomó y re-
cibió juramento en forma de derecho, y él lo hizo por Dios Nuestro Señor
y la señal de la cruz. Y habiéndole dado a entender de un
dicho que está a fojas veintisiete de esta causa, el cual
dijo era suyo, y lo dijo y declaró; y es la verdad so cargo
del juramento que hecho tiene en que se afirmó y ratificó.
Y dijo que si era necesario lo vuelve a decir de nuevo. Y no lo
firmó porque no supo. Asimismo pareció don
Cristóbal Managit, del cual se tomó y recibió jura-
mento en forma de derecho, y él lo hizo por Dios Nuestro Señor y la señal
de la cruz. Y habiéndole leído un dicho que está a
fojas veinticinco, dijo que aquél dicho era suyo
y él lo dijo, y es la verdad, y en ello se afirmó y ratificó.
Y lo firmó de su nombre abajo. Asimismo pareció
don Pablo Caraig, del cual se tomó y recibió juramento
en forma de derecho, y él lo hizo por Dios Nuestro Señor y la señal
de la cruz; y habiéndole dado a entender un dicho que
está a fojas veintinueve, dijo que aquél dicho es
suyo y él lo dijo, y es la verdad; y si necesario es lo vuelve
a decir de nuevo, y en ello se afirmó y ratificó
y lo firmó de su nombre abajo. Asimismo
pareció doña Magdalena Dayangtomo, de la cual
se tomó y recibió juramento en forma de derecho, y ella
lo hizo por Dios Nuestro Señor y la señal de la cruz, y prome-
tió de decir verdad. Y habiéndole dado a entender
un dicho que está a fojas once, dijo que aquel
dicho es suyo y ella lo dijo. Y es la verdad como en él se
contiene, y si necesario es lo vuelve a decir de nuevo. Y en
ello se afirmó y ratificó y lo firmó de su nom-
bre a su usanza. Asimismo pareció doña Ma-
dalena Ponsoin, de la cual se tomó y re-
cibió juramento en forma de derecho, y ella lo hizo por Di-
os Nuestro Señor y la señal de la cruz, y prometió de de-
cir verdad de lo que supiere. Y habiéndole dado
a entender un dicho que está a fojas ocho, dijo que
aquél dicho es suyo y ella lo dijo, y es la verdad so car-
go del juramento que hecho tiene y en ello se afir-
mó y ratificó, y si necesario es lo vuelve a decir

de nuevo. Y lo firmó de su nombre, y lo firmaron junta-
mente con los de arriba todos los jueces de esta causa e intérprete.
[Rúbricas:] Fray Alonso Barona, provincial. Fray Juan Bautista de Montoya. Fray Fernado de Cabrera. Don Pablo Caraig. D. Cristóbal Managuit. [Firma en tagalog en baybayin] [Magdalena Ponsoin? ]
Ante mí, fray Francisco de
Castromonte,
notario.
En el pueblo de Taal, en siete días del mes de febrero de [mil] seiscien-
tos veinte años, nuestro padre provincial y fray Juan Bautista de Mon-
toya, prior del convento de Taal y juez nombrado, manda-
ron parecer ante sí a don Juan Cabinti, principal del
pueblo de Ovis [sic] para la ratificación, del cual se tomó y re-
cibió juramento en forma de derecho, y él lo hizo por Dios
Nuestro Señor y la señal de la cruz, y prometió de decir verdad
de lo que supiere. Y habiéndole dado a entender, median-
te el padre fray Fernando Cabrera, prior del convento
de San Pablo, intérprete nombrado, un dicho que está
a fojas veintisiete, dijo que aquél dicho es suyo
y que él lo dijo, y es la verdad. Y si necesario es lo vuelve a de-
cir de nuevo, y en él se afirmó y ratificó debajo d
el juramento que hecho tiene. Y lo firmó de su nom-
bre, y con él los jueces e intérprete de esta causa.
Asimismo pareció doña María Margur, prin-
cipala del pueblo de Lipa de la cual se tomó y recibió
juramento en forma de derecho, y ella lo hizo por Dios Nuestro
Señor y la señal de la cruz, y prometió de decir ver-
dad de lo que supiere. Y habiéndole dado a en-
tender mediante el intérprete nombrado un di-
cho que está a fojas treinta y tres, dijo que aquél di-
cho es suyo y que ella lo dijo y es la verdad como en él se
contiene, debajo del juramento que hecho tiene, en que
se afirmó y ratificó. Y no lo firmó porque no supo;
firmáronlo los jueces e intérprete de esta causa.
Asimismo pareció Catalina Talain, natural del pue-
Año de 1640—Información sobre el milagro que Nuestra Señora de Caysasay usó con Juan Ynbin, sangley cristiano.

[al margen izquierdo] Testimonio, el padre predicador fray Cristóbal Enríquez.
En el pueblo de Casaysay, en veinte días del mes de enero de mil seiscientos cuarenta años, el maestro Joseph Cabral, cura beneficiado del partido de Balayan y vicario foráneo en esta provincia de Balayan, y juez de comisión para la averiguación del milagro de Nuestra Señora de Casaysay hizo parecer al padre predicador fray Cristóbal Enríquez, prior en el convento de Bauan, del cual y en virtud de la licencia del reverendo padre fray Juan Ramírez, rector provincial en esta provincia del Santísimo Nombre de Jesús que está presentada para dicho efecto en esta información, el cual juró in verbo sacerdotis, poniendo la mano derecha en el pecho, de decir verdad. Y siéndole preguntado al tenor del interrogatorio dijo lo siguiente:
-A la primera pregunta, dijo que conoce a Juan Ynbin de más de un mes a esta parte, y que ha tenido noticia que trabajaba en su oficio de cantero en la fábrica de este santuario de Nuestra Señora de Casaysay; y asimismo la tiene del milagro que esta dicha Señora ha usado con el dicho Juan Ynbin, y que ha sido hombre de buen corazón, sin malicia; y esto responde.
-A la segunda pregunta, dijo que tiene noticia por relación que por causa del general alzamiento de los sangleyes, se mandaron prender y matar los de esta provincia y los de este pueblo de Casaysay se hiciese con ellos lo mismo, llevándolos a la fuerza de Bonbon donde los mataron, y entre ellos al dicho Juan Ynbin; y esto responde.
-A la tercera pregunta, dijo que tiene noticia, además de ser pública voz y fama en toda esta provincia que, estando preso en dicha fuerza de Bonbon el dicho Juan Ynbin con los demás sangleyes que en ella estaban, le sacaron amarradas las manos y con una trompa al pescuezo; después de haberse confesado le llevaron al lugar donde estaba dedicado para matar los dichos sangleyes, y dicen será un tiro de arcabuz, poco más o menos, apartado de la dicha fuerza; y esto responde.

y trajo al dicho lugar de la fuente santa por el campo, cuyas vertientes bajan sobre el dicho monte por donde le bajaron, y bóvedas de la dicha fuente santa; y esto responde.
-A la décima pregunta, dijo que ha oído decir cuando de divulgó la fama del milagro, como tiene dicho, que juntamente se vieron de noche y encima de las dichas bóvedas dos luces resplandecientes desde que mataron al dicho Juan Ynbin hasta que fue hallado en dichas bóvedas; y esto responde.
-A la oncena pregunta, dijo que todo lo que dicho tiene es público y notorio, pública voz y fama, y la verdad so cargo del juramento que hecho tiene, y lo firmó y dijo ser de edad de cuarenta y siete años. Y asimismo lo firmó el dicho juez de comisión.
[rúbricas] Maestro Joseph Cabral. Fray Cristóbal Enríquez. Ante mí, Alonso Márquez, notario.
[al margen izquierdo] Testimonio, don Pedro Dimatolac.
En el dicho pueblo de Casaysay en el dicho día, mes y año de suso referido, el maestro Joseph Cabral, cura beneficiado del partido de Balayan y vicario foráneo de esta provincia y juez de comisión para la averiguación de este milagro de Nuestra Señora de Casaysay, hizo parecer a un indio que mediante Thomas Dimaligalig, in-
Epítome de las injuriosas palabras que el Reverendo Padre Comisario Fray Francisco Solier predicó en el sermón de los mártires del Japón. 5 de febrero de 1698. Dejando lo antecedente que fue menos criminal aunque sobradamente sangriento contra los frailes

Epítome de las injuriosas palabras que el Reverendo Padre
Comisario Fray Francisco Solier predicó en el sermón
de los mártires del Japón. 5 de
febrero de 1698. Dejando lo
antecedente que fue menos
criminal aunque sobradamente
sangriento.
Hay mayor padecer de un predicador y sacerdote y ministro
evangélico que llegar a tanto abatimiento y desprecio que se atreva
un seglar públicamente a reprenderlo a decir y a grabar
sus faltas. Que una culpa de un religioso que no la saben sino tres
o cuatro y teniendo juez competente [su prelado] que le castigue haya
de publicarse con tanto escándalo e [indicio] del sacerdocio, ante justicia
seglar con tan grandísimo descrédito de la religión y con deshonra
pública de la iglesia y fe católica. Hay mayor injusticia contra el derecho
natural y divino mandando el mismo Dios [noli te tangere
christos meos] no se toque a mis christos (sic) en ninguna manera porque hago
saber que el que les toca en lo más mínimo de su honra que es la
mia. [Tangit pupillam.] Tanto como esto estima Dios a sus sacerdotes
aunque no sean santos. No digo yo que no se castiguen cuando
en toda justicia lo merece que de esa suerte se [huyó]. El primero
quemen me, y más que quemen a todos los frailes pero que un
seglar se haya de atrever a tanto sin que haya quien le vaya
a la mano hay mayor baja que la del sacerdocio en estas islas.
Que si se le antoja a un oidor infamar a un sacerdote castigarlo
y desterrarlo, que haya de tener poder para ello, que por el
mismo caso que la culpa es de un ministro de almas han de
afilar más las armas de sus lenguas contra él, divulgándolo
a todos. Hay desdicha como está de los sacerdotes y religiosos
de Cristo que ya se haga de mal aun una palabra [de coriza]
que se da a cualquier seglar que él es todo más alto delante
de Dios y sus ángeles. Ha de andar tan ultrajado de los hombres.
Siendo así que carácter sacerdotal es tan grande dignidad
que esencialmente está impreso en el alma, y ha de durar para
mientras Dios fuere Dios, que estos papeles, títulos, bastones
y varas que da el rey a sus ministros que tiene que ver, qué hoy son
y mañana no, y así les caen de entre las manos y ellos mismos
se ven sin nada. Que más que sea tan pública la deshonra
nuestra que se divulgue por peles infamatorios contra los ministros
del evangelio para que corran por todo el mundo hay
mayor infamia que la nuestra para que todos chicos y grandes
sepan faltas y no faltas de los ministros de Cristo. Y
con eso les desprecien todos y no se haga caso de ellos en que
ley [vinimos] esto es seguir el evangelio que dice Cristo

diligite inimicos que aunque lo fuéramos había obligación de
no aborrecernos tanto. Pues si aun a los amigos no se ama
que hay que decir más quienes más amigos de cristianos que los
padres y ministros del evangelio. Y ya a estos tanto desamor
tanto odio tanta persecución y de esto nuestra [vd genti
pece atrici] el ama Dios de los tales hay desdichados de los
tales tan pecadores que son enemigos de sus amigos. Que
más dizque nos ha venido a la tierra otro José otro salvador
de las islas para la libertad y restauración de ellas dizque
otro José con sus consejos y providencia. Miren como van
las cosas desde que vino todo es aniquilación de las islas con
tantas desdichas que no se pone mano en cosa que luzca. Tal
es el gobierno. Este es el José que vino a sacar de cautiverio
a los indios. El año pasado ya se sabe que el enemigo
se ha llevado cautivos más de mil personas al rey de
España y lo que más lastima es mil almas a Dios con tanto
ultraje de las iglesias y alhajas sagradas con tantos millares
de ducados todo contra ambas majestades. Y siempre
está cautivando tributantes al rey y almas a Dios
sin poner remedio a que están obligados sus ministros
con rigor y derecho de justicia y luego dizque libertador
de las islas dizque otro José estar allí, recogiendo y sacando
de sus casas y los pobres indios el arroz y sustento
quitándoselo de la boca que causa compasión y luego que toda
la mira es su libertad. Este es el José que ha venido para
bien de las islas. Pues en que viene [a estar] su restauración
toda su batería es contra los ministros de las almas
y contra los alcaldes mayores. Esos dice y da a entender
en su papel que [ellos] son los que tienen en cautiverio los
indios. Y con eso pretende su pacífica libertad con que los
indios no obedezcan más a sus padres espirituales con
que no hagan ya caso de ellos con que respeten más
a un seglar que a un sacerdote de [Cristo] y predicador
del evangelio, más que a los que les administran los divinos
sacramentos. Y lo [que más] es que haya quien apoye con adulación,
y apruebe con lisonja tal papel o adulación
que [tienes] destruido el buen gobierno o trazas del demonio
con que tan de veras trata de arruinar la iglesia
y cristiandad de las islas. ¿Por qué y cómo? No está claro
que si estos naturales no reconocen a sus ministros, si
se les da licencia para no respectarlos, es darles libertad
de conciencia, y para que pierdan la poca fe que tienen veamos
que ha tenido el rey. Ni que tendrá sin ministros y sin
religiosos en las islas como lo ha tenido más de 80 años [con]
ellos. Tantos años en que se conserva y aumenta esta iglesia
de Filipinas con los trabajos, vigilancias, y ministerios

montes. Veamos con qué poder los habían de sacar de allá. Miren si los
religiosos son la destrucción de los tributos del rey. ¿Qué más? Cautiverio
es el estar tantos en servicio del rey sin paga ni socorro tan desmayados
de hambre. Que a los pobres pandayes se les caen los
instrumentos de las manos sin poderlos levantar, tan desnudos y tan esclavos,
que si no es a costa de sus vidas no salen del cautiverio. Y por
esto también está tan entablado el vicio de la embriagues para
socorrer esta necesidad natural del hambre que al fin con el vino
llenan los vientres. Este es el cautiverio, no él que acumulan
a los religiosos y a los alcaldes mayores que son [charquelos].
Y es fácil el remedio. En lo que hubieres sin andar con papeles
de deshonras ¿quién tiene la culpa de esto? El demonio que
vence con su soberbia a hacer tales causas, o soberbia y vana
presunción, escribir papeles públicos para acreditarse, para que
se sepa, ¿qué sabe en todo esto señores? Habla claramente no con obscuridad,
si es por este o por [es] otro. Ese, hombre, lo digo con
deseo de que se entienda, se sepa, y se diga claramente para que
se remedie y ataje tanto mal en daño de tantas almas
y de esta iglesia. Rueguen a Dios por el alma de este hombre
que está en estado [inabsoluble] que se pierde esta alma.
Lo cual siento tanto como mis pecados. O santos
mártires, ruegoos por estas islas como siendo patrones de ellos.
No las amparáis. Ya veo que queréis que os imitemos en
las persecuciones [es]. Y aún puedo decir que si vosotros
fuisteis imitadores de Cristo siendo crucificados; nosotros
lo somos más como él. Que él fue crucificado entre dos ladrones
vosotros no, nosotros sí, entre ministros de justicia. Ea santos,
acordaos que somos hermanos y de un hábito. Si vosotros padecisteis
entre japonés gentiles, nosotros entre cristianos
padecimos que es mayor martirio.
En lo antecedente a este había dicho para captar
la atención del vulgo estas palabras. Así supieran
y yo dijera lo que me pasó ayer en aquella celda.
Carta apologética, probablemente de Francisco Combés sobre la controversia sobre el sermón de Francisco Solier en el que acusa a los frailes de maltratar de los indígenas

tanto [quoniam] (dice) [similes obligationes seditiosae sunt,
scandalosae et vias ad schismata et tumultus aperiunt].
«No hay medio más pronto para los escándalos ni más dispuesto
para crueles tumultos». En tiempo de Enrique 3.°, por los
sermones de un Arcediano de Astorga, se revolvieron muchas
ciudades las sediciones que fatigaron a España en tiempo
de Carlos 5.°. Fueron incendios levantados a soplos de inconsiderados
predicadores, y así, aunque la clemencia fue fácil al perdón de los
culpados, nunca hablando para los predicadores como a principales
brasas del incendio.
Y es tan raro el caso en que se puede justificar tal resolución,
y tantas las condiciones que para ello se requieren, ídem
difíciles de convenir a un suceso que no atendiendo a lo que
por tan raro se juzga imposible. Todos los autores convienen
en que es ilícito. San Antonino 3, [p. título 18, c. 4, caret 3, p. quest
42, avt. Ibañez 2.2 q. 33, artículo. 4, sylv verbo predicator quest
6, soto deteng seer memb. 2. quest. 3. conclusión 4. canus. l.
12. c. 11. Fernando del Castillo. 1. 2. hist. predicad., c. 48 et 49 del
hábito del predicador San Buenaventura in apologencis editionis
Rom. folio 375, Córdoba. 2. 1. quest. 17. Richard. in. 4. dist. 19
artículo 2. q. 3. Alvarus Pelagius, De planctus, Ecclesiasticus 2 artículo 10.
Y otros. Abulense in. c. 15. Math. quest 28. Navarro manual
c. 51. Aragón 2.2 q. 11 artículo] 2. Y entre las reglas de los
menores, hay una que prohíbe tal modo de predicar, como lo
da a entender San Buenaventura [citat], y de su religión
lo dice San Antonino. La razón lo hace evidente porque, arrimándonos
a Santo Tomás, a quien siguen conformes todos los teólogos,
[2.2. quest.] 33, sólo hay dos especies de corrección, una judicial
y otra fraternal. Y ninguna le compete al predicador. La judicial
no porque esa toca a los superiores, príncipes y gobernadores
respecto de sus súbditos. Y esta, bien se ve al reverendo
padre [que] no le compete, pues ni es prelado eclesiástico ni
gobernador de la república. Ni cuando le compitiera
se usa de ella en ese estilo parte non audita, pues ni
ha oído la razón que tiene el señor Don Salvador Gómez de Espinosa,
ni la alcanzó, pues le condena ni la que tiene su majestad en los
tributos, ni su gobernador en lo que le calumnia. Y con todo
eso, los condena igualmente, luego es insulto en su sentencia,
tanto como temerario en darla sin jurisdicción [ex
l. in caue. l. ss. causa cognita c. de min leg de uno quoque ff de
regiur et ss. fin inst. de temere litigante c. sacro de sent ex. co. l
consul. iut de offi delegati]. Y esto, aunque sea un ladrón manifiesto.
[L. si, de certa c. si propter publ. et leg. fin c siper vim.]
La segunda corrección, que es la fraterna, tampoco le puede pertenecer
al predicador, porque esta tiene su forma establecida de nuestro
supremo legislador Cristo. Y ha de ser secreta, inter te et
ipsum, no pública en las juntas de los fieles, y no contra que haya
hecho esa diligencia. Y cuando la haya hecho, no se sigue que luego
reprende el hecho en la iglesia, sino que lo diga al que

consta no solamente de sus gloriosos empleos e increíbles gastos
de sus reales tesoros destinados a la exaltación de la fe y engrandecer
el reino de Cristo y su iglesia, sino del mismo Concilio
de Trento sesión 25, capítulo 20, en que hablando de los principios
dice: Quos Deus sancte fidei Ecclesiae que protectores esse
voluit. «Que es la voluntad de Dios que sean los protectores
de la santa fe y de su iglesia.» No les concedo por eso tanta
licencia, como la que Vitoria y Cayetano les dan. Que dicen que
pueden con armas resistir a cualquier príncipe eclesiástico
que porfía en quebrantar los sagrados cánones y decretos de
los concilios, porque nunca juzgó que llegará a tanto la obstinación
que pueda justificar tan áspero remedio. Pero tampoco
les podrá negar alguno que en los abusos que los prelados
no corrigen puedan proceder por sus edictos los reyes, privándolos
generalmente según doctrina de Gerson y aun usar de
alguna coacción contra los inobedientes in abusibo. Dice conclusión
3, [superludo hultorum], tomo 4: [Quibus non medentur prelati,
possunt principes sancte et inste providere peredictum,
et prohibitionem generalem, atque per coactionem inobedientium,
et rebellius.] Apparere posset eos obligari ad
illud veluti Sanctae Ecclesiae protectores. Y así lo tomamos
{Al márgen izquierdo: exequendum}
con el rigor que algunos que se valen de la paridad
del ejecutor del testamento para explicar por la
que en este resulta, la que se ha de entender en el otro.
Bien se ve que, aceptado el cargo, queda deudor del que le señaló,
en cuanto a evitar los daños de su hacienda y de
su ánima. Y que en este sentido el obrar de los reyes
no será extensión de su poder si no paga de su obligación
y satisfacción a Dios y a su iglesia, de quienes en el cuidado
y diligencias se constituyó por su oficio deudor. Y este es
un pacto si no explícito, por lo menos implícito. Y bien asentado
es entre los doctores, que aun el pontífice —con toda la superioridad que
tiene sobre los príncipes— está obligado a guardar fielmente los pactos que
con ellos asentare. Véase a Suárez 3, De Legibus, capítulo 35.
Por el título de padre le pertenece especial jurisdicción, que es la 1.ª
que se usó en el mundo, y en virtud de la cual gobernó Adán y sus
descendientes, hasta que la soberbia inventó otros títulos más honrosos,
que no excluyeron el de padre como fundamento de los demás. Y así
aún hoy distinguen los doctores, como se puede ver en Hurtado [disp.
162 de charist] sección 4 a [sección] 26. Dos oficios en los gobernadores: uno
llama paterno, y otro judicial. El rey, pues, que como siente el
[vualdense t. doctrinal fidei] libro 2, capítulo 80, es el padre extraordinario
o hermano mayor de los vasallos. Aunque es judicial lo
ejerza con distinción, el paternal lo usa con todos sin distinción.
Y puede por él enmendar los yerros de todos sus vasallos y librarlos
de ofensas de Dios, ya reprendiendo a los unos
y a como buen padre defendiendo a los otros, y librando a los
menores hijos o hermanos de la opresión de los mayores.
Y como el padre carnal puede al hijo sacerdote corregirle
sus desafueros (porque el carácter —aunque le eximió del

lo puede deponer, considerando la templanza con que
habla después de modificar las faltas que las atribuye
a pocos con tal indeterminación que se queda él todo con su
entereza. Y cuando pudiera resultar algún dudoso
concepto de la pureza del estado, será efecto de imprudente
arrojo o resolución inconsiderada. Pues nadie puede extrañar
que en comunidades de hombres ―y no de ángeles― haya
algunos que como tales tengan algunos accidentales defectos
introducidos de la ignorancia. Además que el papel
no se ha destinado a la publicación, sino al informe que
como ministro debe hacer a su rey de lo conveniente.
Y si la calumnia no hubiera hecho tanto ruido, ni aún
en Manila ―con ser pueblo tan corto― llegara a tanta publicidad.
Pero los encarecimientos de la engañosa aprensión
y el alboroto de la malicia ha movido con el estruendo
la curiosidad del vulgo. Con que todos han deseado leer
el papel. Y después del sermón, a gran precio lo deseaban
hallar. Y no teniendo acá precio los libros, la oposición le ha dado
a este más estimación. Si el señor Don Salvador Gómez de Espinosa
hubiera pretendido la publicidad y no el remedio, se contentara
con 140 cuerpos, que apenas podrán satisfacer a la
curiosidad de Manila. ¿Qué ha de hacer en el golfo del
mundo tan corto, número que ―aun para el informe de los
ministros que deben atender el examen de las materias
que se proponen― no ha de alcanzar?
Vamos individuando más en particular
las impiedades de que acusa a este papel. Exclamó
el reverendo padre predicador ―muy estirado de cejas― «Ay,
desdicha como esta de los sacerdotes y religiosos de
Cristo que se haga de mal aun una palabra de cortesía
que se da a cualquier seglar. ¡Que el estado más alto
delante de Dios y sus ángeles ha de andar tan
ultrajado de los hombres!» Cuando me contaron estas palabras,
entendí que trataba de vos a los eclesiásticos o con
otros términos de menos decoro. Y recurrí al papel
de donde hallé que a los provinciales llama «venerables
y devotos provinciales», título honroso que les da
su majestad. Y de que aun nosotros ―que los miramos
de menos altura y con más aproximación― no
usamos ni en el ordinario lenguaje de otros equivalentes.
Pues con un reverendo padre provincial pagamos al
más estirado y los religiosos con un padrenuestro. A los
demás llama «padres». Que no sé que haya otro más
honroso, pues los más ilustres emperadores se honraron
con él. Jenofonte llamó «padre» al rey. [L. 8 De padia
cyri]. Con el mismo título lo honró Platón. Libro 16, De
regno. La misma dignidad le dio el sabio judío
Filón [l. decreat.e princ.] de donde se ve la verdad
de la calumnia. Y qué más atendió a espantar
con alharacas que a convencer verdades. Y si el mismo fundamento
tienen los demás sentimientos, fácil será aliviar

hubo tan atrevida que manchase el decoro de su pureza; el
que con su valor dio tanto lustre a las armas y ―a costa de
fatigas y peligros increíbles― libró a Manila de tan grandes
peligros y a las islas del rigor de los enemigos, cuando más
insolentes los tenía su seguridad y refreno, castigada su
crueldad con escarmiento que hasta ahora ha sustentado
el temor, frutos [de] la dilatada paz de su valiente resolución
y trofeos de su piedad, tantos ornamentos y vasos sagrados
rescatados del ultraje impío y destruidos a lo honroso de su
ministerio. A este, pues, llama «Corcuera», como pudiera a un criado
suyo. ¿Esta es religión, este es celo, esto es predicar? No es
sino insolencia, agravio y furor. Yo sé que no le dirían esto
en la celda si no es que le hablara el ángel de las tinieblas.
La 2.ª impiedad de que acusa al papel del señor Don
Salvador Gómez de Espinosa es por la guerra que rompe contra
los ministros. «Toda su batería es», dijo, «contra los ministros
de las almas fundando la libertad de los indios en que no obedezcan
más a sus padres espirituales, con que no hagan ya caso
de ellos. Con que respeten más a un seglar que a un sacerdote
de Cristo y predicador del evangelio, más que a los que les
administran los sacramentos». Yo no sé de qué antecedentes
saca tan grandes consecuencias. Gran lógico debe de ser el reverendo padre,
pues tan concertadamente arguye [que] decir en general a un estado lo que es
ilícito no es decir que no se le guarde el respeto debido. Esto pretende el
papel y esto prueban sus leyes y doctrina. Pues ¿de dónde se infiere lo demás
si es porque encarga que se estorbe la ejecución de lo ilícito? Y
esto es desobedecer y esto es dar autoridad a un seglar. Bien se ve
que la obediencia ha de ser de cosas lícitas y que el obedecer en cosas ilícitas
no es virtud de obediencia sino afectada malicia. Y si esto es dar
autoridad, no la da el papel porque cualquiera la tiene para resistir
a lo ilícito con el respeto debido. Y no se espante que le falte esa autoridad,
ni llore tan lastimero su privación, pues la misma tuviera aunque fuera
obispo. Pruebe 1.º que es lícito la compulsión de lo contenido en el papel ―y entonces
sacará un título de vicario del ordinario y podrá mandarlo―
y al que no obedeciere compelerlo a ello. Y el que en contrario enseñare
algo, ese se dirá que hace guerra y persuade la desobediencia y desacato.
Con ser la obediencia que profesa el religioso más rigurosa, no sólo
no está obligado a obedecer al superior en lo ilícito manifiestamente,
pero ni en lo dudoso si no es deponiendo antes la duda. Consta de Lessio,
[De virtute religionis, libro 2, capítulo 41, dub 9, número 76. Y de Adrián quod, libro 2 a 2 lit 0]. Y
no sólo en lo dudoso de malicia pero ni en lo que excede al rigor de su
regla, aunque en sí sea bueno, como lo puede ver en Córdoba, que es de su
religión sobre la regla de su orden. [Capítulo 10, q 2, en San Bernardo libro 1,
De precepto et dispensatione col 4. Y se colige de Santo Tomás quod libro 1 0
artículo 10] con aplauso de todos los doctores. Y aunque depuesta la
duda ―lo cual debe hacer el súbdito si puede― estará obligado a obedecer
según la mejor opinión con San Buenaventura [in 2 dist 39 artículo
1 q 3 Santo Tomás 1 2 q 96 artículo 6 in corpore Cayetán Medina, Ángel
Silvestre y Fumo.] Pero cuando la cosa cede en daño propio o
de tercero en honra y hacienda, mientras no constare con
certidumbre moral que el precepto y la materia son lícitas
hic et nunc, no estará obligado a obedecer. Porque en
duda no se ha de presumir que la autoridad del superior
quiera obligar en prejuicio de tercero. Es sentencia de Soto,

viéndoos ahora por vuestra culpa afligidos. Y acordándome
cuando, defendiendo yo la república y estando para abatir
la potencia romana, me regateabais cuatro maravedises,
y se os hacía de mal cualquier gasto por vuestro bien. Y por lo ignorantes
que anduvisteis entonces nos vemos todos en esta miseria. Y merece
vuestra imprudencia ser mofa y risa del mundo, y que yo me ría
de vuestras inútiles lágrimas». ¿Qué será mejor, padre reverendo por no tener
valor para un pequeño dolor con los menoscabos de la hacienda
acomodándonos con los dictámenes del vulgo: perder toda la
hacienda y la república o permitir esa pérdida por no ver nuestra
ruina? Atienda a lo que dice Jovio y a lo que cada día sucede que, despreciando
los peligros más distantes por no sufrir los de la hacienda,
aquellos se acercan más poderosos y nos acarrean irremediable el
daño y la total destrucción de los caudales. Plerumque accidit utque
{Al margen izquierdo: ^ pecuniae}
provinciae ^ parcendo remota pericula contemnunt incumbentibus
demum malis, desperato sepe remedio gravia sentiant detrimenta.
Locura de la vana afectación de clemencia. Juzgó por esta
razón del pueblo vejado con los tributos, quiso remitir su exacción.
Dissolutionem imperii docendo, si fructus, quibus res publica sustineretur
deminurentur. Tácito, libro 13. Ruina del imperio ―juzgaron―
el disminuir solamente los tributos que sustentaban los gastos
del mismo imperio y necesidad quitar las cargas, que han de acarrear
otras mayores. Pues si el intentar esto fue locura, ¿proponerlo
no será necesidad, persuadirlo atrevimiento, condenarlo impiedad?
Rigor pareció de Joseph reducir a los vasallos de Faraón
a que le pagaran el quinto de sus tierras por tributo. Y no fue
sino prudencia soberana que supo servirse de la necesidad para
enriquecer a su rey. Porque, enriquecido el rey, tenía
más seguro su caudal el particular quitándole la hacienda.
Dice Ambrosio echo puntales a su felicidad: Non ut omnes
exueret suo, sed ut fulciret: publicum tributum constitueret,
quo sua tutius habere possent. Libro 2, De officiis ministrorum, capítulo 16. Porque no hay cosa
más peligrosa al rey ni a los vasallos, como sintió elegante Casiodoro
capítulo 1, epístola 19, que en el que manda la necesidad: perniciosa res
est in imperante tenuitas. No tiene otra hacienda el rey que la
de sus vasallos, ya si para las necesidades del rey si fuere necesario
se han de desnudar los vasallos. Que por eso, saludado por
Rey Jen de Eliseo, a prisa se quitaron las capas del hombre
los vasallos y las pusieron a sus pies. Festina verunt itaque
et unus quisque tollens pallium suum posuerunt sub peclibus.
[Eus 4 Reg] 9, 13. Y [Elías] profeta llamó palio al reino
o capa porque ha de vestir al rey y servir a las necesidades del
sustento y del ornato, que así lo entendió tan religioso como político.
[Velaz t. 1, ad Filip capítulo, véase 23 y 24, número 16. Eaquidem innuens]
principem regno suo esse operiendum; hoc est [adea que
sibi] sunt necessaria et ad honestum splendorem ipso uti
debere. No sólo a lo preciso ha de servir el caudal del vasallo
sino a lo descendente y conveniente al decoro de la majestad. Por
esto Cristo, el más benigno de los reyes, consintió el día que lo
proclamó la turba rey que le sirviesen con las capas

que así estaba resuelto y determinado y señalado el
día y todas las provincias prevenidas con navíos? ¿Y no sabe
que a esto sobrevino la difusión del Maluco con la muerte del
rey de Tidore, Cachil Zayde? ¿Y que al rey heredero de la
facción de España se le reveló la mitad del reino que alzó otro? ¿Y a este
le dio favor el holandés y con su potencia rompió la guerra y tenía
en peligroso estado el Maluco? ¿Se había de dejar lo que más
importa por lo que menos y que se perdiera el Maluco para que
el Ternate nos hiciera la guerra acá, aliado como moro con el
Mindanao? ¿Qué poder habría entonces para defender
las islas?
Con que se ha de ir contra el Mindanao? ¿De
dónde sacaremos mil hombres que llevó el señor Don Sebastián?
¿De dónde cincuenta mil pesos para los gastos de la jornada?
Dinero no lo hay. El campo de Manila no tendrá 800 plazos hoy,
pues ¿con qué se ha de hacer la guerra? Con oraciones, padre, y con
hombres y dinero. Pídalos a Dios. En estas islas no se aumentan
los españoles. En 5 años se ha tragado la mar y otras desgracias
500 de Castilla. No vienen, y los que han venido han entrado a la
parte de los ahogados en fe del socorro. Se prevenía la jornada,
no lo envió Dios. Dejaremos a sus aventuras a Manila,
y más con las voces del vulgo temeroso apoyadas de varones
religiosos. Cada día nos afligen de [daca], que viene el chino con 300
navíos que se ha de perder Manila. Será bueno que los convidemos
con su desamparo.
Ya que le hemos quitado al reverendo padre predicador los escrúpulos,
quiero ponerle uno que procura desechar. Y le importa mucho
que haga del mucho caso este. Son las cargas referidas de
ministros eclesiásticos y de justicia, alcaldes mayores
y corregidores que dice que son charquillos para que no se haga
caso no importa aquí averiguar el peso de sus cargas,
pero poco o mucho quiero que sepa que sólo ese el el intolerable.
Ya veo que [se cala la visera] por no oír tan escandalosa
proposición. Porque como le toca, esfuerza [que] la condene luego y la [anate].
Maticé lo 1.º porque la sobrecarga es la que mata. Y más cuando
la echa quien está obligado a solicitar el alivio y con atención
a lo forzoso quitar lo posible de lo que no es necesario. Lo 2.º, porque
las cargas que echa el rey, como son forzosas para la defensa de la
fe y de sus vasallos y obligación, sería el servir a ellas. Ningún
prudente las desecha, aunque las sienta, porque hace su causa
que está envuelta en la del rey y reino. Pero las que echa
el particular, como no hay obligación a ellas, se sienten más
que nadie está obligado a servir con su hacienda a los intereses
particulares de otro. Aunque sea muy estirado que la
caridad, bien ordenado comienza por sí. Y primero es uno
deudor a su necesidad que a la ajena. Nadie siente
pagar mil ducados si los debe, y sentirá mucho si no los debe,
que le quiten cien ducados. Lo que se da al rey es deuda, lo que
se da al particular ha de ser voluntario. Que por esto ponderó
agudamente el Crisóstomo, citado que cuando Cristo mandó pagar el tributo al
César, no dijo: «Dad a César lo que es de César. Si no, volved rectitud

ni más santo, ni más apacible, ni más celoso. Unos señores
oidores tan limpios que es mi edad contra sí mismos.
Su rigor tan llanos que es consuelo. Tan doctos que
es de la justicia cumplida. Satisfacción tan cristianos
que es de la misma justicia perfecta seguridad. Y si hallare algo que pide [que]
enmienda en los tales y digno de reprensión, pues tiene atrevimiento
para decirlo en público, imprudente. Tenga valor para
avisar lo cuerdo [que] se llegue. Que nunca ha habido ministros más llanos,
más dóciles. Apriételes con razones en secreto, no los infame con
invectivas en público, que lo 1.º sana y lo 2.º exaspera. Tome
por ejemplar al mejor predicador de la ley de gracia, aprobado
por el mismo Cristo: el Bautista, de quien ponderá el concilio [caloniens],
citado capítulo 17. Que con ser el pecado de Herodes tan público y tan
nocivo a la república, nunca hizo mención de él en los conventículos
y concursos donde predicaba, con ser que aparte no cesaba de afearle
el caso. Dicebat Joannes, Herodi non populo, concluye el concilio
a Herodes, se lo decía no al pueblo. Y su paternidad reverenda
no habla donde ha de aprovechar y da voces donde ha de causar escándalo.
Trate de ir a Japón a ser mártir o de serlo con la mortificación de sus
pasiones en la celda y no entre ministros de justicias. Como dice,
que harto más mártires. Son los tales, pues sufren del vulgo y de los
que siguen su corriente semejantes desacatos. Mire que los ministros
no infaman el estado, que antes alaban su purísimo instituto y
perfección de sus reglas. No es contra el estado lo que ha escrito el
señor Don Salvador Gómez de Espinosa, sino contra lo que destruye el estado,
contra lo que pervierte la observancia contra lo que los celosos de él
aborrecen. Y los valerosos prelados castigan y solamente les [ayuda] con caridad
y justicia a las obligaciones del mismo estado. Y rinda mil gracias
a la magnanimidad del señor Don Sabiniano porque si hiciera caso de su
atrevimiento a ley de fiel ministro y por la obligación que tiene a la
paz de la república, fuera poco darlo por extraño de los reinos.
Y si su paternidad reverenda dudare de la autoridad, lea en
la política indiana del señor Don Juan de Solórzano, el capítulo 27
del libro 4; y la ley 43 y 55 del título 5 de la partida 1; y al sagrado
Concilio tridentino [sess 5, De reformationis], capítulo 1; y al grande Agustín
Barbosa in [Pastorali 3 parte allegat] 76 número 48 y 49. Y la bula
de Eugenio 2, que está original en el archivo del consejo
supremo de Castilla, la cual concede facultad a los reyes a sus
consejos y lugartenientes de castigar a los predicadores. Que con
ocasión de su oficio apostólico ―del cual debieran usar sincera
y santamente― hablan de ellos con descompostura, desacato
e injuria, o esparcen al vulgo proposiciones escandalosas
con que contristan los pueblos, los turban e inducen a sediciones.
Deje de morder predicadores, que todos cumplen
con su obligación según el talento que Dios les dio. Y no
ha de querer medir la gracia por su natural, que fuera necedad
querer que rebuznara el pájaro y que cantara el
pollino, clame cada cual con su voz que a su majestad y decencia
del evangelio. Conviene en los discursos algún resplandor
que este no quita en la eficacia de la doctrina
Levantamiento de Ilocos y Pangasinan

al Padre Mojica, llamado Juanillo (ya murió altercado) y que
en una petaca del padre mismo le metió. Y enviando el Bisayas
cuatro indios, le cargaron para hacia Laoag. «Al meterse
en la petaca el difunto», dicen. Dijo, «¿qué intentaban?». Y como
le respondieron que librarle, respondió [que] pliegue a Dios sea así.
Al llegar al río desde la petaca les preguntó que ¿adónde le llevaban?
Y dijeron que hacia Laoag. Al pasar del río un pequeño
trecho salieron de la parte de Laoag como 200 indios.
Y los que le cargaban (que uno de ellos me contó todo esto) le desviaron
del camino. Y allí llegaron y le alanzaron dentro de la misma
petaca. Y que sólo «¡ay Jesús!» le había oído decir por el
ruido que había y gritería. Cinco lanzadas dicen [que] le dieron. Y
uno de los primeros fue fulano Don Cristobal Ambaguén, principal
de Bambang. Le sacaron de la petaca y le quitaron la cabeza.
Y se la llevaron a Magsanop que estaba a la orilla del pueblo
y río de Bacarrá. Aunque dicen [que] está hoy con el cuerpo enterrada
en la iglesia, el cuerpo estuvo cerca de diez días sin enterrar.
Y me dijo el cantor que había tenido al padre en su casa, que
a los cinco pasó por allí. Y que ni perro ni mosca había allí.
Y uno de los que le enterraron [que] dijo [que] no tenía mal olor, pero
ni bueno tampoco. [Esto] que las cosas se [sugieren] no se podrá averiguar
la verdad por el miedo de los indios. La petaca mandó quemar
un cabo y la tuvo en Bacarrá porque tenía mucha sangre
y no anduviesen los indios con ella.
Volvamos a la barra. A 7 de febrero murió el padre Fray Joseph
(que fue lunes). Y el padre Fray Joseph de Soto Mayor llegó con la nueva allí
el sábado y luego el padre Fray Marcos el domingo. Se dio aviso al
General Esteyvar y partió allá con su ejército. En la barra parece
que el padre Fray Gonzalo tuvo una pesadumbre con el Alguacil Mayor
Lorenzo Arquero. Y el padre visitador le ayudó con algún escándalo
de los seculares de que les concibieron poca voluntad.
El padre prior de Laoag —como había padecido tanto, sentido de que el

padre visitador no le hubiese embarcado en el sampán— comenzó a
hablar mucho y decir no era ya su vuestra reverencia visitador por haberlos
dejado. Y luego en el convento se volvieron a tocar. Y en fin, porque
habiendo muerto un principal en Bacarrá, iba allí el padre
visitador —como él dice— por la limosna, cuando quizá iría también
a la averiguación del oro del padre Fray Joseph, si bien los visitadores
nunca vuelvan atrás a los conventos visitados sin causa
muy urgente. Y habiendo de haber vuestro padre en la [provincia], o pudiendo mandar
al mismo Medina que cuidase de este oro y lo demás, pudo
excusar el ruido que hubo de que resultó tanto daño a todos. Fue
por delante el alcalde mayor y hallaron ya en Laoag al socorro
de Cagayán, de que podemos decir post bellum, auxilium. Y Magsanop,
ya retirado —que hasta hoy no aparece— mandó quemar la iglesia
de Laoag en que no hizo mucho daño, pues [dado] [que] era viejo y se había
de derribar [a no faltar] ornamentos y plata. Los pueblos de
Bacarrá con la iglesia y convento quedaron libres. Y hay gente hoy
en día en Bacarrá, Pasuquin, Vintar, [Bambanglo]. Y el General Esteyvar,
después de haber andado montes y valles y [consoló] mucho a su
ejército, no pudo haber a las [moros], a los dos cabezas principales
Magsanop y Ambagan. Hizo castigo en otros culpados [ahorcando]
más de 90 en Bacarrá, Laoag, Dingras, adonde fueron
algunos enemigos. Pero aunque quemaron el pueblo, quedó la
iglesia libre. Y ellos pagaron con su vida allí su atrevimiento por
los tinguianes en Pangasinan. Mandó quemar Malong a Bacnotan
con la iglesia y convento. Y él mismo quemó a su pueblo
Binalatongan con convento e iglesia que era bueno. Hubo algunos desacatos
a las imágenes quitando cabezas a Santos Cristos. Y en Agoo una
imagen de nuestra señora la hicieron astillas para cocer la morisqueta
y haciendo cuchara de una mano. Al volverse los zambales
de Vigan todo lo profanaban y quemaban. Cuando llegué a este [convento]
no hallé nada pérdida considerable.
Se sigue la memoria de lo que falta de los conventos o iglesias.
Volviendo a repetir lo quemado de pueblos etcétera.
A auto que mandou fazer o excelentisimo Sehnor Francisco de Tavora do Concelho do Estado de Sua Magestade do corpo defunto da Madre Maria de Jesus, do Convento de Santa Monica da cidade de Goa

A serva de Dios muito reverenda Mãe Maria de Jesus Religiosa de Santa Monica
de Goa da ordem de São Agostinho, e por sua morte lhe apareçerão os cinco chagas de Cristo
do ano de 1683 ao primeiro de janeiro de idade de 78 anos quando morreu.

A auto que mandou fazer o excelentíssimo senhor Francisco de Távora do Concelho do
Estado de Sua Alteza vice-rei e capitão geral da India das vistorias, e exa-
mes, que se fizerão nas mãos, pés, e lado e cabeça do corpo defunto da
Madre Maria de Jesus, religiosa professa de véu preto do Convento de Santa
Mônica de santa cidade de Goa da ordem do patriarca Santo Augusto
sujeito a jurisdição ordinaria, a que assistirão o dito senhor vice-rei, e o reverendo
cabido de Santa Sede da mesma cidade, e os inquisidores apostólicos, pre-
lados das religiões e outros religiosos mestres e teólogos e alguns fidalgos
dos mais principais e ofício maior e cirurgião maior e outro cirurgião e um
religioso também médico.
[...]
Ano do nacimento de nosso senhor Jesus Cristo de mil seiscentos oitenta e tres nesta
cidade de Goa em segunda hora de tarde tres do mes de janeiro do dito ano na igreja do
convento de Santa Mônica, das religiosas da ordem do patriarca Santo Augusto, su-
jeitas a jurisdição ordinaria estando aí presentes o excelentíssimo senhor Francisco de Távora
do Concelho do estado de Sua Alteza vice-rei e capitão geral da India, e o reverendo cabido da
Santa Sé da mesma cidade gobernador deste arcebispado, em ausência do ilustrísimo senhor Arce-
bispo primas Dom Manoel de Souza de mestre do concelho de Sua Alteza que anda visitando
as terras do norte, cujos capitulares são os reverendos Santo João Ferreira Valdiviesso
e o tesoureiro maior João Alvares Migos, o Arcediago Antonio Ruiz, o mestre escolar
Manoel da Fonseca, e os cônegos João Correa Borges, provisor e vigário geral do
mesmo Arcebispado Luis Correa de Landim, Mathias de Pinho da Fonsecua, Constantino
Sardinha Rangel, e Antonio Jorge, e os inquisidores apostólicos, os doutores Francisco Delgado
e Matos, e Lopo Alvares de Moura, e o promotor do Santo Ofício o Doutor Manoel
Gonzalez Guião desembargador da relação secular, e os reverendos prelados das religiosas
o padre Fray Matheus da Trinidade provincial da ordem dos eremitas de Santo Augustino
o padre mestre Fray Jacinto da Encarnação, vicario geral da ordem dos prelados de São Domin-
gos, e deputado do Santo Ofício, o padre Fray Manoel de São Nicolás, provincial da ordem
de São Francisco, o padre Fray Domingos da Mãe de Dios, provincial da ordem Capucha, o padre
Luis Lobato da Companhia de Jesus, propósito da Casa profesa o padre Manoel de [Pas-]
va perfeito dos estredos, os padres Francisco de Souza, e Francisco Simón, mestres de te-
ologia, o padre João de Magalhães, procurador da Provincia de Cochin, o padre Theotonio
Rebello procurador da provincia de Goa, todos da Companhia de Jesus, o padre Fray Vicente
de Santa Maria, prior do convento de Santo Augusto, o padre Fray Pedro dos Mártires rei-
tor do colégio da mesma ordem, o padre mestre Fray João de Jesus Maria da dita ordem, e os
padres mestres Fray Antonio da Trinidade, e Fray Luis de Santo Tomás, e o padre Fray
Antonio Pereira da ordem dos pregadores e deputados do Santo Ofício, o padre Fray Pascual d
a Conceição, guardião do convento de São Francisco, o padre Fray Pedro dos Anjos di-
finidor e secretário da provincia, o padre Fray Pedro do Rosario, comissário dos terceiros
o padre Fray João da Encarnação, todos da mesma ordem de São Francisco, e o padre Fray
Augustinho dos Reis da ordem de Santo Augusto, confessor geral do dito convento de
Santa Mônica, e o confessor ordinario de ella o padre Fray Manoel dos Anjos da mesma or-
dem, e outros religiosos mais, e teólogos, e os fidalgos Dom Rodrigo da Costa capi-
tão geral da armada do alto bordo dos streitos de Ormuz e Mar Rojo Dom Miguel
de Almeida, capitão geral das terras de Salceta Antonio Corte Real de Sampayo
Información hecha por el Padre Fray Antonio de Porras. Panay, 1624

{Al margen izquierdo: Testigo Cristóbal Petites de 34 años}
Y luego incontinente en este dicho día mes y año el dicho
Padre Fray Antonio de Porras juez provisor y vicario para la
dicha información hizo parecer ante sí a Cristóbal Petites
español estante en este dicho pueblo de él que fue recibido juramento
por Dios nuestro señor y una señal de la cruz en forma
de derecho y habiéndolo hecho bien y cumplidamente prometió
de decir verdad y siendo preguntado por el tenor del dicho
auto = dijo que lo que sabe este testigo que el miércoles de
la semana pasada que se contaron treinta y uno del mes
de enero fue muy público y notorio en este dicho pueblo que habiendo
cogido un pescado Luis Alangan natural de él en términos
de [Cariotan] lo metió en la boca revuelto a [euchinina] para
troncarle la cabeza y matarlo según lo acostumbran
haber los pescadores y que a este tiempo por rompiendo el dicho
pescado por la parte y lugar donde estaba se le entró en
el gaznate al dicho Luis Alangan donde se quedó atravesado
sin que el susodicho pudiese por mucha fuerza que hizo tragarlo
ni sacarlo fuera a cuya causa se estaba ahogando
y echando mucha sangre por la boca y narices y que
el dicho padre juez provisor viendo que se moría le
confesó por señas porque de ninguna manera podía
hablar y que así mismo le había puesto y atado
a la garganta un [panesito] del bienaventurado San
Nicolás a quien amonestó y le dijo se encomendase
el dicho Luis Alagan con muy gran confianza de que
había de quedar libre por la intercesión del santo
y como esto se divulgase tanto en esto dicho pueblo este testigo fue
a casa del dicho Luis Alagan a las dos de la tarde poco
más o menos al cual halló echado y cercado de mucha
gente y con muy grandes angustias y congojas sin
poder hablar en ninguna manera y que a penas podía
respirar y como se le preguntase por uno de los que
allí estaban del modo que le había sucedido la desgracia
hizo algunas señas por donde vino a entender este
testigo tenía dentro del gaznate el dicho pescado no reparando
como no reparó este testigo si tenía entonces
el dicho Luis Alangan en su pescuezo el dicho [panecito] de
San Nicolas y que después de esto el mismo día como
a las tres de la tarde estando este testigo en compañía

de otros españoles en la casa y morada del Capitán Andrés [Hernández]
de Puebla justicia mayor y cabo de la guerra de este dicho pueblo oyó
hablar al dicho padre juez y vicario [que venía] diciendo
por la calle que por intercesión de San Nicolas estaba
libre del pescado el dicho Luis Alangan. Y bajando a la calle
este testigo y los demás españoles que allí se hallaron, vieron
en manos propias del dicho padre juez y vicario el
dicho pescado el cual era escamoso y con muchas espinas por
el cerro y lomo y tendría de largo cinco dedos poco más
o menos y de ancho más de dos dedos y oyó decir que le
llamaban los bisayas Poyo y al mismo padre juez
vicario oyó este testigo que el dicho pescado era el que había tenido
atravesado en el gaznate el dicho Luis Alangan el cual metiendo
sus dedos dentro lo había sacado afuera sin trabajo ninguno
cosa de que se quedó este testigo admirado y lo atribuyó
él y los demás a milagro que nuestro [señor] hizo por ruegos
y méritos de San Nicolás y de [ese] bendito pan y así lo entiende
este testigo y no lo atribuye a otra cosa. Y esto es lo que sabe
y es la verdad para el juramento que tiene fecho en que
se afirmó y [ratificó] y dijo ser de edad de treinta y cuatro
años y que no le tocan las generales y lo firmó de su nombre
con el dicho padre juez y vicario.
Fray Antonio de Porras Cristóbal Petite
Ante mí
Juan Bautista R.es
notario público
Memorandum en Kapampangan con resumen en español indicando las personas que deben ser empadronadas en Palosapes, 30 de enero de 1710

Yñg teniente Don Vicente Quitalig, teniente cong casalucuyan uli ning aring
Guinu tamo, ampon tenienteng Matua Don Pedro Manungcut yian migpun acamumulan
queting balayan, ampon ing capitán infantería Don Juan Sánchez, mangapia
qñg Pica baluan ampon pun [quing.n] mamalayan at q[ue]taquing balayan Paniqui,
macasiclaud que pung muma qñg babu ning talampacan mo Guinu ming
nuestro padre provincial qñg yayaduan mipung masaquit qñg ygagalang ampon cacatascatasan
a arapan mo, qñg ampat sapun sacup na mañgasusucubana ning mal a
habito nan Ybpa tang San Agustín ytang lugar a palagyouan dan Palosapis
qñg nun vari pun mallaring Pamalayan da, maragul ya pung macapagcasaquit
que qñg sablan mañgapia uling ding sablan cabangca mi tila
ngan minuli carin ding siam a bubong a pauang empadronado qñg Padrón
General qñg yña minuli la pu carin uling dalan capuloñgan uling
macasuloc yang bina, metong pu canita yra daralanan ding castilang guiguinuan,
ampon sang cadaraman la pon maglimayon qñg lalam carotoñgan
yta maragula macaculang qñg pamamalen [min] utus yo ampon maragula casaquitan
mi caring daralana despacho ning Aring mayopaya, ampon ding
daralana maragula pañgatao caring magjocom Yloco ampon Cagayán qñg
alan matad qñg dala, mañga pa quecong Ypba ming calilinan Jesucristong
Guinutamo alan miñgat quecaio queting dalan a manganib uli na pin ning
mamin lang tomacas maco queting mesabi nang Balayan Palosapis
ding sablan cabangca mi = Nun Uaripun e mallari yting ynadalong ming nuestro
[padre señor] Guinu mi siclaud que pung pasibayong muma qñg babu ning talampacan
ning nuestro [padre señor] Guinumi, nun iyan mayap lacuan yting Balayan sa
dia ome que pung gauan Balayan mi quetang tangana carin ning
Balayan [caranlaan] ba la pun musig pasibayo de ning anggan taoming
micao queting Balayan ming [mene] quetang bayong balayan a alan ca
Petición en Kapampangan del Capitán Don Joseph Gutiérrez, 1710

lang mi yayalili, Pati pu ning cabang ca mi Maqueya
pus no pu, carela Capinduan po caniting Y dalong mi
qng may-quet de na la na bobung caring bobuis alanapung
Resirvadosos atlo napung ban.a ngueni. Uling Ybat pu quetang
quen.ta ning señor oidor Don Alonzo a Villafuerte, atinpun
sacristana y bobuis, canthores amp.n Yng Cap.n basal qng bala
yan, ngue ni pu, bobuis nengean pu, =
Ynapinpu, P.e bisitador a guinumi Fr. Sebast.an Fronda
queca que pu Yumauad pacalolu, amp.n Pasaup manyuno
cuma que pung ocul qng cacamal camalan a arapan
mo pu. P.e bisitador a guinumi, amp.n pinpung Y conma
lo llaring calilinan Jesu Cristong G.n.t mo. sesipan, amp.n
Meminyuat qng timbangean a alan cana, sacup na que
pu ning mala abitonan Yb patang San Agustin Yni pung
anyan silisiming Ysesiclaud qng mala arapan mo,
Panayan mi pu, Yng saup mo. amp.n Pamacalolu, quing
Macayap qung caladua mit catauan mi ett.a
-Dn Joseph Guttierrez
-Dn Ju.n de Casta
-Dn Nicolas Polentan

214
Lista ding taong macasaot Maranglay
*Don Nicolas de la Cruz – Barangay Castillo – Palosapes
+Juan Casaling – C Barangay Castillo – Palosapes
-Don Joseph Broel – - Barangay Castillo – Bongabon
-Joseph Lagat – Barangay Castillo – Palosapes Bongabon-
+Juan de la Cr+uz -C Barangay Castillo – Palosapes
+Nicolas Calegaan -C- Barangay Castillo – Palosapes
-Antontio Baguis – Barangay Polintan Maranglay
-Alonzo Lomanlan – Barangay Castillo Maranglay
-Augustin Pangan – Barangay Castillo Maranglay
-Miguel Guyasan- Barangay Castillo Maranglay
-Augustin Balandang- Barangay Castillo Maranglay
-Guilliermo Garcia-- Barangay Castillo Palosapes
-Diego Garcia - Barangay Castillo – Palosapes
-Mateo Lomaban – Barangay Castillo Maranglay
-Juan Galario – Barangay Castillo Bongabong
-Sebastian Bolinao – Barangay Castillo Bongabong
-Manuel de Leon – Barangay Castillo Bongabong
-Juan de la Cruz Paliglig – Barangay Castillo Bongabong
-Don Juan Balanguay– Barangay Castillo Maranglay
-Don Santiago Cabinbin – Barangay Castillo Maranglay
-Don Juan Cabayo– Barangay Castillo Maranglay
-Juan Paragas- Barangay Castillo Maranglay
-Augustin Banjun- Barangay Castillo Maranglay
-Juan Maligad- Barangay Castillo Maranglay
-Antonio Laclian-- Barangay Castillo Maranglay
-Juan Molato- Barangay Castillo Bongabong
-Juan Cababuan- Barangay Castillo Cabanatuan
-Pablo Casilib C Barangay Castillo Palosages
-Cristóbal Tamayo + -Barangay Castillo Palosapes
-Pedro Cayabyab- -- Barangay Castillo Maranglay
-Don Pedro Balandang Barangay Castillo Maranglay
-Sebastian Magari-Barangay Castillo Maranglay
-Felipe San Nicolas C Barangay Castillo Palosapes
-Luiz Veltran- -Barangay Castillo Maranglay
-
Padrón de los que se confesaron en el sitio de Palosapis en 1710

Nicolasina Nicolasa, su mujer, empadronada en el Barangay del dicho.
Catalina Vana, soltera, su hija.
Isabel Agbay, criatura, su hija.
Rosa Marota, criatura, su hija.
Ignacio del Rosario, viudo tributante, empadronado en el Barangay del Don
Tomás de Aquino del pueblo de Camiling, provincia de Pangasinán.
Agustina Quiño, soltera tributante, su hija, empadronada en el Barangay del dicho.
Nazareno Payomo, casado tributante, empadronado en el Barangay del Don Joseph
Malngangas del pueblo de Cabanatuan, provincia de la Pampanga.
Feliciana Bibayan, su mujer, empadronada en el Barangay del dicho.
Mateo de la Cruz, criatura, su hijo.
Inés Sugara, criatura, su hija.
Vicente Caniag, casado tributante, empadronado en el Barangay de Don Agustín Mabulay
del pueblo de Malongey, provincia de Pangasinán.
María del Rosario, su mujer, empadronada en el Barangay del dicho.
Joseph Macauay, criatura, su hijo.
Domingo Paulino, casado tributante, empadronado en el Barangay de Don Pablo
Puqui del pueblo de Binalatongan, provincia de Pangasinán.
María Diampi, su mujer, empadronada en el Barangay del dicho.
Juan Laguy, soltero tributante, empadronado en Barangay de Don Cristóbal
Romiro de pueblo de Lingayén, provincia de Pangasinán.
Pablo Malanga, casado tributante, empadronado en el Barangay de Don Juan del Castillo
del pueblo de Tarlac, provincia de la Pampanga.
Rosa Mavilla, casado tributante, su mujer, empadronado en el Barangay del dicho.
Gabriel Gomabun, casado tributante, empadronado en el Barangay de Don Pedro
Manungcot del pueblo de Paniqui, provincia de Pangasinán.
Verónica Quiamey, su mujer, empadronada en el Barangay de Don Juan de
Castañeda del pueblo de Tarlac, provincia de la Pampanga.
Tomás Matilat, viudo tributante, empadronado en el Barangay de Don Raymundo
Dueñas del pueblo de Bucsit, provincia de la Pampanga.
Sebastián Rayo, viudo tributante, empadronado en el Barangay del ministro de
campo Don Juan de Vera de pueblo de Binalatongan, provincia de Pangasinán.

Sebastián Bernabe, criatura, su hijo.
Juan Licong, soltero tributante, empadronado en el Barangay de Don Juan Camacho
del pueblo de Masiqui, provincia [de] Pangasinán.
Andrés Najana, soltero tributante, empadronado en el Barangay de Don
Juan Camacho del pueblo de Malasiqui, provincia de Pangasinán.
Mateo Bingua, soltero tributante, vagamundo.
Liquidación de los tributos de cada pueblo de los suprascriptos, y
los nombres de sus cabezas.
{Al margen izquierdo: Provincia de Pangasinán}
Del pueblo de Paniqui, ocho tributos y medio. De los ocho es
cabeza Don Pedro Manungcut, y del medio Don Juan Sánchez. - 8 y medio.
Del pueblo de Malasiqui, dos tributos y medio. Del un tributo entero
es cabeza Don Pablo Dacasing, del otro Don Juan Camacho,
y del medio Don Francisco Mamaed. - 2 y medio.
Del pueblo de Binalatongan, dos tributos enteros. Del uno es cabeza
Don Pablo Puquis, de un medio tributo el maestre campo Don Juan de Vera
y del otro medio Don Cipriano Viray. - 2.
Del pueblo de Telban un tributo entero. Es su cabeza Don Domingo
Lumaquen. - 1.
Del pueblo de Lingayén, un tributo entero. Del medio es cabeza Don
Cristóbal Romero, y del otro medio Don Nicolás del Rosario. - 1.
Del pueblo de Camiling, un tributo entero. Del medio es cabeza Don Tomás
de Aquino, y del otro medio Don Andrés Galindo. - 1.
Del pueblo de Malungey, un tributo entero. Es su cabeza Don Agustín
Mabulay. - 1.
Del pueblo de Calasiao, medio tributo. Su cabeza Don Pedro Lumboy. - Medio.
Provincia de la Pampanga.
Del pueblo de Bongabung, dos tributos y medio. Del uno es cabeza
Don Marcelo Don Isidro Morales. Del un medio Don Pablo Malanga, de otro medio Don Francisco
Figueroa, y del otro medio Don Nicolás Pasco. - 2 y medio.