común
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Found 66 Instances of "común" on 108 Pages
Breve relación de las violencias que tiene padecidas el Convento de la orden de San Agustín de la Ciudad de Macao por la obediencias a la silla apostólica en su legado.

Legado Apostolico en esta partes Lo mismo que en la costa =
En los llego dicho senor Legado Apostolico
a Macao donde venia desterrado pon el emperador y queriendo establecer
su jurisdicción, mando Juntar para eso a los superiores Regulares; mas
no se pudo concluir cosa alguna por haber faltado el dela
de , quien queriaendo después disimular. su falta fue solo
a visitar a dicho senor Legado, el cual le reconvino, para que reconociese
su jurisdicción, y no habiendo lo querido hacer, no obstante las
granes penas que para eso le impuso, le publico descomulgado, con esto
comenzó luego la potencia laical a mostrársele muy contrario, ejecutando
contra el no pocas violencias, y entre otras fue ponerles soldados de guardia
con tan rigurosos ordenes que porque uno no le impidió salir de casa le
mando el dar trato de cuerda; Salio pues dicho Legado apostólico
de su casa y llegando al de el dicho Prior, que
no se había apartado de su obediencia, mando repicar las campanas =
Por causa de dicho repique de campanas el Vicario General del obispado
publico un edicto, su data en Macao a contra
el de y sus Religiosos, en que mandaba que ningún fiel so pena
de descomunión mayor. reservada así, y de ser remitido preso a
Goa, no comunicase, ni tuviese trato alguno por si, ni por interpuesta persona
con dichos religiosos, ni fuesen a dicha Iglesia a confesar, oír
misa, a los divinos oficios; pidió dicho Prior traslado de este
edicto para defender su derecho contra el Vicario General; mas no se
lo quiso dar que no fue poco indicio de que le tenia por no justo padecieron
el rigor desde edicto, o (como otros dicen) entre dicho, no solo los
Portugueses que entonces se hallaron en el dicho , sino
también los misioneros españoles del mismo Orden, que
después en el ano de 1708 salieron desterrados de china por el emperador
por la obediencia del decreto contra las praxis =
En el General junto consulta delos
tres estados Politico y Militar, en que se resolvió que a dicho
Prior Constantino sele diese a escoger, o permanecer en Macao
con dicho entre dicho, (así lo llamaban los macaenses aunque impropiamente)
O ir a Goa. Dicho Prior quiso mas prevenir, que padecer
las violencias que le amenazaban, y así ofreció embarcarse como de
echo se embarco, en para Goa, lo cual
no obstante prosiguió el mismo entre dicho con el mismo rigor antes
estando en Goa dicho Prior y a echo de aquella congregación
fue obligado por el Virrey, a ir a Lisboa a dar razon al serenísimo
rey dela obediencia que tenia dada al Apostolico, partió de Goa
para Lisboa junto con su secretario, en =
En despacharon los Macaenses un navío,
que fue en derechura para Lisboa, con el remitieron todo lo obrado en
Macao sobre la jurisdicción del Apostolico, al serenísimo rey
de Portugal, en dicho barco fue también el Procurador, que enviaba
la ciudad de Macao con sus negocios, por el mismo, tiempo, el Virrey
dela India, remitió este negocio dela jurisdicción del Apostolico,
al serenísimo Rey: y su en principio del ano de 1709 recurrió con
el a su santidad con no menor diligencia, aunque con mayores en

en barajos del camino, el
Por Agosto de [1694] fue el sobre dicho entre dicho contra el de Agu-
stin, el extendio el Vicario General al de Domingo que ya en
la obediencia del Apostolico y a todos los misioneros, y aunque tacite y indi-
recte al Apostolico que ya era Cardenal de la Romana, y se
Confirmo y [Agrano] el con nuebas penas, mas no pareciendo les suficiente
para retardar a los Dominicos de algunas operaciones contrarias asi intento,
el general. mando escalar el y a todos los Portuguezes que [hazlo]
dentro de el, los puso prefos en las fuerzas, despues remitio a Goa; y a los misioneros
españoles del mismo orden. despues de Algunos malos tratos, los echo del dicho con-
vento, en donde quedo solo el Sebastian de Antonio que apostado de la obe-
diencia que poco antes dado al Apostolico
Despues de la muerte del señor cardenal, que fue en ocho de Junio de. Lo
el Vicario General considerando que con la muerte de dicho señor cardenal
se Acabado su jurisdiccion; quizo el entre dicho del convento
declarando por descomulgados a todos los que comunicado con los Religio-
sos Agustinos, misioneros y personas del señor cardenal, a los despues
de una disiplina al absolucion a la Puerta de la : esto mismo se practico
con los mendigos, que misa en iban a pedir Limosna a
casa del señor cardenal
Por Agosto de Lo que el Antonio de Souza y Gayo, muchas
[cuzzio] en las penas y contra los publicos percusores de clerigo, y algunas
denunciado descomugaldo por el Legado apostolico y declarado por sospechoso
de , al tenor del tridentino, vino a compañando un intierro al
de Agustin, y entrado en la el Prior Juan
de Rosa no queriendo, que dicho descomulgado asistiese a el oficio de la
sepultura, lo mando salir de ello. Fue dicho Gayo al
General, el consiguio del Vicario General, que por esta causa
a poner el sobre oicho entre dicho, que duro hasta mediado de Octubre, [enge]
el General a los Agustinos, para defender. Como
de echo lo defendieron la jurisdiccion real contra las violencias, que el
de Pinto de la de del santo oficio executado
con aprobacion y patrosinio de Algunos theologos de Macao, en el (o corregidor)
de dicha ciudad, y que despues el tribunal del oficio de Goa de claro por
[nullas,] hizo que se levanta se dicho entre dicho
Por Septiembre de lo llego el [procu.] que dicha ciudad de Macao re-
mitido a la corte de Lisboa, en un Barco, aun en derechura de Lisboa a
Macao; Con ocasion el serenissimo rey de Portugal. despacho diversas , de todas las solo dicen, [garon] tres, y llegado [ la ]
Septima, via, no llegaron las [riotras] subsequentes, hasta el nu-
mero 18 que segun. Los negocios remitidos asi [ esperaban y de las tres ]
que llegaron, la una se entrego abierta, por cuya causa fue preso el quela entrego,
el despues se huyo de la fuerza, y se retira a sagrado; y asi no pudieron saber
los Macaenses, si su [mapa] dana algunas sobre el negocio de la
Jurisdiccion del Legado. tambien el de Goa segue[xano] por Mayo de
11 no tenia [resenida] respuesta de [Magd.] sobre dicha jurisdiccion, no obstan-
te a todos los años escrito sobre ello: mas no por eso ha de dar
ordenes muy inhorbitantes, y contrarias a la ni los Macaenses sus-
pendido la execusion de ellas
Por este mismo tiempo, o poco antes, llegaron de Roma a Macao dos copias de dos
breves, que su santidad en principio de Marzo de 1709 despachado al
Relación de la muerte y honorífico entierro del Ilustrísimo y Reverentísimo Señor M.B. F. Álvaro de Benavente, Obispo Ascalonense y Vicario Apostólico de la Provincia de Kiangsi [Jiangxi]. 17 de abril del 1709.

causa de que el Capitan General se lo tenia prohibido, en atención o cumplimiento de un
edicto de Vicario General de este obispado, quien porque los Religiosos de dicho convento contra
el común de toda esta ciudad tenían dada la obediencia al[ S.s Pat.a] y actualmente perma-
necían en ella, tenia prohibido con censuras, y otras penas , que ninguna persona de este o-
bispado asistiere a dicho convento e Iglesia ni hubiese comunicación alguna con di-
chos Religiosos [Sa].
En dicha casa vivió dicho señor con tanta pobreza , como siempre el poco tiempo
que le restó de vida. A los enfermó de una puntada o dolor
en un lado a que le sobrevivió calentura, y aunque a los tres dias se hallo aliviado
del dolor , nunca se vió limpio de calentura, y si bien no maligna, ni peligrosa, no
obstante siempre tuvo con cuidado a los Religiosos de su orden , especialmente por
ver sea mucha flaqueza, y pocas ganas de comer. Por esta causa procuró recibir los
santos sacramentos, y para que fuese notaria su intención , y no decirse o se tomarse al-
guna ocasion de mormuras , o discurrir al tiempo de recibir el Viatico (que le re-
cibió el día diez) después de haber dicho [Arie non sum dignus Sa.] hizo detener al
sacerdote (que esta vicera el Bernardino de las Llagas Comisario de esta
Misión Seráfica de China) y le dijo: Sepa [Vp.] que ahora recibo la Eucaristía por Vi-
ático; acabadas de decir estas palabras comulgo. Desde este día conoció algun alivio,
y para refrescar la naturaleza, y templar el calorcillo ocasionado de la calentura , aun
que poca , que tenia , tomo algunas veces sueros, medicina de que vio muchas veces
en vida , y siempre con muy buen suceso.
No obstante, que se hallaba mas aliviado, no se descuido en procurar por su alma
Y así el día 16 por la tarde se confesó para el día 17 recibir a su Majestad mas por tardar-
se el sacerdote así este día como el siguiente, y les desayunarse, o tomar los
sueros dejo para otro día la diligencia, que estos dias quería hacer de comulgar. Fue
las desgracia que los sueros estaban mal echos y ni bien eran leche , ni bien sueros, y
sobre todo acedos; mas llevado de la experiencia de que siempre le hacían mucho bien
y olvidado dela flaqueza con que se hallaba, los bebió: a poco tiempo de bebidos conoció
el daño y comenzo a quejarse de los sueros , quiso remediarlo y el medio que para eso
tomó, fue beber agua de cebada dos veces, medio totalmente contrario a su intento. con
que un vez de hallar algún alivio a tanto mal, lo aumento tanto, que le ocasionó su
total ruina; pues según [secrer] el agua con los sueros le sufocaron totalmente el calor del
estomago: De esta suerte y sin conocer tanto mal como ya tenia causado llegó a medio
dia , en que habiendo comido muy poco se echo a dormir la siesta que ya inquieto no
pueda dormir; volviese a levantar y a poco tiempo comenzó a quejarse de que le dolía la
media cabeza y para alivio de su dolor mandó al Reverendo Padre Fray Juan Barruelo le rascase la
parte

tonces los que estaban publicados descomulgados por el Señores Patriarca querían asistir
al entierro , en que no podían venir , por ser obligados a evitarlos, como siempre lo habían
echo y para eso si fuese necesario descamparían el altar y entierro, lo cual mas seria
echar a perder la función con deprecio del difunto que concurrir a ella en obsequio suyo:
pero que si fijaba , que los dichos descomulgados no asistiesen , no solo no podrían op-
ponerse a la sobre dicha operación , por ser obra tan piadosa , como lo es enterar a los
muertos; sino que que darían muy obligados y agradecidos Sa. pareció a todos los pre-
sentes muy bien la respuesta de dicho Vicario Provincial y dado parte al Capitan General, quien
considerando lo todo muy discretamente y dedscando hacer la funcion con todo lucimiento
imperio Su palabra de que no asistiría ninguno de los descomulgados al entierro ni a la
Misa.
Comenzando pues dicho Capitan Genral a dar cumplimiento a su palabara se retiro a
un estrecho aposento de la misma casa del enfermo , para dar lugar al paso de los misio-
neros que juzgo prudentemente no entrarían , por no ponerse un ocasion de comunicar
con el o de hacer le [desayne] y para esperar allí el ultimo transito de dicho señores
obispo; Alli estuvo hasta las cinco , o seis de la tarde , que fue todo el tiempo , que se
gasto en provenir las cosas que se dirán abajo. Esta operación no fue menos , sino
mucho mas manifestativa de lo limpio de su intención , de lo recto de sus pensamientos,
y de lo fino de su afecto , que todas las demás ([a es en que] Grandes, y muchas) demonstraciones
del entierro ; porque quien en casi dos años con tanto imperio no habia querido en con-
currencia alguna tenerse por descomulgado a hora voluntariamente y sin necesidad forzosa
quiso ser tenido portal ; a fin solo de que en todo fuese cumplido el obsequio , que pre-
tendía hacer a dicho señores obispo y no enajenarlo se su Orden , quen tanto envida amo. y
por quien tanto trabajo : porque es cierto. que da ser otra su intencion fácilmente pudiera a
ver allanado o dado de mano las sobre dichas dificultades con mucha facilidad a Jus-
tando con el ordinario enterrar a dicho Señor en la Catedral se esta Ciudad y no en
la Iglesia de San Agustin : en fin quiso que la funcion fuese con todo lucimiento y en nada de
fectuosa , y para eso atropello con todo dando cumplimiento con mucha generosidad y
bizzaria a su palabra.
Certificado que fue dicho Capitan General de la muerte de dicho señor comenzó a execu-
tan sus deseos , dando principio con la artilleria que luego dio el fatal anuncio con sus ho-
rrorosos [ecos] continuando los hasta la noche de ampolleta en ampolleta. Siguio se inmedia-
tamente el doloroso clamor de los campanas en todas las Iglesias y Parroquias : al mismo ti-
empo empezaron a traer por Orden del Capitan General a casa del difunto muy vistosas alfom-
bras, riquísimos blandones de plata con mucha cera [bujía] y otras diversas cosas pa-
ra obsequio del difunto ; hizo se en la ante sala un mas que mediano túmulo , que era cuan-
to la estrechez del lugar permitía. Colganonse de luto todos sus paredes armaron se pues altanos

Sirviendo en estos humildes oficios , muchos y muy nobles oficiales Reales con mucho
[exconp] lo de los que los Viyan. Entre tanto que en la sola de afuera se preparaba todo
lo dicho , los Misioneros de su Orden y otros dentro compusieron el cuerpo, y Vesti-
do de Pontifical lo pusieron en las andas y trasladandole al prevenido salon, le coloca-
ron sobre el tumulo dicho, que estaba cubierto de muy ricas alfombras , rodeado de
muchas hileras de candelas que despidiendo sus luces autorizaban el tumulo: luego apa-
reció una compañía de soldados que venia marchando con muy buen Orden al son
des sus tambores, y llegandose a la puerta de la casa del difunto arrimaron allí la Van-
deza , y las armas formando cuerpo de Guardia que la hicieron toda la noche algunos
de ellos ; Seis soldados hacían la centinela Junto al féretro con sus rosarios en las manos;
Seis en la sala de afuera , y otros tantos o mas en la puerta de la calle. Toda la noche
estuvieron escondidas todas las candelas ; porque aunque los Religiosos Agustinos qui-
sieron apagar parte de ellas por causa de que siendo muchos era excesivo el calor , que oca-
sionaban ; no obstante no lo permitió el cabo de los soldados por decir que así lo tenia
mandado el [S.s ] obispo de Macao , que cuya voluntad era que todas siempre estubiesen encen-
didas.
Amanecio el dia siguiente que fue 21 de Marzo y luego comenzaron los soberanos
sufragios de las Misas , que dijeron en los tres sobre dichos altares muchos señores cleri-
gos de Macao. y algunos otros Religiosos a que sinas el Capellan del Capitan General ofrecia
la limosna de un peso para cuyo efecto antes habia recibido la plata necesaria dema-
no de dicho Capitan General. A la hora competente comenzaron a venir las Religiones,
Parroquias y cofradias , combidadas todas del Capitan General quien despues ofreció a lo
dos la limosna : todas Venian con sus Cruzes altas y ciriales. Acedio multitud de po-
bres, entre quienes el Reverendo Padre Vicario Provincial de San Agustin mando repartir treinta o quarenta
mil chapas dela tierra, que son como ochavos castellanos. Comunicaron luego todas las comu-
nidades acantar el oficio de difuntos y llegados al tercer nocturno, entro el Venerable
[Acar], y Cabildo y otra bastante Clerecia, todos con sus sobre pellices y los del Cabildo con
sus mucetas negoras sobre ellos. Al acabar el oficio de difuntos llego la Santa Hermandad de la
Misericordia que se componía de lo mas noble y rico de toda la Ciudad; todos o las mas Cu
ropcos que parace serian como treinta o cuarenta señores, vestidos todos de sus ropas ne-
gras : Juntos y a todos ser a partio gran cantidad de cera bujía de tal suerte que a cada
uno de los que habían de asistir al entierro la toco una candela de a libra.
Todo ya dispuesto comenzo a salir el acompañamiento procedian las cofradias con
sus cruzes, y ciriales. Seguianse las cruzes de la Parroquias ; luego la Santa Miserecoridia,
entre cuyos cofrades no faltaban algunos habitos de [Christo] y Santiago. Después iban las sa-
gradas Religiones, que aunque en poco numero de Religiosos cada una formaba cuerpo de
comunidad : Seguiase luego Clerecia y el Venerable [Acan.] y Cabildo cantando con devota
Relación de los sucesos de esta nuestra misión de la Orden de Predicadores en China en este año de 1682

magnánima providencia ha procurado dar nuevo ser
a esta misión, que por falta de ellos se hallaba bien des-
caecida sintiendo el demonio tirano infernal de tantas
almas en este imperio que con la conversión de algunas los
nuevos capitanes de cristo comenzaban alegres a cantan
Victoria tan en oprobio suyo y resellándose de mayores
triunfos en adelante, determino su ciega obstinación
publicarnos guerra, aplicando su mayor esfuerzo a la villa
de Fogān, concibiendo su [depravado] ánimo que de allí le ame-
nazaban los mayores conbates. Hallabáse la cristiandad de
dicha Villa en la pacifica posesión de muchos años acredita-
da, aún para con los gentiles; pues a todos es notoria la buena vida
y ejemplo de los cristianos que en ella se hallan. Los corregido-
res que los años antecedentes la gobernaron acudían pacificos a
las cortesías con los ministros, que pide el común estilo de China,
prendados de los [presentillos] que vestidos con la capa de urbanidad
se les ofrecen, medio que se a juzgado por necesario, para alentar el
ánimo de los flacos, que en los más, aún no ha crecido tanto la fe que
hayan [despojadose] de las cortezas civiles del miedo. De este paci-
fico estado gozaba esta cristiandad, con dos iglesias que (fuera
de otras que hay en los pueblos) tiene dentro de los muros en la mis-
ma Villa; La principal a que acuden los varones hermosa y capaz
lo que permite la pobreza de nuestra misión, y lo que basta para
atractivo de los chinos por el aseo. La otra es la antigua que por
pequeña habiendo crecido el número de los fieles, [pidió] mejora,
y ahora servía para [solas] las mujeres que por ser impracticable
en China el acudir esta a la de los varones, pareció necesario hacer
esta distinción imitando en ello a los Padres de la compañia que en
algunas partes se han valido de este medio, intentando con el
hacer menos dificil la administración hacía esta part por ser
la más principal en número, y fervor en toda la China el devoto,
y fimíneo sexo con estas dos alas volaba en su progreso nuestras
santa ley fuerte y suavemente en Fogān; y volaba la fama
por los lugares. Circunvecinos atrayendo a muchos de sus mora-
dores el olor de tan aromáticos como celestes ungüentos a
abra

en la cuestión tercera de la segunda 25 ártículo 2 ad. 3. Pues no podía
esperarse de la acción más fruto que dejar desahuciadas de
remedio nuestras cristianidades, y a las demás que gozaban
de paz, y quietud, ponerlas a riesgo evidente de que les alcan-
zase parte y pasase a general el disturbio ofreciéndose por el [comisario]
muchos medios por donde por bien se descubrian esperanzas
de remediarlo. Desde luego que damos los religiosos ex-
cluidos [de ir ] a hablar al corregidor porque había dicho que lo
había errado en admitirnos una vez que le habíamos ido a
visitar con que de ir ahora solo se esperaban desaires sobre
no verle.
[7] El primer medio que se ofreció, si bien que no se miro co-
mo el más eficaz, sino por el más a mano, fue que pues en
aquella villa de Fogān había muchos letrados cristianos, y
entre ellos gente de la primera suposición, que fueran algu-
nos a desengañar al corregidor pidiéndole que recogiese
el edicto que tenía fijado en diversas partes. Suponiendo
que esto solo bastaba tambien por satisfacción para con la ple-
be respecto del buen concept que allí tienen de la ley de Dios.
Propúseles el caso, y después de haberlo conferido entre si, fueron
los más de parecer que no convenía, por que ya habían comen-
zado a experimentar al dicho corregidor demasiadamente pre-
sentuoso con lo cual no esperaban de la acción fructo alguno
sino solo el que irritado emprendiese mayores males, con-
fieso que no quede muy gustoso con la respuesta, condenán-
dola por escusa dictada de unos ánimos apocados, y incapa-
ces para empresas que piden algún valor. Pero bien presto
medio Dios a entender, que era digno yo de reprehen-
sión, por haber con espíritu poco compasivo formado tales dis-
cursos, sin atender a que el obras con esfuerzo en lances
de estas calidades es don muy especial descendens a Patre
luminum, y como tal lo pone su majestad donde quiere; y aún
para confirmación de que es así, lo suele comunicar a los
sujetos más flacos, como para enseñanza mía lo hacía
ahora: pues esta bien claro en el caso siguiente.
[8] Sabiendo las mujeres cristianas de Fogān todo lo referido,
se convocaron, y conferidos los sucesos se resolvieron a ir
ellas

tan [osenas], y sucias que fuera manchar el papel el refe-
rirlas, y señalado por lugar a donde las ejercitábamos
a la iglesia pequeña antigua, citando a lo último por cóm-
plices en los delitos a los cristianos graduados con fin de que
les quitasen los grados y que [ dasen] de bajo de su dominio.
A este informe que remitió por modo de su suplica arrimo para
hacer la eficaz la común persuasiva del mundo, y con alguna
especialidad de China que es la plata, disfrazando la mali-
cia de cohecho entre ceremonias de regalo. Aún antes de
salir el informe de Fogān ya en el sentir de algunos se
daba por tras tornado al gobernador de Foning así sucedió,
que no es mucho que al corazón de un infiel le rinda tal
contra mina. Explicó luego lo flaco de su poca rectitud des-
pachando un decreto en que mandaba se derribase la iglesia
antigua de Fogān: Si bien que se aguardase para ponerlo
en ejecución que viniese de la metrópoli confirmación
de esta su sentencia, y remitiendo dicho decreto a Fo-
gān, al mismo tiempo remitió el informe de nuestro enemi-
go multiplicado en traslados auténticos a los tribunales
superiores. A que fue donde el cordel dió su segunda
vuelta al recelo de que este negocio no podía menos que
llegar a la corte, pues pasaba ahora a manos del Virrey,
y del Capitán General que son los dos que solamente pueden
segun las leyes de China informar al emperador si bien que
el haber el Virrey recibido de nosotros el año anteceden-
te un regalo, dejaba algún resquicio a la esperanza de
que ahora nos favorecería.
[13] Visto el estado que había tomado el negocio pareció ne-
cesario que el Padre Fray Francisco Varo como mas apto, que era para
el intento, se partiese luego para la metrópoli, como de
hecho se puso a toda prisa en camino no obstante, que hu-
bo pareceres que lo dificultaron, por hallarse la misión falta
de socorro y sin esperanza de que viniese este año de Manila,
por haber nos escrito de [Ruang tuñg] como un chino que había
venido

pero con otro junto a el en que protestaba el agravio,
y que teníamos engañado con nuestros embustes al Virrey, el cual
no había llegado a tener noticia de nuestras maldades, ni cono-
cido que gente somos, y en consecuencia de este pues de remi-
tirnos a la iglesia el cartel, y obtenida certificación de la
entrega, la remitió al Virrey, y mintiendo para la escu-
sa de haber dilatado la ejecución, que había estado fuera de la
villa, añadió suplicando, que se le oyese en un informe
que remitiría despues dando el razon de su justificado pro-
ceder.
[20] Hecho este despacho luego al punto convocó a los cabezas
de barrio, y demás personas de parte, que de los infieles hay en
aquella villa, y propúsoles, y ponderoles que cuan feo, y indigno
de tolerarse era que una gente infame sobrese extranjeros co-
mo éramos nosotros, no hubiésemos de salir con [subpeditar]
y abatir el corregidor y cabeza superior que ellos tenían en su
villa, y así que pues eran constantes a todo el mundo nuestras
maldades, que todos ellos en un escrito que el haría las ates-
tiguasen, y en nombre de toda la villa se pidiese que conforme
ellas lo requerían fuésemos castigados y expelidos para
siempre de todos aquellos distritos. Vinieron a ciegas sin
dificultad ninguna en lo que el inicuo tirano les propuso
todos los circunstantes, y puesto en forma el escrito, y fir-
mado de todos, lo remitió al Gobernador de Foning, y este
que ya se había también declarado por enemigo nuestro,
sin atender a que fuese verdadera o falsa la acusación
admitióla por lo que tocaba a su parte y remitióla al
supremo magistrado del crimen a la metrópoli.
- Aunque fueron muchas las fasedades que iban acu-
muladas en el referido escrito, en donde más el tirano
dejo correr la pluma, fue hablando de la comunicación
que tenemos con las mujeres imponiéndonos tales torpe-
zas, que solo pudo distar se las el inmundo espíritu que
le asistía, siendo este punto el más delicado que la astucia
del dragón infernal pudo inventar. Porque siendo for-
zoso

que a favor nuestro había concedido el Virrey parece, que se seguía que
habían [depocar] del alivio de algunas treguas, por lo menos en el
interin que el despacho que en contra nuestra se había hecho en nombre
de toda la villa de Fogān, y remitido a la ciudad de Foning, presenta-
do en aquel tribunal fuese ascendiendo por su orden a los demás
tribunales superiores, [esto] lo que puntualmente guardan los negocios
en China en el ascenso, y descenso de cualquier despacho. Pero en este
tiempo fue cuando la malicia de corregidor temiendo que nos gloriá-
semos del buen suceso, procuro privar nos de todo sosiego haciendo
amago de aposentar en la iglesia a todos cuantos hombres de cuen-
ta pasaban por aquella villa o venían a ella. Y a los cristianos
espantándolos con diversas amenazas que como estas suelen
causar aún mayor favor que los mismos golpes, hasta entonces
desde que comenzó la persecución, no se veo tan [amilanado], y
sombrado aquel pobre rebaño, en tanto grado que por este tiempo
el mayordomo del [Rosario] que nombre arriba de dijo un día; gra-
cias a Dios por todo que ocho o nueve meses a que no se pasa día
en que no padezcamos alguna especial aflicción, o trabajo.
[24] Llegó el despacho a manos del Virrey, que dejo burlado no
solo en esto nuestro discurso, sino que admitiéndolo, decreto que se
hiciese averiguación con todo secreto de lo que contenía la [acu]-
sación, y sele remitiese para que el despacharse mandamiento
de prisión contra los delincuentes, que éramos los dos que enton-
ces nos hallabamos en Fogān. Al mismo tiempo que salió este de-
creto, acertó a llegar a aquella metrópoli el Señor Don Fray
Gregorio López, que habiéndole yo suplicado que subiese a la villa
de Loyuen para comunicar puntos graves tocantes a su obis-
pado, siendo forzoso para su viaje el pasar por allí, llegó
a tan buena ocasión, pues no eso pudo luego darme a-
viso de lo que pasaba. Bajando yo de la villa de Fogān a la de
Loyuen por el fin sobre dicho [deber] me con el Señor Don Fray Gregorio
me encontró en el camino el tal aviso, y desde allí escribí al
Padre Fray Andrés López, que quedaba en Fogān que con to-
do disimulo fuese recogiendo las alhajas de la iglesia, y re-
partiéndolas por los cristianos que yo procuraría volver con
tiempo que pudiese hallarnos allí el order de que nos prendiesen,
si

otro medio, admitió la oferta y entre los dos dispusieron
el memorial el cual en sustancia decía, que el era
cristiano antiguo, pues había heredado el serlo de sus padres,
y abuelos, que también lo había sido, y que habiendo cono-
cido diversos ministros del evangelio, a todos los había ex-
perimentado hombres de inculpable vida, y muy ajenos de las
torpezas que ahora les imponían a los que residían en la villa
de Fogān, y que teniendo por tan manifiestamente falso lo que
contra ellos se había informado en aquel tribunal, que
el ofrecía su cabeza si por vía de ministros desapasionados
se llegará aprobar el menor de los cargos que contra dichos
ministros del evangelio se habían publicado.
[29] El primer día que el Virrey salió a [audiencia] llegó El-
eutorio a presentar su memorial, y viéndole el Virrey
arrodillado como es costumbre en China a los que comparecen
en algún tribunal, mirándolo con apacible semblante
le preguntó diciendo que se le ofrece al buen viejo? Y habiendo
le entregado el memorial, y comenzando a leerle, y sin acabar-
le, tomó la pluma y decreto diciendo que por cuanto el tenía
ya averiguado ser falso lo que el corregidor de Fogān había de-
puesto contra los ministros de la Ley de Dios, que el magistra-
do del crimen despachase luego por el asesor de dicho corregidor
para que fuese castigado por haberse atrevido a mentirle en
negocios tan graves, de este modo se castigan en China los ex-
cesos de los que actualmente estan en los gobiernos; y es para ellos
muy sensible, como lo fue ahora para nuestro enemigo, hallán-
dose en al mayores razones de sentimiento por que fuera de las
comunes de ser lo mismo que si los azotaran a ellos, y ser tam-
bién un comenzar a levantar la mano para el golpe que se
les previene en sus mismas personas, que a lo menos es de qui-
tarles después los oficios, el hallarse ahora este tirano tan
empeñado, y tan cerca, a su parecer, de salir victorioso
necesariamente había de agravarle el sentimiento, de modo
que algunos se recelaban, de que se había de [ahorcar].
[30] Bien se conoce, que para personaje tan grande de como un virrey
y especialmente en China donde tan notable es la soberbia
con que

el que vine en nuestra casa antigua, y luego que llegó le preguntado
a la enferma si deseaba el bautismo, que él podía admi-
nitrárselo en aquella ocasión? Había perdido ya la habla;
pero hizo señas con la cabeza que sí, dando juntamente muestras
de alegría. Bautizóle el dicho Juan y Jacobe juntamente aunque no acude
a las obligaciones de cristiano, cumplió con la de ser padri-
no en aquella ocasión, llamóse María y el día siguiente
se fue al cielo. Todo esto me refirió el mismo que la bau-
tizó. Y lo cierto es que es mucho consuelo para los que hemos
venido por la salud de las almas. Ha sido notorio y a los más
de los cristianos de esta ciudad y todos dicen, que fue maravilla
gran de Dios, que en China hablase una hija con tanta liber-
tad a sus padres. A y quien dice, que su abuela materna
fue cristiana, pero que a mucho tiempo que murió, aunque por
ella hubiera tenido alguna noticia de la fe, lo cierto es, que
con las palabras que ella pidió el bautismo se las dictó el
señor. Harto e sentido estar yo tan corto en la lengua, que
me juzguen por incapaz de ser ministro aun de necesidad.
No era digno yo de ser ministro de tan grande obra. Hágase
la voluntad de Dios. Hasta aquí el Padre Fray Manuel Trigueros.
[11] Mucho podrán hallar los que supieren este caso por que alabar
a Dios, y darle gracias a su majestad especialmente los que saben
la nimia reclusión de las doncellas de China, y la poca o ninguna
comunicación con los que no asisten de las puertas adentro
de la casa de sus padres. Pero a lo que yo ahora aplico más
consideraciones, a que en este, y otros semejantes casos, quie-
re nuestro buen Padre Dios dar nos a entender a los ministros, que
aunque somos el medio ordinario de que se vale para dispo-
ner las almas, a que [reciban] la fe; pero que le es muy fácil
a su majestad soberana sin este ni otro medio alguno exterior,
instruir interiormente a sus predestinados, y inflamar los en su
divino amor, para que con eso nos humillemos, y tengamos
a gran dicha el que su majestad se digne de admitirnos al ejer-
cicio de tan alto ministerio, asegurandonos de este modo
su paternal providencia del riesgo en que nos pudiera poner
alguna disimulada. Como vana presunción de que Dios nos
a menes
Carta de João Ferreira, desde Goa, a los agustinos de Macao prohibiéndoles que vayan a Filipinas

Frei João de Ferreira, Prior Provincial dos Eremitas de Nosso Santo Padre Santo Agostinho da Congregação da Índia Oriental, etc.
Por razões justificadas que nos foram apresentadas, entendemos que não é conveniente que os religiosos desta congregação viajem para Manila. Por este documento, ordenamos que os nossos religiosos, tanto os conventuais do nosso convento em Macau quanto os visitantes de qualquer grau e preeminência, não sejam obrigados a ir para Manila sob qualquer pretexto ou disfarce de santa obediência, sob pena de excomunhão maior incorrida ipso facto.
Declaramos que, por este decreto, quaisquer licenças anteriormente concedidas aos nossos súditos para viajarem para Manila são invalidadas sem exceção. Para garantir que esta decisão chegue ao conhecimento de todos, instruímos o muito reverendo padre prior do convento de Macau a ler este decreto para a comunidade.
Dado neste convento de Nossa Senhora da Graça em Goa em 22 de abril de 1700, sob nosso sinal e selo maior de nosso ofício, etc.
Fr. João Ferreira, Provincial
Qua Juridictione Illustrisimus et Revendos D.D. Joannes de Casal Episcopus Macaensy into ta Diecesi gaudent.

167
Qua Jurisdictione et
Ioannes de Casal, Episcopus Macaensis into =
ta Diocesi gaudent.
1.o Tam certa videtue Episcopi Macaeensis per totum suum episcopatum absoluta et oro maria jurisdictio ut
super flun videri possit controversiam istam instituere. Sed guia anon nullis hoc vel alio titulo vocatur indubium ideo ex-
[yhmavi] [alignuo] esse praetium opere que honem itam, qua possim brevitate dirimere.
2. Certum imprimis est Ioannem de Casal civitatis Macaensis legitimum ipse episcopum constat ex Bulla Alexan-
dri VIII. data anno 1690. 4.o idus Aprilis, que incipit Apostolatus Officium. Constat etiam excomuni omnium acceptio
ne et ab anno 1692. Quo Macaum pradictus pervenit quieta et pacifica possessione.
3. Certum deinde est esse episcopum et ordinarium non solum urbis Macaensis sed totius etiam Insule Ma=
cao, nec non provinciarum Quantum et Quamsi, in hoc regno Sinarum, additis simul insulis asiacentibus et terris que ec
clesiae Macaensi ante a jurisdictionis erant ut patet ex illus bulle verbis. Cum retentione pro sua diocesi provinciarum [Qu.m]
tum et Quamsi in regno Sinarum cum Insula de Macao aliisque ad incentibus insulis et terris, quas dicta ecclesia Macaensis
antea possidebat his positis.
4. Asserendum omnino est Episcopum Macaensem omnem ordinanam jurisdictionem habere in his [lisanemi]
ne hic impedibilem aut dependentem, et ratio p.a est q.a quando jurisdictio est concessa, praesum untur omnia concessa que ad eam
exercendum sunt necessaria, ut expresse patet ex 2.o ff et jurisdictione cui jurisdictio data est ea quoque concea Didentu
Sine quibus jurisdictio explicari non potest. 2.a ratio q.a totalis haec et in impedibilis jurisdictio constat ex clarissimis illius bulle
verbis. Curam et administrationem ipsius ecclesiae tibi in spiritualibus, et temporalibus plenaria committendo. Qui enim
plenarie [consittit] nono partes nec cum impedimentis committit. haec est propria istius urbi significatio que ante ponenda est improprie iuxta Le=
gem non aliter delegatis.
5. Tertia ratio desumitive ex mente Summi Pontificis eam bullam ea occasione concedentis. Intentum enim et deside-
rium eius fuit ut non obstantibus decretis, que ad ordinariorum munia in his regionibus supplenda nes[...]
de Propaganda Fide annis praeteritus emanarunt. et loca praedicta ordinariorum cure quo ad omnia ipsorum [mucata] conse
entia committerentive quo [educitave] ex illa clausula iuxta de cretum particularis de Propaganda Fide super rebus indiarum
orientalium specialiter deputate et ex illa columus autem [quod] tu omnia ad divinum cultum necessaria iuxta erectionem dic-
te ecclesiae exequi cures, conscientiam insuper tuam onerantes. Mens autem legis latoris etiam [q.db ] verba essent obscura se-
quendaesit iuxta Lib. 25 ff de legibus. [Scive] leges non est earum verba tenere, sed vim et potestatem; cui consonat illud ex primano fine consideranda
est dispositio.
6. Neque obstant, ut, aliqui contendunt multa Brevia et alique Bulle, que pro Vicariis Apostolicis a sumis Pontificibus pre-
cipue Clemente IX et X et Innocentio XI. Fuerunt condita citative precipue constitutio Clementis X septime Iunii 1641
edita que incipit Christianæ Religionis ubi apseritur jurisdictionem in his Provinciis non ordinarsii [lcorum], sed Vicariis Aposto
licis privative, quo ad omnia competere atque in eundem sensum veciduun cetere, que hac super reaffereunteur, aut
Summorum Pontificum Bulle, aut Sacræ Congregationis declarationes.
Non inquam obstant, imo pro
illa pro Vicariis Apostolicis omnem jurisdictionem privative competere; et illa pro Macaensi curam et aministrationem plenarie committen
do esse invicem contraria et opposita: fieri enim [nequit] ut quis solus et privative possi[...] in aliquam rem habere jus, inquam [altue]
plenarium
Traslado de una carta que Thomas Ortiz escribió al Capitán General de la Ciudad de Macao. 1608

revocar cualquiera prohibición que hubiese sobre este punto, dio facultad para que todos los regulares
puedan libremente venir a China y demás reinos de estas partes. Después la majestad de Felipe 4.°, rey
también de España y Portugal alcanzó de la santidad de Urbano 8.° otra bulla su data a 22 de febrero,
de 1633, en que revalida la de Paulo 5.° y manda debajo de descomunión mayor [que] ninguna los
impida. A estas bullas se dio cumplimiento no sólo por cédulas reales, sino también por leyes, que su
majestad estableció, como consta del libro [1. Tit. 1A.] Ley 32. y 33. Últimamente Clemente X en su bulla
de 23 de diciembre de 1673 revalida las sobredichas bullas y las extiende a todos los sacerdotes
etc. y vuelve a descomulgar con descomunión mayor a todos los que los impidieren entrar en
dichos reinos. Si de todo esto fuere necesaria más amplia noticia, no me será difícil darla.
La causa, que aquí he tratado, no es de poca entidad, ni digna de echar en olvido, pues es
la misma que la majestad divina hecho hombre trató en la cruz. Por ello, aunque miserables, queremos
sacrificar nuestras vidas, y nos ofrecemos a padecer muchos trabajos y aflicciones. Y suplico a vuestra señoría
[que] la ponga ante sus ojos, a fin de ayudarnos en nuestra pretensión de entrar en Cantón. Si así lo
hiciere, no obstante que le es muy fácil, el premio que recibirá de Dios será muy grande. Pero si
no lo hiciere, puede estar cierto que tendrá tantas almas en el tribunal divino contra sí, cuantas se
condenarán en el tiempo futuro por falta nuestra y de mi religión en China. Y si vuestra señoría u otra cualquiera
persona fuere causa de no poder nosotros volver a la misión, les protesto en la mejor forma que en derecho
puedo y le hago cargo de todas nuestras iglesias y cristiandades de China y todos los demás
daños, que así la misión de China como nuestras personas y mi religión por eso padecieren. Suplico a vuestra señoría
[que] perdone la molestia que en esto le hubiere dado, y [que] me mande cosas de su mayor agrado. Cuya vida
guarde Dios muchos años como deseo. Macao y octubre, 14 del 1710. = De vuestra señoría su menor siervo y
capitán = Fray Tomás Ortiz. = Señor Don Francisco Mello de Castro capitán general y gobernador de esta ciudad
de Macao.
Suprascripta copia [fuit perme] infrascriptum [vicarium provincialem]
fideliter transcripta etc. in cuius fidem etc. Macai. dic 19
aprilis, annum 1712.
Fray Tomás Ortiz
[Vicarium provincialis]
Traslados de cartas que el Reverendo Padre Lector Fray Thomas Ortiz Vicario Provincial de la misión de San Agustín de la China escribió al patriarca Charles-Thomas Maillard de Tournon .

Trasladado de una carta , que el Reverendísimo Padre Lector Fray Thomas Hortiz Vicario Provincial de
La Misión del Gran Padre San Augustin de China escribió al excelentísimo [S.s]. Patriarca [S.a]
1a Carta = Excelentísimo Señor las cosas del S.s Ascalonense , que Dios tenga en gloria , están aun de la misma diserte,
que estaban antes de morir. Son todos de la orden y muchas mas que tuviera lo fueran también : mas
si despues ha de haber algun embarazo sobre ellas estas y otras muchas mas que tuviera las renunció
desde luego. Esto supuesto[ VCax.a] [Uco] si tiene alguna disposición , que hacer sobre ellas porque
en ese caso solo me resta obedecer , pero sino con liciencia de [VCax.a] dispondré de ellas. = Hasta
aquí tenia esta iglesia y convento un entredicho , mas ahora tiene dos , supuesto que los señores con
algunos Padres no han querido asistir al entierro y pues no ha sido la causa censura alguna Ecle-
siástica , que este publicada contra el S.s Ascalonense , es cierto ha sido por alguna razón parti-
cular , de la cual debieran haber renunciado en atención de que este Convento y nosotros estamos
padeciendo por defender la jurisdicción de [VCax.a] y otras causas [Sa.] por otras razones he renuncia-
do yo de algunas y por eso estoy obrando lo que obro y obrare por el S.s Ascalonense todo lo cual a
razón permitiere y mis fuerzas alcanzaren [VCax.a] perdone , que esto no es otra cosa que des-
ahogar mi corazon , porque es cierto , que el dolor , que me ha causado esto mucho sido a [VCax.a]
su bendición cuya vida [g.de] Dios nuestros años Macao y Marzo 21 de 1709. = Excelentísimo Señor
de [VCax.a] Su menor siervo y capellan que S.M.B. Fray Thomas Hortiz. = Excelentísimo [R.R.]
Carlos Thomas Mayllard de Tournon Patriarca Antiochino y Visitador Apostolico con Postedad de Lega-
do a Latere Sz.a
Trasladado de una Carta de dicho Reverendo Padre Lector Fray Thomas Hortiz escrita en respuesta
de otra del [S.s] Don Andres de Candela del S.s Patriarca a fin de publicar cierta des com.n Sz.a
2a Carta = M.R. Señor Don Andres de Candela = Esto y todo lo que mandare el S.s. Patriarca , lo obe-
decere yo y mis Religiosos como siempre y a ninguno seremos inferiores en eso , como la experiencia
lo ha enseñado y en especial ayer y hoy en que contra toda esta Ciudad , contra el señor obispo de Macao
y Capitán General tengo pactado que ninguno de los descomulgados había de asistir al entierro , y
si hubiera sabido la descomunion contra el Padre Guardian de San Francisco mucho mejor hubiera
pactado contra el esto mismo , mas como dicen , que la publicacion se hizo mientras la misa del entier-
ro no pudimos los que asistimos, ni los señores que no asistieron saberla a tiempo competente , para
los unos evitarlos y los otros faltar el entierro. [immo] el Padre Langasco que estuvo con dichos Seño-
res. después de medio día , volvió y atarde a este convento con la misma ignorancia , que nosotros te-
niamos y diciendo que dichos señores lo ignoraban también. Son mis pecados la causa de que
una única función de enterrar aun obispo. que nos toco hacer a los Agustinos haya sido en que se hi-
zo dicha publicación , especialmente estando firmada desde el día siguiente de Marzo. En
fin esta Iglesia tiene dos entredichos, pero ni uno, ni otro sera suficiente para retardarnos en la
obediencia de [S.s.] Patriarca y Dios nos favorecerá que [S.de] [aumd] muchos años como deseo. Macao
y Marzo 21 de 1709. = B.L.M. de [umd] [Surnen.s ][Serv.or] Fray Thomas Hortiz. =
Trasladado Una Carta de dicho Reverendísimo P. Padre Lector Fray Thomas Hortiz escrita un
de otra Reverendísimo Padre Fray Bernardino de las Llagas , que vive con algunos señores de los que
faltaron al entierro , quien escribió al Padre Lector Fray Fontanilla sobre estas cosas
3a Carta
Carta de Fray Jaime Tarin a Fray Álvaro de Benavente desde Cantón sobre la pérdida de comunicación por el lado español a causa de la pérdida de dos naos

Mi padre Fray Álvaro de Benavente y señor mío
[P.C.]
La de vuestra reverencia que vino este año por Fo kien recibí, y con ella el sumo
consuelo que tengo de saber de su salud, menos el asma, que siendo
originada de causa fría como vuestra reverencia escribe, no faltando canícula en
Manila, no irá tantas veces a la horca. Aquí nuestro Fray Blas padece bastantemente
de este mal, y vuestra reverencia le dio el alivio cuando le aprietan los
cordeles con los cigarrillos de [Hien Kie], y muchas veces le he oído
dar las gracias a quien le enseñó el remedio. Por acá ha Dios bendito
por todo. No hay al presente enfermos de consideración, aunque no
le falta a cada uno sus achaques, que la China bien sabe vuestra reverencia que cría
malos humores. Las nuevas que este año nos enviaron de Manila
todas fueron unas peores que otras, y más con la pérdida de dos naos y
una arribada. Consideramos los moradores de esa tierra bien afligidos
y castigados con fuerte mano del Señor. Y si los seculares lloran pérdidas
y desgracias, no hay duda que lo mismo pasará en las religiones, sintiéndose
y experimentándose el común trabajo. El Señor nos acuda a todos
por su infinita misericordia.
La falta de los viajes de Manila a la Nueva España
habrán detenido y frustrado las diligencias que hacen las religiones
con el gobierno para acudir a estas misiones, dando noticias a nuestro
rey, para que acuda por nosotros con el remedio a Roma. No sé si pudo
lograrse alguna vía pasando la noticia a España. Vuestra reverencia nos avise de este
punto para nuestro consuelo. Este año que esperábamos por la vía de Portugal
algunas novedades, y más con la venida del [Min Lao Ye] a China
nos hemos quedado tan a oscuras como antes estábamos. Primero publicaron
los padres de la Compañía, que ya estaba en Macao, la revocación de los
vicarios apostólicos con otras órdenes de Roma. Llegó el Padre Grimaldi a
China y no mostraron nada, diciendo [que] lo traía todo otro padre que venía detrás
llamado el Padre Espínola, y su padre compañero un portugués, el Padre Sa. Murió
el Padre Espínola en el viaje de Goa a Macao y quedó su compañero
con los papeles que traía. Llegó este a Macao, y pensando saldría luego a luz

y [zaguate] del Papa, y lo trajeran a la corte. Todo se ejecutó puntualmente,
y la carta y [zaguate] va caminando hacia la corte, sucediendo
más bien de lo que se pensaba, aunque no sabemos de qué cosa
hará más estimación el emperador: o del [zaguate], o de la carta
del pontífice.
Las historias de padres de la Compañía en la corte entre franceses
y portugueses ya vuestra reverencia juzgo que tiene noticia por el padre Fray Agustín.
Pasó el negocio bien adelante con notable escándalo público por las
descomuniones que echó el Padre Pereira a todos los cristianos que iban
a comunicar con los franceses, diciendo que si morían en tal mal estado
serían privados de eclesiástica sepultura. Fue la cosa tan
pública que dicen que el emperador y los [muon chens] ya saben hoy la
materia de descomunión. Mucho se ha temido alguna destrucción
de esta misión originada de ellos mismos. Si el emperador no fuera
tan político y prudente tratando de aprovecharse de unos y otros
en su servicio, el Min Lao Ye dicen que traía autoridad de su
general para componerlo todo, ello dirá. Lo que sabemos es que los padres
franceses son los que más reinan en la gracia del emperador, de quien nuevamente
han conseguido un grande territorio, cerca de la casa
que tienen, para en el fabricar una iglesia grande.
El socorro nuestro y de vuestra reverencia que vino por Fo kien
está ya, gracias a Dios, en casa. Que fue muy acertado el enviarnos
algo por allá, pues faltando el barco de Cantón, todo falta, y
así paciencia y aguantar esperando el mejor tiempo. El señor
obispo de Argolís, sin bullas y sin sustento, ni juzgo que lo tendrá
mientras quiera ser obispo de Portugal, pues el de Macao se lo
dan los nobles hidalgos de la ciudad, amenazándoles con descomuniones.
Harto me he alargado en esta carta, y porque podrá ser [que] no
escriba tanto a otros. Suplico a vuestra reverencia [que] la comunique a los amigos
y deseosos de saber algunas cosas de China, no olvidándose
de nosotros en sus santos sacrificios y oraciones, recibiendo las
saludes que todos le mandan. Y a Dios que a vuestra reverencia guarde. Cantón. 20
de noviembre de 1694.
De vuestra reverencia
humilde siervo y más afecto
Fray Jaime Tarin
Carta del franciscano Fray Agustín de San Pascual desde Cantón a Fray Álvaro de Benavente. 1697

Muy reverendo padre, Fray Álvaro de Benavente
Los días pasados escribí a vuestro padre en que le daba noticia de las cosas de
por acá en order de vicarios apostólicos y obispos y lo que nosotros en Cantón
comunicábamos sin determinación por el mismo tiempo lo determinó
el señor obispo de Argolis en Nanking enviando al padre Fray Juan
Francisco de Leonita a Cantón para por esas islas pasar a Roma y aconséjanos
a nosotros que en todo caso conviene vaya uno de nuestra misión
con él, dando la razón para por nuestra parte proponer nuestros negocios,
porque el padre Fray Juan Francisco no se puede hacer parcial agenciando
las cosas de los españoles que esa será arriesgar el negocio común
que lleva por el bien de toda la misión. Y el nuestro también quizás no
tendrá el efecto que podemos desear. Estuvimos ya determinados
de ir por Fokien por decir los españoles que aquí están no pueden llegar
a Manila temprano, ni dar tiempo más de el que puede gastarse
en enfardar la ropa. Más considerando que la idea de Fokien
es bien incómoda, lo uno por el viaje de aquí a Hiamuen, lo otro
por lo champanes de los chinas, teniendo este viaje por tal vía sólo
el fin de ganar tiempo para que los tres provinciales se junten y
traten este punto entre sí, y con el gobierno tuvimos por más
conveniente enviar con las cartas un mozo por esta vía. Y nosotros
ir con el navío de los españoles que así se consigue el fin
que [se] pretende, y nos libramos de las molestias de tal camino.
En fin, mi reverendo padre, la principal agencia de de nuestro negocio en orden
a despachos para Madrid tanto de vuestro padres como de gobierno lo
pongo yo en la agencia, cuidado, y celo misionario de vuestro padre que
en esta ocasión no dejara de hacer en Manila lo que hizo en
Madrid y en Roma por ella, coronando con tal trabajo el buen
efecto que comenzó en referidas partes, dando la última mano a
conseguir la promesa que nuestro rey y señor que Dios guarde nos tiene
prometido afianzada su palabra en la carta que remitió a los
provinciales de Manila, por mano de vuestro padre y así le suplico [hable]
Fray Joseph Navarro desde Cantón a Fray Álvaro de Benavente. 1697

Muy reverendo padre Fray Álvaro de Benavente
ministro provincial
Sirvan estas dos líneas sólo de Vuenheu a vuestro padre
deseándole muy perfecta salud para emplearla
en el bien de esas islas y de estas misiones, el que
conduce esta es carta viva, el cual deo favente
llegando supervacaneu est el repetir puntos.
Sólo si suplicara vuestro padre que [secundu gratia sividatam
a deo], interponga su autoridad en estos
negocios. Puesto que por acá todos le reconocemos
único en dar el más acertado parecer y
solicitan el mejor despacho en las presentes
ocurrencias de negocios. Y siendo estos negocios
no a todos prácticos, juzgo que como dice el
adagio castellano “a lo tuyo tú,” que era conveniente
que uno [que sea] práctico en ellos se encargue
de solicitarlos. La experiencia
[nes]enseña que despachos van y despachos
vienen. Y en muchos años no se adelantar,
si bien lo más [conviene] es abrasar los negocios,
[ya que] lo que se consigue es comúnente
lo que mirando [se] como propio, se trata con
eficacia. Dejo lo todo a la nuestra prudencia y
experiencia y ponderación de vuestro padre
procurado a nuestro padre provincial hacerle capaz de lo importante
[de] estas materias y entre tanto y [quedo]
a las órdenes de vuestro padre en cuyo santos sacrificios un encomiendo
desde esta su iglesia extramuros de Cantón.
a 16 de marzo de 1697.
Fray Blas Tochy y de que vuestro padre su menor y más afecto. [Señor],
agredere el chocolate
que le fortalece su mano
[tremblique hicieran]
Venta del esclavo Juan, casta malabar, de la casa de Antonio Bolaco, principal, al Padre Predicador Fray Juan de Vergara, prior del pueblo de Pasig. 1673

En el pueblo de Pasig jurisdicción de Tondo en doce días del mes de marzo de mill y seiscientos y setenta y tres años. Ante mi el escribano y testigos parecieron Don Alonso Alvaro y Don Juan de Velasquez y Don Augustin Pagauayan y como albaceas que dijeron ser los dos primeros y el postrero heredero de Don Sebastián Mangilog difunto por testamento que exhibió ante mi en lengua tagala hecho ante Don Juan Marlangysip Tanto escribano del gobernador deste dicho pueblo. Que por no conocer yo el escribano, dieron por testigos de su conocimiento al dicho Don Juan Marlangysip Tanto y Don Atanacio de la Cruz Gatdola fiscal mayor de este dicho pueblo que certificaron conocer a los otorgantes y serlos [contados] que llamarse assi como sea nombrado los cuales en presencia del reverendo padre Fray Carlos Bautista presidente de este dicho pueblo sin embargo de ser algo entendidos en nuestra lengua Castellana otorgaron todos tres juntos de [mancomund] y a voz de uno y cada uno por el todo insolidum renunciando como espressamente renunciaron las leyes de la mancomunidad división excursión como en ella se contiene que venden realmente con efecto al padre predicador Fray Juan de Vergara prior de este dicho pueblo es a saber un esclavo llamado Juan Casta Malabar criollo de la casa de Don Antonio Bolaca principal del pueblo de Mandada la visita de este de Pasig de edad de dies y ocho años poco más o menos, el cual le vende sin se lo asegurar de ninguna tacha defecto ni enfermedad pública ni secreta que tenga o tuviere más de que es esclavo de buen título y cautiverio sujeto a servidumbre libre de empeño hipoteca y de otro enajenación alguna por precio y quantia de sesenta y dos pesos y quatro tomines que por el dicho esclavo les ha dado y pagado en reales de contado de que se dieron por contentos y pagado a su voluntad por no parecer el dinero de presente renunciaron la excepción de la [pecunia] leyes de la entrega prueba y paga como en ella se contiene y como reales vendedores se obligaron al saneamiento del dicho esclavo en aquella vía y forma que más
Auto prohibiendo que presenten comedias, saraos y danzas sin autorización previa del vicario provincial. 1701.

[Im. 3]
[Nos], el doctor don Diego Camacho y Ávila, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica,
Arzobispo de Manila Metropolitano de estas islas Filipinas y gobernador
apostólico del obispado, sufragáneo de la Nueva Segovia, vacante del consejo
de su majestad = A vos los fieles cristianos, estantes, habitantes, y residentes en
la ciudad de Manila y en todo este nuestro arzobispado y en el Obispado de la Nueva Segovia
sede vacante que es a nuestro cargo, salud a nuestro señor Jesucristo. Ya sabéis
o debéis saber que la obligación principal del cargo y oficio pastoral que Dios nuestro señor
fue servido poner sobre nuestros flacos hombros, es evitar todas y cualesquier ocasiones
de pecados que se puedan perpetrar contra su divina majestad, más en estos tiempos en
que estamos experimentando todos los de la monarquía de España sus justos
enojos con tantos azotes de pestes, guerras, hambres, y la falta de sucesión a la
real corona en nuestro católico monarca, indignaciones todas que debemos considerar
merecemos de la divina justicia por nuestros pecados. Sobre que ya visteis y oísteis
las rogativas públicas que por tiempo de nueve días se hicieron por mandato de nuestro
rey y señor (que Dios guarde), para que con la reformación de costumbres, enmienda
de vidas, y frecuencia de sacramentos, se aplaque la justísima indignación de
Dios contra nosotros, que debemos temer más rigurosa si de nuestra parte no ejecutamos
tan católicos preceptos. En cuya atención, y porqué de la concurrencia
de hombres y mujeres en donde se representan comedias ya obscenas, ya trá[gicas]
y ejemplares se han experimentado y cada dia se experimentan muchas of[ensas contra]
Dios nuestro señor, cuya bondad inmensa debe ser infinitamente amada [ ] [recurso]
mismo de entrambos sexos en que el enemigo común no cesa ja[más] []
citar incentivos con que abrazar las almas en el fuego infernal de la concupiscencia,
como por lo que de semejantes comedias y representaciones se origina, ya por ser
ellas mismas arte diabólico de enseñar venganzas, duelos, liviandades, y de poner en
práctica modos y medios ilícitos y deshonestos de ofender la majestad de Dios. Y haciendo [stop here, 7-9-2024, decide whether this sentence belongs to the previous or next sentence]
ellos mismos el tropiezo y ocasión de semejantes culpas y maldades y de otras
muchas que vosotros no ignoráis y sabéis muy bien. Circunstancias todas que atentamente
vistas son saludablemente prohibidas por los sagrados cánones y especialmente por el
Concilio Toledano, cuya saludable resolución se tomó también en tiempo de nuestros católicos monarcas
(que santa gloria hayan) los señores Don Felipe segundo y Don Felipe cuatro,
el grande, habiendo sido este dictamen cristiano y político de la
mayor parte del real y supremo Consejo de Castilla, sobre que deseando como de-seamos
ejecutarlo para poner el remedio que ataje tan perniciosos daños en
vuestras almas, para que Dios nuestro señor sea más dignamente loado, servido, y venerado.
Y cumpliendo con nuestra obligación y oficio pastoral, desde luego para en adelante,
et in perpetuum, quitamos y prohibimos absolutamente todas, y cualesquiera
comedias, de cualquier especie que sean coloquios y entremeses de
cualquier idioma que fueren y escuadrones de mujeres de cualquiera

calidad que sean, y los saraos y danzas de dalagas que pasen de diez años de [edad]
y mandamos que no se puedan representar y hacer extramuros de la ciudad de Manila
en cualquier parte que sea. Y exhortamos, requerimos, y en virtud de [santa]
obediencia mandamos que todos los ministros doctrineros, seculares, o regulares, [párrocos]
de todos los pueblos, beneficios, o curatos de este nuestro arzobispado, y de el Obispado
de la Nueva Segovia vacante, alcaldes mayores, jueces y demás ministros [[de]]
su Majestad así de justicia como militares de todas las provincias y territorios de [[su]]
jurisdiccion, no manden, ni permitan que se representen en dichos sus pueblos, beneficios,
curatos, provincias, y territorios cualesquiera comedias, coloquios, o entremeses. Ni que [[se]]
hagan cualesquiera escuadrones de mujeres de cualquiera calidad y condición [[que]]
sean, ni saraos y danzas de dalagas que pasen de la dicha edad de diez años.
Ni para estas ni aquellas representaciones den favor, consejo, ayuda, ni presten [ vestidos,]
joyas u otras cosas para ellas, sopena de excomunión mayor latae sententiae
ipso facto incurrenda reservada años en que desde luego, y para entonces intentum
contraventionis. A todos los que así concurren los declaramos incursos,[[por]]
apercibimos que luego que por testimonio, o en cualquiera forma legítima, [nos] [evite]
de la violación de estos preceptos, serán denunciados puramente por [excomulgados.]
Y asimismo imponemos pena de cien azotes, y dos años de [galeras]
a cualesquiera indios, mestizos, japones, sangleyes, o de otra cualquiera
[[raíz]] que sean que representaren dichas comedias, coloquios, o entremeses [ ]
mujeres, dalagas o no dalagas, de cualquiera calidad y edad que sean [[que]],
hicieran dichos escuadrones dos años de reclusión en el Real Colegio de [Santa] Potenciana
para servicio personal de el. Y a las dalagas o mujeres que para [más]
de diez años de edad e hicieran dichos saraos y danzas en cualquiera [parte]
que se hagan, les imponemos pena de cinquenta azotes dados [públicamente]
a vista de todo su pueblo que se ejecutará irremisiblemente. Y asimismo
mandamos en virtud de santa obediencia a todas y cualesquiera [personas]
de cualquier estado, dignidad, preeminencia, condición, y [profesión]
que sean, que no hagan representar, ni representen semejantes comedias,
coloquios, o entremeses dentro de la dicha ciudad de Manila
si no fueren con las calidades y condiciones siguientes: Primero, []
que siempre et in perpetuum empiezen las dichas comedias de día [y]
concluyan antes de ponerse [el] sol, esto es luego que den las [asa[ ]]
[rias] en nuestra Santa Iglesia Catedral Metropolitana de [estas]
Islas. Ítem que los representantes de ellos sean todos [hombres]

[Im. 5]
y de ninguna suerte ni manera mujeres. Yten que las comedias,
coloquios, o entremeses que así se representaren sean honestas
es a saber de vidas de santos, o trágicas y ejemplares, y de
ningún modo obscenas, y de amores ilícitos, e incitativas a mal. Y para
efecto de ver y reconocer si en dichas comedias, coloquios, o entremeses
que se hubieren de representar dentro de dicha ciudad de Manila,
en cualquiera parte que sea, contienen algunas
proposiciones irrisorias de las cosas sagradas, o contra las buenas
costumbres de las virtudes morales, mandamos que
todas las dichas comedias, coloquios, o entremeses que en adelante
se hubieren de representar dentro de la dicha ciudad
se presenten dos meses antes de su representación ante nuestro provisor
y vicario general para que las apruebe, cometiendo su censura
a la persona que le pareciere convenir para que vistas mande lo que
conviniere conforme a las dichas condiciones y moderaciones. A las
cuales mandamos en virtud de santa obediencia sea []
todos así los españoles, como otros de cualquiera [forma]
y condición que sean, so pena de excomunión mayor latae sententiae
ipso facto incurrenda, reservada años en que luego
que contravengan y falten a cualquiera de las dichas
condiciones y moderaciones, los declaramos incursos. Y amonestamos
a todos los mencionados en este edicto españoles,
indios, o de otra cualquiera nación que sean, que de faltar
segunda vez a todo lo mandado y expresado, además
de las penas arriba impuestas se les impondrá la de perdimiento
de la mitad de todos sus bienes, luego que constare
de la violación y quebrantamiento de estos preceptos. Y para
que venga a noticia de todos, y ninguno pueda alegar ignorancia,
mandamos se publiquen y fijen estos nuestros
edictos en las partes acostumbradas así de este nuestro arzobispado,
Sobre pleito que este Convento de Tondo siguio contra el guardia de Bangcosey. 1683

{Al margen izquierdo: Petición}
El Capitán Francisco de Rivera, guardia mayor del pueblo de Tondo.
Dice que todos los meses efectivos está pagando cinco pesos del río
por donde pasan las bancas al Convento de Tondo por cuanto
dice el padre prior de dicho pueblo que son tierras del convento
donde se abrió el estero. Por lo cual, a vuestra señoría pide
y suplica sea servido de que no pague tal imposición que en
ello recibirá bien y merced de vuestra señoría etcétera. Francisco de Rivera.
{Al margen izquierdo: Decreto}
Manila, y julio diecisiete de mil seiscientos ochenta y dos años.
Informe el alcalde mayor lo que hay en ello. Al pie está
una rúbrica que parece ser de su señoría el señor presidente gobernador y capitán
general de estas islas. Perea.
{Al margen izquierdo: Informe}
El alcalde mayor de la jurisdicción de Tondo. Dice que se ha
informado de los principales del pueblo de Tondo
que cuando se abrió el estero de dicho pueblo para comunicarse
con el río que va al de Tambobo por haberse
cerrado la boca de Bangcosey con el grande baguio que hubo.
Se convino el guardia mayor que, entonces, era el Capitán
Juan de Castro y Valdés de dicho pueblo, con el reverendo
padre Fray Dionisio Suárez, prior del convento de él, por estar
entonces reedificando la iglesia de que daría cinco pesos
todos los meses para ayudar a los gastos de dicha iglesia
y convento hasta que se acabase la obra de ella por decir dicho reverendo
padre que la tierra que rompieron para hacer dicho estero
era de dicho convento y que, a tres años, se acabó la iglesia
y convento de dicho pueblo y, sin embargo, se prosigue
con la saca de los cinco pesos. Sobre ello vuestra señoría mandará lo que
fuere servido que será lo mejor. Tondo y julio dieciocho
de mil seiscientos ochenta y dos años. Don Joseph
de Samonte.
{Al margen izquierdo: Decreto}

de mi presidente que con esta presentó como de derecho mejor lugar hubiere,
parezco ante vuestra merced y digo que dicho convento tiene derecho
a la cobranza, de un cuartillo de cada embarcación de las que entran
y salen por el estero de dicho pueblo cuyo derecho, tuvo su principio
por razón de haberse [havicitto] dicho estero en tierras de dicho convento
de que cobraba sus arrendamientos. Y después los padres priores,
mis antecesores arrendaron la dicha cobranza de un cuartillo [a]
algunas personas por cinco pesos en cada un mes los cuales pagaron
con mucha puntualidad los bantayes antecesores de este. Y el que
al presente guardia mayor de dicho pueblo de Tondo, no quiere dar la
cantidad referida, diciendo no pertenecer a dicho convento siendo
como es así el derecho de la propiedad como el de la posesión
de la cobranza, constante por instrumentos conviene se me [reciba]
información de lo referido, por ser público y notorio son dichas
tierras de dicho convento. Y dada la parte que baste se me entregué
originalmente, para el título en lo venidero, atento a lo cual
ya que el General Sebastián Rayo Doria es el testigo de más
excepción que en la materia puede deponer como alcalde mayor
que era el tiempo que dicho estero se abrió y tiene las individuales
noticias de todo como lo da a entender en su carta misiva
que presentó con el juramento necesario por tanto.
A vuestra merced pido y suplico se sirva de haberla por presentado y que mande la
reconozca en lo que hiciere al caso y declare como testigo y
se me examinen los demás que presentare. Y hecha la dicha información
se me entregué como llevó pedido y para su mayor
justificación, sea con citas de la comunidad del dicho pueblo y del guardia
mayor, que en ello pido justicia y juro en forma no ser
de malicia y lo necesario etcétera. Otro así pido y suplico
a vuestra merced se sirva por excusar gastos de cometer el reconocimiento
y declaración del General Sebastián Rayo a cualquier
escribano público o real y la demás información al escribano público
de dicha jurisdicción y relator de la Real Audiencia

{Al margen derecho: 3}
de estas islas pido justicia. Ut supra. Fray Miguel Rubio.
En la ciudad de Manila en quince días del mes de junio de
mil seiscientos y ochenta y tres años, ante el señor capitán Don Alonso
de León alcalde ordinario de esta ciudad su término y jurisdicción
por su majestad. Se leyó esta petición que presentó el contenido en ella
con los demás recaudos visto por su merced, uno y otro
lado por presentado y mandó se haga como esta parte lo pide,
y que el presente escribano u otro público o real de los de esta
ciudad, reciba la declaración y juramento, al General Sebastián
Rayo Doria. Y para la información que ofrece daba
y dio comisión en bastante forma la que de derecho se requiere
y sea necesario al capitán Don Luis de Escobar relator de la
real audiencia de estas islas que para ello, y su autoridad desde
luego sellada en forma y conforme a derecho, y por este
auto así lo proveyó, mandó y firmó. Don Alonso de León.
Ante mí Baltazar de Lerma escribano público.
{Al margen izquierdo: Licencia}
Fray Joseph Duque comisario del santo oficio y provincial, de
esta Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas, del
orden de los ermitaños de nuestro padre, San Agustín, etcétera.
Por la presente doy licencia al padre lector Fray Miguel Rubio
prior de nuestro Convento de Tondo para que pueda parecer en
juicio ante cualquier justicias de su majestad para seguir y contestar
cualquiera pleitos perteneciente al útil de dicho nuestro
convento y fenecerles hasta la definitiva representando jurídicamente
nuestra persona y usando de toda aquella autoridad
que según nuestras sagrados constituciones le puedo comunicar.
Dada en nuestro Convento de San Pablo de Manila
en catorce de junio de mil seiscientos y ochenta y tres años, sellada
con el sello menor, de nuestro oficio y refrendada
de nuestro secretario. Fray Joseph Duque provincial.
Por mandado de nuestro padre provincial Fray Francisco de Zamora
definidor y secretario de provincia.
{Al margen izquierdo: Carta}
Mi padre lector Fray Miguel Rubio. Dios dé a vuestro padre las Pascuas

que me comunica, con el misterio del espíritu del señor para que
haga las operaciones de su santo servicio en beneficio de sus
criaturas con el don que recibieron sus apóstoles con la prometida,
venida esmaltándole su gozo con aquel inefable fíat.
Para que lo que el sacrificio de su voluntad a mayor honra y
gloria suya como lo confío de su infinita misericordia para
que propague y fecunde en los ciegos la luz del evangelio.
El reverendo padre Fray Antonio Gutierrez se fue sin respuesta
porque llegó a ocasión que citado esperaba dos religiosos
dejándole, con el general Don Nicolás de Pamplona, quién
fue llamado y quedó solo con alto sentimiento mío pídale vuestra padre
de mi parte me perdone. Que no estuvo en mi mano lo atento
y lo cortes, los papeles han de estar en el archivo de Tondo
o en él de ese santo convento por donde consta tuve orden
del señor maestro de campo Don Manuel de León siendo
presidente gobernador y capitán general de estas islas. Para que
abriese el estero providente a reparar los daños que se reconocían
en muchas bancas que se pierdan para entrar
por la barra del río en tiempo de vendavales y reconociendo,
que el sitio por donde le abrieran tierras de ese santo
convento para abreviar su abertura, me compuse con el reverendo
padre Fray Luis de Montúfar prior de ese santo convento
a la sazón de qué diesen las embarcaciones de trato. Que por él pasasen
un cuartillo de limosna al convento de que se dio parte
al señor gobernador por mi y convinieron en ello. Y mediante
el permiso que dio el reverendo padre prior Fray
Luis de Montúfar se abrió el estero con gozo universal
por ser el beneficio procomunal que todos reconocieron
después. Entendí dio su facultad el padre prior al guardia
mayor para que cobrase por un tanto que le daba cada
mes, y que en esa forma se fue continuando todo

{Al margen derecho: 4}
el tiempo que [fue] alcalde mayor y después cesando la
inopia, que antes se padecía en todo me tiene vuestro padre [d.] muy
reconocido a su servicio deseando verle para mi consuelo
la divina majestad guarde a vuestro padre muchos años y conserve
en su gracia. Fuerza Santiago y junio seis de mil seiscientos
y ochenta y tres años. De vuestro padre [d.] servidor y amigo
que su mano besa. Sebastián Rayo Doria.
{Al margen izquierdo: Notificación}
En el pueblo de Tondo extramuros de la ciudad
de Manila en dieciséis días del mes de junio de mill seiscientos
ochenta y tres años. Yo el escribano cite en forma para
efecto de lo que el auto proveído a la petición de la primera
hoja a los maestros de campo Don Lorenzo Bernal de Guevara,
Don Melchor Márquez de los Reyes, y a los capitanes
Don Fernando Salonga, Don Francisco Javier
de León, Don Jerónimo de Lara, Don Juan Ligua,
y Don Matías de Herrera, principales y cabezas de barangay
del dicho pueblo y a otros que se hallaron presentes en
voz y en nombre de la comunidad de dicho pueblo ladinos bastantemente
en nuestra lengua castellana que porque fueron no
fue necesario intérprete y habiéndolo entendido. Dijeron
que lo oyen y se dan por citados y lo firmaron lo que supieron.
Don Lorenzo Bernal de Guevara. Don Melchor
Márquez. Don Matías de Herrera. Don Juan Manimtim
Liuag. Don Francisco Javier de León. Don Fernando
Salonga. Pedro Manrique escribano real.
{Al margen izquierdo: Notación}
En dicho pueblo de Tondo en dieciocho de junio de mil seiscientos
y ochenta y tres años. Yo el escribano hice otra citación como
la de arriba al Capitán Francisco de Rivera guardia mayor de este
dicho pueblo para el dicho efecto el cual habiéndolo entendido
dijo que lo oye y se da por citado y lo firmó de que doy fe.

y las arrendaba y que para que el padre prior que era de
Tondo cuando se abrió diese permiso para abrirse el General
Sebastián Rayo de orden del señor Don Manuel de León dio
permiso para que las bancas que entrasen y saliesen por dicho estero
a contratar diesen un cuartillo a dicho convento en recompensa
de lo que rentaban y que esta cobranza la arrendó y la
arrendado los padres priores a los guardias mayores. Y que corrió
a dichos los primeros meses fue por tres pesos y luego a cuatro y por
último llegó a cinco pesos en lo cual se ha quedado. Y todos
los guardias mayores han acudido a dicho convento en cada
un mes con dicho cinco pesos lo cual como ha dicho ha sido público
y notorio y voz comunidad sin que haya habido cosa en contrario
y esta dijo ser la verdad verdad so cargo del juramento
que ha hecho en que sea firmó y ratificó después de haber
lo leído y declaró ser de más de cincuenta años y lo firmó,
de que doy fe. Roque de Meza. Don Luis de Escobar
escribano público.
{Al margen izquierdo: Testigo capitán Don
Jerónimo de Lara de
47 años}
En dicho pueblo de Binondo en veintiocho días del
mes de junio de mil seiscientos ochenta y tres años. El dicho
padre prior para su información, presentó por testigo,
a Don Jerónimo de Lara principal del pueblo de Tondo,
del cual recibí juramento que lo hizo por Dios nuestro
señor y la señal de la cruz, y so cargo de él prometió
decir verdad en lo que supiere y se le fuere preguntado
y siéndolo por dicho escrito. Dijo que como
quien asiste de escribiente al General Sebastián
Rayo Doria todo el tiempo que fue alcalde mayor
de esta jurisdicción, y como quien fue gobernador [de] dos años, de dicho
pueblo de Tondo. Sabe que cuando se trató de abrir el
estero de dicho pueblo se reconoció la tierra por donde se había
de abrir y porque eran del convento de dicho pueblo

{Al margen derecho: 6}
y la tenía arrendadas a diferentes personas el dicho General Sebastián
Rayo Doria, escribió por medio de este testigo al señor
Don Manuel de León gobernador y capitán general, que era de estas
islas, diciéndole que para que se consiguiese la abertura del estero
que tan necesario era al [común] por las muchas pérdidas que
en tiempo de vendavales había en las embarcaciones, en la
costa diese permiso para que después de abierto, las embarcaciones
que entrasen con géneros para vender, pagase cada una
un cuartillo para dicho convento. Y que dicho señor gobernador dio
su permiso para ello. Por cuya razón, y enterado de ello
el padre Fray Luis de Montúfar, que era prior, dio consentimiento
para que se abriese dicho estero y que el Capitán Juan
Ramos, que en la ocasión era guardia mayor asentó con
dicho padre prior el darle un tanto, en cada un mes por
dicha cobranza. Y que no se acuerda, este testigo, cuánto fue lo
que daba, pero que el Capitán Juan de Castro que le subsidió
y todos los demás guardias mayores han dado cinco pesos en cada
un mes a los padres priores. Y que esto lo sabe así de público
notorio como porque el tiempo de los dos años que fue gobernador
de dicho pueblo de Tondo, se pagaban dichos cinco pesos en cada
un mes por mano de este testigo que las mismas guardias llevaban
dichos cinco pesos y los entregaban al padre prior. Y que
esto es y ha sido tan público y notorio que no se puede decir
con verdad cosa en contraria por serlo solo lo que lleva referido.
En lo cual después de habérselo leído se afirmó y ratificó
y declaró ser de cuatro y siete años de edad. Y no firmó
porque dijo que ha cuatro años que está impedido de la
vista de que doy fe y de que no fue necesario intérprete por ser
Monacillos que sean hijos de mestizos de sangley. 1732

{Al margen izquierdo: Decreto.}
Manila y agosto, catorce de mil setecientos
treinta y dos = Hágase
como lo pide el suplicante =
Rubricado de su señoría =
Allanegui
En ejecución de lo dispuesto y mandado por [el]
decreto y pedimento de arriba, hice [sacar]
y saqué los recaudos que por él se manda [y]
se pide que el tenor de ellos uno en pos de
otro son como se siguen.
{Al margen izquierdo: Petición.}
Muy reverendo padre nuestro provincial = El
capitán Don Francisco Nicolás,
gobernador actual de este pueblo
de Malate, los cabezas de barangay y demás
principales que abajo firmamos
por nosotros, y en nombre del común
de este dicho pueblo ante
vuestro reverendísimo con la sumisión debida,
nos presentamos y decimos
que sólo hay dieciséis muchachos
de nuestros hijos que puedan servir
de monacillos, por lo que hay
[semanería] de un monacillo no más,
pues suele acontecer el caer
enfermo los otros, que en todo
son cuatro, y esta semana
sólo hay tres, y el uno recién

los santos sacramentos
de la extremaunción con la aceleración
que de ordinario pide el caso y estar distante
casi una legua donde fuimos sin que
estos ejemplares les haya movido a los Mestizos
ni demás que viven tan apartados de la iglesia
para que coadyuven en dar sus hijos para monacillos
y que recíprocamente se ayuden
los unos a los otros, a lo menos en lo que es del
servicio de la iglesia y bien común de todos
ellos, pues no hay duda que no habiendo dichos
monacillos, será preciso alguna detención
para que no se lleven los santos sacramentos
a los enfermos sin la decencia debida
de que resultará precisamente detrimento al
enfermo que estuviese en sumo peligro
por todo lo cual = A vuestra señoría pido y suplico
[que] se sirva de haberme por presentado con
el escrito de dichos naturales y su proveído
y mandar según que llevo pedido por
ser justicia la que espero de vuestra señoría y en lo
necesario etcétera = Fray Pedro Orense
{Al margen izquierdo: Decreto}
Manila y abril, veintitrés de mil setecientos
treinta y dos = Vista al señor fiscal
de su majestad = Rubricado de su señoría. Allanegui
{Al margen izquierdo: Respuesta del señor fiscal de su majestad}
El fiscal de su majestad ha visto
este expediente y para su providencia
en lo que hubiere lugar mandará
vuestra señoría informe el alcalde
mayor de la provincia de Tondo, Manila
y abril, veintiocho de mil setecientos
treinta y dos años = Licenciado Vedaya

= Como
parece al asesor y se notifique
al provincial governor de Tondo,
haga cumplir según se previene
en el parecer accesorio =
Rubricado de su señoría = Allanegui
{Al margen izquierdo: Notación}
En el sitio de Anloague en seis
de mayo, de mil setecientos treinta
y dos años, yo, el presente escribano
receptor y teniente del escribano
mayor de este superior gobierno,
notifiqué el superior decreto
accesorio de arriba al
Capitán Don Joseph Ruiz, alcalde
mayor y capitán a guerra
por su majestad de
la provincia de Tondo, que
enterado dijo = Quedará
el debido cumplimiento
a lo que por dicho superior
decreto se manda, lo cual
respondió y firmó de que
doy fe. = Joseph Ruiz =
Domingo Cortez de Arquiza,
escribano receptor.
{Al margen izquierdo: Petición}
Muy ilustre señor = El común
de Mestizos labradores del sitio
de Pasay doctrina de la iglesia

y servicios personales y los derechos
parroquiales, duplicados en todas maneras,
y limosnas anuales sin
tener más recurso para tan pesado
ejercicio como es la labranza
que la ayuda de nuestros hijos
en el conflicto que nos hallamos
de las langostas, que por semanas
asaltan los sembrados,
por lo que es el trabajo mayor
que en otros tiempos, sin que
puedan dejar las sementeras,
y con todos estos conflictos hambres
que padecemos = Y también
nos obliga nuestro padre
prior que enviemos nuestros
hijos e hijas los viernes y sábados
a la iglesia a que rece
la doctrina y que oigan misa
todos cuantos tuviere cada
uno en sus casas viviendo en
tanta distancia y que por los
caminos por donde pasan comúnmente
no faltan malévolos que
salen a desnudar y hacer otros
daños y quedé notorio que

y pide por el común de Mestizos
labradores del sitio de Pasay,
doctrina del pueblo de Malate,
jurisdicción de Tondo, con
los recaudos con que se dice justifican
su representación
y pedimento el tenor de todo
por repetido = Dice que
los recaudos a que se refiere
dicha representación de los
dos decretos sólo halla el
fiscal el de veintisiete de octubre,
de setecientos y once, y éste,
defiriéndose como se refiere su
providencia por la dada
en otro superior decreto de
cuatro de septiembre, del mismo
año que no consta éste
en dichos recaudos no se puede
venir en el conocimiento de
su justificación. Y por la misma
razón, no hallándose
en dichos recaudos el otro decreto
del año de mil setecientos
y dos que expresan
en su representación, se reconoce
la [ninguna] justificación
en lo que representan. Y si quiere

entender dicho común de Mestizos
el auto testimoniado
del alcalde mayor de Tondo
con fecha de diecisiete de
octubre, de setecientos y dos
por dicho decreto, tampoco favorece
éste a su representación,
antes sí lo contrario, pues
se dirige su providencia
a que no se introduzcan
novedades de [derramas] ni
otras contribuciones y subsidios
a los de dicha nación y sus
hijos, sino que se siga la costumbre,
que con estos hubiere en los
demás partidos en que son feligreses,
sin ser visto dispensarles
en lo que sea de su precisa
obligación cristiana y
la que tengan de asistir al reverendo
padre ministro de doctrina
de dicho pueblo, en cuya inteligencia
siendo como es dirigida
la representación y pedimento
de dicho común a que
no acudan sus hijos ni hijas
los viernes y sábados a la

precisa obligación cristiana
de ser enseñados e instruidos
en el rezo de la doctrina cristiana
como ni que sus hijos acudan a la
iglesia de monacillos, precisa obligación
para la asistencia a dicho
ministro al culto divino, es
evidente que dicha representación
es directamente opuesta a la
providencia de dicho auto, y sólo
dirigida a querer evadir a sus hijos
de las obligaciones de cristianos
que oficiosamente como buenos
padres y tales cristianos debían estimular
y precisar a sus hijos a
ellas por lo que sea. Y debe servir
vuestra señoría mandar [que] cumpla con lo
mismo que resiste dicho común
con apercibimiento que
de cualquiera novedad que se
extienda por este superior gobierno
en contrario se pasará a la debida
punición y castigo de los
contraventores. Manila y julio,
veinticuatro de mil setecientos
treinta y dos años = Licenciado Vedaya
{Al margen izquierdo: Decreto}
Manila y julio, veintinueve de mil setecientos treinta y dos
Relación y otros instrumentos sobre el desacato de los Naturales de Dongalo. 1717.

Ang comunidad nang lahat nang mañga caguinoohan sa tatlong manga visitas,
Palanyag, Las Piñas, at San Nicolas, na may mañga firma dito, ang maalam
somolat at ang di maronong somolat ypinamintacasi sa maronong
na yfirma ang canilang panĝalan; Cami nagsisipaniclohod nang pospos
na galang sa camahal-mahalang harapan nang nuestro muy reverendísimo padre provincial
dito sa caniyang pagvivizita dito sa convento at simbahan nitong aming bayan
at ang uica po namin; yquinahihiya, at yquinaâalapap nang aming
manĝa ysip, at bait ang alborotong napasar nahayag sa lahat, na nacarating
sa caniyang mañga mahal na tainĝa, na sa ngalan nitong bayang Palanyag,
ang [uicari't haca] nang di nacatatanto nang bagay, ay cami casama ring
lahat doon sa alboroto, na ytong bagai na yto, siyang nacapilit sa aming
maghain cami nito, na bilang aming descargo, lalo pa doon sa ang uica'y nanhihinampo
na caming manĝa taga-Palaniag sa aming dating Ama, at Pañginoon
na manĝa padre augustino at cami hongmihingi sa ilustrísimo señor arsobispo nang
ybang horden clerigo baga, na siang mag-administrar sa amin; doon sa hiñging
yaon nang nanĝagsihinĝi hindi cami casama, at hindi pa ayon sa
gaion canilang yniysip; condi ang dati na naming Ama at Panĝinoon
na manĝa padre San Agustin na aming quinaguisnan capag [caracana] ang maalindog
nilang pagcopcop at pagcacalinĝa sa canilang manĝa anac at alaga, na siya
naming pinagcaquitaan nang totoong caliuanagan nang pananangpalataya
sa Santísima Trinidad, na sila rin ang nacapag-alis nang bendang nacatataquip sa aming
maporol na bait, na sa canilang matiagang pag-aral sa canilang manĝa predicaciones
naguin maliuanag [nasula] sa aming maporol at maicling bait na manĝa
caaua-auang tagalog dito sa bayan nang Palaniag. Na cami ualan sucat may ganti
sa canilang pagaadministar sa gabi't, sa arao, na yto ang aming quiniquilalang
malaquing otang; At ang bocod pa dito 'y ang pagtolong sa ycagagaling nang bayan
na ang hindi macayanan nang canilang sariling cataoan, ay napatotolong at
tinotolonĝan nang nang canilang pono at provincial na quinacalinĝang totoo; caya
sa aming pañginoon nuestro muy reverendísimo padre provincial hinihinĝi nami't; ynaamo [am]
na huag caming ypaquidamay sa galit, at hinanaquit sa manĝa di congmiquilala
dito sa madlang mañga caotanĝan na aming nasabi na sa ytaas nito ang hinĝi
[nami' i] ampon, at misericordia etc
Don Juan Mamonong

El día 28 de mayo me avisó el Hermano Fray Diego
cómo había tenido noticias de que el juez
mayor había mandado que todos los indios
de Dongalo salieran a la sábana para señalarles
adonde habían de hacer la cerca, y
que si que yo le podía hablar para que no hiciera
tal cosa. Aquel mismo día por la tarde
estando sentado en la puerta del campo en
presencia del español que trajo el recado
y del fiscal mayor el Capitán Don Pedro de los
Santos, y de otro principal llamado Don Diego
Bernal llamé al juez mayor y le pregunté
si es verdad había echado bando para
que todos los de Dongalo fueran a la sábana
para señalarles adonde habían de hacer la cerca
y me respondió que era verdad. Porque todo
el común de Dongalo le habían presentado un
escrito pidiéndole lo hiciera así y que tenían
orden verbal del señor oidor fiscal para hacer allí
la cerca. Yo le respondí que pues el pleito estaba

haciendo su cerca [que] era el sitio que llaman Santa Lucía. Y cuando llegamos, hallamos
que estaba toda la gente de Dongalo viejos, y mozos, y hasta los muchachos,
y todos los baguntaos, y sacristanes, que al parecer había más
de trescientas personas. Y luego que nos vieron llegar a donde estaba el
juez y sus compañeros, los motores del pleito, se acercó la mayor parte de
la gente, y nos fueron cogiendo en medio. Yo [reparé] que todos tenían
en las manos fuera de los bolos muy buenos garrotes y otros tenían
machetes y garrotes y algunos lanzas cortas, y el juez mayor su
alfanje. Y habiéndome yo llegado [donde] estaba el juez mayor le dije
que como hacía lo que hacía de haber echado [bando] para que toda la
gente saliera a hacer la cerca que estaban haciendo, habiéndole yo dicho
lo que le dije el día viernes en la tarde, me respondió que no podía
hacer otra cosa porque bastaba que [si lo] hubieran pedido todos los del común
de su pueblo. Y que bastaba la orden verbal del señor oidor fiscal que les había
dado para hacer la cerca donde la hacían. Y que así que ellos sabían
muy bien lo que se hacía. Yo le dije que nada de lo que había mandado
ni hacían era puesto en razón. Pues si él era [justicia] debía obrar como
Dios manda, y no hacer [una] sin razón como la que estaban haciendo.
Pero que Dios [cuidado] y que se resultare alguna cosa que él lo había
de pagar por fin [por] haber mandado hacer lo que todo el común
de Dongalo estaba haciendo. Y que esperaba en Dios el que no habían
de ganar el pleito, y también le dijimos que como decían que
se lo había mandado el señor oidor fiscal pues al Hermano Fray Diego le había
dicho dicho señor oidor fiscal que él no había mandado tal cosa, y a
eso respondieron ellos que a ellos se lo había dicho verbalmente. Y que
así [se veían] muy bien lo que se hacían, y yo le dije tanto a él como
al Capitán Pablo, y a sus compañeros: "con que vosotros diréis más verdad
Vocabulario Visaya de Pedro de San Nicolás y otros. 1700s.

Apuntar con el dedo. Tuldo
Aquel ya. Yyan. Yta
Aquí en lugar particular. Queni
Aquí en lugar común. Qucli
Arracadas o arillos. Tingga. Suang. Las antiguas
Arrasar medida de arroz etcétera. Pugay
Arrasar granos con razero. Dalus
Araña. Bagua. Araño. Dulis. Gamus
Arañar. Galus. Arrana menor que Bagua. Gangagato
Arrancar algo. Abut
Arrancarla saliva o flema para escupirla. Angcac
Arrancar o apartar algo con palanca o garfo. Balungquit
Arrancar tirando ut hojas de árbol. Lapat
Arrancar la hierba de raíz. Tucal
Arrancar o cortar menudamente la hierba. Utlim
Arrancar plumas de aves. Simut
Arrancar ut hierba. Lutlut
Arrastrar ut saya mal puesta o capa. Sabel
Arrastrar la ropa por ser largo el vestido. Gaiac
Arrancar ut hierba o arrebatar algo de las manos. Lutlut
Arrancar con las manos las hierbas de sementeras de regadío. Gomos
Arrancar con violencia ut palo o árbol metiendo por lado palanca o clavo rompiendo por parte para sacarlo. Abual

Comunicarse o unirse con otro. Sauana
Concavidad hoyo o hueco. Luquib
Concebir la hembra. Agli
Conchabo o conjuración ¿ ut monopolio etcétera. Samaya
Concurrir muchos como en espectáculo. Cayao
Concurrir con otros o hallarse en tal tiempo y ocasión en tal parte. Tagon
Concurrir mucho con bulla y confusión. Gongon
Concurrir muchos como espectáculo. Cuyao
Concurso de gente o bestias. Layac
Confianza ut padre hijo. Videm. Pasana
Confirmarse en sentir o hacer. Gagad
Conformes en la voluntad y de un mismo parecer. Videm. Subuc
Conjuro o en salmo de catolonan vide. Mantala
Conocer. Quilala
Considerar bien el negocio grave. Videm. Yamyam
Considerar. Malasmas
Con suegro. Balaiy
Consumir o acabarse ut aceite de lampara. Taclas
Consumir o efectuar negocio. Sadsad
Consumir o acabar. Pupus
Consumir o ir a menos ut candela o hacienda del desgraciado. Guctis
Conserva. Bucayo
Consumir ut hacienda en juegos o vicios. Puspus
Consumirse ut caudal familia. Sacdapol
Consumirse y acabarse. Amin
Consumido o acabado. Otas
Contar. Bilang
Confundir sobre ser más. Aguit
Confundirse hombre o mujer. Guinday Quisay
Confundirse dando de brazo. Quimbay
Confundirse andando. Quinding
Confundirse con risa y acción así. Pabiac

Devengado o mal asentado ut mesa banco etcétera. Taguiban
Devengado ut enfermo o borracho. Pacuid
Devengado. Pincao
Derretirse ut manteca o tocino. Talas
Derretido ut metal o cera. Tunao
Derretido ut cera. Lasao
Derribar ut árbol casa etcétera. Puca. Pungca
Derribar de golpe. Lagpac
Desafiar o lugar ut gallos. Dayao
Desamparar cosa o persona. Tagtag
Desahogo de hembra poco honesta. Landi
Desahogado ut lugar donde no hay apretura. Basa
Desasosiego o inquietud por cuidado que trae o le pica. Balisa
Desatar como lazo o desviar algo.
Desvaído bermejo. Bulao
Desvanecimiento de cabeza. Lio
Desbaratado o deshecho ut casa vieja. Lasac
Desbaratar ut tejado descocer ut ropa
Desbastar rama del árbol. Aspi
Desvelado o por mal o por cuidado. Puyat
Desvergonzado o atrevido. Pusung
Desviándose. Sacuil
Desviar ut barco de la orillas. Uala
Desvío o repulsa con enfado. Ticas. Ticus
Desear o codiciar fuertemente alguna cosa. Liman
Descaecimiento o debilitado. Lumbay
Descansar un rato como trabajador o caminante. Anton
Descanso de la escalera. Ati
Descanso de carga ut horquilla de andas. Sangcay
Descascarar el arroz con las uñas de la gente y las demás con el pico. Guigut
Descascarar. Gugut. Guigut
Descender de unos mismos padres o hacienda que es común. Saclang
Descendientes. Suli
Desclavado. Tanggal
Descoger o desplegar ut ropa doblada. Ytad
Descolorido ut enfermo. Puyasao. Pusiao
Descolorido de miedo. Bulac

Muchacho. Anac
Muchachos traviesos. Vide. Pingcoc
Muchacho que no llega a diez años. Ysip
Muchacho de billa a cometer acercar. Bunbon
Muchos. Dacal
Mudarse ropa. Ablas
Mudarse uno de un lugar en otro u mudarse en costumbres en rostro. Alis
Mudar de figura. Vide. Balitcayo
Mudarse o disminuirse de cómo irá antes. Dayi
Mudar las plumas. Noto
Mudar de su lugar. Loquid
Mudarse en otro diverse. Aliua
Mudo. Pipi
Mulos. Bagang
Mueca que hace álalo para tirarlo. Bungad
Mueca o encaje en palo para meter otro en él. Liba
Muesca. Sangat
Mujer. Babay
Mujer de la hulgada genera. Talandi
Mujeres que provocan a los hombres. Cundarit
Mujer que aún no acosado. Dalaga
Mujer que trae casa en el vientre. Vide. Poso
Mujer liviana y poro recogido. Vide. Ytaf
Mujer de honesta. Vide. Latud
Mujer casada. Asaua
Muerto o estarse muriendo o matar etcétera. Matay. Muy Biua
Muy. Biua
Muy demasiada. Masaquit
Muy superlativa. Saquit
Multiplicarse. Langay
Multitud en común. Alda
Mundo o cóncavo. Yato
Murió. Vide. Patad

Sentarse poniendo las piernas en alto. Lelay
Sentarse la gente. Lucluc
Sentarse cruzadas las piernas como mujer. Sila
Sentarse como las mujeres o sobre calcañales. Tingo
Sentarse en conchillas. Dinacad
Sentencia de pleito. Atol
Sentir en el tacto. Vide. Damdam
Sentido ingenere interior o exterior. Malay
Servicio o servidumbre. Suyo
Servicios personales y comunes al pueblo. Vide. Pulung
Serenidad del tiempo bonanza o claridad. Linao
Ser suficiente para algo. Aguio
Seso o madurez de juicio. Tunud
Sesos y las medulas de los guisos. Utac
Sí otorgando. Vua
Sí o cuándo. Non
Siembra del palay de temporal en alto. Asic
Siembra última del arroz en sementeras de regadío y sembrar legumbres árboles. Vide. Tanam
Siguey grande para alisar como caracot. Bucsi
Sienes. Malingmingan
Sierra serrar. Lagari
Silbo o silbar. Pasuit
Siempre. Dat
Silbo de culebras y sabandijas. Atiac
Silbar la culebra y llamar a las gallinas y con ésta voz. Cucuc
Silencio de la noche cuando nadie bulle. Diam
Singular o único. Bugtung
Singularmente. Bucud
Sirviente que sirve por desquitar de vida. Lingcod
Inventarium Generale Omnium Librorum huius Bibliothecae Conventus Divi Pauli Manilensis Ord. Ermitarum S.P.S. August. in hac Provintia SS Nominis JESU Philipinarume.

Sequeiros, de Eclesia patestate: 1
Eberardo, Examen Theologico: 1
Thomasius, Deffens fidei: 1
Pius Quintus, Cathessismus ad parrochos: 1
Baptista, de Crorruptell. Verb. Dei: 1
Sonnio, de Christian Religione: 1
Motivos de la humildad de Guerrara: 1
Estante 5
Boucat, Theolog. Dogmatic: 20 tomos
Angelus de maleficiis: 1
Malleus maleficarum: 1
Binffeldio, de Confes. malefic: 1
Expositio, de Sinensibus Controversiis: 1
Eckius, de Eclesia: 1
Las obras de Benedicto XIV: 12 Otubre 30 de 1756
Cajon 9. De Predicabs en romanze.
Estante 1
García, Excelencias del nombre de JESUS: 1 tomo
Viana, Lamentación Cristiana: 1
Luz, Sermones varios de Cuaresmas y dominicas: 2
Ortiz, Lugares comunes: 1

Ormaza el sabio dichoso thesauro y sermones. { 4 Tomos. Cajon 9 (11), estante 1}
Oroz de Picibus juris civilis. {1 Tomo. Cajon 11 [(6)], estante 2}
Orozco su vida y obras. {13. Cajon 13 (12), estante 5 (4)}
Ortelio Sinonimia geográfica. {1 Tomo. Cajon 6 (14), estante 5 (3)}
Ortensio Sermones de Adviento y Cuaresma. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 1 (2)}
Ortiz Vocabulario arte y mitos en tagalo. {11 Tomos. Cajon 6 (13), estante 7 (9)}
Ortiz Cursó Filosofía. {2 Tomos. Cajon 6 (13), estante 3}
Ortiz Flos Sanctorum. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 2 }
Ortiz Lugares comunes. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 4 (3)}
Osorio de Gloria et Novissima. {1. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
Osorio Marial y Maravillas de Dios. {2 Tomos. Cajon 9 (11),estante 6 (2)}
Ossorius Contiones. {2 Tomos. Cajon 3, estante 6 (4)}
Osuna Abecedario espiritual. { 4 Tomos. Cajon 12 (4), estante 4}
Osuna y Ruis Memorias Sagradas. {2 Tomos. Cajon 12 (4), estante 6 (4) 5}
Osuna República de Dios. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 4}
Osuna Triloguim Evangelicum. {1 Tomo. Cajon 2 (4), estante 6 (4)}
Oviedo. {1 Tomo. Cajon 6 (11), estante 2 (1)}
Oviedo Panegéricos Sagrados. {2 Tomos. Cajon 9 (11), estante 2 3}
Oviedo Opera. {3 Tomos. Cajon 7, estante 1}
Origines. {2 Tomos. Cajon 2, estante 4}
Orgio Historia de Nuestra Señora Del Buen Consejo. {1 Tomo. Cajon 4, estante 4}
[Olloa] viaje de la America. {9 Tomos. Cajon 5, estante 4}
P
Pacheco in Genesim. {1 Tomo. Cajon 3, estante 4 (3)}
Pacheco Sobre el Padre Nuestro.{ 1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 3 (2)}

Zamora Alabanzas de Nuestra Senora [9,,1] estante 2,,
Zamora Margarita Preciosa. 1,, 12,,4 estante 5,,
Zapata de Justitia. 1,, 5,,[81] estante 54
Zaragosa Geometria. 5,, 6,,[14] estante 5,,4
Zarate Discursos de la Paciencia. 1,, 13,,12 estante 6,,3
Zarate de Incarnatione. 1,, 4,,9 estante 5,,
{A} Zeballos y Viaje del Mundo. 1,, 7,,5 estante [5,,4]
Zelada. 4n 2,,1 estante 1,,
Zuares Quaresma. 1,, 3,,estante 5,,
Zuares de Sacramen. 1,, 5,,9 estante 6,,[4]
Zumel in [1.p.] 2,, 4,,9 estante 5,,
Zurita Annales de Aragon. 7,, 7,,[9] estante 3,,2
Zurita de Indias. 1,, 5,,[9] estante [6s]
Zaquias, questiones medico-legales. 3 tomos, cajon [14] estante 3.o
Visitado en 25 de febrero de 1757 y queda en dia
fuerza la excomunion puesta por Nuestro Padre Fray Corrillo
Fray Juan Facundo [mesiguire]
Visitado en 12 de marzo de 1758. y se da licencia
para que se puedan sacar libros de esta libreria
para los Religiosos de la orden que viven fuera
de este por el tiempo de dos meses quedan
de nota del cuando, y para quien se saca; yendo
de mas queda en la fuerza la excomunion puesta
por Nuestro Muy Reverendo Plr Manuel Carrillo en 26
de septiembre de 53. reservandome el dar mas extensa
lisencia, y para otras, si algun casa lo pide; y para
que Conste lo firme ut supra
Juan Facundo [Mesiguire]

Visitado en 18 de Septiembre de 1759. Y se guardará lo mandado
por Nuestro Muy Reverendo Padre Prior [Jubilado] ex Provincial Fray Manuel Carillo en la
[vecindad] de este Convento en 26 de Septiembre de 1756. Quedando en su
fuerza y vigor, y revalidado por mi la excomunion puesta
por su Reverencia y se guardará la tablilla, en que esta fijada
a la entrada de la librería. Y para que conste lo firme
fecha ut supra.
Fr. Pedro Velasco-
Prior Provincial
En 7 de Augusto de 176[0 se metieron esta libreria al seig.do t.o de Philosophia de la sala s mulasae] -
[froyian y por] verdad lo firme Fray Santiago Perez
En 15 de [bre de 96 P.e esrullo qesta libreria el S.to Padre Beriz intitulado diserta-]-
[tio historica y por conste lo firme fecha ut supra. Fray Santiago Perez]
Al Virrey de la Nueva España que dé las órdenes que convengan para que vengan a estas islas médicos, letrados y escribanos. 1660, 1705

Y que es justo se acuda al remedio
y consuelo de tantos y tan fieles vasallos. Y que no
faltaba a quien pase si para ello se les da alguna
ayuda de costa y comunidad buena
en la nao, y en Manila se les sitúa algún salario
así por la ciudad como de los conventos
y comunidades con permiso también de poderse
volver. Pues yendo unos y volviendo otros
se acudirá a la necesidad de los que pasan con
médicos a ida y vuelta. Suplicándome fuese
servido de proveer del remedio que más
convenga, y habiéndose visto en mi consejo
real de las indias, con lo que dijo mi
fiscal de él, deseando que se provea a la necesidad
que hay de médicos, letrados, y escribanos
en las islas Filipinas, he tenido por
bien de dar la presente. Por lo cual os
mando dé esas órdenes que más convenga
para que vayan a las islas médicos, letrados,
y escribanos para que empleen cada uno en su
ministerio [pus es beis] la necesidad tan grande que hay de ellos
haciéndoles así en el viaje como en todo lo demás
el buen pasaje que pudiere [des] sin que a los que
quisieren volver a esa Nueva España se les ponga
embarazo. Pues con esto se alentaran a pasar
a las dichas islas sujetos de las dichas facultades
que en ello me serviréis. Fecha en Madrid
a ocho de marso de mil seiscientos y
sesenta años. Yo el rey. Por mandado
del rey nuestro señor, Juan de Subiza.
Al pie de esta real cédula está una rúbrica y
atrás están seis rúbricas al parecer son de
los señores del supremo consejo de las indias.
Yo el General Don Benito Carrasco que lo soy
Sobre las tierras y los esclavos que la difunta Doña Agustina de Morales dejó para el Convento de Nuestra Señora de Guadalupe. 1633.

En la ciudad de Manila en diez y siete de diciembre de
mil y seiscientos y treinta tres años, ante mí el escribano y testigos
pareció el capitán y Sargento Mayor Sebastián Pérez de Acuña, vecino
de esta dicha ciudad y alguacil mayor de ella a quien doy fe que conozco
y otorgo, que vende a los albaceas de Doña Agustina de Morales,
difunta, para el patronazgo del Convento de Nuestra Señora de Guadalupe
o para la obra pia o capellanía que lo aplicaran, ciento y treinta y
siete pesos y cuatro tomines de oro común de censo y tributo en cada
un año; redimible y al quitar, y de a veinte mil el millar conforme
a la nueva pragmática; puestos y pagados en esta ciudad o donde le
fueren pedidos llanamente con las costas de la cobranza que ha de correr
y contarse desde hoy día de la fecha en adelante por razón de
dos mil y setecientos y cincuenta pesos de oro común de principal que
recibió en reales de contado de los dichos albaceas por mano de Fernando
de Caravajal, procurador de causas de la real audiencia
de estas islas como persona que tiene su poder. De cuyo [recibo], yo el presente
escribano, doy fe por qué se hizo en mi presencia y de los testigos
y [uso] escritos en reales de contado. Los cuales son y proceden
de los cinco mil y quinientos pesos, en que se remató en este otorgante
la huerta, casas, y tierras que en el río frontero del pueblo
de Santa Ana, quedó por fin y muerte de la dicha difunta, con los
esclavos de su servicio y lo demás pertenecientes a ellas que son los que conforme
el dicho remate habían de quedar a censo sobre la dicha huerta, casas
y tierras. Por qué la otra mitad, de los dichos cinco mil y quinientos
pesos los ha dado y pagado de que hoy dicho día el dicho Fernando de Caravajal
en el dicho nombre le ha otorgado, carta de pago, ante mí. Y los
dichos dos mil y setecientos y cincuenta pesos, del dicho censo impone
carga y sitúa sobre todos sus bienes derechos y acciones y especial-
y señaladamente sobre la dicha huerta, casas de piedra, y tierras, que
como [dicho es] se le remataron por bienes de la dicha Doña Agustina
de Morales, difunta. Las cuales son y alinde, por una parte, con huerta
y casa de Doña Josepha Girón, viuda del Sargento Mayor Antonio
Luis Vezerra, difunto, y por otra tierra de este dicho otorgante y por frente
el dicho río, en medio el dicho pueblo de Santa Ana, con todo lo anejo
y perteneciente a la dicha huerta y tierras; las cuales son libres de otros
censos, hipoteca, ni enajenación; con cargo de guardar y cumplir las
condiciones siguientes.
Lo primero que en todo tiempo tendrá la dicha huerta, casas, y tierras
bien reparadas de todas las labores y reparos de que tuvieren
necesidad de suerte que siempre vayan en aumento y no en disminución
y si no lo hiciere pueda quien fuere parte hacer los reparos
necesarios a su costa. Y por lo que se gastare sea ejecutado con solo
su simple juramento, de quien como dicho es fuere parte, sin que sea

necesaria otra diligencia ni averiguación de que desde luego le relieva.
Ítem que cada y cuando que haya de vender la dicha huerta, casas, y tierras
sea obligado a hacerlo saber a quién fuere parte por el dicho censo; para que
si las quisiere por el tanto que otra diere las pueda tomar; y para responder
si las quiere o no, tenga de término ocho días que se cuenten desde que
se le diere la noticia. Y si pasados no hubiere respondido ha de poder y pueda
efectuar la venta o traspaso con que sea en persona le [hallan a y] abonada
y no en ninguna de las en derechos prohibidas, y con el cargo de este
dicho censo y condiciones de esta escritura y la venta y enajenación;
que en otra manera se hiciere sea en sí ninguna y no valga.
Ítem que aunque la dicha huerta, casas, y tierras venga a poder de
sus herederos divisa proindivisamente no sean de poder partir ni dividir
sino que sean de obligar ellos o los que sucedieren por venta o traspaso,
si fueren más que una persona de mancomún, de por sí por el todo
in sólidum a la paga de este dicho censo haciendo nueva obligación y reconocimiento
de él.
Ítem que cada y cuando que diere y pagaré los dichos dos mil y setecientos
y cincuenta pesos del dicho principal con más los réditos que
hasta aquel día se debieren, o parte del dicho principal, tengan obligación
los dichos albaceas, o quien fuere parte, a los recibir y otorgar
le escritura de redención del dicho censo. Y en caso que no los
quieran recibir [componerlos] en poder del depositario general de esta
corte y con un testimonio de escribano público o real haya cumplido para
quedar libre él y las dichas casas, huerta, y tierras del dicho censo.
Y con las dichas condiciones se obligó a la paga del dicho censo y para
mayor seguridad de la demás de la dicha hipoteca de dichas casas,
huerta, y tierras sobre que se impone hipoteca por expresa y especial
hipoteca sin que derogue a la general de sus bienes ni, por el contrario,
la una a la otra se perjudique una estancia de ganado mayor y tierras de
labor que tiene y poseé frontero del dicho Convento de Nuestra Señora
de Guadalupe en el dicho río con todo lo a ellas anejo y perteneciente
para no poder disponer de ellas si no fuere con el cargo de esta dicha hipoteca
y no de otra manera mientras no se redimiere y quitaré y la venta
y enajenación que en otra forma se hiciere, sea en sí ninguna
y no valga aunque pasen a poder de otro tercero. Y en cuanto a la cantidad
del dicho censo desde luego se desiste y aparta del derecho y
acción que tiene a las dichas casas, huerta, y tierras sobre que se impone
y lo cede, renuncia, y traspasa en los dichos albaceas o quien como
dicho es fuere parte, reservando en sí la propiedad y usufructo de ellas
y se obligó a la seguridad y saneamiento de todos los dichos bienes
en tal manera que en todo tiempo será cierto y seguro y de paz el dicho
censo, sin que a ello salga embargo ni impedimento alguno y si le
hubiere, o algún litigio sobre ello se recreciere, saldrá a la defensa
y los seguirá a su costa por todas instancias y sentencias hasta
Gerónima Esguerra, viuda de esta ciudad de Manila sobre el bando que pide que presenten los recaudos de las tierras que posee, 1697.

"Que buena pro le haga." Con que quedó rematado
el dicho quiñón de tierra, en la dicha Gerónima Esguerra
en la dicha cantidad de dichos ciento y once
pesos luego de contado, al dicho General Don Francisco
de Ocampo, el cual estando presente otorgó que
recibía y recibió la dicha cantidad de los ciento
y once pesos de oro común en reales de la
dicha Gerónima Esguerra que así mismo esta
presente, que por no parecer la entrega y
paga renunció las leyes de ella y su prueba. Y
como entregado de ellos otorgo carta de pago
y recibo en forma. Y lo firmo. Y la dicha Gerónima
Esguerra por no saber escribir, a su ruego lo
firmó un testigo que lo fueron Pedro Sarmiento
de la Cruz, Ignacio Fajardo y Juan Gaña. Don
Francisco de Ocampo. A ruego y por testigo Ignacio
Fajardo. Ante mí, Nicolás de Herrera,
escribano público y real.
E hice mi signo en testimonio de verdad
Nicolás de Herrera
[Frm.e publico y real]
Sobre las mentiras de Don Juan de Rosales, escrito por el General Don Franco de Figueroa

de constantes fieles, leales y valerosos, quedándose en el
palenque. O fuerza de la verdad, que aún
entre las más espesas nubes no te puede esconder.
En el número 60, no puedo dejar de alabar
a vuestra merced, pues dice con tanto rebozo una cosa que
dicha claramente, y como pasó hará temblar al mundo.
Dice vuestra merced que Don Juan Manuel, aquella
misma noche, hizo retirar al Señor Mansilla. Esto
sí, por Dios, y no se diga prisión. Con circunstancias
hacen horribles. Cállese que le tuve yo preso en
este castillo que se le quitó toda humana comunicación.
Y aún la de los santos sacramentos que
le registraban la comida, con indecentes diligencias
que de allí lo sacaron, arrastrando y metieron
en un champán podrido sin permitir
a su casa, a sus hijos y deudos el consuelo de enviarle
algún regalo para el camino, que ni
aún la cama le dejaron embarcar que se perdió
y hizo pedazos el champán, a breve contraste
de los tiempos. Y que aún allí no pudo un religioso
piadoso ministro de aquel partido introducirle
sustento ni le dejaron confesar, pidiéndolo
que habiéndose de embarcar otra vez, en otro
peor champán le enviaron, y en contrarios tiempos
y otras cosas a este tono de que tiemblan los oídos.

este. O estaba legítimamente impedido el Señor
Coloma para el gobierno militar o no lo estaba.
Si decís que no lo estaba, había de gobernar el Señor
Coloma lo militar, pues es más antiguo que Don
Juan Manuel. Si lo estaba, había de gobernar
el Señor Mansilla, pues también es más antiguo
que el Señor Peña. Respóndeme a este argumento
cornuto.
El número 62. He de trasladar a la letra
porque no solo por él hallo a vuestro arrojo
igual pena. Decís así, en esta nueva paz,
queda el gobierno de estas islas, habiendo
entrado el señor Don Juan Manuel al militar
con el aplauso común, en cuyo estado y crédito
no parecerá, se escaparía ya de la censura
del político tácito español. L.1. [annal
aphor] 411. ¿Quién intentará perturbar este
estado hasta que su merced se ha servido de proveer
lo que más convenga? Porque como dice
la sentencia del que cito, «el príncipe que
tiene en su favor la ciudad y estado, que suele
ser cabeza de un reino, tiene las más
veces por sí la opinión de la justicia, y el
que se levanta contra este, merece el nombre
de traidor, con que habiendo el señor Don Juan Manuel

entrado en dicho gobierno con aplauso
común, etcétera.» Hasta aquí su párrafo de
vuestra merced que, vive Dios, que si no estaba borracho
cuando lo imprimió o alega que es loco,
no le hallo escape a tamaña insolencia. Lo primero,
miente en decir que entró Don Juan
Manuel en el gobierno militar con aplauso
común, o miente como ha dicho varias
veces en este papel, que la real audiencia,
la ciudad, las cabezas superiores
de la milicia se juntaron en la Compañía
de Jesús para resistir a la intrusión
de Don Juan Manuel. Y pues no puede
negar este segundo, como miente tan descaradamente
en lo primero, esto supuesto
que merecerá por la censura del texto de tácito
español, llamando traidores a los que
a la intrusión resistieron. Y no pudiendo
negar que quien desistió fue la real audiencia,
ciudad, cabezas superiores de la milicia, ¿dónde
piensa parar por tal arrojo? Y digo poco, ni
me atrevo a [ponderar] esto que por sí está harto
ponderado.
El número 63 y último, más parece
lo puso vuestra merced para su sentencia y condenación
Papeles que se enviaron en 1626 para que hayan fiscales en las doctrinas

Las razones que en suma se ofrecen para que
no se haga mudanza alguna acerca de los
fiscales son las siguientes:
Primera. Hasta aquí ha corrido muy bien la doctrina de los naturales por tantos
años como han pasado y esto ha sido por los medios, que se saben, en que
ha tenido su lugar este de los fiscales. Y así no conviene intentar otros
con tanto riesgo del bien de las almas como puede suceder y moralmente sucederá.
Y con los inconvenientes que se seguirán, que son muchos, y de ellos
aquí se apuntaron algunos.
Segunda. El fiscal es los pies, manos y ojos del ministro. Y así importa muchísimo
que sea muy a propósito y a gusto suyo. El ministro es el que conoce
quiénes son aptos y quiénes no, con que puede escoger lo mejor. El que no
tuviere este conocimiento y experiencia, es cierto que errará muchas veces y
como sería grandísimo trabajo e intolerable de un príncipe o señor, tener
un mayordomo o secretario que no fuese a propósito ni a su gusto. Así será tormento
de los ministros tener fiscales puestos por quien no los puede conocer
y que muchas veces no serán a propósito.
Tercera. El oficio del fiscal, como cosa perteneciente a la iglesia, doctrina y
cristiandad, es de mucha importancia y pide muchas y muy buenas partes en
las que lo han de ejercitar como son virtud, celo, caridad, buen juicio,
y también nobleza y superioridad sobre los demás indios para que así
le reconozcan y obedezcan mejor. Estas partes quien puede saber mejor
de los que las tienen, que los mismos ministros con la larga experiencia,
comunicación y trato que tienen con ellos. Demás por caso que se pongan
los que no tienen las dichas partes como es evidente que sucederá muchas
veces. ¿Cuál andará la doctrina y cristiandad? ¿Cómo se remediarán las
ofensas de Dios? ¿Con qué ojos velará el pastor y ministro sobre su
grey? ¿Cómo celará el quitar las borracheras, amancebamientos, juegos
y otros vicios el que por ventura es el más culpado y capitán de ellos?
Memoria de las cosas que deberían remediarse en estas Islas Filipinas para que los naturales vivan con más gusto y sin agravios de los ministros como de sus encomenderos y cobradores y vandalas de su Majestad

Memoria de las cosas que sería bien [que] se remedien en estas islas para que los naturales
de ellas vivan con más gusto y sin agravios, así de los ministros como de
sus encomenderos y cobradores y vandalas de su majestad son las siguientes.
Ministros
{Al margen izquierdo: Derechos y limosnas}
Que a los naturales por la administración de los santos sacramentos no se les
deben dineros ni otra cosa que lo valga, ni se les pida más limosna de la
que ellos por su voluntad y devoción quisieren ofrecer sin avergonzarles
ni darles en rostro con la dicha limosna si es mucha o poca.
{Al margen izquierdo: Testamentos}
Ítem que no les obliguen a que hayan de dejar limosnas limitadas en sus testamentos
para la iglesia, sino que libremente les dejen testar y disponer
de sus bienes. Ni que ningún cantor ni fiscal pueda hacer el dicho testamento,
sino que haya de pasar ante el escribano público de la provincia;
a falta suya, ante el escribano del gobernador del pueblo.
{Al margen izquierdo: Sepulturas}
Ítem que los dichos ministros no les lleven dineros por las sepulturas,
pues la tierra y la iglesia es de los dichos indios, hecha y fabricada
a su costa.
{Al margen izquierdo: Derramas}
Ítem que los dichos ministros no les echen derramas ni repartimientos ni
para su particular, ni para la comunidad de Manila, ni para la [venida]
de sus provinciales, sino que lo hayan de comprar al precio que el indio
lo vende a cualquier particular.
{Al margen izquierdo: [Fiestas]}
Ítem que si se hubiere de sacar alguna cosa para la celebración de las tres
fiestas, advocación del pueblo, Corpus Christi, y Jueves Santo, en caso que
haya comunidad [que] se saque de ella por mandamiento del alcalde mayor
y si no hubiere comunidad, la cantidad que hubiere de ser la saque el
gobernador del pueblo, con mandamiento del alcalde mayor. Y al dicho gobernador
se le tome cuenta de la distribución a que haya de satisfacer, por certificación
del religioso.
{Al margen izquierdo: [La] tanores}
Ítem que los dichos ministros paguen el pescado que se les diere y los tanores
de quién se sirven, procurando que los tanores sean los menos que
se pudiere por el agravio que reciben de estar fuera de sus sementeras
y de sus casas.
{Al margen izquierdo: [Fábricas] y cortes}
Ítem que los dichos ministros no les obliguen a más cortes de madera que
para sus iglesias, y si para el Convento de Manila u otras personas
hubieren menester, la compren al precio que los dichos indios la venden
a otros particulares como está dicho.
{Al margen izquierdo: [Sustento]}
Ítem que los dichos ministros no les saquen gallinas ni pollos más de
aquellas que hubieren menester para su sustento, limitándose
sus prelados, como se les limita a los alcaldes mayores, pues no [será]
justo que saquen las dichas gallinas y pollos para regalar
a sus amigos y devotos, pagándoselas a los indios a mucho
menos de como a ellos les cuesta, pues es cierto que muchas veces

ni de el que estuvo enfermo y no pudo sembrar o estaba ocupado en
servicio de su majestad.
No les echarán repartimientos ni rescates, ni les obligarán a más
que a sólo el tributo.
No se servirán de indios ni indias de sus encomiendas, ni los sacarán de ellas
si no fuere algún muchacho que de su voluntad le quisiere servir.
No fabricarán en sus encomiendas fragatas ni [virocos] con color de
traer el tributo, pues sin molestia de los indios lo pueden traer en
champanes y a menos costa.
No hará cortes de madera, sino que si la hubiere menester la compre de los
indios al precio que ellos la venden.
Todo el tiempo que estuvieren cobrando tendrán obligación de dar
buen ejemplo a los naturales, acudiendo a la iglesia a oír [los]
oficios divinos, respetando a los religiosos no revolviéndose
con las hijas y mujeres de los indios por el escándalo que de []
se sigue, y principalmente por la ofensa de Dios.
{Al margen izquierdo: Cortes de [la] Laguna se hagan [por vía] de sangleyes}
Últimamente, se ha de advertir que la provincia de la Laguna
se va destruyendo y menoscabando a más andar con los continuos
cortes y arrastres de las maderas, pues en encomiendas que
solían cobrar dos mil indios de tributo, no se cobran ahora quinientos,
y cada día ha de ir a menos si no se remedia. Y como sea
verdad que los cortes son inexcusables, podría se dar un medio
de modo que ya que a los naturales les costase algún dinero, por lo
menos no les costase la salud y a muchos la vida. Y estos cortes
se podrían hacer por mano de sangleyes, pues cien sangleyes trabajarán
más que mil indios. Y creo que a estos no se les hará de mal
pagándoles cada mes en mano propia, para lo cual se podrá hacer
en la dicha provincia una caja de comunidad, dando cada
indio un peso, sin excusarse de esto ningún principal ni cabeza
de barangáy, pues estos son más interesados por lo menos en
conservar a sus indios y librarlos de semejante trabajo y molestia.
Y cierto que me parece que cualquier arrastre de madera
se puede hacer con doscientos sangleyes, por ser como son
gente mañosa y que usan de trazas e invenciones para
aliviar el trabajo. Y no habrá árbol ni palo, por grande
que sea, que no le arrastren doscientos sangleyes, lo cual
no harán dos mil indios de que se siguen muchas y [muy]
buenas congruencias, porque los naturales se conservarán
Guía para el Padre Comisario que fuere a procurar agustinos para las misiones en Filipinas

el viaje y punto de él y si anda mucho o poco, porque enfadará
con estas preguntas, y sin ellas todas estas noticias
le buscarán. Tenga horas de leer cosa que le instruya
como son libros de moral, y cosas que le edifiquen
como son los libros devotos, y cosas que le diviertan como son
historias. Y persuádase que es indignidad en las manos
de un religioso un libro de comedias, aunque no oír tal vez
por pasatiempo.
Procure ser muy cortés con todos, pero no nimio ni porfiado
en los cumplimientos. Y conseguíralo, si concibe de veras
que todos los pasajeros con quienes comúnmente conversa son
mejores y más sabios que él, creyendo es tentación imaginar
lo contrario. Para la salud corporal, vale mucho
el quedar siempre con hambre. Lavarse la boca al amanecer
(como queda apuntado) con vino de nipa, o con
orines, o zumo de limón. Mudarse cada ocho días y antes
si el sudor es mucho. Y no se desembarcará en la costa
de Acapulco, sino es que alguna enfermedad le obligue
a ello. Mas si sano se desembarcara, puede ser que enferme
en el camino de tierra, que es muy malo, hasta Acapulco.
Cuando en la costa se despache el pliego, escribirá
al padre procurador de México dándole aviso de su ida, y a que
va, y de todas las demás nuevas de la provincia más notables,
y le pedirá alguna prevención si la necesita en Acapulco
y así mismo le remitirá los pliegos, que para dicho padre
llevare, que en el sobrescrito dicen “por la costa,” reservando
los demás, para entregarlos en propia mano.
El título de sus cartas será “Al Padre Fulano presidente
del hospicio

suele ser no sacarla, sino dejarla en su poder, pero con
nuevo resguardo, sin cancelar la escritura. Las conveniencias
de esto el tiempo las avisa, y los sujetos con
quienes trata: y allí verá cómo ha de conducir a Madrid
la necesaria yo digo que por letra de cambio, si
la halla, o con la conducta del rey, y en fin según
viere es lo más seguro, con que con llevar a Madrid mil
y quinientos pesos lleva sobrado, y si faltare, para
menores cantidades no faltaran letras.
También cuando escriba al provincial de Castilla y procurador
de San Felipe ha de escribir al religioso que en Madrid
es correspondiente de nuestra provincia de Filipinas a su
procurador y si desde Cádiz no lo hizo no lo omita desde
Sevilla, y entonces conviene escribir al padre general
y asistente de España con estos puntos. Primero darle parte
urbanamente de su llegada. Segundo remitirle una vía de
la provincia en que van las actas del capítulo (si salió
de Filipinas por capítulo). Tercero decirle que tiene orden
de remitirle las coletas, que su reverendísima [ven]
si gusta las remita y y por qué vía. Cuarto que le envíe
la autoridad para sacar misión de las provincias de España
y las facultades de vicario general tan amplias como
se las comunicó el Reverendísimo Travolloni a Fray Álvaro
el año de 1688 por abril (y para esto será {bueno}

primero, o de los primeros, porque le ha menester más
que todos.
Habiendo visitado a los señores del concejo, ya
reconocerá si alguno le hace más merced, y sino procúrela
mediante algún favor, y convendrá tener
un señor confidente concejero, y otro
camarista con quienes pedir tratar sus negocios
con mayor confianza. Y a estos regalarlos con algo
curioso como abanicos, o cosa así, no mucho sino
poco y en ocasión según el buen rostro que le muestran,
y lo mismo al fiscal, y secretario.
Con los inferiores como son agente fiscal, y oficial
de Filipinas, se cumple con media docena de pesos al principio
regalo de aves y vino en las Pascuas. Y según
fuere las cédulas que pretendiere ir regando el
almácigo con tiento: procure mostrar mucha confianza
con el dicho oficial de la secretaría de Filipinas. Y
antes de entregárselos memoriales al secretario (que
todos se le han de dar en su mano) comunique con
su oficial el borrador, que si es buen hombre como
el que estuvo en este oficio más de 20 años, le aconsejará
lo mejor y dirigirá la [presensión], porque
tiene experiencia, y no le cuesta nada dar un buen
parecer.
Admitido por procurador en el concejo, y dado

sino pequeños que dos hagan carga ordinaria de un macho,
y en las almonedas se halla de esto en Madrid
mucho: y en ellas ponga su ropa cogida. Las sobrecamas
es la dificultad, unos procuradores las han hecho de
[cordella] se han hecho. Otros como Fray Álvaro y los de la
compañía de un generillo que llaman damasquillo de
Flandes. A los de Guatemala dominicanos los vi en
Madrid comprar frazadas ligeras, y tengo esto, por
mejor y más barato. [Espantarale] al procurador la
condición de todo esto a Sevilla, mas sin razón
porque una arroba cuesta de [porses] ocho reales de
vellón, y aunque la pague aún no sale un real
por camisa y es nada para lo que cuesta más el género
y hechuras en Sevilla. Tengo lo muy tanteado,
y vuelvo a decir que con todos los partes ha de ahorrar
más del tercio del costo de ropa. Pero no es necesario
pagar tales partes, porque para llevar a Sevilla
los religiosos ha de alquilar una o dos galeras vacías
de retorno y aquí lleva sus cajas de ropa, y
cajones de libros, y otra más carga, y paga lo
mismo cargando lo dicho, que yendo vacía, con solo
los frailes, porque si alquila toda la galera por un tanto
y así lo hacen los procuradores comúnmente para llevar

15
sujetos, y la demás carga de Madrid toda de
un golpe.
Nunca le falta al procurador algún negocio en el
concejo fuera de la barcada como expedir las medicinas
para el convento de Manila libranzas de vino,
y aceite, y cosas así estas se piden en la cámara.
Y para cosas así ligeras basta hablar al camarista su
confidente, que más merced le hace, y al secretario,
y fiscal: que para estas cosas no es necesario echar
todo el trapo. Mas si el negocio es de más monta
como el que ahora se [le siga] sobre el vino, y aceite
si las religiones están tan ricas que no lo necesitan,
o lo de los diezmos que pide el cabildo eclesiástico,
se comunica con los procuradores de los otras órdenes,
y con su consejo se obra con más eficacia.
Lo mismo digo sobre el negocio de la China en que
los obispos portugueses piden sujeción a los misionarios
nuestros, y por aquí tratan de echar los
de la China, que se ha de comunicar con los otros procuradores,
y todos a uno obrar. Mas re el procurador
nuestro que en negocio alguno de la China, tome
parecer, ni aún comunique a procurador de la Compañía
de Jesús, que si Fray Álvaro lo hizo el año de
1688, fue por ser negocio muy diverso, del que ahora

a Roma, o busque por donde, que pende de las ocasiones.
Déjese en Madrid de tratar con los señores
del consejo cosa alguna de Filipinas que no toque
a sus negocios. No se deje llevar de alguna pasión,
que le costara caro. Y si preguntaren solo responda
en las materias públicas, y que puede jurar, en las otras
escúsese de saberlas con que asistió siempre al ministerio
de las almas, que en esto va a ganar no
a perder.
Cuando envíe la convocatoria pida a los priores
que la lean a la comunidad, y después la fijen a la
puerta del coro.
Advierta el procurador que no ha de admitir religioso
alguno para la misión hasta tener presentado a su
provincial la patente del reverendísimo y si antes alguno le hablare
le responderá, como aún no tiene facultad de admitir;
que a su tiempo, si estuviere del mismo parecer, avise que lo
admitirá; y a ninguno repruebe, ni admita por bueno,
o malo que sea, sino palabras de esperanza, y no más.
Y no sea omiso en escribir las cartas que entiende son
menester, ni menos en responder, que es gravísima
falta no responder con puntualidad, aunque sea a un
hermano donado, y perderá mucho en esto, de suerte
que creo pecara mortalmente en tal omisión, por lo mucho
que arriesga en daño de la misión, y lo encargo
porque conozco algunos que por no escribir una
carta

el provincial le contradiga, o impida, manifiestamente
algún sujeto: pero no se mueva por poco y sin gran
fundamento por sólo hablillas sino trague y disimule
no siendo muy grave, y manifiesto el
daño.
Luego que la carta llegue del pretendiente si ya
lo conoce, y ha comunicado con él podrá admitirlo
y pedirle la firma: mas si no lo conoce
muy bien, de palabra o por escrito podrá responderle
en esta sustancia. Que lo mire bien y encomiende
a Dios, que no intenta menos que desterrarse
de su patria, y por mares, peligros y trabajos
ir a una tierra que no conoce, y empleos que quizás
no le agradaran. Que si es vocación de Dios, y
se halla con impulsos de ocuparse en procurar
la salvación de las almas por agradarle, y no
más su majestad le confortará, y al fin de la carrera
le coronará: mas si intenta el viaje
por otros fines menos perfectos y sin vocación de
Dios, que va errado, y busca su perdición: que el comisario
desea llevar religiosos más quiere lleven el dicho fin
y vocación, y que así no puede dejar de hacerle esta
amigable amonestación y si después de haberla considerado,
y puesto en manos de Dios se halla con los
mismos impulsos le envíe la firma trasladando

haga más aprecio de los que son de diferente provincia de la
suya, si son virtuosos, clamando siempre: “Aquí todos
somos de la provincia de Filipinas, y no de otra.” Así ataje
toda competencia de provincias, alabándolas a todas y
diciendo la verdad, que hay tiempos en que unas florecen
más que otras, y que todas las costumbres de cada
una, si no son contra constitución, son santas. Más
que todas se deben posponer a la constitución. Contaré
un cuento: mientras Fray Álvaro estaba en la Veracruz,
el que hacía oficio de superior en México
riñó con un hermano porque no comulgó un domingo.
Y fue imprudencia porque había comulgado el viernes,
y este y otros solían comulgar cada semana dos
veces. Alegó el superior que en su provincia los hermanos
comulgaban todos los domingos. Vino Fray
Álvaro y compuso la riña, que pudo pasar muy adelante,
diciendo: “Aquí no somos de esa provincia ni estamos
en ella, sino somos de Filipinas. La constitución
señala los días de comunión. En estos no falten los hermanos
los domingos. O no comulguen, o comulguen si lo
aprobare su confesor, que aquí estamos sólo obligados
a la constitución, y no a los usos de las provincias
que ya dejamos.” Y a todos pareció bien.
En la Casa de la Contratación se presentan los despachos

reseña ligera, y para todas conviene que cada uno
responda por su [papelero] como arriba se dijo.
Olvidóseme de decir, que al confidente de Cádiz
desde tiempo antes le deje encomendado el chocolate, las
arrobas que según los sujetos fueren menester para beber
por la mañana, y esto en caja hecho ladrillos,
y en otras la azúcar competente. Y con él dos o tres
molinillos y batidores, y dos docenas de tazas para
chocolate. Y al capitán [al] descuido cuando concierte
le avise le ha de dar bizcocho para el chocolate por la
mañana, que es obligación y uso. Misiones han pasado
sin esto pero muy mal, y con graves daños por no tener
con qué desayunarse. Y por esto y que les den algo
juntarse con malas compañías dentro de las naos,
y en perder uno o dos sujetos pierde más el comisario
que en todo el chocolate, y así míralo, y para los
primeros días unas botijas de agua y un barril de
bizcocho, y la fruta que pudiere haber a las manos.
Fray Álvaro nada hubo menester porque desde la
hora primera hizo todo agasajo el capitán, mas
lo común es haber al principio faltas.
A la propartida de Cádiz no deje el comisario
de escribir despidiéndose de las personas a quienes

embarazo, porque proceden como sujetos, que no
tuvieren honra ni vergüenza, y que están hechos a ser
fugitivos. A Fray Álvaro se le hicieron dos en
México estuvo resuelto a buscarlos por los
pasos que sus [precursores] comunicó lo con el Reverendo
Padre Ministro Fray Francisco Sánchez, que a casi 30 años
asiste en el Hospicio de los Dominicos. Este sujeto
tan experimentado le dio por consejo con
buenas razones que no hiciese tales diligencias que sujetos
tales no son para buscados sino para desechados,
y pues se van que se vayan, ya lego la
práctica de los Padres Dominicos, a quienes se les han
huido en México muchos sujetos estas últimas
barcadas, y no hacen tales diligencias sino antes tienen
aventura, que sus misiones se espumen de estas
heces. Fray Álvaro siguió este parecer, con aprobación
de nuestro Padre Cruz, y siempre será del:
Replicaráse que es cosa dura perder un sujeto
que ha costado tanto es verdad mas lo mismo acontece
si muere y el comisario no lo hecha sino
que el sebo, y si es ruin, como se supone que gana
con traerlo. No se le gusta al comisario que buenamente
procure saber dónde anda el huido, y por medio

el gasto. Nozte que llevar chorizos de regalo
es droga que a todas las misiones se les han perdido antes
de llegar a Acapulco. Meter carneros más que
media docena para los primeros días es malgasto, que son
malísimos y gastan mucha agua, y en fin chicos
y malos. Para principios no puede hacer mejor
provisión en Nueva España que de peras asadas en
horno, que se venden en San Agustín de las Cuevas,
por esto le dije que no comprase almendras en España
que se apolillan y no sirven. Sobre aceitunas sepa
que hay unas de manzanilla redondas y buenas. Compre
de estas aunque más caras. No le engañen con otras
que hay muy pequeñas y largas, tan ruines, que de balde
son caras, y es echar en la calle el dinero. Cajetas
es el mejor dulce, mas no repare en que sean
de cargazón, que a los [vagos] les agrada y si las compra
delicadas de convento serán muy caras. Es común
agradar mucho a los [vagos] el arroz con leche de
cocos, y así haga de arroz y cocos prevención doblada
para que haya cada día esto con su azúcar y canela
para encima que suple mucho. Es también común
meter el comisario barrigas de puercos, y despojos
de puerco, yo soy de parecer que es gasto superfluo por
experiencia, y así fuera de lenguas de puerco y
vaca, que esto sirve, gaste lo demás en solos jamones

a aplaudir. Que para eso compró nuestro Padre Fray Manuel
una cátedra que está en el hospicio.
La fundación del hospicio, según manda la real
cédula, no permite coro, sino un oratorio donde recen
los religiosos las horas. Y vale más cumplir con la real
voluntad, que devociones intempestivas de cantar. Y así
el comisario procure que sus religiosos se junten por la
mañana a rezar las horas menores, a vísperas con las
con las completas, y después de la oración maitines con
la antífona, y sea todo recado. Y por opinión de Fray
Álvaro ni aun una misa se había de cantar, que no
todos los sujetos son igualmente devotos, y se les hace pesado,
y comienzan a faltar, y de aquí se sigue desorden
y pleito. Más vale exhortarles al rezar en comunidad,
pues en fin han de rezar por obligación, que esto
como cosa puesta en razón y de poco peso, la llevan bien.
Desde el principio comunique el comisario, así
con él que hiciere papel de superior, como con los que
leyeren, con cada uno aparte, y con secreto, que procuren
que todos vivan y estudien como si estuviesen en
un convento. Mas que sepan que el hospicio no es convento,
y así no hagan escrúpulo de pasar por faltas
en observancias que no son de pecado mortal, porque hay
algunos imprudentes, que quieren llevar las cosas como
en Burgos, y se levantan de poco unas terribles polvaredas

que en la navegación de España, y aun muchos se contentan
con la comida por venir a su tierra.
Despensero o mayordomo es un ministro
muy necesario o por mejor decir mal necesario de las misiones,
y hay marineros pretendientes de este oficio,
y por nada que hacen piden doscientos pesos como un maravedí,
pero dar más de ciento es conciencia. El oficio
de este es asistir al embarque de todo, y arrumarlo
en los camarotes cuya llave tiene. Después en el viaje,
él, como quien las puso, sabido esta cada cosa, y las saca
así de debajo de escotilla como de fuera. Si el
comisario halla con algún mayordomo bueno, que
se encuentran como cuervos blancos, es venturoso, y dará
los cien pesos por bien dados. En fin para recibirlo, toma
informes de su proceder de personas conocidas de la nao,
y [diez se lo depare] tal si por venturo hubiesse algún lego,
que tuviese virtud y hubiese sido marinero, o fuese
trabajador, esto era mejor que ahorraría muchos
disgustos, gastos y hurtos. En fin de todo cuanto
lleva el comisario así de cajones de matalotaje,
como de fato sin dejar nada se hace listo, y por
ella se embarca y entrega al mayordomo. Y todo lleva
una marca o corazón para que en común se conozca
es de la misión, y un número para que se sepa que cosa encierra.
Verbi gratia [un dibujo de un corazón] [M:] 4. azúcar. etcétera

§ Hasta Manila en la nao
En la nao debe guardar el mismo orden en
las misas, que en el mar del Norte, y que la oigan
los que no la dicen, ni se quieran decir más que los que
el general permitiere, sin ser enfadosos en esto. Que
todos asistan al rosario en común, y los que guardaren
el rancho lo recen allí a coros al mismo
tiempo. Aquí es necesario señalar religiosos que
cuiden del comer y beber de las gallinas, y carneros si
los hay, que son malos y chicos, para los primeros días
solo se pueden tolerar. Señalar uno o dos que
cuiden de la agua, esto es que tenga los porongos siempre
llenos, y que no se desperdicié. Más no se niegue
sino este prompta para beber sin limitación alguna
que con esta libertad se gasta menos con ella. Experimentó
Fray Alvaro que dos tinajas bastaron y sobraron
para beber 40 personas y guisar, y también las gallinas.
Así como tiene el comisario memoria de lo que
metió abordo, ha de hacer memoria de lo que va gastando,
y así, del número de las tinajas de agua, como de
cajones de bizcocho, jamones menestras etcétera para
que sepa lo que tiene siempre. Y no le peguen marros,
que con todo este cuidado le pegaran algunos.
Y [no sé], que así en el mar del Sur como en México

y los frailes muy desacreditados. Si
los comisarios a la primer disputa de estas hubieran
reprendido a sus comunidades, y [respective]
cogido al autor, y puestolo unos días con un
par de grillos debajo de escotilla, los santos hubieron
sido más honrados, sus hábitos menos desacreditados,
y los seglares más edificados. Por menos que
esto calzo Fray Álvaro unos grillos a un fraile,
que los tuvo [aún no] dos días, y con esta demostración
conservó el crédito de su misión, y no perdió, antes
ganó mucho. Qué bien público es, que no abrieron
las bocas los seglares en Manila sino para decir
bien de su misión. Dios lo hizo esto, mas es
necesario que el comisario aplique los medios convenientes.
Y así amoneste a los suyos el comisario,
que su mayor gloria consiste en no porfiar ni
reñir, sino pasar en buena paz. Y que digan de
nosotros lo que gustaren, que nada perderemos por
esto. Y vuelto a decir que ponga eficacia el
comisario en esto, que hay sujetos, que no se pueden
persuadir a esta verdad tan clara, y que la
orden de San Agustín y su crédito consiste en
responder mil necesidades en su abono, y en la

Y tanto perderán en la una como en la otra:
La primera, que no hablen mal unos de otros. Pues más
perderá el infamador que el infamado. La
segunda, que aunque vengan en la misión Fray Basilio
de León en la teología, y Hortensio en
la predicación, no los alaben como ellos merecen,
que se pierden en esto, y mucho más si en verdad
no son ni Hortensio ni Basilio. Porque con estas
alabanzas tantas, y exageraciones intempestivas sean
desacreditado y [redivilisado] muchas misiones. Si
ellos son buenas sujetos ellos lo dirán con sus
obras, y así adviértales en caso de ser preguntados
acerca de los sujetos en común o con particular,
que respondan siempre con tibieza y sin exageración:
hablando siempre en común y particular
bien, pero no muy bien, que harán de la alabanza
vituperio, si es demasiada. Ítem que no digan lo que
en la barcada ha sucedido si puede redundar en descrédito
de alguno sino solo lo que puede ser de edificación,
sin levantarlo de punto. Y en fin dígales
"Padres míos, ya estamos acá. Vuestras reverencias se persuadan
a que todo cuanto han estudiado, no vale para
conocer las cosas de la tierra [taren se] cómo igno-

en Madrid ociosas gastando con ellas por algunos meses,
no hay mejores mulas ni más baratas, que las de alquiler
a toda costa, que en llegando uno se lleva el mozo
las mulas y se acabó con la plana, y a este modo va tomando
mulas para los caminos que hubiere de hacer.
{Al margen izquierdo: 6}
{Al margen izquierdo: sujetos de España}
Es menester ir por los colegios de estudios, y ver que sujetos
piden venir a Indias e informarse muy bien de ellos
si son tales, de algún confidente, que en cada provincia no
faltan llevar la lista a nuestro padre y que su [P.d] los
señale mandando apretadamente a los provinciales que no
inmuten, porque si se deja a arbitrio de los provinciales el
mejor da gatazo, enviando al díscolo, tentado, e inútil
porque les parece (aunque mal) que acá toda moneda puede
correr, y así es menester en esta parte ser un hombre
lince, y yo le he procurado ser [mes por en cosa] a ninguna.
{Al margen izquierdo: sujetos extranjeros}
En los sujetos de otros reinos no da lugar la diligencia
dicha, pero yo hice otra conque suplica falta
de noticia, y fue llegarme a los asistentes, y encarecerles
la necesidad, que acá había de sujetos de plena confianza
y que no fuesen [figuras], que nos diesen en qué entender
y que así mirasen bien, los que señalaban. Y con esto
lo hicieron muy bien conmigo. De Cerdeña no deje
vuestra reverencia de traer que son comúnmente muy buenos religiosos

en Sevilla no siendo así; no trate de ello. Mas añado que
si en esto hubiere dificultad, haga vuestra reverencia lo que pudiere,
comunicándolo por escrito desde Madrid con el padre
nuestro.
{Al margen izquierdo: 3. Defecto de cédula}
La cédula de los sujetos, que saqué en Madrid, tuvo un
defecto. Y fue que hablando con los oficiales reales
de la Veracruz y de México, no habla con los de Acapulco.
Por lo cual estos no quieren dar nada sin especial
decreto del virrey, que es nueva dificultad, la
cual se evitará advirtiendo vuestra reverencia en Madrid que la
cédula hable también con los oficiales de Acapulco. Y si
dijeren que no se puede mudar el modo antiguo, replique
vuestra reverencia que antiguamente no había oficiales reales en Acapulco
independientes de los de México, y que ahora los hay.
Y así aunque diga la cédula, que den en Acapulco etcétera
como [habla an] los de México, no quieren darlo los oficiales
reales de Acapulco.
{Al margen izquierdo: 4. Lo que se da en la Veracruz}
El no saber, lo que se suele dar en la Veracruz me hizo
andar a tienta paredes. Y así quiera poner aquí lo
que me dieron para 43 personas. Que vinimos por cuenta de
su majestad de donde colegirá vuestra reverencia lo que ha de pedir para
los sujetos que trajere, proporcionadamente
1. Para desembarcar los nuestros - 29 pesos
2. Para desembarcar la ropa al muelle con barcos - 53 pesos
3. Para llevar la ropa del muelle al colegio - 25 pesos
4. Para lavar la ropa sucia - 83 pesos
5. Para regalar los enfermos - 65 pesos

Entre otros libros que se han de comprar según las direcciones
de la provincia o según al padre comisario mejor le pareciere, que
servirán en estas islas a los religiosos, se comprarán hasta veinte
juegos del mejor, y más breve curso de artes, otros tantos juegos
del mejor, y más claro compendio de Theologia scholastica, y
otros tantos de Summas morales de Busenbaum en Latín, los
cuales servirán a los que coristas y sacerdotes que hubieren
de estudiar en Manila en que no había falta alguna, por ser
así muy necesario. Y así Y grande utilidad de la provincia y así si
conviniere añadir al número de 20 algunos más se podrá hacer, pero
no disminuir el dicho número.
{Al margen izquierdo: Presentóse la última libranza [en] Manila el año de 1713.}
Nunca será bien, que el padre comisario se olvide de
sacar las cédulas, o mercedes de su majestad para que se
den los ciento y cincuenta pesos de medicinas al Convento de San Pablo de Manila del Orden de Nuestro Padre San Agustín y
asimismo libranza de aceite y vino de misas para
todos los conventos de comunidad y ministerios de la
real corona.
Carta del Padre Marcelo Francisco Mastrilli, sobre la conquista de Mindanao. Taytay, 1637

las voluntades de los moros. El día siguiente se publicó la comunión
general con una indulgencia y jubileo amplísimo a todo el real por el domingo
primero de cuaresma; obligando su señoría los soldados todos
a dar cédulas de confesión y comunión a sus oficiales y sus criados. Así
mismo, como yo lo hallé un día que las estaba juntado con sus manos,
hizose por cierto con grandísimo fervor y muchas confesiones generales,
a que ayudaron las continuas pláticas y sermones de aquellos
días; se acabaron comulgar todos el domingo con su señoría, estando
el santísimo sacramento descubierto, asistiendo después todos al sermón
del Padre Belin. Por la tarde al encerrarlo acudió también sus
señoría con toda la gente de guerra, porque me había encargado
la mañana el sermón de la tarde sobre la reverencia y devoción
con que se ha de estar en la iglesia en presencia de tan grande
majestad. Hicelo como supe y al fin animando la gente a la jornada
y a la pelea, les mostré un cristo pintado en un lienzo,
a quien los moros habían cortado el brazo y los pies, y hechole un agujero
en medio se le había servido de [cinina] o capotillo. Esta la llevaba
actualmente un moro, y con la misma lo mataron el día que
Nicolas Gonzales cogió las caracoas. Llevabala el Padre Belin entre
los ornamentos sacros a su señoría, el cual sabiendo que yo en
Manila había ido buscando una cosa semejante. Luego enviándola
en punta de [Naszo] me la dio. Pues mirando la dicha imagen
los soldados y animandoles a vengar con sus armas las injurias
del santo cristo; fueron tales las lágrimas, y entraron en tan
tierna devoción y santo deseo de venganza, que como me dijeron
después, hubieran embestido al salir de la iglesia con todo
el mundo. Los afectos fueron muchísimos y muy tiernos,
llegando a decir públicamente, que era desdicha de la madre
que no tenía sus hijos en tan gloriosa jornada.
con estos

con haber me hallado en los mayores aprietos y peligros de la vida
que nunca lo que me ha consolado muchísimo y servido muy bien
en la ocasion presente. Sea por siempre bendito Dios y alabado
su santisimo nombre, que [a ttingit a furie us que ad finem fur-
diter et disponir omnia suaviter] que me ha llevado por tantos
rodeos al puesto tan cercano a mis antiguos deseos de manera
que lo que me causo pena en este día no fue el miedo, sino el ver
los mas adelantados y valerosos soldados o muertos, o heridos.
Vaga pero la verdad me consoló muchísimo el ver los entrar
en la pelea con el [Ls.] Christo y San Francisco Javier en la boca, y con
las mismas palabras morirse, abrazandose muchos con las
dichas imágenes que aun tienen algunas manchas de sangre
Otros pegando con sus Relicarios y besándolos: otros pidiéndome
absolución general para disponerse a tan gloriosa muerte
parada por vengar Las [In Burias] echar al Santo Cristo: (esta
era quasi formula común de todos) y otros finalmente a quien
no podia llegar tan depriesa, diciendo sus pecados
dieron señas del gran dolor, y contrición que tenían de los uno
fue en particular que tres veces dijo: Señores digan a fila
no que me perdone, porque me habían dado dinero en Manila
Viviese puesto en este estado. Cierto que fue gran fineza de
contrición, pues se [Pa V R] que solo este no se había con-
fesado la noche antes. todos los demás casi confesejo y co-
mulgaron con grandísima devoción.
De los primeros heridos fue el
dos balazos en los dos brazos, y el señor Mayor Don Pedro
con un [mosquetaso] que le [auxero] de parte a parte el espino
de la pierna derecha. de manera que no pudiendo el valeroso
caballero estar mas en pie, estuvo un gran rato de rodillas
animando La gente con gran peligro que lo acaba ser habiendo le
quedado

Los despacho luego su señoría con nueva orden para el Sargento Mayor
Palomino, en la cual la mandaba que no obstante La primera in-
tención viese con toda la gente que le embiaba demás de coger en
todo caso a Moncay o por la menos le quitase Las armas con esto pro-
seguimos el nuestro camino y el Domingo de Pasión llegamos en
Zamboanga.
Recibió la fuerza su Capitan General que volvía victorioso con sal-
va Real y escuadron, y el Padre Gregorio Belin con capa y Te Deum
Laudamus en su Iglesia yo habiendo acompañado hasta las casas
Reales me fui a disponer en el Hospital para los enfermos
que aunque les habia acudido en Mindanao, y por el camino con
todo lo que había de la dispensa de su señoría, con todo eso por las
incomodidades de los champanes en que habían venido [forcosa mste ]
apretados para que los pudiese curar cada día el cirujano
que en la faluga de su señoría Los iba visitando; por falta de ga-
llinas venían muy flacos fui buscando Luego Las camas hasta llevar
Las de casa: encerre en una posento quema mando hacer Luego
se señoría en el mismo hospital cuanto pude coger de dulces y
otras cosas para el regalo de los enfermos: y en nuestro corral guardé
cuantas gallinas habian Venido en Zamboanga de Othon: porque
Los particulares Las dieron a su señoría; y el sin guardarse le
ni una tan sola por si, me las entregó todas para el servicio de los
heridos. Con tan buena provieron quedeme en el Hospital para
poder acudir de día y de noche al cuerpo y al alma de los enfer-
mos adelantados mucho de la visita personal, y cuidado continuo
de su señoria para que no le faltase cosa ninguna con esto y con
La devoción con que estaban y confesión y comunión general que
hicieron todos el Domingo de Ramos se hallaron el sábado
en que partimos de Zamboanga gracias a Dios La mayor parte
sanos y valientes.
Y verdaderamente quien vio el numero y calidad de las
Alonso de Carvajal. Sobre el alzamiento de los Sangleyes del año de 1639 y 1640.

y todo aquel contorno, dieron la vuelta por San Mateo
no hallaron cosa, aunque afirmaban los padres Franciscos que se juntaba.
Y como tuvieron nueva de la rota en San Pablo que todo el recelo era
que como eran tantos los que bajaron y por donde quiera que pasaban
se llebaban todos los que había y los mataban. Y en Santa Cruz
habían quedado tan pocos, que procurarían venir a juntarse
con los de el Parian y Santa Cruz y alborotarlos. Y no habiendo
muerto gran numero no volviesen destruyendo pueblos.
Ellos volvieron caminando a toda prisa a Calamba, el sargento
mayor siguiendolos. Y tuvose nueva [de que] se fortificaban en
Socol Don Fernando Galindo junto la gente de los Baños, que casi
todos los españoles de por allá concurrieron allí y con
la más que pudo fue a Socol primero que llegase el sargento
mayor. Animó los que traía facilitóles la subida y apocó el
numero de sangleyes con que unos y otros acometieron
animosos, y les ganaron el [cerco] y desbarataron. De que
tendra ir más noticia allá con la nueva de esta rota que
fue el [sabb.o] quedó todo quieto, y todos lo atribuyen
a la virgen. Diose nuestra parte el parabién al gobernador, el
cual publicó ser milagro de nuestra virgen y así lo sienten
todos y lo dicen los soldados.
Hace continuado el novenario, salve completas y antífona
con la mayor puntualidad de nuestra parte y concurso de el
[publico] que jamás se ha visto, dijo el secretario de el comissario la misa
[su dia], el regidor de la compañia acudiendo todas las comunidades
y lo [grabe] todo de ellas y de acá recibiendo
a las religiones, y luego al gobernador y audiencia que nunca han
faltado, y hoy que es martes día de la fiesta del santísismo que
ha de acudir a la iglesia mayor se anticipa la misa muy de
mañana porque así lo ordenó el señor gobernador por poder [venir],
que en todas las acciónes nos gobernamos por él, comunicandoselo
yo, a quien [he] hecho dueño de todo a lo [teatino]
que [tan bien se q.do] conviene a la orden. Luego dijo
el [p.e] absoluto de los recoletos, que les convidamos diciendo
eramos todos unos y esta fiesta tanto suya como

el que quedasen solos los seis mil que el rey dispone, y
los más no convenía cercarlos. Hablaron todos aunque
de repente muy [cuerda] y prudentemente y el padre prior muy desinteresadamente
mirando al bien común a que se siguió el padre provincial
de la compañía, como más interesadas comunidades. En este estado
quedó el lunes en la tarde tratando todos de la vuelta
de nuestra virgen como cosa que corría por [cuenta] de su devoción
y de gusto de el gobernador. Juzgando la tierra quieta los sangleyes
alzados [rotos] y que trataban los que habían escapado
solo de irse a partes que pudiesen disimular no habían sido
malhechores.
Cuando lunes en la noche después de el [alba,] los de [Meyaligi]
y [Sagar] bajaron dejando quemado a [Meyaligi] hacía Santa Cruz
y quisieron la entrar. Esto habiendo a las diez de la noche
acometido a Pasig a querer pasar el río que defendió el padre
prior con gente y creyó ser sangleyes de Meysilo y que tiraban
la vuelta de San Mateo y envió al Padre Torres con gente
allá. Salió el gobernador a Santa Cruz con gente de a caballo. Cuando
yo estaba escribiendo la vuelta de esta a donde hice una +
habló a los de Santa Cruz que como habían dado paso a los enemigos,
ellos se ofrecieron a salir contra ellos. El gobernador se lo concedió,
diciéndoles había de salir un tiro arquebus. De
ellos salieron y viéndose en la campaña, se repartieron,
procurando coger al gobernador y sus pocos caballos en medio
y hacerles espalda para que los que venían (que ya tuvieron ganada
más de la media calle de Santa Cruz por la calzada) los
cogiesen por la frente, con que el gobernador muy [en sí] revolvió
hacía dónde habían salido y hizo pegar fuego a todo Santa Cruz.
Salió Don Francisco Ezquerra con pocos de a caballo y ochenta
[Japones] y como eran muchos que dicen pasaban de cinco
mil y el sitio [desacomodado,] la caballería como no tenía
arcabucería se descompuso y se empeñaron los [Japones. ]
Y aunque mataron los nuestros más de trescientos, murieron
Información del gran milagro del pueblo de Caysasay [Casasui], 1619

dijo que estando en oración en este lugar
de Quisasay donde se dice comúnmente haber aparecido la Vir-
gen gloriosa Nuestra Señora siendo ya a puesta de sol, y estando el
dicho lugar con cubierta y techado de suerte que no podía por
allí entrar sol alguno, vio de repente junto al mismo te-
cho que es encima de la misma cuevecita donde se dice
haber aparecido la Virgen gloriosa, una luz muy grande y clara,
tanto y más que el mismo sol, que bajó del mismo techo a manera
de relámpago, y fue tal y tan de repente que quedando to-
talmente deslumbrado quedó tan marchito y admirado
como si no supiera de sí. Otras muchas estando en ora-
ción dice ha sentido vaharadas de olores diversos, muy
grandes, que no se determina en qué puedan ser. Y lo
firmó junto con los dichos padres, jueces.
[Rúbricas:] Fray Juan Bautista de Montoya. Fray Gabriel de Rojas. Fray Alonso Colón.
Ante mí,
Pedro Pérez,
notario nombrado.
{Al margen izquierdo: Testigo.}
En el dicho sitio y puesto de Quisasay, en el dicho día,
mes y año dichos, los dichos padres, jueces en esta causa para
la dicha información hicieron parecer ante sí a una in-
dia que mediante Alonso de Guadiana, intérprete, dijo llamar-
se Catalina Lictas, natural del pueblo de Agunoy, de la cual
se tomó y recibió juramento por Dios Nuestro Señor
sobre la señal de la cruz so cargo del cual prometió
de decir verdad, y siendo preguntada en razón de
haber venido desde el pueblo de Agunoy movida con
gran devoción a estar aquí como ha estado cantidad de días,
que se debe advertir es una india conocidísima de todos
{Los}
Epítome de las injuriosas palabras que el Reverendo Padre Comisario Fray Francisco Solier predicó en el sermón de los mártires del Japón. 5 de febrero de 1698. Dejando lo antecedente que fue menos criminal aunque sobradamente sangriento contra los frailes

de religiosos ellos la fundaron. Y así viendo el demonio
que con otras trazas no ha podido derribar los fundamentos
de ella [de] las religiones [que] hay pone ahora todos sus tiros y batería.
Porque derribado el fundamento caerá todo el edificio. Y esto lo hace
con solo ese papel del nuevo José. Porque claro está que sí: ese
papel en que tanto se deshonran los ministros del evangelio
se divulga, como por acá pasando a España y otros reinos, como
pretende el total enemigo de esta iglesia que con eso alcanza
lo que desea que no vengan ya más ministros a ella, no vengan
ya religiosos, que lo aten de pies y manos. Porque si este
papel llega por allá con todo su infamia ¿quien ha de querer
venir por acá? Si allá se hallan los religiosos contentos con paz descansados
y con honra en servicio de Dios ¿como han de venir con
tanto riesgo de su espíritu, honra y salvación? Eso pretende
el demonio con que ese papel corra y pase. Que más ya
dice que no se barran las iglesias y se dejen criar zacatales
en ellas para establo de bestias. Ya dice que “no se lave la
ropa de los altares y sacristía para el santo sacrificio padres
míos que dejemos las iglesias y nos vamos, que ya no se vengamos
más, que se acabe ya la cristiandad de por acá, que ya
no puede sufrir más duración de ella.” El demonio por medio
de ministros de justicia y cristianos, ¿desde cuando comenzó
el demonio está empresa? Desde Corcuera acá abatiendo los de religiosos
y ministros por medio del gobierno malaconsejado, lo quiere
llevar al cabo. No por eso se entienda que yo repruebo a su principal
que no hablo sino con ese papel.
¡Válgame Dios! Que los religiosos tenemos tiranizados y
en cautiverio a los indios, ¿es porque los amparamos y [anidamos]
en alma y cuerpo? ¿Es porque los defendemos de agravios e injusticias
de ministros de justicia que como lobos se los van a comer?
¿Que es de los tesoros que les quitamos? ¿No se vuelven libres a sus
casas? Alla en nuestra España ¿como crían los hijos aun de señores?
¿No es metiéndolos en colegios apartados de sus padres? Si esto hiciéramos
acá ya arguya prisión y cautiverio.
Queréis señores que diga en que está el cautiverio de los
naturales no está ni en los ministros religiosos ni en los
alcaldes mayores que esos son [charquelos] y andar por las
ramas. Aunque haya algo en ellos de lo que dice, todo eso es
nada. Y no es por lo que los indios claman libertad sino las
dos cosas y causas que tienen destruida a toda España y
Nueva España que son como [soy] testigo, y todos [lo] son el papel
sellado y estas medias anatas. Más vaya eso que es mal
común de toda la monarquía. Fuera de eso hay otras
dos tan grandes que cargan sobre estos pobres que son: tantas
sacas bandalas de tantos años sin darles un real de paga,
tantos títulos de oficios por fuerza que a unos les cuesta 20, a otros
12, y al que menos 4 pesos. Este es el cautiverio que tanto
sienten estos pobres causa de [su tibieza] en la fe que si no
fuera por los religiosos desesperan, y se fueran a los
Carta apologética, probablemente de Francisco Combés sobre la controversia sobre el sermón de Francisco Solier en el que acusa a los frailes de maltratar de los indígenas

ha obrado contra el parecer de alguno de los señores
oidores, igualándolos en la estimación que como sabios
merecen. Lo 2.o fuera agravio y temeridad que de
tan supremos jueces se pensará tal flaqueza cuando
la independencia los hace tan absolutos que ni con
sus sentencias agravian, ni por él las pueden temer
algún infortunio. ¿Recurrió a hombres doctos
y todos juzgaron por único remedio la detracción pública? Halló
ser tan pernicioso el hecho que no se pudiera disimular. Pues
si nada de esto hizo sobre que son esas voces y excandecencias
por sólo su parecer, pues parecer por parecer en materia de
justicia, yo me atengo al letrado y materia de su obligación
a cada uno en su oficio. Pues qué soberbia es presumir
tanto del suyo que con tanta confianza se arroje a darlo por
infalible. Yo creo que en estos casos más obra la ignorancia
que no la sabiduría. Que todo sabio es desconfiado
y todo ignorante atrevido.
Si no es que quiera que sea revelación o profecía
que por este camino ya le permiten sin ofensa los doctores por la
jurisdicción extraordinaria que en los profetas [residía] comunicada
de Dios por este camino bien puede hablar y a esto aludiría
aquello que pasó en la celda. Y si alude a esto aquello que pasó
en la celda y aquella artificiosa énfasis con que quiso ganar
el aplauso del vulgo cuando dijo «así supieran» y yo dijera
lo que me pasó ayer en aquella celda, si es profecía o
revelación, dic nobis palam, pero como de esos profetas amanecen
alumbrados. Así alborotó a Florencia [Frate]
Jerónimo de Savanerola cuando entró en Italia Carlos 8.º y fue causa
de los escándalos de Italia con tal crédito de revelaciones,
que hubo quien por él se ofreció a entrar en una
hoguera. Pero él salió más alumbrado de lo que quisiera,
pues quedó abrasado en una que encendió la indignación
del Pontífice para que feneciera el engaño que sustentaba
en el vulgo. Y cierto con razón, porque las temeridades
del púlpito son las más poderosas para despeñar
al vulgo. Porque como se aliñan con adornos de piedad
y les dan color de religión, arrebatan la sencillez del
vulgo, que como piadoso y cristiano no piensa que de aquél
lugar puede proceder engaño. Y cree sus razones con
el mismo fervor que los misterios de la fe. Aun los
gentiles conocieron este peligro, pues dijo Livio, libro 39:
Nihil in specie fallacius que prava religio est ubi
divina numen pretenditur seceleribus. «No hay engaño
más poderoso que el que trae semblante de religión
cuando con maldades se pretende persuadir su culto.»
Porque entonces hace mérito del delito y falta
la vergüenza a la maldad y aun se hace

con los pareceres de los tales les parece que se van sin tropezar
al cielo. Consultó un alcalde mayor a un buen
teólogo, que le dijo lo que debía hacer. Pero como él no buscaba
lo que le convenía, sino lo que quería, se fue a otra tienda y topó
un eclesiástico, que luego, sin dificultad, aprobó lo que deseaba.
Con que triunfaba el alcalde. Y decía [piezan] los
padres, que sólo ellos saben lástimas, que cada día se ven porque
como la presunción está igualmente para los ignorantes y los
doctos, no han de ser tan descorteses que descubran su ignorancia.
Se queda con avilantez para dar semejantes sentencias.
Y si proponer a un estado en general lo que debe hacer y lo que
debe evitar es infamar el estado, serán papeles infamatorios
todos los doctores morales, que escriben de regularibus, porque
les proponen lo lícito y lo ilícito. Y así, serán libros infamatorios
los tomos de Suárez, de [religione lozana de statu regulari]
y otros muchos.
Dirán que eso se ha de tratar con quien lo puede castigar.
Y que, siendo tres o cuatro los que eso hacen o han hecho, no se
ha de hablar con esa generalidad. A lo 1.º digo que tendría mucha
razón si se tratara en aquel papel del castigo, que entonces
se debía acudir al juez privativo de la causa. Y el
tenor del papel bastantemente declara el intento, pues habla
en general sin individuación de personas ni del hecho,
que no es lenguaje proporcionado al intento del castigo. No
trata el señor Don Salvador sino de prevenir los accidentes que
pueden agravar la miseria de los naturales. Y para ese
fin es lícito proponer los medios o pedirlos a quien, como
protector de la fe, ejecutor del Concilio tridentino y
cánones padre extraordinario de la república, le compete
el dictarlos. Que es al rey nuestro señor a quien, además de esos
títulos, en primer lugar le toca la corrección fraterna (común a
todos los fieles), el ubicar los escándalos y la defensa de los vasallos
injustamente vejados. Y más en materias que están in fieri, en que
se trata de impedir el mal y no de castigar el hecho. Y todo lo que
a este fin puede obrar su majestad [solicitando] sus ministros. Y que «el
señor Don Salvador Gómez de Espinosa no trate de cosas pasadas sino de
obviar males venideros»: se saca de la conclusión que cierra
todos sus discursos, que no remata pidiendo satisfacción de
excesos determinados, sino remedio para otros, que amenazan
venideros si los malos ejemplares —con la tolerancia—
cobrasen fuerza. Y si cita ejemplares de lo pasado en general,
es para que se entienda que se pueden temer en lo venidero.
Que de lo una vez sucedido, prudente se infiere un recelo
para lo venidero. Pues el mundo siempre es el mismo, y lo
que sucede hoy es lo que sucedió ayer. Y unos tiempos son
retratos de los otros, sin que las crónicas —después de prolijas
narraciones— nos den otra cosa de nuevo. Que los hombres,
y en orden confundidos, solamente al cabo nos demuestran
unos mismos sucesos. Vitia erunt donec homines, escribió
el gran Tácito.
Que a su majestad le pertenezca el título y derecho
de protector de la iglesia y sacros cánones

los ordinarios medios, no sólo son lícitos sino necesarios los extraordinarios
cuando estos lo fueran. Que no lo son sino muy aprobados
del uso y práctica de toda la monarquía, a dirección de los hombres más
sabios y más justos de toda ella, cuales son los que residen en sus
consejos, de donde la dirección y la ejecución emana para todo
lo hacedero y para obstar a todo lo ilícito cuando los vasallos de su
majestad son interesados. Además que, como este papel mira a la
instrucción y a desterrar la ignorancia, haciendo manifiesto lo que se
puede oponer a la justicia y no a la corrección judicial mal
castigo, tanto necesitan y más del remedio los superiores que los
súbditos, cuanto están más obligados los que han de guiar a otros
a vivir a la luz de la sabiduría, para que un ciego no guíe a otros
ciegos a la común ruina. Y más en el estado regular, cuyo
conato es la perfección. Del cual no se debe presumir que a sabiendas
se quiera nadie perder. Y como es más fácil de persuadir el sabio
—porque entiende fácilmente la razón y sus obligaciones— así es también
más pronto para la enmienda.
De la otra parte, que contiene la respuesta si son pocos o
muchos los que en esta parte han faltado, contraviniendo
a la justicia y cédulas de su majestad, no quiero disputar. Porque
no son todos los puntos que contiene el papel tan generales
que la falta sea igual, sino que hay más y menos. Y en algunos el uso
o abuso ha hecho a los muchos descuidados, y en otros su exorbitancia
a pocos atrevidos. Y porque el dicho papel no tanto lamenta lo pasado
cuanto previene lo venidero. Que lo primero, hartos deseos
y aun suspiros le han sacado a su majestad, y hartos desvelos
a sus consejeros. Y lo que tan noble empleo halló la compasión
real, no lo pueden engrandecer nuestras voces.
De donde claramente se infiere que ni este papel
infama, sino que advierte y previene. Que no desacredita,
pues añade, señala y de lo indeterminado lo reduce
a tan pocos, que no pueden desacreditar a los muchos de los
buenos. Habla con tanto decoro y latitud que no puede
sentir menoscabo. La estimación de los primeros reduce
el número a cuatro o seis, número 2, [ss] 2, las excelencias de los muchos
que dice son los más las encarece. En el número 12 del mismo
[ss], en el número 5 del [ss] 3 y en otras muchas partes del tratado,
se hace panegirista de sus virtudes. Pero la malicia no tiene
ojo para lo bueno, y sólo sabe dar visos de su condición a la dudosa
mira. Más honra, pues, que desacredita. Y en lo que reprende,
solamente pide atención a las santas leyes que su majestad
ha mandado ejecutar sobre los mismos puntos. Y se ve la mala
consecuencia que el reverendo padre predicador infiere de que si se le antoja
a un señor oidor infamar y castigar a un sacerdote y desterrarlo,
que ha de tener poder para ello. Pues ni el señor Don Salvador Gómez de Espinosa
pretende el castigo sino el aviso de sus obligaciones, ni en estas islas
tenemos ejemplar que oidor alguno se haya tomado tal poder.
Y así, ni a posteriori se sigue tal consecuencia, pues esta infiere
de los efectos de las causas. Y no hay antecedente de donde tal
poder se deduzca, pues no nos propone efectos de su ejercicio.
El cuidado le atormenta de que se publique en
todo el mundo el papel para el desprecio de los ministros

lo puede deponer, considerando la templanza con que
habla después de modificar las faltas que las atribuye
a pocos con tal indeterminación que se queda él todo con su
entereza. Y cuando pudiera resultar algún dudoso
concepto de la pureza del estado, será efecto de imprudente
arrojo o resolución inconsiderada. Pues nadie puede extrañar
que en comunidades de hombres ―y no de ángeles― haya
algunos que como tales tengan algunos accidentales defectos
introducidos de la ignorancia. Además que el papel
no se ha destinado a la publicación, sino al informe que
como ministro debe hacer a su rey de lo conveniente.
Y si la calumnia no hubiera hecho tanto ruido, ni aún
en Manila ―con ser pueblo tan corto― llegara a tanta publicidad.
Pero los encarecimientos de la engañosa aprensión
y el alboroto de la malicia ha movido con el estruendo
la curiosidad del vulgo. Con que todos han deseado leer
el papel. Y después del sermón, a gran precio lo deseaban
hallar. Y no teniendo acá precio los libros, la oposición le ha dado
a este más estimación. Si el señor Don Salvador Gómez de Espinosa
hubiera pretendido la publicidad y no el remedio, se contentara
con 140 cuerpos, que apenas podrán satisfacer a la
curiosidad de Manila. ¿Qué ha de hacer en el golfo del
mundo tan corto, número que ―aun para el informe de los
ministros que deben atender el examen de las materias
que se proponen― no ha de alcanzar?
Vamos individuando más en particular
las impiedades de que acusa a este papel. Exclamó
el reverendo padre predicador ―muy estirado de cejas― «Ay,
desdicha como esta de los sacerdotes y religiosos de
Cristo que se haga de mal aun una palabra de cortesía
que se da a cualquier seglar. ¡Que el estado más alto
delante de Dios y sus ángeles ha de andar tan
ultrajado de los hombres!» Cuando me contaron estas palabras,
entendí que trataba de vos a los eclesiásticos o con
otros términos de menos decoro. Y recurrí al papel
de donde hallé que a los provinciales llama «venerables
y devotos provinciales», título honroso que les da
su majestad. Y de que aun nosotros ―que los miramos
de menos altura y con más aproximación― no
usamos ni en el ordinario lenguaje de otros equivalentes.
Pues con un reverendo padre provincial pagamos al
más estirado y los religiosos con un padrenuestro. A los
demás llama «padres». Que no sé que haya otro más
honroso, pues los más ilustres emperadores se honraron
con él. Jenofonte llamó «padre» al rey. [L. 8 De padia
cyri]. Con el mismo título lo honró Platón. Libro 16, De
regno. La misma dignidad le dio el sabio judío
Filón [l. decreat.e princ.] de donde se ve la verdad
de la calumnia. Y qué más atendió a espantar
con alharacas que a convencer verdades. Y si el mismo fundamento
tienen los demás sentimientos, fácil será aliviar

Medina y López, a quienes sigue Lessio, citado que sólo tiene limitación
cuando de lo contrario se siguiese grave daño al común o a la República. Porque
como este es daño mayor, ha de preponderar al particular. Y guarde
esta doctrina para cuando respondamos al punto de los tributos y
cargas a que atribuye la destrucción de los indios. Como quiere, pues,
el reverendo padre predicador tanto rendimiento en los indios que, en
materias —las más evidentemente ilícitas, otras muy dudosas y
otras por lo menos cargosas— obedezca el indio aun a los que no tienen
jurisdicción, si aun contra sus legítimos superiores les dan la razón
y leyes inmunidad. Y qué agravio se le haría al ministro en
enseñar a los tristes indios que estas cosas no tienen obligación de
obedecer siquiera para que no sientan la ejecución reconociendo
que solamente pende de la voluntad. Doctísimo padre, vuelva los ojos
a los curas de España, que muchos son hombres nobilísimos en calidad
y letras doctorados en las mejores universidades de España. Y vea
la jurisdicción que ejercen y considere el ruido que harían
si intentasen obligar a sus feligreses a las menores cosas que
contiene el papel, aunque me los ponga en el más desdichado
pueblo de Galicia. Pues ¿cómo pretende tanto de nuevos cristianos? ¿Han
de merecer menos por más rendidos, o puede su poca resistencia
justificar nuestro arbitrio? ¿Cómo quiere en el estado de la humildad
más autoridad de la que un clérigo secular pretende
en su parroquia? ¿Hay otras leyes acá, o es otra la teología?
¿No se lee acá también a Santo Tomás? Esto es lo que espantó al
señor Conde de Lemos y que no acabó de entender, como lo declara
en su carta. No aparta esta noticia a los indios de la fe. Ni de las iglesias;
antes les hace más amable la religión cuanto la ven más suave y
nada cargosa. Hartos casos podía sacar en prueba de esta verdad
pero omito. Porque por bien que lo oculte, diciéndole en general cada
cual, se querrá dar por entendido por acusar esta mi carta
de infamatoria.
Tampoco que me eche a discurrir el motivo de esta exclamación.
Me parece que di en el punto, todo este sentimiento
es porque este papel les quita el azote de la mano, el poder castigar a los indios,
sin lo cual le parece que no puede haber obediencia ni ministerio.
No creo que es juicio temerario porque esto es lo que más se ha
murmurado y lo primero que en las conversaciones se individua como absurdo
y tolerable. Y de la exclamación que hace contra el señor Don Sebastián
Hurtado de Corcuera, se colige por tratar de eso el auto que cita
el papel [ss] 2, número 69, mandando a los alcaldes mayores [que] no consientan
cárceles, cepos ni otros actos de jurisdicción. Aquí está el
punto del sentimiento. Esta [llamada] autoridad a un seglar
contra los religiosos, esta es la batería esta es la persecución que
comenzó el señor Don Sebastián. Y si esa es la persecución, batería y
desacato, diga que lo hace el rey que lo manda, y no el ministro que
la ejecuta. Lea el número 63, 64, 65, 68 y verá expresamente prohibido esto por
su majestad y mandado a sus ministros que no lo consientan; y mucho
de ello como lo relatan las cédulas a instancia de los señores arzobispos.
Diga, pues, que estos comenzaron la persecución que su majestad,
la autorizó y roboró con sus reales cédulas, y que el señor Don Sebastián
Hurtado de Corcuera obedeció como ministro en cosa con tal autoridad
justificada, pues su majestad no despacha esas cédulas sin
consulta de su real al consejo de Indias, donde hay varones
tan doctos y tan cristianos. Y en cosa que la instancia de

los prelados la asegura que defienden en esto su jurisdicción
y recurren por no tener fuerzas para conservarla
indemne a la clemencia paternal de su majestad, con menos
razón puede atribuir esta que llama «persecución» al señor Don
Salvador Gómez de Espinosa, que con tanta moderación y templanza
{Al margen izquierdo: habla,}
[habla,] que no excluye la paternal corrección que en los
indios bozales ha de ser como de niños con una o dos docenas
de azotes. Que ya se sabe que la gente común —en particular
en provincias no tan cultivadas— necesita de alguna
compulsión. Así lo declara en el número 101 del [ss] citado. Y
así lo ha confirmado, respondiendo en varias ocasiones
a los que tan rigurosamente han interpretado su dicho,
que se ha de entender cum grano salis, acomodándolo
a la necesidad del tiempo y lugares que bien se echa de
ver. Que en los pueblos vecinos a Manila se necesita menos
de estos medios por estar en más presunción los naturales
y que ahí puede haber otros más acomodados
y menos ruidosos. Y aun en las provincias de afuera
se ha experimentado, que sin eso hay modos bien
eficaces. Pues el que es mal oidor de misas siente
más que le hagan que una semana acuda a oírla
cada día que no los azotes, y escogería si le diesen elección
antes 40 y 50 azotes que esa vejación. A otros se les
ocupa en las cosas precisas de la iglesia, haciéndoles
limpiar el cementerio o el pueblo, dándoles alguna
vejación conforme a sus defectos que si son tales que
requieran más castigo. Bien se ve que no es decente que el
reverendo padre sea juez y el que se precia de defensor de los
indios sea verdugo si más autoridad pretende. Además
que será usurpada, será para afear su santo empleo, que
ha de ser de piedad, compasión y misericordia. Esto
quiere reprimir el señor Don Salvador Gómez de Espinosa:
los abusos en el castigar —que siendo en materia
de rigor luego suenan a crueldad con infamia de la
religión—. Y me espanto que de esto haya hecho tanto sentimiento
cuando vemos lo que cada día pasa y lo que cuando
más se combatía el papel. Por este punto sucedió que
si cuando importaba con la moderación desmentir
este artículo, sucede lo que todos saben, a vista
de las partes y de toda Manila, ¿qué se puede esperar
de una pasión con absoluto poder donde pueda obrar
sin este recelo que la reporte? Para lo lícito y conveniente
no son menester cárceles ni cepos, que esos sirven a la
seguridad del delincuente para el castigo. Y cuando
el castigo ha de ser leve, basta para prisión la reverencia,
la vergüenza y la razón.
Pero oponen una dificultad, que es la condición
que pone el señor Don Salvador Gómez de Espinosa de que haya de ser
por medio de los fiscales de los señores obispos. Que es
lo mismo que darles a ellos la autoridad, dejando
desnudos de ellas a los ministros aun para lo preciso
al cargo de curas para cuyo ejercicio en la esfera
a que se extiende es necesaria la compulsión. A eso

privativo de ellas en este sermón. Pero yo digo que la halló en los senos
de su malicia. Que él de cándidos ojos no se adelante un paso hacia
ella. Antes, topando los ojos con ellas, hace reparo la sanidad de la
intención. Sepa, pues, que no es imperfección permitir la propia alabanza
cuando es en recomendación de la doctrina. Porque entonces el fin principal
es juntarla con los buenos efectos en ellas pretendidos. Y
todo viene a parar en el provecho ajeno que a ese intento desea
Dios las suyas. Y hasta el imperfecto y balbuciente lenguaje
de los niños lo perfecciona para sus elogios. Dijo San Agustín in Salmos 102:
Laudari se vult Deus; et hoc, ut proficias, non ut ille sublimetur.
A ese fin permitió sus alabanzas el señor Don Salvador Gómez de Espinosa porque
a veces sirven de dar eficacia a la doctrina, y con el vulgo puede
mucho la aprobación del que la enseña. Y si es lícito en este caso
desearla, será muy justo el rendirla. Pues lo que añadiere la aprobación
de eficacia a la doctrina tendrá de parte el encomista
en su buen logro. Esto supuesto, porque no había de alabar
el reverendo Padre Francisco Combés la obra y el intento por temor de los
hazañerías de los padres regulares. Pues quien había de pensar que
habían de proceder tan imprudentes, que lleguen con la pasión a manifestar
el delito. Que poniendo el señor Don Salvador Gómez de Espinosa
las causas todas de la ruina de los indios, atribuyendo unos
a la mala disposición. Conque se ejecutan las órdenes del
gobierno en sus forzosas necesidades de fábricas y bandalas, otras
de la codicia de los ministros de justicia, otras de la ignorancia de
algunos eclesiásticos, hayan querido tomar todo el daño por su cuenta
la ruina de los indios, su cautiverio y todo lo demás que deplora
el reverendo padre predicador. No pudo prevenirlo porque, como en su orden
se ignoran esas cosas, no pudo pensar que era tecla, que haría hablar
tantas flautas. Y ¿quién había de franquear las prensas y solicitar
su aprobación sino una religión que tan rendida se muestra
a las cédulas de su majestad tan desinteresada con sus vasallos,
tan prudente con sus ministros, y donde apenas le toca sino lo
que los demás para consuelo de sus excesos le aplican? Enfrene,
pues, su destemplado ardimiento. Que ya declarado el ánimo,
acudiremos con el agua como a incendio que amenaza
con su ruina a la república. Pues, como sintió agudamente
Eusebio, el que persigue envidioso al bueno no tanto envidia
su dicha como la propia y la común de la república. Y todos
son interesados en el bien del que estudia en su felicidad.
[Si quis in videt viro fortunato is etiam patrie ac toti res
publica deniq sebi ipsi invidet nam virbonus feliciter agens
communis est prosperitas et civitatis et unius cuius que qui
felicitatis eun particeps fers potest]. Muerda, pues, que en
sangre de indios sacara teñidos los dientes muerte que en
su reputación hallará manchados los colmillos. Muerda que
el bien de todo el reino despedaza que consiste en la paz
y en la justicia.
Ya que le faltaron exclamaciones, dio en afectar
desprecios recreando la plebe con irrisiones. Y muy satisfecho
de su discurso, ¿dijo qué más? Dice que nos ha venido a la
tierra otro Joseph, otro salvador de las islas. Y hace mofa

que se fatiga y desvela sin provecho, le añades nueva
aflicción. No le basta padecer los males y ser donde
de lleno descarga el cielo sus rigores, sino que les has de atribuir
la causa para que, viéndose imposibilitados a los
contrarios efectos, mueran de sentimiento. El señor gobernador,
con el celo del bien común, ha procurado abrir con todos los reinos
del comercio. Lo ha conseguido su agasajo y generoso trato. Ha
alentado a los vecinos para que gocen los efectos, dando licencia
a esos viajes. Si Dios se opone a su santo celo, si la mar se
traga los navíos, si ninguno llega a salvamiento ¿qué culpa tiene el gobierno?
¿Ha de perder el mérito su santo celo? ¿Sus deseos han de degenerar
en la ejecución? ¿Por qué maligna la fortuna, la [intoliza]?
¿Por qué le niegas este consuelo cruel, ya que su valor
y constancia sufre esos golpes con tanta conformidad que ni
por eso desiste de sus deseos ni deja desengañado dormir su solicitud?
¿Quieres que, desesperadas las diligencias, las desprecie y que se deje
en manos de la fortuna, que su ocio se haga de parte de
nuestros daños? Desde que llegó, ¿no ha fomentado las fábricas de galeones
y con peligrosa asistencia acudido a su avío? ¿No ha
promovido a los que tenían algún nombre en el ejercicio de la
mar, dando honrosos títulos y gruesas encomiendas a los que tenían
alguna excelencia en el arte y dicha en los viajes; prefiriendo
a todos los méritos los de la necesidad, precio de sus deseos las
honras para su buen logro; quien jamás [vido] su habilidad
en más estimación, apreciando para la república no ya
lo más honroso sino la más útil; y arrimando todos los resplandores
del honor a lo útil para hacerlos a todos más
atentos a su consecución, más cuidados en el ejercicio,
de que depende el bien de las islas? ¿Ha visto que en este
tiempo, como se acostumbraba en los antiguos, se haya dado
la placa de piloto mayor por favor ni a fuerza de méritos conseguidos
en otros empleos? ¿No ya habrá visto aun en los honrosos
empleos de generales y almirantes guardar esta atención y
preferir aun en esos cargos los de alguna experiencia en la
mar, para que con más ojos se atienda a la salud y al cierto
de los viajes? Pues, si sobre estas diligencias se pierden las naos,
si en cinco años no ha llegado socorro sin descalabro, si en el
suceso que no depende de humana industria esta nuestra desgracia,
y ¿qué ha de hacer un gobernador sino sentir nuestra desdicha?
¿Y qué han de hacer los prudentes sino aplacar su sentimiento
con la compasión? Las flotas se despachan con mejores tiempos
que jamás y tan desgraciadamente se pierde la nao por
mayo como por agosto a las puertas de casa, que en los
laberintos del embocadero la que hibernó como la que
acabó su viaje. ¿Qué causas puede haber de esto sino la voluntad
de Dios? Cuando las tormentas las causaban hombres
y llegaban las olas a las puertas de casa y se tragaban caudales
honras y reputación y vidas, no se hablaba palabra. Y ahora
¿se dan voces cuando las envía inmediatamente Dios? Entonces
cuando la culpa era la crueldad, cuando el remedio estaba
en la mano, nadie se atrevía a hablar. Y ahora

Deje el papel, padre. Deje en paz al que lo aprobó. Que el autor
tiene letras y autoridad para su abono. Y el que hizo el elogio, letras
y experiencias para su justificación. Mire que es mucha
presunción pagarse tanto de su juicio con experiencia de 4 años
de tierra, mirando por tronera los sucesos. Que, satisfecho de su
acierto, lo prefiera a los que tocan las materias con las manos a un
religioso tan docto en la teología escolástica, como en la
moral tan versado en las divinas y humanas letras, de tantas
experiencias de la tierra, de tanto celo de su aumento. Y de todo
lo que puede hacer a su felicidad y aumento, tiene hecho largo
estudio y curiosos tratados. Mire que no tiene más celo ni más
deseos del bien de la república que él. Que ese que ostenta
por indiscreto no es celo sino temeridad, no es ciencia sino aprensión.
Siga el consejo de Séneca, De vita beata, capítulo 2 y acertará. Non
tam bene cum rebus humanis agitur, ut meliora pluribus placeant;
argumentum pessimi turba est. Aquí entra como ilación el consejo. Quaeramus,
quid optimum factum sit, non quid usitatissimum:
et quid in possessione felicitatis aeternae constituat, non quid vulgo,
veritatis pessimo interpreti, probatum sit. Vulgum autem tam chlamydatos
quam coronam voco. Tome el trabajo de construir
y advierta lo último para que sepa a quiénes ha de atender para
juzgar las cosas para el acierto de la elección. Que dice Séneca
que dondequiera hay vulgo. Entre nobles hay vulgo, en el senado
hay vulgo. Y hay vulgo en la religión, hombres que hablan sin
consideración, sin averiguar la verdad, que siguen las voces que hacen
más ruido, no las que tienen más razón. Esto es vulgo. Guárdese de él
si quiere usar de razón.
Concluyó el reverendo padre predicador su invectiva con señalar
las razones de la aflicción de los indios, cargando toda la culpa a la clemencia
de su majestad y a la prudencia de su gobernador y disculpando a los párrocos
{Al margen izquierdo: ^ y alcaldes mayores}
o padres doctrinantes religiosos ^. Que dice que, aunque haya en ellos lo que
dice el papel, son charquillos. Y discurrir por ellos es andar por las ramas.
Y se olvidó que pocas razones antes, alegando méritos por los padres
doctrinantes, llamó lobos a los alcaldes mayores que quieren tragar
a los indios. Se dice «porque los defendemos de agravios e injusticias
de ministros de justicia, que como lobos se los van a comer». Los charquillos
no se tragan los hombres, sino los ríos arrebatados y furiosos.
No serán, pues, tan charquillos. Pero ahora le importó disminuir el
mal porque trataba de él que reconoce común y hacía su causa
en la defensa. Pero de esto diremos luego. Respondamos 1.º a la
defensa, que como vasallos debemos a su majestad. Y quisiera
preguntarle como se olvidó de las obligaciones de vasallo, declarándose
tan enemigo de su majestad. Que contra lo que tantos consejos,
tantos teólogos han aprobado y tantas necesidades (como padece la
monarquía) lo han justificado, quiere su presunción con tanta
resolución condenar sus más que irreligiosas injurias. [Son]
queréis señores que diga en que está el cautiverio de estos naturales,
no está. No en los ministros religiosos ni en los
alcaldes mayores. Que esos son charquillos y andar por las
ramas. Aunque haya algo de lo que dice, todo eso es nada. Y no
es por lo que los indios claman libertad sino las dos cosas
y causas que tienen destruida a toda España y Nueva España,

al César lo que es del César». Reddite quae sunt Caesaris, Caesari.
Mateo 22. Porque lo que se tributa al príncipe ―lo que pide para sus
necesidades― no es don sino paga. Pues pide entonces lo que es
suyo, porque como carga las obligaciones de todos, para ellos
son suyos los caudales de todos. Et non dixit date sed
reddite et adiecit quod debetur nihil enim gratuito
dat qui haec fecerit. Debitum quidem est res
ista quod si non feceris perfidi penas dabis. No sé si el
presidente de Castilla pudiera hablar más en estilo de ministro.
Nadie en estas ocasiones y casos da al rey sino que le paga
deuda. Es esta obligación. E infiel el que la niega y desleal
el que la disuade y enemigo el que la condena. No se
traiga, pues, a consecuencia la obligación, aunque sea mayor a lo
que no es obligación, aunque sea en poca cantidad. Que sobre pocas
cantidades y cortos intereses suele haber muy buenas cuchilladas
y quebrase muchas cabezas, que a cada uno le es lícito sacar
la espada para defender su hacienda del que sin título
la pide. Y siendo deuda, cada cual puede llevar al deudor
a la cárcel. No quiera igualar el derecho de los alcaldes
y ministros al del rey y así no lo traiga en consecuencia.
Que no son tan bárbaros los indios que no hagan
esa distinción y reconozca la necesidad. Y no hay alguno
tan bárbaro que conocida se indigne contra ella. El
fuego suele acabar en un día el caudal y una avenida
roba muchos intereses. Y ningún cuerdo se indigna
porque los acarrea la necesidad y los hace inevitable
el suceso. Pues si la fortuna roba el caudal de la
república en los socorros, los malos años, los frutos, ¿quién
será tan necio que se indigne contra esa necesidad?
A que le reducen las desgracias comunes que esfuerza [que] repartan
sus efectos y daños en los particulares. Estas necesidades
nunca vienen a favor de los alcaldes mayores para justificar
sus excesos ni de los padres ministros para los suyos.
Y así los que ellos inducen como violentas al que las padece y
voluntarias en el que las induce irritan la paciencia y mueven
más la compasión. Conozca esta diferencia y persuádala
al auditorio. Y hará más fruto, pues conseguirá la conformidad
con la voluntad de Dios, dándoles a entender
que estos trabajos vienen de su mano, que los hombres
obran a no poder más. Que esa consideración será alivio,
que hará suave la carga y llevadera. Y así obrará como fiel
vasallo y como cristiano orador pues no llevando ese
intento sus razones, no puede seguirse otro fruto que
la turbación. No se ponga en materias de estado
―que es discurso siempre odioso y muy amargo― si no
se sabe sazonar pena y gloria, padre mío, pecado e infierno,
y dejar al gobierno, y prelados y ministros.
Que eso es escandalizar la república y cierto, nunca
con menos razón, pues no lo hemos tenido. Mejor es
un señor gobernador tan benigno y piadoso, un señor
arzobispo que no lo ha tenido esta iglesia ni más docto,
Levantamiento de Ilocos y Pangasinan

cuidado de parte de los zambales por asegurarla para sí y de la nuestra
para sus dueños. En fin, el sargentillo mayor no cumplía la palabra que
había dado de venir hablar con el señor obispo y el padre Fray Gonzalo que era
el más diligente (aunque por no dejar de hablar, les dijo a los zambales,
cuando yo no deseaba más que no lo supiesen, que nos habíamos hallado
los dos en la batalla de Agoo. Pero juzgo será mentira lo que
[curaron] allá, dicho también que los españoles los habían de quemar
todos sus pueblos, y que por eso quemaron a Vigan, cuando ni aún
noticia de la quema de Dagupan o Bacnotan de Pangasinan
determinamos darles, siendo así que sus mismos Binalatongan
habían quemado este pueblo). Se determinó de ir al parián adonde
estaba el sargentillo mayor para ver lo que trataba. Y en estos [andamos]
{Al margen izquierdo: y en casa del señor obispo, hicimos lo mismo con los que quedaron allí}
confesó a algunos y bautizó no sé cuántos +. Y en esta ocasión,
supo había llegado un sampán a la barra que venía por [Bandala]
y engañó a los zambales con el [hecho] que les iba a echar
los españoles de la provincia. Y entrando en el sampán escribió
al general Don Felipe Ugalde a Lingayen, apretándole para que viniese
sobre los zambales y dándole noticia de todos. Que aunque no aprovechó
esta diligencia por malicia del Arráez, que no fue a Pangasinan,
fue para nosotros de gran consuelo y la mejor que obró
Fray Gonzalo y que le pudo costar la vida. Pues declaró Don Jacinto
Pacadua al pie de la [cruz] que había tenido intento de matarle
de vuelta del sampán si le hablaba mal. Y cierto que a
nosotros nos dio cuidado mientras no le vimos. Los zambales
llegaron hasta la cuesta de [Badoc], de allí no pasaron porque
eran pocas las tropas que llegaron allá. Y los ilocos y el Alférez
Lorenzo Arquero tenían allí gente y los hicieron volver
atrás, viendo que los zambales andaban ansiosos por la hacienda
que estaba en la casa del señor obispo, y que teníamos noticias de los
muertos y veíamos el desacato a las iglesias. Les maldijo
su señoría ilustrísima y los descomulgó a todos aquellos que matasen o tocasen
en [cosa] de la iglesia o de su casa. La cual descomunión
publicó en iloco el padre Fray Gonzalo. Y después de haber
hablado largo, tomé yo la mano y dije lo que pude y con

algún espíritu y gusto del señor obispo, advirtiéndoles que no venía bien
el decir [que] no dejaban la fe con lo que [se] obraban, y que ya no era en
odio de los españoles como decían, sino en odio de la fe y [ofensa]
de Dios, etcétera. Y cierto que estaba por lo menos todos los principales y
aún casi todo el ejército allí, y que nos oyeron con atención y se habrán
acordado bastantemente de nosotros. Cuando había algo de nuevo,
siempre se valía el señor obispo de nosotros y para todo y en primer lugar
del padre Fray Gonzalo, y faltando él, nosotros. Porque los señores clérigos
hubieron perecido con su pastor a no habernos quedado los religiosos
en su compañía. Se me quedaba el decir que cuando el alcalde
mayor se retiró de Agayayos, fue a Vigan y trató, por parecer de los
españoles e indios principales, de quitar las cabezas a todos los
zambales que había presos allí. Pero acudió el señor obispo con una
descomunión con que se libraron e impartió mucho para sosegar algo
a los enemigos, porque luego preguntaron por sus zambales. Y como
los habíamos remitido allá arriba cuando quería entrar el enemigo
el pueblo, enviamos luego por ellos. Nuestro alcalde
mayor y padre visitador tiraron de la barra de Vigan hacia Batac +
{Al margen izquierda: a esperar el socorro de Cagayan (que esperando tiempo para que viniese por mar, no quiso el alcalde mayor enviar los cagayanes por tierra sino después que supo había llegado Magsanop a [Pata]. En fin era castigo del cielo esta que había de venir a esta provincia con que todo [se obró], porque no faltase lo decretado allá arriba, que con poco socorro había bastante y aún si Don Felipe Ugalde hubiera enviado un sampán luego, etcétera.)}
y los vientos no les dieron lugar. Y así trataron de irse a Manila
como a la fuente del socorro necesario para la provincia. Supieron en
Bolinao [que] había fuerzas en Lingayen [y] fueron allá. Y importó cierto
mucho porque los padres de Santo Domingo aseguraban a los generales [que]
no había zambales en Ilocos. El padre visitador y el alcalde
mayor les aseguraron lo contrario con que al otro día marchó la gente,
de que doy gracias al señor porque esta fue la causa de librar
los pueblos e iglesias desde Santa Cruz. Y en particular [hasta] que
fuera mi muerte si la quemaran. Después el alcalde
mayor fue en sampán a Vigan con el padre prior Fray Luis de la
Fuente y el padre visitador por tierra con el ejército, de que ha
resultado levantarse los testimonios a que se satisfará después.
Volvámonos a Vigan adonde iba faltando todo, pues después
de haber comido los gallos, solo vaca era nuestro regalo. Cuando
yo fui a la casa del señor obispo, iba malo y lo estuve hasta que llegaron los zambales.
Se trató de enterrar la plata, así de la iglesia como las demás.
Don Gerónimo aseguró no darían con su entierro, siendo así que el

ellos cuatro indios a ver lo que pasaba. Y como los muchachos
andaban discurriendo por todo el pueblo, volvieron diciendo [que] estaba aún
lleno de zambales. [Di] los pedazos de vaca, en particular de una cabeza
que dejaron los enemigos y de la que se mató después (antes que hubiese gallinas
que pasaron tres días) y no para todos sino para el señor obispo. Le dio una furiosa
ventosidad o dolor que fue el principio de su muerte, porque el agua
era muy salubre. A mí me dieron unos [presos] que me trataron muy mal y
como estaba sin criados, que el señor obispo (que Dios tenga en el cielo) respondía
cuando yo llamaba y me enviaba su criado. Pasé mucho trabajo hasta
que llegó el padre prior Fray Antonio de Acebedo de la Amianan huyendo de
Magsanop. Llegados los principales al pueblo —que fue al tercer día— el padre
Fray Gonzalo pidió quinta del oro de Gumapos. Fueron dilatándolo hasta
que de vuelta de Santa Cruz —porque cuando supo estaba en Santa Lucía ya el
padre visitador le fue a ver— me lo trajeron a mí en un cesto cerrado como
lo entregó Gumapos, según dijeron. En fin, se abrió delante los tres y
el sargento mayor Don Agustín Solimán que lo trajo. Y sólo hallamos [5] taes de oro
y una pesa de bronce que pesaba otros cinco. Y la plata pienso [que] no faltaba
ninguna. Fray Gonzalo trocó por plata dos taes con condición que si los
dueños no pasaban por ello volvería el oro. Eran unos principales
de Bangar, según Gumapos dijo al padre Fray Gonzalo, preguntándoselo
cuando ya estaba preso y entregándomelo todo con una [memorita]. Se
metió en nuestra petaca. Y así lo entregué a sus dueños de quienes no
recibí ni un real, aunque me dijeron [que] tomase para el camino. Cuando
Gumapos se halló con nosotros en Narvacan nos pidió diez pesos para comprar
un negrito que trajo del padre Fray Juan de Ysla. En fin, por consulta se le dieron
de la plata de la comunidad y después se sacaron estos diez pesos
de este salapi. Que menos esta cantidad, la que en él hallamos sin faltar
un real, le dio por mi mano a sus dueños, habiendo tenido el padre
Fray Gonzalo pleito con los indios, y aun con el [prior] por defender [los] sobra.
Que no enterraban el oro que había [dado] Gumapos. [Advierte] un padre
nuestro que, por ser Fray Gonzalo tan desgraciado hay ahora un embolismo
de Satanás. Tanto que me dijo a mí el Señor Rayo había de pesar
a [Madrid] el cesto a salapi. Se me olvidó de asegurarle [que] estaba ya
en el cielo, pues el hacer una buena obra fue nuestra intención,
aunque le conté la verdad y dije que si la religión padecía por mí sin
culpa mía que no me daría cuidado, y muy grande sostendría hallándome

Plata
Un cáliz. Un plato de vinajeras. Una vinajera. Casullas, 5. Frontales,
5. Un alba con su amito. Un dosel de seda. Manteles, 3. Dos velos de
hombros, 2. Corporales, 3. Bolsas, 2. Y otras menudencias que no son de importancia.
Di aquí el ornamento colorado, casulla y frontal, no se ha quemado
nada.
Un palio. Dos doseles. Una casulla colorada nueva. Un frontal
verde. Dos albas. Tres manteles. Tampoco se ha quemado aquí
pueblo ninguno.
La plata que faltaba, han restituido. Sólo 10 manteles y los vestidos
y sobrepellices de los sacristanes faltan por descuido o prisa
de sus amos. Y no ha habido quema.
Una casulla verde nueva. Y tampoco ha habido quema.
Sino es [a Manacleo].
Esto es, padre nuestro, lo que puedo avisar por la prisa. Pues desde que llegué de
la Amianan todo se me ha ido en despachos. La relación sólo sirve
para sacar las verdades que han pasado, porque además de meter cosas
en ella que no pueden salir a luz, fue [currentecalamo] y algunas
cosas van fuera de sus lugares y el estilo ha de ser diferente. Y
el haber avisado de algunas cosas ha sido a persuasión de los padres,
que todos en común están mal con Fray Gonzalo sólo por su
hablar, y bien los más con el Padre Medina, es dicha suya. +
{Al margen izquierdo: + Y en fin, cuando el pleito del padre visitador con el padre Fray Luis, todos y los viejos le hubieran levantado de la obediencia si yo no cumpliera con mi obligación. Y juzgo que lo más es por el padre Fray Gonzalo por no haberle dejado acabar su visita. Y dicen:}
Dicen que, estando los dos padres Fray Juan de Ysla y Fray Gonzalo juntos
en la provincia, no puede haber paz, por lo que se ayudan en esto.
No hago juicio, ni me lleva pasión más de lo que dicen.
A costa de 30 pesos, perdone vuestra reverencia padre nuestro si me quejo,
porque no quise salir del mandato que no se pague a nadie el [pulong].
Anduve toda la provincia y en primer lugar compuse al padre gobernador Don
Jerónimo de Leyva con el padre comisario, que habían reñido tan mal
que el clérigo le dijo (después de tratarle de idiota) que si fuera
A auto que mandou fazer o excelentisimo Sehnor Francisco de Tavora do Concelho do Estado de Sua Magestade do corpo defunto da Madre Maria de Jesus, do Convento de Santa Monica da cidade de Goa

de Sampayo capitão da cidade Dom Felipe de Souza mestre do campo do terço pago,
Manoel Furtado de Mendoça, Manoel Leitão de Andrade Tanadar maior, o Doutor Simão de Azavedo clérigo do hábito de São Pedro, físico maior deste estado, o licenciado Fran-
cisco Antunes Pereira litúrgico maior do mesmo estado, Antonio da Silva cavaleiro
professo da ordem de São Thiago que ocupou o mesmo lugar de cirugião maior , e eu
Luis González Cotta clérigo do hábito de São Pedro fidalgo, capelão da Casa de São Antonio
e seu secretário do estado, e da junta das misões e estando assim juntos na dita
Igreja, como outra muita gente assim religiosos de todas as cidades como da nobreza
e povo. Fez notorio a todos o Padre fraile Augustinho dos Reis, que a Madre Maria de
Jesus religiosa professa de véu preto do dito convento andando em pé, mas
muito debilitada, e fraca por razão de sua muita idade, e das penitências com que
se mortificava de cera de dormitório encostada em duas mossas em sexta-feira pri-
meiro deste mes de janeiro ao confessionário da Igreja onde se confessara e no acto da con-
fessão lhe dera um desmayo, e depois de ter recebido o corpo do Senhor sacramentado fora
ouvir missa na capela de Nossa Senhora de Assunção que está no claustro, e no dis-
curso da missa lhe derão outros desmayos que parecerão êxtasis pela serenidade com
que fiava, e sendo espertada por sua religiosa ao tempo que se queria levantar a hostia
abrira os olhos, e adorara ao Senhor batendo nos peitos com grande reverencia, e tornará
a ficar na mesma postura e suspensão que continuara até o fim de missa, e depois de
acabada a persuadirão algumas religiosas que fosse para a enfermeira a que respondera que
iria no dia seguinte, e por se lhe dizer que a perlada o mandava obedecera logo
e a levarão nos braços para a mesma enfermeira onde a deitarão em sua cama e a
companharão naquele dia, e noite até o seguinte de sábado dois do dito mes e diri-
gendo lhe elle padre confessor geral se queria confessarse outra vez, e tomar o san-
to viático repondera que sim, e logo dissera missa e lhe dera a comunhão que recebera
com muita devoção, e sendo depois perguntada se queria tomar a santa unção res-
pondera que não era ainda tempo, e por lhe dizer a madre prioressa que o físico assim
ordenava obedeceu logo e tomou este sacramento, e com esta ocasião repararão ela
dito padre confessor geral, e a madre prioressa, e outras religiosas que tinha sináis
nas mãos pertos, dos pés e lado que mostravão haverem sido de chaga, e começando
a entrar no tránsito da morte, se lhe rezara o ofício de agonia, ele padre confessor
geral lhe metera a candea na mão, nomeando lhe o nome de Jesus, e dizendo lhe que
aquella vela acesa significava o lume da fé levantara com ela o braço no ar,
mostrando nesta acção que protestava morrer nela, e espirando do meio dia para
a sua hora inclinara a cabeça para a parte esquerda, e sendo amortalhada a
levarão ao coro baixo do dito convento para ser encomendada, e a entrevarem, e antes
disso avisara a Madre prioressa Beatris de Santa Ana ao reverendo cabido dos
sináis que se tinhão visto no corpo da dita Madre Maria de Jesus, e com esta noticia
forão os capitulares o Arcediago Antonio Ruiz, e o cônego Luis Lorrea Landim
na mesma tarde de dois deste mes, com o escrivão do auditório eclesiástico Jo-
seph Coelho ao dito convento, e em presença dele padre confessor geral, e do padre
confessor ordinário Fray Manoel dos Anjos, e da comunidade das religiosas
virão os ditos capitulares os sináis referidos nas mãos, pés, e lado da dita

prelados das religiõis, e algúns mestres, e teólogos, fidalgos, físico maior, e liturgiõis já nomeados
em cuja companhia, entrei tão bem eu secretario do estado, por ordem do dito sehor vice-rey
e a porta de claustro veo a madre prioresa com alguas religiosas das mais antigas a receber
a todos, e os forão conduzindo, para o coro baixo onde estava o corpo da dita Madre Maria
de Jesus, no qual estavão as mais religiosas do dito convento em pé com toda a compostura
postas por sua ordem junto as cadeiras do mesmo coro, e fazendo oficio maior, e liturgiois em
presença de todos terceiro exame a vistoria na mesma forma que tinha feito no segundo
se aclarão os efeitos referidos, e no sinal do lado se vio alguma diferença na grandeza
e cor por estar maior, e mais viva, en este terceiro exame, se lhe a passou demais a ca-
beça tirando lhe os véus branco e preto, e se divisarão por partes algumas nódoas pequenas
como pisaduras, e o corpo estava brando tratável e flexível como dantes, e conferindo o
senhor vice-rei com o cabido, inquisidores, e prelados, esta materia se resolveu que ficare
o corpo até o dia seguinte quatro do dito mes para na tarde dele, se lhe dar sepultura
e ficando isto até asentado se tornarão a ajuntar no dito dia a tarde na igreja no dito
convento o senhor vice-rei, o cabido, inquisidores, e prelados, e mais pessoas todas já no
meados, e demais o reverendo padre Irmão Martín da Companhia de Jesus, e o padre Fray Mateus de Jesus
Carmelita descalço italiano de nasção que entende de medicina, e antes de se dar sepul-
tura ao corpo, se fez quatro exame por afirmar o padre confessor geral Fray Agustino dos Reis
que naquela noite de tres para quatro do dito mes crecera mais o sinal do lado e fora sempre
em aumento com que se ficava tirando os escrúpulos de algúns e tornando a entrar as ditas
pessoas na mesma forma na dita clausura, e fazendo-se as experiencias já referidas se
achou notávelmente crecido o sinal do lado que sendo a princípio de grosura de dois fios
delgados da seda se mostrava neste exame farpado com duas pontas uma maior que outra
quasi da largura do dedo menor da mão de cor encarnada escura, e quanto mais se lhe a-
plicavão os lavatórios do sabão, sal, e vinagre, mais claro e distinto se vião, e os das mãos
e pés ficarão como dantes estavão, e o corpo no mesmo ser tratável e flexível e declarou
o padre Fray Mateus de Jesus, carmelita descalço que entende e cura de medicina que os ditos siná-
is lhe parecião sobrenaturáis, e depois de feito o dito exame se deu ordem ao enterramento
que salio fora da clausura para se satisfazer ao clamor do povo que a queria ver e foi pela
rua junto ao convento, e voltou pelo colégio de São Paulo novo da Companhia de Jesus
e pela igreja de Santo Antonio e adro do convento de Santo Agustino em cujas partes se
tinhão assinado de próximo as estações da Via Sacra que o corpo da dita Madre Maria
de Jesus corre primeiro com as chagas patentes, parece que permitindo até Deus para
que com este exemplo meditassemos nas suas e nos misterios de sua sagrada paixão, eleva-
rão o esquife em que ia o corpo, os inquisidores, capitualres, e prelados das religiois, e algúns
largarão para pegarem outros, indo ao comunidades de todas as religiois por sua ordem, e o senhor
vice-rei com algúns fidalgos atras todos com velas de cera branca nas mãos e para desviar o de
converço do povo que acudio mandou o senhor vice-rei por em pelos lados algumas companhias
de infantaria ese lhe dobrarão os sinos fazendose sinais como a defunto, e os altares das gracia
se puzerão de negro e o reverendo cabido mandou declarar ao povo em voz alta por pessoas ecclesi-
asticas que não era sua tenção calificar por santa a esta religiosa, nem dar lhe com este
obséquio, e acompanhamento culto e veneração da santidade conformandose nisto com os
decretos da Sé Apostólica; mas somente honrar a esta defunta dando graças a Dios
pela maravilha que nela obrara, e ordenou ao seu provisor, e vigário geral que de tudo fizesse
auto, e perguntasse testemunhos ad perpetuam rei memoriam para mostrar ao senhor arcebispo
primaz quando viene do norte, e dispor neste particular o que fosse mais ao serviço de Deus

tinha coisa própria, e vivia com grande pobreza sem ter coisa de valor na sua
cela, sustentandose do que a comunidade lhe dava sempre ornou a sua custa a capela de no-
ssa senhora da Assunção que estava no claustro a que tinha muita devoção e pedia
a Deus a levasse para si neste dia, ou em sábado, e assim [conteço] por que falecer em
sábado, e fizera profição a vente e quatro de abril do ano de mil seis centos
e trinta, nas mãos da madre Maria da Ressurreição grande serva de Dios que fora
sua mestra sendo então confessor geral do dito convento o padre fray Diogo de Santa
Ana, religioso da grande virtude que ocupara o dito lugar muitos anos e
ensinara as religiosas a serem santas e virtuosas em cujo tempo governava o ecclesiastico
o cabido sede vacante e o estado o senhor dom Miguel de Noronha, conde de Linharez,
avó do senhor vice-rei Francisco de Tavora que agora ahonrrara com sua assistência na
sua morte, e que tinha a dita religiosa cinquenta e quatro anos de religião, e sempre
neles vivera com grande exemplo de vida guardando a sua regra com grande obser-
vancia, e servira por obediencia todos os ofícios da religião excepto o maior de pri-
oresa por haver sido casada, e o defenderem as suas constituições e era muito carido-
sa e humilde e se exercitava em continuas penitencias e oração sendo suas confi-
ções e comunhões muito a miúdo, e quando por alguma coisa se dilatavão padecia gran-
des desconsolações e era muito composta e modesta nas suas fallas, sem nunca se lhe
ouvir palavra mal soante, nem se mostrar irosa nem sentida de qualquer ocasi-
ão que se lhe desse molestia julgandose por inferior de todas e fora tão callada e
recatada, que jamais se soubera se recebia algúns favores do céu, nem se tinha aqueles
sinais porque sempre trazia as mãos fechadas, e os pés calçados, e quando estava em
oração no coro se lhe ouvião dar gemidos, e ais como quem sentia algumas dores, e
dando eu secretário conta ao senhor vice-rei destas informações que tomei me ordenou
que as incorporasse no dito auto, para a todo o tempo constar do referido, e para maior
justificação do que me disserão as ditas religiosas assinarão também aqui a madre
prioresa com algumas madres do convento, e me prometerão mandar de tudo uns apontamentos
mais por extenso com que dei fim a este auto que assinei com o dito senhor vice-rei
e mais pessoas apontadas e o fiz escrever em 10 de janeiro de mil seis centos oiten-
ta e três e eu o secretário Luis Gonzalez Cotta o sob escrevi. Francisco de Savedra. Luis Gonzales Cotta.
João Francisco Valdevosco Chantre. Antonio Ruiz Arcediago. Manoel da Fonsequa Mestre
Scholla. João Correa Borges. Constantino Sardinha Rangel. Antonio Jorge. Luis Cor-
rea de Landim. Mathias de Pinho da Fonseca. Francisco Delgado e Mattos. Lopo Alvrei de
Moura. Manoel Gonzales Guião. Fray Manoel de San Nicolás ministro provincial de
San Francisco da observancia. Fray Pedro dos Anjos definidor, e secretario da provincia do
apóstolo San Tomé. Fray João da Encarnação. Fray Mathias da Trinidade, provincial
de San Augusto. Fray Vicente de Santa Maria, prior. Fray Pedro de San Joseph, subprior.
Fray Francisco da Graça, definidor. Fray Augusto dos Reis, confessor geral das madres
de Santa Mônica. Fray Simpliciano de Assunção. Fray Manoel do Sacramento.
Fray Pedro da Conceição. Fray Verissimo da Conceição. Fray Duarte de San Antonio, provisor geral.
Fray Antonio dos Reis, mestre. Fray Pedro dos Mathias, reitor. Fray Luis dos Anjos, rei-
tor. O mestre fray João de Jesus Maria, definidor. Fray Luis da Piedade, reitor. O mestre fray João
da Graça. O mestre fray Antonio da Natividade. Fray Jacinto da Encarnação.
Carta de Fray Joseph Navarro a Fray Francisco de Zamora, Cantón, 28 de diciembre de 1698

Muy reverendo padre nuestro Fray Francisco Zamora
Provincial [provincia] Santísimo Nombre Jesús
Pax Christi
Fuera faltar a mi grande obligación en las circunstancias
presentes él no congratularme con vuestro padre muy reverendo
en la [hacostadill.a] elección que la silla apostólica ha hecho en la
muy religiosa persona del muy reverendo padre nuestro Fray Álvaro de
Benavente a la dignidad de obispo de Ascalon [conde]
y vicario apostólico de la provincia de Kiang Sy en este imperio
de la gran China. Pues, sobre los motivos particulares
que a dicho ilustrísimo señor y a esta su santa misión debemos entrar
los motivos generales de la major gloria del [gran]
utilidad de estas misiones y mayores los escritos de esa ilustrísima
provincia. Por tantos pues justificados motivos doy por esta
a vuestro padre muy reverendo los parabienes y a toda esa santa provincia de comunicarnos
a los que por acá estamos fatigados entre los sudores
de tantas zozobras el gran consuelo que todos esperamos
con la llegada de dicho ilustrísimo señor. Y este es mi corto sentir a
una carta larga de nuestro muy reverendo padre Fray Álvaro en que a todos los
agustinos y franciscanos que por acá residimos nos pide nuestro parecer
sobre su indiferencia en que se halla. Pues reconozco que al
hacer tránsito su señoría ilustrísima por estas partes ha de ser de mucha
monta, así para la paz y concordia de tantas naciones, como
al presente se hallan e introducen en estas misiones
como para asilo y resguardo nuestro en esta provincia de Cantón
y obispado del señor Macaense, que pretende en todos los que
residimos en este su obispado la omnímoda superior como
aun durando el litigio de los vicarios apostólicos lo hemos experimentado.
Cuanto pues más al presente que ya consta son excluidos,
se debe demás el ejecutar los que tantos años [a pretende]
y que proceda con censuras contra los ministros como
nos consta que [aduch] durando dicho litigio. ¿Lo tenía determinado
ejecutar aunque no lo ejecutó por entonces? Por lo
tanto espero que con la llegada de su señoría ilustrísima y las informas
se ha de moderar dicho señor Macaense y finalmente tendremos
donde recurrir en nuestros ahogos. Y juntamente residiendo
acá su señoría ilustrísima serán de gran monta sus informes así para
la silla apostólica, como para la majestad católica de nuestro rey y para
esas islas. Que según por acá se discurre a vista de una nave
de guerra que este año [y es] por octubre llegó venida de Francia
por orden del rey [expansísimo] con 22 padres franceses que