cirujano
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- cirujano
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- https://fromthepage.com/1762archive/a-digital-repatriation-of-a-lost-archive-of-the-spanish-pacific-the-library-of-the-convent-of-san-pablo-manila-1762/article/32077430
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- cirujano
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- 32077430
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- surgeon
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- 3
Found 18 Instances of "cirujano" on 14 Pages
Relación y otros instrumentos sobre el desacato de los Naturales de Dongalo. 1717.

antes el oír cosas que no quisiera oírlas. Y así todo se lo [o]
a Dios, y el muchacho mi criado por fin le quitó el alfanje
de la mano, y al quitárselo como el indio hacía fuerza [de]
soltarlo, se cortó el mismo con su mismo alfanje de la [mano]
un poco de la banda de adentro. Y, ya viéndose sin alfanje
otro de sus compañeros, le dio otro alfanje, y lo jugaba muy [bien]
no obstante de tener su mano lastimada. Y mi criado [se retiró]
dos pasos atrás defendiéndose de tanto garrote y alfanje [como]
llovían sobre él, y al retirarse para atrás se [enredó]
rodaja de la espuela en la rienda de mi caballo, y [cayó]de bruzas
porque el caballo tiró un [gelon] para atrás, y [entonces]
le rompieron la cabeza de un palo. Y un brazo se lo maltrataron
muy bien cómo se puede ver por esa certificación de
cirujano que le curó. Y si uno no llega y corta la [rienda de]
mi caballo paraque no se hubiera levantado. Y lo hubieran [ acabado]
de matar. Y yo con mi mano derecha cogí la rienda de mi [caballo]
para que no se me fuera porque estaba muy alborotado. Y yo [tuviera que]
pedirles el que se apaciguaran con la mano izquierda [que]
me servía como de broquel cuando les hablaba, cuando se [arrimó]
el hijo del Capitán Pablo, y me tiró un palo a la mano que
la dejó sin poderla menear por entonces. Y cuando yo [volví la cara]
vi que el Hermano Fray Diego, y sus vaqueros, y mi [muchacho]
iban corriendo a caballo, y la mayor parte de la gente iban corriendo
tras ellos. Yo me quedé allí con mi fiscal y mi [chiquillo]
que iba con los cojinillos. Y no pudiéndome yo poner a caballo
Inventarium Generale Omnium Librorum huius Bibliothecae Conventus Divi Pauli Manilensis Ord. Ermitarum S.P.S. August. in hac Provintia SS Nominis JESU Philipinarume.

Acosta, de drogas: 1
Cedillo, Arte de navegar: 1
Bayri, Venimecum: 1
Borres, Examen de cirujanos: 1
Bellum Bataborum: 1
Rodríguez, 4 libros japones y 1 chino: 5
Lopez, Medicina: 1
Sigüenza, Libro astronomico: 1
Estante 7
Spigelio, Anotomia general: 1 tomo
Fontana, Fabricas de Roma: 1
Rubeus, de Templis Roma: 1
Castillo, Lepicon: 1
Cesario, Astronomico: 1
Atlas Theatro del mundo: 7
Phisica manuscripta: 1
Ortiz, Vocabul., arte, y mists en tagalo: 11
Santos, Vocabulario tagalo: 1
Bergano, Vocab. y Arte pamp: 2
Mentrida, Vocab. visaya: 1
Blarmino en Ilocos: 1
Sanchez, Vocabul. visaya: 1
Fero, Gramatica italiana y francesa: 1
Florentino, Gram. italiana y española: 1
Vivis, de gram.: 1

Pineda. {4 Tomos. Cajon 2(1), estante 4 (2)}
Pineda Vida de San Telmo. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (4)}
Pinelo de bonis maternis. {1 Tomo. Cajon 11 (6), estante 5 }
Pinelo Sobre el chocolate. {1 Tomo. Cajon 5 (8), estante 5(4)}
Pinto in Ysayam. {1 Tomo. Cajon 2(1), estante 6 (4)}
Pinto Historia oriental. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 3}
Pinto Ramirez. {6 Tomos. Cajon 2 (1), estante 2 (1)}
Piscinardo Opera. {3 Tomos. Cajon 4 (9), estante 3 (2)}
Pittono Constit. et decret. {6 Tomos. Cajon 10 (7), estante 5}
Pius Quintus Cathessismus ad Parrochos. {1 Tomo, Cajon 8 (10), estante 4 (9)}
Pizarro Varones Ilustres. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 3}
Pizinelus. {4 Tomos. Cajon 3, estante 1}
Plata in 3 libros codicis. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 1 (2)}
Plati de Bono statu religiose.{ 1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 5}
Platino Historia Pontificia.{ 1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 2 (3)}
Platon Opera.{ 3 Tomos. Cajon 6 (14), estante 1}
Pomey Precepta rectorica. {1 Tomo. Cajon 6 (12), estante 6 (9) 4}
Poliantea Novíssima. {2 Tomos. Cajon 2 (1), estante 3 (2)}
Ponce Discursos para la Cuaresma. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 2 (1)}
Ponseca Pasión Amor de Dios y Cuaresma. {6 Tomos. Cajon 13 (12), estante 1 }
Pontano Opera singularium doctorum. {2 Tomos. Cajon 11 (6), estante 3}
Pontano in Virgilium.{ 1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 1 }
Ponte de Potestate regis. {1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 3}
Pontifical Romano. {2 Tomos. Cajon 10 (7), estante 1 }
Porres Examen de cirujanos. {1 Tomo. Cajon 6 (14), estante 6 (4)}
Porres Predicables. {2 Tomos. Cajon 9 (11), estante 4 (3) 2}
Portél Dubia Regular et. Resp. Marial. 3 Tomos. Cajon 5 (8), estante 5 (4)
Portero Palidonia sintagna et securis. {3 Tomos. Cajon 8 (10), estante 4 (9)}
Portilla España Restaurada.{ 1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 5 (4)}
Portillo Crónica Espiritual Agust.na. {4 Tomos. Cajon 13 (12), estante 3 (1)}
Posa Ayudar a bien morir. {2 Tomos. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
Possevino Biblioteca. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 2 (1)}
Potestas Examen Eclesiasticum. 1{ Tomo. Cajon 5 (8), estante 1 2}
Al Virrey de la Nueva España que dé las órdenes que convengan para que vengan a estas islas médicos, letrados y escribanos. 1660, 1705

{Al margen derecho: Al virrey de la Nueva España que dé las ordenes que convengan para que vengan a estas islas, médicos, letrados, y escribanos.}
El Rey = Marqués de Leyva y del Adrada
conde de Baños pariente a quien he proveído por mi
virrey gobernador y capitán general de la Nueva
España, y presidente de mi real audiencia de
ella, o a la persona, o personas que la gobernare
en memorial que ha presentado en mi consejo real
de las indias: Máxino Sola de la Compañía
de Jesús ha [representado] entre otras cosas la
mucha falta que hay en las islas Filipinas,
de donde ha venido por procurador
general de ellas, de médicos, letrados, y escribanos
entendidos en su facultad. Pues por la
falta de ellos se hacen yerros y nulidades
en los pleitos y negocios de importancias.
Y que por no haber escribanos reales, hallan
en esa Nueva España dificultades en las escrituras
que de allá vienen. Y aunque de esto se
siente mucha falta, mayor es la que hay de
médicos. Pues es bien de reparar que en su viaje
tan dilatado y peligroso, [se] embarque tanta
gente sin médico que en las enfermedades
sepa aplicar algún remedio. Y que los presidios
de Terrenate y [Zamboanga] con
tanta infantería española estén sin
un médico o cirujano que siquiera sirva
de consuelo a los enfermos. Y que
en la ciudad de Manila algo suplen los chinos,
pero es poco y con poco seguridad de los enfermos.
Guía para el Padre Comisario que fuere a procurar agustinos para las misiones en Filipinas

hasta nueva de nao, porque toda libranza cuesta
muchos pasos, y pesos entre arráeces y canoeros. Para
el avisamiento de Acapulco se dan a las coronas 150 pesos
y la mitad a legos, y se ajusta el gasto hasta
25 de marzo. Y si pasa de allí, pídalo en Acapulco
el comisario. Si inverna la barcada en México, se pide
vestuario, y con ejemplares que un oficial de
contaduría descubre pagado, se consigue. Y aun habiendo
invernado en Andalucía el Padre Fray Isidro lo
consiguió, pidiéndolo en la Casa de la Contratación,
Note esto el comisario. Y estando ya para partir a Acapulco
al fin se presentan en la contaduría cuatro certificaciones:
Primera del médico. Segunda del cirujano, que suele ser
barbero en un mismo tomo, y con eso entrar aquí las
rasuras. Tercera del boticario, estos tres fcertifican ante
escribano del gasto y servicio que han hecho a los enfermos.
Y la cuarta es del comisario jurado, de los regalos, dulces,
gallinas etcétera que ha gastado con los enfermos, en
que entrar los gastos de enfermos de la Veracruz
a México, y aun lo que presume hasta a Acapulco
según buena prudencia y conciencia. Y todos los gastos y
aviamiento se procura cobrar debajo de una libranza.
Para evitar enfados y derechos: pasa por la factoría
y veeduría etcétera y de estos pasos el oficial mayor del escribano
de la contaduría dicha alumbra mas en estos
Carta del Padre Marcelo Francisco Mastrilli, sobre la conquista de Mindanao. Taytay, 1637

Al tiempo que lo bajaron al Real yo estaba con los enfer-
mos en la armada, dijeron me pero La tarde cuando volví, que
su señoría había hecho finezas propias de su piedad en el Padre
ayudándolo a concertar y poner en la cama; dandole con sus manos
de comer limpiándole La sangre de los heridas; y consolando con
muy tiernas y devotas palabras; en particular cuando comenzo
el cirujano a medicarlo; porque estando ya los vestidos pe-
gados con las heridas por haber pasado ya días medio sin hon-
rarse; fue grande la fuerza del dolor al arrancarlos con que se
resintió un poco. Le fue luego su señoría a la mano con las
memoria de la pasión de Cristo señor nuestro y tuvo tanta efica-
cia que como me afirmo después, ni palabra dijo ya mas mi
acción mostró contraria a una invicta paciencia de glorioso Martyr.
Confieso que Lavé sus heridas después de su muerte mas
con lagrimas de los ojos que con agua del rio por una santa
[embidia] que tan gloriosamente hubiese [acarlo] su peregrinación
Le pedi antes de morirse que me alcanzarse de Dios Muerte
semejante a la suya, o mas penosa en defensa de sus mas Ley:
Me lo prometio el [S. Varon], y lo espero por su intercesión
No por quejo le merezca; sino en pago de la gracia que sus
gloriosas heridas se le añadió con las cuatro postreras absolució-
nes que con mi particular consuelo le di. Por cierto dichosi-
simos Padres que han podido con sangre manifestar al mundo
el zelo y amor Divino que escondían a sus pechos.
Acabada la mañana de enterar al Padre que fue
el Viernes a dos días después de la Victoria
subimos con su señoría al cerro. pero era tan grande el he-
dor que había por los Moros muertos en los barranca
de nos, aunque muchos aun vivían por las voces y gemi-
dos de mucha gente que oía que apenas llegados vimos La
casa del Rey y Luego nos volvimos al Real, mandando que fuera
de los

Los despacho luego su señoría con nueva orden para el Sargento Mayor
Palomino, en la cual la mandaba que no obstante La primera in-
tención viese con toda la gente que le embiaba demás de coger en
todo caso a Moncay o por la menos le quitase Las armas con esto pro-
seguimos el nuestro camino y el Domingo de Pasión llegamos en
Zamboanga.
Recibió la fuerza su Capitan General que volvía victorioso con sal-
va Real y escuadron, y el Padre Gregorio Belin con capa y Te Deum
Laudamus en su Iglesia yo habiendo acompañado hasta las casas
Reales me fui a disponer en el Hospital para los enfermos
que aunque les habia acudido en Mindanao, y por el camino con
todo lo que había de la dispensa de su señoría, con todo eso por las
incomodidades de los champanes en que habían venido [forcosa mste ]
apretados para que los pudiese curar cada día el cirujano
que en la faluga de su señoría Los iba visitando; por falta de ga-
llinas venían muy flacos fui buscando Luego Las camas hasta llevar
Las de casa: encerre en una posento quema mando hacer Luego
se señoría en el mismo hospital cuanto pude coger de dulces y
otras cosas para el regalo de los enfermos: y en nuestro corral guardé
cuantas gallinas habian Venido en Zamboanga de Othon: porque
Los particulares Las dieron a su señoría; y el sin guardarse le
ni una tan sola por si, me las entregó todas para el servicio de los
heridos. Con tan buena provieron quedeme en el Hospital para
poder acudir de día y de noche al cuerpo y al alma de los enfer-
mos adelantados mucho de la visita personal, y cuidado continuo
de su señoria para que no le faltase cosa ninguna con esto y con
La devoción con que estaban y confesión y comunión general que
hicieron todos el Domingo de Ramos se hallaron el sábado
en que partimos de Zamboanga gracias a Dios La mayor parte
sanos y valientes.
Y verdaderamente quien vio el numero y calidad de las

heridas, no puede negar haber sido cosa Milagrosa, que de ochenta
heridos, fuera de los tres que acabaron La misma noches del asalto
en el Real, no muriesen mas que dos teniendo todas Las heridas
ponzoña; demás de ser muchísimas de por si penetrantes y mortales; como
vimos de los efectos que causaron en los enfermos, los sompites, baca-
cayes, y balas mismas que no obstante de ser todas mordidas, hallamos
también en el cerro que estaban metidas en un [tibor] lleno de ponzoña
La verdad es que yo me servi de algunas contras muy buenas que me habían
dado en Malaca: pero La verdadera contra fue mezclan con ellas Un
poco de reliquia de San Francisco Javier, que junta con la fe y devoción de los
enfermos y cirujano valentisimo hombre obro maravillas. Bien Las
experimentó el Capitan Marotto que ya estaba todo negro y agonizante, cuan-
do me llamó por confesarse y recibir Loa sacramentos. Mejor el Alfé-
rez Miguel a Mesquita, que hecho por la boca una noche tres sompites
que tres dias antes en el asalto le habian atrevesado la garganta. Mas
que todos un sargento de su misma Compañía a quien muy aprisa di La ex-
tremaunción, por tener pesado el estomago con un balazo, y echarla
sustancia de la comida por la herida: con otros muchos que estando y
desanclados en Mindanao van a hora caminando por Manila. So-
lo el Alférez Romero y el Alférez Mochuica murieron en Zam-
boanga de lanzadas que le dieron Los Moros ya ganado el cerro
por el camino, pero entrambos voluntariamente se compraron La
muerte con quererse dejan curar en manera ninguna.
Estaba entre tanto el señor Gobernador a guardando La vuelta
del Sargento mayor Palomino del Capitan Juan Nicolas de Bugayen
y en lugar de descansar estos días como todos pensaban, por los [trama]
los pasados; fue en personas con los soldados a trabajaren Un
foso que habia mandado abrir por trae un Rio de aguas
dulce a la fuerza que es lo que solo le faltaba; y ahora y a por gracia de
Dios a llegado, como habían de Zamboanga: pero antes de poner mano
a otras obras, quiso como señor tan pio, agradecer La segunda vez a Dios
La

La cual cierto por haber sido muy larga y peligrosa nos ha dado mucho que padecer porque
cualquiera Isla que encontrábamos habíamos de rodearla forzosamente toda, y por
cualquier parte que que [fiesemos] ir, luego el viento se ponía a la proa; con
tres o cuatro baguios (que son tormentas des echas) en las Islas de negros,
de Mindoro y Marinduque; que fue milagro propiamente de Dios por
particular protección de San Francisco Javier escapar libres de todos princi-
palmente en lo que tuvimos en la Isla de Mindanao se nos vendió el árbol
y pasó un [rollero] por encima de la nuestra popa tan caliente y tan
nuevo a los Pilotos y marineros, que viendo lo de lejos venir sobre Las
aguas me llamaron aprisa para que lo con [hurase], como hice: y cierto no
pudo ser otra cosa que diabólica por declararse visiblemente autor de tantas
hazañas, estorbos, y contrariedades el gran diablo de Mindanao, que de su silla
con tanto valor había se señoría derribado.
Pero si visible fue la obra del enemigo en los peligros muchos mas patentes
y clara fue la protección divina y del nuestro [Ls].en los mismos: como cuando nos
libro de algunos bajos [de...dra] en la costa de Manila, a donde irrepara-
blemente habíamos en callado [y...a] un champan que se [ab...] de donde [...mudar]
mos sin saberlo un día antes: y otros muchos que por no cansar VR no re-
fiero. Dos veces tomamos refresco por el camino por acudir a los enfermos
una en Iloilo a donde los nuestros Padres nos regalaron con muchos novillos,
terneros, quesos, y gallinas; La otra en Panay por el capitán y alcalde mayor
Don Francisco de Frias. Al fin porque los vientos eran totalmente por proas,
y realmente su señoría había padecido tanto por el camino que bastantemente
Lo declararse con referir a V.R. lo que el mismo me afirmo que de cuan-
do había padecido y pasado en Flandes y otras partes por servicio de su majestad
ninguna cosa llegaba a lo que había sufrido tantos días embarcado en un cham-
pan. Se resolvió desembarcan en Tayabas con el sargento mayor Don Pedro
su sobrino y el Capitán Lorenzo Ugalde enfermos que tenían necesidad del
Cirujano, y de aquí fuimos por tierra dos días de camino hasta la laguna,
de donde por el rio llegamos a Manila los diez y nueve de Mayo yo me
que de en San Miguel, los enfermos en Manila y su señoría La misma noche
pasó
Año de 1640—Información sobre el milagro que Nuestra Señora de Caysasay usó con Juan Ynbin, sangley cristiano.

médico. Y por lo que toca a la facultad
de la cirugía, se lleve asimismo
a Benito Tavares, cirujano. Y que
habiendo visto los dichos autos se
junten en el palacio de Su Señoría
Ilustrísima, para cuyo día serán
avisados a que lo confieran
con maduro acuerdo y firmen
sus pareceres para determi-
nar Su Señoría lo que debe ser hecho.
Así lo proveyó, mandó y firmó.
[rúbricas] Fray Hernando, Arzobispo.
Ante mí,
Diego Núñez
Carta apologética, probablemente de Francisco Combés sobre la controversia sobre el sermón de Francisco Solier en el que acusa a los frailes de maltratar de los indígenas

lo puede remediar [die] ecclesia. Y el padre echó por el atajo. Y para que
el padre sepa cómo le es lícito desde el púlpito reprender a personas
señaladas, pondré las condiciones que para ello se requieren. Para que,
viendo cuántas le faltaron para justificar el hecho, conozca su
yerro y lo enmiende, pidiendo en otro sermón perdón al rey
nuestro señor, a su gobernador y al señor Don Salvador Gómez de Espinosa,
a quienes tan inconsideradamente ha agraviado.
La primera es avisar primero al delincuente. La 2.a, obstinación
de éste en la culpa, que causará escándalo público. La 3.a, delatando
por sí o interpuesta persona al señor arzobispo o a su
superior secular. La 4.a, imposibilidad en los jueces eclesiásticos
y seglares para corregirlo. 5.a, que no haya esperanza de que el delincuente
con otro medio se corrija. 6.a, que habiéndolo consultado
con hombres prudentes y doctos, juzguen que evidentemente
se ha de seguir provecho y obviar escándalos mejor que si se omitiera
la reprensión. 7.a, que el tal hecho sea pernicioso. Todas
estas condiciones se sacan de los [concilios] y autores citados y han
de preceder. Y conviniendo todas podrá con licencia de su prelado
llegar a reprender. De otra suerte: [seditiose con
tu meliore precipitanter et hostiliter evangelio y officium
exercet]. Y cuando todas estas condiciones le pareciere que convienen,
que será milagro juntarlas, si quiere obrar prudente
y cristianamente, siga el consejo del concilio coloniense
parte 6 que dice: si magistratus dissimulent, consultius magis
est, ut ultio remitatur ad Deum. «Que, disimulando los superiores,
es mejor pedir a Dios [que] la enmiende y remitirle
la venganza.»
Recorra esas condiciones y vea si reguló por sus
reglas su arrebatado espíritu. Que no es bien habiendo remedios
fáciles y seguros, echar mano de los rigurosos y peligrosos. Que
ningún cirujano echa mano de la navaja mientras puede
resolver el mal con otros lenitivos. ¿Avisó al señor Don
Salvador Gómez de Espinosa, proponiéndole los inconvenientes
para que recogiera su papel? ¿Mostró se le obstinado a la
razón? Que yo le tengo por tan dócil que a la menor razón
se rendiría si la viniese y permitiría frustrar su trabajo que
donde obró el celo y no la vana ostentación, como dice el reverendo
padre predicador. Se contentaría con satisfacer a ese cuidado tan
propio de ministro. ¿Recurrió al señor arzobispo, al señor gobernador
o a la real audiencia, delatando y proponiendo los inconvenientes?
Que todos son tan celosos y píos que estudiarían la resolución
con mucho acuerdo, y no consentirían remedios que ocasionasen
mayores males. Halló los flacos para la ejecución
y presumió los tales. Lo 1.o es imposible porque por la bondad
de Dios no ha llegado en nuestra monarquía a
padecer opresión la justicia. Nunca el señor gobernador
se ha opuesto a las resoluciones de la audiencia ni
aun ha contravenido al menor informe de ella ni
Información hecha por el Padre Fray Antonio de Porras. Panay, 1624

y aunque estuvo el dicho sangley cirujano
un buen rato aguardando a ver si hacía alguna
operación el dicho bebedizo no fue
bastante para que el dicho pescado saliese
del lugar donde estaba atravesado por
que este testigo metiendo otra vez sus dedos delante
del dicho sangley dentro del gaznate
del dicho Luis Alangan topó y atentó la misma
cola del dicho pescado y al cabo de
media hora que pasó lo dicho se fue este
testigo a su casa y volvió después a ver al dicho
Luis Alangan. Al cual vido de la misma forma
y manera que antes estaba y le vido puesto
al cuello un panesito de San Nicolás y no deteniéndose
mucho se volvió a bajar de la
dicha casa. Y después de esto habiendo pasado como
cosa de una hora, oyó este testigo decir al dicho
Manuel Tigo y a otras personas que el dicho Luis
Alangan estaba libre del dicho pescado y
se había salido por la boca del susodicho
y no oyó otra razón ni más declaración de que
como dicho tiene se había salido el dicho pescado
el cual vido este testigo en manos del dicho
padre juez y vicario en la iglesia de este
dicho pueblo día de la purificación de nuestra señor y lo
dio el dicho por a una india beata de este dicho
pueblo para que lo mostrase a las demás por
que era el que había tenido el dicho Luis Alangan
atravesado en su gaznate. El cual
dicho pescado estaba ya seco y enjuto
y a su parecer de este testigo tendría cuatro
dedos de largo y de ancho tres dedos poco
más o menos y sabe que los visayas

haciendo esto por señas este declarante porque de
ninguna manera podía hablar y habiéndole traído en
un baroto se desembarcó y fue por sus mismos pies a la
casa de Cat.a Uaysolot su cuñada adonde acudieron muchos
indios a ver lo y en particular Miguel Tigou sangley
cristiano cirujano el cual procuró echar el dicho pescado por
el gaznate a dentro y para ello le metió en él un trozo de
corazón de [plátano] y después otro trozo de caña dulce
hasta topar con el dicho pescado haciendo por [ello] despedir
del dicho lugar. Y no le fue posible según estaba tan arraigado.
Ni tampoco bastó [Marcos Hernández] tonelero
aunque le metió los dedos dentro del gaznate y asió por
la cola al dicho pescado para echarlo fuera y así viendo
[que no] tenía remedio alguno fueron a llamar al dicho
padre juez y vicario. El cual habiendo ido a la dicha
casa confesó a este declarante por señas porque
como dicho testigo no podía hablar y le ató un panesito
de San Nicolás a la garganta el dicho padre diciéndole
[que no] pues se moría si encomendase a él para que le valiese
el bienaventurado San Nicolás de Tolentino
y así lo hizo este declarante con todo corazón y que después
de lo cual se fue por su pie a su casa adonde así mismo fue
el dicho Manuel Tigou cirujano. Y le dio a beber un bebedizo
por último remedio que de ningún modo lo pudo tragar
ni pasar al estómago por el dicho impedimento
y lo volvió a echar de la boca sin causarle efecto ninguno
teniendo antes y después [que no] le diesen el dicho
bebedizo. Algunas bascas para vomitar y trocar y llegados
a ejecución no pudo echar ninguna cosa del estómago
por la razón dicha y lo que trocó fue solamente
cantidad de sangre por la fuerza que hacía al tiempo
de los dichos vómitos. Y después de esto al cabo de rato
sintió este declarante salir el dicho pescado del dicho
lugar y llegarse tanto cuanto a la boca y cobrando
ánimo metió dos dedos de su mano y al cansando
al dicho pescado por el vientre le arrancó las tripas
y sacó fuera y metiendo otra vez los dedos y asiendo