Plato
- Title
- Plato
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- Plato
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- 32175067
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Found 26 Instances of "Plato" on 19 Pages
Vocabulario Visaya de Pedro de San Nicolás y otros. 1700s.

Asir en puñado con una o ambas manos. Sacmal
Asirse el niño de persona o andador para aprender a andar. Labay
Asir o echar mano de algo o aprovechándose de ello ajustándolo. Sagmit
Asir a tomar. Acua
Asir con los dos dedos. Guitil
Asir algo con la mano y sacarlo ut la comida del plato. Vide. Putal

Mejorar de achaque o tomar la cosa mejor temperamento. Vide. Masmas
Mejor será. Yariyari
Mellado o desportillado. Vide. Bitas
Mellado ut labio partido o plato o jarro de bordos quebrados o desnarigado. Bungiy
Mellado o desportillado ut jarro. Pingas. Pising
Melancolía o tristeza. Lugma
Melodía de voces. Tingig
Mellizo. Cambal
Memoria o aprecio como de los amigos. Alala
Menear simplemente ut mano o lengua. Caual
Menearse ut casa por pisar recio catre por revolverse o temblar de frio. Catag
Menear la cola ut perro o pez. Quaqui
Menearse culebreando ut sabandija o perro la cosa. Cuy
Menear algo como cerniendo o esto para quepa más. Ogog. Olog. Onon
Menear o sacudir ut el viento. Lasolas. Paid
Meneos o movimiento de los pies arredre. Panginaquin
Menear la cabeza diciendo o lino o viejo. Piling
Menear algo o menearse. Quilis
Menear abriendo y cerrando la mano ut moribundo. Quimil
Menear el vientre dando hacía adelante barriga ut cuando pilan. Quinud- Y también incenso. Turpiori
Menear o camorrear ut cosa para que ensaje. Yogiog
Mencos fuertes ut de peje en red o de quien se resiste. Lipasay
Menear o bullir ut a enfermo en cama. Tagay
Menearse ut dientes o cosa pendiente. Vide. Tagay
Menearse ut diente flojo o mesa. Tual

Playa o banco de mar arenosa. Dalampang
Plan y el suelo de la casa. Landay
Plátanos ingenere. Saguing
Plátanos diversos del bungulan. Vide. Bangal
Plátanos cierta especie. Binticuhol
Plátanos con pepita. Butulan
Plátanos obispos. Saba
Plátanos largos. Tondoc
Plátanos gruesos y agrios. Cubao
Plátanos pequeños. Galaian
Plata. Pilac
Plata del pie. Talampacan
Plato grande. Tapac
Platos pequeños. Pinggan
Pleve. Vide. Laman
Pleito que se concluyó. Luctas
Pleito ajeno tomarlo por sí. Mingua
Plomada o propendiendo para tomar la rectitud a la pared. Dorol
Pluma o pelo. Bulbul
Plumas grandes de aves. Baguios
Plumas de la flecha. Pulad
Plumillas o pelo de pescuezo del gallo. Puluc
Plumas o plumajes de las cabezas de las aves. Saguisag
Plumajes o gallardete. Simbul

Raíz de árbol ingenere. Yamut
Raíces exteriores de que se hacen bateas. Lalid
Raíz amarilla medicinal. Bauang
Raíz silvestre venenosa. Calut
Rajarse pared o tabla por seca. Lincag
Ralo ut atole o miel. Lañaa
Ralo ut atole que no está espeso. Labnao
Ralo o ralura en cosa como puesta en hilera o de rejas o de ropa mal tejida cosa de que hay carestía o hablar muy espacio. Lagad
Rallarse con cuchillo sino con casco de tinaja. Cascas
Rallar ut coco. Cudcud
Rama de árbol. Sanga
Ramas en que se suben los peces que se meten en ellas. Yangao
Ranas comestibles. Tugac
Rancio como manteca o aceite. Auta
Rasar uno a otro. Taua
Raro ut milagro. Mala
Rascarse las bestias en arigue o pared. Aliad
Rascarse. Gayao
Rasgado ut ropa. Guiluac
Rasgado o descocido ut vestido. Lilas
Rasgarse al sesgo. Vide. Tabac
Rasgar. Gabac
Rasgar ut ropa. Gauisguis
Rasguño o herida o riza. Lucdis
Raspar con navaja. Urud
Raspar ut con casco de plato etcétera. Cayud
Rasero de medida de granos. Calus
Rastro o estela que en el agua del barco o caimán. Aluyum
Rastro o señal. Bacas
Ratificar o confirmar lo hecho por otro. Vide. Tilmid
Ratón. Daguis

Sacudir como suciedad o animalejo que se pegó a la mano. Balacsay
Sahumerio del jarro u ollas etcétera. Sangab
Sahumar enfermo por remedio. Benat
Sahumar. Asap
Sahumerio de bongas o jarros coniza. Daig
Sahumerio oloroso ut de incenso. Labon
Sahumerio que se recibe por la boca por medicina. Langat. Sangap
Saya al uso de la tierra. Tapis
Saya hasta la rodilla. Tapitapi
Sajar como ventosas o sangrar. Tabad
Sajadura o sangría con las ventosas de la tierra. Abad
Sal. Asin
Salado o salpreso. Boro
Salario o jornal. Upa
Salbia. Sambong
Salbilla o plato donde se pone el jarro de beber. Vide. Sangga
Salcochar o escaldar. Banli
Salero. Asib
Saliva o babas. Cava
Salir con fuerza el chorro ut de espita. Sagacsac
Salir como de casa o sacar como de casa o arca. Lagay
Salir el sol o resplandecer. Silang
Salpicar o matizar. Paltac
Salpicar ut con lodo. Pisic
Salpicar a otros con agua. Sapic
Saltar a pies juntillo. Dambo
Saltar salvando o sobrepasando algo. Langpao
Saltar. Lucso
Saltar como las langostas o el que hace cabriolas. Lucbut
Saltar por arriba. Talacbung
Saltar ut chispas del fuego, astillas del madero o gotas de agua golpeada. Talandang. Talansic
Saltar de alto abajo o abalanzándose a la cosa. Talandung

Tubillo del pie. Bucungbucung. Y al hueso. Malabulacos
Tuerto, cosa desigual. Quibit
Tuba del Buni. Liab
Tupir como tela o rejas. Lanic
Tupirse ut ropa. Vide. Asac
Turbado admirado con pasmo. Angab
Turbio de agua, vista espeso o juicio. Labug
Turbado de vergüenza que no acierta a hablar. Puput
Turbante o paño rebujado en la cabeza. Tubatob
Turnio de ojos que mira a través por costumbre o achaque no adrede. Quilit
Quadrado ut palo. Binam
Quadrado. Parisucat
Quajarse ut sangre o miel. Yatto
Qualquiera. Balang
Qual o cualquiera. Yngsa
Quando de preterito. Yñang
Quanto, precio etcétera. Magcano
Quantos. Pilan
Quantas veces. Vide. Pilan
Quarto. Capat
Quarto trasero de cuadrúpedo. Vide. Salab
Quasi o por poco. Bidso
Quatro. Apat
Quebrado. Balbal
Quebrado y se dice del arroz quebrantado la cascara que es penada. Liba
Quebrado ut partido ut cordel. Patad. Patlud
Quebrado ut platos en pedazos. Pacli. Patli
Quebrantar el mandato. Vide. Alos
Quebrar ut plato. Lampong
Inventarium Generale Omnium Librorum huius Bibliothecae Conventus Divi Pauli Manilensis Ord. Ermitarum S.P.S. August. in hac Provintia SS Nominis JESU Philipinarume.

Gasendo, Epicuri Philosoph: 3
Optica Aguilony: 1
Seneca: 1
Vivis, de Disciplinas: 1
Platon, Opera: 3
Ambrosio, Calepina diccionar: 1
Index librorum prohib: 1
Aristoteles, Opera: 10
Estante 2
Drophanes, Arismetica: 1
Cavio, de Diversis: 4
Quiros, Curso philosop: 1
Chrisostomo, Sabelio in Aristot: 2
Clavis, de Clementis: 1
Caramuel, Curs. Vari: 3
Arniaga, Curso philo: 1
Oviedo: 1
Mastrio, Opera: 3
Vincentius, Speculum historiale: 4
Veracruz, Philosop: 1
Hurtado: Philosop: 1
Mercado, in Dialecticam: 1
Rodriguez, in Dialecticam: 2
Itobeus, Sententie: 1

Pineda. {4 Tomos. Cajon 2(1), estante 4 (2)}
Pineda Vida de San Telmo. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 6 (4)}
Pinelo de bonis maternis. {1 Tomo. Cajon 11 (6), estante 5 }
Pinelo Sobre el chocolate. {1 Tomo. Cajon 5 (8), estante 5(4)}
Pinto in Ysayam. {1 Tomo. Cajon 2(1), estante 6 (4)}
Pinto Historia oriental. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 3}
Pinto Ramirez. {6 Tomos. Cajon 2 (1), estante 2 (1)}
Piscinardo Opera. {3 Tomos. Cajon 4 (9), estante 3 (2)}
Pittono Constit. et decret. {6 Tomos. Cajon 10 (7), estante 5}
Pius Quintus Cathessismus ad Parrochos. {1 Tomo, Cajon 8 (10), estante 4 (9)}
Pizarro Varones Ilustres. {1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 3}
Pizinelus. {4 Tomos. Cajon 3, estante 1}
Plata in 3 libros codicis. {1 Tomo. Cajon 10 (7), estante 1 (2)}
Plati de Bono statu religiose.{ 1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 5}
Platino Historia Pontificia.{ 1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 2 (3)}
Platon Opera.{ 3 Tomos. Cajon 6 (14), estante 1}
Pomey Precepta rectorica. {1 Tomo. Cajon 6 (12), estante 6 (9) 4}
Poliantea Novíssima. {2 Tomos. Cajon 2 (1), estante 3 (2)}
Ponce Discursos para la Cuaresma. {1 Tomo. Cajon 9 (11), estante 2 (1)}
Ponseca Pasión Amor de Dios y Cuaresma. {6 Tomos. Cajon 13 (12), estante 1 }
Pontano Opera singularium doctorum. {2 Tomos. Cajon 11 (6), estante 3}
Pontano in Virgilium.{ 1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 1 }
Ponte de Potestate regis. {1 Tomo. Cajon 8 (10), estante 3}
Pontifical Romano. {2 Tomos. Cajon 10 (7), estante 1 }
Porres Examen de cirujanos. {1 Tomo. Cajon 6 (14), estante 6 (4)}
Porres Predicables. {2 Tomos. Cajon 9 (11), estante 4 (3) 2}
Portél Dubia Regular et. Resp. Marial. 3 Tomos. Cajon 5 (8), estante 5 (4)
Portero Palidonia sintagna et securis. {3 Tomos. Cajon 8 (10), estante 4 (9)}
Portilla España Restaurada.{ 1 Tomo. Cajon 7 (9), estante 5 (4)}
Portillo Crónica Espiritual Agust.na. {4 Tomos. Cajon 13 (12), estante 3 (1)}
Posa Ayudar a bien morir. {2 Tomos. Cajon 12 (4), estante 6 (9)}
Possevino Biblioteca. {1 Tomo. Cajon 12 (4), estante 2 (1)}
Potestas Examen Eclesiasticum. 1{ Tomo. Cajon 5 (8), estante 1 2}
Sobre las mentiras de Don Juan de Rosales, escrito por el General Don Franco de Figueroa

Demonstración de la verdad que
saca contra las mentiras del
papel de Don Juan de Rosales
El general
Don Francisco de Figueroa, castellano de Cavite
Amicus. Amicus Plato sed magis
amica veritas.
Amigo, ya es tiempo de decir verdades que así
se lo escribí los días pasados al señor Don Juan Manuel
y bien sabe vuestra merced que ninguno mejor que yo puede decirla,
siquiera contra lo que se miente en el papel de
vuestra merced. Yo quiero decirla antes que me obliguen a decirla
aunque no quiera. Sálvese quien pudiere, que
aunque yo he mojado en el plato más que todos, no
será la primera vez que salgo con las manos limpias,
aunque las demás queden manchadas. Por lo menos,
he de probar ventura que quizás no estará cansada
de asistirme, y si lo estuviere y me ahorcasen, servirá
me de confesión. Esto me obliga a responder a su
Guía para el Padre Comisario que fuere a procurar agustinos para las misiones en Filipinas

embarcar, y pagar cuantos embarcare a razón de tanta
plata cada uno. Y no fije número por más réplicas que
haya que se pone a riesgo [cuidente] de pagar cuatro
seis de vacío. Fray Álvaro, que no debiera, determinó
después de mil importunaciones el número, y se lo
querían hacer luego pagar, y el zafarse de esta droga
le costó gran diligencia, y más de doscientos pesos.
No se [mate] por poner en la escritura condiciones
impertinentes, como si "me ha de dar principio,
a comer, o postres, o tantos platos, o agua", todas con
cosas ociosas porque si el capitán es hombre honrado lo hará
muy bien, y si es pícaro, nada cumplirá de estas
simplezas. Las condiciones que no se han de omitir son
que la mitad se da en Cádiz de la plata, y la mitad
en la Veracruz, o México a tanto plazo. Según
en esto se concertaren: que ha de meter en el navío
tantas piezas de arcas (por eso conviene que todo cajón
que meta aunque sea de libros sea en figura
de arca) que suele ser a razón de dos frailes una,
que ha de meter tales o tales piezas de su avío como son
barriles de vino. De trastos pequeños no se hace caso.
Y si la nao es grande no se hará de esto mucho aprecio,
mas si pequeña habrá porfía. Y en fin es menester
regatear en que entren estas cosas, por no alquiler

como yo lo hice se pierde [muestro] en ello, y es que venden
los nuestros el oro a Juan de Olarte, o Andres de Arriola
o a otros mercaderes de plata. Los cuales sacan un bocado, y
lo llevan al contraste, el cual quilata siempre en favor de
los mercaderes, quitando uno, o dos granos de los quilates
que el oro tiene, porque los mercaderes, y el contraste se entienden
acoplas, y comen como dicen, en un plato. Aseguro
a vuestra reverencia que en el oro que llevé, mío y ajeno, perdí por
esta causa más de 200 pesos. Y por eso digo que, antes de venderlo
ni saber el contraste que vuestra reverencia lo quiere vender,
se lo llevé a que lo quilate y de papel firmado dé los
quilates, que tiene por el cual los mercaderes lo admiten
y pagan. Y si es factible sin daño de la edificación (que
no lo sé), lo mejor sería no vender el oro sino por cuenta
de vuestra reverencia meterlo en la caja de la moneda para que se
hagan doblones, en lo cual se gana. Y lo experimenté
en Madrid, que llevé un [tejuelo] al Padre Claudio Clemente,
y él lo metió en la caja de la moneda, y lo hizo
doblones, y ganó mucho más que si lo vendiera.
{Al margen izquierdo: 3 Pasar a Italia dineros}
Para pasar a Italia no hay mejor moneda que los reales
de a ocho que valen en Roma a ocho julios y medio. Y así
en cuanto se pudiere, es lo mejor llevar plata en cubierta
en secretos [se] cajas etcétera. Y no es malo llevar doblones,
pero el precio de estos en Roma no el fijo pues
corre de 29 a 31 reales cuando yo llegué a Roma va
Información del gran milagro del pueblo de Caysasay [Casasui], 1619

{366 [321]}
{[Al margen izquierd] en cuanto a las maravillas o milagros que han sucedido. }
{Testigo 8º doña María Lavinysa cuanto a las apariciones y testigo primero, cuanto a milagros que sanó de cierta dureza?, incompleto] antigua que en él tenía.}
En el pueblo de Tal en ocho días del mes de oc-
tubre de mil seiscientos diecinueve años, los padres priores y jueces
en esta causa para la dicha información hicieron pa-
recer ante sí a una india que mediante Bernardo de Lande-
cho, intérprete nombrado, dijo llamarse doña
María Lavinysa, que es el mismo testigo octavo que ya ha dicho su
dicho y lo que sabe acerca de las apariciones que ha visto.
Y recibiéndosele juramento de nuevo por Dios Nuestro
Señor sobre la señal de la cruz según forma de derecho,
para que diga si sabe alguna cosa tocante a maravillas y mi-
lagros. Dijo que aquella misma noche cuan-
do estaban en oración a prima noche ella y su hija doña
Isabel Dayampita con su marido D. Pedro Cahonhon y
Joan Mangagat, y Ana Bontoan, esclava de esta declarante,
habiendo muy en particular pedido y suplicado esta declarante
a la Virgen gloriosa Nuestra Señora le hiciese merced de mos-
trarle alguna cosa con que pudiese curar una gran dureza
que, había más de siete años la fatigaba grandemente en el
vientre, habiendo gastado más de cincuenta tostones
en curas diversas sin haber hallado alivio con ellas ni des-
canso alguno; dice pues que estando así en oración vio
de repente en el suelo y [en] medio de un plato de China,
que allí estaba puesto para el que quisiese poner allí alguna li-
mosna, estando de antes el dicho plato vacío sin tener cosa
alguna, como con la claridad lo habían visto los que allí es-
taban, vio en él esta declarante un poquito de licor
a modo de vino de Castilla en el color; el cual plato
tomándole en las manos esta declarante y oliendo lo que
en él estaba, trascendía de grandísimo olor. Y dice que vol-
viéndole a poner donde estaba, volvió a hacer oración
a Nuestra Señora suplicándole tuviese por bien se ungiese
ella con el dicho licor, lo cual hecho, como con el dicho licor
se ungía se sintió luego sudando y la dureza dicha que en

estando en esta oración, es verdad que en el plato
que está referido estaba allí puesto para poner la li-
mosna que diesen, sin tener cosa alguna; cuando allí se hin-
caron de rodillas vieron de repente en él un poco
de licor en el medio, del que en el color tiraba a vino
de Castilla; y como la dicha su madre tocase al dicho licor
hallaron oler grandísimamente, tanto que no sabe a qué
compararlo. Y como volviese la dicha su madre a hacer
oración a la Virgen se ungió con el dicho licor en la gran
dureza que en el vientre tenía, con lo cual sintiéndose
luego sudando quedó sana de la dicha enfermedad, sin que
le quedase dureza alguna. Y también esta declarante con su
marido y otra persona de las cuatro se ungieron con aquél po-
quitico de licor que quedaba, así por la mucha devoción
que cobraron como por la gran fragancia del dicho licor.
Y esto es lo que sabe acerca de este caso, y la verdad para el
juramento que tiene hecho.
{[Al margen izquierdo.] Testigo, D. Pedro Cahonhon citado por el testigo 8º sobredicho, y también se llama Dimahonhon que es lo mismo entre los tagalos, contesta con quien le cita}
Y asimismo pareció luego presente y a solas y ante los
dichos jueces D. Pedro Cahonhon citado por la dicha doña
María Lavinysa, octavo testigo; y habiéndosele asimismo recibido
juramento que dirá verdad en todo lo que su-
piere, en cuanto al haber sanado su suegra con la unción
del licor sobredicho. Dijo que habiendo allí
estado en oración con su mujer, con su suegra y con Joan
Mangagat y Ana Bontohan es verdad que vieron de re-
pente en el sobredicho plato un poquito de licor mara-
villoso, con grande fragancia de olor con el cual como
su suegra, la dicha Dª. María Lavinysa se ungiese la dureza
que en el vientre tenía, que había mucho tiempo que pa-
decía de ella. Luego que se ungió según ella y la dicha su mujer
decían, quedó sana, quedando todos muy contentos, dando gra-
cias a Nuestra Señora por semejante merced.

{[Al margen izquierdo.] Testigo: Ana Bontoan, citada por el testigo sobredicho contesta totalmente con ella.}
Ítem, en doce días de este dicho mes de octubre del dicho año, pareció mismo
así presente ante los dichos padres Ana Bontoan, esclava de Dª. María Lavinysa
estando en oración vio de repente el licor sobredicho con que sa-
nó, como más largamente se refiere en el dicho testimonio primero que
esta dicha Dª. María Lavinisa da cuanto a maravillas y milagros; y habién-
fdosele recibido juramento en forma mediante el dicho intérprete
dijo que, es verdad que estando en oración junto con su ama
Dª. María Lavinysa, con la grandísima claridad extraordinaria que
allí había, siendo antes de noche muy oscuro vieron de repente en el
plato que allí estaba para si alguno diese limosna, un poquito de licor
que ella compara a color de quilán, el cual olía que trascendía; con el
cual como se ungiese la dicha su ama dice esta declarante que
luego quedó sudando, y con esto la dureza grande que en el vientre tenía
la dicha su ama había muchos años. Luego quedó blando el vientre
como si no hubiera tenido tal dureza; y adviértase más que añade
esta declarante que cuando este licor se vio de repente, era tan grande la
claridad con ser de noche y no haber candela que se podía leer cualquiera escritura.
Y que esta es la verdad debajo del juramento que tiene hecho, en que
se afirmó y ratificó, y dijo ser de edad de cuarenta años poco
más o menos. Y no firmó por no saber. Firmáronlo los dichos padres,
jueces y dicho intérprete.
[Rúbricas:] Fray Juan Bautista de Montoya. Fray Gabriel de Rojas. Bernardo de Landecho. Don Pedro Dimagongon.
Ante mí,
Pedro Pérez,
notario nombrado.
{[Al margen izquierdo.] Testigo: Don Cristóbal Managit afirma haber sanado de una antigua tullidez.}
En el pueblo de Tal, en nueve días del mes de octubre
de mil seiscientos diecinueve años, ante los dichos padres, priores,
jueces de esta causa pareció un indio que mediante el dicho intér-
prete dijo llamarse don Cristóbal Managuit, y ser natural de
el pueblo de Molavin, doctrina de Tal, del cual tomado fue tomado y re-
cibido juramento por Dios Nuestro Señor sobre la señal de la cruz se-
gún forma de derecho, y prometió de decir verdad. Y siéndo-
le preguntado si ha usado Dios Nuestro Señor con él alguna maravilla
haciéndole merced por intercesión de la Virgen de darle sa-
lud en ocasión de alguna enfermedad que haya tenido
{dijo}
Certificaciones auténticas del modo con que se halló el Santo Niño de Cebú, 1639

[Y es] su santissima reverencia le es notorio todo lo sucedido por el santísimo niño
como persona que a tantos años está en esta ciudad. Lo que yo he alcanzado
de saber en el tiempo que estoy en ella diré=
Lo primero que los naturales de Cebu lo llamaron bahahala
que quiere decir el "gran señor" no "diguata" porque es supersticioso.
Lo segundo que el principal que lo tenía era su casa donde
está ahora la iglesia mayor y cuando tenía necesidad de
agua para las sementeras enviaba el padre de Dona Maria la de
Mandaui que llamaron Legazpi porque fue su padrino el adelantado
Miguel López de Legazpi cuando se bautizó. Este tenía la
casa en [medio] de Cebu que yo la alcance bien grande aquien
respetaban y le ponían un altar adorada de las mejores
mantas que usaban que eran caianpata y muchas campanas y en
llegando la cajita donde estaba el santísimo niño le sacaban y ponían
en el lugar atado y había gran fiesta y bailes y luego le tomaban
y en un plato antiguo que llaman losdac le ponían de pies
y lo empezaban a bañar diciendo "balagala danos agua" y luego le enjugaban
y le volvían a su altar y jamás por jamás dejó de llover que
se rasgaban los cielos luego la noche siguiente. Y con esta fee todas las
veces que tenían necesidad de agua usaban lo propio y le volvían
luego a casa del principal dicho. Este plato le tiene Doña Maria y le
estima la india grandemente y se le han querido comprar para
tener la con el santísimo niño y no le ha querido vender diciendo que cuando
se muera se lo dejará=
Lo tercero que corrió voz y nueva de que el Burney venía sobre ellos
y temerosos se fueron a los tingues y a otras partes. Y el principal que
tenía al santísimo niño tambíen se fue a poner encobro y dejó
la cajita a un esclavo suyo casado que la [guardasen] porque estaba
allí toda su hacienda sin saber los esclavos que quedaba en ella
ni jamás lo habían visto. Y después de ido el amo dijo el marido
a la muger: "Nuestro amo nos ha dejado aquí por carnada de anzuelo para
que los enemigos nos matan o cautiven. Vámonos a esconder al manglar."
Y queriendo echarse la cajita al hombro no la pudo mover. Llamó
a su mujer que le ayudase y tampoco la pudieron mover de manera
que con esto creyeron ser verdad que allí quedaba toda la hacienda
del amo. Y así se dejaron estar a seguro la nueva. Y luego fue
volviendo la gente al pueblo y dentro de poco tuvieron falta
de agua y enviaron por el santísimo niño a un [muchacho] y viendo
el dicho esclavo con la facilidad que el [muchacho] se había echado
al hombro la cajita quedó admirado. Que sin decir nada fue tras
el y estuvo aguardando a que le abrieran y cómo vido sacar al
santísimo niño llegó a ver lo que la cajita tenía y no
Carta apologética, probablemente de Francisco Combés sobre la controversia sobre el sermón de Francisco Solier en el que acusa a los frailes de maltratar de los indígenas

lo puede deponer, considerando la templanza con que
habla después de modificar las faltas que las atribuye
a pocos con tal indeterminación que se queda él todo con su
entereza. Y cuando pudiera resultar algún dudoso
concepto de la pureza del estado, será efecto de imprudente
arrojo o resolución inconsiderada. Pues nadie puede extrañar
que en comunidades de hombres ―y no de ángeles― haya
algunos que como tales tengan algunos accidentales defectos
introducidos de la ignorancia. Además que el papel
no se ha destinado a la publicación, sino al informe que
como ministro debe hacer a su rey de lo conveniente.
Y si la calumnia no hubiera hecho tanto ruido, ni aún
en Manila ―con ser pueblo tan corto― llegara a tanta publicidad.
Pero los encarecimientos de la engañosa aprensión
y el alboroto de la malicia ha movido con el estruendo
la curiosidad del vulgo. Con que todos han deseado leer
el papel. Y después del sermón, a gran precio lo deseaban
hallar. Y no teniendo acá precio los libros, la oposición le ha dado
a este más estimación. Si el señor Don Salvador Gómez de Espinosa
hubiera pretendido la publicidad y no el remedio, se contentara
con 140 cuerpos, que apenas podrán satisfacer a la
curiosidad de Manila. ¿Qué ha de hacer en el golfo del
mundo tan corto, número que ―aun para el informe de los
ministros que deben atender el examen de las materias
que se proponen― no ha de alcanzar?
Vamos individuando más en particular
las impiedades de que acusa a este papel. Exclamó
el reverendo padre predicador ―muy estirado de cejas― «Ay,
desdicha como esta de los sacerdotes y religiosos de
Cristo que se haga de mal aun una palabra de cortesía
que se da a cualquier seglar. ¡Que el estado más alto
delante de Dios y sus ángeles ha de andar tan
ultrajado de los hombres!» Cuando me contaron estas palabras,
entendí que trataba de vos a los eclesiásticos o con
otros términos de menos decoro. Y recurrí al papel
de donde hallé que a los provinciales llama «venerables
y devotos provinciales», título honroso que les da
su majestad. Y de que aun nosotros ―que los miramos
de menos altura y con más aproximación― no
usamos ni en el ordinario lenguaje de otros equivalentes.
Pues con un reverendo padre provincial pagamos al
más estirado y los religiosos con un padrenuestro. A los
demás llama «padres». Que no sé que haya otro más
honroso, pues los más ilustres emperadores se honraron
con él. Jenofonte llamó «padre» al rey. [L. 8 De padia
cyri]. Con el mismo título lo honró Platón. Libro 16, De
regno. La misma dignidad le dio el sabio judío
Filón [l. decreat.e princ.] de donde se ve la verdad
de la calumnia. Y qué más atendió a espantar
con alharacas que a convencer verdades. Y si el mismo fundamento
tienen los demás sentimientos, fácil será aliviar
Levantamiento de Ilocos y Pangasinan

comer. Y dijo que luego porque aún la gente andaba alborotada,
y era que andaban robando y matando. Vino después con una
olla de morisqueta y baboy, y el organista de Bantay que no sé como se
llama. Algunos [ongotes] que son cáscaras de [cocos] nos sirvieron
de platos y ricos vasos para comer y beber. Aquí me sucedió un caso
notable y fue que estando yo sentado con el señor obispo, se entró un
zambal en la casa desnudo, solo con su banque y con su baralao
y catana, preguntando no me acuerdo bien, si por el padre vicario provincial o padre
Fray Bernardino, por mí. En fin, me levanté y yéndome hacia él.
Con harto recelo, se hincó de rodillas y me dijo, «padre esto que hacemos
no es conforma a la ley de Dios y así perdóname y échame
una bendición». No sé lo que hice. En fin, se fue. Dios le haya dado
muy buen fin, o le dé buena muerte si viva aún. Allá a la
tarde, pusieron fuego a la casa de Don Pablo de la Peña después de
haberla saqueado y muerto en ella, no sé cuantos. Viendo pues nosotros
estaba cerca el fuego, bajamos la ropa abajo. Y luego vinieron
los zambales más principales y nos dijeron [que] [venía] ya el
fuego, que nos mudásemos. Y en fin, sin querer, cargaron ellos mismos
con la ropa y nos la llevaron a otra casa hacia el poniente
adonde fuimos, siguiéndolos. Subida ya la ropa a la
otra casa, pusieron fuego a otras casillas de la misma casa y
pedimos nos bajasen la ropa, adonde quisieron [perder] nuestra
petaca pequeña, pero subí arriba y yo la arrastré. Salió Don Jacinto
Macaraeg y, disparando un mosquete a pechos delante nosotros.
Echó un porvida de Don Jacinto Macaraeg y hizo apagar el
fuego. En fin, aquella noche pasamos en aquella casa y
fue tan dichosa por haber sido nuestro albergue, que ella sola con
otra grande, que está enfrente vivió o quedó libre con la iglesia
de todo el pueblo. Porque por la mañana quemaron hasta los tambobos
y nos obligaron a irnos debajo de un guayabo al sol. Y
para comer aquel día, fue menester saliese yo a pedir por
amor de Dios a los ranchos de los zambales, que acudieron
luego a traernos arroz, vaca y oveja que habían muerto una
del padre visitador.

Plata
Un cáliz. Un plato de vinajeras. Una vinajera. Casullas, 5. Frontales,
5. Un alba con su amito. Un dosel de seda. Manteles, 3. Dos velos de
hombros, 2. Corporales, 3. Bolsas, 2. Y otras menudencias que no son de importancia.
Di aquí el ornamento colorado, casulla y frontal, no se ha quemado
nada.
Un palio. Dos doseles. Una casulla colorada nueva. Un frontal
verde. Dos albas. Tres manteles. Tampoco se ha quemado aquí
pueblo ninguno.
La plata que faltaba, han restituido. Sólo 10 manteles y los vestidos
y sobrepellices de los sacristanes faltan por descuido o prisa
de sus amos. Y no ha habido quema.
Una casulla verde nueva. Y tampoco ha habido quema.
Sino es [a Manacleo].
Esto es, padre nuestro, lo que puedo avisar por la prisa. Pues desde que llegué de
la Amianan todo se me ha ido en despachos. La relación sólo sirve
para sacar las verdades que han pasado, porque además de meter cosas
en ella que no pueden salir a luz, fue [currentecalamo] y algunas
cosas van fuera de sus lugares y el estilo ha de ser diferente. Y
el haber avisado de algunas cosas ha sido a persuasión de los padres,
que todos en común están mal con Fray Gonzalo sólo por su
hablar, y bien los más con el Padre Medina, es dicha suya. +
{Al margen izquierdo: + Y en fin, cuando el pleito del padre visitador con el padre Fray Luis, todos y los viejos le hubieran levantado de la obediencia si yo no cumpliera con mi obligación. Y juzgo que lo más es por el padre Fray Gonzalo por no haberle dejado acabar su visita. Y dicen:}
Dicen que, estando los dos padres Fray Juan de Ysla y Fray Gonzalo juntos
en la provincia, no puede haber paz, por lo que se ayudan en esto.
No hago juicio, ni me lleva pasión más de lo que dicen.
A costa de 30 pesos, perdone vuestra reverencia padre nuestro si me quejo,
porque no quise salir del mandato que no se pague a nadie el [pulong].
Anduve toda la provincia y en primer lugar compuse al padre gobernador Don
Jerónimo de Leyva con el padre comisario, que habían reñido tan mal
que el clérigo le dijo (después de tratarle de idiota) que si fuera

el padre visitador lo hubiere partido entre algunas personas a quienes
debía el sangley, cuyo oro era y murió por él. Hoy en día tiene
el padre comisario el [tejo en ser]. Me dijo, «Si lo manifestaría». Le respondí [que]
lo retuviese hasta que hiciese el padre dominico la declaración.
Bien pudo ser [que] cargase el padre visitador con algunos ornamentos,
platos y aun caballos de la estancia conocidos y vacas, si es que
fue así. Pues en ello no pecaría en la carta, que atrás queda referida.
No hay más culpa que la que quieren atribuirle. Se quedó
el padre visitador para conducir gente y reforzar las tropas que
sacó. El alcalde mayor de Ilocos supo el mal suceso y la carta
que yo había escrito de lo que informaban los mismos zambales
sin saber nada de cierto. Vio que el remedio de esta provincia dependa
de Cagayan. Procuró el socorro y enviaba al padre Fray Lorenzo
por él, se escribía lo que quisiese. Fue accidente el abrir
la carta Magsanop. Si un capitán apretado en una fuerza pidiera
socorro y por coger al aviso el enemigo la perdiera, ¿tuviera culpa?
[Le oí más] que si hubiera sucedido bien el despacho del padre visitador
le habían de alabar de prudente. Pues no le echen la culpa
si ha sucedido mal, ni al padre Fray Lorenzo por haber entregado la carta
a Magsanop sin orden. Pues viéndole hincar de rodillas
pidiéndole [que] no pasase, que le habían de matar, no había de entender
[que] era el enemigo. La carta del padre Fray Gonzalo, me asegura,
era buena. Y así lo tiene declarado Don Alonso Solibuen
de su letra, que fue quien la escribió (aunque dicen [que] afirma
lo contrario por detrás). Y en fin el padre Fray Gonzalo había metido
al maese de campo Don Joseph de Mercado. Que para librar a
su pueblo Laoag y a su hermano Don Gaspar de la calumnia de alzados,
sería bueno [que] matasen a Magsanop, pues le tenían allí.
Luego no pudo escribirle; se fue. Además que esta carta no me
parece [que] la recibió Magsanop, porque un cagayan a quien
se entregó me dijo a mí en Bacarrá [que] la había dejado a Don Pedro
Almazán en Magsingal. Y delante mí hizo inquisición el
padre Fray Gonzalo con los indios de Bacarrá acerca de esta carta.
Y ninguno supo dar noticia de ella. Y el mismo tiempo dice