Don Alonso Calatan
- Title
- Don Alonso Calatan
- category
- People -- Indio or Mestizo Government or Military Figures
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- Don Alonso Calatan
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Año de 1640—Información sobre el milagro que Nuestra Señora de Caysasay usó con Juan Ynbin, sangley cristiano.

[al margen izquierdo] Testimonio de Alonso Calatan.
En el pueblo de Casaysay, en diecinueve días del mes
de enero de mil seiscientos cuarenta años, el maestro Joseph Cabral, cura beneficiado del partido de Balayan y vicario foráneo de esta provincia de Balayan y juez de comisión para la averiguación del
milagro de Nuestra Señora de Casaysay, hizo parecer a D. Alonso
Calatang, teniente del castellano de la fuerza de Bonbon, y dijo ser natural
del pueblo de Taal, del cual y mediante el dicho intérprete
se le fue recibido juramento en forma de derecho por Dios Nuestro Señor
y la señal de la cruz. Y habiéndolo hecho prometió de decir verdad.
Y siéndole preguntado al tenor del interrogatorio dijo lo siguiente:
-A la primera pregunta, dijo que conoce a Juan Ynbin, sangley
cristiano, cantero, de más de tres años a esta parte. [Dijo] que este testigo le ha visto
trabajar en su oficio, así en la fuerza de Bonbon como en la iglesia
de Nuestra Señora de Casaysay de este dicho pueblo; y tiene noticia del
milagro que con él usó Nuestra Señora. Y en todo el tiempo que ha que este testigo le conoce
al dicho Juan Ynbin, le ha visto y tenido por hombre de buena vida y costumbres.
Y esto responde.
-A la segunda pregunta, dijo que habiéndole mandado el capitán Diego Mal-
donado Bonal, alcalde mayor de esta provincia de Balayan a don
Juan de Cabrera, castellano de la dicha fuerza de Bonbon prendiese
a todos los sangleyes cristianos e infieles de este pueblo de Casaysay, y los demás
que hubiese en estos contornos; y entre los soldados que el dicho castella-
no apercibió para dicho efecto fue uno este testigo; y así vino en compañía del dicho castellano, vinieron a este dicho pueblo, y en él prendieron al dicho
Juan Ynbin en la casa en que estaba y a los demás sangleyes. Y presos
y atadas las manos los llevaron a la dicha fuerza de Bonbon; y esto responde.
-A la tercera pregunta, dijo que estando el dicho Juan Ynbin dentro de la
dicha fuerza, amarradas las manos y con una trompa al pescuezo, y de la
misma manera sus compañeros, vio este testigo que el dicho Juan Ynbin se confesó
con el padre predicador fray Alonso Rodríguez, prior de este partido de
Taal; y lo mismo hicieron los demás sangleyes cristianos, y algunos in-

de las bóvedas, pero oyó decir los días que estuvo de guardia en este
dicho pueblo a muchos indios de él, que habían visto las luces y que eran
dos, encima de las bóvedas de piedra del agua santa de este
pueblo a diferentes horas de la noche; y esto responde.
-A la oncena, pregunta dijo que todo lo que dicho tiene es público y
notorio, pública voz y fama y la verdad so cargo del juramento
que hecho tiene, y que no le tocan las generales de la ley. Y dijo
ser de edad de treinta y cinco años; y lo firmó de su nombre
en castellano, con el dicho juez de comisión e
intérprete.
[rúbricas] Maestro Joseph Cabral.
D. Alonso Calatang.
Thomás Dimaligalig.
Ante mí,
Alonso Márquez,
notario.
[al margen izquierdo] Testimonio, el alférez don Juan de Casanova Garay.
En el dicho pueblo de Casaysay, día, mes y año de suso referido,
el maestro Joseph Cabral, cura beneficiado del partido de Balayan
y juez de comisión para la averiguación del milagro de Nuestra Señora
de Casaysay, hizo parecer al alférez don Juan de Casanova
Garay, residente en el pueblo de Taal, del cual se fue recibido
juramento en forma de derecho por Dios Nuestro Señor y la señal de la cruz.

al padre predicador fray Alonso Rodríguez, prior de este partido de
Taal, confesase a los dichos sangleyes cristianos y a los infieles que se
quisiesen volver cristianos a bautizarse, porque luego habían de morir todos. Y a-
cabados de confesar y bautizados algunos infieles, los saca-
ron de la dicha fuerza, amarrados como estaban de antes,
al lugar donde los mataron que será un tiro de arcabuz
fuera de la dicha fuerza; y esto responde.
-A la cuarta pregunta, dijo que no vio matar conocidamente
al dicho Juan Ynbin, porque este testigo estuvo en la puerta de
la dicha fuerza enviando los sangleyes que de ella salían de dos
en dos para el lugar donde los iban matando. Y que aunque
no vio la muerte que le dieron al dicho Juan Ynbin, le contó el sol-
dado que lo mató llamado Ambrosio Manalig, que le había dado dos
machetazos en el cerebro, uno encima de otro; y esto responde.
-A la quinta pregunta, dijo que este testigo mandó a don Alonso
Calatang, su teniente, fuese al lugar donde estaban muertos
los dichos sangleyes y contase el número, que habían de ser veintinueve.
Y asistiese allí hasta embarcarlos en las bancas que este testigo te-
nía prevenidas, y que los llevasen buen trecho de la orilla y
barra del río de Bonbon y los echasen a la mar en quince
brazas, amarradas como estaban las manos y con sus trompas
al pescuezo. Y era en ocasión que la marea y viento era contrario
a tierra; y así tiene por cierto este testigo saldrían los dichos cuer-
pos muy a la mar afuera. Y la causa de no haber asistido este testigo
a lo susodicho y haberlo mandado a su teniente fue por estar ocupa-
do en despachar al dicho alcalde mayor para el pueblo de Taal; y esto
responde.
-A la sexta pregunta, dijo que le parece a este testigo que hay de distancia
de donde mandó echar a la mar a los dichos sangleyes hasta donde
dicen fue hallado el dicho Juan Ynbin en las bóvedas