Reclaiming the Lost Archive of San Agustin Library

caylianes

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Memorandum en Kapampangan con resumen en español indicando las personas que deben ser empadronadas en Palosapes, 30 de enero de 1710

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Original Translated

Muy reverendo padre nuestro provincial
Pasando por el pueblo de Paniqui, el cabeza de barangay me dio un escrito en que
me representa destrucción de su dicho pueblo por causa de ausentarse
los caylianes para el sitio de Palosapes. Y conociendo su razón,
determiné [que] él que me acompañase hasta el dicho paraje, para que, siendo
cierta su relación, le contase de la ninguna gana que de tales indios
tenía el religioso que los administraba. Y llegando a él, reconocí
ser verdad el informe que me hizo, como verá vuestra reverencia en la lista de los
sujetos que se hallaron y va inclusa. Y porque en el dicho sitio de
Palosapes se recogieron estos y muchos más, de todas naciones se hallan
esparcidos por las largas sabanas que les ofrece la libertad
de que gustan los que no quieren tolerar las dulzuras de los ministros eclesiásticos
y jugo del servicio personal a que son obligados, como
coopere con su autoridad para que sean obligados los tales a lo que
deben y reconozcan algún ministro. El dicho sitio de Palosapes no es pueblo,
ni quiera Dios que lo sea, si sino conforme ha de ser para que su servicio de Dios
y con las licencias necesarias. El ministro misionero que anda por todas
partes de estas dichas sabanas, habiendo reconocido la perdición de las
muchas almas que en seis u ocho años no se confesaban, ni oían
misa, determinó acudirles cuando el tiempo se lo permitiera, y así
lo ha ejecutado por tres años. Y para mejor poderlo hacer, mandó levantar
un camarín en que decir misa. A ella acuden algunos, estando
hasta hoy muchos más sin ver iglesia ni ministro. Y para que los más son
pangasinanos malévolos y estos irreducibles a sus pueblos. Pido a vuestra reverencia
[que] lo premedite y dé alguna providencia para que sean reducidos a esa
provincia, o disponga el que quedando en esta, salvan de los padrones en
que están para que yo pueda informar al señor gobernador el estadolo que
sobre la administración de los tales fuere servido dar. Lo siento es
padre nuestro que estas sabanas ocultan mucha pena, y que será imposible
sacarla. Yo así lo siento y descargo mi conciencia con lo que
vuestra reverencia juzgare más conveniente y [entt.o]. Guarde nuestro señor muchos años. Palosapes
y enero 30 de 1710.
Original Translated

Very Reverend Father our Provincial,
Passing through the town of Paniqui, the cabeza de barangay gave me a written document in which
he relates the destruction of his said town due to the departure of
the Caylianes to the site of Palosapes. And understanding his reason,
I decided for him to accompany me to the said place, so that, being
certain his account, he might tell of the dislike which such Indians
had of the religious who administered them. And upon reaching the town, I recognized
to be true the report he made me, as your reverence will see in the list of the
subjects that were found, which comes attached. And because in the said site of
Palosapes these and many more were collected, parts of all nations are found
scattered across the long savannahs that offers them the freedom
desired by those who do not want to tolerate the sweetness of the ecclesiastical ministers
and substance of the personal service to which they are obligated, such as
cooperating with their authority to obligate them
to what they must do and recognize some minister. The said place of Palosapes is not a town,
and God forbid that it be if not in accordance with his service of God
and with the necessary licenses. The missionary minister who travels throughout
these savannahs, having recognized the perdition of the
many souls who for six or eight years have not gone to confession or heard
mass, decided to go to them when the time permitted, and
has done so for three years. And to be able to do it better, he ordered the construction
of a chapel in which to say mass. Some go to mass,
while many more have not seen a church or minister to this day. And so that most of them are
(malevolent) Pangasinan and these are irreducible to their towns. I ask your reverence
[that] you reflect on it and give some providence so that they may be subject to reducción to that
province, or arrange that while they remain in this province, they be saved from the padrones in
which they are, so that I can inform the governor of the state
the administration of these people, which he will be good enough to give me. I am sorry,
Father, that these savannahs hide much sorrow, and that it will be impossible
to remove it. I am sorry for this and I unload my conscience with what
your reverence will judge most convenient and [entt.o]. God save you for many years. Palosapes
and 30 January 1710.

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