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Arzobispo de Manila Metropolitano

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Auto prohibiendo que presenten comedias, saraos y danzas sin autorización previa del vicario provincial. 1701.

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Original Translated

[Im. 3]
[Nos], el doctor don Diego Camacho y Ávila, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica,
Arzobispo de Manila Metropolitano de estas islas Filipinas y gobernador
apostólico del obispado, sufragáneo de la Nueva Segovia, vacante del consejo
de su majestad = A vos los fieles cristianos, estantes, habitantes, y residentes en
la ciudad de Manila y en todo este nuestro arzobispado y en el Obispado de la Nueva Segovia
sede vacante que es a nuestro cargo, salud a nuestro señor Jesucristo. Ya sabéis
o debéis saber que la obligación principal del cargo y oficio pastoral que Dios nuestro señor
fue servido poner sobre nuestros flacos hombros, es evitar todas y cualesquier ocasiones
de pecados que se puedan perpetrar contra su divina majestad, más en estos tiempos en
que estamos experimentando todos los de la monarquía de España sus justos
enojos con tantos azotes de pestes, guerras, hambres, y la falta de sucesión a la
real corona en nuestro católico monarca, indignaciones todas que debemos considerar
merecemos de la divina justicia por nuestros pecados. Sobre que ya visteis y oísteis
las rogativas públicas que por tiempo de nueve días se hicieron por mandato de nuestro
rey y señor (que Dios guarde), para que con la reformación de costumbres, enmienda
de vidas, y frecuencia de sacramentos, se aplaque la justísima indignación de
Dios contra nosotros, que debemos temer más rigurosa si de nuestra parte no ejecutamos
tan católicos preceptos. En cuya atención, y porqué de la concurrencia
de hombres y mujeres en donde se representan comedias ya obscenas, ya trá[gicas]
y ejemplares se han experimentado y cada dia se experimentan muchas of[ensas contra]
Dios nuestro señor, cuya bondad inmensa debe ser infinitamente amada [ ] [recurso]
mismo de entrambos sexos en que el enemigo común no cesa ja[más] []
citar incentivos con que abrazar las almas en el fuego infernal de la concupiscencia,
como por lo que de semejantes comedias y representaciones se origina, ya por ser
ellas mismas arte diabólico de enseñar venganzas, duelos, liviandades, y de poner en
práctica modos y medios ilícitos y deshonestos de ofender la majestad de Dios. Y haciendo [stop here, 7-9-2024, decide whether this sentence belongs to the previous or next sentence]
ellos mismos el tropiezo y ocasión de semejantes culpas y maldades y de otras
muchas que vosotros no ignoráis y sabéis muy bien. Circunstancias todas que atentamente
vistas son saludablemente prohibidas por los sagrados cánones y especialmente por el
Concilio Toledano, cuya saludable resolución se tomó también en tiempo de nuestros católicos monarcas
(que santa gloria hayan) los señores Don Felipe segundo y Don Felipe cuatro,
el grande, habiendo sido este dictamen cristiano y político de la
mayor parte del real y supremo Consejo de Castilla, sobre que deseando como de-seamos
ejecutarlo para poner el remedio que ataje tan perniciosos daños en
vuestras almas, para que Dios nuestro señor sea más dignamente loado, servido, y venerado.
Y cumpliendo con nuestra obligación y oficio pastoral, desde luego para en adelante,
et in perpetuum, quitamos y prohibimos absolutamente todas, y cualesquiera
comedias, de cualquier especie que sean coloquios y entremeses de
cualquier idioma que fueren y escuadrones de mujeres de cualquiera

Original Translated

[Img. 3]
We, the doctor Don Diego Camacho y Ávila, by the grace of God and of the Holy Apostolic See, Archbishop of the Metropolitan of Manila of these islands of the Philippines, Apostolic Governor of the Bishopric, and Suffragan of Nueva Segovia, a seat currently vacant under the council of His Majesty. To you current faithful Christians, inhabitants and residents of the City of Manila, and in all our Archbishopric and in the Bishopric of Nueva Segovia, a vacant seat that is in our charge, in the health of our Lord Jesus Christ, you know or should know that it has been our principal pastoral charge and obligation, which God, our Lord, has placed on our fragile shoulders, to avoid all and any occasions of sin which might be perpetrated against His Divine Majesty, more so in these times in which we are experiencing throughout the monarchy of Spain his righteous anger with so many calamities of plagues, wars, hunger, and the lack of succession to the Royal Crown of our Catholic Monarchy, all indignations that we must consider. We deserve from the Divine justice for our sins, of which you have already seen and heard the public orations that were held in the span of nine days by the orders of our King and Lord (may God guard him), so that with the reformation of our customs, amendment of lives, and the frequency of sacraments, may appease the very just indignation of God against us and so we may more rigorously fear if, on our part, we fail to deliver the Catholic precepts. In whose attention, and because of the gathering of men and women wherein already obscene comedias are performed, already tragedies and exemplaries have been experimented with and with every day experience many offenses against God our Lord, for whose immense goodness we owe infinite adoration, [ ] the same regard for both sexes in who the shared enemy does not cease to incentivize means with which to embrace their souls in the infernal fire of lust, as well as those that similar comedias and representations bring about. They are themselves diabolical arts that teach revenge, duels, frivolities, and the practice of illicit means and manners and dishonesties to offend the majesty of God. And taking upon themselves the stumbling blocks and opportunities for similar faults and evils and many others that you are not ignorant of and know very well. All these circumstances carefully considered are zealously prohibited by the sacred canons and especially by the Council of Toledo, whose salutary resolution was also made in the time of our Catholic Monarchs, (Holy Glory may prevail) Lord Don Felipe the Second and Lord Don Felipe the Fourth, the Grand. This was the Christian and political opinion of the greater part of the Royal and Supreme Council of Castile. Concerning this, desiring as we wish to put in place the remedy that will stop such pernicious damages on your souls so that God our Lord may be more worthily praised, served, and venerated. And fulfilling our pastoral obligation and service, from now on, et in perpetuum, we remove and prohibit absolutely all and any comedias of this kind that are dialogues and interludes of any language and by squadrons of women of any


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Original Translated

[Im. 6]
como del Obispado de la Nueva Segovia sede vacante. Y el
mismo se remitan a todos los alcaldes mayores de toda esta archidiócesis,
y de la dicha de Nueva Segovia, para que habiendo los [leído]
y entendido los entreguen a los jueces eclesiásticos, ministros
doctrineros, seculares, o regulares de todas sus provincias [para que]
los manden publicar, y den a entender a sus feligreses [como]
está expresado y mandado, so las penas impuestas dado [en]
esta casa del río extramuros de la ciudad de Manila.
Firmado de nuestro nombre, sellado con el sello de nuestras armas, y represendado
de nuestro infrascrito secretario en el veinte y ocho días del mes de febrero de mil setecientos y un años
= Diego Arzobispo de
Manila = Por mando de su señyoría ilustrísima el arzobispado mi señor
Don Francisco Santos de Oliveros, secretario.

Original Translated

[Img. 6]
likewise in the vacant Bishopric of Nueva Segovia. And the same be sent to all the alcaldes mayores of this entire diocese, and of that of Nueva Segovia, so that, in the making of the laws, and having understood it, they may deliver them to the ecclesiastical judges, ministers, doctrinaires, seculars, or regulars of all their provinces to order them to be published, and to make them understood to their parishioners as it is expressed and commanded, the sole penalties levied, given in this house by the river outside the walls of the city of Manila.
Signed in our name, sealed with the seal of our coat of arms, and the law given by our undersigned secretaries on the 28th of February of the year 1701 = Diego Archbishop of Manila = By the mandate of his Holy Lordship, my Lord the Archbishop. Don Francisco Santos de Oliveros, secretary.


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